Partida Rol por web

Habéis logrado vuestro objetivo (al menos el primero) y ahora sóis orgullosos reclutas de la mayor maquinaria armada de la galaxia: El Imperio Galáctico.

Pero no todos lo han logrado, corre el rumor entre las filas de nuevos reclutas que han sido descubiertos media docena de espías rebeldes que pretendían infiltrarse en las filas del Imperio y han sido torturados por los droides hasta arrancarles confesión, tras lo cual se cuenta que han sido despedazados vivos.

¿ Verdad o simples rumores? Imposible saberlo, al menos de momento.

También se cuenta que varios reclutas han tenido que repetir la prueba por haber dado respuestas sospechosas, lo que parece cierto es que no ha habido nadie que simplemente no haya pasado la prueba y haya sido enviado a casa, lo que habla suficientemente bien del Imperio: O todo o nada, o vales o mueres, o pasas la prueba o eres ejecutado...

Por fin sóis enviados a unos barracones provisionales junto con vuestros petates. Tras diez minutos un oficial entre en el barracón y os saca casi a rastras, mandándoos formar frente al mismo en un pequeño patio frente a cada barracón. Empieza a hablar y por su cara diríais que empieza el Rock:

- Enhorabuena nenas. Habéis dejado de ser chusma para convertiros en reclutas de mi amado Imperio, pero aún no sóis soldados ni habéis sido aceptados como parte de este Ejército, así que no os corráis de gusto aún. No valéis más que un peludo Ewok.

Pero por fortuna para vosotros, eso va a cambiar en no mucho tiempo. Hoy vamos a dar el primer paso, váis a recibir instrucción para convertiros en SOLDADOS DEL EMPERADOR. ¡DE NUESTRO QUERIDO EMPEREADOR! -hace una pausa para el aplauso y el ¡WHOOOA! - Carida no es nuestra base de instrucción por casualidad nenas. Tiene todos los climas y ambientes posibles en un sólo planeta: Nieve, Desierto, Jungla, Barro, Vacío, Tundra, Taiga...

Una larga pausa en la que aumenta la tensión de todos los presentes

- ¡ FORMAD EN GRUPOS DE SÉIS CON LOS CINCO QUE TENÉIS A VUESTRA IZQUIERDA! -señala a Terion que tiene a su izquierda a Moess,Kaín, Jaral, Jahn y Armando.

- HOY VÁIS A CUMPLIR VUESTRA PRIMERA MISIÓN PARA EL IMPERIO.

- Parece que volvemos a estar juntos... - suspiró Kaín al ver que le había tocado en el grupo tanto el engreído pelota del Imperio (dígase de Berel) y el que se creía un médico cuando probablemente solo sabría primeros auxilios.

¿Médico? ¡Un médico de verdad era Jack Patahierro!

Con menudo médico contaba nuestra banda. El más viejo de los integrantes del grupo, pero el más astuto, pues había sobrevivido desde antes que el Jefe fuera Jefe, en la antigua banda, los tiempos de Falkon, el primer Jefe, el fundador.

Su pierna, que perdió en un altercado contra unos soldados imperiales, había sido sustituída por una que se había fabricado él mismo, completamente de hierro duro, y se ganó el apodo que poseyó. También se contaba que había curado al Jefe de una enfermedad muy grave, que este poseía desde niño. Era verdad que este le tenía bastante aprecio a Jack. Era una buena pieza del grupo, sin duda.

Aunque parecía tan inteligente y duro... ¡sangraba igual que los demás! ¡los disparos le afectaban de la misma forma! 

Duró el mismo tiempo que el resto de ellos... No era tan invulnerable como todos creían...

Kaín se perdió en sus recuerdos, haciendo caso omiso de las explicaciones que procedió a indicar un oficial. Tan solo captó lo más importante: "Hoy cumpliréis vuestra primera misión para el Imperio".

¡Espías rebeldes! Hace falta ser imbécil para intentar colarse, se tienen su destino muy merecido. Valientes también, sin duda, eso hay que reconocérselo a esos tipejos. Por otra parte, reconozco que lo de la tortura no me va mucho. En el ardor de la pelea soy capaz de muchas barbaridades, pero hacer daño estando en frío…aunque bien pensado, recuerdo a un robanovias al que un poco de tortura y despedazamiento no le vendría mal. Algún día, quien sabe, puede que entre como soldado imperial en su casa, le confisque todos sus bienes y de paso le triture un poco el hígado.
Durante el tránsito hacia los barracones, no puedo librarme de la sensación de que nos estamos metiendo en la boca del lobo. Las fauces del Imperio se cierran sobre nosotros. Todavía estoy rumiando el asunto, cuando el oficial histérico ese nos deja sin tímpanos. Menuda charla de ánimo…¡será capullo!
Doy un respingo cuando me señala. Me pongo tan nervioso que casi me equivoco y me voy con los de la derecha. Viendo como están las cosas, de hacerlo mal no me extrañaría que me ejecutasen por mamón. El caso es que miro a los nuevos colegas y me quedo de piedra cuando el oficial dice a gritos lo de cumplir la PRIMERA MISIÓN: el curtido con pinta de perdonavidas, el azulado engreído que me va a curar, el chavalín hiperactivo y hasta feliz, el rosado guapetón aficionado a las cartas y el aprendiz de teniente (venga ya, hombre). Desde luego, el más imperial soy yo, pero a primera vista parecemos un escuadrón bastante decente. Mejor que los merluzos que rondan alrededor.

— Si, juntos. Nos han debido de considerar mejores elementos que estos paletos de alrededor.

me acicale lo mejor que pude con el poco tiempo que disponía, el imperio ante todo destacaba por la clase de sus soldados. En la fila adopto la postura marcial del ejercito aprendida y corregida durante mi infancia. escucho al oficial como si oyera llover...no se haga muchas ilusiones "señor" soy consciente de que nunca llegare a comandar ninguna unidad por ser un negro Alien y tampoco es que me llame mucho a servir al "emperador" solo busco evitar muertes(imperiales) y vengar a mi padre.

cuando da la señal de agrupamiento me acerco tranquilamente a los demás como si de un paseo por el parque se tratara, sonrió al ver que me a tocado con el único alien aparte de mi, en cuanto a esa misión, de mi pecho emergía un poco de nerviosismo, ¿harían algo importante o solo se trataba de otra estúpida prueba?

-bueno...parece que volvemos a encontrarnos ¿ya sabéis quien custodiara los medipacks o os lo tendré que aclarar-cuidaría de que esta gente no muriese...aunque ni un jedi los podría salvar de la estupidez.

 Ya empezaban los discursitos para hacerse el duro, pero no creo que ese oficial aguantara mucho en una cantina con los mercenarios de Ord Martell, pero seguramente el chaval tenía que hacer su papel para formar a los que llegaban y convertirlos en algo provechoso para el imperio.

Lo extraño era lo de la misión, ya tan pronto? Seria real o simplemente una manera de meter presión a los nuevos? No tardarían en averiguarlo para bien o para mal.

- Curar con medpacks? Pensaba que el mejor médico del imperio no necesitaría esas cosas, pero si te apetece coger peso extra y ser un blanco más fácil por mi encantado.

Aun satisfecho por el comentario que me han hecho en el interrogatorio, me alegra ver que me ha tocado con el grupo de personas que parecen más espabilados de los reclutas.
Parecen un buen grupo, cada uno en su campo, y ya me imagino siendo su oficial al mando y librando grandes hazañas para el Imperio...
Claro que alguno podría presentar algun problemilla de insubordinación, pero nada que no podría arreglar con una buena postura firme y decidida. Y muchos de ellos pueden servirme para mis planes. ¡Mi carrera en el Imperio acaba de empezar!
Con la máxima celeridad me pongo en mi sitio con los demás. Estoy impaciente por empezar.

Ayudado por otros dos oficiales, van asignando una tarea concreta a cada uno de los grupitos de reclutas hasta que os llega al turno, el oficial en persona se dirige a vosotros plantándose con los brazos en jarra en una pose de lo más chulesca

- EMPIEZA LO BUENO... TIENEN CINCO MINUTOS PARA IR HASTA LA ARMERÍA, SOLICITAR EQUIPO STÁNDAR PARA PANTANO Y VOLVER AQUÍ ANTE MÍ. 4 :59,4:58, 4:57.... ¡YA ESTÁIS PERDIENDO EL TIEMPO!

- ¡En seguida! - Kaín salió corriendo hacia donde le habían indicado, para solicitar el equipo estándar.

¿En que consistiría este equipo? - Pensó el jóven.

Lo del equipo está bien, pero lo de que sea para pantano…¡Da igual, echo a correr y a dispuesto a soltar empujones al primer canijo que se me cruce! Me noto un poco pasado de kilos, después de demasiado tiempo de juergas y sin entrenar.

— Venga, a ver si empezamos con buen pie — digo resoplando en plena carrera.

por el emperador....soy un médico, correr no es lo mio, hago un trotecillo suave para no cansarme y ni aun así lo consigo...tanto tiempo detrás del quirofano pasa factura

esto e...sh u-na  mi-e-rda-escupió mientras trataba de seguir a sus compañeros por la cola

Empiezo a mover los muscúlos de mis piernas, quizá este algo oxidado después del viaje y demás, pero mejor mantener un ritmo moderado que quemarse por querer llegar el primero.

- Vamos no podemos empezar mal!

Todo lo deprisa que puedo, intento cumplir las órdenes. No debe ser tan complicado conseguir el equipo en el tiempo que nos han dicho.
¡Tengo que ser el más rápido!

Rumores, espías, rebeldes infiltrados, nada de eso me importaba demasiado, solamente la parte de las torturas que en algún momento podría implementar las mías propias.

En cuanto veo entrar al oficial me pongo en formación instantáneamente, cuando viene un superior significa que tendremos órdenes que cumplir y no pensaba quedar como un idiota. Para mi suerte estoy con los demás en mi grupo, no podíamos fallar. Empiezo a correr a todo lo que puedo para no decepcionar a mi compañeros, pero viendo al azulino detrás nuestro bajo la velocidad para tratar de ayudarlo.

-¡Vamos! ¡Ninguno puede quedar atrás!-

Corriendo llegáis a la armería imperial, un tipo gordo tarda más de cinco segundos en atenderos y le cogéis por la pechera para que os haga caso, una vez os ha tomado en serio, le decís que necesitáis equipo estándar para pantano, el tipo os saca petos de blindaje estándar de color blanco. Se os escapaba el por qué íbais a ir en un pantano de color blanco, aunque claro, el blanco era el color de los soldados de asalto imperiales, pero ni tenía sentido ni era práctico.

No obstante, era lo que había y no teníais apenas tiempo así que os calzásteis los petos como pudísteis mientras el gordo os sacaba el segundo ítem de vuestro kit básico:

Un Bonito rifle Blaster algo desgastado, pero de una presencia imponente

Os colgáis los rifles a la espalda sin tiempo que perder mientras recibís el resto:

Pistola Blaster Standar DL-44

Pistola lanza dardos

Una vez habéis reunido el equipo, corréis como posesos de vuelta a los barracones pero por culpa del peso del equipo, ninguno de los seis consigue llegar en el tiempo dado por el oficial, cuando os acercáis a los barracones véis al oficial frente a un Juggernaut A-7 (vehículo de transporte de pequeñas dimensiones) mirando en vuestra dirección y colocándose la mano derecha de visera para que uno de los dos soles no le impida veros llegar

- ¡NI UNO DE VOSOTROS HA LLEGADO EN CINCO MINUTOS!-dice cuando llegáis a su altura entre jadeos. Mostraba el oficial cara de pocos amigos y un aire de desesperación o quizás de desilusión con vosotros -ESPERO QUE DISPARÉIS MEJOR DE LO QUE CORRÉIS Y TÚ ESCORIA ALIENÍGENA... ¡MÁS TE VALE CORRER COMO SI TUVIERAS PIERNAS EN LUGAR DE TENTÁCULOS!- se acerca y pega su cara a la de Armando -Voy a vigilarte muy muy de cerca... -dice casi en un susurro.

El Oficial se da la vuelta y entra en el transporte mientras grita

- ADENTRO ¡ HOP,HOP,HOP!

Armando trataba de controlar su respiración para acelerar su recuperación se puso lo mas firme que pudo con la vista al frente tratando de parecer un veterano, aunque tanto el como su oficial sabian que solo bastaría con un suave golpe bien dirigido para hacerle caer al suelo, acepto su rapapolvo en silencio, el oficial tenia razón no habían excusas, cuando dio la orden de entrar en el vehículo entró de los primeros. una vez dentro le hizo un gesto al otro alien como agradecimiento a su ayuda de antes.

Nos hemos cubierto de gloria. Maldita sea, he debido de ponerme a punto antes de meterme en esto. Primera reprimenda directa, y todavía no hemos empezado. Pero ya es agua pasada. A partir de ahora vamos a dar el do de pecho, por todos los infiernos.

Por una vez, tengo la sensatez de mantener el pico cerrado y me meto en el transporte detrás del oficial y los alienígenas, que ya parecen llevarse bien entre ellos, pero que temo que empiecen a atraer la mala leche del oficial. Se veía venir, ojala ese pequeño detalle no nos complique la vida al resto. Al menos, el satisfactorio peso del rifle logra que esboce mi típica sonrisa torcida, una que mi ex novia decía que era de psicópata borracho.

En fin, posiblemente pronto veremos si nos convertimos en camaradas de armas o en pasto para los gusanos.

La cosa no ha empezado bien, pero al menos el medico se ha llevado la peor parte, quizás esto le valga para ser algo más humilde a partir de ahora. Mientras entro en el vehículo pienso en que pasará ahora, sera un combate real, o solo un ejercicio, el imperio tiene muchos soldados, no creo que le importe cargarse a unos cuantos para quedarse solo con lo mejor.

Sea como sea, la parte seria ha comenzado y será mejor cumplir con nota, y con este blidaje que restringe los movimientos no iba a ser facil.

Tendré que esforzarme más la próxima vez. Tengo que dar la talla si quiero progresar y llegar a lo más alto. Pero paciencia, acabamos de llegar y todo requiere su tiempo.
Suerte que la bronca gorda se la ha llebado el alien. No tengo ganas que los oficiales se fijen en mi, si lo hacen que sea por que soy el mejor y que estoy por encima de los demás.

Con el material a cuestas, subo al vehículo con mis compañeros.

Que mierda... A pesar de correr con todo ninguno logro el objetivo, ser un soldado no era nada fácil. Subí en silencio al vehículo cuando se me da la orden y me siento, contesto el gesto de Armando con una sonrisa como diciendo "No hay problema".

Ya sentado me acomodo en mi silla, no era mi primer armadura y con ella me sentía mucho más a gusto que en ropa de "civil", ahora es cuando empezaba lo bueno y donde mostraría mi valía.

-Bueno chicos... Somos patéticos corriendo pero debemos redimirnos con las armas, le cerraremos esa bocaza tan grande que tiene ¿Qué le parece?- M dirijo a todos por igual.

Pese que no había sido su mejor carrera, había sido el más rápido del grupo. Los demás, especialmente el pitufo, se esforzaban pero a penas conseguían mover las piernas. Vaya torpes. Aunque parecían buena gente y iba a compartir tiempo con ellos, así que debía adaptarse.

Se puso el equipo agradeciendo la protección adicional de la armadura y las potentes armas con las que lo habían equipado. Era mucho mejor de lo que esperaba. Enfundó las pistolas y sostuvo el rifle bláster con ambas manos mientras subía al vehículo y le sonreía al resto. Respondió al piel-roja afirmativamente.

- Hace falta estirar las piernas más a menudo, eso es verdad. Pero mientras no nos alcance un disparo, estaremos bien. Y quizá devolvamos alguno.