Partida Rol por web

El destino estaba fijo y el camino decidido, con las primeras luces de la mañana el grupo abandona lo que, por una noche, fue su refugio. Por las noches hacía un frío que helaba los huesos y de día la radiación del sol podría cocinar el cerebro de alguien que no se protegiera correctamente. Los vientos eran fuertes ya aleatorios, quizá pasaban tres horas sin vientos, o tal vez diez minutos desde la última ventisca. Los vientos arrastraban grandes cantidades de arena, como una neblina color crema. Gracias al resguardo de las montañas sólo las ventiscas más fuertes llegaban a generar apenas una irritante molestia y una pérdida de visión. Con las caras y cuerpos cubiertos con telas poco elegantes que sólo cumplían la función de proteger el grupo avanza durante tres días sin inconvenientes pero a una muy baja velocidad atravesando los Picos Brazen. De vez en cuándo han de volver atrás por no poder pasar con la carreta otras veces improvisando puentes con tablones del mismo carro para que este no se atasque en las gritas, todo consumiendo preciosas horas de viaje. Como se lo esperaban, el viaje es agotador y frustrante. Sólo los consuela saber que, de haber ido al este, tardarían el doble.

La noche del tercer día los encuentra de nuevo en una zona que parece tranquila. No han visto un alma en todo el viaje y eso es preocupante. ¿Se habrán embarcado a su propia muerte? ¿Alcanzará la comida hasta que pueda reaprovisionarse?... Son pensamientos que prefieren mantener fuera de su mente. Tras una rápida comida el grupo se dispone a hacer guardias por la noche. 

El hecho de estar acostumbrado a viajar con caravanas no hace que el sol caliente menos, ni que las noches sean menos frías, pero si que te hace más resignado y no gruñir tanto como el pequeño kobold cuando sale el sol. Kos gruñe juntando palabras tan rápido como sus pies o sus manos. En un gesto inconsciente comprueba la bolsita que cuelga del cinturón.

- Aghh!!! Por fín es de noche, sisisisi!!! Dulce maravillosa ybuenosino tal vez no tan cálida noche sisisisi!!! Vamos no pongan esas caras si mirad que refrescante!, sisisi es una suerte no tener pelo así no hace falta que se pongan depunta nonono no hacefalta no!!- miro hacia un lugar y otro correteando de aquí para allá durante un rato estirando las piernas "ir todo el día en la carreta hubiese sido horrible y oidoso de no ser porque de vez en cuando puedo llevar yo la carreta, sisisi, Kosj comander of animals, vale son unos cuantos viejos caballos y qué? Eso no hace que sea menos gratificante nonono" - ¿Pero por qué estais cansados nonono? Si ahora es el mejor momento sisisi, sigo insistiendo en que debería ser al revés, dormir de día y moverse de noche claroclaroclaro todo el mundolosabe sisisi todo el mundo lo haceasí, pero nonono, vosotros no queréis- "malditas costumbres humanas sisisi" - Yo haré la primera guardía, sisisi, y si quereis la segunda también sisisi, puedo hacer una docena de guardias al menos- digo levantando tan solo tres dedos - bueno solo si son bien pagadas!- sacando una afilada sonrisa - Marcus por cierto tienes la cara muy roja sisisi, ¿acaso estás en epoca de celo? nonono, a mi no me mires así eh! Si estás en celo buscate una hembra humana sisisi, o al menos una que no sea Kobold nonono.

Durante el viaje, montado en algunas ocasiones en Franky, cuando la arena entorpecia su caminar, iba preguntando a cada miembro del grupo por cada persona del libro, si los conocia, de donde eran, ect. La verdad es que nunca se acercaba a Zenda, su extraña forma de hablar le resultaba inquientante y se le queda mirando fijamente hasta que ella se percataba o dirigia su mirada hacia donde se encontraba el e intentaba disimular. En una de la ocasiones que le mira, Halungalom coge aire y se dirige hacia ella.
- Perdona, bella da..... Perdona señora. Esta bajo el efecto de algún hechizo de un malvado de mago malo, verdad? A mi me lo puedes decir... No se lo dire a nadie. Imagínate que una vez me conto el panadero que tenia un asuntillo con la mujer del herrero, pero yo no he dicho..... esto.... Tu no cuentas, no? No eres dep pueblo, por lo que no importaría entonces si te cuento que el aprendiz del herrero le robaba dinerito de su caja, la verdad es que rl pobre hombre no tiene suerte, pues le cobraba mas los mercaderes por el material, aunque la verdad es cierto que hacia buenos objetos, como esta daga, ves que bien el filo, que bien equilibrado esta, qur acabado.....

Tras varios días de camino, no le gustaba admitirlo, pero la travesía estaba resultando aburrida, casi decepcionantemente. No hubo encuentros con los peligrosos gnolls esclavistas que le traían tan funestos recuerdos, ni avistamientos de las harpías de las que les hablaron en el mercado. Solo el lento y monótono avanzar entre las montañas. Noches heladas temiendo la llegada de la hora de guardia, y días calurosos, pero no muy diferentes a los que conocía desde siempre.

El primer día lo pasó prácticamente en silencio, dejando que Halungalom y Kosj parlotearan, mientras actualizaba su diario con los últimos acontecimientos y completaba las entradas de las últimas semanas. Leyó, cuando terminó la tarea, las entradas de dos años atrás, cuando acababa de unirse a la expedición del viejo, y se abrían paso por el desierto de Osirion en un vehículo no muy diferente al que habían robado a los esclavistas. Más cómodo, sin embargo, pero eso podrían arreglarlo cuando llegaran a Sothis, o quizás antes, si encontraban pistas y tenían que permanecer en otra ciudad durante varios días.

La noche del tercer día de camino se encontraron compartiendo la cena en otro refugio natural.

—¿Última guardia? Me pariece bien —respondió Zenda antes de mirar al parlanchín kóbold—. Sabesh que los humanos no tienemos celo, Kosj. Es de mala educación provocar a otra piersona mientras come, eshpera a que tiermine.

Mientras hablaba, Halungalom había vuelto a mirarla subrepticiamente. Zenda no tenía claro qué veía el gnomo de extraño en ella. Para bien o para mal, era una mujer completamente normal, del tipo a la que nadie hubiera mirado dos veces de cruzársela por la calle.

—¿Por qué no prieguntas cliaramente lo que quieres saber? —pidió Zenda, suspirando ligeramente—. Tú shatisfarás tu curiosidad, y yo dieharé de sentir tus ohos posados en mí cada viez que me doy la vuelta.

Vuelve a tragar saliva y mira a la mujer.
- Me resulta extraño tu forma de hablar. Y me estaba preguntando el motivo de ello.
Se quedó extrañado las pocas palabras que había surtido de esta conversación.

Zenda enarcó una ceja y torció el gesto durante un instante, antes de echarse a reír. ¿Eso era todo? ¿Es que no había salido nunca de su pueblo?

—¿No has conocida nunca a un extranhiero? —preguntó—. Mi lengua natal es la keleshita, y durante los dos años pasados usé el osiriani. No hace ni dos mesesh que hablo a diario en lengua común.

- No hacie faltíass que nos los jurieissss- digo intentando emular el acento de la Kelesita pero con mi marcado siseo debido a la bífida lengua - Irios a acostiar ahoria mismo a mienios que quierais hacer la primieria guardíass, nonono, esperad esperad, puedo repetir eso, a mieniosss que quierai quiero... o por los dioses ess impossible hablar así todo el rato nonono, además de muy lento nono no esss efectivo, ejem... no íes iefiectivio... - miro a Marcus que parece tan adusto como siempre - Viengia Miarcus hablía tu también assssís... 

Las dudas de Halungalom no resultaron ser tema de tenso debate y sólo desataron risas en Zenda, nadie lo dice, pero es obvio que la pequeña escala de la duda del gnomo resultó tranquilizadora para todos, un debate tenso que lleve a malos tratos en el grupo pudiera haber sido la perdición del grupo en un clima tan hostil. Aún resulta confuso para el grupo entender la mente de los gnomos, el tiempo con Shade (que aún sigue en el grupo), que no es un gnomo "común", sino, más racional  no los había preparado para mantenerse en contacto con un gnomo con todas las letras. Tras una rápida cena los gnomos, la humana y el reptiliano se desploman en sus camas de viaje dejando al clérigo de Erastil a cargo de la primer guardia. 

Cuando el grupo se sumerge en el sueño luego de un arduo día de viaje quedás solo con tus pensamientos, sentado en una pequeña roca, muy cerca del fuego para mantenerte caliente en la fría noche de la montaña. Al poco tiempo de ponerte a ajustar la tensión de tu arco y revisar tu equipo en general te das cuenta de que el silencio es absoluto, sólo interrumpido por algún movimiento extraño del nuevo gnomo o algún sonido nasal del kóbold. ¿Qué rayos hacías en el medio del desierto cuidando de una criatura como Kosj? Sólo los dioses sabrían. 

Cuando terminas de poner en condiciones tu equipo sentís que tu corazón se acelera de una forma casi imperceptible y el aire calmado ahora tiene un leve movimiento, una briza suave empieza a sacudir el fuego de tu fogata. Mirás a tu alrededor y ves una figura que se mueve tras el carro, por lo que viste posiblemente sea un animal así que decidís no despertar al grupo, te dirigís en silencio tras el carro y te encontrás con un panorama que te genera una gran sorpresa por lo repentino de la aparición, pero no sentís miedo en tu corazón, en vez de eso te inunda una sensación de tranquilidad y paz, como si ese fuese tu lugar. Volvés a mirar hacía atrás y no sólo el carro no está, sino que nada de las montañas, ni tus compañeros ni la fría noche se encuentran en el lugar. Te encontrás junto a un árbol rodeado de un pastizal brilloso, más allá de unos 20 metros del árbol no se ve nada más que una luz blanca brillante. Antes de intentar pensar dónde es que te encontrás ante vos se hace presente un alce blanco gigante que duplica en altura al ya bastante grande árbol que tenés frente a vos. Enseguida el animal gigante se agacha y pone su hocico a tu altura con perfecta gracia, enseguida pensás que podría destrosarte con sus inmensos cuernos que parecen raíces de un árbol, pero ni siquiera te pasa cerca y seguís con una tranquilidad cada vez mayor en tu corazón. Al momento de acercar la mano para tocarlo llegas a sentirlo con el tacto en tus dedos, pero en ese preciso momento todo el lugar se vuelve un caos por dos segundos, el paisaje se esfuma en un torbellino y estás otra vez tras el carro que tomaron de los esclavistas. Era claro, el ciervo era el "Siniestro Ciervo Blanco", heraldo de Erastil, pero ¿qué significo toda la escena?. Ante la duda y la incertidumbre decidís que es mejor que el tiempo devele las respuestas, ahora mismo otra tarea te compete, que es cuidar el campamento de tus aliados.

Tras verificar que todo se encuentre bien despertas al siguiente en la guardia... Kosj. ¿Será sensato dejarlo a cargo de todo? El sueño y el cansancio te hacen no querer responder la pregunta y sin más cambiar de turno.

Todo era genial, el alcohol no paraba de fluir y tu bolsa de monedas no parecía tener fin, cada vez que sacabas una moneda dos aparecían tras ella. Las más ostentosas y brillantes joyas colgaban de tu cuello y muñecas, sirvientes humanos traían y llevan comida y te realizaban relajantes masajes. Todo iba bien hasta que sentís una vos familiar llamándote: - ¡Kosj! ¡Kosj! ¡Te toca hacer guardia! - Era hora de relevar a Marcus de su puesto y hacer guardia aunque te hubiese gustado seguir con tan delicioso sueño.

Noche, oscuridad, que placer. Todo iba genial, faltaba para que el sol salga y, aunque no en las cantidades de tu sueño, tus bolsas estaban bastante llenas. Mientras disfrutabas de tan placentera actividad, como te resultaba contar monedas y clasificarlas por origen, forma o valor algo te alerto, en tus escamas sentís un cambio en la leve briza, el cambio también trae un olor hediondo. Entrecerras los ojos para ver mejor, distinguís tres figuras en la oscuridad que se mueven a unos 50 metros del campamento, escondidas entre las rocas, los están acechando.

" Maldito Clérigo del infierno ojalatem..." Pienso nada más abrir los ojos y ver al clérigo que no conforme con estar todo el maldito día triste tiene que sacarme de mis mejores fantasias...- Sisisisi... Ya hago yo guardía sisisi...- "malditoseascienmilmillonesdeveces!!!!!" 

Pronto se me pasa el enfado al sopesar mi no tan vacía bolsa de monedas, todo parecía tranquilo hasta... "Que coño...", mi excepcional sentido de la supervivencia me hace agacharme entre la hierba antes de que se percaten de que los he visto "o tal vez no pero al menos me siento mas seguro" me voy arrastrando hasta mis compañeros despertando primero a la kalesita o kelesita o pan de molde o como sea pero primero a ella que parece la más agresiva - pss, ehh dormilona, es hora de despertardedespertarantesdequenosmatennos acechan nonono,no hagas ruido...solo despiertate vale!!!??- tras eso voy hacia Marcus, al que despierto de un modo similar despues al nuevo y por último a Shade que parecía el más alejado del grupo.

Tras eso me intento alejar un poco intentando internarme tras un árbol... Para recibirlos debidamente cuando ellos,ellas,esos...bueno para cuando vengan recibirlos de buenas maneras... Una pequeña hoja aparece en mi mano como por arte de magía antes de llegar donde tenía pensado, tras eso echo un vistazo por si hubiese más...

El silencio de la fría noche en el desierto era calmante, la suave briza generaba un sonido ideal para descansar la cabeza y dormir relajadamente para recuperar fuerzas. Tu profundo sueño se ve interrumpido cuándo oís la vos de Kosj... 

- pss, ehh dormilona, es hora de despertardedespertarantesdequenosmatennos acechan nonono,no hagas ruido...solo despiertate vale!!!??

Apenas terminas de entender lo que te susurran al oído cuándo la última frase, "nos acechan", te hace ruido en la cabeza e inmediatamente tus sentidos se ponen en alerta.

El silencio de la fría noche en el desierto era calmante, la suave briza generaba un sonido ideal para descansar la cabeza y dormir relajadamente para recuperar fuerzas. Tu profundo sueño se ve interrumpido cuándo oís la vos de Kosj...

- pss, ehh dormilón, es hora de despertardedespertarantesdequenosmatennos acechan nonono,no hagas ruido...solo despiertate vale!!!??

Apenas terminas de entender lo que te susurran al oído cuándo la última frase, "nos acechan", te hace ruido en la cabeza e inmediatamente tus sentidos se ponen en alerta.

El silencio de la fría noche en el desierto era calmante, la suave briza generaba un sonido ideal para descansar la cabeza y dormir relajadamente para recuperar fuerzas. Tu profundo sueño se ve interrumpido cuándo oís la vos de Kosj...

- pss, ehh dormilona, es hora de despertardedespertarantesdequenosmatennos acechan nonono,no hagas ruido...solo despiertate vale!!!??

Apenas terminas de entender lo que te susurran al oído cuándo la última frase, "nos acechan", te hace ruido en la cabeza e inmediatamente tus sentidos se ponen en alerta.

Kosj logra despertar al grupo sin perturbar a los visitantes. Tras repartir la orden de sólo estar alerta el pequeño kóbold se esconde bajo el carro, tras una rueda con un cuchillo listo para sentir el saber a sangre. El relinchar de los caballos agrega un elemento al ambiente que interrumpe la tranquila noche y genera una tensión en el ambiente. 

Desde su posición el pequeño Kosj distingue a las asquerosas criaturas: Gnolls, sucias y rapaces criaturas. Esta vez el 

grupo parecía mejor armado que el esclavo apestoso que habían encontrado días atrás en Yavipho. Desde sus posiciones los demás van viendo que los 3 monstruos rondan por el campamento como buscándolos.

Uds se encuentran todos dentro del carro y pueden ver entre los tablones del mismo acercando mucho el ojo.

Será cuestión de unos escasos minutos, o quizá segundos, antes de que las criaturas revisen el carro.

Zenda resistió por dos veces el impulso de ponerse en pie de un salto. En primer lugar, por la impresión de encontrarse la escamosa cabeza de Kosj frente su cara en el instante de despertar; y en segundo, por lo que entendió de las palabras del kóbold. Nos acechan... así que por fin se muestran.

Se incorporó cuidadosamente, palpando el suelo hasta dar con su ballesta, y gateó hasta la pared del carro. Mirando entre las tablas pudo ver acercarse al menos tres siluetas, gnolls. Su instinto le gritaba que saliera de allí con la espada en la mano y entablara una danza de sangre y acero con las malditas hienas. Todavía no había empezado el combate, y ya le latía el corazón con suficiente intensidad como para escucharlo. Sin embargo, controló su impulso. Sabía que aún no estaba preparada para enfrentarse a vario adversarios al mismo tiempo.

- Uhm... que sucede dice el pequeño gnomo mientras se restriega los ojos para intentarse despertar. Ve movimiento lentos de sus compañeros y se da cuenta de las ultimas palabras de Kos, había posibles enemigos fuera.
Intento acercarse para coger sus armas en silencio y ayudar a sus compañeros. Aun le pesaba los ojos del sueño, y en esos momentos echaban de menos mas que nunca a su fiel amigo.

Oculto tras la rueda del carro las criaturas parecían llegar sin percatarse de mi pequeño y escamoso cuerpo rojo que a las sombras de la hoguera no se diferencia demasiado de la ocre arena. Escepto por algún pequeño destello que expulsan mis pequeñas dagas... Esperando el momento en que se acerquen tan solo un poquito más... 

La cresta se me eriza sin poder evitarlo, la sangre dulce placer...