Partida Rol por web

abro el libro de encaso de emergencia master

Horrible habia sido la idea, pero al menos habia descubierto algo de todo eso. Con eso en su mente empezo a retroceder junto al chico.

Elijah y Robin reaccionan con una rapidez increíble y solo llegan a alcanzarlos los dos niños más rápidos. El segundo abre un extraño libro que lleva encima y una extraña luz ilumina toda la estancia, cegando a todos los presentes. Una desgracia pues la luz es tan potente que confunde los sentidos pero solo de aquellos que tienen ojos, algo que les falta a los seres que os atacan.

Ambos valientes están cegados y no saben bien donde se encuentran ni lo que les rodea.

-joder,podia traer instruccciones-digo restregandome los ojos.

-pulsad el puto boton

Que haces...? empezo a preguntar aunque no termino la pregunta cuando quedo ciego de su unico ojo. Pendejo de mierda! grito mientras se movia instintivamente hacia la salida por donde habia venido.

Repartió las razones de comida, pero cuando vio a Gabriel con su chachara de la pistola, de que era bueno, y autoprotegerse, suspiró fastidiada. Se apresuro a llegar antes que él a las balas y las cogió, mostrandose desafiante.

- Lo siento, pero no confío en ti como para dejar que tomes las balas.- Sentenció, mientras las escondía tras su cuerpo.- Desde que llegamos te has esforzado demasiado para mostrarte como una buena persona, incapaz de dañar a nadie. Lo siento, pero no te creo la imagen de chico bueno que has intentado vendernos. Prefiero que tener yo las balas y ningún arma para usarla, que en lugar de alguien como tú.- Le miró con el ceño fruncido, antes de guardarse las balas.

Luego ve a sus compañeros con el tema de los niños. Tenía que ayudarlos de alguna forma,así que se acercó al cristal para tratar de llamar la atención de esas criaturas.

-Adelante, cógelas. Es obvio que no es la única arma ni la única munición, y te recuerdo que todos tienen un cuchillo al que yo he renunciado al entrar. Diría que me da igual si me crees, aunque dado que mi vida pudiera depender de ello no me da del todo igual. Comprendo perfectamente que nadie es de fiar aquí dentro, solo espero que no olvides el hecho de que pude lanzar bestias asesinas contra los miembros de otra sala y anulé la amenaza lo mejor que pude, pregunta al tipo del ojo tapado o quien quieras que estuviera, amén de ser el único, corrígeme si me equivoco, que ha rechazado ese cuchillo al entrar. Al ver esas bestias he comprendido que todos, absolutamente todos, debemos defendernos. Por eso no me importa que te quedes con las balas, y espero sinceramente que encuentres pronto un arma para defenderte también. No quiero ser tu amigo ni nada similar, de hecho me da igual si no te vuelvo a ver, pero lo que sí quiero es que se me recuerde como un buen hombre si los rebeldes me matan por mis actos, ideales, decisiones o palabras. Nada más. -y resignado y ofendido me preparo para cambiar de habitación en cuanto sea posible.

Al ver la situación en la que esos dos se han metido a sí mismos me apresuro a pulsar el botón a sabiendas de que no servirá de nada. -El botón los mantendrá dentro de la habitación si se portan mal, eso dijo la voz. El problema es que vosotros os habéis metido en esa habitación, y... -y no pienso meterme ahí por vuestra culpa. Mierda. -acabo la frase para mí mismo ya que no sería fiel a mis propias palabras. Tras pulsar el botón me meto en la habitación con la mayor rapidez posible para agarrar a los dos insensatos y sacarlos de la sala. -¡Mujer, prepárate para pulsar el botón de nuevo si estas criaturas salen, y coger la pistola que te lanzaré si las cosas se tuercen para que dispares contra ellos! -solo me faltaría que uno de estos me apuñalase luego por la espalda. Sería el colmo.

Todo sucedió muy rápido. Marina, tras tomar ella las balas, se acercó al cristal y lo aporreó, llamando la atención de cinco de esas criaturas. Sin embargo no era suficiente. Diez de las criaturas se acercaron a Elijah y Robin dispuestos a devorarlos pero en el último segundo Jonathan pulsó el botón y comenzó a sonar una extraña melodía.

Los niños mutilados y salvajes se detuvieron en seco y comenzaron a caminar lentamente hacia tres estrechos conductos que se habían abierto en la pared de la sala en la que estaban recluidos. Parecía que todo el peligro había terminado para vosotros cuando os percatasteis de un extraño gusano que se encontraba enganchado en un de los críos. No sabéis de donde ha salido, tal vez ya estaba en la habitación o incluso puede que estuviera en el interior del libro de Robin.

El minúsculo gusano se introdujo en la cavidad nasal mutilada del crío y este cayó al suelo, aparentemente muerto.

Medusa pienso pensando en la mitologia griega me acerco al maletin y la recojo para luego salir de la sala acompañad de mi compañero.

-Que alguien le meta una bala en la cabeza a ese bicho por si acaso.

-Vaya, el botón sí que sirvió. Esto esta bien. En fin, para meterle una bala en la cabeza a esa criatura necesitaría las balas que la mujer tiene, aunque mientras eso no se levante del suelo no me preocupa. Bueno, veamos lo que guarda el maletín. ¿Te importaría abrirlo? -le digo al joven. -Y por cierto...¿qué ha sido todo eso del libro?

La alarma comienza a sonar y las puertas comienzan a abrirse. No tardáis demasiado en separaros en grupos, buscando alejaros de aquellos en los que desconfiáis.

Pero algo cambia respecto a la vez anterior en la que sonó la alarma. Las luces se apagan de golpe y, durante unos minutos, no veis nada más que oscuridad mientras que un fuerte estruendo oculta todos los sonidos.

Cuando las luces vuelven a encenderse todo parece seguir igual. Sonia y Jonathan tratan de marcharse por la puerta que da a la estancia cinco pero esta está completamente cerrada.

En el interior del maletín encontráis una pastilla azul, una blanca, un suero verde y un suero color azul.

-Pues si no os importa yo me quedare con la pastilla azul ¿que os parece?-digo a todos los que por ahora eran mis compañeros

Tomo la pastilla blanca, si nadie se lo impedia. Pastillas y fluidos...estas no pueden ser muy seguras. comento mirando al resto.

Observa al resto sonriendo a los que parecieron querer irse,pero no pudieron. Supongo que estaremos un poco mas encompania.

-Joven, lo que me parece es que has ignorado mi pregunta. -digo en respuesta del joven. Luego miro al hombre de ojo tapado y le digo con la misma seriedad y tono amargo que antes: -¿Disfrutas viéndonos fracasar en nuestros intentos? En fin...tenemos que conseguir respuestas. ¿Alguna idea?

-AH si disculpa en la sala cinco lo encontre y me lo quede decia usar en caso de emergencia jamas imagine k eso era lo que haría disculadme-digo dando las explicaciones.

Mira a Jonathan con una sonrisa en su rostro. No, no lo disfruto. Solo hacia un comentario y si te ofendio tendras que aguantarte. comento sin darle importancia a la actitud.

Asi que era eso... volvio a mirar al crio en el piso y en espécil al gusano que aparecio. Tambien salio aquel gusano, pero no creo que valga la pena recuperarlo. Saco su vista de los chico y se quedo viendo la pastilla blanca en su mano como si tratara de decifrarla. Alguno se va animar a tomar una de ella o de los fluidos? pregunto mirando al resto.

Bueno quien sabe dijeron que había cosas que nos quitarian nuestra humanidad quizas esto me ayude me meto la pastilla en la boca y me la trago

Observo al joven tragarse su pastilla, aunque no es un gran sorpresa. Me le quedo mirando por al guna reaccion esperando que no sea un grave error como lo fue abrir el libro.