Partida Rol por web

Horus - II

Zurich: "Ankunft" (Cap. II)

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19/01/2015, 18:20
Azafata

-Disculpen, señores. ¿Desean algo antes de que aterricemos? Falta ya muy poco para llegar a Zurich. ¿Alguna bebida...?

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23/01/2015, 14:38
Estel Highwater

Apoyada en un costado de la cabina, el mentón recargado en la palma de una mano que sostenía su rostro y mejilla, Estel observaba por la ventanilla del avión en vuelo como lo había hecho siempre, desde la primera vez que siendo tan pequeña su padre se había asomado al vidrio con ella en brazos, viajando de Barcelona a Londres. Lo hacía de un modo silencioso y distante, aunque rapaz, como un águila en pleno recorrido entre los picos de las montañas o un halcón peregrino planeando bajo sobre la superficie inagotable del desierto. Su único punto de contacto con la realidad, con el interior del avión, parecía ser el antebrazo que tenía pegado al de Omar a su lado, y también la rodilla que tenía apoyada contra la de él, o quizás era al revés y era su rodilla la que sostenía a la otra como una pared inamovible.

Llevaba así unos minutos, cuando la voz de la azafata la sacó de sus pensamientos. Estel giró la mirada por un momento hacia Omar, con una ceja arqueada. Luego, la posó en la azafata y sonrió.

Una Coca Cola para mí, por favor, si es tan amable - dijo, antes de inclinarse hacia Omar y susurrar, con toda la seducción puesta en un único tono - ¿Me acompaña, caballero, con una copa de champagne americano?

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01/02/2015, 13:30
Director

Notas de juego

Toc toc... ¿Equis...?

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04/02/2015, 19:43
Omar Echenique

Omar no había respondido a Estel. Por un largo tiempo y tras aquella reflexión que anudaba hechos del pasado con otros del presente y donde la única conexión eran la sangre y el cerebro de Estel, se había encerrado en un semimutismo del que parecía no querer salir. Justo algunos monosílabos, intracendencias y poco más habían salido de su boca. Era como si se tratara de un ejercicio de negación, de rechazo. Aunque simplemente era Omar pensando, reflexionando, decidiendo.

-Ni loco. Un prosecco, por favor -dijo dedicando una seductora sonrisa a la azafata-. Bien frío, si es tan amable -cuando la azafata desapareció, guiñó un ojo a su amiga y un encogimiento de hombros fue la justificación al empleo de sus armas para obtener un privilegio de primero estando en clase turista-. He estado pensando. Y no sé qué decirte. Entiendo lo que dices e incluso puedo ver tu línea de pensamiento y cómo has llegado a pensar que... No lo sé. Y no me importa. Es cuanto puedo decirte. No quiero aventurar nada. Estamos sugestionados por todo eso del viaje a Egipto. Seríamos capaces de establecer una trama cerrada a base de elucubraciones de bar a las siete de la mañana. Mira, solo quiero ver a Enara, comprobar que está bien y después, ya se verá.

Notas de juego

Perdón por la demora.

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05/02/2015, 16:17
Estel Highwater

Estel dedicó a Omar una cara de admonitorias cejas fruncidas y labios tensos curvados, por largos segundos, realizando una fiel imitación a lo que podía pasar por una mezcla exacta de la cara de "bit not good" de Sofía Roget Fabra y Xabier Echenique. El gesto no tardó en disolverse en una sonrisa traviesa bordeando la sorna, con la risa escapando muy baja entre sus dientes.

No dijo nada mientras Omar hablaba, por fin, tras todo el silencio que había guardado desde las palabras en el taxi. Lo único que hizo fue pasar la mano por encima del apoyabrazos que los separaba, para acariciarle esa rodilla que tenía pegada a la suya.

Por supuesto, tienes razón en eso. Te lo conté sólo para que tuvieras la primicia de lo que pasa por esta cabeza - le dijo, inclinando la aludida, y sonrió con seriedad - Que Enara es nuestra única prioridad es un axioma, como lo ha sido siempre. Fíjate, llevo meses cargando en esta mochila algo que había comprado pensando en ella. No, no te diré qué es.

Estel levantó los ojos por encima de la línea de los asientos, percibiendo movimiento aún lejano, y extendió una sonrisa sibilina mientras quitaba la mano de la pierna de Omar.

Siento negarte el contacto, querido, pero no quiero romperle más el corazón a tu enamorada de la aerolínea - dijo, mientras devolvía la mano a su regazo y sacaba su reloj analógico de bolsillo para observar la hora - Con suerte, en cuarenta o cincuenta minutos estaremos ya con Enara. Activé el cambio de moneda automático para las transacciones cuando estábamos en Heathrow, así que será sólo salir y coger el taxi - Estel devolvió el reloj a su sitio, y sonrió con tranquilidad - Queda en ti si les hacemos un llamado al aterrizar para anoticiarlos o vamos directo y caemos "de sorpresa".

Notas de juego

Perdonado, querido. Ah, no, que el perdón es divino, y yo de eclesiástico o sagrado tengo sólo el bautismo.

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10/02/2015, 17:31
Omar Echenique

La tomó de la mano, con delizadeza y suavidad. Sabía que su hombro no se resentiría por aquello, pero era ya una forma de obrar.

-Dicen que tenemos lo que nos merecemos así que imagino que algo muy bueno debí hacer en otra vida para tenerte a mi lado, Estel. Eres mi brújula, mi hermana, mi amiga y ni en cien vidas podré hacer por ti tanto como tú haces por mí. Eso me temo. En fin, empezaré por compartir mi copa de prosecco contigo una vez te hayas intoxicado con eso que has pedido -dijo tiñendo de un leve desprecio su referencia vaga a la cocacola-. Mira que lo intento, pero tú y el glamour lleváis a cabo una pelea sin cuartel. Y por desgracia, vas ganando -un apretón en la mano rubricó su broma-. Y sorpresa, por supuesto. Sin sorpresas... para qué vivir. Y ya de paso, gestora del tiempo y de los azares burocráticos, ¿qué tal si llamamos a nuestra lemurófila casera y le ponemos al tanto de lo ocurrido?

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11/02/2015, 14:24
Estel Highwater

La mano de Estel era paradójica entre las de Omar, suave a la vez que áspera, dedos delicados dignos de una escolástica o música de profundo encierro con callos claros y sutiles como cicatrices de trabajo manual duro y viajes al aire libre. Se dejó sujetar, el abrazo de los dedos de Omar rodeándola no como una jaula sino como uno de los pocos sitios que podía llamar hogar. Sus ojos se posaron en los que la miraban, perdiendo lentamente la sorna y suavizándose en los contornos hasta volverse limpios, con una emoción indescifrable en ellos.

No respondió nada. Sabía que Omar no esperaba respuesta, ni gustaba de confesiones líquidas y conversaciones pegoteadas como si estuvieran hechas de almíbar. Por lo cual se limitó a sonreír, con aquel sentimiento que estaba reservado exclusivamente a él, y se inclinó para besarle la mejilla.

Y yo te adoro, Omar - dijo, con suavidad, para luego suspirar exageradamente y poner los ojos en blanco - Lamentablemente lo hago. El cosmos me ayude.

Estel aún se estaba riendo entre dientes cuando llegó la propuesta de llamar a Charlotte. Arqueó por un momento las cejas, y asintió con vehemencia.

Sí, es buena idea. Así además le ahorramos preocuparse si no sabe de nosotros o no aparecemos en algún sitio en el cual según ella deberíamos aparecer, Egipto incluido. Y después de la charla a siete voces que tuvimos en Londres, admito que tengo curiosidad por ver cómo ha seguido. Si había alguien realmente entusiasmado, era ella - agregó, moviendo la cabeza y mirando un momento por la ventanilla - Ya estamos muy cerca de bajar, y quizás mejor llamar en tierra. Pero, por favor, haz los honores - Estel giró el brazo sobre las piernas de Omar, dejando su comunicador al alcance de los dedos como un gato gira sobre el regazo de alguien exhibiendo su estómago para ser acariciado, y sonrió con travesura - Quiero ver la cara de Lottie cuando aparezcas con fondo avión y en la mano una copa de prosecco.

Notas de juego

Lo dejo así, Dama, para que puedas bajarles del avión y ponerlos en tránsito si quieres. Si no, podemos hacerlo desde el avión y al cortar, podemos ya bajar y llegar al internado. No sé si les parece :)

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11/02/2015, 16:33
Director

Notas de juego

Pues me espero a que Omar envíe el mensaje, y a la que lo haga, os bajo ya del avión, que andamos bastante rezagados.

;)

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11/02/2015, 20:36
Omar Echenique

Sacó la lengua a Estel cuando esta puso en su regazo el comunicador, algo que seguramente no pillaría de sorpresa a esta.

-Sí, bwana, lo que usted diga, bwana. Claro, como soy un mestizo oscuro usted manda, señora blanca -comentó en tono de burla mientras se sacaba una foto con la copa de prosecco y a continuación escribía un rápido y escueto aunque descriptivo mensaje de la situación actual de la pareja. Su ubicación presente, lo ocurrido con Enara y sus movimientos inmediatos-. Ya está -concluyó cuando envió el mensaje-. Hecho. Me daba pereza hablar. Con Lottie ser breve al hablar es complicado. Lo único corto en ella es su diminutivo. Y hasta mi nombre lo es más. O el tuyo ya puestos. Hubiera querido saberlo todo, se hubiera agobiado con lo de Enara, intercalaría algo de información sobre lémures o hombres inalcanzables, protestaría por no haberla avisado antes y al final, estaría cruzando la frontera y seguiría hablando con ella sin haber llegado a decir gran cosa. Mejor así. Lo leerá, rumiará un rato y quizá nos acabe llamando, pero afortunadamente para entonces estaremos en donde tenemos que estar y hasta hayamos terminado con todo esto de forma tranquilizadora. ¿Le parece bien, bwana?

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11/02/2015, 20:55
Estel Highwater

Estel, que había seguido con ojos de disciplinador toda la escritura, levantó la mirada cuando Omar presionó enviar e hizo unos pucheros con lo que todo podría haberse ido a tierra. Sin embargo, cuando terminó de hablar, le dedicó una sonrisa tan dulce que claramente era sarcástica.

Tanto importa mi parecer, wapenzi, que preguntas cuando ya está hecho. ¿Qué haré contigo?

Recogió el brazo, y la sonrisa se volvió sincera, divertida.

De todas formas, estoy totalmente de acuerdo. Tu inferencia además es perfecta, como suele ser cuando se trata de personas. Más aún, de Lottie - le quitó la copa de prosecco, sin aviso, para dar un sorbo - ¿Qué? Me lo habías prometido - agregó, desafiándolo traviesamente con los ojos a que se la quitara - Y te aseguro que ya iniciamos el descenso, así que nos quedan pocos minutos de tranquilidad para disfrutar.

Dejó la mano con la copa al alcance de Omar, sin embargo, y miró por la ventanilla para observar el aterrizaje. No importaba que fuera la centésima vez que lo hacía, en una vida nómade como la suya. Estel nunca podía dejar de mirar.

Notas de juego

¡Listo todo!

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12/02/2015, 10:29
Udjat

El avión se había detenido y la portezuela abierto ante su finger correspondiente, no sin que antes la sonriente y complaciente azafata les hubiera cobrado sus bebidas casi disculpándose, la botellita de prosecco como unas diez veces más cara que la latita de cola. El encanto de Omar era indiscutible, pero la política de la compañía no daba ningún margen a su personal, absolutamente ninguno.

El día de junio era soleado, aunque el frío no perdonaba. Tomaron un taxi que les llevó a través del magnífico paisaje suizo hasta el internado, el Immergrüne Schule, inmerso en la naturaleza aún estando a menos de media hora de la capital.

El director del centro les recibió enseguida que le comunicaron la llegada del hermano y la tía de Enara.

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12/02/2015, 11:09
Director

-Hola, me alegro mucho de que hayan podido venir tan pronto... no me malinterprete... no porque ocurra nada nuevo. Pero, verá, señor Echenique... Enara me preocupó, nos preocupó, durante el... episodio. Tan... atípico. Incluso al Doctor, un hombre bregado en niños, ya puede imaginarlo. Nunca habíamos visto nada así... sin que hubiera una epilepsia detrás, que no la hay, está objetivamente descartada. O... en el caso de que Enara fuera adulta... bueno, se han dado casos, claro está, de simulaciones... pero no en una niña de seis años. No, imposible.

Mientras hablaba llamaron a la puerta del despacho, y una mujer asomó la cabeza, esperando instrucciones.

-¿Querrán verla ahora? Imagino que estarán deseando comprobar que está bien. ¿La hago venir, o prefieren comentar algo antes?

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12/02/2015, 13:19
Omar Echenique

-Verla, por supuesto. Cuanto haya que comentar puede esperar a otro momento -dijo Omar con seriedad-. Les agradezco que me informaran del episodio de Enara con tanta premura. Con nuestros padres fuera, la responsabilidad de estos temas recae en mi persona y confío en que tras hablar con ella, todo quede en un hecho anecdótico sin mayor relevancia. No obstante, prefiero no adelantar conclusiones ni aventurar nada. Además, tras hablar con mi hermana me gustaría poder entrevistarme con el médico y que me informe acerca de sus impresiones -miró un instante a Estel antes de proseguir-. Y si no es molestia, quisiera poder reunirme con mi hermana a solas. No quiero que se sienta incómoda con un grupo de adultos pendiente de cuanto diga. Prefiero que piense que esta es una visita informal. Accidental si lo prefiere. Salvo que ustedes le hayan informado de mi llegada y la razón de esta, claro.

 

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12/02/2015, 14:53
Estel Highwater

Estel, que había permanecido en segundo plano desde el momento en el cual habían llegado, recibió la mirada de Omar y asintió sin dudar y sin decir nada. Su intervención se había limitado a una etiqueta sin fallas en los saludos de rigor, y luego a una sonrisa cuando fue anunciada como la tía de Enara, una sonrisa que por indescifrable era extremadamente cortés. Más allá de eso, su rol allí era hacer lo que seguía haciendo en aquel momento: permanecer al lado de Omar, una figura constante de observación y apoyo a su lado, una con la cual Omar conformaba un frente indisociable contra el cual chocaba la tempestad del mundo.

Lo único que dijo fue:

Luego tendremos tiempo para hablar de las circunstancias en las cuales ocurrió esto, y si es el caso y están aquí, también hablar con quiénes estuvieron con ella cuando pasó. Gracias, señor - agregó a las palabras de Omar, inclinando levemente la cabeza. Miró un momento a la mujer, luego al director, y finalmente a Omar - Creo que quizás es mejor que la llevemos fuera, si te parece, a jugar como lo hacemos cuando la visitamos. Enara es más inteligente que nosotros dos juntos, y le hayan dicho o no, seguramente atará cabos sola - sonrió suavemente, con tranquilidad - Así que, quizás mejor un ambiente donde pueda relajarse y no entre cuatro paredes cerradas.

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12/02/2015, 17:54
Omar Echenique

Asintió.

-Creo que es lo mejor para todos. Un paseo a orillas del lago será lo mejor -rubricó al tiempo que se ponía en pie a la espera de que Enara llegara al despacho. .

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12/02/2015, 20:38
Director

-Desde luego. Vamos todos fuera, allí la esperan ustedes. Se sentirá menos intimidada que si la traemos aquí de entrada.

Hizo un gesto de asentimiento hacia la mujer, que salió en busca de la pequeña. Se puso a su vez en pie y se dirigió hacia la puerta.

-Después, si lo desean, podemos llamar al doctor Meier, que está ahora mismo en Zurich. Aunque no creo que les pueda dar más información que la que ya le he dado a usted antes, señor Echenique. Quizá más técnica, pero no más aclaratoria. Y tengo aquí el informe médico, por si quiere echarle un vistazo.

Le tendió una carpeta en la que pudo comprobar que se habían hecho varias pruebas y análisis. Y que descartaban cualquier anomalía física, traumatismo, tóxicos, y patologías neurológicas.

-Se han hecho in situ, para no alarmar a Enara, con la excusa de una revisión rutinaria. La intención era seguir en el hospital si se detectaba algún trastorno. Pero no ha sido así. Y le aseguro que disponemos de un equipo excelente en nuestra enfermería.

Mientras hablaban salieron del despacho y del edificio. Una vez junto al lago el director se despidió, y les dejó solos a la espera de que trajeran a la chiquilla.

Notas de juego

Se entiende que la tecnología diagnóstica de la época ha mejorado mucho con respecto a la actual, y concibo aparatos portátiles capaces de hacer lo que el director afirma.

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12/02/2015, 22:47
Enara

Al poco, cuando estaban junto a la orilla del lago, la verde pradera cosquilleándoles los tobillos, Enara apareció por una de las puertas laterales de la mano de la mujer, que señaló hacia ellos.

No se hizo esperar: la pequeña salió corriendo en su dirección, gritando y riendo a la vez.

-¡OMAAAAAAR! ¡EZTEEEEEEL! ZIIIIII!!!! HOOOOOOLAAAAAA!!!!

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13/02/2015, 17:24
Estel Highwater

Los ojos de Estel habían mirado por encima de las manos de Omar la carpeta que le había sido pasada, escaneando los detalles y diagnósticos con la rapidez de lectura que los caracterizaba, pero no había comentado nada. Sólo había sugerido con un gesto sutil el quitarla de la vista, ya sea devolviéndola al director o metiéndola en alguna de las mochilas, para que Enara no tuviera ni siquiera un contacto mínimo con ella. Una vez solos en dirección al lago, aún haciendo ecos la despedida cortés hacia el director, Estel se volvió hacia Omar, le cogió de la mano y la apretó con calidez.

Bueno, hasta ahora no mucho más que un funcionario diligente sin ganas de recibir una demanda civil ante la justicia - apuntó, extendiendo una sonrisa que hablaba de cinismo, mientras soltaba la mano aferrada - Pero todo lo que nos mostraron parece estar en orden, al menos eso creo.

Estel miró al lago, sintiendo vagamente una melancolía en las venas relacionada con el agua, echando ya de menos el Támesis y el Mediterráneo, y la vegetación de parte de su niñez atravesada por los árboles, las sierras y montañas de Catalunya. Pero no pudo dejar vagar más sus pensamientos, antes de empezar a escuchar los pasos corriendo.

Giró sobre sus talones, para ponerse de cara a la niña que se acercaba como un bólido, y sonrió con diversión.

A ver a quién quiere más - susurró traviesa a Omar, antes de abrir sus brazos y extenderlos hacia Enara, dibujando una sonrisa luminosa como un abrazo - ¡HEY! ¡HOLA, NIÑA!

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13/02/2015, 19:57
Omar Echenique

Había guardado el dossier en su mochila, con la intención de leerlo con calma y tranquilidad más tarde. Las palabras de Estel tan solo provocaron un encogimiento de hombros. Lo cierto es que no pedía más de aquel director cuyo sueldo posiblemente estuviera cubierto tan solo con los que sus padres pagaban por la matrícula de su hermana. Alzó el rostro, dejando que el sol calentara su piel, los ojos cerrados en un momento de relax, una tranquilidad que se rompió ante el grito de su hermana que avanzó corriendo hacia ellos.

-No sabía que eso te preocupara. Ya sabes que me quiere más a mí. Soy su hermano. A ti... a ti te encontramos en la calle -dijo con una amplia sonrisa, pero sin amago alguno de ir a competir con Estel en la recepción primera del abrazo de Enara. Se mantuvo en pie, sonriente, la mirada fija en la pequeña que corría hacia ellos. Lo había llamado en sus sueño y él, como un personaje mitológico cualquiera, había acudido presto a su canto. Ella lo miró en su carrera y Omar, con un gesto breve y subrepticio de cabeza hacia Estel, le indicó lo que había que hacer.