Partida Rol por web

JoJo's Bizarre Adventure: Destiny Time Trial

Side-Chapter:¿Cual es el precio por un mundo pacifico?

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30/01/2017, 03:57
-Director-

Una calurosa brisa llena el espíritu de Grandmaster mientras se pasea por las atestadas calles de Faridabad, con su molesto sonido industrial en el fondo. Las fabricas han estado doblando su producción los últimos días, justo cuando el peregrino cruzaba por aquella ciudad. Sus habitantes le miran con extrañeza, recelo por su curioso aspecto y posiblemente analizando alguno de sus bolsillos. ¿Qué le habría atraído de tan poca fascinante ciudad? Sus calles no tienen nada de interesante, esta partida a la mitad por una carretera y las fabricas a lo lejos rompen cualquier tranquilidad alguna. Sus únicos templos están en completas ruinas y jamás simbolizaron algo más allá de una firma del fundador de la olvidada ciudad, si es que se le podía llamar así. Lo cierto era que una curiosa carta le había sido entregada a sus manos por un mensajero que vestía prendas singulares, ya que si bien no rompían con lo habitual de India, eran completamente blancas, además de portar un curioso adorno dorado en su pecho, con alas doradas y una H en el centro. Este hombre le había interrumpido en su camino a Nueva Dalhi, con gesto de prisa acompañado con una fina sonrisa y las características de un joven indio común. Según aquel curioso joven, la carta era remitida por un fino admirador de sus primeras épocas.

Al observar la carta, esta estaba hecha de un hermoso papel pergamino que pareciese había sido alterado para dar un toque de antigüedad. Estaba sellado en cera roja en su  centro con el mismo símbolo del adorno dorado del mensajero, una H con alas angelicales a sus lados. Al abrir el sobre y leer su contenido, esto se revelo:

"Hace antaño he admirado vuestras obras musicales, no porque haya sido conocedor de aquel ritmo callejero, si no por vuestro fino mensaje que concordó con mi último objetivo de vida, la paz absoluta en el mundo.

Veréis, he viajado siguiendo vuestros pasos y tratado de concordar un encuentro para discutir sobre la paz. ¡Qué pura finalidad por la que trabajar! Os ha de interesar, que encontré el modo de devolverle a nuestro mundo, atiborrado de guerras, enfermedades y crueldades su antigua y merecida bienandanza.

Si aceptáis mi propuesta, he de esperaros en el hotel Vivandi en Faridabad. Estare ahí no menos de una semana, ansioso de conoceros.

-Carlo Bonheur."

 

Había sido ya dos días de recibir el mensaje, y por algún intrínseco motivo Grandmaster había decidido acudir al sitio. Algo en la manera de escribir, con letra cuidadosamente formada y tan elegante que parecía de épocas antiguas, fue lo que atrajo a su lector. Tal vez pudo haber algo más, como su manera de expresarse o su interés por la paz absoluta, pero al fin y al cabo Grandmaster acudió al sitio.

Ahora estaba llegando a las puertas del hotel Vivanta, un lujoso sitio que no concordaba con el resto de la ciudad, además de estar alejado de la parte central de esta. La gente que acudía estaba compuesta más que todo por extranjeros, de diversos países y todos atraídos por lo bello del sitio, con vista a la impresionante arboleda y alejado por completo del ruido de la ciudad.

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30/01/2017, 21:38
-Director-

Como siempre, el vaho gélido del día acompañaba en sus colores grises al cielo, cubierto por los imponentemente secos edificios corporativos. Toda esa vista, tan deprimente y tan gris, era lo único que se vislumbraba por la ventana de Aki, quien estaba enfrascado en mejorar sus capacidades de estudio. Montones de datos sobre la programación, textos increíblemente largos que mataban su tiempo. Solo esa vista tan decaída podía deprimir al más positivo, ¿Pero que tenía Aki que preocuparse? Hace un año era su rutina, aquel panorama de escalas muertas. Pero algo le estaba inquietando los últimos días, ojos que le vigilaban al salir este en busca de sustento. Algo o alguien le vigilaba en sus paseos, siguiendo su cuerpo y analizando su alma. Este sentimiento le perseguía desde hace algunos días, rompiendo su insípida tranquilidad. Precisamente en su última salida en busca de su almuerzo, un efímero choque lo invadió. Algo en él se sentía atacado sin herirle físicamente, como si una flecha buscara su rastro y le impactara en espíritu. El momento no duro más que un segundo, pero fue suficiente para intranquilizarlo y obligarlo a quedarse en su hogar durante el resto del día.

Habían pasado al menos dos horas mal contadas desde aquel suceso, y Aki seguía sintiéndose como una presa a punto de ser empalada. Trataba de olvidar esa inquietante escena mientras se perdía entre los mares de códigos, pero aun salía en su mente reflejos de aquella lanza persiguiendo su ser. Para su malestar, el sonido del timbre sonó como un estruendo hacia los nervios de Aki. ¿Podría ser aquella misteriosa figura quien le invadía? Un escalofrió le recorrió el cuerpo. Trato de ignorar el trémulo sonido, pero este seguía insistiendo, en un intento por entrar. Tras un rato, Aki sucumbió al agobio y se vio obligado a abrir la puerta, esperando a lo desconocido.

 

 

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30/01/2017, 21:39
Alexander Barclay

Al desplegar el umbral y abrir la puerta, se vislumbro a un hombre fornido, de aspecto serio y a la vez recto, con una fina gabardina caqui y una corbata negra. Cabello castaño y alborotado, detalles de rostro de alguien de almenos cuarenta años y la vista centrada en Aki. Un severo aire militar le acompañaba, con ojos cafes oscuro y tan impecable como se esperaria de un general.

-¿Es usted el Sr.Goro? Hemos de discutir algo que me atrevo a afirmar, le interesara.-Comentaba con tono estricto, despacio y sumamente serio.

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01/02/2017, 18:23
Aki Goro
Sólo para el director

Si no hubiera sido por el sentimiento que le acosaba desde algunos días que alguien le perseguía, quizá Aki se habría tomado con más calma la visita inesperada.

Casi había esperado que fuesen solamente sus padres que vinieran a preguntarle algo, pero no.

La postura recta y severa del hombre ya le incomodaba algo, porque Aki solía tener un trato informal con las personas (… en los estudios de Trabajo Social y las correspondientes prácticas, y la formación de profesor, había sido acostumbrado a moverse en un entorno de relaciones que se preciaban por su liberalidad y confianza – el tiempo cuando los trabajadores sociales eran poco más que los colaboradores de la policía y los profesores los corregidores de vicios infantiles pertenecía a un pasado ya muy lejano…). No le resultaba simpático el aire de disciplina militar emanando del hombre, precisamente porque, muy a su pesar, le imponía. Y le imponía aún más por las extrañas circunstancias que habían precedido su visita.

Sin embargo, Aki aún esperaba que tenía que tratarse de una equivocación. “Sí, también soy el señor Goro, pero supongo que quiere hablar con mi padre. Mis padres viven en el piso arriba, pero aún no han llegado del trabajo. ¿Quiere que le dé el número de teléfono de mi padre o que le deje un recado?

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02/02/2017, 16:44
Grandmaster B.

Grandmaster B. caminaba a paso tranquilo por las calles de Faridabad. Un cigarrillo encendido humeaba sujeto entre sus labios, al cual el hombre le daba calmas y pausadas bocanadas, como si no tuviera apuro alguno en terminar de consumirlo. 

Con las manos en los bolsillos, sus pasos le llevaron hacía un mercado, donde se aseguró de conseguir una manzana, la cual degustó gustoso, mientras pensaba en la carta que le había sido entregada hace un par de días. Estaba muy bien escrita, aquello debía reconocer. Jamás había recibido una carta con una escritura tan pulcra y cuidada, y aquello le decía que el remitente era también una persona muy cuidadosa, preocupada por la imagen que mostraba, como si no diera pasos en falso. Lo siguiente que llamó su atención fue el contenido. El emisor afirmaba haber encontrado una forma de restaurar la paz del mundo, y no se equivocaba, aquella meta era de enorme interés para Grandmaster B.

De hecho, no lo había notado, pero mientras más y más vueltas le daba al asunto, sobre quién podría ser el tal Carlo Bonheur y la respuesta que había encontrado, más se acercaba al hotel donde este decía encontrarse. Y dado el momento, Grandmaster se encontró frente a sus puertas. Grandmaster tiró al suelo al cigarrillo que traía en la boca, el cual no era el mismo que fumaba cuando había empezado el día. 

Tras mirar a su izquierda y derecha, Grandmaster decidió entrar. ¿Qué perdía con intentar averiguar de qué se trataba todo el asunto? Además, debía confesarse que a pesar de sentirse muy interesado con el tema, no le daba muy buena espina. La vida le había enseñado a desconfiar de aquellos hombres que afirmaban que el camino dibujado por su mera voluntad era lo mejor para todos. Por lo que desconfiaba del emisor, y si podía hacer algo al respecto, como eliminar los problemas desde la raíz antes de que surjan, no iba a alejarse. 

Así, con aquella convicción, Grandmaster B. entró al hotel, y luego preguntó en la recepción donde podía encontrar al tal Carlo Bonheur.

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04/02/2017, 02:48
-Director-

El anochecer se cernía sobra los sombríos callejones de Hong Kong.

Mientras el sol se escondía, la verdadera alma de la ciudad salía a relucir con su oscuro brillo. El crimen se preparaba para entrar en acción, para hacer sus movimientos acompañados de la danza umbría, el abrazo que les bendecía para actuar según sus despiadados actos. En alguno de esos recónditos escondites, ocultos dentro de las calles de la ciudad, se encontraba Fuuron. Mientras la noche caía, era la costumbre detectar algo más de actividad en la triada. Los tratos ilícitos aumentaban en proporción a la caída del día, cada vez más sucios según lo tarde que fuese. Lo extraño de aquella noche era la calma que había en la fría guarida. Los miembros del grupo andaban sin afanes aparentes, perdiendo el tiempo entre ellos en algún juego de mesa o simplemente conversando sobre las banalidades de la vida. Según oía Fuuron entre las líneas, el Sr. Chang estaba esperando una visita que le proporcionaría un contrario tremendamente lucrativo. Decimase que provenía de una organización desconocida, y que uno de sus emisarios iría a ver al siniestro líder de la triada buscando un asesino experto para una misión desconocida por el momento. La tranquilidad crepuscular se desvaneció cuando la actividad comenzó a resurgir. Entre los miembros circulaba el aviso, directo del Sr. Chang, sobre la llegada del misterioso hombre que ansiaba un asesino.

Todos los hombres del sitio empezaron a aumentar la guardia del sitio, organizándose entre sí para prevenir cualquier incidencia que pudiera generar la visita, por más leve que fuera  aquella probabilidad. Todos aquellos que pasaban el tiempo en juegos se incorporaron, revisaron su armamento y cambiando su gesto a un tono más recto, se dirigían a dar protección a su líder. Fuuron, en su subconsciente, sentía lo probable del momento. Lo seguro seria que le enviasen a el para aquella misión de guardia, según se decía entre los hombres del sitio. Mientras el rondaba por los oscuros pasillos, Ren se acerco apareciendo con su sutileza mortal habitual. Se veía aun seria, pero en su gesto parecía haber un atisbo de celos hacia este.

-Fuuron, el Sr.Chang quiere que le acompañes en su negocio con el visitante, ha dicho que te quiere en su oficina inmediatamente-Se oía en sus palabras resquemor leve, aunque aun se veía en su voz su atisbo de confianza hacia el letal Fuuron- Tal parece que tiene trabajo para ti…

 

Fuuron se dirigió al sitio donde se encontraba su Lider tras una breve charla con Ren, asaltando en su pensamiento que había pasado una temporada sin un trabajo real. Al llegar al despacho del Sr. Chang, este se encontraba hablando en gracia con un hombre de aproximadamente 32 años, con un fino traje blanco encima y un sombrero del mismo color en su cabeza. 

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04/02/2017, 03:18
Chester Flamcourt

Entre risas y bebidas, se encontraba el curioso visitante, hablando con acento mezclado entre francés y americano, pareciendo ser proveniente de sangre de los dos países. Su cabello era negro, tapado su parte superior por su sombrero y una cola de caballo surgiendo de este y cayendo en su espalda. Además, de su sombrero salían dos mechones curvados por los lados de su rostro. Parecía por la escena, que aquel sujeto conocía al Sr. Chang desde hace un tiempo, puesto que hablaban con suma confianza mutua y además, se intuía por su conversación que no hablaban realmente de algo importante.

-¿Y crees que tengo tanto dinero como para derrocharlo en tales idioteces? ¡Eso déjalo para tus propios placeres!-Hablaba sin haber notado la presencia de Fuuron, puesto que solo se veía su espalda y parte de su rostro al entrar el asesino en el despacho.

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04/02/2017, 03:28
Mr.Chang

Sentado en su amplio sillón, lleno de decoraciones de la cultura china y un hermoso dragón dorado en el centro de una mesa al frente suyo, estaba el Sr. Chang conversando con el visitante. Bebía de una fina copa de cristal alguna bebida transparente, riendo carismáticamente mientras en su espalda dos guardaespaldas de almenas dos metros de altura guardaban por su seguridad con su rostro impío, armados con pistolas y sus ojos cubiertos por lentes oscuros. 

-¡Almenas intente ofrecerte un extra! Realmente tú pierdes la oportunidad de disfrutar ese privilegio.

Al notar la presencia de Fuuron cruzando el Umbral, el Sr. Chang recobro algo de su rectitud y, cambiante su expresión, aclaro su tono por algo menos afable.

-Fuuron, llegas a tiempo. Este buen hombre-Añadió esta palabra con algo de sarcasmo en su tono- está buscando a un asesino de tus cualidades para un trabajo más que curioso, la paga es alta por lo que espero que te halles en tus mejores condiciones letales. De hecho, saldrás beneficiado con algo más que dinero después de este trabajo...

Al dar los detalles, el franco-americano interrumpió al Líder de la triada con su tono ahora más recto.

-En efecto, el beneficio del trabajo será enorme...Toda la triada saldrá beneficiada después de esto.

Notas de juego

Antes de que se me pase mencionarlo, tu personaje aun no ha desarrollado a su Stand y no sabe nada de estos.

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04/02/2017, 08:13
Fuuron Long Tao

Era normal para mi que me le pasara caminando por los alrededores de nuestra base o dónde se encontrara el señor Chang en ese momento, a veces me quedaba tomando té en las terrazas, vigilando los movimientos de los soldados, otras veces recorría los techos con naturalidad, atento a cualquier posible amenaza.

Esta vez me encontraba en los oscuros pasillos del edificio principal cuándo Ren me abordó, había sentido su presencia justo en el momento previo a que me hablase, lo que demostraba que era una asesina profesional a toda regla y que mis sentidos estaban a la par como para haber podido evitar una emboscada.

-Pues de ser así tendrás que quedarte tu cuidando al jefe esta vez, hacía tiempo que no me daban un trabajo interesante- sonreí debajo del cuello de mi ropa, aunque ella no lo viese y me dispuse a ir a la oficina del jefe.

Una vez allí note la familiaridad con la que extranjero trataba con nuestro líder, algo que me llamó la atención pues pocas personas se dirigían al señor Chang de esa manera.

Apenas entré me coloqué detrás del visitante, analizando su postura y viendo las posibles entradas para matarlo en caso de que intentase algo, en ese momento fue que el líder me habló, por lo que dirigí mi mirada hacía él y escuché lo que decía.

-Si usted lo considera así, entonces así se hará jefe- dije haciendo una reverencia formal para luego volver a ponerme recto y mirar al extranjero- me gustaría conocer los detalles de la misión y que la hace tan importante, después de todo ha recorrido una gran distancia para llegar hasta aquí y buscar la ayuda de mi amo y yo estoy ansioso por poder enfrentarme a un desafío-

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06/02/2017, 01:03
-Director-

Al llegar a la recepción esta atestada de visitantes que cuestionaban urgidos por una habitación, un buen conjunto de personas todas con el mismo motivo en el sitio. Tras un breve momento en el que la fila se vació, Grandmaster finalmente pudo preguntar por el misterioso escritor de la carta. En la recepción, una amable mujer india vestida con el uniforme en negro del hotel le sonreía carismáticamente mientras se acercaba. Antes de siquiera poder pronunciar una sola palabra, la empleada ya estaba soltando su recibimiento.

-¡Bienvenido al Hotel Vivanta! Uno de los tantos resorts de la cadena, esparcidos por toda India para su placer. ¿Viene buscando hospedaje?

La muchacha estaba dispuesta a seguir soltando información sobre el hotel y en sus manos tenia listo un folleto para entregar, pero el gesto de Grandmaster la interrumpió, tiempo suficiente para que él le formulara si aquel hombre que le había escrito una carta seguía en el Hotel.

-¿El señor Bonheur? ¡Qué fino caballero francés!-Mencionaba sonrojándose y desviándose del tema-Vino aquí hace como tres días solicitando hospedaje por una semana y pidió que le avisasen cuando un hombre viniera buscándole…Con detalles muy parecidos a los que usted posee..¿Es usted el señor Grandmaster?

Al asentir, la enamorada muchacha que por su prendedor decía que se llamaba Naihla, esta le indico que a esta hora en concreto, (12:30 a.m) Carlo solía tomar té en la cafetería principal del hotel, justamente al lado de la vista panorámica mientras que esperaba a la tarde para el almuerzo. Al dirigirse a la cafetería, un olor a café tostado invadió la fosa nasal de Grandmaster, combinándose con bocadillos recién horneados y absolutamente nada de la gastronomía india. Y en efecto, en el balcón a la derecha de la entrada había un hombre con un traje completamente blanco.

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06/02/2017, 01:03
Carlo Bonheur

El hombre se mostraba con una hermosa cabellera dorada que le llegaba a la mitad de la espalda, brillando con el sol apuntándole. Su piel era a primera vista suave como la seda de su traje, blanco como las nubes y finamente bordado. Llevaba anteojos redondos, y su gesto parecía el de alguien que había hallado la paz absoluta, o almenos eso parecía. Al acercarse Grandmaster, el hombre se incorporo de un salto mientras una sonrisa esbozaba de su rostro. Al estar cerca del peregrino, se inclino levemente y le tendio la mano.

-¡Señor Grandmaster! He de alegrarme que haya aceptado mi propuesta, aun con tan vagos detalles que le proporcione ¿Quiere beber algo antes de empezar la charla?

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06/02/2017, 16:31
Grandmaster B.

Está en lo correcto, yo soy Grandmaster B.- 

Respondió, con una sonrisa afable a la recepcionista. Todo el lenguaje corporal de Grandmaster se mostraba relajado, nada podía hacerle notar a una persona normal que sus ojos, ocultos tras las gafas oscuras, analizaban cuidadosamente cada ápice de información que pudiese captar de sus alrededores.

Lo primero que pudo conocer del tal Carlo es que, sin duda alguna, era un personaje extremadamente carismático. ¿Cuanto tiempo le habrá tomado para enamorar a la recepcionista? Porque saltaba a la vista lo prendada que estaba aquella dama por el caballero francés. Si sólo llevaba aquí tres días, ¿cuantos minutos habrá charlado con la recepcionista? Un par de minutos al día, pero los suficientes para generar tal impresión en una persona. 

De pronto, tras recibir las indicaciones de donde encontrar al sujeto, y verle a lo lejos, de cabellera larga y rubia y ropas completamente blancas, Grandmaster tuvo un extraño sentimiento. Uno que no tenía hace mucho tiempo, ni con tanta intensidad. Aquel hombre es peligroso. Su mano derecha tembló un poco, movimiento que controló rápidamente antes de decidirse a avanzar hacía él.

Frente a él, no rechazó su saludo. Extendió la mano y se la estrechó. Quería absorber toda la información que pudiese del mero contacto entre sus manos. Una sonrisa se esbozó en el rostro de Grandmaster tras oír las palabras que Carlo tenía para decir.

- ¿Qué puedo decir? Me sentí mal de no visitar a quién se tomó tantas molestias para rastrearme.- Su tono de voz, aunque grave y profundo, no dejaba de ser amable. Sin embargo, estaba seguro que Carlo podría percibir el subnivel de significado oculto entre esas palabras. Aunque su voz no lo delataba, Grandmaster estaba en un profundo estado de alerta. Y estaba seguro que Carlo lo sabía.

Beberé agua. Embotellada, por favor.- Pidió con una sonrisa, sentado de forma relajada en la silla.- Carlo, no soy de quienes se dan muchos rodeos al hablar... Hableme de la solución que ha encontrado para sanar a este mundo, y cómo figuro yo en sus planes.- 

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08/02/2017, 01:56
Alexander Barclay

Alexander miro al escéptico Aki con la extrañeza de un perverso curioso, pero fue un gesto que solo le duro unos segundos. Volvió su gesto de rectitud absoluta, y con su poderosa y a la vez firme voz respondió.

-Soy Alexander Barclay, mi oficio antiguo no puedo divulgarlo.He de disculparme por mi poca especificación, no he sido del todo claro. No vengo en búsqueda de sus padres, he venido, por lo que deduje, por usted. Vera señor Goro… ¿Cree usted en el destino? Si la respuesta es negativa, me temo que tengo en mis manos la prueba de que, por alguna extraña fuerza, algo le busca.-Hablaba ahora con un atisbo de anhelo en su voz, el ensueño de alguien que aun tiene la fe de que el mundo cambie.

Tras terminar su charla, saco de sus espaldas un portafolio de cuero blanco con remates dorados en sus bordes y en sus cierres. Lo sostuvo entre sus manos sin aun abrirlo, reposando en sus brazos. Soltó una breve sonrisa de esperanza, deseando que su objetivo fuera correspondido.

-Vera Señor Goro, en este maletín tengo la herramienta para cambiar el mundo, trozo por trozo, hasta que se moldee y renazca como algo digno de ser vivido. ¿Pero usted querrá apoyar a mi causa? Se sentirá seguramente comprimido por tal proposición, pero el destino, o como lo quiera llamar, me ha guiado hasta aquí en mi noble causa, ¿Querrá usted apoyar?.

Notas de juego

Disculpa por mi tardanza con tu correspondiente post, me demoraron algunas partidas mas como jugador, pero ya tengo listo esto.

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09/02/2017, 23:12
Aki Goro
Sólo para el director

En otras circunstancias, sin duda Aki se habría contentado con cerrar la puerta con un gesto decisivo, sin ni siquiera molestarse para hacer una despedida cortés. No podía sufrir la desfachatez de los vendedores a domicilio.

Pero en vistas del sentimiento raro que le perseguía desde hacía varios días, y que hoy había alcanzado su cima lastimosa, estaba extrañamente muy dispuesto a aceptar la proposición de este hombre: dejarle entrar y dejarle hablar de lo que querría proponerle a él, Aki.

¿El destino le ha guiado?” hizo el estudiante y autodidáctico eco a la pretensión del cuarentón. “No sé si habrá que creer en el destino. Pero lo cierto es que estoy a la espera de una explicación, sea ella de la índole que sea.

Abrió la puerta al extranjero, pero agregó con una sonrisa un tanto irónica: “No es el piso de mis padres, señor. Aquí no hay nada para robar, salvo el ordenador, pero supongo que para robar un ordenador no habría hecho falta estudiar su pequeña actuación.

Al pronunciar estas palabras, caía en la cuenta de cuán insensatas eran. Sentía, presentía que el hombre era todo salvo un vulgar ladrón. “Entre”, dijo, y le indicó un sillón en la sala de estar que se entrevió por la puerta abierta desde el pasillo. 

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11/02/2017, 19:52
Chester Flamcourt

El misterioso sujeto, con su porte elegante y su acento francés mira con gesto de emoción a Fuuron. Notabase en todo su rostro como, en su subconsciente, recorría la idea de que había valido la pena. Analizaba al joven con detenimiento, tomando datos mentales de todo su potencial. Tras un momento de quietud, volvió con su palabrería hacia el Sr. Chang.

-Curiosa arma la que tienes aquí… ¡Tal vez hasta sea compatible con la lanza que te mencione!-Hablaba dirigiendo su mirada hacia el líder que seguía bebiendo de una taza.

Volvió su mirada de nuevo hacia Fuuron mientras su mano tanteaba un objeto del bolsillo de su abrigo blanco. De este, una curiosa roca tan blanca como la tela de sus ropajes yacía en su mano, pareciendo un fragmento de un arma tan vieja como la mente. Era, o al menos eso podía suponerse, el fragmento del mango de lo que parecía una lanza, con remates pálidos y un torso de serpiente enroscándose en ella. Levanto esta piedra y la apunto hacia Fuuron, generando una reacción en esta. El fragmento de lanza se cubrió de un brillo leve amarillezco y trataba de moverse sola en dirección al joven asesino, casi como si se sintiera atraída a él.

-¡Notaste esa reacción!-Comento sorpresivo a Fuuron- Te quiere, busca dotarte de tu derecho de nacimiento… ¡Carlo estará más que feliz!- Pero de repente, su alegre desenfreno de emoción se paro por un asalto en su mente, recordando algo importante- No me he parado a explicar nada sobre esto, solo necesitas saber, o al menos por el momento, que los humanos nos hemos quedado cortos en poder… 

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11/02/2017, 20:50
Mr.Chang

Pero entre la palabrería curiosa del hombre de porte sofisticado, el Sr. Chang entro para interrumpir una vez su bebida se había agotado. Indicó con un gesto a sus guardaespaldas que abandonarán la sala y cerrarán la puerta al salir, cosa que los hombres asintieron simplemente moviendo la cabeza y obedeciendo la orden. Una vez la oficina estuvo solamente habitada por los tres, se volvió a reanudar la charla. 

-Desde aquí, nadie más podrá saber lo que se discuta aquí dentro.-Añadio el Sr. Chang ahora mas recto-Fuuron, tu nuevo contrato consistirá en seguir a este hombre a cierto lugar, cumplir un par de asesinatos potenciados por "algo"  que el te va a entregar una vez en el sitio, volver y seguir con la vida como estaba. En el sitio no podrás hacer preguntas sobre que pasa, todo te lo indicará este hombre según lo que debas o no saber y una vez efectuado el contrato traerás la mitad del dinero de la paga aquí. Nada más y nada menos. Ahora que no hay nada más que discutir, será la hora de proceder. ¿Alguna pregunta sobre esto? 

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12/02/2017, 03:05
Carlo Bonheur

El caballero francés sonreía con entusiasmo al oír las palabras del peregrino. Veiase en su rostro el ánimo de quien tiene todo planeado y su estratagema podría o no servirle.

-Discúlpeme un instante, iré a traer algo para acompañar la charla-Menciono mientras se dirigía al estante de la cafetería, le sonreía a la camarera y efectuaba su orden.

Volvió para acomodarse nuevamente en la silla acolchonada cruzando las piernas y cruzando los brazos encima de la mesa de tonos en madera y con adornos, además de un estandarte pequeño con el emblema del hotel. Miro por un instante con fina curiosidad a Grandmaster, analizándole de cabo a rabo con perspicacia incomoda.

-Se preguntara usted ¿Por qué he puesto tanto empeño en buscarle? Lo cierto es, y no se si le sorprenda gratamente, es que no es la primera vez que hemos tenido contacto, cosa que usted supongo que no se ha enterado.

Antes de proseguir, la camarera había llegado portando en su mano una bandeja plateada con una botella de agua y una copa de vino de uva. Hizo un ademan con la mano y sin más palabras deposito las bebidas en la mesa.

-¡Aquí se es bien servido!- Sonreía el caballero mirando con picardía a la camarera, que respondió con sus pómulos sonrojados y se retiro. Carlo tomo un pequeño sorbo de la copa de cristal, saboreo el líquido y reanudo su charla.- Retomemos la conversación. Como le mencione, le he visto antes sin que se percatara confirmando si el destino le sonreía, pero no es lo importante ahora mismo. Dígame Señor Grandmaster… ¿Usted cree en que el destino afecte realmente nuestra vida? ¿Nacemos con alguna marca especial que determine nuestro camino? Me pregunto yo, si usted es de ese tipo de creencias.

Notas de juego

Disculpa por la demora, no me percate de la fecha.

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12/02/2017, 04:28
Fuuron Long Tao

Las palabras del extranjero llamaron mi atención, acaso quería que usara una lanza para el encargo? No es que no supiera usarla pero me parecía una petición algo extraña.

En el momento en que metió la mano en sus ropajes miré a los demás guardias como indicándoles que estuvieran atentos mientras yo mismo estiraba los dedos de mi mano derecha, deslizando una cuchilla oculta desde la muñeca hasta la palma, sorprendiéndome al ver que aquel sujeto sacaba una piedra, una piedra blanca con una extraña forma que la adornaba, en cuanto la apuntó hacía mí adopté una postura de combate, sin embargo el Señor Chang no dijo nada por lo que suponía que no representaba un peligro.

Tras las palabras del extranjero levanté una ceja.

-Nos quedamos cortos de poder?- si hasta tenemos armas atómicas hoy en día...

Luego de eso el jefe echó a todos de la sala, quedándose solo conmigo y el invitado extranjero, sus palabras despertaban bastantes preguntas pero sobretodo el saber el porqué de aquella situación, hasta ahora parecía ser una misión de múltiples asesinatos asistidos pero había algo que no me cerraba.

Una vez que tuve la oportunidad de preguntar no la desaproveché.

-Qué es lo que me corresponde por derecho?- pregunté más al extranjero que a mi jefe, aunque mirando a este último.

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15/02/2017, 02:23
Alexander Barclay

El hombre, con su etiqueta militar, respondió con afabilidad a la invitación del chico que dudaba de la garantía de las palabras que soltaba. Este ingreso al piso sin muchos compliques y a paso firme y estricto. Se vislumbro en sus pies pesadas botas militares de cuero negro, finamente cuidadas y brillando como un sol oscuro. El hombre observo de reojo al desconfiado Aki para analizarle de pies a cabeza, tal vez buscando un detalle específico que le diera la certeza de alguna característica en concreto. Deposito su maletín en la mesa más amplia que su vista le daba y con un movimiento de dedos y un chasquido, el portafolios revelo su contenido, de lo más peculiar.

-Ha de sentirse inseguro si alguien de mi complexión entra de tal manera, pero la situación…o más bien el destino-Menciono haciendo énfasis en esa palabra-lo amerita. Por cierto, me ha fallado mi cortesía, mi nombre es Alexander Barclay.

Del maletín, una extraña piedra pálida descansaba en paz. Más que una piedra, era el mango fragmentado de un arma antigua con grabados de culturas más viejas que el mismo pensamiento racional. Su superficie era suave a primera vista y parecía ser roca pulida en forma de cilindro con detalles, además del cuerpo de una serpiente o algo parecido enroscándose en su forma, pero sus puntas daban la impresión de haber sido separadas de su cuerpo total con brusquedad y sin cuidado. Alexander la sostuvo con sus firmes manos y la levanto apuntando hacia Aki, casi esperando que algo sucediera. Y efectivamente, al estar en presencia de Aki, esta piedra desprendía un singular brillo dorado pali deciente que cubría toda su superficie además de dar la leve impresión de ser atraída hacia este.

-Esto Señor Goro, es el destino materializándose. Esto es lo que merece por nacimiento, y la Lanza Celestial se lo brindara si decide aceptar. Pero es una decisión demasiado repentina, casi forzada de mi parte ¿Quiere hablar en profundidad y con el cerebro? O es que acaso su corazón guía su mente.

Notas de juego

Disculpa la tardanza, se me paso la fecha.

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17/02/2017, 10:55
Aki Goro
Sólo para el director

Escuchando al hombre decir su nombre, Aki asintió mecánicamente y respondió: „Mucho gusto, señor Barclay. Ya sabe usted quién soy...

Alexander Barclays sonó como el nombre de un representante de una casa bancaria, y de verdad la misma seriedad y pulidez se desprendía del hombre.

Pero la lanza que le enseñaba estaba muy lejos de los conceptos materialistas relacionados con el comercio financiero.

La mente de Aki estaba en estado de alboroto. Hoy se había sentido como herido por una lanza… y sentía confusamente, pero con una certeza incuestionable, que era esta lanza que le había infligido la herida. Al verla sintió el impulso de tomarla en sus manos, de casi arrebatarla de las del Sr. Barclay.

Sin embargo, como el último había previsto, la mente del joven superaba los impulsos de su corazón (de los que, de todas formas, muchos no tenía).

”, contestó con voz pastosa, como un sonámbulo, pero con el espíritu tan despierto que casi le dolía la nitidez aguda de sus pensamientos. “Quiero que me hable en profundidad de esta lanza, la Lanza Celestial, como dice, de mi destino que ha invocado, del cambio del mundo que persigue y de lo que yo pinto en sus planes.

Notas de juego

Oh, descuida, no hacen falta disculpas ni nada. Al fin y al cabo, todos tenemos una vida real allí fuera :-)