Partida Rol por web

Horus - II

Síij, síij !! (Cap. VII)

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16/06/2016, 09:12
Samantha Johnson

Sam también quería creer que todo se trataba de una broma, pero después de haber sido engullida por el blandiblu rosa las esperanzas eran pocas. No podía dejarse llevar por el entusiasmo de unos pocos cuando observaba aquellas caras de pocos amigos.

-Mike, ven -Extendió la mano para apremiar su acercamiento. Quería a los gemelos con toda su alma y más allá, pero a veces... Cuando su leal amigo tomó su mano mantuvo la sonrisa teniendo en cuenta los criajos que estaban apilados a su alrededor. Con firmeza agarró su mano y con la otra le propinó una colleja-. Ya, eh... -Su sonrisa había disminuido un poco, pero no le soltó la mano porque quería atraerlo más para que el "Plumas" no escuchará nada en caso de que sí pudiera entenderlos-. Hay que ver la situación como lo que es, una mierda. Mantén las apariencias porque no nos espera nada bueno.- Un suave apretón a su mano fue suficiente para que comprendiera que hablaba en serio.

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17/06/2016, 14:06
Estel Highwater

Estel apretó la que Lottie, a su vez, apretaba en la suya. Cuando giró la mirada hacia ella, despegándola de un punto indeterminado entre la cabeza de Enara y la nuca de Omar, permaneció observándola un segundo o dos sin decir nada. Sus ojos se desviaron un momento por encima de su hombro, encontrando los de Nathan a la distancia. Luego fueron hacia el intercambio entre Fadil y Mike, y la repentina intervención de Sam. Se inclinó entonces hacia Lottie y le besó el cabello, acariciando los nudillos blancos de aquella mano que ya era roja de tan fuerte que mantenían su agarre. Susurró en su oído una única cosa.

Necesito saber algo antes - dijo, tan bajo que sólo Charlotte y Omar lo escucharon.

Quizás también Enara, sin embargo, que aún no le había contestado. Pero Estel de todas formas se dirigió a ella, quitando la mano del muslo de Omar y acariciándole el cabello. Se inclinó hacia la niña, con la misma travesura de quien infantilmente va a compartir un secreto, y pareció decir algo que sólo llegó hasta los oídos allí juntos.

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17/06/2016, 14:17
Estel Highwater

Inclinada sobre Enara, los dedos de Estel movieron el cabello de la niña exponiendo su nuca. Lo hizo con el cuidado de que sólo Charlotte y Omar pudieran ver lo que ella estaba viendo, y que nadie a su alrededor fuera testigo.

- Sólo entre nosotros, golondrina mía – susurró suave y traviesamente, como tantas otras veces había hecho para compartir secretos con ella. Y con ellos – ¿Qué es este hermoso dibujo que tienes aquí? ¿Quién te lo ha dibujado?

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17/06/2016, 17:01
Enara

La pequeña seguía riendo maravillada. Había asentido frenéticamente a la afirmación de Charlotte, como si fuera lo más natural del mundo que hubieran venido todos a por ella. Sin dejar a su hermano se giró hacia la parisina, que le estaba revolviendo el pelo, y con uno de sus brazos, el otro aún en Omar, la asió. Y luego, a unos pasos de distancia, la voz de Estel, confirmándolo.

-¡Sí! ¡Lo sabía! ¡Todos por mí!

Sólo cuando Lottie se dejó caer en el suelo, aplastada por la visión que les habían mostrado en la Máquina, apartó los ojos de ella para levantarlos hacia Sean, que le revolvía el pelo exactamente igual que había hecho segundos antes su hermana. 

-Yo no he perpa... no lo he hecho, tío Sean. ¡No hago nada! ¡Es una fiesta! A mí también me hicieron una cuando desperté aquí. Me pusieron flores, ¡como a vosotros!

Sin embargo, al cabo de unos segundos, cuando se dio cuenta de que Estel la había llamado "pequeña golondrina", sus ojos se entristecieron como sólo los ojos de un niño pueden hacerlo. 

-Yo también os he echado de menos. Fue en el cole, ¿te acuerdas? Pero no tengo la golondrina... No sé dónde está. Cuando desperté iba con este vestido, y no llevaba nada más. Y no me entienden, yo pregunté, ¿sabes?, pero no me entienden. Bueno, Pacal sí. Pero no me contesta lo que quiero, sino lo que él quiere. Es raro. Y luego el señor de la cabeza. Pero él sólo gime y pide ayuda...

Mike se acercó entonces para tender un par de túnicas a Lottie y a Estel. Y preguntó a la chiquilla. Enara ladeó la cabeza, escuchándole con atención. Volvía a sonreír, le había hecho gracia que el amigo de su hermano, tan mayor como él, se agachara para hablar con ella.

-¡Hola! ¿Cómo te llamas? Yo soy Enara Echenique. Tengo seis años. Bueno, caaaasi siete. ¿Esto es México? ¡Sé como es México! Lo vi en un vídeo. Y no se parece nada-nada. -Se fijó en la tela enrollada a la cintura, como si fuera una toalla. -¿Porqué vais desnudos todos? Se os ve la pilila. 

Y señaló la de Omar sin vacilaciones. Pero enseguida la distrajo Estel, que también le acarició el pelo. La miró otra vez directamente, un poco intrigada porque parecía que iba a confiarle un secreto por el modo en que se acercó y se inclinó hacia ella... 

 

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17/06/2016, 17:51
Enara

Se dejó rozar la nuca con su propio cabello, con un estremecimiento. Pero negó, contundente. Y a su vez intentó susurrar moderando el tono de su vocecita aguda:

-¿Dibujo...? ¿Qué dibujo...? ¡Enséñamelo! ¡No lo veo! -No podía, claro. El pequeño diseño estaba centrado en su nuca, y aunque se afinaba hacia el cuello, la chiquilla no podía vérselo a menos que lo hiciera con un par de espejos bien colocados. -Pacal me pinchó con eso que lleva, en esa casa toda roja. Aún me pica, pero no me dibujó nada. ¿No...?

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18/06/2016, 10:42
Omar Echenique

La tomó entre sus brazos, en medio de la marabunta de amigos preocupados y aliviados por su presencia, y se puso en pie con ella bien protegida por sus brazos . Si aquello era confuso para ellos, no sabía lo que podía significar para Enara a sus escasos años. Había llegado antes que ellos, sola, sin poder comunicarse, abandonada por todo y por todos. Y entendía el interés de todos pero no era un mono de feria y él necesitaba sentir su calor, su olor, su contacto físico.

-No te preocupes, Enara. Todo está bien. Estamos juntos y no volveremos a separarnos. Tengo muchas preguntas pero habrá tiempo -miró a Estel y a Lottie. Él había visto desde un principio el extraño dibujo y hubiera preferido posponer aquella conversación para más tarde. Estel había priorizado la practicidad frente a la sutileza en aquel primer contacto-. Tienes una especie de tatuaje en tu nuca. Un tribal en forma de ramas y de color violeta. Es pequeño y muy bonito, la verdad. No vas a poder vértelo sin un espejo pero luego te lo dibujaré en el suelo para que veas cómo es. Pero si dices que es un pinchazo... -aquello no era realmente un tatuaje, sino una herida, algo se le había inoculado y trazaba un dibujo venoso de forma arbórea en su cuello-. De modo que Pacal y una casa roja, el hombre que entiene tu idioma, nuestro idioma -señaló mirando a los demás-. Y dime, por un casual, ¿no será Pacal ese hombre de ahí, el del tocado de plumas?

 

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18/06/2016, 10:57
Omar Echenique

-Es ella y solo ella. Sin presencia alguna. Debemos andar con cuidado, especialmente ahora que sabemos que uno de ellos entiende nuestro idioma con lo cual, o bien es un nativo educado a través de la máquina por alguien capaz de viajar atrás o adelante en el tiempo o alguien venido de nuestro espacio-tiempo. Pequemos de prudentes, señoritas.

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18/06/2016, 10:59
Omar Echenique

Algo había susurrado que no pudo ser oído más que por los más cercanos. No por un deseo de secretismo, sino por prudencia ante oídos extraños. Dejó a Enara en el suelo y la tomó de la mano.

-No te preocupes por lo de estar desnudos. En este viaje no se aceptaba ropa y creo que por eso tienen aquí esas túnicas preparadas. Enara, ¿por qué no nos llevas donde ese tal Pacal? En cuanto al hombre que gime y se queja, ¿por qué crees que lo hace? ¿Está enfermo?

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18/06/2016, 11:40
Pacal

"Y dime, por un casual, ¿no será Pacal ese hombre de ahí, el del tocado de plumas?"

El hombre en cuestión, que había sostenido la mirada de Estel sin parpadear, se giró ahora hacia Omar. Y clavó sus pupilas en él, dibujando al mismo tiempo una sonrisa ambigua. Temible.

Y sus ojos...

A Omar le hablaron, le trasladaron. Eran conocidos, había visto esos ojos antes, mezclados con otra mirada, en otro rostro.

Tembló.

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18/06/2016, 15:33
Omar Echenique

Sintió un profundo escalofrío. Aquella mirada lo retrotrajo a otro momento, a otro lugar. Sintió miedo, sintió ira, sintió el profundo deseo de estrellar su puño contra aquel rostro. Miró a Estel, por encima del hombro de Enara, en una postura que Lottie era incapaz de ver aquel gesto. Sus labios silabearon clara y mudamente.

-Es él. Suiza.

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18/06/2016, 20:04
Enara

Una vez en el suelo se alejó ligeramente de los brazos protectores de Omar, aunque no mucho. Lo suficiente para tironear de las túnicas que Mike había traído a Lottie y Estel con la mano que su hermano había dejado libre.

-¡Son iguales que mi vestido!, ¿veis? ¡Vestíos! ¡Estaréis muy guapas! -Luego miró a Omar, y pasó la vista a Estel. Ambos estaban ensimismados, mirándose mutuamente. Se encogió de hombros, y sacudió la mano de Omar, buscando de nuevo su atención. -¡Pacal es el de las plumas, sí! ¿Vas a hablar con él? ¡Vale!

Tiró de su hermano, hacia el hombre del que hablaba, al que había llamado Pacal. Éste estaba mirándoles a su vez, muy serio, los brazos cruzados sobre el pecho. Aunque había algo en sus ojos, y en la expresión de su rostro, que imponía.

Pero la chiquilla seguía parloteando, encantada de tenerles allí.

-No sé por qué se queja el hombre de la cabeza. Pide ayuda. "¡Ayúdameeee!" "¡Por favooooor!" No dice si está enfermo, o qué. Pero algo malo le pasa, ¿no crees?

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18/06/2016, 20:40
Fadil Jannan

Negaba con la cabeza, desesperado. Mike seguía sin comprender, incluso ante el toque de atención que acababa de darle. No veía la trampa, ni el peligro, seguía en sus trece. Por eso, cuando Sam le habló también, intentando que se diera cuenta de la situación en la que estaban, lanzó a la rubia americana con la que había trabajado codo con codo un par de semanas una mirada de agradecimiento.

-Sam tiene razón, Mike. Ella te... quiere. Hazle caso. Por... el bien de todos.

Dirigió la mirada claramente a Mel, al otro lado de Mike, y luego se giró para abarcar al resto.

Fue entonces cuando se dio cuenta de lo que estaba diciendo Enara. Levantó una ceja, escuchando, inquieto e intrigado a la vez.

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18/06/2016, 22:30
Sean Dunne

Sean giró el cuello para mirar hacia atrás, prestando atención a lo dicho por Enara. Por un segundo, quedó pensativo. Sean se había tratado de comunicar con aquel hombre en inglés, y Mike en lo que era, para Sean y su pobre nivel de castellano, un perfecto español de México. Y en ambos casos, el resultado era el mismo: por ninguna de esas vías habían obtenido una respuesta satisfactoria.

Parlez vous français, Pacal?

Se fijó en las muñecas de aquel hombre con aspecto de jefe, buscando la marca blanca de un reloj destacando en el moreno de su piel. En el dos mil dieciséis, todo el mundo lleva comunicador. Y si este hombre habla un idioma del siglo veintiuno, ¿acaso Pacal ha venido también de la misma época que ellos?

Un nuevo giro de cuello basta para devolver su atención a Enara y hacerle una pregunta. La pregunta.

¿En qué idioma hablas cuando Pacal te entiende, Enara?

Es que los internados de ahora son muy políglotas, a saber qué idiomas raros le estarán enseñando a la pobre Enara. ¿Latín? ¿Esperanto? ¿Catalán? Y luego la niña se las traía, que era medio vasca y medio fumanchú, y trae otras lenguas mamadas desde casa.

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18/06/2016, 23:25
Enara

Enara se giró hacia Sean, sorprendida y divertida a la vez.

-¡En el mío! -Dijo con una seguridad aplastante, como si fuera lo más obvio del mundo. -¡Igual que el señor de la cabeza!

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19/06/2016, 01:21
Charlotte Dunne

Cuando Mike se acercó al grupo que formaban Enara, Omar y Estel y ella misma, Charlotte pensó que venía a hablar, a preguntar, a saber y a comentar. Pero en lugar de eso se encontró agarrando automáticamente una túnica que no quería ponerse bajo ningún concepto. Miró como el americano hablaba con la pequeña y como se alejaba de ellos sin más. La incredulidad de la parisina sobrepasó su límite cuando lo escuchó hablarle a Fadil. Negó, negó a lo que estaba escuchando, ni siquiera pareció escuchar a Fadil ni a Sam. Y si Sam no lo conseguía, ya no lo conseguiría nadie.

Se volvió hacia Estel, buscando sus ojos, y sostuvo la mirada de su amiga durante unos instantes, pero solo obtuvo una caricia en su mano y un beso en su pelo. Nada de lo que esperaba, de lo que necesitaba. Pero sí un susurro en su oído, al que asintió, descolocada, intuyendo que sería algo importante para que su Estel quisiera aclarar sus dudas sin demora. Mientras que escuchaba las palabras susurradas de su amiga, levantó la vista y su mirada se encontró con la de Nathan. Asintió a Estel casi sin percibirlo, automáticamente, porque nunca le diría que no a ella, intentando descifrar el mensaje que el cuerpo  y los ojos del canadiense le hacían llegar. Le miraba a ella fijamente, le quería decir algo. No sabía exactamente el qué, pero su cuerpo transmitía tensión, alerta, peligro. Nathan había cambiado desde que lo dejó al llegar a aquel rellano. Ya no era el compañero alegre que le había ayudado a subir las escaleras sin mirar abajo, sonriéndole, confiando en ella y casi prometiendo que si ella caía él la seguiría. Algo había visto que le había disipado las dudas sobre donde estaban o por qué, de eso estaba segura. Todo su cuerpo se lo transmitía aún conociéndole tan poco.

Y estaba cerca de los dos guardias de la puerta. ¿Podría ser que...?

Ha visto más allá, y no es algo bueno. Yo he hecho que vaya allí... recordó con temor como le había dicho que se fijara en ellos, que no los perdiera de vista. Estaba demasiado cerca, si ellos tenían pensado dar un golpe, él estaba en primera línea.

Ven aquí... le susurró sin decir palabra, porque para que la escuchara debía levantar la voz, y no quería hacerlo. Le hizo un pequeño gesto acompañando sus palabras, intentando hacerse entender por el canadiense, conminándole a acercase a ellos. Ven, Nat...

Cuando él se movió, lo perdió de vista momentáneamente tras las cabezas de algunos crios, lo que hizo que devolviera su atención a sus amigos. Estel removía en aquel momento el pelo de la pequeña Enara, dejando visible un segundo lo que ella ya había detectado al poco de estar junto a la niña. Pero no había querido hacer ni decir nada, sobre todo por no preocupar a Omar. Pero había sido inocente el pensar que si ella lo había visto solo con acercarse a la pequeña, que ni Omar ni Estel lo hubiesen detectado igualmente. Escuchó atentamente lo que se decían en voz baja ellos tres, atenta a las contestaciones y a las reacciones. Cuando terminaron, con una sonrisa, le dio un beso a la pequeña en el hombro desnudo, justo antes de que, como si hubiera sido movido por un resorte, Omar se levantase, elevando a su hermana y separándola del abrazo en el que la pequeña había sujetado a Charlotte hasta ese momento.

Algo había dicho o expresado Omar que la había descolocado, como anteriormente le había pasado con Estel, quedaba claro en su expresión. Pero Charlotte solo tuvo un segundo de duda, levantándose igualmente del suelo y poniéndose de pie como sus dos amigos y dejando la túnica en el suelo, olvidada. Miró a la pequeña, sacándole la lengua cuando esta le miró, jugando, bromeando con ella. Era una niña al fin y al cabo.

Pero había algo que no le cuadraba, algo que no entendía...

-¡Son iguales que mi vestido!, ¿veis? ¡Vestíos! ¡Estaréis muy guapas!-dijo Enara con su voz chillona cogiendo las túnicas y viéndolas. Charlotte cogió la túnica que la niña le alcanzaba, con pocas ganas pero no queriendo decirle que no. Cosa que no tuvo que hacer porque ella salió disparada de nuevo junto a su hermano, a quien comenzó a llevar en dirección al hombre del tocado de plumas que les esperaba.

Lanzó una mirada a Estel. Vamos quería decirle. No debían quedarse atrás, no debían separarse. Echó a andar tras él los dos hermanos, tirando de Estel tras ella agarrada aún de su mano, y descubrió entonces donde estaba su propio hermano. Junto al tipo del tocado de plumas.

Quedaban pocos metros hasta llegar a donde estaba Sean y el nativo, así que tendría que hacer la pregunta lo más bajito que pudiera si quería hacer caso a la advertencia de Omar. Escuchó la pregunta de su hermano y la respuesta de la pequeña. Se volvió a sorprender por segunda vez. La misma contestación, la misma forma de referirse a él. Se puso a la altura de la pequeña y preguntó en voz baja- Enara, ¿qué quieres decir con “el señor de la cabeza”? ¿Por qué lo llamas así?-se preparó para una mirada de reproche de Omar ante esas preguntas a su hermana, por parte de los dos Dunne, pero le resultaba curioso aquel detalle de lo que había dicho la pequeña. No le encontraba sentido a la frase con la que ella se refería al desconocido que pedía ayuda. Tal vez era simplemente que no estaba traduciendo correctamente del inglés al francés en aquel momento, pero la frase era realmente sencilla.

Y Enara había dicho algo más, algo que la había preocupado y, mientras esperaba la respuesta de la pequeña, se fijó en aquel nativo buscando algo en concreto...

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19/06/2016, 01:26
Charlotte Dunne

Charlotte escuchó la pregunta de Estel a Enara y vio la expresión de Omar. El también se había percatado de aquel ¿tatuaje?

Lo dudaba. Era demasiado pequeña para algo así y, Omar, se lo hubiera comentado. Además, la expresión de Omar era adusta y seria.

Asistió a todo el diálogo, sorprendida por las información que les iba desgranando inocentemente la pequeña, preocupándose más con cada gota de información que dejaba caer.

Y asintió a Omar. Si había oídos que les entendían, todo se complicaba en ese sentido, pues no tenían libertad para expresarse sin temer ser escuchados.

-No nos separemos mucho, por favor. No perdamos de vista a ...la pequeña golondrina -dijo, titubeante, mirando a Estel. Ya le preguntaría más tarde. Por que no era solamente por su nombre en euskera, la pequeña se había referido a algo físico que había perdido en el viaje. Quizás un regalo de ellos cuando la visitaron en Suiza.

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19/06/2016, 01:36
Charlotte Dunne
Sólo para el director

Enara había dicho algo que le había puesto en alerta.

Pacal me pinchó con eso que lleva

Eso sonaba a algo punzante o puntiagudo. Algo quizás empozoñado en la sustancia que había causado ese dibujo en la nuca de Enara... pero tambien, podía ser algo más parecido como el veneno o como alguna droga... Si era un objeto destinado a inocular algo mediante punción, los fines podían ser infinitos.

Fuera lo que fuese, sus ojos recorrieron el cuerpo del nativo de arriba a abajo, buscando algo que coincidiera con el comentario de la pequeña.

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19/06/2016, 09:50
Pacal

El hombre al que había llamado Pacal iba vestido de blanco, como Enara. A pesar de lo que la pequeña estaba diciendo, que había hablado con él, que les entendía, seguía en silencio, las manos sobre el pecho. Y su mirada era pavorosa, dura e inteligente.

Llevaba un penacho de plumas entrelazadas formando una intrincada corona, y un enorme collar que le cubría el pecho entero, con eslabones y placas labradas que parecían de oro puro.

Lo único que llevaba en sus manos era un puñado de espigas de alguna planta que mostraba granos maduros de tonalidad plateada, rodeados de pequeñas espinas.

¿Podía Enara referirse a eso? Esas espinas, ¿podían ser la causa de la herida y el dibujo?

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19/06/2016, 11:58
Mike Yaddow

Mike obedeció a Sam y se acercó a ella para ver que quería, la colleja lo tomó de imprevisto y cuando se volvió hacia su amiga esperando ver una sonrisa abierta solo pudo ver una mueca que quizás para otro significara una cara sonriente, pero no para Mike. Conocía esa expresión en Sam o en Mel que significaba que algo serio estaba pasando y que Mike no se estaba enterando, la había visto muchas veces a lo largo de su vida. Las siguientes palabras de Sam no hicieron otra cosa que confirmarle sus pensamientos. Estaba hecho un lío, simplemente dejó de sonreír, miró a su alrededor y pensó en todo lo que había pasado desde aquella mañana. Todo había sido muy raro y casi desde el principio había tenído la sensación de que se estaba perdiendo algo. ¿Pero el qué? Ni Mel ni Sam parecían tenerlo claro tampoco, pero confiaba en los instintos de ambas y si ellas apreciaban que algo no iba bien confiaba en eso. Si dejaba a los niños de lado, ¿Que más tenían? El hombre serio de las plumas, al que Enara parecía llamar Pacal y que aseguraba que hablaba el inglés, pero que sin embargo no les había dirigido ni una sola palabra, ni en ese ni en otro idioma. Y después aquellos otros tipos armados, no eran pistolas, metralletas ni nada impresionante, pero se trataba de armas al fin y al cabo, armas que podían herir o matar a sus amigos y no iba a permitirlo.
Cogió a Mel y a Sam de la mano y tiró de ellas hacia el pequeño grupo que ahora formaban casi todos alrededor de la pequeña Enara.

-Oli, Fadil. -No dijo nada más, pero dejó claro que los llamaba. Solo faltaba Nathan, pero se había alejado hacia la salida, luego lo pondrían al día si hacía falta y no los escuchaba.-

Se paró junto al resto y le dedicó una amplia sonrisa a Enara.

-Yo me llamo Mike. Estas son mi hermana Mel y mi amiga Sam. Este es Oliver y aquel de allí es Nathan.
-Miró de reojo a Fadil.- Este se llama Fadil, pero no es nuestro amigo. -Hasta la niña tenía derecho a saber en quien no podía confiar.- No te preocupes Enara, tu hermano Omar te cuidará y no dejará que te pase nada malo y nosotros le ayudaremos.

Definitivamente allí pasaba algo raro, hasta Enara parecía saber que aquello no era México. ¿Entonces donde estaban? ¿Y quien era aquel hombre "de la cabeza" que pedía ayuda a una niña de seis años? ¿Que podía hacer una niña por él? ¿Podían hacer algo ellos o dentro de poco se verían en su misma situación? Mike necesitaba pensar rápido, pero sobre todo necesitaba comprender lo que estaba pasando. Otra vez fue la fastidiosa voz de Fadil la que interrumpió sus pensamientos.

¿Que cojones dices tío?

Entendía la parte en la que daba la razón a Sam, Sam siempre solía tener razón por mucho que Mike la fastidiara afirmando lo contrario en ocasiones. Y que debía centrarse por el bien de todos, bien si estaban en problemas todos debían centrarse. ¿Pero a que venía eso de que Sam le quería? Eso ya lo sabía, era obvio, él también la quería, se conocían desde que tenían uso de razón y habían crecido juntos y compartido muchas cosas. Pero no, estaba seguro que allí también se estaba perdiendo algo.

Ella te quiere, ella te quiere, ella te quiere... ¡Claro...! Será baboso...

Ya sabía el porqué. Estaba claro que Fadil había intentado algo con Sam y ella para quitárselo de encima le había dicho que estaban juntos, no era la primera vez que se libraba de un pesado así y que Mike tenía que fingir que estaban juntos. ¡Hasta lo había hecho con su hermana alguna vez si el pesado de turno no sabía que eran hermanos! Bueno, bien, mientras el capullo de Fadil anduviera cerca él sería el novio de Sam, no había problema. Se permitió una pequeña sonrisa cuando su mente viajó muchos años al pasado.

¡Sam quiere a Mike! ¡Sam quiere a Mike! ¡Sam quiere a Mike!

La cancioncilla entonada por su hermana cuando eran pequeños y que con el tiempo había dejado de cantar por fortuna, había otra que cantaba Mike: ¡Mel quiere a Sam! ¡Mel quiere a Sam! ¡Mel quiere a Sam! Esa había durado muchos más años, probablemente porque Mike había madurado mucho después, si es que lo había llegado a hacer en algún momento, quizás simplemente se había cansado de la canción. Además las apreciaba a ambas demasiado como para herir sus sentimientos a propósito.
Había sido culpa de Michelle y Rosa. Sí, a Mike le había gustado Michelle y se había quedado con cara de tonto cuando la vio besándose con Rosa y luego las cuatro eran tan amigas que Mike llegó a pensar que todas eran... No es que no fuera a aprobar una relación entre ellas, pero le resultaría tan extraño... tanto como que él tuviera una con su hermana o con la propia Sam ¡Eran trillizos! En cualquier caso dejó de cantarles la canción solo ante la posibilidad de que fuera verdad. Quería que supieran que podían contar con él para lo que fuera, al igual que él contaba con ellas y las ponía por encima de todos, y de todas, alguna de sus exnovias se lo habían echado en cara más de una vez, como Jess. Jess... de nuevo Jess. ¿Porqué le seguía viniendo a la cabeza una y otra vez? ¿Era porque nunca le había dado la opción a disculparse? Desde luego la última vez que se habían visto lo había dejado peor aún, Jess había sido demasiado tajante sobre no querer saber nada más de él y Mike se había quedado como un idiota mirando como se iba sin poder decir nada más. Y de nuevo Sam, como telón de fondo y sin culpa ninguna, tan solo un hombro en el que llorar, una amiga a la que siempre podía acudir.

Mike miró a Sam buscando confirmación a sus pensamientos sobre lo que Fadil había dicho en el rostro de su amiga, la conocía bien, no podía ocultarle nada. ¿O tal vez si?
En cualquier caso no podían distraerse con aquellas cosas, probablemente era lo que Fadil pretendía, distraerlo de lo importante en aquellos momentos. Soltó las manos de Mel y Sam y acarició la redonda cara de Enara que quedó entre sus manos y la caricia terminó en las orejas de la niña, momento en el que Mike presionó lo suficiente para que la niña no pudiera escuchar lo que iba a decir. Miró hacia abajo, le dedicó una sonrisa a Enara y un guiño y después volvió a mirar hacia el resto de sus compañeros con gesto serio, como pocas veces podía verse en su rostro.

-¿Que coño pasa? Lo último que recuerdo fue que la vieja loca esa quería matarnos junto a Fadil y esos otros dos. Después casi nos ahogan en la cámara esa y cuando nos dejaron inconscientes nos tiraron aquí abajo. ¿Donde estamos? Pensé que nos habíamos librado de ellos. ¿Que es lo que quieren? ¿Que es todo esto? Dejar de hablar en voz baja entre vosotros y decid de una vez que cojones pasa. Si va a haber problemas quiero saberlo ahora y creo que vosotros y Fadil estáis ocultando algo. Tenemos derecho a saberlo.

Estaba enfadado, por muchas cosas, pero sobre todo porque no sabía que pasaba, ni de que iba todo eso. ¿Iban a matarlos aquellos tipos? Pues no lo harían sin que Mike tratara de proteger a Sam y a Mel, aunque no tuviera ninguna oportunidad, nunca había sido una persona violenta, en ese sentido Mel estaba mucho más preparada, pero ¿Que podía hacer su hermana contra varios tipos armados con machetes y mazas? Y desde luego no pensaba dejarla enfrentarse a ellos sola, él la protegería a cualquier precio. Y si el Pacal ese iba a seguir sin dirigirles la palabra cogería a Mel y a Sam y se largaría de allí, que los intentaran detener si querían. Era hora de poner las cartas sobre la mesa.

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21/06/2016, 13:10
Omar Echenique

La mirada de Omar estaba clavada en la de Pacal. El revoloteo alrededor de su hermana era lógico y a un tiempo molesto en su actual estado anímico, pero apenas le prestaba atención. Cerró los ojos un momento y masajeó el entrecejo fruncido. Necesitaba pensar. Pacal... aquel nombre no le era del todo desconocido.

-Sí, Lottie. Juntos y protegiendo al pajarillo -afirmó casi descuidadamente en respuesta a lo dicho por la pelirroja.

Pacal, Pacal, Pacal repetía mentalmente en un esfuerzo por recordar. Aquello debía remontarse a las vacaciones efectuadas con sus padres y la familia de Estel. Con un padre especialista en antiguas religiones, una madre arqueóloga a lo cual sumar otro arqueólogo y una astrofísica por la otra rama, aquel viaje fue un compendio de información académica no muy fácil de digerir, pero acerca de  lo cual se les preguntaba al final de la jornada como si de un examen se tratara. Joder, Omar, recuerda.

Y entonces llegó la luz. Palenque, Palenque y su astronauta. El único templo funerario de la cultura maya. Una pirámide escalonada, una variante de mastaba precolombina erigida bajo el mandato de... Pacal.

Omar abrió nuevamente los ojos, levemente confuso. Es como si en su mente escuchara a los progenitores de ambas familias reunidos en torno a una mesa discutir acerca de aquella singular construcción. Recordaba oírles decir que el templo se contruyó alrededor de la monolítica tumba, conclusión derivada de que la puerta de acceso del templo era mucho más pequeña que el sarcófago. Casi podía ver a Harold y a su padre, Xabier, discutiendo acerca del significado del grabado en altorelieve. Xabier y su ortodoxa interpretación del descenso del rey al inframundo y Harold, que entre carcajadas, mentaba la interpretación de dos iluminados que veían en dicho dibujo a un hombre usando algún tipo de maquinaria moderna, propia de un avión o nave espacial. Se recordaba a sí mismo, sentado junto a Estel y escuchando absorto aquella historia del astronauta, cruzando miradas y dándose codazos, excitados ante lo que debían ver al siguiente día. Y ahora, a la vista de los hechos, ¿pudiera ser que los iluminados no estuvieran tan confundidos y que la tal maquinaria correspondiera a una máquina espacio-temporal?

Necesitaba comentarlo con los demás. Quizá Estel pudiera apoyar su locura o proporcionar más datos. Pero no era el momento. No de hablar de aquello, sino de encontrarse cara a cara con el destino.

Dio unos pasos y se acercó, desnudo, al viejo conocido.

-Pacal. Creo que ya nos conocemos. De otro tiempo y lugar. Un espejo en los ojos de Enara. Soy Omar -afirmó crípticamente-. ¿Eres tú quien nos ha traído? ¿Un aliado de Umayma?