Partida Rol por web

La situación era ya insostenible. Estais en una tienda desde hace varios días, vuestro nuevo hogar. Pero ese hogar estaba a punto de mataros de hambre. No quedaban víveres, tan solo un par de botellas de agua y los envases que fuísteis acumulando. El olor a podrido era algo cotidiano, tanto por vuestra escasa higiene como por los putrefactos cadáveres que llamaban a la puerta incansablemente día y noche. Suerte que habíais asegurado el lugar poniendo tablas. 

Ernest, el dueño de la tienda, estaba en la pequeña mesa donde atendía a sus clientes, de vez en cuando ponía la radio para ver si contactaba con otras personas, extraterrestres o lo que fuera, ya que el sentimiento de estar solos en el mundo era bastante perturbador.

Vosotros aún no os conocéis bien, tan solo fuísteis bien recibidos por este bonachón de Ernest, que os vio en apuros y abrió sus puertas de par en par.  

Lleváis pocos días allí desde que comenzó aquella extraña infección, y todo había sido muy precipitado. De hecho, el único que pudo defenderse mejor de todos vosotros era el viejo Ernest, que tenía una escopeta bajo el mostrador. Ahora era inservible, porque había gastado toda su munición en salvaros cuando estabais cerca de su tienda. Le debíais mucho al viejo Ernest.

A vuestra disposición teníais lo único que encontrásteis en la tienda. Un par de fregonas y escobas de barrer. Eso era insuficiente para poder matar a un zombie, pero quizás para que no se os echara encima. 

La tienda era pequeña y no tenía ventanas. Además había un minúsculo y sucio baño, pero nada más. La única entrada y salida era la puerta principal, que estaba bloqueada con diversas estanterías vacías.

El zombie golpeaba una y otra vez la puerta, de hecho llevaba varios días así.

La espera era insoportable, no había otra solución estaba claro pero nadie se atrevía a decirlo.

Tenemos que salir de aquí como sea, esto es un ratonera y antes o después entraran o nos moriremos de hambre.

Todo el mundo lo pensaba pero nadie tenia agallas para decirlo. Todos se miraban entre si a ver quien era el valiente o incauto que salia primero.

Me levante de un salto, no tenia intención de morir allí así que empece a indagar a ver que podía encontrar que me ayudase a sobrevivir.

¿Como es posible que solo tengamos esta mierda?-señalando a las escobas- Necesitamos algo para deshacernos del podrido.

MAikel nunca habia estado tan sucio, ni en momento perdidos por el mundo lo habia estado, si no contamos esa vez en el mar del sur con esos piratas ni tampoco cuando se tiro al alcohol en la republica dominicana, como tampoco esa vez en la cena de navidad cuando..... maikel sacudio la cabeza para quitarse la idea y la mugre que a dias de hoy ya debe poderse desprender como si de un perro se sacudiera el agua.

Tengo hambre pero sobretodo no hay nada que beber, asi que dame ese maldito palo que perforo estanterias puerta y la cabeza de ese maldito zombie.

Maikel no estaba estresado simplemente tenia sed, era hora de salir de ahi.

La cabeza me daba vueltas, las migrañas que habían empezado el segundo día no paraban de carcomerme el cerebro. Por suerte podía pasar las noches tranquilas con la ayuda de los cascos, que le tapaban los ruidos de los zombis. Lo malo venia cuando me despierto, y me doy cuenta de que vuelvo a estar en la misma tienda otra vez. Las moscas pululando libremente, las estanterías vacías y aquel fluorescente que tintineaba y que incordiaba casi tanto como esos sonidos terroríficos.

Jodeeeeer, no aguanto más. Dije levantándome de los cartones que ahora eran mi cama. Tiene que haber algún modo de poder salir. El aburrimiento estaba presente en todo momento, no había nada que hacer encerrados. Era como esperar a la muerte en una sala de espera sin revistas. Solo oír las respiraciones de los compañeros y contar los golpes que da en la puerta el zombi. No entiendo como todavía no le puse nombre a esa malnacida bestia.  Los otros hombres que estaban en la tienda y que se habían quedado atascados al igual que yo estaban comportándose como animales. No les culpaba, la desesperación acababa con cualquier ápice de humanidad a estas alturas.

La gente empieza a ponerse de los nervios. Parece que soy la que está mas tranquila de todos, así que tengo que tomar la iniciativa e intentar calmarlos a todos.

Esperad, no sabemos que hay detrás de esa puerta, y mucho menos cuantos. Hay que ir con mucha más calma. No quiero morir porque nadie se quiera hacer el héroe y la víctima. Busquemos por todos lados, a ver que podemos encontrar.

Empiezo a recorrer la tienda, a ver si hay algo de verdadera utilidad, aunque no vaya a encontrar un arma, con ingenio se pueden construir cosas interesantes.

Por cierto Ernest, ¿dónde podríamos conseguir armas en los alrededores? ¿Sabes de algún vecino que tuviera alguna?

Shaphira abrió esos preciosos ojos azules que tenía, esperando despertarse de una pesadilla para después levantarse de su cama, desayunar algo e ir a trabajar como todos los días, pero descubrir que su pesadilla seguía siendo realidad estuvo apunto de hacerla llorar.
Se sobrepuso a las ganas de llorar y se levantó. Odiaba la sensación de sentirse sucia, era una persona demasiado pulcra como para que algo asi no la molestara. Al oir las cosas que decían las personas que estaban en la misma situación que ella emitió un leve gruñido.

Ya basta, Sheila tiene razón. No podemos perder la calma o seremos el postre de un montón de zombies hambrientos. Si nos dejamos dominar por la desesperación ya sabemos lo que nos espera....
Ya era hora de dejar de lloriquear, pues por mucho que lo hicieramos no serviria de nada bueno.

Venga, todo el mundo a buscar. ¿Quereis? Y ya de paso, a parte de buscar objetos que puedan sernos de utilidad buscar también algún conducto de ventilación, rejilla de alcantarillado o algo por el estilo. Por un conducto de ventilación podríamos escapar, quizás hasta pasar a otro edificio, y por una rejilla de alcantarillado podríamos incluso salir de la ciudad.

La de veces que había tenido que recorrer las alcantarillas por culpa de alguna secta rara...Por una vez en todos los años que llevaba de policía no odiaba el jodido alcantarillado.

Hemos tenido tiempo de sobras, dice mientras se levanta del suelo mugriento para alcanzar uno de los palos de madera para fregar.

Busco alrededor para hacerle punta, pero no era imprescindible un par de golpes a la punta debilitaria suficiente para astillar la punta y hacerla perforante.

Dale una patada donde el cepillo y tendrás una bonita lanza. Le digo al trajeado que movía insistentemente una escoba. Yo me había ajenciado otra a tal efecto. Cuantas veces me enseño eso chucho.

Sigo buscando insistentemente. Ahora con ideas nuevas de las chicas

La puerta es de las que se abre hacia adentro, pero NO es de cristal. Más bien parece de un tipo de material metálico aunque débil (No es metal metal, sino simulando metal).

Buscando por los rincones de la diminuta y vacía tienda Sheila encuentra un cúter, un martillo, una hacha de mano y una beretta 92F que parece ser del dueño, pues estaba escondida en un vieja y pequeña caja de cartón en un rincón escondido. Parece tener un único cargador de 10 balas ya puesto.

Sheila y Shaphira se ponen a buscar, y mientras tanto a Ernest le da por poner la radio.- Shh ¡No hagáis tanto ruido! ¡O vendrán más!.- Dice algo cabreado. Acto seguido pone la radio.

Pero en vez de el ruído estridente que se escucha siempre al no captar emisora esta vez suena algo que os sobresalta. Una voz humana... ¡No estáis solos!

- Este es un comunicado del ejército. Estamos en el hospital de Saint Persbury. Todo ciudadano que quede vivo puede refugiarse en este lugar, es un sitio seguro. Tenemos comida y agua. Pronto evacuaremos la zona.- El comunicado se repetía una y otra vez con las mismas palabras. Parecía que estaban transmitiéndolo a la misma vez todo. Ernest se quedó con la cara de sorpresa.- ¡Está a unas manzanas de aquí!.- Dijo apagando la radio aún con el gesto.

Sheila vuelve de registrar la tienda con una sonrisa y cierto aire de grandeza. !Mirad chicos lo que he encontrado por aquí! Dice con mucha felicidad, enseñando un martillo, un hacha de mano y una pistola.

Tras ese momento inicial, me dirijo a Ernest. Ernest, he encontrado esta pistola escondida ahí detrás, supongo que sería tuya y se te había olvidado su existencia, ¿verdad? No te veo ocultándonos eso, y mas en un momento como este. ¿Podría quedarmela? Prometo utilizarla como es debido, y no debes preocuparte por mi experiencia, desde chica he estado apuntada a campos de tiro, disparando todo atipo de armas de tiro... si hijo si, cosas de familia y de mi padre, que hay que estar preparado para cuando un lobo o un ladrón intente robarnos el ganado... Por supuesto te protegería con ella, cuando salgamos de la tienda no te separes de mi. Hago una pequeña pausa, como intentando recordar algo que ya pregunte... Ahh, si, que no me has respondido ¿Algún vecino puede tener alguna arma en su casa o munición para tu escopeta?.

Tras tatar con Ernest me dirijo a Elías. Elías era tu nombre, ¿verdad? Toma, que seguro que tu le darás mejor uso, que tienes pinta de saber utilizarla, y sobre todo será de mayor utilidad que ese palo con pico... Digo pasándole el hacha. Espero que no me juzgues por prejuicios ni nada por el estilo, ya que no es momento ni lugar, y lo que premia es la supervivencia de todos, no quien era o que hacía cada cual en tiempos pasados.

¿Sabéis?, se me ha ocurrido algo para salir de aquí ilesos, pero primero necesito saber cuantos hay ahí fuera para ver si es viable. Una vez terminado de decir esto a los demás compañeros de penurias y supervivencia, me acerco a donde está la puerta y me tumbo en el suelo, a ver si consigo enterarme un poco de lo que esta pasando fuera. Por favor, les digo a todos desde el suelo tras estar mirando hacia la puerta, ¿me dais unos segundos de silencio?

Miro a Sheila.- Vamos... yo os salvé de los zombies... dame el arma, es mía.- dijo cabreado.- Os doy cobijo y os ponéis a rebuscar por toda mi tienda en lugar de pedírmelo. Ni hablar. Sheila, dame la pistola, yo me encargaré de los tiros.- Dice acercándose a la chica, que se pone a investigar desde lejos la puerta.

Por lo que ves parece que hay un solo caminante, o eso crees...

Toma, aquí la tienes, dice Sheila de mu mala gana mientras le entrega la pistola. Parece que se va a poner a hacer otra cosa cuando se da la vuelta y empieza a hablarle a Ernest con tono alto y bastante cabreado. ¿Sabes? Te estare agradecida por salvarnos eternamente, no lo te puedo negar, pero estamos buscando por toda tu tienda cosas útiles que nos sirven para llegar sanos y salvos hasta ese refugio del que han hablado por la radio, incluido tu culo. Así que dejate de brabuconerías e idioteces, porque los conceptos "propiedad" han quedado obsoletos; y espero que sepas manejar la pistola mejor que yo cuandosalgamos de aquí, porque no voy a consentir que ninguno muera por la incompetencia y cabezonería de nadie! acto seguido me pongo a revisar la puerta...

Tras examinar un rato la puerta, me levanto y reúno a todos. Bien, creo que hay solo uno. Para salir de aquí, o mínimo ver como está todo ahí fuera, debemos quitarnoslo de encima, y por supuesto sin hacer ningún ruido excesivo, miro de reojo la pistola de Ernest. Lo que se me ocurre escoger unas cuantas estanterías, y crear con ellas, utilizando cuerdas, cables o lo que pillemos, una especie de jaula sin una pared. La idea es colocar esa jaula contra la puerta, abrir la misma y dejar entrar a ese maldito a la misma. Cerrando la puerta rápido, lo tendremos en una raatonera de la que no puede salir ni lastimarnos, y donde podremos acabar con él fácilmente con nuestras lanzas, machete y martillo. ¿Como lo veís? Yo no soy muy manitas para hacer estas cosas, pero seguro que alguno de vosotros crea una buena jaula...

Y nosotros te salvamos de estar aquí solo comiendote los mocos.

Digo mientras termino de afilar la lanza/escoba con el hacha.

Una vez terminado sigo buscando,seguro tiene algo más por ahí. Ahora además insisto más en posibles apaño para la jaula

Al ver que al menos Elias me secunda, vuelvo a ir por la tienda en busca de cosas útiles para la jaula y para situaciones posteriores...