Partida Rol por web

Jidai no Henka

Prólogo: La Ruta Comercial

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29/11/2018, 13:06
Katarite

Otoño del Año 10 de la era Tenjin
En algún lugar de Shinano
Hora del Gallo (17-19)

Cada uno con sus motivaciones, terminasteis por llegar a Shinano, en algunos casos con trayectos que superaban la semana de viaje.
En menor o mayor medida habíais oído acerca de la construcción de una ruta comercial en dirección a Edo, pero lo cierto era que los caminos estaban sin allanar, con árboles por todas partes, desniveles y apenas un estrecho sendero por el que sería imposible que pasara una caravana.

El frío era considerable por estas latitudes aún y siendo todavía mediados de otoño, y en el horizonte podíais observar las montañas de Kobushigatake, alzándose como desafiantes colosos.

Desde luego, cruzar esas montañas sin un guía y si los caminos no mejoraban más adelante, podría ser una ardua tarea.

Comenzaba a oscurecer, y al peligro que ya de por sí podría significar circular por esas montañas de noche, se le añadían unos grandes nubarrones que comenzaban a rugir amenazando con descargar una tormenta de un momento a otro.
Por suerte, a un lado del camino encontrasteis una cabaña de madera, algo rudimentaria pero bastante grande.

El hecho de que hubiera un buen puñado de trozos de madera acumulados, así como un gran tocón con numerosas muescas de arma blanca, parecían indicar que se trataba de la casa de un leñador.
Poco a poco todos fuisteis llegando al mismo lugar y encontrándoos, todos forasteros cansados y con ganas de pasar la noche a cubierto.
En el interior, aparte de no haber nadie, llamaba la atención el hecho de que habían varias esterillas de paja en el suelo (que la gente humilde solía usar para dormir), así como un desorden considerable; restos de comida, botellas de porcelana tiradas por el suelo, y algo de ropa esparcida con probables prisas.
Sea como fuera, parecía la mejor opción para no quedar empapado por la lluvia.

Notas de juego

Pues eso, os vais encontrando en la cabaña. El que postee primero pues será el primero en llegar y así sucesivamente.
Haced tiradas Ocultas de Investigación. Saludos!

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29/11/2018, 13:39
Makie

La joven se había mantenido ocupada observando a su alrededor, apreciando el lugar donde se encontraba, el cual sin duda era mucho más grande y maravilloso que la residencia de su antiguo Señor. Sin embargo, aquello ya no importaba demasiado, excepto para saber la clase de poder de la cual gozaba aquel clan del cual había decidido aceptar un trabajo, un tanto forzada a hacerlo por las circunstancias, claro está. De cualquier modo, no veía el momento en el cual iniciaran el viaje para así poder hacer su trabajo como correspondía. Después de todo, se suponía que debía de proteger al emisario durante el camino, además del hecho de que deseaba ver hacia dónde la llevaría dicha cuestión. Realmente esperaba encontrar la redención en esa misión, si bien no estaba muy segura de que fuera así, no cuando haría falta algo más que simplemente proteger a alguien importante. Aquello no eliminaría su dolor.

No obstante, mientras la duda invadía su mente, notó que el emisario buscaba llamar su atención con un gesto, al parecer deseando que se acercara a él. En otro momento, habría ignorado esa clase de petición. Sin embargo, en este caso, se suponía que era la persona a la cual debía de proteger, por lo que aquello no era una opción, no cuando ella tenía cierto orgullo respecto a hacer bien su trabajo, incluso si no le había quedado otra opción más que aceptarlo. Con una expresión seria, no tardó mucho en acercarse para escuchar lo que el sujeto deseaba decirle. Por fortuna, no fue una pregunta tonta haciendo mención del hecho de que ella era una mujer o algo parecido. No sabía si la subestimaba por ello o no, pero al menos no había pronunciado esa clase de palabras que tanto estaba acostumbrada a oír. - Makie. - Respondió en un tono neutral, dejando en claro que no era alguien que hablara mucho, al menos no ante personas que apenas conocía, y menos aún cuando la pregunta requería de una respuesta simple.

Luego de un momento de espera, no habían tardado mucho en comenzar el viaje a su destino, por lo que la joven se mantuvo siempre atenta, mientras recorría el camino sobre su yegua negra, en la cual confiaba demasiado, al menos hasta que el sendero se volvió más duro y más difícil de recorrer montada sobre su montura, viéndose obligada a bajar de Senritsu, y seguir a pie con el animal a su lado, guiándola por las riendas. Basta decir que el frío, una vez llegaron a Shinano, era considerable, por lo que había sido necesario que se abrigara con lo que tenía a su disposición, de modo que no perdiera su energía durante el camino, ya que no sería bueno si debía de luchar en algún momento. El frío, y el hecho de que estaba oscureciendo junto con una peligrosa tormenta, advertía la necesidad de buscar un lugar donde poder pasar la noche. Por ende, tras ver una cabaña de madera, decidieron que lo mejor sería dormir allí de manera temporal, incluso si no estaban seguros de que fuera la mejor idea. Por más que no lo fuera, era mejor que simplemente continuar en medio de la noche y con una tormenta que podría matarlos a todos en el peor de los casos.

Al entrar, luego de dejar a su caballo medianamente a cubierto de la tormenta que amenazaba con desatarse sobre ellos, la roushi observó el interior de la cabaña, llamándole un poco la atención de las esterillas, que dejaban en claro que alguien parecía haber habitado dicho lugar, aunque no sabía muy bien cuándo habían dejado la cabaña. Lo que importaba era que tendrían un lugar donde alojarse hasta que fuera de día y pudieran continuar el viaje a su destino. Sin embargo, parecía que ellos no eran los únicos, viendo que habían llegado otros extraños cuyas identidades desconocían por completo y que por ende no eran de fiar. Por eso mismo, no dudó en mantenerse atenta, su mano derecha siempre cerca del tsuka de su arma, dispuesta a usarla en el caso de que fuera necesario. Había aprendido su error en el pasado, no volvería a cometerlo una segunda vez. No podría perdonarse algo así, incluso si nadie podía compararse a la importancia de aquella persona en su vida. Durante todo el momento, se mantuvo callada, tras tomar asiento en un rincón aunque cerca del emisario, observando a los recién llegados con una mirada afilada y una expresión seria en su rostro, aunque sin mostrarse demasiado hostil, simplemente precavida.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

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29/11/2018, 14:50
Kisaragi Tensai

A medida que el brillo del sol comenzaba a desplomarse sobre la línea del horizonte, negras nubes comenzaron a arremolinarse en el cielo como el inevitable preludio de una fuerte tormenta. Fue a causa de eso que, cuando la comitiva de Mitsuhide llegó hasta una humilde pero funcional cabaña, éste ordenó el alto. Estaba completamente seguro de que no habría una oportunidad mejor que descansar antes de cruzar las amenazantes montañas.

Con cuidado, el emisario descendió de su palanquín, y escoltado por dos de los ashigaru, entraron en la cabaña para observar su interior. Los brillantes ojos del Kisaragi parecían hendir la oscuridad en busca de respuestas mientras se inclinaba para observar algunos detalles. El examen se alargó unos minutos, hasta que estuvo satisfecho.

-Preparad este lugar para pernoctar aquí. –Ordenó a los sirvientes al salir de la cabaña. Éstos se aprestaron a cumplir las órdenes de su señor, mientras él se dirigía a sus guerreros. –Dos de vosotros, verificad los alrededores. No hace tanto que este lugar está vacío, y querría saber el motivo. El resto, guardad este lugar. Si aparecieran los habitantes de esta casa, avisadme. Desearía hablar con ellos.

Tras impartir sus órdenes, Mitsuhide observó a la ronin en silencio, tal vez evaluando si encargarle alguna tarea o no, pero finalmente no dijo nada, y en su lugar él mismo rodeó lentamente la cabaña, observando el terreno, mientras aguardaba que los sirvientes pusieran algo de orden en el caos del interior.

Una vez que lo hubieron hecho, entró y se recostó en uno de los futones.

Notas de juego

Duda: la cabaña clásica de Japón tenía chimenea? Qué métodos de calentamiento usaban?

Duda2: ¿Cuánta gente entra en la cabaña? Teniendo en cuenta que ya estamos doce...

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29/11/2018, 17:46
Miyagami Genkei

Genkei llegó andando a buen ritmo, completamente solo y bien pertrechado. Llevaba una naginata asida con firmeza y su único ojo miraba de un lado a otro tratando de anticiparse a cualquier movimiento. El viaje le había resultado edificante para Genkei, lejos de la presión de su familia y la vergüenza que portaba sobre sus hombros. Lo cierto es que, a pesar de que la carga de la responsabilidad seguía presente, se sintió libre por primera vez en años. 

Su rostro era duro y la cicatriz que cruzaba la parte derecha de su mejilla estaba algo enrojecida por culpa del frío, pero Genkei era un hombre curtido que no temía al destino. No le pasó por alto que por donde debería haber habido caminos preparados para los comerciantes y los correos oficiales, solo encontró maleza, caminos en mal estado y árboles dominándolo todo. Si ya la situación de Shinano era del todo sospechosa, aquello confirmaba los peores augurios que Genkei se había podido formar en su cabeza. Sin atreverse a formular una teoría firme, siguió avanzando hasta que llegó a la casa de los leñadores.

Genkei observó al nutrido grupo. Debido a que le faltaba un ojo le costó invertir más tiempo del debido en quedarse con el número completo de lo que dedujo eran sirvientes de alguien con cierto poder. Vio guerreros, lo que le pareció una ruoshi y quien decidió que lideraba aquella ¿expedición? no lo tuvo claro pero finalmente decidió acercarse a la casa, aunque sus pasos se detuvieron cuando llegó a estar lo suficientemente cerca como para que su voz pudiera ser escuchada con facilidad.

Genkei hizo una reverencia mostrando respeto ante los desconocidos - Miyagami Genkei - se presentó haciendo gala de una voz tan profunda que parecía el gruñido peligroso de un oso - ¿Viajeros? - preguntó, aunque se podría tomar por una pregunta retorica - ¿han tenido dificultades en su viaje hasta aquí? - su arma, que seguía en su mano estaba reposando sobre su hombro en una clara señal de relajación y sin mostrar atisbo alguno de que se preparara para combatir. 

Genkei paseaba la mirada de su ojo izquierdo de un lado a otro, atendiendo al lugar y a la comitiva que acompañaba a aquel extraño.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

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30/11/2018, 10:08
Director

Se llama Irori y es la “calefacción” tradicional. No tiene salida al exterior como la chimenea, si no que se pone justo debajo de la parte donde el techo es más alto. El humo no se va por completo si no que se usa para quitar la humedad y el posible moho (que en Japón hay mucho de ambos).
Generalmente las habitaciones estarían separadas del comedor donde se pone el Irori, pero en la cabaña donde estáis es todo una sola estancia, más un pequeño aparte separado por una cortina de paja donde guarda herramientas y alimentos (que ya prácticamente no hay).
En la estancia principal hay espacio para 15 personas así apretaditas y en el aparte si se ordena un poco 3 o 4 más.
Ah, el Irori es usado aparte de para dar calor para cocinar también (creo que se deduce de la imagen).
Los caballos lo único que pueden hacer para no mojarse es quedar en el espacio que sobresale del techo, afuera de la casa. Saludos!

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30/11/2018, 11:10
Kisaragi Tensai

Los ashigaru estacionados alrededor de la cabaña se tensaron cuando vieron aparecer la silueta del bushi recién llegado, pero parecieron relajarse un tanto cuando éste efectuó un saludo cortés sin ninguna actitud hostil. Sin embargo, cuando Genkei se presentó, su voz llegó hasta el interior de la cabaña, hasta el emisario que en ese momento se hallaba contemplando las lenguas de fuego que brotaban del Irori, sumido en profundas reflexiones.

Pero no tan profundas como para no poder abandonarlas en aras del sentido práctico.

De modo que, unos segundos más tarde, la figura del diplomático se recortaba ya en la entrada de la cabaña. Caminando sin prisa, salió al frío del exterior mientras observaba al recién llegado. Ropas de viaje, una hermosa naginata, y un ojo cubierto. El hombre que estaba ante él parecía un guerrero curtido, haciendo honor a su clan… los únicos Kuge que se habían consagrado a la senda del guerrero. Sin embargo, no dejaba de ser curioso la presencia de uno de ellos en un lugar como aquel, tan lejos de su hogar.

-Es un placer encontrarnos con un honorable miembro del clan Miyagami tan lejos de Kyoto. –Saludó con una pequeña reverencia, y anunció su propio nombre. –Mi nombre es Kisaragi Mitsuhide, emisario del Shukun de mi clan, y me dirijo junto a mi comitiva hacia la ciudad de Matsumoto.

-Pero debéis de estar tan fatigado como nosotros, auguro. –Añadió, haciendo un ademán hacia el interior de la cabaña. –Y el frío de las montañas es un mal compañero de viaje en los caminos. Mis sirvientes han preparado esta cabaña para pasar la noche. Si os place, os ofrezco nuestra hospitalidad y el calor de nuestro fuego. Pasad, y podremos compartir las noticias que hemos recogido en estas jornadas de viaje.

Una vez dentro, con un ambiente que se volvía cada vez más agradable, los ojos de Mitsuhide evaluaron de nuevo al samurái que tenía frente a él. A pesar de que decía pertenecer al Kuge, a pesar de que no parecía un riesgo, su deber era no fiarse de nadie. Al fin y al cabo, algo había evitado que la ruta comercial estuviera lista… y ese motivo podría estar bajo el rostro de cualquiera.

-Antes habéis preguntado acerca de incidencias en nuestro viaje. –Rompió finalmente en silencio, mientras se acercaba al rostro una humeante taza de té. El aromático vapor que desprendía le ayudó a relajar su mente. –Desde Edo hasta aquí no hemos encontrado ningún problema, más allá de las dificultades propias de senderos poco preparados para transitar por ellos.

Tomó un largo sorbo de té, sin prisa por continuar.

-¿Y qué hay de vos, Miyagami-san? –Preguntó tras una pequeña pausa. -¿Habéis encontrado problemas en vuestro camino? ¿Os dirigís también a Shinano? Nosotros no hemos recibido noticias de nuestros aliados, los Nikaido, por lo que cualquier noticia sobre esa tierra sería muy bien recibida.

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30/11/2018, 11:25
Suneda Shun

Caminaba por aquellos caminos suspirando y tratando de afianzar sus pies tan bien como podía. A decir verdad, para tratar de una región tan cercana a Edo en la que tenía que florecer una ruta comercial, Echigo le parecía con mejor aspecto. Conforme caminaba, si bien parecía únicamente mirar al suelo en busca de cualquier socavón o raíz saliente, miraba de reojo en todas direcciones, como buscando a su presa; aquel lugar era perfecto para un ataque o una emboscada, y él era sólo un hombre.

Cuando la noche amenazaba con caer, sus pasos le llevaron hasta una pequeña cabaña a la que aparentemente acababa de entrar un bushi. Arqueó una ceja y miró alrededor, como intentando ser precavido, esperando cualquier cosa. ¿Un solo hombre por aquellas tierras? Volvió a rodar los ojos observando toda la escena antes de volver a avanzar en dirección a la cabaña; de pronto observó más figuras. Al menos dos hombres armados alrededor de la cabaña. Desde luego, podría ser que lo que buscaba estuviera en su interior. Aparentemente el otro hombre había tenido que detenerse hasta que alguien le permitiera entrar, lo que denotaba un orden... Resopló, golpeó dos veces su pecho como para darse suerte y volvió a caminar en dirección a la cabaña: al fin y al cabo, él también era un solo hombre. Conforme se acercaba, miraba a las dos figuras, tanto para dejar constancia de que les había visto, como para demostrar que sus intenciones no eran hostiles... de momento. Golpeó tres veces en el marco de madera indicando que acababa de llegar antes de abrir la puerta y encontrarse una estancia abarrotada de gente. Una media sonrisa se dibujó en su rostro ante la idea de haber encontrado a su presa tan de improviso, y su mirada, calmada, fue de uno en uno: el corpulento bushi al que le faltaba un ojo, un grupo de ashigaru armados, una joven que sería aproximadamente sentada junto a...

-¿Tensai-san? -preguntó sorprendido, casi como si un pensamiento se acabara de escapar por su boca. Llevó su mano izquierda, que tenía libre, al pecho en señal de disculpa e hizo dos reverencias (una a la comitiva, otra al bushi), como saludo- Mi nombre es Suneda Shun, no pretendo molestar, pero necesito abrigo durante esta noche -expuso, sin dejar de mirar al grupo, al tuerto, al propio Mitsuhide pero, sobre todo, a la bugeisa. Desde luego, no parecía que fueran quienes andaba buscando, pero tanto mejor, no le gustaba hacer esfuerzos con tanto frío.

Shun, por su parte, llevaba a la espalda una no-dachi, cruzada, como si no estuviera preparado para blandirla, al menos en aquella situación. Sobre su domaru y encorsetado por este y el no-dachi, un petate cargado con equipamiento de viaje. En su cintura, el daisho, y en su mano un bastón relativamente largo, como una especie de bastón de mando o que le sirviera en territorio agreste.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

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30/11/2018, 11:34

Una semana exacta , ya se encontraba en Shinano, después de caminar tanto desde Iga, en la Tsuko Tegata que está atada al kimono de invierno dice que qué es una Nakai, la chica maldecia por eso, ocultando su identidad verdadera identidad, bajo el aspecto de una peregrina de Nombre Chizuru, todo para encontrar a ese hombre.

El clima es muy parecido a su lugar de nacimiento, así que mucho no le molestaba, se movía por el terreno irregular con mucha fluidez, acostumbrada a la montaña, pero se percató de qué más que un camino comercial parecía una senda pequeña para viajeros, el camino no está preparado ni deforestado para las grandes caravanas.

Siempre discreta, y sin llamar la atención, manteniendo un perfil bajo, avanzando por este camino mientras el ocaso cae y el frío aumenta de intensidad, escuchando a lo lejos el tronar de una tormenta furibunda, el grato recuerdo de casa vuelve a su memoria, donde siempre llovía, el olor del pasto mojado, del té recién preparado, del incienso en la casa, un grato recuerdo tras otro asaltaba su memoria.

Pero la realidad es que necesitaba un refugio, para poder continuar mañana.

 Por fortuna, había llegado a una cabaña, aún que ya hay personas ahí, solo tenía mi bastón que me ayudaba a caminar, para que no me consideren una amenaza, dudé un poco sobre todo esto, pero cuando los veo entrar, es que me acerco con cautela, ya ahí prosedo a anunciarme.

-SUMIMASEN*, lamento molestar, pero una peregrina necesita resguardarse del frío de la noche qué se avecina, ¿Podría entrar y abrigarme? - 

Al menos que mi aspecto y mi forma de hablar les hagan comprender a los que están adentro que no soy una amenaza, lo que verían es a una chica de facciones delicadas cumpliendo con su trabajo de peregrinación. 

Notas de juego

disculpen *

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30/11/2018, 13:27
Makie

Gracias a los ropajes que el emisario le había cedido, la roushi había podido abrigarse lo suficiente del frío de las montañas, algo por lo cual estaba agradecida, incluso si no lo demostraba mucho con su expresión habitual. Aquello era normal, en especial cuando era difícil que la joven se abriera al resto de las personas, más cuando había decidido centrarse en el camino del bushi, por encima de muchas cosas, y sin duda cuando había perdido a la persona que había amado con todo su corazón. La tristeza aún la dominaba, en ciertos momentos, incluso cuando tocaba su instrumento por las noches de soledad. De cualquier forma, no había dudado en agradecerle al cortesano por aquel favor, como era de esperar, durante el camino, siendo suficiente motivación para protegerle, si es que no lo era la pagada prometida de por sí.

Mientras el emisario daba las ordenes debidas para organizar a sus hombres, la ronin notó la mirada de este, sabiendo que parecía haber deseado decir algo, si bien, luego de un momento, el hombre se abstuvo de expresarse, optando más bien por caminar por los alrededores de la cabaña, haciendo que Makie se levantara de su asiento, por la obvia razón de que debía protegerle. Estaba claro que no era una buena idea que se apartara de ella, más cuando los ashigaru no le inspiraban confianza de que hicieran un buen trabajo en ese aspecto. Sin decir ni una palabra, tras ajustarse en su espalda su no-dachi, al igual que el Daishō en su obi, la joven siguió por detrás, a quien debía de proteger, manteniendo una mirada afilada mientras observaba a su alrededor, atenta ante la posibilidad de algún ataque inesperado. Tenía que admitir que no era una mala idea buscar a los habitantes de aquella cabaña, más cuando deberían de regresar, antes de que se desatara la tormenta.

Luego de que el emisario volviera a entrar al refugio temporal, la joven no se demoró mucho en volver a su sitio, para sentarse, tras dejar en el suelo su no-dachi,  y observar la entrada en silencio, como una especie de perro guardián que no dudaría en morder a quien mostrara hostilidad alguna. Tras ello, comenzaron a llegar algunos extraños, deseando refugiarse de la tormenta así como para evitar viajar en medio de la noche. A la ronin no le agradaba demasiado la idea de compartir la cabaña con extraños, pero aquello sería una decisión por parte del cortesano y no de ella. Sin embargo, eso no evitaría que intentara abrir la carne de alguno de los mismos si intentaban hacerle algo a quien debía de escoltar hasta su destino. Basta decir que a Makie no le agradó mucho el hecho de que el cortesano diera demasiados detalles sobre lo que harían al llegar la mañana. La idea de compartir información respecto a su destino, no era algo ideal, no cuando bien podrían prepararles una emboscada en el caso de desearlo. Aún así, no dijo nada, ya que no era correcto llevarle la contra a quien se suponía que era su superior. Eso no quería decir que le agradara tal decisión, en especial cuando la otra persona era un bushi como ella, aunque aparentemente perteneciente a un clan más poderoso que el que ella había dejado atrás.

Otro de los extraños, parecía llevar un no-dachi como ella, y protegido de la misma manera con un domaru como la ronin, si bien eso no quería decir que fuera un bushi experimentado como ella, aunque si armado de la misma manera. La muchacha frunció el ceño, un tanto molesta al escuchar la forma un tanto informal con la que el sujeto se había referido a su empleador, en vez de llamarle con el honorifico de "sama". No parecía que fuera de una posición superior al cortesano, por lo que aquello estaba claro que no le había agradado demasiado. Sin embargo, la ronin era tan sólo una espada de alquiler, por lo que no había necesidad de molestarse tanto, si bien eso no quería decir que fuera el mismo caso con respecto al emisario en sí. El hecho de saber que este poseía una gran comitiva a sus ordenes, demostraba que su estatus era de cierta importancia, y a respetar como era debido. De cualquier modo, incluso si no estaba obligada a mostrarse hostil ante semejante insulto a la etiqueta, la joven clavó su mirada sobre dicho individuo, demostrando su desagrado, aunque sin expresar una palabra al respecto. Si Mitsuhide le daba permiso para refugiarse, sería su decisión.

Por otro lado, la mujer que había llegado a lo último, sorprendió en cierta manera a Makie, principalmente porque era raro ver a una mujer, desarmada y sin compañía, viajando en medio de las montañas. Después de todo, todos sabían más que bien lo que podría sucederle a alguien así, en el caso de encontrarse con algún bandido u otra clase de peligro. Por eso mismo, le pareció extraño el hecho de que una mujer así se hubiese presentado ante ellos, pidiendo refugio de la tormenta. Había dos opciones. Una era que la mujer era demasiado inocente, y no tenía idea de los peligros que acechaban aquellos lugares donde la naturaleza gobernaba. La otra opción... era que la mujer sabía defenderse, lo que explicaría por qué no había temido la idea de arriesgarse a viajar por su cuenta, sin alguna clase de protección. La primer opción no era para preocuparse, ya que aquello sería problema de la persona en sí. Sin embargo, si era el caso de la segunda opción... tendría que considerarla como una posible amenaza al igual que al resto. De cualquier forma, al no tener una respuesta exacta, prefirió prevenir, y considerarla una amenaza hasta que se demostrara lo contrario. De cualquier modo, como había hecho con el resto, simplemente se dedicó a asentir en silencio, esperando que el cortesano tomara la decisión final. Como no le habían hablado, no había razón para expresarse.

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01/12/2018, 14:51
Rukawa Yuudai

La llegada a pie discurre con naturalidad, manteniendo ambas manos ocupadas con el corcel. Una con las riendas, y la otra acariciándole la lomera. Anuncio mi llegada desde el camino agreste con un sencillo “Llegando” en voz alta, para hacerme notar deliberadamente, pues ya oscurece, y nunca es cómodo recibir visitas mientras se monta guardia en esta situación. Un sencillo ademán de cabeza como saludo, y se ata al corcel para que pueda resguardarse de la inminente lluvia. Liberándolo de la carga de sus alforjas, cargo yo mismo con el peso de mi equipo, y me aventuro a llamar al “improvisado local”.

Tras dar tres sonoros toques con los nudillos, abro la puerta y observo como toda mi teoría se acababa de ir al traste. “Estas gentes no tienen pinta de que vayan a desbrozar el camino.” Pienso un momento antes de decir nada. La epifanía llega cuando hilo que los ashigaru de fuera tampoco son guardias de los Takashige, que el clan no ha habilitado esto para los obreros que van a acondicionar el camino, y por ende que la gran idea de hospedarme aquí ya no es tan buena idea.

Asumo que debo cambiar de paradigma, y miro brevemente a los presentes. Salvando a los sirvientes de, probablemente el hombrecillo de ropas impolutas (Mitsuhide), las otras dos mujeres y los otros dos hombres parecen hijos de su padre y de su madre. Tras tomarme unos segundos dilucidando si hacer por quedarme o no, la ausencia de otras oportunidades viables no me dejan más opción. – Siento importunaros, pero arrecia tormenta. – Anuncio con voz firme y grave; grave si no la comparamos con la del tuerto.  – Soy Rukawa Taisha, de Tosa. Servidor del clan Rukawa.  – Acompaño la presentación de la debida reverencia. - ¿Hay hueco para uno más?

Mantengo en todo momento un furoshiki al hombro, visiblemente pesado y de grandes dimensiones; acorde al dueño. Tras hacer una nueva batida con la mirada, deliberadamente pregunto… - ¿Algún vasallo Takashigue? – …antes de dejar el petate en un rincón y acercar las manos por un momento al fuego; si es que han hecho fuego.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Notas de juego

Un poco corrido el posteo, ya haré por centrarme en los personajes en el siguiente; que siempre está bien tenerlo a mano.

PD: Iba a narrar la descripción, pero la tenéis a mano en la ficha del personaje, se me ha antojado un poco tontería repetirme.
PD2: Siento la demora.

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01/12/2018, 17:17
Kisaragi Tensai

El emisario aguardó la respuesta de su invitado antes de pasar a otros temas. Mientras él y sus sirvientes examinaban la cabaña, había encontrado no pocos detalles que le habían resultado unos presagios no demasiado buenos, pero antes de expresarlos en voz alta prefería escuchar lo que el desconocido tenía que decir.

Sin embargo, antes siquiera de poder haber entablado una verdadera conversación con el bushi Miyagami, la puerta de la pequeña cabaña se escuchó de nuevo, y varios caminantes más llegaron a su umbral, tan variopintos como podrían serlo los samuráis que transitaran caminos como aquellos. Y a juzgar por sus presentaciones, ninguno de ellos era nativo de Shinano. Extraños giros eran los que daba el destino, pensó, antes de dirigirse a los recién llegados.

-Nubes de tormenta se arremolinan en el cielo, y desconocidos lo hacen frente a la puerta de nuestro refugio. –Dijo, entonando las palabras con un ritmo que recordaba al de un poema. –Sed bienvenidos. Sabed que la cortesía de mi clan me obliga a cederos un lugar bajo mi techo, pero es mi propia generosidad la que guía mis actos al ofreceros también compartir nuestro fuego y nuestra cena, viajeros.

Hizo un gesto hacia los recién llegados para que pasaran, y mientras lo hacían impartió algunas órdenes a sus siervos, que comenzaron a preparar el lugar. La sala principal, evidentemente, para aquellos que poseían un apellido del que enorgullecerse, mientras que la zona posterior, una vez ordenada, sería el lugar de descanso para los siervos. Como cabía dar por hecho, un espacio algo separado del resto quedaba para él mismo. Mientras lentamente el caos de la cabaña daba paso al orden, aprovechó para presentarse él mismo.

-Es un placer conocerlos. Mi nombre, tal y como explicaba, es Kisaragi Mitsuhide, emisario del Shukun de mi clan. –Lo expuso directamente, sin demasiados rodeos. Una muestra de sinceridad, pero también una forma de aclarar su propio estatus de una forma aún más evidente que el tamaño de su séquito. –Como supongo que todos aquí, hemos buscado refugio en esta cabaña para pasar la noche.

Finalizada la presentación grupal, el emisario desvió su mirada hacia el hombre con el parche en su ojo, y luego de nuevo hacia el bushi que se había anunciado como Shun.

-Debéis haber confundido a mi invitado con otra persona, Suneda-san. –Anunció, componiendo en su rostro una expresión de educada amabilidad, y señaló al primer bushi. –Él es Miyagami Genkei, que ha llegado hasta nosotros momentos antes que el resto. Aunque –Añadió con una media sonrisa. –tal vez sólo tratarais de advertirnos de la tormenta que se cierne sobre nosotros.*

Acto seguido, continuó, dirigiéndose en esta ocasión a Yuudai.

-No hay aquí vasallos de los Takashige, Rukawa-san. –Contestó a la pregunta que había formulado el último en llegar. –Aunque mucho me gustaría encontrarlos. Tal vez así podría saber el motivo de que estos caminos estén en un estado tan lamentable. ¿También vosotros, por azares del destino, buscáis dar con ellos?

Un sirviente se acercó al grupo, ofreciendo de nuevo algo de té que acababa de preparar. La estancia comenzó a llenarse con el agradable olor de la cena que comenzaba a prepararse, y el cálido ambiente casi hacía olvidar que al otro lado de los débiles muros de madera el sol se ocultaba y el frio de la oscuridad descendía de la montaña como amo y señor de la noche.

-Sin embargo, invitados míos, no sólo puedo dedicaros palabras de hospitalidad y paz. –Añadió Mitsuhide, tras una larga pausa rota únicamente por el ruido de los sirvientes afanándose en sus tareas. –También debo haceros una advertencia. Este lugar, no hace tanto, era el hogar de algunos siervos. Presumiblemente, leñadores, si mis pensamientos siguen siendo certeros. Y sin embargo… lo que encontramos al llegar fue una casa revuelta, manchas de sangre, pero ni rastro de sus habitantes… ni de sus hachas. Presiento que estas tierras no son tan tranquilas como hubiera deseado. Precaución, por tanto, y sueño ligero. Mis ashigaru velarán están noche junto con quien desee acompañarlos.

Tras haber lanzado su mensaje con absoluta calma, el emisario cerró los ojos y tomó un largo sorbo de su té, hasta que sus facciones quedaron casi ocultas entre el vapor que emanaba. Ya había dicho cuanto era necesario. Ahora, sólo quedaba que fueran sus invitados los que hablaran.

Notas de juego

Por simplicidad narrativa, hago un post para todos los que han llegado... creo que se haría repetitivo presentarse tres veces. Considerad que habéis llegado a la vez como en la cola del supermercado :D

 

No he terminado de entender si Chizuru se ha presentado como una peregrina heimin, ronin, samurái, o qué. He escrito evitando hacer una mención directa al tema, pero es para saber si va con los sirvientes o con el resto

 

*Tensai”, que normalmente suele escribirse como “genio, prodigio” también tiene la acepción de “desastre natural” si cambias los kanjis. Creo que fonéticamente son iguales, y por eso el emisario se permite la licencia de hacer el juego de palabras. Pero como no soy un experto, corregidme si tal XD

 

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02/12/2018, 13:38

Ante la mirada feroz de la mujer, me quedé un tanto inmóvil, si me hubiera atacado, habría tenido qué huir de todos, pero fue que el emisario se compadeció de mi, momentos antes un bushi fornido llegó en su caballo, después de qué los miembros de los clanes se presentaran, llegó mi turno.

-Es un gusto conocerle, Kisaragi-Sama, Soy Tsubagaki Chizuru, sirvienta del clan Nakai, y vengo por pedido de mi señor a buscar a uno de sus ingenieros que supervisa la construcción de un puente sobre el río Chikuma-

Explico mi situación a ellos, omitiendo de quien se trata, para no levantar sospechas, ya que soy una Heimin, y aparento ser una sirviente de un clan menor. 

La charla entre los bushi y el emisario no es de mi incumbencia, ya que mi único objetivo es encontrar al ingeniero y llevarlo con su clan. 

Pero después tuve que controlar un escalofrío que recorrió mi espalda al escuchar la advertencia de Mitsuhide-sama.

Solo espero qué ese hombre esté bien. 

Pensaba mientras me servían té, y daba sorbos pequeños a este, manteniendo una conducta adecuada, aún que no tengo la etiqueta de una cortesana o de cualquiera de los presentes, podía estar a la altura de lo que esperarían de una Heimin cómo yo. 

Notas de juego

Perdón la tardanza. 

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02/12/2018, 16:42
Katarite

Los sirvientes de Mitsuhide no perdieron el tiempo; rápidamente limpiaron aquel desorden, encendieron el Irori y prepararon la cena.
Las setas y hierbas silvestres que habían ido recolectando por el camino las cocieron junto al arroz, mientras en otra olla hervía la sopa de miso con Ofu (“tofu” deshidratado y en finas barras) y algas que habían traído desde Edo en grandes cantidades.
Sin duda aquello era mucho mejor que las pastas de arroz deshidratado y algunas tiras de pescado seco que la mayoría habíais tenido que comer durante una semana.
Y cómo no, la tetera ya hervía con reconfortante té.

Habían preparado un espacio para que descansara Mitsuhide, el cual no podía usar aquellas desgastadas esterillas.
Sacaron su futon y lo pusieron en el suelo tras limpiarlo con un paño.
Las cálidas mantas y el mullido cojín invitaban al descanso.

Comenzaron a servir la cena a su Señor y a sus “invitados”, mientras que ellos y los ashigaru deberían conformarse con las sobras más tarde.
La noche ya cubría de oscuridad los alrededores de la casa, y el calor del fuego evitó que notarais el descenso de la temperatura.
La lluvia tampoco se hizo esperar, y tras caer unas primeras gotas de forma tímida, se desató una buena tormenta que llenaba vuestros oídos con los ecos del agua golpeando furiosa el tejado o los árboles cercanos.

Animados por el improvisado anfitrión Mitsuhide, disfrutabais de un momento de charla y relajación, cuando de repente un fuerte estruendo os sobresaltó.
¡¡Brooooooommmm!! un relámpago debió haberse caído relativamente cerca, pues su resplandor entró además por la ventana.
Los caballos comenzaron a relinchar asustados, pero aquello no era lo único.
¡Atrás! ¡No os acerquéis he dicho! gritó una voz en el exterior, que Mitsuhide creía que pertenecía a alguno de sus ashigaru. Cuando os asomasteis a ver qué sucedía, llegasteis justo a tiempo de ver cómo uno de los protectores del Kisaragi caía de rodillas como un saco roto, luego de que una cadena armada, las temibles Kusarigama, le hubiera asfixiado hasta la muerte.
Manejando la cadena había un tipo que por la oscuridad y la distancia no se apreciaba claramente.
Pero lo que sí visteis era cómo de entre los árboles comenzaron a salir varias figuras que avanzaban hacia la cabaña como lobos hambrientos.
Los gritos de horror de una joven os hizo fijaros en uno que llevaba una persona de pequeñas dimensiones cargada a hombros, la cual se agitaba como intentando escapar, pero su captor era una bestia que rondaría los dos metros de alto y su prominente barriga y brazos como los de tres hombres hacían que la sujetara como si fuera un ligero paraguas.

Los ashigaru comenzaron a formar un muro con sus lanzas cerca de la puerta, mientras aquellas figuras avanzaban entre la tormenta y la oscuridad.

Notas de juego

Podéis tirar Investigación (Publica) o bien Batalla para haceros una idea de cómo van y cuantos son los recién llegados... Saludos!

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02/12/2018, 17:40
Kisaragi Tensai
- Tiradas (1)

Motivo: Investigación

Dificultad: 0

Tirada (6): 1, 7, 3, 7, 2, 6

Guardados (3): 7, 7, 6

Total: 20, Éxito

Notas de juego

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02/12/2018, 18:23
Makie

Viendo que el emisario había invitado al resto de los recién llegados a pasar la noche allí, e incluso les había ofrecido alimento y el calor del fuego del irori, la roushi simplemente asintió, sin mostrarse en contra de la decisión que éste había tomado. Su trabajo era protegerle, por lo que tendría que adaptarse a las decisiones de su empleador, por más que no le pareciera la más ideal. Lamentablemente, no había mucho que pudiera decir al respecto, más cuando los recién llegados no se habían mostrado hostiles ni nada parecido. Por el momento, debería de mantenerse atenta, observando a cada uno, y asegurándose de que no intentaran nada raro contra el cortesano. Después de todo, la joven tenía mucho orgullo en lo que hacía, y no le agradaba la idea de fracasar una segunda vez en su deber.

Sin embargo, las siguientes palabras del emisario la sorprendieron, principalmente porque ella no había logrado captar aquellos detalles que este había percibido durante su recorrido en los alrededores de la cabaña. No había duda de que tenía unos ojos mejores que ella para esa clase de cosas, lo cual era algo que la molestaba un poco, teniendo en cuenta que se suponía que ella debía de protegerle, y, aún así, había fracasado en captar un detalle de gran importancia. Lo peor de todo, era que aquello significaba que se encontraban en un lugar donde no sería buena idea permanecer durante mucho tiempo. El hecho de que hubiese indicios de violencia, demostraba que podrían ser atacado durante la noche, por lo que tendría que mantenerse despierta durante gran parte de la misma, si es que no quería llevarse una sorpresa. Después de todo, no confiaba demasiado en la capacidad de protección de los ashigaru. Parecía que no podría tocar su instrumento, como hacía todas las noches.

El tiempo que continuó a la presentación de los mismos, incluso de la mujer solitaria que parecía que podía defenderse por sí sola, teniendo en cuenta que había asegurado ser la sirviente de un clan, fue bastante tranquilo, simplemente viendo cómo los sirvientes preparaban la comida para todos, así como el lugar donde el emisario pasaría la noche, ya que era normal que éste no descansara en las esterillas que habían sido usadas por otros y que no eran lo suficientemente ideal para alguien de su posición. No es necesario decir que la cena había resultado deliciosa, algo que Makie agradeció, sin lugar a dudas, ya que era alguien que le daba mucha importancia a la comida, luego del hambre que había tenido que pasar cuando era una niña. De mejor humor, a pesar de las decisiones incorrectas por parte de su empleador, no dudó en comer, deleitándose con el sabor de la comida, no pudiendo evitar sonreír complacida.

Por desgracia aquel momento se vio interrumpido por el estruendo de un poderoso relámpago que se había producido muy cerca de su refugio temporal, al punto de poner nerviosas a sus monturas. La bushi frunció el ceño, pensando en la posibilidad de salir para calmar a su yegua, si bien aquel pensamiento no tardó mucho en desvanecerse de su mente, en el instante en el que escuchó los gritos de una persona, al parecer uno de los ashigaru que estaban de guardia. Aquello despertó todas las alertas mentales de la joven, quien no dudó en levantarse de su lugar, preparando su arco, dispuesta a dar batalla a quien se hubiese atrevido a alterar la paz de aquel lugar. Cabe decir que, la visión frente a ella, no fue para nada buena, ya que, en la oscuridad, pudieron ver cómo uno de los ashigaru caía ante el ataque de uno de los atacantes. Parecían ser varios, aunque aún no tenía mucha idea de cuántos. Lo que sabía, era que no dudarían en atacarles, por lo que deberían de mostrar sus propios colmillos, si es que querían salir con vida de allí.

El grito de horror de una joven tomó por sorpresa a la ronin, quien miró en la dirección de la cual provenía la voz, fijando su atención en un sujeto de gran tamaño, cuyos brazos demostraban la clase de poderío que poseía semejante ser. En lo posible, Makie deseaba eliminar a aquel sujeto primero, ya que parecía una gran amenaza. Por eso mismo, no dudaría en usar su arco para herirle y causar ciertas desventajas antes de iniciar combate con algo así. Además, no le agradaba lo que aquel ser deseaba hacer con esa pobre joven. Su honor no le permitía la idea de dejar que le hicieran daño a alguien así, sabiendo que debía de proteger a los débiles cuando estos necesitaban la ayuda de alguien capaz de defenderles. De cualquier manera, si usaba su arco, no se alejaría demasiado de su empleador, por lo que no le pondría en peligro al distanciarse de este.

- Tiradas (2)

Tirada oculta

Motivo: Investigación

Dificultad: 0

Tirada (3): 1, 1, 6

Guardados (2): 6, 1

Total: 7, Éxito

Notas de juego

Tiro Iniciativa, porque planeo luchar sin esperar a que desgasten al resto de los ashigaru. Por ahora, en mi primer turno, prepararía mi arco para atacar al grandulón en el siguiente.

Horrible tirada de Investigación, por cierto xD

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02/12/2018, 18:39
- Tiradas (1)

Motivo: Investigación

Dificultad: 0

Tirada (2): 9, 7

Guardados (2): 9, 7 (Se tiran de nuevo solo los dieces guardados)

Total: 16, Éxito

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02/12/2018, 20:00
Rukawa Yuudai

Nada más empezar a calentarme con el fuego, la vista va saltando de uno a otro de los allí presentes. La servidumbre me resulta irrelevante (inclusive Chizuru), así como la mujer-ola, sobre la que no llama mi atención más que los posibles muebles. Antes de mirar al tuerto, reparo en su naginata, y ya entonces me reclaman la atención sus rasgos más característicos: parche y cicatriz. Si compartimos viaje acabará cayendo "la pregunta", pero por el momento, aunque me cueste, me morderé la lengua. Luego está el cortesano, al que respondo con un quedo - Hm. - acompañado de un ademán afirmativo. Y finalmente está el bushi amanerado (Suneda), que salvando las obvias diferencias, comparte el gusto por la nodachi, y podría dar lugar a algún debate interesante.

Una vez ubicado y agradecido, dedico un vistazo al lugar antes de que sirvan la cena, y según voy viendo, me empiezo a incomodar. Los siervos llevan, mueven, hacen y deshacen, pero me percato de que ha acontecido algún "incidente" tiempo antes de mi llegada. Probablemente relacionado con la caza, o eso quiero pensar. Mitshuhide, al parecer, ha contemplado los mismos detalles que un servidor. Guardo silencio durante el tiempo que estamos cenando, haciendo por disfrutar del momento de calidez y del momento de paz que da tener el entorno asegurado... hasta el fogonazo de luz propio del relámpago y el inmediatamente seguido romper del trueno, haciendo que instintivamente mire hacia la ventana. Aguacero. Pese a que no me gusta tener los pies despegados del suelo, y de haber tenido mis más y mis menos con el caballo, creo que me preocupa cómo pueda estar allí fuera... y con motivo. La voz del alto me pone en alerta, y como un resorte me levanto al ver que la amenaza persiste.

Oscuridad, agua y barro... sombras,  la guardia del cortesano a punto de ser pasada por las armas, y un primer muerto. Diez siluetas y un intento de luchador de sumo secuestrando a una mujer. Mi espíritu prende ante la ínfima posibilidad de que sea "ella". Echando mano a la nodachi, no puedo evitar tratar de reclamar la atención de aquel individuo, a las bravas en este caso.

- ¡Eh, barrilete! ¡Deja a la mujer y presenta batalla como un hombre!*

- Tiradas (2)

Motivo: Investigación

Dificultad: 0

Tirada (3): 5, 10, 10

Guardados (2): 10, 7, 10, 7 (Se tiran de nuevo solo los dieces guardados)

Total: 34, Éxito

Motivo: Iniciativa

Dificultad: 0

Tirada (4): 4, 4, 10, 4

Guardados (3): 10, 2, 4, 4 (Se tiran de nuevo solo los dieces guardados)

Total: 20, Éxito

Notas de juego

*Para cuando toque en el turno. Sacar nodachi y pegarle un grito al tío/bicho/ser/cosa grandote. Posición defensiva.
Iniciativa: 20
Investigación: 34

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02/12/2018, 23:07
Kisaragi Tensai

La tormenta parecía cernirse sobre ellos en toda su furia, y pronto la conversación en la cabaña estuvo mezclada con el incesante repiqueteo de las gotas de agua sobre la cabaña y el aullido del viento. Algo que no resultaba tan desagradable, al menos hasta que el estruendo de un trueno hizo enmudecer a todos los presentes, y unos instantes después, un grito en el exterior de la cabaña dejó claro que la amenaza que el emisario había profetizado había llegado.

Sin embargo, lo había hecho mucho antes de lo esperado. Él esperaba un ataque esa noche, pero estaba seguro de que se produciría más tarde, con los asaltantes tratando de  aprovechar al máximo a unos defensores recién arrancados del sueño. Pero el hecho de que atacaran en ese momento delataba un exceso de confianza preocupante. ¿De verdad esperaban poder enfrentarse a un nutrido grupo de bushis de esa forma?

Con rapidez, varios de los recién llegados reaccionaron para acercarse a las ventanas y prepararse para entablar combate. Al tiempo que eso sucedía, Mitsuhide se levantó de su lugar con una expresión sombría en su rostro, y tomó el wakizashi que pendía de su obi. Si bien él era un diplomático de su clan, seguía siendo parte del Buke, y si lo peor ocurría, era mejor el acero portado en sus manos que el hundido en sus entrañas.

Asomándose a una ventana, los ojos oscuros del Kisaragi evaluaron rápidamente a las sombras que se acercaban a ellos. Diez, al menos. Y el hombre que esgrimía la kusarigama, que parecía comandar a los demás desde las sombras. Era a él a quien debían capturar con vida. Ya se había cobrado una víctima de su séquito, y no estaba dispuesto a permitir que su escolta se deshiciera ante unos vulgares bandidos.

-Diez bandidos. –Anunció inmediatamente. Tal vez fuera la tensión del momento, pero la voz de Mitsuhide se había vuelto mucho más dura y concisa. Casi parecía más un gunso que un emisario. –Uno de ellos tiene a una joven… no parece una sierva. Los dirige el hombre de la kusarigama.

-Salvad a la mujer. Y dejad a uno o dos con vida. –Añadió como complemento a la información mientras dejaba que su manto resbalara hacia atrás desde sus hombros. No quedaba del todo claro si estaba hablando únicamente para su escolta, o para todos los reunidos, pero el significado de sus palabras estaba claro. No habría piedad alguna para los atacantes.

Notas de juego

Iniciativa: 21

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02/12/2018, 23:55
Suneda Shun

Tan pronto como se oyó el estruendo, Shun se giró hacia la puerta, pero no salió hasta que lo hicieran el resto de personas en el habitáculo. Miró a los aparentes bandidos con el ceño fruncido al tiempo, antes de desviar su mirada hacia el que blandía la Kusarigama... un arma que requería mucha maestría para un manejo efectivo. Del resto del grupo destacaba aquel gigante, mucho más alto que él; mucho más alto que cualquiera de las personas que estaban en la cabaña.

A su lado, los ashigaru ya estaban preparados. Oyó como alguien montaba un arco junto a ellos, una amenaza y al magistrado que creía conocer dando información sobre el grupo. Una media sonrisa se dibujó en su rostro al tiempo que se apoyaba el bastón en su hombro. Su mano izquierda, relajada, estaba apoyada en la empuñadura de su katana.

-¿Vamos a enfrentarlos aquí fuera? -preguntó al tiempo que se encogía de hombros. Tanto le daba, pero en la habitación tenía seguridad de que no le atacarían por la espalda una vez que todos los presentes se encontraran en combate cerrado. Arqueó una ceja sin perder de vista al hombre que portaba el kusarigama. No iba a permitir que rompiera la formación así como así.

- Tiradas (1)

Motivo: Ini

Dificultad: 0

Tirada (6): 10, 5, 5, 10, 9, 10

Guardados (3): 10, 4, 10, 9, 10, 3 (Se tiran de nuevo solo los dieces guardados)

Total: 46, Éxito

Notas de juego

*Iniciativa 52 (46+6)

No tiro investigación porque, en esta situación, me fío de lo que están diciendo el resto

 

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03/12/2018, 12:32

La situación ahora se a desmadrando, al instante que la tormenta empieza a arremeter, el grito de una chica se oye, al menos es lo qué yo alcanzo a oír, todos se acercan a las ventanas para ver qué es lo que ocurre.

El emisario confirma lo que yo también  veo, pero no perturba mi calma en lo más mínimo, ni siquiera el grandote con la kusarigama, todo el mundo ya se prepara para batalla, en cuanto a mi, mientras la comitiva y los bushi se preparan para el combate, yo tengo otro plan en mente, escabullirse por detrás, y dejar vivo al grandote y a la chica.

Mucho no me interesa ninguno, pero puede que obtenga algo de información, además de un poco de equipo.

Y así es cómo me deslizo por la oscuridad, con mi ropa negra, llendo al bosque sin ser descubierta. 

- Tiradas (2)

Motivo: Iniciativa

Dificultad: 0

Tirada (3): 8, 3, 5

Guardados (3): 8, 5, 3

Total: 16, Éxito

Motivo: Sigilo

Dificultad: 0

Tirada (6): 7, 10, 8, 2, 1, 1

Guardados (3): 10, 3, 8, 7 (Se tiran de nuevo solo los dieces guardados)

Total: 28, Éxito

Notas de juego

Pregunta, ¿mis compañeros y enemigos tienen penalizado para verme en la oscuridad por lluvia y el ruido por avanzar a hurtadillas?

Retraso mi acción, hasta que todos salgan