Partida Rol por web

Están llegando... Los usuarios de Stand elegidos están llegando.

La mansión del gran amo y señor del universo es el lugar mas impresionante del mundo, solo los servidores del gran amo pueden entrar y en muy pocos casos, hay invitados. Hoy es uno de esos casos, pero este es aun mas especial, los invitados de hoy son candidatos a el mas grande de los honores: Ser el ayudante del gran amo y señor del universo, no hay nada mas honorable que ese puesto.

Para que uno sea elegido, se harán pruebas de todo tipo, pruebas que pondrán a prueba su intelecto, su cuerpo, y sus Stands. El que salga victorioso deberá ser, sin duda, el mejor usuario de Stand del mundo, justo después del gran maestro del universo, claro.

Con eso en mente, van llegando, uno a uno, los usuarios elegidos.. Se encuentran unos a otros en el patio principal, contemplando la mansión en la que se llevara acabo todo el evento. Pero las puertas están cerrados y nadie sale a recibirlos. Fijandose mejor, en la puerta principal hay un afiche que dice "Las puertas no se abrirán hasta que todos los invitados estén presentes."

Parece que los elegidos tendran que esperar

 La primera en hacerse presente en aquel vasto y hermoso patio es Mochi Jukata, una hermosa pero gigantesca y musculosa guerrera que se paseaba por los caminos de aquel hermoso paisaje. Luciando un coqueto y discreto vestido rosa, que quedaba tirante debido a la amplitud de sus músculos y biceps. Se queda sentada en un banco cerca de la puerta principal de la mansión que daba hacia el patio.

 Saca de su cartera un pequeño espejo y se pone un poco de polvo en la cara. Parecía que le gustaba estar bien maquillada.

- Hoy es una noche muy importante, Mochi... tú puedes hacerlo, ¡tú puedes hacerlo!

En medio de tanto caos de vida que tengo, me toca finalmente el tener una oportunidad que valga la pena. No soy capaz de negar que esto puede ser el impulso necesario para que abra los ojos ante el mundo, pero también me servirá para ganar un poco de confianza en mi misma. No sé lo que es sentirse especial, no sé lo que es ser elegida y esto, dentro de lo macabro o perturbador que puede ser, me atrae y en verdad estoy dispuesta a intentarlo. 

Por esa razón ataviada con un camiseta top sin mangas de color negro y una falda gris, bajo de aquel taxi con una mochila con forma de gato en la espalda. Mis ojos en un tono grisáceo se vislumbran ante la magnificencia de la Mansión, sorprendida por el lujo y la decoración. Aunque claro, mi timidez y esa necesidad de hacerme pequeña, logran que tarde un poco en dar un paso hacia la entrada al parque. Quizás por miedo, quizás por vergüenza. 

Una vez me atrevo, bajo la mirada y observo el contraste de mis zapatillas de lona todas pintadas por mi de Evangelion y el suelo de adoquines. Una belleza, podría dibujarlo cuando tenga oportunidad y usarlo como entorno de un cómic. ¿Quien sabe? 

El asunto es que no estoy sola, aunque me sorprendo de sobremanera al ver a la "mujer gigante". De igual manera la saludo con la mano y continúo paseando, un poquito acojonada por su tamaño. 

Conforme voy avanzando hacia la imponente mansión, procedo a guardar mis gafas en el bolsillo interno del mi gabardina y observo a las dos personas que llegaron antes que yo, al parecer estas señoritas estaban bastante interesadas en ocupar el puesto de asistentes del amo y señor.

Todo indicaba que la lucha por aquel puesto iba a ser cuando menos feroz, pues sin importar cuántos candidatos nos presentásemos, al final, sólo quedaría uno, la pregunta era ¿Quién sería?

Una de las mujeres presentes era bastante intimidante y la otra muy atractiva, por lo que opté por mantenerme a igual distancia de ambas para no transmitir un mensaje inadecuado a ninguna de ellas, pues entre usuarios de stand, eso podía dar lugar a un enfrentamiento con suma facilidad y la verdad es que no estaba de humor para iniciar una pelea con nadie esta noche.

Buenas noches señoritas, mi nombre es Marcus Phoenix, supongo que están aquí por lo mismo que yo, espero que podamos congeniar y que el puesto sea ocupado por aquel aspirante que resulte más idóneo para el mismo. - digo a modo de saludo mientras agito levemente la mano en el aire.

El cuarto en aparecer no sería otro que un hombre de mediana edad de cabellos blanquecinos y unos poderosos ojos de color verde esmeralda. Este llevaba una chaqueta de cuero negra, así como un sueter de cuello alto de color rojizo; combinado con unos pantalones vaqueros rotos sujetos con un gran cinturón negro con hebilla plateada. Para finalizar, sus zapatos negros relucían bajo las luces del evento.

-¡HOLA A TODOS! -Exclamó gritando a los presentes- ¡YO SOY BETH OVEN!.

El porqué este hombre estaba gritando era un misterio que quizás se descubriera en un futuro si es que sobrevivía para contarlo, claro está. Sea como sea, no había hecho oídos sordos al llamado de ir a aquella mansión. ¿Quién podía hacerlo, realmente?. Exactamente.

-¡ESPERO QUE TODOS DISFRUTEMOS DE LA VELADA! -Volvió a gritar.

Sin lugar a dudas, no iba a ser una persona "fácil" de aguantar, en particular si alguien ya traía un dolor de cabeza previo a todo esto de la velada... ¡Pero podría ser peor!.

Y lo sería...

    El siguiente en hacer acto de presencia fue otro de los invitados de apariencia mas bien mayor, con vestimentas de un pulcro blanco y con cierto aire familiar, normal siendo el rostro visible de cierta cadena de comida que... a pesar de todo eso no perdía el tiempo para ingresar de manera un tanto atípica por el tipo de velada, pero para el... solo era una entrada tradicional.

¡¡Eeeea~ Crispy !! ¡¡ EEEaaaa !!

Exclamaba mientras su corcel comenzaba a perder velocidad quedando a unos metros de la entrada evitando chocar contra nadie importante, o por lo menos... alguien que le pudiera demandar por tal ofensa... pero formando una nube de polvo quizás un tanto mas molesta de lo que se esperaba. 

Lo siento~Lo siento, la emoción y todo esto pude que me haya dejado llevar y con Crispy leyendo mis emociones... no hizo mucho en que la calma nos acompañara en este viaje... - dicho esto y bajando de un salto para quedar junto a compañera de viaje - Donde están nuestros modales...  Kurt Faux Casterwill y esta es Crispy... ¡¡ encantados !! - sin referirse a nadie en especifico, pues de momento nadie merecía mas atención que el otro a los ojos del experimentado coronel. 

El mejor bus del metal llega hasta la misma entrada de la gran mansión, asustando a unos y otros con su imponente presencia. Tras le chirriar de los frenos las puertas se abren para dejar salir una espesa niebla blanca y la bota del mejor cantante del momento.

DieMaio hace acto de presencia con una increíble chupa de cuero negra rodeada de cadenas, unos pantalones demasiados prietos para dejar respirar con libertad y el mas fantástico de los bajos en su espalda.
-¡The Hammer is here! -Grito antes de partir una birra en dos, beber de ambas partes y tirarla a un lado.

Camino hacia la entrada mientras miraba aquella gran mansión pasando totalmente de la gente que había llegado antes que él. -Menuda choza, vale tíos podéis daros el piro. -Hizo una señal con el pulgar, mientras sus negros crines de diablo ondulaban al aire, para que el bus del infierno se marchara de allí y él continuara acercándose a la puerta, momento que vio el caballo.

-¡Joder! Que pedazo de semental, tendría que a ver traído a Muerte Negra. -Se apoyo en el dueño del animal. -¿Es mi toro jorobado sabes? Le hubiera encantado cargarse a este bicho. -Se rio, le palmeo la espalda y se acerco hasta la misma verja. -¡C'mon! ¡El rey a llegado abrir las puertas!

Winston había dudado si ir finalmente o no. Aunque allí estaba, de camino, mirando sus pies avanzar sin detenerse mientras creía que según le vieran le echarían-  ¡No! No debo pensar así. Si me dan la oportunidad demostraré que yo… Demostrare… ¿Eso es un caballo?

Cuando alzó la vista ante él estaban, a las puertas de la mansión, otros de los invitados a participar. Le echó un ojo a todos y coincidió en que daban todos mucho miedo. Todos salvo una chica guapa que parecía la más normal, pero aquello también le daba miedo, aunque era más bien miedo al ridículo.

Hay mucha gente. En la invitación no ponía que fuesen tantos. ¿Me están mirando?- Caminaba ahora con más dificultad. Miró de nuevo al caballo- ¿Por qué…- Tropezó y casi fue al suelo. Se agachó rápidamente tocándose el zapato haciendo que se ataba algo, fingiendo que el traspié había sido intencionado. 

Forzó una sonrisa al llegar. Sonreír no era su fuerte y la mueca que le quedó, contrayendo los músculos y cerrando ligeramente los ojos adrede, daba bastante miedo sumado al maquillaje de su cara:

^{-Buenas noches a todos, soy Winston Will… eh… ¿Venís por lo el puesto de ayudante?}- dijo sin dirigirse a nadie en particular pero con una voz tan baja que cualquiera que no estuviese cerca o prestando atención no escucharía, menos aún con las voces y alboroto de los demás.

-Aquí está bien Alfred, continuaré a pie.- le dijo Asuka Narana a su mayordomo unas cuadras antes de llegar a la mansión. El mayordomo estacionó la limusina en la que iban y junto a sus guardaespaldas le desearon suerte. "Señorita Asuka, ¡usted puede! Se que ganará la competencia. Confiamos en que lo lograra" le decían. Maldición, como si la presión de mis padres no fuera suficiente ya. ¿Que demonios hago aquí? pensaba mientras se acercaba a la mansión.
Una joven que ya de por sí le rehuía a la compleja vida de la alta élite social, se postulaba a una vida aún más compleja en la mansión del gran amo del universo, lo cual no tenía sentido alguno, pero Asuka Narana no podía fallar a las expectativas de su familia y por eso lo hacía. Conseguiría ese puesto cueste lo que cueste.
Cuando llegó no vio más que gente excéntrica, un mimo, un metalero, un travesti, un viejo gritón, otro a caballo y la lista seguía. Ay, lo que me espera... no muestres miedo Asuka, suspiró.
-Ho..hola! Mi nombre es Asuka Narana, encantada de conocerlos.

Mónica apareció corriendo en el techo del edificio a menos que estuvieran alerta no se hubieran dado cuenta los presentes. Al llegar al nivel de la puerta la chica hizo unos movimientos sigilosos y si ponías atención podías darte cuenta que eran como de un mono  - Mónica Keysly a sus órdenes - como si gimnasta olímpica se tratara bajo del techo e hizo una ligera reverencia

La pequeña W. Arudo también llegaría a la zona designada para los invitados, a diferencia de los demás, esta pequeña muchacha tan solo se centró a admirar la arquitectura de la zona, desde los ventanales, los jardines, hasta incluso estaba en busca de algún que otro torreón en la construcción. Al menos había uno según ella podía ver.

-¡Hola! -Saludó a los presentes- Yo soy W. -cof- -cof- Arudo...

La débil fragilidad de W. Arudo se mostró en su saludo, pues la pequeña comenzó a toser.

Llegó a la sala llena de gente... Gente muy rara por cierto. Miro un poco alrededor viendo y escuchando las conversaciones y presentaciones. Con voz tímida y suave comenzó a intentar presentarse, así parecía que deseara que la tierra se tragase.

H... Ho... Pfff hola, me... Llamo Midori, ... Un placer.. conoceros... a todos... Espero que... Todos nos...

A medida que hablaba ibaa bajando el tono de voz hasta que  el final de la frase fue imperceptible. Se quedó allí quieta con la mirada baja.

Despues de lograr escapar de la isla con la ayuda de Tortugas, llegue al continente... pero mientras trataba de llegar al instituto de heroes note algo diferente, algo diferente fuera de lo normal, ¡ESTABA EN OTRA TIERRA!, ahora mi misión era regresar a mi mundo, por eso quise obtener respuestas, ya para tener respuesta tenia  que ir al un lugar donde supuestamente estaba la gente que portaba los  Quirks (Stand). 

A llegar, noto que ya hay gente en la mansión (en las puertas), recordando todo lo que paso en mi primer día como Estudiante en la U.A. me acerco feliz mente a todos los presentes Con un acento italiano obviamente no forzado  les hablo. 

Buongiorno gente

Veo que ya se junto varias personas curiosas... Yo soy Atsuchito.

Luego de eso busco una pared para recargarme.

Donald se había ocultado en las sombras para analizar el comportamiento del resto de personas asistentes, e incluso intentar valorar el estado mental de la panda de tarados que andaban sueltos, como odiaba a esa gente llena de vanidad egolatras de ellos mismos que no podían ver más allá de su ambición y lo que su oscuro corazón les proporcionaba, envidia, pereza, lujuria, gula/ebriedad, orgullo. Si pecados capitales que les proporcionarían un parcela en el infierno, si Dios decidía que esas almas habían pecado ya lo suficiente, era su deber ayudar a dejarles en las puertas del infierno, como llevaba haciendo desde que tenía uso de razón, pero no, no estaba aquí para realizar ese tipo de trabajo, había sido convocado para otras tareas más terrenales, ayudar al prójimo y no ayudar al hacedor.

Seguía desde las sombras viendo quien necesitaba más ayuda, sobre todo mental, y no sabia por dónde empezar. Por lo que decidió esperar, ya obtendría una señal y sería su momento de redención, ayudar a los demás... Eso es lo que había jurado hacer a alguien en un momento determinado y claro, era un hombre de palabra.

Decidió esperar en las sombras en silencio, también es cierto que no tenía el don de La palabras 

Después de resivir la carta, Vlad se dirigio a la mansión a toda velocidad, el dia de su misión había llegado. Un agente en cubierto del gobierno ruso, con una única misión: Espiar al gran amo y señor del universo, encontrar sus debilidades y suministrar información al gobierno para favorecer un intento de asesinato. Era la misión mas peligrosa que allá tenido alguien jamas, pero eso le gustaba a Vlad, este ruso es un adicto al peligro, y para el, mientras mas mejor.

- Así que este es el lugar ¿he? -Exclamo el ruso con un cigarro en la boca y una sonrisa- Esto sera divertido.

Todos los elegidos no han llegado todavía, la irresponsabilidad abunda hoy en día. Pero la seleccion se debe llevar a cabo a como de lugar, el amo y señor del universo se impaciento dentro de su mansión, nadie sabe de donde o como, pero este ser estaba observando fijamente a sus invitados.

- Tal vez no sean todos.. pero son suficientes para empezar. ¡Aganlos pasar! ¡Que comiencen las pruebas!

El amo del universo dio ordenes a sus fieles subordinados, seres de gran poder y astucia, los invitados no lo saben pero estos personajes serán sus jueces.

De vuelta en el jardín, los usuarios que habían llegado hablaban, otros gritaban, otros simplemente estaba parados en algún lugar raro. Nadie hizo nada raro, nadie manifesto su Stand. Pero de un momento a otro, sus acciones se vieron interrumpidas, sin recordar el momento en que voltearon sus cabezas, se encontraron todos mirando a las puertas en un instante. Nadie pudo decir cuando o que paso... Pero las puertas estaban abiertas de par en par.

Las puertas se abrieron de par en par dándonos la bienvenida a esta peculiar contienda, así que, sin mediar más palabras con nadie decido ingresar, pues el tiempo apremiaba y debía probar mi valía ante el amo y señor para que finalmente me escoja a mi sobre los demás candidatos.

Habían rivales muy fuertes y no sabía de que eran capaces sus stands así que mejor andarse con cuidado, pues era evidente que esta prueba no iba a ser nada fácil para nadie.

Doy un par de aplausos para mí misma - Que esto comience - sonrió y entró

Y me mantuve allí, expectante mientras la gente iba llegando. De momento me resulta un grupo muy variopinto, bastante excéntrico en comparación conmigo. Por esa razón los observo, analizo y no digo nada, manteniéndome en ese pequeño rincón del parque sin interacción con los demás. 

Una vez las puertas se abren, no lo pienso demasiado y directamente me dirijo hacia las puertas que ahora están abiertas. No veo la hora de poder contemplar la majestuosidad del lugar, y sentirme como parte de esto de alguna manera. Es una pequeña ilusión y espero poder cumplirla. 

Tímida como es habitual, decido el umbral. 

Nadie había hecho caso a su presentación- Claro… nadie me ha escuchado- Él por su parte saludó con una fea sonrisa, aunque intentó que fuese agradable, a todos los que iban llegando después.

Finalmente les hicieron pasar- ¿Estos son todos? Pero si son… bichos raros…- pensó sin caer en la cuenta que él seguramente fuese de los más extraños entre los presentes.

Siguió a los demás por ciencia infusa quedándose de los últimos. Nada de aquello tenía buena pinta, era demasiado siniestro.