Partida Rol por web

Instrucción en la Academia de Carida

Bienvenidos a la Rebelión - Epílogo -

Cargando editor
19/12/2013, 12:04
Director

El grupo avanzaba por el corredor guiados por un androide de protocolo que se caía a trozos hacia sus futuras dependencias. Si los barracones imperiales eran cutres, ya lo de la base rebelde no tenía nombre. Había que reconocerles una cosa, tenían huevos de luchar por una causa totalmente gratis y pasando la penurias que pasaban. Vuestras dependencias estaban sucias, húmedas y frías. Apenas había agua para lavarse, la comida de la base era bazofia y muchos compañeros de la Alianza Rebelde eran unos auténticos memos.

A muchos se les llenaba la boca con la palabra Libertad y derivadas, que si el Imperio esto, que si el Imperio lo otro... el tercer día de estancia ya estábais hasta los cojones de la Alianza y no entendíais como Armando o Klaus o como coño se llamase, había podido aguantar a tanto panoli y cómo le había dado por unirse, pudiendo vestir de blanco y ganar honores.

El problema era fundamentalmente, que si los barracones y dependencias rebeldes eran una mierda y se caían a trozos, las celdas harían volverse blanco a un morador de las arenas del tufo que había. Un Wookie rebodazo en mierda de Hutt olía muchísimo mejor, así que en conclusión, no os quedaron más cojones que haceros rebeldes... de momento.

Llevó meses recuperar el cargamento de la lanzadera, Klaus era el hazmerreír de la base. Hasta que inexplicablemente, alguien contó la historia de la borrachera de Moess y la cambia formas.

Con las armas ya en vuestro poder, os mandaron a media docena de misiones secundarias en las que lo más que hicísteis fue sabotear estaciones de suministro, cosechadoras y sondas del Imperio. Seguíais tragando mierdas a cubos, sólo que ahora para la buena, justa, libertadora (y todas esas mierdas) Alianza Rebelde.

FIN