Partida Rol por web

¡Hola! Bienvenid@s l@s cuatro a esta tercera edición del campeonato de RPW. Os ha tocado conmigo, soy The One and Only Director 5, y me han encargado de esta partida. Si es la primera vez que participáis, y a modo de introducción, repasaré alguna de las normas y de lo que se espera de todos nosotros:

• Se espera un solo turno "con chicha" diariamente de lunes a viernes, ambos incluidos, durante 2 semanas, uno y solo uno, así que aunque el hype os pueda intentar no soltar 5 turnos por día que nuestros jurados se ahorcarán. En cuanto a los turnos técnicos, preguntas, dudas, tiradas, podéis hacer los que necesitéis para dar sentido a la narración de vuestro personaje.
• El estilo es libre. Queréis escribir en negrita los diálogos? bien!, queréis escribir en tercera o primera persona? magnífico! pero sed consistentes. En caso de que el jurado no pueda distinguir de forma fácil entre vuestras acciones, pensamientos y lo que decís se os penalizará.
• Se os valorará el estilo, la atención que prestáis a los posts del máster y de vuestros compañeros, la gramática, la ortografía.... vamos, todo. Nuestro jurado ha estado afilando sus guadañas pero son majos, los jamones les gustan de 5 jotas. A mi no intentéis comprarme que yo no pinto nada ;)
• Por mis circunstancias tendré más fácil postear "con chicha" durante el día, puedo hacerlo sin demasiada rigidez a cualquier hora, pero intentaré actualizar sobre las 10 de la mañana para que tengáis hasta la misma hora del día siguiente para hacerlo vosotr@s. Los posts técnicos iré dándoles salida tal como vaya pudiendo, aunque sea desde el móvil.
• Es posible que utilice imágenes para ambientar la partida. Como sabéis encontrar la imagen exacta al nivel de detalle exacto para que refleje toda la narración es prácticamente imposible, por lo que las descripciones del turno priman sobre el soporte gráfico.
• Los mensajes al director deben marcar al jugador "director 1" porque, para que yo no sepa quienes sois, no tengo los permisos de director de partida. Este anonimato se mantendrá hasta el final de partida donde me podréis poner verde y culparme de no haber ganado XDD
• Esta tarde podéis aprovechar para los típicos saludos y buenos deseos, con la boca pequeña :P, para vuestros compañeros. A partir de que ponga el Turno 0 empezamos, y podréis contestar ya. Entonces limitad los comentarios de tipo "off-topic" para que el jurado no convulsione, que somos muchos y si tienen que separar el grano de la paja se van a volver locos.

Y poco más, espero que disfrutemos de la partida, que tengáis suerte y que gane el mejor... (y que el mejor sea de este grupo!). Cualquier tipo de duda, aclaración o demás, ya sabéis donde encontrarme.

Un abrazo, y adelante!! :)

Las ventas de activos han bajado y la empresa está sufriendo un bache de tesorería que será resuelto en breves, no hay nada de lo que preocuparse.

Esa fue la única explicación que les dieron tras el retraso del pago de la nómina, una demora que no se había producido nunca en los 40 años que el señor Hayes, el antiguo presidente de la sociedad financiera BuenaVista Capital y retirado tras su tercer infarto, había estado al frente del timón.

La nueva dirección, o dicho de otra manera Nicky Hayes y la exuberante ex-secretaria de su padre, contrataron a un elegante y carísimo consultor de procesos, dinamizador del espíritu empresarial y coach de la productividad para intentar remontar una compañía que más que hacer aguas, se desplomaba en barrena. Los rumores corrieron por la empresa respecto a la verdadera función de aquel consultor, desde que era el mesías que les devolvería a los lomos del caballo ganador, pasando por que su objetivo era racionalizar la plantilla y despedir a los trabajadores superfluos y finalizando por que era el encargado de valorar los activos antes de comprar la empresa y despedirlos a todos. Desafortunadamente el elegante consultor resultó ser lo que decía ser y, sin previo aviso, un correo electrónico llegó a todos los empleados de la empresa donde les citaba en la oficina el siguiente sábado a las 9 de la mañana para realizar unas dinámicas de grupo para fomentar el espíritu de equipo.

El autobús llegó puntual y llevó a los ojerosos y malhumorados trabajadores a un bosque lejano donde la pantomima empezó. Carreras por equipos atados los unos a los otros por las piernas, dejarse caer para ser cogido por un compañero y para acabar una yincana por equipos consistente en recuperar una bandera en el corazón del tupido bosque con el único equipamiento de una linterna, una brújula, un mapa y una cantimplora. El heterogéneo grupo se adentró en el bosque con la esperanza de acabar con la actividad lo antes posible y poder volver a sus casas a disfrutar del fin de semana cuando, de pronto, el sonido de la voz angustiosa y llorosa de una niña atrajo su atención:

—El monstruo reptante se ha escapado y viene a por mí.

Tras mirarse preguntándose si aquello formaba parte de sus pruebas siguieron la voz, adentrándose cada vez más en el bosque, siguiendo aquella voz acuciante que los empujaba a tratar de ayudar a la pequeña en apuros aunque tuvieran que cruzar campo a través el bosque.

Empezaba a oscurecer y unos fríos zarcillos de niebla se cernían sobre ellos cuando el bosque se abrió dejando ver un claro. Su centro estaba ocupado por una casa, una casa donde se apreciaba el rastro de un incendio pasado pero que parecía lo suficientemente segura para pasar la noche.

marcar al jugador "director 1" 

Doy por hecho que ha sido fallo del corta y pega y te refieres a "director 5", ¿no? ;)

Sí, cierto. Y eso que he editado cosas, cada director está adaptando la bienvenida. Pero se me ha colado el "1".

Bien visto.

Bien visto.

Es para que el Jurado tome nota de mi atención (¿estás jugando en solitario o prestas atención a tus compañeros y al director?) ;D

Las ventas de activos han bajado y la empresa está sufriendo un bache de tesorería que será resuelto en breves, no hay nada de lo que preocuparse.

Esa fue la única explicación que les dieron tras el retraso del pago de la nómina, una demora que no se había producido nunca en los 40 años que el señor Hayes, el antiguo presidente de la sociedad financiera BuenaVista Capital y retirado tras su tercer infarto, había estado al frente del timón.

La nueva dirección, o dicho de otra manera Nicky Hayes y la exuberante ex-secretaria de su padre, contrataron a un elegante y carísimo consultor de procesos, dinamizador del espíritu empresarial y coach de la productividad para intentar remontar una compañía que más que hacer aguas, se desplomaba en barrena. Los rumores corrieron por la empresa respecto a la verdadera función de aquel consultor, desde que era el mesías que les devolvería a los lomos del caballo ganador, pasando por que su objetivo era racionalizar la plantilla y despedir a los trabajadores superfluos y finalizando por que era el encargado de valorar los activos antes de comprar la empresa y despedirlos a todos. Desafortunadamente el elegante consultor resultó ser lo que decía ser y, sin previo aviso, un correo electrónico llegó a todos los empleados de la empresa donde les citaba en la oficina el siguiente sábado a las 9 de la mañana para realizar unas dinámicas de grupo para fomentar el espíritu de equipo.

El autobús llegó puntual y llevó a los ojerosos y malhumorados trabajadores a un bosque lejano donde la pantomima empezó. Carreras por equipos atados los unos a los otros por las piernas, dejarse caer para ser cogido por un compañero y para acabar una yincana por equipos consistente en recuperar una bandera en el corazón del tupido bosque con el único equipamiento de una linterna, una brújula, un mapa y una cantimplora. El heterogéneo grupo se adentró en el bosque con la esperanza de acabar con la actividad lo antes posible y poder volver a sus casas a disfrutar del fin de semana cuando, de pronto, el sonido de la voz angustiosa y llorosa de una niña atrajo su atención:

—El monstruo reptante se ha escapado y viene a por mí.

Tras mirarse preguntándose si aquello formaba parte de sus pruebas siguieron la voz, adentrándose cada vez más en el bosque, siguiendo aquella voz acuciante que los empujaba a tratar de ayudar a la pequeña en apuros aunque tuvieran que cruzar campo a través el bosque.

Empezaba a oscurecer y unos fríos zarcillos de niebla se cernían sobre ellos cuando el bosque se abrió dejando ver un claro. Su centro estaba ocupado por una casa, una casa donde se apreciaba el rastro de un incendio pasado pero que parecía lo suficientemente segura para pasar la noche.

Enciendo un cigarrillo con parsimonia, saboreando el olor a gasolina del Zippo cuando abro la carcasa, y mientras exhalo el humo el Zippo se cierra con el característico sonido de Clack. Estamos en el bosque, perdiendo el tiempo en una Yincana cuando esto yo lo resolvería en un abrir y cerrar de ojos... Mandar a todos al paro menos a mi y contratar a gente que sepa trabajar como yo.

Pero agradezco a la empresa que me permita destacar en este evento, demostraré a los pusilánimes de mis "compañeros" quien es el que esta en su lugar y por qué. Las caras de mis "compañeros" esta mañana era de risa, sobretodo la de Joanne, y no me explico como es que no la han echado ya, eso de confiar en una plantilla fiable esta bien cuando tienes a buenos empleados, no a estos pseudo trabajadores de pacotilla con los que comparto espacio en la oficina.

Habíamos empezado con las carreritas atados entre compañeros, tuve suerte de que me pusieran con Andrew, es joven y esta en forma, así que me fue fácil guiarle y que ganásemos frente a la quemada Joanne y al viejo Julio, que no se que pinta ése aquí...

Luego la prueba más graciosa, se que me cogieron porque no les quedaba otra, aparte que si no lo hubiesen hecho los que hubiesen quedado mal habrían sido ellos. Igual por eso mismo yo también ayude a cogerlos y evitar que cayesen al suelo, esto demuestra que esa prueba es más bien estúpida ¿A quién se le ocurriría no coger a un compañero?

Y ahora estamos en atrapa la bandera en plan "survival" mientras me fumo un cigarro mirando el mapa para orientarnos y acabar cuanto antes e ir a ver "Saturday Night Live" tranquilamente en casa. Pero algo nos sorprende en la espesura del bosque, la voz de una niña, que dice algo de un monstruo reptante y que se ha escapado y que va a por ella. Se la oye angustiada y llorosa, no creo que sean tan sádicos de meter a una niña en ésto y que esto sea una especie de prueba...

Miro a mis compañeros desechables enarcando una ceja y nos adentramos siguiendo las voces. Juraría que se refiere a una serpiente, ¿quién tiene una serpiente de mascota y la trae a un sitio como éste? En fin, es una cría asustada y aquí viene Thor a rescatarla... Vale, se que me parezco al actor que hace de Thor, mis amigos siempre me hacen esa coña, y si... Tengo amigos y una vida fuera de esta empresa.

Atravesamos el bosque campo a través, me fijo en que dirección tomamos usando puntos de referencia para plasmarlos en el mapa y así ubicarnos luego y proseguir con ésta pantomima una vez que rescatemos a la niña y quede como un héroe del UCM.

Vale, la voz de la niña se aleja y nosotros hacemos lo mismo con respecto al camino por el que veníamos, se va haciendo de noche y el bosque a mis ojos se torna un poco más lúgubre y amenazante, debido a la pequeña niebla, hasta que damos con un claro y una casa que parece que ha pasado por la crisis de la mediana edad y esta como Joanne de "quemada"...

-¿Joanne, esa no es tú casa?- La pregunto con malicia para luego añadir. -Nah, en serio, o tenemos un super oído o la niña a corrido hasta el bosque y luego a vuelto a la casa para atraernos aquí. ¿Alguien ha visto a la niña?- Comento extrañado ya que en teoría la voz de la niña nos ha traído aquí, y si bien parece "habitable" cuanto menos da yuyu.

Apago el cigarro en el suelo del claro mientras observo si hay luces en la casa o algún indicio de que la casa este habitada de alguna forma...

La consulta del mapa que Alexander realiza consigue situar el lugar exacto donde os encontráis... dentro de una enorme zona marcada como boscosa, cuya población más cercana es el pequeño pueblo donde el autobús os dejó para iniciar la Yincana.

Nada llama la atención en ese punto.

A vuestro alrededor, a excepción de la casa del claro, sólo árboles, la niebla que avanza poco a poco, y el silencio. Un silencio denso. De pronto escucháis pasos, pasos que corren hacia la casa. Y veis a la niña, se gira un momento, llorosa, y luego sigue corriendo hasta entrar en ella.

Andrew, durante esta última prueba se mantuvo en segundo plano. No le interesaba llevar la delantera, después de todo no tenía la más mínima idea de como mantener la dirección entre la espesura. Además, su estratégica posición le permitió sacar un par de fotos del grupo mientras este se movía entre las plantas.

- No tan rápido - comentó una y otra vez al escuchar la voz de la niña y darse cuenta como todos los presentes, casi sin darse cuenta variaban su dirección para seguir en esa dirección - No nos separemos. No sabemos que es lo que está pasando - insistió cada vez que alguno de los presentes se alejaba del pequeño núcleo de personas que representaban la seguridad de lo conocido "Algo imbéciles, pero conocidos" no pudo menos que plantearse para sus adentros, sin siquiera mover los labios.

Sin embargo, al ver la casa, algo chamuscada pero en condiciones de permitirles entrar se detuvo. Si tenía alguna duda sobre si la voz salia del lugar ver la silueta de la niña fue suficiente como para descartarla.

Sin embargo, el lugar le causaba escalofríos. La niebla, el silencio, la casa, la misma silueta de la pequeña. Todo era demasiado extraño, por lo que el becario comenzó a moverse entre los arboles, verificando si había alguna otra huella que ingresara al lugar "quizás la del monstruo reptante, jaja" y la cantidad de accesos que era capaz de distinguir entre la fronda.

En sus manos la cámara fotográfica apuntaba a cada una de las aberturas que veía, suponiendo que posteriormente era muy probable que debiera descartar las fotos, pero optando por la posibilidad de tenerlas en su poder para así poder descartarlas.

Cuando Andrew revisó la tierra y la hojarasca cercanas a la casa pudo ver claramente las huellas de la niña, de sus piececitos pequeños, huellas hundidas en el barro húmedo. No parecía haber otras, el aspecto de los alrededores era el de que hacía mucho tiempo que nadie andaba por allí. 

Seguía haciendo fotos, tanto a sus compañeros como a la puerta, o las ventanas oscurecidas y rotas. Por si le interesaban más adelante.

Hay algo extraño. Cuando haces las fotos hacia la niña no consigues enfocarla, es como si te evitara, o la cámara estuviera empañada.

Julio llevaba toda la vida en la empresa, desde antes de que el señor Hayes tuviese su primer infarto, y nunca había tenido que hacer un paripé como el que les estaban haciendo pasar.

¡Y encima en sábado!

El del sindicato ya le había dicho que se acordara de mirar la nómina, que tenía que ir como día doble, por sábado y por horas extras, y él no pensaba dejar que el heredero y su nueva amante, esa secretaria tetuda, se librasen de apoquinar, que todo contaba para la jubilación.

Encima ni siquiera era un curso de esos en los que podía echar una cabezadita disimuladamente. No, van y le ponen a jugar como si fuese su nieto Jonathan en el colegio.

¡Y con esos tres!

El tolai ese del cigarrito que pasa más tiempo mirándose al espejo que haciendo algo útil, que además comentaban que le daba tanto a la carne como al pescado, el otro que aún no debía haber acabado el instituto pero decían que era sobrino de Nicolás, Julio se negaba a llamarle Nicky como le gustaba decir ahora al modernito, y la Joanne, que llevaba años que iba a fichar y poco más esperando la barra libre de la cena de empresa...

Vaya, aquí sí que apagamos las colillitas... - murmuró entre dientes mientras centraba la atención en el chaval, al que se le veía cagado.

Tranquilo, chaval, que como se nota que ya no tenéis que hacer la mili. - dio unos pasos hacia la casa, acordándose de las noches de novatadas en Melilla cuando llegaban los rasos, y se detuvo para instar al resto. - ¿Estáis tontos? Si es otra prueba de la llincana esta, cuando antes acabemos antes podremos irnos y, si no, va a quedar de narices en el informe que dejasteis a una cría sola en una casa ruinas.

Miró por enésima vez hacia el cielo, donde el azul intenso estaba dejando paso ya al negro más oscuro de la noche.

Esto se pasa ya de castaño oscuro. Nos dijeron que sería el sábado, que ya es penoso que no digan de hacer estas cosas en horario laboral y tengan que echar mano de nuestro tiempo libre, tiempo que espero que nos lo retribuyan de alguna forma, evidentemente, pero ya nos hemos salido del horario, se está haciendo de noche, estoy de barro hasta las cejas y nos hablaron de una banderita escondida pero no de una niña llorando. Ya estamos como siempre. Te cuento lo que me interesa y el resto te lo encuentras por sorpresa y apechugas. Ese consultor va a resultar ser tan inepto como el pequeño Nickitin, al fin y al cabo, Dios los cría y ellos se juntan.

De repente, delante de ella, Alexander se detuvo en seco. Se había autoproclamado jefe scout del grupo sin pedir opinión a nadie, agarrado el mapa y la brújula y echado a andar como si supiera a donde ir. Cosa que, ahora, resultaba claro que no era así. Hacía rato que no buscaban esa banderita y se habían dejado llevar por los lloros de la pequeña. Pero ¿era esa la verdadera misión y fin de aquella prueba? ¿Rescatarla? ¿O no tenía nada que ver y la bandera los seguía esperando en algún lugar de aquel bosque? ¿Le preocupaba no encontrarla? Una sonrisa irónica apareció en sus labios. Pues no, ni lo más mínimo, más le iba a doler al joven scout ser el último en encontrarla.

Apartó su mirada del embarrizado camino y miró por encima del hombro de Alexander. No pudo evitar silbar por la sorpresa. Y, para que negarlo, sonreír de nuevo ante el comentario irónico de su compañero.

-¡Menuda choza! Pues no, pero sería buena inversión. Imagínatela arreglada. Vegetación salvaje fuera, ventanas con doble acristalamiento, chimenea, una piscina en ese lado. El turismo rural está muy de moda ahora, seguro que se le sacaría rendimiento. Pero claro, es difícil verlo ahora mismo. Eso pasa con muchos negocios, ¡fíjate nuestra empresa! Pobre amplitud de miras y… ¡zas! A la mierda va directa. Es que solo os fijáis en lo seguro y en lo que os han enseñado en la universidad, no sabéis saliros de los caminos marcados-le guiñó un ojo, divertida. Que se pensaba, ¿qué se iba a enfadar por su indirecta con mala baba? Ingenuo.

-Pues no, no la he visto, solo escuchado. Y no, no sabemos lo que pasa, Andrew. Antes lo preguntaste y ahora te respondo. Lo que pasa es que hay dinero negro que esconder en la empresa y esta actividad es una forma muy inteligente de lavarlo. Y mucho deporte grupal y puñetas pero, ya te digo yo, que si lo que cuesta esto nos lo hubiesen repartido a los trabajadores y nos hubieran dado un día libre, lo hubiéramos agradecido más. ¡Joder! ¿Escucháis eso? –se quedó un momento escuchando. Sí, ¡eran pasos corriendo! Y, de repente, la vio-¡La niña!-exclamó, señalándola, cuando la vio aparecer entre los matojos. Pero su exclamación murió allí porque, tenía que reconocerlo, se le acababan de poner los pelos como escarpias ante aquella aparición inesperada. La niña actuaba de cojones, si hasta estaba llorando. Le costó unos segundos recuperarse del susto. Respiró hondo e intentó tranquilizar a su corazón que quería salírsele del pecho. Y, mientras lo intentaba, sintió como se iba enfadando, poquito a poquito, pero enfadando-¡Esto no está pagado! ¡Menudo susto! Así que vamos a terminar rápido con esto. Vamos a ver qué le pasa a esa cría y a descubrir si esto es otra artimaña encubierta de nuestro jefe para ponernos en aprietos y ver cómo resolvemos la situación. Si lo es, palmaditas para ti, Alexander, que nos has traído hasta aquí, porque yo no le pienso dar la enhorabuena por la actividad grupal para fortalecer lazos y blablabla. Y, si no lo es, cogemos a la niña y... y... y ya veremos qué hacemos con ella. Pero vamos, que lo único que se me ocurre es que esto sea parte de la actividad de hoy. Estoy contigo, Julio. ¿Qué va a hacer una niña tan pequeña aquí tan tarde? Además-se detuvo un momento, pensativa-si está asustada de verdad y le pasa algo, nos acaba de ver, ¿no? Hubiera venido, que es pequeña pero no tonta. Así que nada, sí, me temo que esto es parte de la pruebecita y que tenemos que ir a su rescate. Se esfumó el hacer la buena obra del día y rescatar a una menor en apuros. Así que venga, movamos el culo que cada vez es más tarde y esta niebla me está dando frio. Acabemos con esto rápido. Voy contigo, Julio.

Tenía que reconocer que la casa era bonita si se la miraba con buenos ojos, con muy buenos ojos, pero eso no le quitaba que allí, en medio del bosque y con una niña corriendo llorosa de vete a saber qué, le diera mala espina. Algo le decía en su nuca que aquello no era una prueba normal de actividades corporativas pero a ¡saber cuánto se había gastado el jefazo para acojonarlos! Para asustarla a ella tendría que pagar el plus especial a la empresa del consultor. No iba a dejar que se le notara ese gusanillo que se estaba removiendo en su estómago. Haría lo que fuera para chafarle la sorpresa grupal final al jefe. Así que, toda tiesa y decidida, echó a andar hacia la casa tras los pasos de la pequeña.

Todos encaminaron sus pasos hacia la casa, que seguía en silencio y sin trazas de que, a excepción de la pequeña que había entrado en ella, hubiera nadie allí. Hasta que se acercaron más. Y pudieron ver a través de alguna ventana desvencijada y rota el interior.

Aún había suficiente luz de día como para verse perfectamente, sin embargo parecía que hubiera alguna luz en el interior. Lo que no dejaba de ser extraño, ya que la casa tenía toda la pinta de estar abandonada, después de haber sufrido un incendio, y carente de corriente eléctrica. ¿Quizá alguna chimenea, o tea, encendidas...?

A través de la ventana se veía una sala de proporciones medias, que a todas luces se había usado también de comedor. Algunos muebles aún estaban enteros, llenos de polvo y telarañas, más o menos chamuscados, pero enteros. Una mesa, algunas sillas. Incluso lo que había sido una alfombra gruesa y mullida. Había una puerta cerrada que llevaba a alguna otra estancia, y unas escaleras de caracol que ascendían al piso superior.

La puerta de entrada había quedado entreabierta, y una delgada rendija de luz salía de ella, invitándoles a entrar. A su través se veía un vestíbulo pequeño, con un mueble de madera carcomida, y un espejo roto. Una silla volcada, el asiento reventado y con los muelles sobresaliendo.

En el bosque la niebla avanzaba rápidamente, espesa, retorciéndose en tentáculos fríos y grises que en poco tiempo ocultaron la base de los árboles que circundaban el claro.  

La voz de la chiquilla se escuchó de nuevo, procedente de algún punto del interior, entrecortada por los sollozos:

-¡Va a co.. comerme, viene a p... por mí!

Andrew, hace alarde de su "seguridad y entereza" ante situaciones estresantes, así demuestra lo que vale en la empresa y el por qué sigue siendo becario, más Joanne demuestra tener sentido de humor ante mi mordaz comentario que hace que se refleje una medio sonrisa en mi rostro.

-Si Joanne, ¿E incluye un serial killer en el paquete de relax o eso se paga aparte?- Contesto ante la idea de convertir la casa en un resort rural. Pero luego nuestra "querida empleada del mes" hace referencia a la empresa y sus métodos confabuladores, entonces suelto una carcajada. -Venga Joanne no me jodas, ¿En serio te crees esa patraña conspiratoria? Joder no hay como haceros sentiros cómodos, esas mierdas sindicalistas son las que a la empresa le han jodido. Queréis la ley del mínimo esfuerzo. Trabajar poco, ganar mucho, tener pluses y tocaros los cojones/ovarios y que la empresa os de la cremita para que no os escueza la mano de tanto tocaros. ¿Así como no queréis que la empresa se vaya a la mierda?- Añado hastiado de tanta gilipollez pro sindicalista.

El comentario del viejo lo obvio directamente, es el puto celador, aparte de quitar mierdas de la oficina y hacer chapuzas de mantenimiento lo único que hace es chismotear de todo lo que ve y oye. Pero entonces aparece la niña corriendo y llorando  se mete en la casa. -Oye niña ¿Has visto una bander...? ¡Tsk! mierda...- Pregunto pero cuando se mete en la casa ruedo los ojos.

Andrew, el Peter Parker se pone hacer fotos como loco a la casa y a la niña. -Oye Peter Parker eso es cuanto menos raruno...- El viejo, que parece que ha comprado ya la tumba en el cementerio y no quiere llegar tarde dice de meterse en la casa, cosa que Joanne apoya no sin antes plantearse varias dudas existenciales.

-Ooooooooooook, busquemos a la puta niña salida de la versión Disney del exorcista, pero como apunta Joanne, y yo ya lo había pensado, es raro que al vernos no se haya ido con nosotros y se haya metido en la casa. ¿Es que sus padres no le han contado el cuento de Hansel y Gretel? Os lo digo ya, si nos metemos ahí alguno saldrá herido o muerto, y que conste que alguno se lo merece, pero no soy tan cabrón como creéis e iré con vosotros. Pero si muero, sabed que será culpa vuestra...-

Comento con la necesidad imperiosa de tener un martillo en la mano para defenderme, entramos en la casa que parece sacada de "Tales From The Crypt" y echamos una visual. -Vale, Gandalf, ve al piso de arriba.- Le digo al celador, miro a Joanne. -Ve con él si quieres y no, para ti aún no tengo mote.- Miro a Andrew. -Peter Parker viene conmigo por esa puerta, si encontramos a la niña pegamos una voz y viceversa.- Les expongo mi plan "infalible" de recorrer la casa y encontrar a la niña y acabar con esto de una vez.

Peter Parker y yo vamos a la puerta cerrada, si es que viene conmigo, y trato de abrirla con más miedo que vergüenza pero de forma estoica.

Julio miró con auténtica dejadez a Alexander, demasiado cansado de la actitud de aquel chuloputas como para siquiera ofrecerle desprecio.

¡Si seguro que en la vida se había metido en una pela, el muy soplapollas!

Meneando la cabeza, sabedor que de donde no hay no se puede sacar, y se dirigió a Andrews.

Por lo visto el gerente le pilló, ya sabes, mirándo pa'Cuenca en uno de los viajes de negocios... que yo no juzgo esas cosas, eh. - levantó las manos para reforzar sus supuesta ausencia de sentir - Pero tampoco creo que me sentiría demasiado seguro yéndome a lo oscuro con él.

Hablaba de aquel jefecillo como si no estuviera alli en esos instantes, casi como si le hiciera una confesión a aquel recién llegado a la empresa.

Hizo una pausa, fiándose en que el mobiliario del interior parecía estar más molido que sus viejos huesos, y miró a la fémina de aquel grupete.

Lo que tú digas, Joanne, estoy demasiado viejo para esto. - se encogió de hombros mientras miraba las escaleras, sin ganas de ponerse a subir pero menos aún de discutir con el mocoso aquel.