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[JJVV2017] Cenizas a las cenizas

Zona cero: Mill Town

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21/11/2017, 21:57
Director

La mujer sobre ella tiene varios cartuchos para la escopeta, que Whigham puede pasar a Gates. Además tiene un juego de llaves, de las cuales una de ellas parece corresponder a un vehículo a motor que bien podría ser un coche o una moto. No tienen que andar mucho entre los árboles para ver un sendero bien definido, por el cual seguramente puedan transitar coches.

Al seguirlo llegáis a un claro donde hay una cabaña. Al lado de la cabaña hay un sidecar de tres plazas, un pequeño inconveniente siendo cuatro. No parece haber nadie alrededor, ni ningún ruido proveniente del interior, pero de la chimenea sale algo de humo de forma casi vaga. 

- Tiradas (1)
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22/11/2017, 09:48
Howard Whigham

Llegaron a la cabaña. No era la confortable granja del pobre Bontemps, un lugar al que convenía volver pues estaba preparado de sobra para los días de cuarentena. Pero al menos podría servir de refugio temporal mientras se decidía el siguiente paso.

Aquel sidecar sería muy útil, si es que funcionaba. Pero para cogerlo, primero tendrían que pedir permiso, comprarlo o intercambiarlo. O robarlo. Y Whigham sospechaba que tendría que recurrir a lo último. Sobre todo, si era propiedad de la lugareña que acababa de matar.

Si ella vivía en esa cabaña, entonces allí estaba el tal Max que quería proteger. ¿Quién sería? ¿Estaría enfermo? Whigham incluso sospechó que podría estar muerto, dada la locura de la mujer. ¿Protegía a un cadáver?

Hizo un gesto que pedía cautela y silencio y se adelantó con cuidado. Quería asomarse discretamente por alguna ventana antes de que algo, o el señor Cox, estropeara cualquier acercamiento pacífico.

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22/11/2017, 20:47
Anne Oregon

Avanzar por el sendero por donde, seguramente, había venido la pueblerina loca no le parecía la mejor de las ideas. Pero el resto del grupo parecía conforme y lo que no quería, desde luego, era quedarse sola. Porque no dudaba que aquellos hombres la dejarían atrás. Por eso les siguió.

Entró en tensión cuando otearon la cabaña, con el tenue humo emanando de la chimenea. Y luego el sidecar... Para tres. ¿A quien dejarían atrás? ¿A ella? Tendría que hacer algo al respecto...

Creo que deberiamos ir directamente a la granja... Con eso... - hablo en voz queda, indicando el sidecar con un gesto con la cabeza.

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22/11/2017, 22:28
Director

Dentro de la cabaña Whigham apenas distingue sombras, los cristales están tan sucios y con una capa de polvo tan espesa que no dejan pasar la luz con claridad hacia el interior ni diferenciar mucho. Dentro pueden ver una silueta sentada en el suelo, que no parece moverse mucho, pero nada más reconocible como humano.

Alrededor no parece haber indicios de que haya mucha más gente cerca. Si el sidecar era para tres personas máximo, no podían vivir allí muchos más, ¿no?

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22/11/2017, 23:21
William Cox

—Escóndase, señor Whigham, yo llamaré la atención y si alguien sale agresivo, podrá dispararle. 

Disparar era la única opción con los violentos. Y mejor si no se fijaban en el sheriff. Si le quitaban el arma estábamos todos muertos. 

Esperé a ver que hacía. Igual seguía mis indicaciones pero estos hombres de acción no solían escuchar la voz de la razón. 

Luego me acerqué. —¿Señor Máx, es usted?

 

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23/11/2017, 10:33
Howard Whigham

Whigham asintió. No había tiempo para discutir el plan, porque el señor Cox ya había alzado la voz. Ese hombre casi parecía desear un tiroteo.

Se apartó discretamente hasta ocultarse tras la esquina del porche, ligeramente agachado. Desde ahí podría observar de reojo a quien saliera por la puerta. Si había algún problema, habría que actuar.

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23/11/2017, 14:48
Anne Oregon

La señorita Oregón volvió a resguardarse de un posible ataque. Al menos, se aparto de la dirección natural que tomaría una persona si saliera enrabietada por la puerta. No la iba a encontrara a ella en dicha trayectoria.

Por lo demás, no dijo nada. Cox llamó la atención de un posible inquilino interior y el sheriff parecía preparado para neutralizar dicha amenaza. Ella esperó.

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24/11/2017, 09:43
Director

De dentro no parece salir nadie ante las llamadas, pero se oye un ruido de algo moviéndose por dentro. Alguien desde luego hay, que quizás no quiere o no puede salir. Hizo todo el ruido que pudo eso sí, consiguió hasta tirar una lata vacía al suelo para que el sonido metálico sonara y le hiciera notar.

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24/11/2017, 12:57
William Cox

—Esperen que abra la puerta mientras ustedes vigilan —dijo Cox en voz baja. 

Se acercó con cuidado. Quizá el señor Max estaba bien y la afectada era la mujer, quizá estaba mal también y había que sacrificarlo. Lo importante era que estuviera satisfecho para votarle posteriormente... ¿Satisfecho para votarle? ¿En que pensaba Cox? No volvería a tratar de ser elegido allí, se iría a otro lado con el viento fresco en cuanto pudiera. Las normas de antes ya no se aplicaban. 

Abrió la puerta echándose a un lado...

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24/11/2017, 18:39
Howard Whigham

Whigham hizo una mueca de desagrado. No le gustaba nada eso de que aquella figura se moviera como una babosa. Como una persona atada de pies y manos. O como una persona enfebrecida y loca.

La hubiera dejado ahí, pero Cox se adelantó a abrir la puerta. El sheriff chistó, molesto, y se acercó hasta el umbral, con el arma en la mano. Se pegó al marco y asomó la cara, dispuesto a retirarse rápido si hubiera cualquier cosa sospechosa.

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25/11/2017, 10:38
Director

La cosa que se arrastra y hace ruido no es otra que un hombre amordazado y atado de pies y manos. Parece que en su reptar había conseguido tirado algún objeto de encima de la mesa, para llamar vuestra atención. Parece que han golpeado de manera salvaje a aquel hombre y que su pierna está rota, por lo demás tiene pinta de estar sano. Os mira con ojos casi suplicantes y señala con la cabeza a un armario grande que hay al otro lado de la estancia.

-Gmpfffffpppmp- trata de decir con la mordaza en la boca.

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25/11/2017, 10:42
Howard Whigham

¡Un rehén herido! Whigham se adelantó con cuidado, prestando atención a lo que hubiera en la cabaña.

...el armario...

Aquella gente enferma de lo que fuera que hubiera pasado en Mill Town no estaba en sus cabales y eran cada vez más violentos, crueles y taimados. ¿Por qué tener a ese hombre prisionero? No estaba atado por su bien. Estaba atado para atraparlo, retenerlo. Las peores ideas pasaban por la cabeza de Whigham.

El primer impulso siempre es salvar al herido. Pero años de trabajo y experiencia, en la guerra y en el cuerpo de policía, le habían enseñado que si el herido está estable, lo primero es asegurar el lugar. Básicamente, para evitar que un herido se convierta en dos, tres o cuatro.

Fuera lo que fuera lo que ese hombre quería del armario, era su prioridad antes aún de pedir que lo soltaran. ¿Era un aviso? Whigham no se la jugó: disparó contra el armario a gusto.

Si había un hijo de puta dentro listo para saltarles encima se le enfriarían las ideas. Si era otra cosa, que Dios lo tuviera en su Gloria.

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25/11/2017, 12:09
Anne Oregon

La señorita Oregon permaneció a resguardo durante la incursión exploratoria de la cabaña. Tan solo se tranquilizó un poco cuando del interior no salió ningún rabioso enloquecido. Lejos de eso, emanaron de dentro balbuceos y suplicas ininteligibles, que llamaron su atención e hicieron que se acercara y asomara.

Por Dios, seguro que esta loca de antes lo tiene cautivo... Vete a saber.... - mira al hombre con horror, ero no se atrevió a internarse. Esperaría primero a que el sheriff hiciera su trabajo y asegurara la zona. Ella miró con nerviosismo alrededor, por si de pronto venía algun loco mas.

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25/11/2017, 16:39
William Cox

Dentro de la choza el que parecía ser Max estaba atado, amordazado y con la pierna rota. Por lo que Cox sabía, igual la perdía. Señalaba hacia el armario... hacia el que Whigham disparó varias veces. 

—¡No haga eso, podrían tener a su hijo dentro o algo así! —Exclamó horrorizado. 

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26/11/2017, 00:33
Mark Gates

Gates entrevió desde fuera lo que parecía un hombre amordazado y maniatado. Su instinto pudo más que la prudencia. Aquel hombre podría necesitar ayuda, aunque señalaba frenéticamente al armario.

Se acercó a él, con cuidado y, manteniendo las distancias, cortó la mordaza que le impedía explicarse.

- ¿Qué es lo que ocurre? ¿Qué hay en el armario?

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26/11/2017, 12:14
Director

El señor amordazado y atado parece quedarse más tranquilo con el disparo. La bala de Whigham atravesó la madera del armario y después las puertas se abren de golpe. Frente a vosotros el cadáver de un hombre que debía rondar los cuarenta años. Lleva un mono vaquero y parece que nada más, ni camiseta debajo, ni probablemente ropa interior por las pintas de paleto que tiene. El tipo está muerto y bien muerto, fuera quien fuera. 

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26/11/2017, 12:38
Anne Oregon

Quizá nunca esperó que el sheriff disparara directamente al armario. Pero lo hizo, y del interior se desplomo el cuerpo un tipo que claramente se escondía y fallece a causa del disparo.

¡Pero por Dios! ¿!Qué hace usted!? - porque podría estar afectado o no. Lo mismo es algo de la mujer de antes, y es victima de su mujer de alguna forma. Si estuviera también afectado... ¿se hubiera escondido en el armario en vez de salir en modo suicida? No había visto en los anteriores casos que fuera muy razonable.

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26/11/2017, 12:56
Howard Whigham

—¿Que qué hago? A lo mejor, salvar su bonito pellejo, señorita.

No era la primera vez, por supuesto. Pero ese era el destino de los hombres resueltos: ser admirados o incomprendidos, una de dos. Pero incluso los que los critican se cobijan bajo su ala. Los compañeros podrían estar en desacuerdo con sus métodos, e incluso él mismo lamentaba tener que matar, pero alguien tenía que hacerlo.

Apuntó al hombre atado mientras el doctor lo liberaba.

—¿Quién es usted y qué pasa aquí, amigo?

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26/11/2017, 14:11
Max

-Soy Max, estos locos me interceptaron en la carretera, me golpearon y me robaron el sidecar cuando trataba de salir de la ciudad. Esa mujer, Sally, y él- señala al muerto con la cabeza. -"El primo Wayne". Es como si se hubieran vuelto majaras y me golpeaban sin razón, creo que me han roto la pierna...- trata de moverla, apretando los dientes por el dolor. -Malnacidos... 

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26/11/2017, 15:37
Howard Whigham

Interceptado en la carretera. Como ellos. En el mismo lugar y con la misma gentuza de por medio. Incluso era posible que el pobre Bontemps se hubiera accidentado por algún ostáculo escondido en la calzada por esos mismos hijos de puta.

El tal Max estaba herido. Un lastre más, sí. Pero al menos no parecía uno de aquellos locos. Una persona normal, vaya. Echó un vistazo a la cabaña*. Quizá hubiera algo de interés allí o alguna pista. A lo mejor no eran solo dos y pronto llegaran más paletos.

—No se puede salir del condado, Max. Nos han puesto en cuarentena y el ejército impide que salgamos. Solo podemos esperar o aventurarnos por los campos. De momento, hemos elegido esperar.

Con una pierna rota, iba a ser difícil cargar con él. Aunque siempre podían conducir el sidecar hasta la granja de Bontemps y hacer dos o tres viajes para recoger al resto. O ir en sidecar hasta el coche más próximo. Tampoco es que estuvieran en mitad del desierto.

Notas de juego

*Arrebusco cozas.