Partida Rol por web

Horus - II

Síij, síij !! (Cap. VII)

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21/06/2016, 16:21
Samantha Johnson

Tampoco estaba muy segura de lo que estaba sucediendo, pero la sensación de peligro era como un gas que se superpone a las risas: inodoro para algunos aunque letal para todos. Al menos su intervención sirvió para que Mike cayera en la gravedad de la situación y al fin quisiera escuchar una verdad que ni ella misma quería reconocer. Hacerlo lo hacía real y muy en el fondo, como todos, quería despertar de la extraña resaca de la noche anterior y sentarse en la tumbona de la piscina en un ambiente bien opuesto al que habían vivido.

-Soy Samantha, pero llámame Sam -Esta vez su sonrisa era real, fresca. No iba a añadir más de lo que había dicho Mike, aunque había asentido en todo lo que había prometido (menos la mención sobre Fadil que le sacó una extraña mueca).

Se mantuvo junto a sus insaparables usando aquella túnica blanca para taparse lo suficiente. No iba a colocárselo como Mike, y casi todos eran reticentes a cogerlas, lo que dejaba claro que algo pasaba. Todo a su alrededor era nuevo y potencialmente peligroso, tal vez no aquellos críos entusiasmados que con sumo cuidado se quitó de encima, porque tenía que mantener las apariencias dado el severo semblante del que ahora conocían como Pacal. Pacal y el extraño hombre que gritaba auxilio.

Y para rematar, Fadil había soltado una pequeña bomba que apenas pudo resolver. Lo que parecía algo inocente Mike lo intensificaba con su mirada. Durante mucho tiempo había pasado de puntillas: ¡el elefante en la habitación! ¿Qué más podía hacer que sonréir y seguir de puntillas? Sí, algo de color había aportado a sus mejillas aquel inesperado embrollo, pero con algo de suerte la pronta intervención de Omar atraería la atención de TODOS.

Crucemos los dedos y que el elefante siga haciendo malabares.

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21/06/2016, 17:31
Enara

-¡Ehhh!

Se quejó la pequeña Enara cuando Mike la tomó por la cabeza tapándole los oídos para que no escuchara lo que tenía que decir. Lo logró, la niña no le escuchó, pero se liberó de un tirón poco después de que acabara con su diatriba, y ella apenas notó su enfado. 

-¡Oye! ¡Que me dejas sorda!

No se cortó, sin embargo. Y siguió hablando, respondiendo a Lottie, primero, bajando la voz como la propia Charlotte había hecho, y luego de nuevo a Mike, y a Sam.

-No es que le llame así. Es que está aquí. -Y se dio un golpecito en la frente con el dedo.- Es el señor de la cabeza porque lo escucho en la cabeza, ¿sabes?- Se volvió hacia Mike, y habló entonces con tono normal.- Vale, Mike, gracias. ¡Hola a todos! Oye... ¿Por qué dices que... ¿Fadil...? no es amigo? ¿Os habéis peleado? No me gustan las peleas, ¿sabes?. Siempre hay uno que pega más y hace daño. -Y finalmente miró a Sam, y le sonrió.- ¡Hola Sam! Me gusta tu nombre, el largo, pero es difícil.

Había escuchado a su  hermano dirigiéndose a Pacal, pero pareció no darle importancia, y ni siquiera le miró, como si estuviera segura de lo que iba a ocurrir, o como si no fuera con ella.

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21/06/2016, 17:49
Fadil Jannan

Se giró mirando incrédulo a Mike y a su afirmación. ¿Cómo iba a explicarle a la hermanita de Omar que no era verdad, que desde luego era su amigo, y que él era tan víctima de los que estaba pasando como el resto? Había sido una herramienta en manos de Umayma, cierto, pero de eso a prevenir a la chiquilla contra él había un mundo. 

Sacudió la cabeza, negando. Iba a decir algo, pero no lo hizo. Había visto la muda petición de Lottie a Nat, para que fuese con ellos. Y asintió a la parisina, sin decir tampoco nada.

Simplemente se acercó a él, le puso una mano en el hombro y le alejó de la abertura y de los guerreros.

-Vamos. Ve con la pelirroja.- Le guiñó un ojo, intentando quitar gravedad a la cosa. Pero añadió, muy serio- Creo que todos pensamos que es mejor que estemos juntos. No sé qué nos tienen preparado, pero mejor no lo afrontemos uno a uno. Hagamos piña. 

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21/06/2016, 18:13
Estel Highwater

Una punzada de culpa perforó su pecho con dureza, al escuchar el tono ansioso y agudo de Enara descubriendo a través de sus propias palabras lo que le había sucedido. Algo que no le hubiera sucedido, quizás, si ella hubiera seguido su instinto aquella tarde en Suiza, si no se hubiera negado a creer… Pero Estel volvió a apartar aquello que tocaba su pecho y su cuerpo con manos de hierro, la culpa y la ansiedad y la ira, para que no tocara su mente. Lo había hecho al comenzar a hablarle a Enara, a conducir sus preguntas del modo que lo hubiera hecho Omar en otro momento, y tenía que seguirlo haciendo. Era necesario. Estaban en una situación peligrosa, quizás límite, aunque hubiese gente que aún no lo entendía. Y la única forma en la cual podían conseguir alguna ventaja para proteger a Enara y salir vivos era con información.

Con una última caricia a su cabello, dejó que Omar tomara a Enara en sus brazos y asintió a sus palabras. Las que se escucharon, y las que no. La información comenzó a acomodarse en su mente como las partes de un cifrado comienzan a tomar sentido una vez que comienza a descubrirse la clave. Observó un instante la túnica blanca, que Mike había ofrecido, y luego a su alrededor. Definitivamente, todos aquellos estaban esperando que se pusieran las túnicas antes de conducirlos hacia otro lugar, quizás un templo o una plaza para continuar con la… bienvenida. A juzgar por el ejemplo de Enara, que portaba una igual, aquella vestimenta era claramente simbólica y revelaba un estatus. Como el color diferente de la túnica de los niños. Como el tocado en la cabeza de aquel hombre que…

Estel había vuelto levantar sus ojos. El hombre ahora sonreía a Omar. Como un mismo cuerpo, ambos clavaron la mirada en las mismas pupilas y luego, Estel buscó los ojos de Omar que la buscaban. El gesto de ella, en el marco de aquel intercambio binario, no cambió.

El momento se rompió cuando Omar volvió a clavar la mirada en el hombre, Pacal, y Enara les ofreció las túnicas. No era una buena idea ponérselas; tampoco era una buena idea acercarse a él, como trataba la pequeña Echeñique por todos los medios, y definitivamente no era una buena idea lo que estaba haciendo Sean. Pero no podía no seguirlos, dejarlos solos. Al sentir la mano que se cerraba en la suya, supo que Charlotte compartía su mismo pensamiento. Estel apretó la mano de la francesa y se dejó llevar por ella, siguiendo a una Enara que a su vez arrastraba a Omar. Podía percibir una vibración vacilante en la presencia de Charlotte, una que se contraponía con la repentina reacción de Omar.

Se inclinó hacia Lottie para decirle algo, sin quitar los ojos de sus alrededores y la posición de todos y cada uno de los presentes. Una mirada que no pocas veces Omar había llamado mirada de azor, querida, esa bajo la cual la gente o se corre de entusiasmo o se muere de escozor. La dirigió hacia Mike, que había decidido de pronto entender que estaban en una situación de vida o muerte y había decidido gritarlo a los cuatro vientos. Porque por supuesto no había otra cosa que hubiera podido hacer después de todas las veces que antes de eso habían intentado decirle qué estaba pasando y él se había negado a escuchar.

Cuando Omar dio el paso hacia adelante, Estel dio los mismos pasos para acercarse a Enara. Su muslo rozó el hombro derecho de la niña, poniéndose en posición de guardián a sus espaldas, mientras ella continuaba hablando sin prestar atención a lo que estaba haciendo Omar. Y quizás era lo mejor, de hecho, como siempre. Dejar que él hablase, generando la situación necesaria para que eso sucediera, más aún luego de la terrible realidad que Enara acababa de confesar. Y callar a Mike.

Estel alargó una mano y cogió al estadounidense por el brazo. Sus dedos se hundieron en su muñeca, haciendo presión contra su pulso, con más exactitud que fuerza.

- ¿Por dónde quieres que empecemos a decírtelo, Mike? – dijo en voz baja, clavando los ojos en los suyos – ¿Por lo que ya te dijimos antes, Lottie ante todo, y no has querido escuchar? – el tono de Estel era neutral, analítico, sin enfado, pero sin emoción – Si quieres que nosotros dejemos de hablar en voz baja, deja tú de hablar en voz alta sobre lo que se te viene a la cabeza y escucha de verdad por una vez – finalizó, antes de inclinarse hacia él y susurrar algo que sólo él pudo escuchar.

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21/06/2016, 18:23
Estel Highwater

Estel había vuelto levantar sus ojos. El hombre ahora sonreía a Omar. Como un mismo cuerpo, ambos clavaron la mirada en las mismas pupilas y luego, Estel buscó los ojos de Omar que la buscaban. El gesto de ella, en el marco de aquel intercambio binario, no cambió.

No al menos para los que estaban a su alrededor. Omar sí vio el cambio. Ante la relevación había la misma ira en sus ojos, la misma violencia, el mismo miedo. Y la misma decisión, aunque de otro modo.

Los ojos de Estel se volvieron analíticos y distantes, pasando a la Estel-criptógrafa en un instante.

- Es el tercero – silabearon sus labios – El que faltaba.

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21/06/2016, 18:23
Estel Highwater

Se inclinó hacia Lottie para decirle algo, sin quitar los ojos de sus alrededores y la posición de todos y cada uno de los presentes.

- Necesitamos tiempo para hablar de todo esto – susurró, suavemente – Nosotros. Luego.

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21/06/2016, 18:24
Estel Highwater

- Cuanto más reclames y más escuche este hombre, más en peligro nos podrás a todossusurró Estel – Incluidas a Mel y a Sam.

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21/06/2016, 18:26
Mike Yaddow

El cruce de miradas con Sam no le reveló nada que ya no supiera, su amiga había tomado el pelo a Fadil diciéndole que eran novios y ahora se avergonzaba porque seguía aún medio desnuda delante de aquellos desconocidos, y no iba a ser él el que se quejara si ninguna de ellas se ponía la túnica, si ellas estaban cómodas así Mike también, aunque algo distraído, así era imposible centrarse.

¿Pero de que va este tío?

Mike observó indignado como Omar ni siquiera se preocupaba en contestarle, para él no debía ser importante que el resto supiera lo que pasaba allí.

-¡Eh Omar! ¿Que te pasa? ¿No me escuchaste o qué?

Y si lo había escuchado parecía no importarle lo más mínimo. Se quedó mirando a los demás, desde luego si Charlotte o Estel tampoco iban a decir nada él no pensaba quedarse allí parado, ahora que sabía que el tío de las plumas hablaba inglés le obligaría a decirles algo o simplemente saldrían de allí y buscarían como volver a casa.
Fueron las protestas de Enara las que lo obligaron a volver a sonreír como si no pasara nada, ante los niños siempre había que disimular los problemas para que no se pusieran a llorar.

-Perdona Enara, no me di cuenta. ¿Ahora nos escuchas bien?
-Miró a la niña mientras esta explicaba lo de la voz que tenía en su cabeza. Mike levantó la mirada y la pasó por el resto del grupo. ¿La niña escuchaba voces? Quizás su hermano también, por eso no le había escuchado a él.- Pues en este caso Fadil es el que hace daño, gracias a él estamos todos aquí, pero no te preocupes que nos vamos a ir ahora y si no te cae bien lo dejamos aquí con Pacal.

Y entonces Estel le cogió de la muñeca y comenzó a hablar en voz baja. Mike intentaba mirarla a los ojos y solamente a los ojos, pero la vista era demasiado caprichosa y aquellas muchachas parecían decididas a mostrar sus cuerpos ante todos, bueno sabía que las latinas eran muy atrevidas, parecía que las francesas tampoco les iban a la zaga. No llegó ninguna explicación solo reproches y advertencias.

-Por el principio. -Dijo en un tono normal, estaba harto de secretos.- Mel, Sam, poneros aquí cerca.

No era para que escucharan mejor, necesitaba tenerlas muy cerca por si pasaba algo, no iba a permitir que nadie les hiciera daño. Fijó la mirada en Pacal y luego miró a su alrededor. Estaban atrapados allí, solo parecía haber una salida y estaba custodiada por aquellos dos hombres armados. ¿Podrían con ellos en caso de necesidad? Si eran lo único que se interponía entre su libertad merecería la pena intentarlo.

-Vale Umayma quiere matarnos. Pudo haberlo hecho ya dos veces y falló, o es muy mala en esto o pasa algo. -Su hermana era la experta en criminales, seguro que lo estaba analizando todo para encontrar una explicación y una salida.- ¿Que hacemos aquí? ¿Es una especie de prisión? En Estados Unidos no mandamos niños a recibir a los presos...

Había cosas que seguían sin cuadrarle y muchas preguntas sin respuesta. Lo único que tenía claro en aquellos momentos era que estaban en peligro, y que no se podía fiar de Pacal, de Fadil y quien sabía si de Omar...

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21/06/2016, 20:43
Sean Dunne

Sean lanzó una mirada de escepticismo a Pacal. Cada vez dudaba más de que aquel mudo supiese inglés, inglés americano, inglés brasileño, y cualquier otra variante del inglés del siglo veintiuno. Pero por lo menos, si Omar le conocía de algo, estaba bien.

Oye, Enara... tú ni caso a Mike. Está mu loco, ¿oyes? Tú porqué no le cuentas a tu hermano qué pasó, ¿eh, peque? Desde el cole hasta que llegaste aquí. Es un "cómo te fue el día". ¿Recuerdas una máquina dorada y un líquido rosa? ¿Tú también llegaste nadando por el lago azul de allí abajo, Enara? Cuéntaselo todo.

Bueno... Sean ya le había dado cuerda a la niña para un buen rato. Era eso, o ponerla a hablar del amigo imaginario de la cabeza. Cualquiera de las dos cosas bastaría para que no se diera cuenta de que ninguno de los adultos allí presentes, ni Mike, sabían qué hacer en esta situación. Ahora Sean podía volver a centrarse en lo realmente importante: encontrar unos pantalones.

Chicos... no me juzguéis por lo que estoy a punto de hacer...

Sean, así, desnudo como estaba, se acunclilló para ponerse a la altura de una de las niñas de las flores, y la abrazó, acariciándola en el pelo. En cuanto sintió el contacto de los cuerpos, y que la niña cerraba las pequeñas manitos tras la nuca, el pelirrojo se puso en pie con la niña en el colo.

Lanzó una mirada al pasadizo y a aquellos hombres. ¿Quizás alguno era el padre de aquel escudo humano? Sean empezó a deslizar los pies descalzos a un centímetro del suelo rocoso, avanzando despacio, para introducirse con la niña en el pasillo de los guerreros.

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21/06/2016, 21:25
Nathan Morrison

No lo iba a permitir. Nathan ya había probado aquella estrategia y aquellos guerreros no se habían inmutado lo más mínimo. Y, más aún, tras meditarlo una milésima de segundo había entendido que aquello no debía ser así. No podía ser así. Si aquel enemigo que se erigía contra ellos a través del tiempo y el espacio se encumbraba en lo más abyecto que se pudiese ser, eso no les otorgaba poder para responder de igual manera.

- Suéltala... - ordenó Nathan a Sean. No buscaba un enfrentamiento ni tampoco había violencia en su voz pero dejaba claro que no lo iba a tolerar. El canadiense había comenzado a andar el camino de regreso en dirección al grupo cuando se cruzó con el pelirrojo que pretendía desmarcarse y "probar suerte" con la vida de un niño inocente de por medio. Aquello no era como la máquina infernal que les había albergado antes. No se podían ir tocando botones a ver qué resultaba de la acción de cada uno de los conmutadores. Eran niños. No se jugaba con eso. El bailarín detuvo a Sean agarrándolo del brazo y clavando sus ojos en los de este. Un leve movimiento de cabeza rubricó la acción. No estaba bien. Más aún... si Umayma, de algún modo les estaba viendo, se deleitaría al contemplar cómo había provocado que sus cautivos sacasen lo más vil que portaban en su interior para intentar en vano combatirla.

- ¿No lo entiendes...? Solo saldremos cuando ellos quieran que salgamos. No antes. Ya puedes arrojar a todos esos niños al cenote y ahogarlos con tus propias manos. Ven... acerquémonos. Juntos somos más fuertes. 

Probablemente Sean debía llegar a la misma conclusión que Nathan pero debía de hacerlo por su cuenta. Así pues, Nat palmeó el hombro del francés con afecto y continuó andando en dirección a la hermana de este. Los ojos de Lottie le habían llamado y él debía atender la petición. El mensaje estaba claro y no era otro que el que él mismo había trasladado al otro Dunne. Juntos... debían estar juntos.

Al llegar, Nathan sonrió a la pequeña Enara de forma cálida.

- Hola... Enara, ¿verdad? Yo soy Nathan pero puedes llamarme Nat. ¿Te gusta bailar, Enara...?

Su frase casi murió de sopetón cuando vio aquella extraña marca en el cuello de la niña. A la altura de la nuca parecía que algo había sido inoculado a través de una minúscula oquedad. ¿Un veneno...? ¿Algún psicotrópico que le hacía escuchar voces...? ¿Un antídoto...? Las preguntas se sucedían y el único hombre capaz de ofrecer respuesta permanecía incólume a los ojos que le suplicaban algo a lo que agarrarse. Por otro lado, Sean, Mike... parecían enardecidos y su sentido de la oportunidad no daban lugar a una mínima paciencia. Exigían la información de forma inmediata. No entendían que tenían las de perder. No entendían que eran cautivos. No entendían que no estaban en situación de exigir. No entendían nada... Estel parecía que quería poner orden pero parecía que solo conseguía poner a Mike más nervioso e incluso que este se volviera contra ella y Omar. Quizá sí había información que compartir. Pero hacerlo allí, a oídos de Pacal, era imprudente y poco práctico. Si algo les podía sacar de allí era aquella información que los captores desconocían que ellos poseían. Aquel era el clavo ardiendo que Nat llevaba un buen rato buscando.

- Shh... ¡silencio! Todos. Dejemos que nuestro anfitrión hable.

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22/06/2016, 00:33
Charlotte Dunne

Omar avanzó, decidido, hacia Pacal. Nadie podría pararlo. Pero confiaba en Omar y sabía que, fuera lo que fuera lo que estaba decidido a hacer, no pondría a nadie en peligro. Mucho más estando su pequeña allí, pequeña que llamó la atención de la parisina para contestar a su pregunta en el mismo tono de secreto en el que ella le había preguntado. Lottie dejó de mirar a Omar para centrarse en la pequeña de nuevo. Las palabras que salieron de su joven boca hicieran que un estremecimiento recorriera su columna vertebral y su respiración se quebrara.

No dejes que ella te lo note, que ella no perciba que… ¡Dios mío, Enara! Maldito Pacal… ¿qué demonios le has hecho…?

Lottie aguantó el tipo como pudo, tragándose la ansiedad que la había invadido, el miedo que acababa de golpearle en el estómago dejándola sin respiración ante aquel descubrimiento del que las inocentes palabras de Enara le daban completamente por cierto. Enara nunca diría algo así si no fuera cierto, si no estuviera escuchando esa voz hablándole. Se acercó a la pequeña y le dio un beso en la punta de la nariz.

-Luego hablaremos de eso tu y yo, ¿te parece? Antes de irnos a la cama… A la cama, que mentirá más grande puede ser esta, pero disimulemos, disimulemos que no pasa nada ante ella…

Aquello le había dejado en shock, y su mirada voló hacia lo único que podía tener la respuesta a aquello. Pacal. Lo miró fijamente desde su posición, estudiando cada uno de sus rasgos, sus ojos, sus manos, su posición, mientras que cerca de ella escuchó, como si fuera casi un sueño a Mike. Tardó en procesar sus palabras, su enfado, su reacción. Le pareció irreal su comportamiento, casi como un enfado de niño pequeño al que no le das el helado que quiere aun habiéndole dicho que hoy no tocaba comprar uno. Solo tenía ojos, manos, sentimiento para Enara. El horror de manipular a una niña, la llenaba de rabia y de algo más profundo que el miedo, algo que nunca había sentido hasta entonces.

Escuchó el susurro de Estel en su oído. Palabras que la sacaron de sus pensamientos y que la alejaron de una Enara que se centró en saludar a Sam en aquel momento. Asintió a Estel, brevemente. Un gesto seco, breve, conciso. No hacía falta más.

Y cuando miró hacia Pacal, deseando que su mirada se cruzara con la del nativo para asesinarlo con la mirada, para hacerle saber que sabían y que iban a luchar hasta el final, no esperaba encontrarse con la escena que se desarrolló ante sus ojos. Sean. Sean con un niño. Sean hacia el pasillo lleno de guardias. Sean dispuesto a….

Dio un paso hacia adelante. Le daba igual lo que pensara su hermano, lo que la criticara él o cuanto se lo echara en cara, pero no iba a permitir que intentara aquello. Era un suicidio. No llegaría a traspasar a aquellos dos tipos de la entrada del corredor. Soltó la mano de Estel y echó a correr hacia el pequeño de los Dunne, decidida. Y se paró en seco unos cuantos pasos más allá, cuando vio a Nat detener a Sean. Su mirada, sus gestos, fueron claros con su hermano. Lottie tenía su vida puesta en aquel intercambio de miradas e intenciones. Si ella no podía pararlo, porque lo dudaba, quizás al canadiense lo escuchara. Fueron unos segundos, largos como nunca para Charlotte. Pero al final Nat se separó de Sean y se aproximó a ella, llegando a su altura seguido de cerca por Fadil. Sean se había detenido, parecía que Nathan había conseguido detenerlo. Se contuvo de ir a su lado. No quería romper aquel momento para no desencadenar que su hermano siguiera adelante con el niño en brazos solamente para llevarle la contraria. Pero no lo iba a perder de vista, para nada, aún podía decidir seguir avanzando…

Puso su mano sobre el brazo de Nat, retrocediendo un poco hasta situarse de nuevo junto a Enara y lo miró, agradecida. Agradecida por partida doble-Gracias… por venir, por… -le susurró, señalando con su mirada a Sean. Se lo agradecía de verdad, pero aún tenía el estómago encogido y no le salían las palabras. Vio donde se posaba la mirada de Nat al acercarse a Enara y presentarse, y supo que él había comprendido que aquel dibujo no era un tatuaje, no era casual. Así que cuando se incorporó se acercó a él y le susurró algo en el oído. Fue algo breve. Cuando terminó se separó de él, mirándolo un momento, buscando en su mirada la comprensión a lo que le había transmitido.

Y, cuando lo hizo y Nat calló a Mike, se volvió hacia el americano. No había querido hablarle. No más explicaciones, no más disculpas ni intentos de que entendiera, no más insistir en demostrarle nada que su práctica y realista mente americana se negaba a comprender. Pero había dos cosas que necesitaba decirle. Solo dos. Después ya habría tiempo para más. O eso esperaba por lo menos.

-Sabes lo que es todo esto, Mike. Solo debes creer… pero rápido. No ocultamos nada, eres tú el que te lo estás ocultando. Mira, observa, entiende. Y confía en nosotros. Confía, Mike. Después hablaremos, ¿vale? Ahora no –le dijo en susurros. Su mirada llena de una petición muda de que él entendiera de una vez, de que viera que se la estaban jugando y de que no era el momento de peleas ni de divisiones. Le lanzó en ese momento una mirada significativa en dirección a  Pacal, esperando que entendiera- ahora no…. Y te agradecería que dejaras de hablar así de Fadil. Estamos todos aquí, él incluido… Confía. Es lo único que tenemos…. Nos va la vida en ello.

Se agachó y le susurró a Enara-Fadil es amigo, luego también te contaré cosas de él. Tenemos mucho de lo que hablar, guapísima.

Las palabras de Omar hicieron que se volviera en redondo hacia él y Pacal. Sorprendida. Alerta. Descolocada. ¿Se conocían? ¿De qué estaba hablando Omar? Miró a Estel, buscando una respuesta a sus preguntas. Solo ella podría saber de qué estaba hablando Omar. Pero la vio tan atenta a aquella escena como lo estaba ella. Pasó sus brazos por encima de los hombros de Enara y la apretó a su cuerpo dulcemente. Miró a Sean, demasiado cerca de donde no lo quería ver. A Nat y a Fadil cerca de ella igualmente, atentos. A los tres americanos los sentía un poco más atrás, junto a Oli. Era como si pudiera sentir la presencia de cada uno de ellos. Sabía dónde estaban, lo que hacían, casi podía sentirlos respirar. Era su cuerpo atento a lo que pudiera pasar, listo para saltar si alguno de los guardias movía un solo dedo, todos sus músculos en tensión, preparados para defender a sus más queridos, a los que lo estaban siendo por unas razones y otras, y a los que les daría una buena colleja en otras circunstancias.

Hilos tensados, con referente su propio cuerpo, que hacía de centro junto con Enara y Estel al lado de la pequeña. Casi podía coger esos hilos imaginarios con su mente, atrayendo a cada uno de ellos hacia el centro, hacia ella. Pero eran demasiados. Una leona peleando por sus cachorros ante un depredador más peligroso, más mortífero. Pero ella lo sabía, era ley de vida. Ellos eran muchos, ella solo una, y no podía protegerlos a todos a la vez. Su mente hizo un claro esquema. Más débiles, más fuertes. Menos posibilidades y más de supervivencia. Fríamente. Sintió un eco de miedo ante aquella frialdad, pero estaba demasiado lejos de ella misma como para evaluar conscientemente aquella sensación. Supo que se sentiría mal más tarde, si no pasaba nada. Pero en aquellos momentos, aquello no tenía importancia.

Fijó su mirada en Pacal, esperando su respuesta. Lista para lo que pudiera ocurrir.

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22/06/2016, 00:34
Charlotte Dunne

Se acercó un poco más a Nat. Lo que quería decirle no debía ser escuchado por oídos ajenos y, ni mucho menos por Pacal y compañía.

-Le ha pinchado con algo. Pacal. Lo único que puede haber usado, si es que lo lleva encima ahora mismo, es eso que lleva en sus manos, esas espigas. No sé que son, no había visto antes esa planta. Pero ese color plateado que tiene... es extraño. Y tiene espinas. Si hay algo en esas espinas, droga, veneno... puede ser muy peligroso. Ella escucha voces y estoy segura de que la dosis que le ha dado a ella es pequeña. Me niego a creer que le quiera hacer daño a una niña tan pequeña. Pero a nosotros.... Vigila esas espigas y mantente alejado de ellas.

Apretó brevemente su mano en el brazo de Nat antes de separarse de él. Confiaba en el canadiense.

 

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22/06/2016, 16:04
Oliver Booth

Nunca me habían gustado mucho los niños, o más bien, no me gustaba la actitud que tomaba la gente hacia ellos. Ver a un puñado de supuestos adultos tratando a los niños como idiotas me ponía enfermo, cómo si aquellos pequeños cabroncetes no se enterasen de nada. Y ya lo creo que se enteran, mucho más que la mayoría de los adultos. Y lo que era aún peor era contemplar a sus padres intentar convertir a sus hijas en princesas en apuros y sus hijos en máquinas de matar... El caso es que, bueno, los niños generaban todos esas incómodas situaciones que no me gustaban, y allí había muchos niños y... muchas reacciones estúpidas...

- Eh...¡Hola! - saludé a la hermana de Omar cuando me presentaron.

Pero eso era todo lo que pretendía decir. Me interesaba mucho más lo que tuviera que decir aquel tipo llamado Pacal, que se suponía que hablaba nuestro idioma y que, desde el principio, parecía manejar el cotarro en aquel sitio. Agarré una de las túnicas y me la puse, ya estaba bien de andar desnudos entre los niños... si había allí alguna cámara de televisión unos cuantos íbamos a tener que dar explicaciones.

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22/06/2016, 17:57
Pacal

Omar y él, frente a frente, como una escultura de sacerdote y ofrenda, vestido de ceremonia uno, desnudo el otro. Y, sin embargo, de igual a igual, midiéndose.

El hombre miró a Omar con los ojos entrecerrados, aunque ya de por sí sus párpados eran afinados, lo que ahora hacía aún más difícil llegar a vislumbrar las pupilas. Pero, cuando uno las descubría, en el fondo de esos ojos, la luz que emitían era de una inteligencia abrumadora. ¿Era verdad? ¿Les entendía? ¿Podía responderles?

Quizá era así. Sin embargo, Pacal no hizo señal alguna de haber entendido lo que el otro le decía. No movió ni un dedo, no pestañeó.

Pero a su alrededor todo enmudeció. Los niños dejaron de gritar, de cantar. Se quedaron quietos, mirando. Los dos guerreros alzaron sus armas y se adelantaron, prestos a usarlas. En la boca del Cenote un rumor de voces acalladas se extendió, como un zumbido. Los otros guerreros del túnel se giraron y se colocaron estratégicamente para actuar.

Sólo, tras unos largos segundos de aplastante silencio por su parte, el hombre sonrió con una sonrisa torcida, salvaje. Una sonrisa de depredador, de jaguar. Hizo una señal con la cabeza a los suyos. A sus hombres. Y nada más...

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22/06/2016, 18:01
Udjat

Notas de juego

La situación se ha congelado. Podéis declarar lo que hace cada uno. Podéis hacer lo que se os ocurra, pero primero hay que decirlo. Van a hacerse tiradas según lo que declaréis, si alguien ataca, por ejemplo. 

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22/06/2016, 19:16
Mike Yaddow

Dejó que Sean cogiera a uno de los niños y se acercara a la entrada, aunque vio con alivio como Nathan intentaba detenerlo.

Los niños no tienen la culpa.

Se giró de nuevo hacia el grupo haciendo un poco de sitio para que tanto Nathan como Oli se incorporaran a aquella especie de círculo que habían hecho.
Las explicaciones de Charlotte tampoco llegaron, no al menos como Mike esperaba. Eso no terminó de gustarle, eso y aquella manía de todos por querer que Fadil fuera su nuevo mejor amigo.

Acaba de intentar mataros y seguramente lo haría de nuevo si con eso se salva, vais listos confiando en él...

Se disponía a protestar de nuevo cuando algo sucedió, algo que había hecho Omar o que simplemente había ocurrido en aquel momento, pero Pacal hizo un gesto ante el cual los guerreros empuñaron sus armas. Para consternación del americano no solo había dos, comenzó a ver a más guerreros acercarse.

Estos hijos de puta nos van a matar.

No sabía porqué tantas vueltas para hacerlo, era la tercera vez que lo intentaban y Mike no iba a dejar de luchar, si su destino estaba ya fijado moriría intentando defender a su hermana y a Sam. Abrió los brazos en cruz como haciendo una barrera imaginaria y dejando a las cuatro chicas y a la niña detrás.

-Quedaros atrás. -Estimó las posibilidades, no eran muchas, por no decir ninguna. Y allí estaba Pacal con aquella sonrisa triunfante y provocadora. Al menos intentaré llevarte a ti por delante... Sería una victoria menor, pero la única que podía obtener dadas las circunstancias. Además si salía bien quizás bastara para frenar al resto pues parecía el jefe. Mike salió corriendo en dirección a Pacal a toda velocidad intentando coger el mayor impulso posible, por fin iba a rentabilizar todos los partidos de los Miami Dolphins que había visto en su vida, ese tipo no sabía lo que se le venía encima.- ¡Go Miami! ¡Go!

Con los últimos gritos de ánimo se intentó abalanzar sobre su rival, si tenía suerte quizás podría arrastrarlo con su placaje y tirarlo al cenote, si no, al menos lo habría intentado.

Y entonces el cenote desapareció, ya no estaban en México, ahora MIke corría por la calle lateral del Miami Stadium en dirección a su quaterback Omar Echenique mientras sus compañeros le guardaban las espaldas en defensa.

Y las chicas ya no estaban desnudas o tapadas con túnicas, se habían convertido en las animadoras del equipo. Mike no cumpliría su sueño de marcar un touchdown en la vida real, pero se debía a su público y a sus compañeros, no podía fallarles.

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22/06/2016, 20:45
Udjat

Notas de juego

Mike tira 2 d100. Si alguien más actúa, debe tirar también.

El primero es por Inicitiva. El orden de actuación será según resultados, de mayor a menor.

El segundo es por éxito o fracaso de la actuación. Crítico: 99-100, Pifia: 2-1 (puede suponer la muerte). Dificultad para el éxito, + de 70.  Sin embargo, hay circunstancias que pueden alterar esa dificultad. Lo diré a cada uno según la acción que vaya a realizar.

Yo describiré en privado lo que le ocurre a cada uno, y el post de roleo posterior corre a vuestro cargo.

Las tiradas no tienen por qué ser ocultas, es lógico que sepáis el resultado. Pero pueden ser sólo al director.

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22/06/2016, 21:55
Mike Yaddow
- Tiradas (2)
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23/06/2016, 00:19
Udjat

Notas de juego

Proclamad acciones y tirad por Ini, por favor. Si alguien no actúa debe decirlo también.

Editado: Límite para declarar acciones, hasta mañana. Si no se declaran se entiende que no se actúa.

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23/06/2016, 10:56
Udjat

Notas de juego

A petición de Tigre, descripción de la situación del lugar en el momento de toma de decisiones para las actuaciones:

La cornisa tiene un ancho de unos seis o siete metros, por algo más de largo. Pacal está en el centro, a unos tres metros de la caída al agua y a otro tanto de la abertura al túnel. Omar está frente a él. Se han acercado los dos guerreros iniciales, y se han situado a un metro más o menos de Pacal y Omar. 

El resto de pjs está más o menos cerca de Enara, rodeada en plan fortaleza por Lottie, Estel y Fadil. La niña primero acercó a Omar a Pacal, pero luego se detuvo a hablar y lo dejó ir. O sea que están a mitad de camino entre la abertura y Omar. En la abertura se han apiñado varios guerreros que han entrado desde el túnel al ver que la cosa se ponía tensa. Hay como seis o siete, los que caben sin entorpecerse, pero es evidente que hay más detrás.

Más datos: El Cenote Sagrado, según la wiki, tiene 15 m de altura desde arriba hasta el agua. La cornisa está a unos 9 o 10 del agua, o sea que tenéis un salto de tres o cuatro pisos.