Partida Rol por web

[JJVV][ELdG]Aventuras Culinarias

La Posada de Como y Lomo

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05/11/2017, 09:20
Lornegar Wisley

La caravana de Lornegar Wisley contaba con tres carros y una dotación de siete mercenarios. Si descontamos como mercenario al pequeño mediano Dalabrac y la pequeña kóbold Qym, que por tamaño tampoco imponían mucho, quedaban cinco rufianes a tener en cuenta: el elfo Aerendyl, el orco Güilian, la semiorca Quiora, la humana Fedora y el misterioso Menon.

Los rumores de un grupo de bandidos liderados por un ogro hechicero en el paso de Kannan hicieron que Lornegar guiase sus carretas por un camino poco practicado con el que evitarse problemas. Las hierbas altas entre los árboles llegaban hasta la barbilla de un elfo (o la coronilla de un enano, según lo que prefiera cada uno), dejándoles expuestos a los ataques de bestias más bajas que eso. Debido a ello, apuraron la marcha esperando encontrar algún claro o alguna lometa más segura para acampar.

Ya se les había echado la noche encima, cuando vieron luces en lo alto de una colina colindante. Un relámpago avisó de que se aproximaba una tormenta, y a la vez iluminó a contraluz el contorno del edficio de madera que coronaba el montículo.

¡Allí! ¡Una posada! Hoy es nuestro día de suerte, amigos...-profetizó Lornegar.

Unas cuantas yardas más arriba, la posada destartalada mostraba orgullosa un letrero:

La Posada de Como y Lomo,
se reserva derecho de admisión
¡¡¡¡¡Gran Inauguración!!!!!

Llevad carros y caballos a los establos-ordenó a los mozos, mientras descendía de uno de los pescantes.

Lornegar y sus mercenarios entraron en la posada, y el mercader se mordió el labio para no empezar el chiste con "un elfo, un mediano y un orco entran en un bar...". El establecimiento estaba casi vacío, con candelabros en cada mesa de velas tililantes. Las diez mesas redondas, rodeadas de sillas, eran preámbulo para las tres personas que estaban al fondo del salón...

 un hombre de espaldas, sentado en uno de los taburetes de la barra...

 un semiorco gordo y bajito, tras la barra, con sombrero de cocinero...

 y una enana aburrida, abrazada a una bandeja, sentada en un peldaño de las escaleras que subían a la planta superior...

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05/11/2017, 10:02
Estragón Leivn

¡Dulzona, perezosa, tenemos clientes!-bramó, haciendo que la enana se pusiese en pie del susto y corriese junto a su jefe al otro lado de la barra.

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05/11/2017, 10:03
Benn Krescott

El cliente de la barra se giró un momento hacia la entrada, pero de nuevo volvió a darles la espalda para encarar al cocinero semiorco.

¿Qué te dije, Estragón? La ubicación de esta posada es perfecta. Es una máquina de hacer dinero. ¿Mis consejos no valen otra copa gratis?

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05/11/2017, 10:07
Estragón Leivn

Estragón rió sonoramente.

JUAS, JUAS, JUAS... claro que sí, Benn-sonrió mientras volvía a llenar la copa del humano-. No dudé de tus consejos ni un momento. Es solo que para poder restaurar este sitio me he empeñado de los pies hasta los pelos del sobaco, y por eso estoy un poco nervioso de que esto no fuese a salir bien.

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05/11/2017, 10:11
Dulzona Stölnic

En varios viajes, la enana fue llevando a las dos mesas más cercanas a la barra (por aquello de no tener que andar mucho para servir a los clientes) varios cuencos de un líquido verdoso en el que flotaban poco apetecibles raspas de pescado.

¡Magníficas nocturnidades, caballeros! Debido a la inauguración, la comida primogénita consistente en consomé de pescado es gratuíta...

Bajó la voz, para hablar solo al mercader y a los mercenarios que lo acompañaban.

Perdón si hablo raro, pero el jefe me paga extra si no digo palabras de dos sílabas. Dice que cuanto más largas sean las palabras, más caché tiene el establecimiento. No desconfíen de la sopa, tiene mal aspecto, pero sabe bien...

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05/11/2017, 10:24
Lornegar Wisley

Si es gratis... Pero estamos lejos del mar, ¿seguro que el pescado es fresco?-dijo con remilgos.

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05/11/2017, 10:26
Dulzona Stölnic

¡Portales dimensionales, caballero! Del océano a la cocina en un santiamén. Volveré tras la pepitoria, y tomaré registro de sus pedidos...

Nada más invocar a la bicha, un portal dimensional se abrió sobre una de las mesas. Dos pequeños cuerpos (o cuerpos del tamaño adecuado, para los pequeños Dalabrac y Qym) cayeron del portal haciendo que sus caras cayesen y se pringasen en los cuencos de sopa de pescado.

Uno de ellos era un gnomo estrábico con faldón de mago (lo llamarán túnicas, pero no por eso se hace menos raro ver a un adulto con falda). El otro era un mono, o para los que tienen más conocimientos naturales, un trasgo bosquimano. Los trasgos bosquimanos son a los trasgos lo que los australopithecus son a los humanos.

El gnomo se recuperó del golpe, y se incorporó en la mesa; el trasgoide no, siguió inconsciente con la cara dentro del cuenco, y al expulsar aire por la boca hacía a la sopa burbujear.

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05/11/2017, 10:37
Estragón Leivn

¡Sapo!-dijo reconociendo al gnomo-¡Has venido! Sabías que estaba de inauguración, ¿eh, cabroncete? ¡Tú si que eres un amigo! ¡Dame un abrazo!

Estragón salió de detrás de la barra, con un recochino trote que hacía bailar sus lorzas. Con los brazos abiertos, se acercaba para tratar de abrazar al gnomo con nombre de batracio.

Notas de juego

Turno 1:

Tirad (todos menos Sapo) 1d6 para ver qué característica extra subís este turno.

Tirada en el d6 Característica Asociada
1 +1 Fuerza
2 +1 Destreza
3 +1 Constitución
4 +1 Inteligencia
5 +1 Sabiduría
6 +1 Carisma
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05/11/2017, 11:36
Menon

El viaje hasta el momento había sido tranquilo, su patrón Lornegar no era una persona que se metiera en los asuntos personales de cada uno mientras se cumpliera el trabajo, sus compañeros eran un grupo variopinto y aún no los había observado combatir, pero por lo poco observado nada hacia sospechar que no fueran competentes.

El final del día prometía otra noche al raso, pero en cuanto avistaron la posada el ánimo de todo el mundo subió enteros, aunque a decir verdad la posada era de lo más extraña, no sólo por la localización, el personal era una mezclodanza rara.

Pero Menon prefería juzgar a las personas por sus actos, no por su apariencia, y por el momento se habían portado como era de esperar del personal de una posada por muy rara que fueran sus pintas.

- Tranquilo señor Lornegar estoy seguro de que el pescado de esta buena gente es bueno, sino no lo ofrece...- su frase quedo cortada por la aparición del portal mágico, que poder para usarlo en una simple posada! Que otras habilidades tendrían escondidas?

Menon se dirige hacia el gnomo recién llegado.

- Disculpad mi atrevimiento, pero todo lo arcano es de mi interés, el portal lo convocaís vos mismo o ya existía en esta localización?

- Tiradas (1)

Notas de juego

+1 a Des

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05/11/2017, 13:09
Quiora

Un día de trabajo especialmente aburrido. Andar y andar sin ningún entretenimiento por el camino, ningún asaltante al que cortar el cuello o siquiera un gracioso bardo que les amenizase la marcha. Cómo no se le había ocurrido a Wisley contratar a un músico o incluso pagar a algunos bandidos para tener a sus mercenarios en forma?! Hay cosas que la mente de Quiora no entendía ni entendería nunca. Además, por mucho que rezase a Uthgar, las alimañas no se decidían a aparecer para mordisquear al kóbold o al mediano (quizás no supiesen tan bien como para intentarlo).

El día parecía que se iba a echar totalmente a perder cuando (brujería) apareció una posada de la nada. Un bardo! Seguro que allí habría uno!

Entró con mucho ánimo, con una sonrisa en su extraño rostro. No era especialmente fea como otros de su especie, era, digamos, incómoda de ver. Sus colmillos asomaban bien afilados de su gruesa boca, pues ella se encargaba de mantenerlos así y su pelo se apelmazaba en largas rastas a causa de la suciedad y del barro que ella misma se untaba (para mantener a los bichos alejados).

Pero no había bardo a la vista. Dejó de sonreir.

Bueno, al menos el cocinero parecía tener buen gusto. Se sentó sin más preámbulo en una de las mesas dispuestas con la sopa y se la bebió de un trago. No había que hacerle ascos a la comida, había comido cosas con peor pinta que esa raspa.

Se limpió la boca con el antebrazo y profirió un sonoro erupto.

Y la bebida? Y la carne? Y el bardo?

Entonces el portal apareció trayendo a los nuevos clientes. Quiora les dedicó un minuto de su tiempo más que nada para comprobar si eran una amenaza, pero enseguida el corpulento cocinero dio la bienvenida a uno de ellos y la semiorca perdió el interés.

Y la bebida? Y la carne? Y el bardo? - no era una mujer paciente ni de muchas palabras.

- Tiradas (1)
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05/11/2017, 13:07
Aerendyl Suldusk

Aerendyl no había prestado mucha atención a la enana. Se encontraba aún revolviendo perezosamente aquel caldo de mal aspecto -y dándole vueltas también a la posibilidad de no probarlo- cuando el portal mágico se abrió sobre su mesa y una especie de mono cayó a plomo sobre su cuenco, salpicándole la ropa y el rostro. Como un rayo, y derribando su banqueta, el elfo se puso en pie. Le sobró tiempo para tomar una de sus espadas -apoyadas junto a él, contra la mesa- y desenvainarla.

¿¡Pero qué demonios...!? —comenzó a preguntar, sorprendido. Sin embargo, al ver que el mono no reaccionaba de ninguna manera, y que varios de sus compañeros -Menon, el tipo misterioso, y la mestiza Quiora- no parecían sorprendidos ni preocupados, bajó un poco la guardia y trató de recuperar la dignidad—. Ejem. Mesera —llamó a la enana—. Hay un mono en mi sopa.

Observó los rostros de los demás, y especialmente los del posadero, la camarera y el cliente al que habían llamado «Benn». ¿Era aquello normal en aquella posada? Con la punta de la espada, trató de apartar de su comida el cuerpo inconsciente de aquel animal.

- Tiradas (1)

Notas de juego

+1 a Fuerza. Trato de Averiguar intenciones. Trato de Saber algo sobre los portales. Los trasgos bosquimanos me son desconocidos.

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05/11/2017, 14:38
Güilian el Orco

La caravana avanzaba lentamente, pero con seguridad. Al lado de uno de los carros andaba Güilian. Su primera preocupación era su ama, Qym, y su segunda preocupación eran los caballos. Güilian recordaba vagamente como su ama había aceptado ese trabajo para los dos, pero a él no le importaban esas cosas. Su ama le dijo que habrá comida después de andar con esa gente y esos carros y su ama siempre tenía razón. Los caballos le parecían fascinantes y siempre guardaba algún cacho de pan o manzanas para compartir con sus amigos de cuatro patas.

El avistamiento de la posada no fue motivo de alegría para el orco, a él le daba igual pasar la noche fuera, pero siguió al resto dentro sin decir nada. La que solía hablar era su ama. Sus grandes ojos se fijaron un momento en el letrero y como siempre perdió el interés enseguida, no entendió nada.

Se sentó en una de las sillas y al ver la sopa le mostró su fea sonrisa a su ama. Una vez más había cumplido su palabra. Desde que lo encontró siempre cuidó bien de él. No se molestó a levantar la mirada cuando empezó a llover gente o bichos de la nada, estaba demasiado ocupado con esa bebida caliente, verde y con sabor raro.

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05/11/2017, 15:14
Fedora "Tres Bastardas"

- ¡¡¡¡U menya yest' soski, kotoryye mogut vyderzhivat' nepromokayemyye pal'to1 !!!! - Bramó la enorme mujer nórdica, al cielo con los brazos abiertos.

Pese a estar más que acostumbrada a las temperaturas frías, la nieve y a la lluvia, no gustaba de experimentar lo que era estar debajo de una tormenta. Más bien, pasaba esos días lluviosos al seco, bajo techo y una chimenea caliente en su hogar natal. Cuando vió como la miraban por las palabras que lanzó, trató de explicarse.

- Serr frrase hecha en mía rregión. Parresida a como decirr aquí "Haserr frrío que pela". - Explicó.

No tardaron mucho hasta que divisaron sobre la colina lo que parecía una edificación y menos dudaron en acercarse a la misma. Al llegar, todos se alegraron al ver que se trataba de una posada de no hace mucho inauguración y pasaron a su interior.

Al entrar reparó en la gente del lugar: Un cocinero mestizo, una enana y un hombre que parecía un cliente, al estar bebiendo en la barra. Ante el ofrecimiento de la enana, que les puso sobre la mesa aquel mejunge verdoso no pudo sino echarse para atrás, aunque parecía caliente. Miró al que tenía más cerca del grupo, sin que se diera cuenta la muchacha que les sirvió.

- Este pescado tenerr menos carrne que tobillo de canarrio. - Murmuró por lo bajo.

Y de pronto ocurrió. No podía ser de otra forma. Jamás hubiese hundido el morro en semejante cuenco maloliente de pescado, pero al salir aquellos dos individuos del portal y caer sobre los platos de comida hizo que varios se bañasen en aquel oscuro y verdoso brebaje, entre ellos Fedora.

Ante las palabras de Aerendyl, quizo hacer un inciso.

- No parrecer mono. Yo verr mono en cirrco y esto serr otrra cosa y olerr peorr. - Añadió pensativa. - Mi tío Torrvaldo rremoverr en suya tumba cuando verr su sobrrina con comida en cabesa. - Refunfuñó, limpiándose con la capa que llevaba.

- ¡Sacarr susias pesuñas de comida y bajarr suelo! ¡¿Quíen serr?! - Preguntó, visiblemente enfadada, mirando a aquellas dos extrañas criaturas.

- Tiradas (1)

Notas de juego

1: У меня есть соски, которые могут выдерживать непромокаемые пальто (Del ruso/abisal: Tengo los pezones que se podrían colgar abrigos de pana chorreando).

+1 Inteligencia.

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05/11/2017, 17:05
Qym "Qymrydaenth"

Las incógnitas a las que se enfrentaba, de improviso, la deslustrada psique de Qym eran tan numerosas como los cabellos en los cuerpos de esos orangutanes rosados que formaban el grueso de la compaña.

Solo un momento antes, estaba transformando en brasas al ejército de sajuaguines que había surgido de las profundidades del océano para invadir las tierras del sur. Sus tierras. No podía consentir que los hombres pez sembraran el terror donde ella ya poseía el monopolio de los latifundios de pánico. Sabía perfectamente de los peligros de introducir especies ajenas en un ecosistema. Lo había estudiado en Ecología I.

Desconocía, era evidente, cómo había llegado a aquel lugar. Debía tener alguna buena razón. Asentía cuando alguien hablaba. Sí, respondía, . La cabecita se movía arriba y abajo.

Algunos de los suyos consideraban el gnomo crudo como una exquisitez. Los milenios, empero, habían sido duros de masticar, y su sonrisa que había hecho que Perdición de los Imperios, el rey bárbaro, se bárbaros se manchase el taparrabo, se había desgastado hasta las encías. Las piezas que lucían en su boca eran el trabajo de un orfebre elfo, hermosas pero apenas aptas para su cometido. Lo había comprobado en aquel mismo instante, una vez concluido el trabajo, cuando se lo llevó a la boca. Definitivamente, prefería su carne deshuesada y guisada.

El orco grandote le sonaba de algo. ¿Era el pequeño de la Kannospaiirdith? La muy lagarta no ocultaba lo bien que se lo pasaba cuando visitaba las tribus de las montañas.

No menos importante era por qué se había escapado la mayor parte de su plato. Que pensara rechazarlo no daba al sustento el derecho de marcharse de su cuenco. Era un acto grosero e indecoroso.

Y encima, el maldito vestido se empeñaba en confundirla. Lo plegaba y lo estiraba. Lo plegaba y estiraba. Y a pesar de la vasta profundidad de sus conocimientos, seguía aturdida por las paradojas que encerraban los patrones de sus líneas.

- Tiradas (1)
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05/11/2017, 17:42
Sapo

¡Ah, qué capi¡richoso es el destino! De todos los sitios donde Sapo podía caer a través de un portal tenía que hacerlo en el culo de Estragón. Vale, no era su culo, pero la sopa olía casi igual de mal y el resultado de tragarsela, aunque fuera un pequeño sorbo, iba a tenerlo un buen rato entretenido en el baño.

-¡Puaj!- Escupió el gnomo salpicando a los presentes y limpiándose la lengua con la manga de la togamientras trastabillaba hacia atrás desesperado porque la bola de grasa que parecía ser el dueño de la posada no osara tocarlo.

- ¿Es-Estragón?- Metido debajo de una mesa donde el culo gordo,maloliente y grasiento del semiorco no puediera atraparlo la compleja mente de Sapo comenzó a reconstruir el puzle que era sumemoria. Conocía a aquel desgraciado. Había compartido camino con él y con su hermano. Si hubiera estado alí su mula Lentejuela le habría mordido y arrastrado fuera de la taberna lo más lejos posible. Pero Lentejuela no estaba allí y, por mucho que miraba de un lado a otro, Ulmo, su nuevo mejor amigo, tampoco. Tan sólo el trasgo bosquimano.- No te acerques más.- Le dijo a Estragón sin miramientos y dudando si llevar su pequeña mano a la daga que pendía de su cinturón. otros allí presentes se dirigían a él o se preocupaban del trasgo que también había caído por el agujero dimensional.

-¿Dónde estoy?- Preguntó Sapo al encapuchado que le preguntaba si él había convocado el portal.- Yo hago ilusiones. Si hiciera un portal y lo atravesara te lo creerías pero en verdad estaría ahí.- Dijo señalando de muy mala educación delante de sus narices.-Hay un mono en mi sopa.Hay un mono en mi sopa.Hay un mono en mi sopa.- Repetía Sapo como un loro aun desconcertado por donde había acabado. Se balanceaba de alante a atrás cogido de sus piernecillas. El pañuelo negro que normalmente cubría boca y nariz del gnomo ilusionista se había quedado en el plato de sopa. El rostro de Sapo quedaba así al descubierto y no era muy agradabble. Aparte de sus bonitos ojos estrábicos el pobre no tenía nariz. Alguien parecía habérsela devorado y, po rle miedo que tenía al semiorco regente de la taberna, quizá hubiera sido él.

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06/11/2017, 09:23
Lornegar Wisley

Lornegar retiró su cuenco de la mesa, preocupado de que algo gratis se pudiese volcar si seguían cayendo personajillos del portal. No siguieron: el portal se cerró.

Está en una posada a medio camino de Slibwergin y Rocamayor, señor gnomo-como si esos nombres pudiesen decirle algo... casi parecían nombres improvisados escritos al azar que jamás volverían a cruzarse en su camino-. ¿Qué...? ¿Qué le ha pasado en la nariz? Si es que se puede preguntar...

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06/11/2017, 09:29
Estragón Leivn

Oh, sí... recuerdo lo de la nariz. Un cieno se la devoró corroyéndola hasta el hueso. ¡No molestes más a mis clientes, Sapo! Ven... Os prepararé una mesa para ti y tu amigo.

Antes de que el gnomo le pudiese corregir y decir "para tu amigo y para ti", Estragón acercó una silla para que Sapo pudiese usarlo de escalón y bajar al suelo. La otra mano orcoide agarró al mono y lo sentó (aún inconsciente) en otra silla de la mesa de al lado.

¡Dulzona! ¡Trae dos cuencos más para nuestros nuevos clientes!

Dulzona correteó hasta la cocina y trajo lo ordenado. Es probable que aún hubiese pelos de mono en la sopa del elfo, pero ya no había mono, que era de lo que se había quejado. Si Aerendyl quería sopa sin pelos, tan solo tenía que darle el cambiazo al mono, que seguro que ni la probaría grogui como estaba.

Por lo demás, el elfo sospechaba que si Sapo y Estragón se conocían, el portal accidental por el que llegó Sapo y el que usaban para traer pescado a la posada debían de llevar al mismo sitio, o por lo menos eso era lo más probable.

Oye, Sapo... ¿qué amigos más extraños te empezaste a hacer desde que nos separamos, no?

Estragón volvió a la cocina, y empezó a cocinar los sucesivos platos que sus clientes, especialmente la hambrienta Quiora, les iban solicitando. Cuando Dulzona estaba anotando los pedidos, el elfo le preguntó por los portales. La enana le explicó, y todos en la mesa pudieron oírlo, que el portal del sótano de la posada llevaba a una ciudad llamada La Ciudad de las Mil Puertas, en el que los portales dimensionales eran muy comunes.

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06/11/2017, 09:52
Benn Krescott

Al tercer o cuarto erupto de Quiora, Benn se dió la vuelta y desde la barra alzó la copa en señal de reconocimiento.

Le dije a ese tonto-el semiorco de la cocina-que para que este sitio funcionase tenía que contratar a un par de músicos, pero no me hizo caso.

Benn se inclinó sobre la barra y estiró el brazo para coger una nueva botella de vino.

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06/11/2017, 09:55
Dulzona Stölnic

En el exterior, empezó a llover. Un rayo iluminó a contraluz el contorno de una figura en el umbral de la puerta. El duodécimo cliente había llegado. Cerró la puerta tras de sí, mostrándose a la luz de los candelabros de las mesas: era un humano anciano, que nervioso caminó hasta sentarse en una de las mesas vacías. Miró intermitentemente hacia las ventanas, para oscultar los alrededores de la posada.

Hoooola, guaaaapoooo...-en su experiencia como camarera, los ancianos habían ahorrado durante muchos años y tendían a dejar propina en cuanto se les mostraba un poco de atención-Te invito a este cuenco de sopa por majo. ¿Te puedo traer alguna cosa más... don...?

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06/11/2017, 10:03
Rowland Charsky

¿Eh? ¿Qué? Rowland... Rowland Charsky. Traéme un vaso de agua... y... yyyy... Y cualquier plato de la casa que tenga mucho ajo. Mucho, mucho ajo-insistió.