Partida Rol por web

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Ya se escuchaban que los orcos habían pasado y solo quedaba el silencio y el crujir de las ramas muertas y secas.

El suelo tenía un capa negra como de hojas y ramas descompuestas de hace mucho tiempo.

Hay un camino casi borrado. Pero se puede también circular sin este según se quiera.

Nos escondimos todos rápidamente, justo antes de que nuestra presencia fuera descubierta por unos pequeños orcos. Éstos corrían despavoridos, heridos y sin control ninguno de lo que sucedía a su alrededor.

Pasados unos segundos, se escuchaba como los sonidos de pisadas de los orcos se hacían más y más lejanos. Me incorporé lentamente para no abrir ninguna de las heridas que todavía quedaban por que cerraran del todo y miré hacia la entrada del bosque, de donde habían salido esos orcos, y luego hacia donde iban corriendo - Hermanos... - comenté mirando a Tritón y a Llorense - lo que ha hecho que estos bichos huyan de esa manera está ahí dentro... y es ahí dentro a donde nos disponemos a entrar. Por aquí, bajo esas hojas secas y quebradizas, hay lo que parece ser un camino pero... Llorense, en este campo te manejas mejor que nosotros, guíanos sabiamente hermano, pase lo que pase no creo que sea peor que lo que nos encontramos en la cueva... - finalicé inclinándome y señalando la entrada del bosque a mi hermano...

 - Te seguimos hermano... -

Con la mirada de rabia, observe como el cuarteto de orcos se iban alejando hacia la cueva de donde veníamos, me daban ganas de seguirlos y acabar con todos ellos, pero era una gesta para otra época, ahora teníamos otro asunto peliagudo por delante, poco a poco nos incorporamos para proseguir nuestro camino.

No estoy de acuerdo contigo amigo Malleus, he oído historias de este bosque y como no tengamos cuidado creo que no vamos a salir de ahí y menos con el poder mi arma mermado.

Ante las palabras de seguir el mejor camino, mire también a Llorense esperando a que nos indicara cual era la mejor ruta, esta vez el camino acertado nos ayudaría y mucho para lograr la gesta.

El grupo mermado en fuerza, vigor, entusiasmo y miembros, debía seguir adelante. Otros peligros nos acecharían en la senda que íbamos a seguir.

Llorense sabía el rumbo. Lo tenia claro como la luz que irradian las estrellas, pero era consciente de que llevaban una pesada carga que les lastraba, la moral y la esencia vital...

Daedîn amigo, hemos conseguido sobrevivir 3 de nosotros y estamos en el bosque oscuro que precede el paso de las montañas al santuario... Algo maligno se esconde por aquí. Cuando el demonio se aleje de ti, que lo hará, porque me sigue a mi y a su corazón de piedra, sal y busca al viejo del camino... Debéis venir cuanto antes... No salgas de día. hay muchos enemigos que pueden matarte... Las prisas no son aliadas nunca hermano del viento!!!

Bien juraría que es por ahí.... me queda un truco en la manga. Si nos siguen o persiguen, podré intentar atraerlos y luego usar mi magia para volver con vosotros sin dejar huellas, pero solo sirve contra los sistemas habituales de detección y rastreo... Con eso no puedo esconderme del Demonio, así que debemos movernos con premura.

Daedin ve como la bestia se aleja hacia la guarida orca, continua el ave su vuelo hasta, que el sol está alto y se pone a cubierto en el primer agujero que ve libre.

Tritón y Malleus dejan a Llorense que busque la mejor ruta.

Este ve las huellas recientes de estos, y ve las huellas de varios animales grandes, algún jabalí, alguna cabra. Se percata que todas las criaturas se quedan en el borde del bosque y ninguna va más allá.

El camino pertenecía a una antigua ruta comercial que ayudaba a atravesar un bosque espeso y repleto de vida. De esto hace mucho, mucho tiempo. 

También se podría rodear el bosque pero tardarían día y medio más.

Sin embargo atravesandolo en media jornada se lograría. 

Chicos, hemos de decidir... Por medio de este bosque mortecino, tenemos media jornada de camino y los peligros que acechen ahí a dentro. De hecho, ningún animal o ser vivo penetra, por algo será...

Podemos rodearlo, pero perdemos un dia entero, asi que rodearlo sería dia y medio de fatigosa marcha...

Valorando que Undomé nos persigue, y que su presencia es equivalente a nuestra muerte, creo que perder un día es pernicioso para la misión... Por contra, entrar ahi a dentro, no se que puede depararnos. Igual otra muerte dolorosa... Pero el único caballo del que disponemos para cargar el maldito corazón de piedra, solo aguanta 4h. Otro motivo más para ir por medio del bosque sombrío y ganar tiempo aun a riesgo de tener algún percance.

Que decís?

1. Donde esta la Hermandad.

2. caminos alternativos.

3. camino al centro del bosque

4. punto de Encuentro.

Las opciones que se barajaban para llegar a nuestro punto de encuentro no eran buenas. Una nos llevaba demasiado tiempo, un tiempo que no teníamos y que jugaba en nuestra contra, la otra opción nos llevaría menos tiempo, pero peligros incontables y mortales nos acecharían... - pues las opciones no son muy favorables... así que habrá que tomar el camino que menos tiempo nos lleve, así que ¡pa'dentro hermanos! ya saldremos de ahí como buenamente podamos, y sino salimos... - comenté pensativo... - pues los valares tendrán que aguantarnos y no creo que les haga gracia, así tampoco creo que nos dejen caer en este bosque - comenté a sabiendas de que el paseo podría ser muy complicado, pues como bien decía mi hermano de otra madre Tritón, ningún bicho viviente ni no viviente se atreve a entrar en este bosque por los peligros que ahí se esconden...

Mire el bosque con determinación, por algún motivo los valares nos habían llevado hasta este destino, y un peligro más en nuestras aventuras no nos iba  amedrentar.

Comencé a caminar hacia el bosque por el camino más corto, aquel que en en tiempos atrás había sido utilizado por comerciantes, Vamos, no tenemos tiempo que perder. 

La oscuridad se cernía en el interior del bosque, almas en pena o monstruos cuya naturaleza maligna moraba en el interior nos esperaban, por lo que no los íbamos a hacer esperar.   

Entonces, por el camino directo, hermanos... He visto a través de Daedîn, que Undomé se dirigía hacia la cueva de los Orcos. Va a subyugarlos, puede que mate a algunos, o a todos y los convierte en esos seres maléficos... en cualquier caso hay que alejarse de este punto ya mismo...

Llorense se tomo unos minutos para borrar las huellas de entrada del trio de la Hermandad. Era demasiado llamativo que no entrara nadie y de pronto huellas de tres tipos, entre ellos un enano, se adentraran al oscuro bosque.

Era de día pero la niebla en forma de particulas de sustancias muertas y la humedad comenzaba a tapar el sol, conforme los aventureros se adentraban en el bosque parecía , más cargada la atmosfera.

Llorense como buen explorador se ocupo de ir tapando las huellas, pero el lugar parecía tan perverso que la piedra comenzaba a sentirse comoda.

Una canción maléfica muy antigua parecía dominar el lugar, con el silencio de los propios corazones de nuestros heroes se podría incluso escuchar. 

Vuestras pertenencias magicas o hechas por los elfos parecían relucir fluorescentemente en medio de esa oscuridad artificial, algo muy viejo habita en ese lugar. 

Las raices  parecen poneros que quieren haceros caer, las ramas se parten a vuestro paso u os pegan como latigazos, dando pequeños avisos. 

No hay ruidos de animales, ni de insectos, solo el peso de vuestras pisadas al caminar pisando hojas, ramas muertas, secas. 

se lleva media hora pero parece que se pierde la noción del tiempo y la dirección correcta, solo alguien con destreza podría orientarse sin perder el Norte en ese lugar.

A lo lejos se ve el primer Orco muerto del grupo, parece atrapado entre las hojas y raices...

Tirarme Fuerza Voluntad para el terror a Número de Obketivo (NO) 7 

El hedor de la muerte nos envolvía según caminábamos en el interior de aquel lugar, me preocupaba más el perdernos dentro de aquel siniestro bosque que el encontrarnos con alguna presencia maligna que habitara estas cercanías.

 No estaba seguro de que el camino que estábamos tomando era correcto, mire a Llorensen algo preocupado.

¿Estás seguro que vamos bien? pregunte al montaraz esperando una respuesta positiva, Mawën brillaba como si estuviera construida por la luz de las estrellas, sin duda alguna me avisaba de los peligros que nos acechaban pero a su vez alertaba al enemigo de con quien iba a enfrentarse si aparecía ante nuestro pequeño grupo.

Un orco apareció sin vida a lo lejos, Mirad, un enemigo menos, parece ser que el bosque a dado cuenta de él.

Mi hermano y Tritón comenzaron a dar pasos adentrándose en la espesura del bosque - Vamos Malleus... ¿¡¿ahora te vas a cagar!?! ni lo pienses... tira pa'dentro y aprieta el culo por lo que pueda venir - pensé armándome de valor para entrar con la misma determinación que el enano.

Llevábamos un rato de camino y el ambiente comenzó a enrarecerse. Parecía que lleváramos horas andando por ese bosque infecto, las raíces y las ramas hacían lo posible para que nuestro paso fuera lento, pesado... vamos un coñazo de paseo - ¿podemos sacar las espadas y demás artilugios para ir cortando las malditas ramas estas? me tienen ya frito con tanto latigazo.... - comenté haciendo aspavientos con los brazos y manos, intentando parar las ramas para que no me golpearan.

Al poco o mucho tiempo, ya no se sabía, observé como parecía que el camino no era como el del principio - Esto.... hermano ¿sabemos por dónde vas? creo que nos hemos equivocado.... - comenté mirando a todos sitios buscando un sendero que me resultara familiar o por lo menos algo más conocido que andar por vete tu a saber donde. De repente Tritón llamó la atención por algo que vio - Mira que bien Tritón... pero ese no cuenta como baja nuestra ¿eh? que luego 2+2 no son 5... - comenté en tono jocoso para intentar quitar hierro al asunto y eché mano a la espalda y mis dedos comenzaron a acariciar el mango de Ahuwen - Atentos, que si ya hay cuerpos por aquí, más adelante habrá más cosas y seguro que vivas..... - comenté agarrando ya el mango para desenvainar mi maravillosa espada.....

Hermanos, yo no tengo dudas de que el Norte está hacia allí, y por tanto el Templo esta en esa dirección, por mucho que el bosque y su poder enfermizo nuble nuestros ojos, mi facilidad para esto es innata. Creo que todo tiene que ver con el favor de algún Valar, cuando me hizo consciente de lo que veía y decía un pájaro. Ver a través de sus ojos o tener una especie de sentido animal, para algunas cosas... 

Temo más el mal ancestral que aquí habita... Y la ignorancia de que puede dañarlo, o simplemente contentarlo para solicitarle permiso de paso...

En cuanto al tiempo que llevamos andando, pensad solo en una cosa y olvidaros del resto. La montura sabemos lo que dura antes de desvanecerse, por tanto eso no nos engaña... A partir de que desaparezca es cuando podemos preocuparnos un poco, pero sabiendo lo que tarda en poderse volver a invocar, volvemos a saber el tiempo exacto que llevamos...

Sigamos andando y tened armas prestas.

Llorense se detuvo unos breves instantes, y con el filo de su daga mágica, empezó a dibujar en el suelo mortecino la silueta del Árbol Blanco, símbolo de los dúnedan de Gondor y portadores de la Luz de Nimloth, un vástago del Árbol que Yavanna creó para los Eldar en tiempos pretéritos y conocido como Galathilion. Llorense había compartido parte de su aprendizaje junto a unos montaraces del Norte, y en momentos aciagos, les veia hacer esto y rezar...

Mientras trazaba la silueta murmuraba, una estrofa con una cantinela, y parecía que la luz de su daga quisiera iluminar la tierra oscurecida

Al terminar, prosiguió su camino...

Al fin y al cabo, hermanos, esto que pisamos, también fue creado por el Padre, y aunque otros lo corrompieran, el espíritu de la llama imperecedera del "hacedor" Eru, mora en todas partes.

Llorense os indica, en ese lugar alguien no experto se perdería en minutos hasta morir de agotamiento.

Vais por buen camino, el viejo sendero aparece y desaparece según el terreno. 

Más allá otro orco, y otro y otro cuerpos ya sin vida.

Un cántico antiguo se propaga por el viento del bosque.

Y una voz parece susurraros  al oído.

"- No sois orcos...¿ Que trae a este lugar a la Hermandad?"

La voz suena rara como si no fuera producida por un vivo.

"-Teneis una carga antes olvidada, una carga pesada, algo nos trae amargos recuerdos, no sois bienvenidos".

Os parece que hay más de esas raíces secas por el camino y árboles más juntos dificultando la marcha.

Las palabras de mi hermano tranquilizaban a la vez que daban pruebas razonables y fáciles de seguir de como mantener la compostura.

Proseguíamos nuestro camino y los cadáveres orcos seguían apareciendo - por todos los valares, aquí hay alguna criatura que no se anda con chiquitas... - las raíces del camino así como los árboles parecía que querían hacernos el paso más y más dificultoso impidiendo que avanzáramos de forma medio normal. Pero bueno, éramos buenos caminantes y unas simples raíces o ramitas no iban a cortarnos el paso.

De repente, una extraña voz comenzó a resonar en mi cabeza - ¿habéis oído también eso? lo que sea sabe quienes somos... y eso no me gusta pero.... ¡el que lleva la carga que dices es mi hermano! Le acompañamos para acabar con este mal que acecha a la Tierra Media, así que ni te atrevas a hacer nada, solo estamos de paso atravesando este bosque... - comenté mientras soltaba la espada para no crear malestar en la voz que resonaba en mi cabeza, pero dejando libre el seguro para desenvainar como los relámpagos, como bien ha comentado Llorense de tener las armas prestas, en caso de necesidad...

Me alegro de tenerte con nosotros, sin duda este bosque sería un laberinto par alguien que no domine tu don. Le afirme a Llorense apoyándole en su decisión de seguir el camino que él había trazado.

Los muertos seguían apareciendo en nuestro camino y yo no perdía ojo de nuestro alrededor, cada vez notaba más la presencia de algún ser, quizás un ser que guardaba el bosque. 

Y un voz nos susurro, una voz que tenía el conocimiento sobre quienes éramos y lo que portábamos y Malleus, le respondió sin miedo, íbamos a pasar si o si, y si algún enemigo se interponía en nuestro paso tendría que enfrentarse a nuestras armas.

Me alegro de tenerte con nosotros, sin duda este bosque sería un laberinto par alguien que no domine tu don. Le afirme a Llorense apoyándole en su decisión de seguir el camino que él había trazado.

Los muertos seguían apareciendo en nuestro camino y yo no perdía ojo de nuestro alrededor, cada vez notaba más la presencia de algún ser, quizás un ser que guardaba el bosque. 

Y un voz nos susurro, una voz que tenía el conocimiento sobre quienes éramos y lo que portábamos y Malleus, le respondió sin miedo, íbamos a pasar si o si, y si algún enemigo se interponía en nuestro paso tendría que enfrentarse a nuestras armas.