Edificio cubierto y cerrado donde se guardan los caballos de los habitantes del Castillo y de aquellos invitados que llegan trayendo uno o varios. Es bastante grande y hay filas y filas de compartimentos, y dentro de cada uno un animal ocupandolo. A causa la concentración animal y las pocas aberturas del lugar es un sitio que no huele a rosas precisamente, y no es raro encontrarse restos de heces de caballo por el suelo cubierto de paja.
Nada más entrar en las cuadras me dirijo hacia una de los últimos habitáculos, en el cual descansa una yegua de capa negra con una mancha blanca y alargada en la frente. Tras cojer un cepillo de la cesta que se encuentra frente a la puerta y abrir la puerta para pasar, comienzo a desenredar las crines y la cola, quitando de paso el polvo y la paja que se han pegado a los mismos
La Reina entra, vestida de criada, buscando al mozo.
No se muy bien como ponerte en los mensajes sin que se revele que eres la reina. ¿Te da igual postear como tal?
Una criada entra en las caballerizas, y cuando comprueba que nadie más observa, se descubre y... ¡Resulta ser la Reina!
- Buenas noches, Edmundo. Debemos hablar...
GM: Te marco el mensaje solo para el director ya que Sir John Dilheen está también en las cuadras, por si lo quieres editar. Por eso te decía lo de antes.
El mozo de cuadras se extrañó de la presencia del caballero en el lugar, y durante unos instantes lo vio dedicado a acicalar al animal.
- Bonita yegua - comentó antes de acercarse más, para no delatar su presencia. - ¿Pensais salir a montar, ahora? - no era habitual que nadie montara en la oscuridad, si podía evitarlo, y Edmund temió que hubiera ocurrido alguna desgracia, aunque si así fuera, el castillo contaba con todo lo necesario.
Se acercó a sir John unos pasos. - O solo buscáis algo de soledad?
-Ni lo uno, ni lo otro, Maese Edmund... Lo que sucede es que acostumbro a ocuparme ,cuando el tiempo lo permite, de su cuidado- contesto saludando con un leve movimiento de cabeza al joven mozo de cuadras- Valkyria tiene mucho genio y se enfadaría si no la hiciese caso... posiblemente me tiraría de la silla nada más montarme.- sonrío mientras doy un par de palmaditas en el cuello del animal.
- Entiendo, Sir John. Es bueno que el jinete preste atención a su animal. Nosotros cuidamos de ellas pero no llegamos a conocerlas tan bien.
Dudó si dejar al hombre atender tranquilamente a su animal.
- Puedo seros de alguna ayuda, señor?
Una de las criadas entra en las caballerizas y se acerca tímidamente a Edmundo, indicándole con gestos que la siga.
Edmund se despide del noble caballero y sigue a la criada.
Salgo
-No... yo ya estoy terminando y parece que se os reclama en otro lugar- Contesto mirando a la criada, antes de despedirme del joven mozo de cuadra- Supongo que hasta la próxima...
Tras la marcha del joven mozo de cuadras y terminar con los cuidados de Valkirya, decido que es momento de ir por fin a mis aposentos después de un día tan...movido.
Salgo
- Veamos... Si los dulces estuvieran envenenados, a las cocinas no va a volver, eso seguro - piensa Anne, refiriéndose a Lady Katherine - Al despacho del Maestre... no, no tendría sentido, ¿para qué? Si el veneno lo han robado para ella, ya tiene todo lo que necesita de esa habitación; si necesitara algo más, seguramente se lo habrían conseguido también.
- ¿Sus aposentos? Demasiado sencillo. ¿Los pasillos? Demasiada gente. ¿El Salón Principal? ¿La Sala del Trono? No creo... Sólo veo dos opciones lógicas: o va a huir, o intenta reunirse con alguien para contar lo que ha hecho, si es que estaba confabulada o lo hizo por encargo...
Decidiendo así la Reina acudir a las caballerizas.
Vos por aquí, mi Reina?
Entro
La Reina contempla al mozo de cuadras, con la misma mirada con la que hasta su interrupción contemplaba a los caballos.
- Es mi castillo, mozo; ¿acaso te debo explicaciones acerca de dónde paro? - pese a lo cortante de la frase, el tono en el que lo dice no es en absoluto amenazante u hostil. Parece que, simplemente, Edmund le da igual.
- ¿Estará este necio gañán aquí para preparar una montura a Lady Katherine? ¿O será casualidad? Trabajando no está, eso seguro: en su rostro se adivina vagancia congénita - piensa Anne.