Partida Rol por web

Quizás Ben también sintió lo mismo, quería darte un abrazo y allí delante de todos no podía, pero aun te rodeaba con uno de sus brazos de cuando trataba de consolarte.

- Pues… Entonces… ¿Lo hacemos hoy mismo? Si nos quedamos aquí toda la noche nuestros padres vendrán a por nosotros y no creo que al tuyo le haga mucha gracia – Dijo Bill tartamudeando de vez en cuando

Stan: ¿Y como vamos a matar a… “Eso” – Preguntó con su dosis habitual de realismo

Eddie: Tengo un primo que tiene un tirachinas metálico, es una pasada, te aseguro que le puede abrir la cabeza a alguien

Stan: Venga ¿Y unas piedras podrán acabar con el monstruo?

Richie comenzó a hablar - Mi madre tiene unos pendientes gordos de plata, podemos fundirla y hacer una bola maziza

Stan: ¿Y porqué plata? No es un hombre lobo es… no sabemos lo que és

Bill: - Si, eso funcionará, si creemos que lo matará, entonces lo matará

Agradecí todavía mantener el contacto con Ben, estábamos hablando de matar... traté de hacerme una idea y no pude. Yo era incapaz de hacer daño, ¿Cómo iba a matar?

- Yo... dije tratando de sacar voz de mi garganta, pero casi sin conseguirlo... no creo que una piedra le mate tan fácilmente. Creo que tendría que ser algo más... no sé... ¿fuego tal vez? El fuego dicen que purifica y casi puede con cualquier material. Podemos usar las piedras para acorralarle y atontarle, y luego el fuego para... no tuve valor para decirlo... acabar con él. Porque... ¿Solo hay uno verdad?

- Fuego… es bu buena idea, con un spray de la laca y un encendedor podemos hacer un lan lanzallamas – Dijo Bill

- Está bien, ya te tenemos dos armas, ahora tenemos que con conseguirlas ¿Nos ponemos en marcha? – Dijo poniéndose en pié.

El olor a tierra húmeda impregnaba el ambiente y era un olor agradable, te sentías realmente bien con esos chicos y aportabas buenas ideas, te podías sentir satisfecha.

Ben también se puso en pié y te tendió la mano para ayudarte a que te levantaras.

Me sentía segura y bien con ellos, tenía miedo, pero sabía que ellos también y que juntos éramos más fuertes.

- Yo... yo... ¿puedo quedarme aquí? no quiero que mi padre me vea. dije mirando a Ben que tendía su mano para levantarme, le intenté sonreír aunque salió muy triste y después me hice un ovillo rodeando mis propias piernas en el suelo y mirando al frente aunque sin ver nada.

El único que parecía titubear con todo esto era Stan, pero que no dijo nada, se dejó llevar por la situación.

- Tranquila Beberly, lo entendemos – Te dijo Eddie, volveremos en cuanto lo tengamos todo.

Los chicos comenzaron a bajar de la cabaña, Ben decidió quedarse contigo.

- Yo me quedaré con ella, no es momento para que nadie se quede solo, id tranquilos…

Ya cuando se alejaron que ya no os veía nadie, Ben, que aún no había soltado su mano se sentó de nuevo, pero lo hizo detrás de ti ¿por qué? Para abrazarte así por detrás, echa un ovillo como estabas, con sus manos en tu vientre, quizás un poco embarazosa la situación, en otras circunstancias pues él intuía que querías sentirle cerca, protegida y esa era su intención - ¿Estás bien Beb? – Susurró cerca de tu cuello

Beverly observó a los chicos, también andaban algo perdidos. Antes de que se fueran les dijo: ¡Ánimo! Mientras os espero aquí voy a pensar en más ideas para hacerle trampas y que podamos atraparle de una vez por todas. Estaba muy asustada, pero ellos también. Juntos podemos aplastarle como hicimos con el idiota de Henry y sus secuaces. Sonrió aunque no como siempre.

Cuando me quedé a solas con Ben, me sentí en parte aliviada y en parte mucho más asustada, Tengo mucho miedo, nunca he mat... además mi padre me... metí la cabeza más adentro entre mis piernas y mis brazos y sentí el calor de Ben y sus caricias. Eran agradables, pero me sentía extraña teniéndole detrás. Me moví y me di la vuelta, para acurrucarme de lado, de modo que mi cabeza quedó sobre sus piernas, cerré los ojos muy fuerte pero solo veía y oía al payaso. ¿Por qué nos ataca? ¿Qué le hemos hecho nosotros?

- Yo también lo tengo, pero es lo que dicen, es dejarnos atrapar o armarnos de valor e ir a por él, juntos – Especificó

Dejó que te posicionaras de otra forma, el chico era inocente y no pretendía nada extraño, pero de ternerte así sólo se le ocurrió una cosa y fue comenzar a acariciarte el cabello, peinándolo con sus dedos.

- A nosotros en concreto porque nos tiene miedo, tiene miedo del grupo que hemos formado, que por cierto, somos siete ¿Ese no es el número de la buena suerte?

Mientras Ben hablaba me quedé mirándole, después cerré los ojos. No se me ocurre qué más podemos hacer para atrapar o ma... matar a un payaso tan raro...

Ese día no me había hecho las trenzas, llevaba solo dos coletas a los lados, así que Ben comenzó a peinarlas mientras yo tenía los ojos cerrados sobre su regazo.

- Si le asustan 7 niños quizás deberíamos reclutar a más, o contarselo a más niños para que seamos más y podamos con él. O al menos para que no sufran más niños.

Abrí los ojos y le miré, ¿Me protegerás verdad? dije algo ruborizada, aunque más bien insegura.

- Yo no conozco a nadie más que vosotros así que… - Y bueno, tu tampoco confiabas en nadie más, de todos modos en nada se iban a presentar vuestros amigos con lo que habían conseguido.

- Claro Beb, ni lo dudes, te protegeré… eres mi… eres como mi dama, la de un caballero de la edad media, te protegeré al precio que sea – Te dijo convencido

Tras unos minutos más de charla comenzasteis a escuchar las voces de vuestros amigos que regresaban, volveríais a ser siete y no había pasado nada peligroso.

- ¿Tu dama? me pareció tan romántico e importante que me sentí realmente una Dama en apuros con un caballero andante protegiéndome. Sonreí. Esta vez mi padre no me creó tanto miedo, era como si hubiera encontrado a alguien que me daba el valor para superar su odio.

Después de un rato mirámos fuera al escuchar las voces de los demás que volvían, espero que traigan todo. dije algo más animada.

Llegaron los chicos y si, lo habían traído todo, el potente tirachinas, los pendientes de plata, un gran bote de insecticida y un mechero.

Richie dijo – Ahora tenemos que ver quien tiene mejor puntería, probemos lanzando piedras contra unas viejas latas oxidadas ¿Vale?

Pusieron diez botes sobre un tronco y comenzaron a probar suerte, Bill le dio a tres, Richie a cuatro, Eddie a dos, cuando le cedieron el turno a Ben este te lo pasó a ti – Las señoritas primero

Tomaste el tirachinas, lo tensaste y… uno a uno le fuiste dando ¡A todos los botes!

Sabía que tenía buena puntería, desde siempre. Pero la verdad que hasta yo misma me sorprendí de ver cómo los tiré todos uno a uno.

- Creo que yo usaré el tirachinas, dije sonriente y con gran confianza. Eso sí, prefiero estar lejos del fuego, me da bastante miedo. Escuché una vez que una niña se quemó el pelo y por eso llevo siempre trenzas cuando uso el fuego para cocinar. dije algo tímida y después sin darme cuenta estaba acariciando mis trenzas.

Sonreía a Ben, ¿quieres probar tú también? le ofrecí el tirachinas.

Todos se sorprendieron gratamente al comprobar lo hábil que eras

– Pues si, ya tenemos candidata… - te dijo Ben admirándote y cuando le ofreciste el tirachinas – No, no, no hace falta que tire, es imposible que sea tan bueno como tú – te dijo el chico

- Yo usaré el spray con el fuego, no le tengo miedo, mi madre trata de protegerme de todas las cosas, pero ya va siendo hora de demostrar lo que valgo, también soy valiente y no defraudaré a mis amigos.

Dijo Eddie de pronto sorprendiéndoos a todos

Tartamudeando... - Está bien, todos lo tenemos claro, si tenemos que ir hoy, entonces vayamos ya… tenemos que meternos en las alcantarillas, por aquel edificio que vimos el otro día lo presiento, está debajo de Derry, la mayoría le hemos visto o le hemos oído allí, vamos a darle su merecido…

Bill comenzó a caminar hacia aquella depuradora esperando que el resto le siguiera, metió la mano en su bolsillo y sacó una linterna, había venido preparado…

Ver que todos estaban y se sentían fuertes, valientes y preparados, me animó mucho.

Aún así, me acerqué a Ben y le tomé de la mano, no tanto como los adultos sino como niños, que es de dónde más cerca estábamos.

Sentí el calor de su mano y la fuerza con la que la apretó, me sentí todavía más segura. En la otra mano llevaba el tirachinas preparado para cuando lo tuviera que utilizar. Y aunque no temblaba de miedo, estaba muy asustada.

Ben aceptó tu mano y la apretó un poco, era obvio que estabais unidos de alguna forma, pero los demás chavales nunca hicieron ningún comentario al respecto.

Cruzasteis una pequeña llanura de hierba alta hasta llegar a quel edificio bajo, gris y descuidado, dentro igual de descuidado que por fuera con una especie de patio lleno de escombros y en el centro se alzaba un círculo, un gran agujero abierto te tenía una escalerilla para descender hasta el alcantarillado.

- Beberly, tu llevas el tirachinas tienes que ser de las primeras – Te dijo Bill

- Yo iré con ella, pero no nos separemos, tenemos que ir juntos – Dijo Ben, se asomó por el agujero y se prestó a bajar el primero para asegurarse que el camino era seguro, una vez abajo… - ¡Ya puede bajar el siguiente!

No me hacía ninguna gracia ser de las primeras. Pero Ben hizo que me sintiera mejor al decir que me acompañaría delante y que no nos íbamos a separar.

- Sí, cuanto más nos separemos más débiles. Tenemos que permanecer todos juntos. dije antes de bajar por el agujero.

Allí estaba todo muy oscuro y olía fatal, tosí un poco al respirar aquel aire tan viciado.

Bajaste sin el menor inconveniente y detrás bajaron el resto de los chicos, no quisisteis avanzar hasta estar todos juntos.

Bill que era el que llevaba la linterna se agachó a coger algo que había en el suelo, era uno de esos pompones-botón de los payasos – Esto confirma que es por aquí… vamos a avanzar, Derry está por allá, vamos despacio…

Ben te agarró del hombro en un semi-abrazo para que se sintieses reconfortada, pero por el momento no había nada más fuera de lo común