Partida Rol por web

[JJVV2017] II Campeonato de RPW

[PARTIDA 04] Cuarto grupo de juego

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13/11/2017, 17:03
Director 4

La energía estática de la base, pese a estar acostumbrada a ella, zumbaba en los oídos de todos, mientras, agazapados tras unas cajas de suministros a medio colocar, miraban aun sorprendidos hacia la puerta del Almacen Principal. Uno de los fluorescentes del techo, pese a haber apagado las luces, continuaba con un tenue brillo pulsatil, como resistiéndose a morir. Todos había ocurrido rápidamente: los disparos (de subfusil militar, como había notado Rodriguez, del personal de seguridad), los gritos de sorpresa y de angustia, y el ruido de botas golpeando el suelo mientras aquellos asaltantes se desplegaban por la base desde el Modulo de Conexión Exterior, donde el Sargento Harris (mando de la Base), el Capitán Bullock (Jefe de Seguridad) y Alphonse Misner, uno de los Tecnicos de Mantenimiento, habían acudido a recibir a los que todos daban por hecho que serían el relevo para la mayor parte de la tripulación.

Mientras el latido de los corazones y las aceleradas respiraciones daban ritmo al momento de descanso, con todos ellos, Rodriguez, Schmidt (parte del equipo científico dirigido por la prestigiosa doctora bióloga Elizabeth Mellows), Bedoin (comunicaciones) y Popova (mantenimiento) escondidos allí, tras haber huido a la carrera hasta el almacén, trataban, en susurros, de decidir como afrontar esa horrible y difícil situación, los gritos mas allá de la puerta cerrada se fueron difuminando.

Las piezas empezaban a encajar: hacía 48 horas que se había cortado la comunicación con el exterior, y 24 horas desde que a la Base llegó la señal de que el ascensor bajaba… Demasiada coincidencia, viendo lo que ocurrió al llegar este al fondo marino…

De pronto, un ruido a sus espaldas les puso en guardia, haciéndoles contener la respiración, pero antes de que ninguno de ellos llegara siquiera a moverse, la Doctora Mellows salió de detrás de uno de los paneles de alimentos: la pulcra trenza que con tanto primor llevaba siempre sobre el hombro derecho, aparecía ahora deshilachada, casi desecha, mientras su rostro, lívido a la tenue luz de la pequeña linterna que portaba, parecía envejecido por el peso de la responsabilidad, pero el brillo enigmático de sus ojos no había cambiado un ápice, incluso había crecido aun mas, azuzado por la determinación, una determinación que quedó clara cuando habló con voz queda, con aquel pulcro acento británico:

— Han tomado la base. Necesito que me cubran para llegar al Modulo 505: he de destruir toda esa información antes de que caiga en malas manos… — dijo, sin poder contener el dolor que le producía articular aquellas palabras, pues hablaba de destruir todo su trabajo, todos los avances conseguidos en aquellos meses por la Estacion Subacuática Internacional. Cerró los ojos, respirando profundamente, y cuando los abrió, sus ojos almedrados volvían a tener aquella determinación, e iban pasando alternativamente a cada uno de sus cuatro compañeros escondidos, esperando su respuesta…

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13/11/2017, 18:43
[4] Bernadette Schmitt

Increíble pero cierto. Toda la mañana dando vueltas de un lado para otro, sin apenas avanzar en su investigación. Solo había tomado notas en su cuadernillo, por aburrimiento. Tan mal le iba el día que se fue a despejarse al lavabo, para enjuagarse la cara y retocarse con el pintalabios.

Pero aquel tranquilo y aburrido día en el laboratorio, de pronto se convierte en caos. Caos ocasionado por el sonido ensordecedor de disparos en la lejanía. Algo estaba pasando y Bernadette no se iba a quedar a averiguarlo. Tan pronto como pudo, se ocultó tras unas cajas de suministro en el almacén, cerca de donde estaba en aquel momento. Para su sorpresa, varios trabajadores de la base habían tomado la misma decisión que ella, eligiendo el mismo escondite.

- ¿Pero que está pasando? – Preguntó al guardia de seguridad, con esa erre gutural característica de su país. El mismo que les instaba a no levantar la voz y a permanecer agachados, indicándolo por aquellas señas universales que cualquiera, incluso una alemana áspera y cabeza cuadrada entendería.

Lo siguiente fue un susto por la espalda. Sin previo aviso, la doctora Mellows, su mentora desde que llegó a la estación submarina, apareció de detrás de unas cajas de suministros para ponerlos sobre aviso.

Al mirarla, la bióloga recordó aquellos primeros meses de trabajo junto a la doctora, que la acogió como su pupila, ayudándola y mostrándole las habilidades de su profesión para las investigaciones marinas que estaban llevando a cabo en el lecho oceánico. No solo eso, la alemana también recordó durante unos segundos que aquel cariño maestro-discípulo dio fruto a una pasión desenfrenada. Y es que, la doctora Mellows, pese al porte estoico y serio que solía mostrar, era toda una fuerza de la naturaleza desatada en lo que se trataba de dar amor. La fría Bernadette lo comprobó en las semanas que siguieron. Aunque, como todo en la vida, su escarceo amoroso quedó en eso, un revolcón de fin de semana más que añadir a la muesca de la doctora, que empezó a alejarse en todos los aspectos de su discípula: Tanto a nivel profesional como sentimental, para desdicha de la alemana.

Es por todo lo vivido en todos esos meses que no pudo contener la respuesta que dio a su superiora, la doctora Mellows.

- Maine Liebling… Doctora, yo la ayudaré. Pero antes quisiera saber en qué estaban trabajando. Nunca he querido husmear, debido a sus constantes negativas, pero ahora es el momento de que nos aclare de qué se trata. Ya que voy a ayudarla. Sea como sea… - Contestó con su marcado acento bávaro.

Durante unos segundos percibió la sonrisa de la doctora, dándole las gracias en silencio y con aquello le bastaba a la bióloga. Solo esperaba que no fuese tan difícil. Cuando recordó que había más gente delante, se aclaró la garganta, carraspeando, y después se dirigió al resto.

- Creo que podríamos hacerlo, si somos sigilosos… Por cierto, necesitaremos una vía para escapar de la base y creo que nuestra única alternativa son los minisubmarinos de la sala contigua. Sé que hacen falta los códigos, pero gracias al cielo los tengo aquí, en mi cabeza. – Comenta mientras se señala la sien derecha.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tanto el lápiz de labios como otra serie de cosas básicas las lleva encima, en diferentes bolsillos. Todo lo he dejado anotado en la pestaña "Equipo" por si algo no cuadra al DM.

Si, es alemana y habla con la "r gutural", imaginaos que es poco sonora. Cosas del alemán :P

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13/11/2017, 19:40
[4] Lucas Bedoin

Estaba teniendo la peor semana desde que llegara a esta base, ya ni sabía desde cuando: mi calendario marcaba un día y yo tachaba el anterior antes de irme a la cama, pero aquí él sol no mandaba, lo hacia el ruido metálico que ejercía el agua sobre la estructura presa de la compresión y una luces artificiales que parpadeaban mas que mi madre intentando seducir al carnicero de su barrio. Y quien sabe si mi reloj; herencia de mi padre ausente, daba correctamente la hora o fallaba tanto como el Olympique de Marseille, ya ni recordaba la ultima vez que hicieron un partida decente.

Pero ojala esos hubieran sido mis mayores preocupaciones, ahora se que la semana puede ser mucho peor cuando asaltantes desconocidos disparan peligrosamente sobre una estructura que a la mínima fuga puede suponer la muerte mas horrible de todas. Es por esa razón que de camino a la sala de comunicaciones tuve el cobarde acto de esconderme tras unas cuantas cajas junto a otro grupo de cobardes como yo. Claro que cuando piensas que tu vida puede terminar en esa nefasta semana, no parece tan de cobardes y menos aun si estas acompañado.

Tras el primer contacto alguien, una mujer, no recuerdo su nombre y tampoco me importa ahora mismo, la verdad, hizo la pregunta que todos teníamos en mente y seguramente si te parabas a pensar en lo peor ya tuvieras tu propia respuesta, pero no estaba de mas comparar notas. Pero no hubo tiempo para eso cuando una segunda mujer salio de dios sabe que caja y nos puso rápidamente en antecedentes. Como me hubiera gustado que dijera que algún técnico estúpido había puesto un altavoz a su bolsa de palomitas y estaba gastando una inútil broma, seria tan típico de ellos, siempre están con bromas y tonterías, ¡Por eso nunca arreglan la maldita luz titilante!

Respire hondo y cerré los ojos buscando en mi interior esa zona oscura y tranquila que el matasanos de la bodega sumergida sugería siempre que sentíamos ansiedad, pero sinceramente: ¿Buscar en un sitio oscuro y vació? En que demonios estaba pensando, estamos en una pecera sumergida por el amor de dios. Así que mientras meditaba en prados limpios y mujeres hermosas, parece que ambas doctoras organizaron un plan de huida.

-Un sejgundo, la sala de comuniçacion esta justo al lado. -Mi acento era horrible cuando no pensaba las palabras primero, así que pare por un instante y me enjuague la garganta para continuar hablando. -Da la casualidad que me dirigía hacia allí para continuar con las reparaciones, pero llegado el caso, se puede mandar un código de emergencia aun con el sistema caído. Podemos intentar primero avisar a la superficie, de lo que sucede y de nuestras intenciones, no tardare demasiado. -Espero.

Desde luego no pensaba quedarme solo y menos si alguien tenia un método de salir de allí, pero me gustaba mas la idea de intentar pedir ayuda al exterior que arriesgarme ha salir a que un desconocido me mordiera el culo con metal caliente.

Notas de juego

Bueno yo sacare cosillas "mágicamente" de los bolsillos si se me permite, nada importante, solo cosas que me ayuden a la narrativa, Las pondría ahora ordenadas de mayor a menor, pero sinceramente no se me ocurre nada especifico.

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13/11/2017, 23:58
[4] Antonio Rodriguez

El trabajo en la estación era monótono y rutinario. Dar vueltas y más vueltas como un hámster en su laberinto había dado una nueva dimensión a la palabra tedioso. Un enorme edificio conformado por decenas de salas y tuberías con sus pobladores yendo y viniendo con educación universitaria y su distante porte científico. Por no mencionar la constante humedad, si dejaba otro día las botas militares en su armario para ir con las deportivas acabarían criando champiñones.

La última semana, sin embargo, Antonio estaba inquieto. Como si algo no estuviera exactamente en su sitio. Realizó las rondas sin incidencias, los ratones seguían correteando por los laberínticos pasillos con pulcritud e indiferencia. Tomando unas cervezas en el comedor, lo más cercano a una fuente de entretenimiento que podía ofrecer su claustrofóbico hogar, le comentaron que hacía 24 horas que no recibían ningún mensaje del exterior. Bromearon sobre los técnicos de comunicaciones y eso dio pie a varios chistes subidos de tono. No fue hasta el día siguiente que Antonio empezó a sumar dos y dos. Sus instintos empezaron a dar la alarma. Consultó a sus superiores, pero el capitán Bradock fue tajante en el tema. No podían permitir que una simple incidencia como la falta de comunicaciones diera paso a una oleada de pánico. Tras una fila interminable de explicaciones plausibles para el cese de comunicaciones Antonio no quedó satisfecho.

Decidió calzarse las botas, a riesgo de perder su cosecha de champiñones. El uniforme y presentarse de nuevo al trabajo con los sentidos alerta y el vello de la nuca erizado. 48 horas sin recibir noticias del exterior, y por lo que le comentó un técnico de mantenimiento se había recibido la señal del ascensor hacía 24 horas. Lo mas probable es que fuera el maldito relevo pero no podía evitar pensar que algo iba muy mal ¿Pero qué?

Cuando iniciaron los disparos Antonio renegó escupiendo una maldición a voz en grito. Evaluó la situación y vio el almacén como punto de defensa, un lugar cerrado desde donde presentar batalla, con las espaldas cubiertas y donde pasar desapercibido hasta saber qué coño estaba pasando.

Observó a sus acompañantes dando instrucción de que guardaran silencio y se escondieran tras las enormes cajas, sacando la pistola y apostándose contra la puerta tratando de otear los pasillos en busca de respuestas.

Cuando la doctora apareció de la nada hablando con su discurso acelerado Antonio saltó como un resorte, apuntándola directamente a la cabeza. Tras reconocer a su interlocutora levantó el arma con una disculpa. Escuchó las opciones de sus compañeros y decidió tomar cartas en el asunto. Buscó un mapa de la zona, que usaba para recordar las patrullas y con un recorrido marcado en rojo para llegar a su habitación, para cuando tomaba unas cervezas de más.

- Debemos establecer un orden de prioridades. Por un lado tenemos que averiguar cómo llegar al modulo 505 y tomar una posición defensiva, además de si fuera necesario, destruir lo que sea que tienen allí encerrado. Tener una vía de huida clara de esta lata sumergida si tenemos que salir por patas. Dar la señal de alarma a quien quiera que nos escuche en el exterior, y si fuera posible, con quien quiera que pueda escucharnos en el interior. Averiguar quien coño nos ataca, de cuantos hombres disponen y por último pero no menos importante, salir vivos de esta.

Por mi parte propongo probar con la sala de comunicaciones, por lo que dice el señor Bedoin esta aquí al lado. – Dice al tiempo que observa el mapa con detenimiento.- Nos dará más información de lo que está pasando y nos permitirá enviar un primer mensaje de auxilio. Además, si estaba estropeada y los malnacidos tenían a un topo dentro lo sabrán y con un poco de suerte la descartarán como objetivo. 

Notas de juego

Espero no haberla liado. Si me he equivocado o propasado con algo decidmelo :p

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14/11/2017, 00:45
Director 4

El zumbido característico de la estación pronto ha cubierto los disparos, logrando simular por un instante un día de jornada común y corriente. Desde luego esto solo es una fantasía pasajera que se desvanece entre los dedos del personal refugiado en el Almacén principal.

Incluso la presencia inequívoca de la doctora Mellows, que junto a su historia y la balacera reciente, afirma a fuego la verdad de los hechos.

Cierto es que la postura de ella equivale a una escultura Griega de alguna divinidad, que bajo el poder de su investidura prácticamente ordena ser acompañada a la Sección 505 para realizar el sacrificio de la dádiva sagrada que representa su trabajo actual.

- Señorita Schmitt, como usted bien sabe no puedo hablar del trabajo en la Sección 505; por seguridad de usted y de todos en la estación si es que realmente valoran sus vidas. Aunque podría hacer una pequeña concesión luego de destruir la información antes que los asaltantes lleguen a ella. Eso es lo primero, y luego veremos la forma de escapar. ¿Puedo contar con usted? -

Responde Elizabeth a su ayudante al dedicarle una mirada tan profunda y directa como insondable. Sus ojos almendrados son idénticos a la fosa oceánica donde descansa la estación; un auténtico agujero de misterios.

En su respuesta Mellows admite que su principal objetivo no es escapar y que todo el peso del agua por encima de ellos puede con toda la estación, pero no así con su férrea voluntad que la afianza a la Sección 505. Inmediatamente ella apunta con su linterna al técnico de comunicaciones para leer su nombre indicado en el costado de la chaqueta.

- Bedoin ¿Correcto? -

Dijo para luego acercarse a ellos sin apartar la mirada hacia la Sección central, como si allí aguardase un león agazapado a la espera de sus presas.

- Escuche atentamente. Si puede hacerlo no dude ni pierda un segundo, porque al minuto posterior debemos salir de aquí. Nos encontramos en un punto de alto tránsito y nuestro subterfugio no servirá. Vaya ahora -

Responde al señalar la sala de comunicaciones que se encuentra contigua a la Sección central.

Para finalizar Elizabeth dirije su atención a Rodríguez, con quien había cruzado alguna que otra palabra en el pasado, para organizar al dispar grupo de tripulantes. Incluso deja pasar el asunto de la recepción inicial con el arma apuntando a su cabeza.

- Rodríguez, deme su atención por todos los cielos. Aquí las prioridades se aproximan a su idea, siendo fundamental llegar a la Sección tal como usted ha dicho. Por tal motivo Bedoin jugará su carta con la sala de comunicación para luego salir de aquí. ¿Estamos de acuerdo? Cada segundo es un riesgo. -

Y su preocupación no es para menos, con los asaltantes a tan solo dos salas de diferencia el mínimo error puede acabar en desastre.

Casualmente en ese ínterin de conversaciones, alguna que otra luminaria comienza a parpadear en notable sintonía con el zumbido ahora errático de la maquinaria que otorga la energía, siendo esta el soporte vital a toda la estación.

Notas de juego

Tanto el lápiz de labios como otra serie de cosas básicas las lleva encima, en diferentes bolsillos. Todo lo he dejado anotado en la pestaña "Equipo" por si algo no cuadra al DM. 

  • En vuestro siguiente post deben especificar en “notas” del mensaje el equipo inicial a ser evaluado, siendo consecuente a lo expresado en [Info] Notificaciones Oficiales. Si no desean exponer sus pertenencias entonces pueden hacerlo en un post marcando al Director y a los Jurados. Recuerden que desde mi posición solo puedo ver  el apartado Descripción/Historia de sus fichas. Por eso solicito lo de arriba.

  • Las actualizaciones diarias serán aproximadamente sobre la misma hora que este mensaje.  Por eso mismo actualizo ahora para que no pasen más de 24 horas sin actualización del Director.

 

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14/11/2017, 10:38
[4] Markus Popov

¡Maldición! -pensó Markus con amargura- ¡Los generales rusos han atacado antes de lo previsto!

El hombre miraba con ojos aterrorizados a su alrededor, sin saber muy bien qué hacer. Markus trabajaba realmente como espía a cargo de una serie de generales rusos descontentos con el gobierno de Moscú, que querían destrozar esa gran apuesta internacionalista que sin duda representaba la Estación Verne.

"¡Muerte a los traidores de la Madre Rusia! ¡El Kremlin internacionalista debe caer!" -gritaban los generales en sus reuniones conspiradoras.

Markus no entendía mucho de política, pero aceptó cometer traición a su Gobierno porqué los generales aceptaron a su vez su única petición: someterse a una rara operación biológica.

Pero alguna cosa se había precipitado. Markus llevaba días recopilando nombres, haciendo fotos y esbozando croquis por toda la estación. Pronto tenía que conseguir un breve permiso para salir de la estación durante unos días, y entonces era cuando tenía que pasarle toda esa información a su contacto militar. Ellos obrarían un ataque terrorista más tarde, que dejaría al Gobierno de Moscú al borde de la dimisión.

¡Pero no ahora! -pensaba Markus agazapado tras las cajas- ¿Cómo pueden atacar si no saben nada de esta estación?

Espera… -el ingeniero se quedó helado cuando un pensamiento se cruzó en su cabeza- ¿Y si los asaltantes no eran sus jefes? ¿Y si los asesinos que ahora rondaban por la estación no le conocían? ¡Su vida corría peligro de verdad!

Había otros hombres y mujeres en ese rincón hablando entre ellos, pero el ruso no podía escucharles. Notaba como un frio y afilado pánico iba subiendo por su espalda.

¿Y si moría allí abajo? ¿Y si jamás lograba el sueño de implantarse en el cuerpo ese chip de muerte sentimental que tanto deseaba?

Markus negó con la cabeza, en un gesto de rabia y tristeza que aún le infringía más dolor si cabe: ¡Como detestaba tener sentimientos! ¡Como deseaba convertirse en una de esas máquinas robóticas que tanto amaba reparar! Sin dudas, sin remordimientos, sin errores en las tomas de decisión. Eso era lo que él deseaba ser el resto de su vida. Una IA que le borrase todo el dolor de su vida como humano.

Finalmente, el hombre tuvo que levantar la cabeza al darse cuenta de que los demás le estaban mirando, aguardando para una respuesta. Todos vieron como una lágrima caía por la mejilla del ingeniero ruso.

Afirmativo -dijo con una voz monótona y carente de expresión- Aceptado el operativo propuesto de protección personal contra amenazas físicas externas.

Notas de juego

¡Perdón por la tardanza! Me va mejor escribir de mañana, y ayer al empezar el turno por la tarde pues me vino muy mal para postear. ¡Ahora ya estamos todos!

- Sobre el equipo: pues Markus lleva su uniforme de trabajo, que esta repleto de utensilios para reparar cualquier trasto mecánico y eléctrico. Además tiene las llevas de la mayoría de salas del complejo, donde tiene que entrar cada día para reparar cosas.

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14/11/2017, 15:23
[4] Bernadette Schmitt

Notas de juego

Mi equipo: Bata blanca, libreta pequeña, rotulador (color amarillo), lapiz de labios (rojo carmín), paquete pequeño de chicles, tubo de ensayo (vacío), smartphone y bisturí (con protector).

 

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14/11/2017, 16:04
[4] Bernadette Schmitt

La tensión que había en el ambiente se podía cortar como la mantequilla. Bernadette estaba segura de querer ayudar a la Doctora Mellows en lo concerniente a destruir el trabajo de su vida. Fuera lo que fuera en lo que estaba investigando en la sección 505, tenía que ser algo peligroso, sumamente peligroso. Más, si cabe, cuando aquel grupo de personas armadas hasta los dientes bajaron para tomar la base. No era errático pensar que pudieran venir buscando la forma de hacerse con la investigación de la doctora.

De pronto, las palabras de del resto la sacaron de sus cavilaciones interiorres. El primero en intervenir fue el técnico de comunicaciones, francés, a juzgar por cómo le delataba su acento inconfundiblemente galo.

- ¿Crees que podrías mandar el mensaje de ayuda al exterior? Nos vendría bien, aunque estando aquí abajo no sé lo que tardarían en llegar. Es más, si esos desalmados y sus armas han conseguido llegar, no quiero ni pensar los estragos que han llevado a cabo en la superficie, tan solo por venir aquí abajo, buscando Dios sabe qué. – Contestó la bióloga al francés.

Tras acabar su última frase, la bávara pelirroja recordó por unos momentos una etapa de su vida. Una en la que convivió con uno de sus novietes de facultad. Aquel tarado era Adler Weber. Por aquel entonces era otro tipo de persona, en todos los sentidos, incluso en preferencias sexuales. Lo que le atrajo de aquel tipo fueron sus marcadas facciones varoniles y su cara de perfiles rectos y angulosos, que podrían entrar en el perfil del cabeza cuadrada alemán. Aquel joven era atlético, producto de su entrenamiento militar, pues pertenecía al ejército, aunque Bernadette no llegaba a recordar su especialidad. Aquel hombre estaba siempre obsesionado con dos cosas: El sexo y las armas. Siempre decía que había que estar preparado para lo peor y comentaba frases de películas de acción, aunque a ella no le hacían mucha gracia las de ese género. En especial recordó aquella frase que le comentó durante una de sus pocas conversaciones:

~… Los supervivientes son aquellos que se mueven y actúan. Ante una situación de peligro, el solo quedarte quieto le da ventaja al peligro. Si quieres vivir, tienes que actuar. Tienes que moverte. El movimiento es vida.

 

~¿Pero qué tonterías dices? No pienso estar en una de esas situaciones. ¿Qué podría pasarme trabajando en un laboratorio?

¿Qué podría pasarme trabajando en un laboratorio? ¿Qué podría pasarme? ¿Qué podría…? – Las palabras resonaban en su cabeza y no pudo evitar repetirlas en voz baja. Bernadette las repetía mientras escuchaba a Antonio, uno de los hombres que trabajaban en la seguridad y que poco o ningún éxito habían tenido en mantener a salvo la estación, hasta ahora. – Eso es. Tenemos que ponernos en marcha. Puede que ellos tengan más armas, pero nosotros conocemos este lugar y debemos ser más listos. Lucas. – Leyó en su placa identificativa. – Para llegar a la sala de comunicaciones primero tendremos que asegurarnos de que no hay moros en la costa. A su vez, también tendríamos que asegurarnos de que en la sección central no hay más de esos matones sueltos. En el caso de que hubiese alguno, se me ocurre una idea para neutralizarlos sin necesidad de usar la fuerza y ahí entra usted señor Popov. – Miró repentinamente al hombre que se ocupaba del mantenimiento, que quedó algo sorprendido. – Si Popov, usted. Le he visto una y otra vez reparando las esclusas de los compartimentos. Esas puertas se quedan enganchadas muy a menudo, no sé si el óxido tendrá algo que ver… En fin, a lo que iba. Aunque su especialidad sea reparar los atascos en esas puertas, ¿Cree que podría bloquear alguna de ellas a voluntad? El plan es simple, creamos una distracción en el almacén secundario, por ejemplo, y cuando nuestro matón esté dentro lo encerramos, bloqueando la esclusa. – Comentó su plan, que le parecía que era sencillo, aunque olvidó comentar sobre “la distracción”. - Ah sí, casi lo olvido. No tendremos que hacer ninguno de héroe valiente ni nada por el estilo. Tengo esto. – La bióloga rebuscó en uno de sus bolsillos de la bata blanca que llevaba encima hasta que dio con lo que buscaba y lo sacó. – Aquí está. Lo traje conmigo a la base antes de partir. Sé que no hay cobertura, aunque suelo aprovecharme de la WiFi, lo admito. ¿Por qué lo tengo aquí? Muy fácil amigos, por el CandyCrash. – Una App a la que era adicta en sus ratos libres y cuando iba al baño. - Sus compañeros seguían ojipláticos y se acordó de que también tenían armas de fuego, cuando miró la cintura del responsable de seguridad que estaba con ellos. - ... Y a unas malas, siempre podemos usar la fuerza. - Dijo mirando a Antonio, por el nombre que ponía en su placa identificativa.

Desbloqueando la pantalla del terminal móvil podía verse que, en efecto, tenía la partida pausada. Viendo como la miraron sus compañeros, prefirió esperar a que tomasen una decisión, pero el tiempo corría en su contra y tenían que actuar cuanto antes o sería tarde, así que tomó la determinación de actuar. – Caballeros, yo no pienso quedarme a debatir eternamente sobre qué hacer para salir de aquí. Tenemos que actuar y cuanto antes. Voy a echar un vistazo desde aquí para ver si localizo donde están esos matones que han entrado. Al menos así podremos saber su posición. – Y levantó con cuidado la cabeza, buscando situar al enemigo.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Dejo varias tiradas porque no se cuales tengo que hacer.

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14/11/2017, 20:52
[4] Lucas Bedoin

Parece que mi idea calo en los de mi alrededor, no puedo creer que el americano no intentara imponer su orden y empezar a organizar las cosas, o espera... ¿Acaso no lo hizo? Como demonios hacen las cosas para que idea de otros parezcan suyas... En fin. Al menos atacaríamos a la sala de comunicación primero y con eso me bastaba.

Ya estaba decidido y dispuesto a dar un paso y después el otro hasta la esclusa de la sala contigua, solo restaba... dejar de temblar y dar el primer paso. -Vamos Lucas tu puedes, es fácil lo has hecho toda la vid... ¡JODER! -Todo terror se fue por la escotilla trasera cuando un pequeño pero potente haz de luz apunto a mi cara, al parecer mi ex-mujer no era la única mujer que me odiaba.

-Sí, Lucas Bedoin.
-Confirme mientras mi mano tapaba mi cara intentando no quedarme ciego. Lo se, suena exagerado, pero cuando estas a dios sabe cuantos metros de profundidad y vives con poca luz, lo ultimo que quieren tus órganos mas sensibles, es un destello directo a las corneas.

Al parecer mi idea calo también en el resto de los que estábamos presentes en aquel almacén, bueno al menos a los que veía a simple vista, por que qué yo supiera ese lugar podría estar lleno de cobardes.

-Por supuesto que puedo hacerlo. Mi vida depende de ello y si de algo estoy seguro que me quiero demasiado como para solo intentarlo. -Sin darme cuenta respondí a ambas mujeres, centrándome en mi y obviando sistemáticamente al resto. Bueno algunos dirían que es humor Frances, otros que en un salvase quien pueda, no puede culparse a ese atractivo europeo y el resto; la mayoría me temo, que solo era un egoísta que dejarían en la primera esquina que pudieran. La verdad es que estaba mas cerca de la segunda y la tercera que la primera. Pero esperaba que ellos pensaran en eso del humor francés y que coño a veces tenia gracia, era gracioso. Al menos eso decían de mis primeras citas. Luego descubrían la verdad y salían corriendo, menos Annette claro, ella tardo casi ocho años. Tres de los cuales fueron buenos.

Y mientras divagaba seguía parado en mi sitio, al parecer una quinta persona se había unido a nosotros: un tipo raro con acento raro que hablaba raro. Pero le reconocí enseguida por como vestía, ¡Era uno de esos cabrones que prefieren perder el tiempo mirando el techo que arreglando las luces! Por suerte para él mi porte galo me permitía tolerarlo y no atacar a su cuello. Ademas de que tenia cosas mas importantes que hacer, como ponerme a caminar de una maldita vez.

-Esta bien, síganme. -Comente finalmente haciendo acopio de fuerza para dar el primer paso hacia la sala y después otro y luego otro, parece que al final recupere el control de mis piernas y pude mantener un ritmo constante. Sonriente por mi estúpido logro, quise mirar atrás, como un niño buscando la aprobación de sus padres y cuando vi como se alejaba aquella mujer decidida y llena de locas ideas, no se que dijo sobre un juego de móvil, me detuve un segundo. -O no, como prefieran. - Exclame mientras recuperaba el ritmo y mis piernas ahora obedecían sin chistar. Pero no volví a mirar atrás hasta que llegara a mi destino, me aterraba pensar que estaba caminando solo y ahora sabemos como actúa el miedo en mi.

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14/11/2017, 21:34
[4] Lucas Bedoin

Notas de juego

Bueno pues el equipo que llevo es el siguiente:
En el pantalón de múltiples bolsillos: Utensilios simples para abrir placas, como destornilladores pequeños, un par de alicates finos, pequeña linterna y tijeras de cableado. Una tarjeta con código morse; regalo de mi hermano mayor, una especie de recordatorio entre nosotros.

En la Cartera: Documentación necesaria para moverme por todo los sectores disponibles, una lista de contraseñas diversas para mi trabajo, el código de seguridad de la sala de comunicaciones, una estampa del Santo Adelardo de Corbie; regalo de mi madre, una foto de cuerpo completo de mi ex-mujer Annette; aunque ahora preferiría que no tuviera cabeza.

El reloj de muñeca de mi padre en hora. , la pequeña navaja que uso mas a menudo que los destornilladores para abrir las placas de la sala de comunicaciones y que normalmente uso para pelar la escasa fruta que nos dan.

Y mi pata de la suerte, colgando del cuello oculta dentro de mi camisa, no es de conejo es de mi gato; él tío murió con 16 años y tras tres atropellos, dos caídas de arboles y multiples ataques de arritmia. Sí eso no es suerte, yo no soy Frances.

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14/11/2017, 23:15
[4] Antonio Rodriguez

Antonio observó las reacciones de sus acompañantes. La jefa le había dejado claro las prioridades, llegar cuanto antes a la 505, su imaginación empezó a divagar sobre cadáveres extraterrestres abiertos en canal sobre una mesa de autopsias. Luego estaba la científica, que tras su exposición a Antonio le quedó claro que se creía wonder-woman, casi la podía imaginar lanzándose contra su enemigo tratando de desviar sus balas con los brazales y gritando, por Themiscira. El francés, aparte de tener cara de haberse meado en los pantalones, era el único sensato de este grupo, y sin duda el único que comprendía la gravedad del peligro. Y por si fuera poco quedaba el técnico de mantenimiento, que o bien tenía un humor surrealista o era subnormal.

Debía hacer algo y rápido, la seguridad de todos dependía de él y por dios que este no era su primer baile.

Estoy de acuerdo en que no hay tiempo para discutir, pero la situación táctica es clara. Estamos aquí, en el almacén principal.

Dijo antonio señalando al mapa.

Por tanto si vienen los asaltantes lo harán por esa puerta de ahí. Lo que deja la sala de comunicaciones, La sala de descompresión y el almacén secundario limpios de enemigos por ahora. Mr Bedoin, la radio es suya, trate de poner eso en marcha, enviar un mensaje de socorro a quien pueda oírnos y todo lo que pueda averiguar nos será de mucha utilidad. Estamos en sus manos. El resto debemos organizarnos, por desgracia Mis Schmitt esto no es una película de superhéroes, esto es la vida real, y no hay segundas oportunidades. Su plan nos delataría ante el enemigo, dejándonos expuestos. Por ahora el sigilo es nuestra mejor baza. Por no mencionar que lograr confundir a un guarda armado atacante, con un móvil, a la espera que solo sea uno y corriendo escondidos para encerrarle antes que se dé cuenta... bueno, sería un acto desesperado. Dra. Shmitt por favor, asegurese que los submarinos estan dispuestos para salir de aquí cuando los necesitemos. Pongalos a calentar motores o lo que sea.

Montaremos guardia escondidos aquí hasta que el señor Bedoin nos informe. Por otro lado necesito saber quién sabe disparar un arma y que capacidad tendrían de pasar desapercibidos hasta la sección de los laboratorios. La habitación que hay justo delante es uno de los nexos de la estación y si no salimos pronto de aquí no tardaran en bloquearnos el paso.

La Dra Mellows es la oficial de mayor rango, así que la decisión final es suya pero le aconsejo doctora que pongamos en marcha todo esto. Lo peor será tener que pasar por delante de la sala de control para llegar a los laboratorios. No va a ser bonito y puedo armar a todo el que sepa disparar un subfusil.

Notas de juego

Que divertido es interpretar un clásico XD

Equipo que lleva encima: Cuchillo de caza seal, linterna, cartera, pistola con funda, las llaves de su habitación y la taquilla con un llavero de la liga de la justicia, Una petaca con wysky (perdón bourbon) cigarrillos y un encendedor con el escudo de la marina y el pinganillo para mantenerse en contacto con los demas guardias que supongo esta en silencio absoluto XD 

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15/11/2017, 00:56
Director 4
Sólo para el director

Notas de juego

Mi equipo: Bata blanca, libreta pequeña, rotulador (color amarillo), lapiz de labios (rojo carmín), paquete pequeño de chicles, tubo de ensayo (vacío), smartphone y bisturí (con protector).

Todo en orden. El móvil tiene 30% de batería.  

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15/11/2017, 00:59
Director 4
Sólo para el director

Notas de juego

Bueno pues el equipo que llevo es el siguiente:
En el pantalón de múltiples bolsillos: Utensilios simples para abrir placas, como destornilladores pequeños, un par de alicates finos, pequeña linterna y tijeras de cableado. Una tarjeta con código morse; regalo de mi hermano mayor, una especie de recordatorio entre nosotros.

En la Cartera: Documentación necesaria para moverme por todo los sectores disponibles, una lista de contraseñasdiversas para mi trabajo, el código de seguridad de la sala de comunicaciones, una estampa del Santo Adelardo de Corbie; regalo de mi madre, una foto de cuerpo completo de mi ex-mujer Annette; aunque ahora preferiría que no tuviera cabeza.

El reloj de muñeca de mi padre en hora. , la pequeña navaja que uso mas a menudo que los destornilladores para abrir las placas de la sala de comunicaciones y que normalmente uso para pelar la escasa fruta que nos dan.

Y mi pata de la suerte, colgando del cuello oculta dentro de mi camisa, no es de conejo es de mi gato; él tío murió con 16 años y tras tres atropellos, dos caídas de arboles y multiples ataques de arritmia. Sí eso no es suerte, yo no soy Frances.

 Cabe aclarar que con todos esos objetos será prácticamente imposible que Lucas pueda lograr algo de sigilo, incluso llegando a arruinar el sigilo de otros. Todo lo demás esta bien.

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15/11/2017, 01:03
Director 4

Mellows observa por un instante que parece interminable a Popov, quién responde de manera extraña, incluso para un tripulante enteramente dedicado al mantenimiento y correcto funcionamiento de la estación. En respuesta el haz de luz de su linterna recorre de arriba hacia abajo al ruso antes de expresar una idea al respecto.

- ¿Se encuentra bien usted? Debe informar cualquier síntoma. No olvide lo que sucedió con el técnico de la rotación anterior. -

Las palabras de la doctora en ese momento traen el recuerdo del suicidio de uno de los técnicos de mantenimiento del turno anterior a Popov, cuando un estado súbito de paranoia, producido por las condiciones de inmersión, acabaron con la vida del técnico y sus delirios místicos sobre entidades que lo acechaban.

- Tampoco es cuestión que otro técnico de mantenimiento enloquezca en medio de un ataque por fuerzas desconocida -   Es el pensamiento sucedáneo de la doctora en jefe.

Desde luego las acciones y sugerencias de los demás tripulantes permiten que la atención sobre el ruso pase a un segundo plano. Tal es el caso de la químico de apoyo.

- ¡Por todos los cielos! Ni se atreva a dar un paso lejos de nosotros –

Advierte Mellows a Schmitt ante su arriesgado plan de su búsqueda y de su respuesta ausente ante la pregunta anterior. De más es su exposición de obrar con respecto al almacén secundario y el móvil como distracción.

Vaticinando el descontrol en el accionar de los presentes, la doctora opta por dar el visto bueno al plan de Rodríguez. Al menos una parte de su plan.

- Rodriguez. Venga. Desde aquí puede vigilar el acceso.-

Mellow llama con señas al guardia para que se aproxime a su posición que es cercana a la sala de comunicaciones y que aparte otorga un mejor ángulo de visión hacia la Sección central.

Mientras tanto el francés ingresa a la sala de comunicaciones y de inmediato comienza a trabajar en el sistema auxiliar de comunicaciones con la única finalidad de enviar el código de emergencia. La sala es un cuarto austero, sin mayor equipamiento que un par de sillas y el puesto de trabajo del técnico de comunicaciones. Media docena de pantallas parpadean desde la caída de las comunicaciones pero eso no es ningún problema para el técnico. En menos de un minuto logra enviar el código de emergencia aunque no hay forma de saber si es recibido en tiempo y forma por la superficie.

En ese tiempo Bedoin descubre que el sistema interno de comunicaciones y servicios inalambricos, así como el resto de los sistemas de vigilancia se encuentran por algún motivo también fuera de servicio. Tal vez esa es la prueba al silencio de radio de los intrauriculares de los agentes de seguridad de la estación y de la falta de conectividad a través de las red Wifi.

En realidad la noticia no es tan pésima en comparación al descubrimiento de Schmitt, que en su intensión el resultado es más que evidente al descubrir dos sujetos armados con rifles de asalto, armadura y mascaras similares al estilo SWAT.

Los dos asaltantes acaban de ingresar a la Sección central desde el pasillo que conecta con la sala de reuniones.

Notas de juego

- Sobre el equipo: pues Markus lleva su uniforme de trabajo, que esta repleto de utensilios para reparar cualquier trasto mecánico y eléctrico. Además tiene las llevas de la mayoría de salas del complejo, donde tiene que entrar cada día para reparar cosas.

Muy bien, con la aclaración de que los utensilios son de tamaño pequeño (destornilladores, llaves Allen, pinzas, etc) y que complican cualquier acción que requiera sigilo. Sobre las llaves es posible para las áreas de poca importancia (salas 1 a 8) y para las demás Popov debe solicitar el acceso bajo estricta vigilancia.

 Equipo que lleva encima: Cuchillo de caza seal, linterna, cartera, pistola con funda, las llaves de su habitación y la taquilla con un llavero de la liga de la justicia, Una petaca con wysky (perdón bourbon) cigarrillos y un encendedor con el escudo de la marina y el pinganillo para mantenerse en contacto con los demas guardias que supongo esta en silencio absoluto XD 

 Quizás el whisky o bourbon en horas de servicio sea causante de amonestación. Aunque ahora importa poco :)  Todo lo demás esta bien.

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15/11/2017, 03:20
Director 4

Notas de juego

Mi equipo: Bata blanca, libreta pequeña, rotulador (color amarillo), lapiz de labios (rojo carmín), paquete pequeño de chicles, tubo de ensayo (vacío), smartphone y bisturí (con protector).

Todo en orden. El móvil tiene 30% de batería. 

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15/11/2017, 03:22
Director 4

Notas de juego

Bueno pues el equipo que llevo es el siguiente:
En el pantalón de múltiples bolsillos: Utensilios simples para abrir placas, como destornilladores pequeños, un par de alicates finos, pequeña linterna y tijeras de cableado. Una tarjeta con código morse; regalo de mi hermano mayor, una especie de recordatorio entre nosotros.

En la Cartera: Documentación necesaria para moverme por todo los sectores disponibles, una lista de contraseñasdiversas para mi trabajo, el código de seguridad de la sala de comunicaciones, una estampa del Santo Adelardo de Corbie; regalo de mi madre, una foto de cuerpo completo de mi ex-mujer Annette; aunque ahora preferiría que no tuviera cabeza.

El reloj de muñeca de mi padre en hora. , la pequeña navaja que uso mas a menudo que los destornilladores para abrir las placas de la sala de comunicaciones y que normalmente uso para pelar la escasa fruta que nos dan.

Y mi pata de la suerte, colgando del cuello oculta dentro de mi camisa, no es de conejo es de mi gato; él tío murió con 16 años y tras tres atropellos, dos caídas de arboles y multiples ataques de arritmia. Sí eso no es suerte, yo no soy Frances.

 Cabe aclarar que con todos esos objetos será prácticamente imposible que Lucas pueda lograr algo de sigilo, incluso llegando a arruinar el sigilo de otros. Todo lo demás esta bien.

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15/11/2017, 14:09
[4] Bernadette Schmitt

Notas de juego

Ok con lo del móvil. 30% de batería es mucho suponiendo que lo tengo en modo avión. Después de todo aquí abajo no hay cobertura xD

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15/11/2017, 14:38
[4] Bernadette Schmitt

- ...por desgracia Mis Schmitt esto no es una película de superhéroes, esto es la vida real, y no hay segundas oportunidades. Su plan nos delataría ante el enemigo, dejándonos expuestos. Por ahora el sigilo es nuestra mejor baza. Por no mencionar que lograr confundir a un guarda armado atacante, con un móvil, a la espera que solo sea uno y corriendo escondidos para encerrarle antes que se dé cuenta... bueno, sería un acto desesperado...

Era sumamente gracioso oír hablar a los chicos de la seguridad. Mientras Lucas ya iba camino de la sala de comunicaciones y Bernadette hacía lo propio, asomando la cabeza para ver a que se enfrentaban y si había moros en la costa, el pobre Antonio repetía lo que ya estaban haciendo. A todos los guerrilleros les pasaba lo mismo, mucha testosterona, demasiada testosterona. – Parece que todos los que trabajan con armas tienen algo en común, mucho músculo y poco cerebro. Después de todo puede que sea verdad eso que dicen de que la testosterona deteriora las neuronas y aumenta la masa muscular… - No pudo evitar mirar hacía la bragueta de Antonio, mientras pensaba. – Claro, y parece que también influye en la disminución del paquete… - Terminó por pensar, mientras mostraba una sonrisa burlona sin mirar a nadie en particular.

- Dra. Shmitt por favor, asegúrese que los submarinos están dispuestos para salir de aquí cuando los necesitemos. Póngalos a calentar motores o lo que sea.

La pelirroja no pudo evitar un ataque de risa repentina, aunque no muy sonora, debido a la situación en que se encontraban. - ¿Si? ¿También quiere que busque una escoba y una fregona y los deje como los chorros del oro? Lo que hay que oír… - Pensó interiormente Shmitt, ignorando completamente la petición.

 Era evidente que los de seguridad se creían los más indicados para asumir el mando de algo para lo que poco o nada estaban familiarizados, a juzgar por el tiempo precioso que estaban perdiendo. La bióloga tuvo que dejar sus pensamientos a un lado pues, mientras asomaba la cabeza, sin dejar su posición, se giró ante los gritos de la doctora Mellows.

- ¡Por todos los cielos! Ni se atreva a dar un paso lejos de nosotros –

- No alce la voz, doctora. Recuerde que no estamos solos aquí. – Comentó en voz baja. - ¿A dónde voy a ir? No pienso moverme sola por este lugar pero tampoco quedarme quieta solo echaba un vistazo sin moverme. – De pronto, hizo una señal con la mano al resto del equipo, seguido de un gesto, llevándose el índice a los labios, gesto universal de guardar silencio. Hasta un chimpancé lo entendería, aunque dudaba respecto a Antonio. – Tenemos compañía. Acaban de entrar dos hombres armados y con máscaras, de esas que usan en las películas. Están en el módulo principal, justo el que conecta con el almacén… - Atendió a comunicar en voz baja.

Volvió con sus compañeros, bajando la cabeza y agazapándose tras las cajas de suministros para ver qué plan tenían en mente tras el nuevo descubrimiento.

- Muy bien, mi plan les parecerá estúpido, pero estoy segura de que daría resultado. Si esos dos oyen ruido irán a ver de qué se trata y luego solo habría que cerrarles la puerta. Seguro que Popov nos sacaría de dudas al respecto. – Comentó mirando al ruso que se ocupaba del mantenimiento de la base. – Por otro lado, aunque a algunos – Comentó mirando a Antonio. – les parezca una estupidez de plan, aún no he oído alternativa alguna, más que repetir lo que ya estamos haciendo el resto. ¿Alguna idea? – Preguntó, dejando que el resto decidiera otro curso de acción si no veían con buenos ojos su idea.

Mientras esperaba una respuesta de sus compañeros de escondite, Bernadette echó un vistazo a su alrededor, sin moverse del lugar, para ver si había algo útil en las cajas de suministros cercanas. - Por cierto, ¿Alguien sabe si hay algo de utilidad en el almacén de al lado? ¿Armas, tal vez? - Preguntó, mientras adoptaba una actitud pensativa, tratando de que se le ocurriese alguna alternativa para llegar a la sección 505 y no morir en el intento. Tendría que utilizar toda su astucia para ello.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Dejo un par de tiradas por si hacen falta.

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15/11/2017, 15:10
[4] Markus Popov

La gente empezó a moverse y a dar órdenes. El ruso lo memorizó todo, pero prefirió primero recobrar su paz cerebral. A Markus le encantaba "vaciarse" de sentimientos y conocía decenas de técnicas para dejar la mente en blanco, para olvidar el dolor permanente en el que vivía a causa de su condición humana. En esta ocasión cerró los ojos y recitó uno de sus textos favoritos.

Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.

Un robot debe hacer o realizar las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la 1a Ley.

Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la 1a o la 2a Ley.

Cuando Markus abrió los ojos ya pudo analizar la situación como un hombre estable, libre de miedos humanos, y procedió a responder en un tono monocorde y marcadamente silábico.

Dra. Mellows, estoy plenamente operativo. Agente Antonio Rodrigues, estoy capacitado para usar un arma.

Era curioso como el ruso conocía el nombre de pila del militar, aunque este no aparecía en su placa identificativa.

Dra. Schmitt, puedo aislar casi cualquier sala mediante el uso del exoesqueleto que se halla en la sala de descompresión contigua. Hay que ensamblarse en él y luego salir al exterior de la Estación.

Markus Popov tuvo que para en ese momento. La sola idea de volver a conectarse íntimamente con la armadura mecánica subacuática le producía un placer conmocionante. Sus labios empezaron a temblar.

¡Cuan difíciles habían sido sus cruces sexuales con las mujeres humanas! ¡Que humillación representaba para él las relaciones personales fuera de la realidad virtual! ¡Y que sensación de éxtasis y de comunión completa sentía cuando ensamblaba su carne con los dispositivos del exoesqueleto!

Luego de repente tuvo una idea.

Notas de juego

Director, ¿Seria posible vestir la exoarmadura para andar por dentro​ de la estación? Eso seria un sueño hecho realidad para Markus.

Bien, si esto es mínimamente posible lo hago sin dudar.

Y si no, acepto la supuesta arma que me ofrezca Antonio para defender a Mellows de los intrusos.

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15/11/2017, 23:02
[4] Antonio Rodriguez

Antonio escuchó el descabellado plan de la Dra Schmitt y se llevó los dedos a la frente para tratar de centrar sus pensamientos. Seguía siendo una idea de mierda, pero se podía sacar algo bueno de todo eso. En un abrir y cerrar de ojos Antonio evaluó todas sus opciones. Disponían del técnico que les podía dar acceso a la red de comunicación interna y quizás con algo de ayuda pinchar las comunicaciones enemigas. Para eso necesitaría de un transistor del enemigo. Por otro lado tenían al técnico de mantenimiento que podría sellar compuertas con el exoesqueleto. La ventaja de los trajes de SWAT, si había interpretado bien la descripción de la amazona pelirroja, es que ofrecían muy poca maniobrabilidad, lo que los hacía lentos y además con las mascaras sería imposible reconocer uno de otro, ni por la voz ni por supuesto por el rostro.

- Esta bien, si la Dra Mellows está de acuerdo este es el plan. Yo y popov iremos un momento al almacén secundario a por subfusiles, usted Dra Mellows vaya con Lucas y asegúrese que no salen de allí hasta que se lo digamos. Usted señora Schmitt utilice el móvil para que cree ruidos sospechosos en unos minutos. La coordinación será fundamental. Yo estaré detrás de la pared a la espera que entren los SWAT y usted señor Popov escondido tras las cajas en dirección contraria al móvil/señuelo.

Cuando entren asaltaré a uno por detrás y le romperé el cuello. Tratare de abatir al segundo con el cuchillo, si no sale bien señor Popov dispárele. Si abatimos a los dos asaltantes les quitaremos las radios y le daremos una al señor Bedoin para que haga su magia y trate de pinchar sus comunicaciones. Con suerte podremos tener ojos y oídos entre los enemigos, cosa que junto a los uniformes nos permitirá llegar a la dra Mellows y a mi hasta el laboratorio. Tomaremos lo que podamos y destruiremos el resto. Dra Schmitt su responsabilidad será tener los submarinos a punto de salida.

Popov, necesitamos ese exoesqueleto, es posible que con las comunicaciones pinchadas podamos tender trampas a los asaltantes y bloquear algunas puertas, como ya he dicho todo ello dependerá de tener ojos y oídos entre las filas enemigas. Además, necesito alguien capaz de defender el puesto de comunicaciones si viene algún grupo fortuito. De hecho, lo mejor será que atranque la puerta cuando la dra y yo salgamos en pos del laboratorio y la abra solo si controlamos sus movimientos. Es posible que la vuelta sea mucho más complicada y si algo sale mal, abandónenos a la Dra Mellows y a mí y salgan de esta tumba acuática.

¿Lo han comprendido todos? Espero que el señor Bedoin sea un hacha en lo suyo, como ya dije, estamos en sus manos.