Partida Rol por web

Después de que King Dice le cerrase la puerta en las narices Diana fue tragada por un pozo de insondable oscuridad. La caída pareció durar una eternidad, pero acabó sobre una cama de madera con un colchón relleno de paja y una almohada de plumas. Diana casi se sorprende no tener rotos todos los huesos del cuerpo. Un suave calor emana de su muñeca izquierda. La pulsera de LEDs está ahora encendida y emite un brillo de color esmeralda.

Ah, por fin habéis despertado, princesa - dice una voz chillona. Junto a su cama hay lo que parece un chinche con un enorme bigote cuyas antenas apenas sobresalen sobre el edredón que cubre a Diana - La verdad es que no entraba en mis planes estrellar vuestro nave, pero supongo que las cosas nunca salen como uno las planea. Muy bien, ahora decidme ¿Qué está planeando la Reina Brahne? ¡Responded!...

Esa puerta me daba mal rollo... y al ver lo oscuro que estaba me estaba arrepintiendo de haber aceptado entrar -Oye espera, que me... lo he pensado mejor y...- no me dio tiempo a decirle a King Dice antes de que me cerrase de un portazo, y yo cayera en la oscuridad... ¡otra caída no! -¡Ahhhhhh!- fui gritando mientras caía.

No se cuanto estuve cayendo, pero se me hizo muy largo y agobiante... hasta cerré los ojos del ataque de pánico que me estaba dando. Hasta que de repente, pufff... noté como aterrizaba en lo que parecía ser un muy blando colchón... y suponía que era una cama y colchón porque también notaba en la espalda una almohada, además de no se como estar en un edredón -¿Y... ya he dejado de caer?- pensé mientras poco a poco abría los ojos, pudiendo ver un brillo esmeralda de aquella pulsera tan cutre.

Entonces me sobresalté un poco al oír una voz del lado de mi cama. Me hizo mirar al lado... pero no vi nada. Al menos hasta que me incliné un poco para ver que era eso que asomaba y ahora mismo no sabía que era. Pero entonces vi al bicho que me hablaba. Mi cerebro estaba procesando toda la información que estaba recibiendo, al menos hasta que la chinche me gritó ese "¡Responded!", y entonces reaccioné -¡Agh! ¡Un bicho!- dije levantándome de golpe y dándole una patada a la chinche. Una vez lo golpeé, fui procesando lo demás -¿Estrellar mi nave? ¿Reina Brahne?... ¿Princesa, YO?- esas fueron más o menos las preguntas que me iban surgiendo. Y mira que ese nombre me sonaba... ¿pero de que?.

La pierna de Diana, ahora enfundada en un ajustado pantalón amarillo, golpea al insecto parlante en plena nariz y le hace salir rodando hasta chocarse contra la pared.

¡Vaya modales! - se levanta con el rostro rojo como un tomate y se arregla la ropa desordenada - Princesa, aunque me veáis con este aspecto ridículo soy el Gran Conde Cid Faboule IX de Lindblum ¡y os exijo un respeto! Ahora contestad a mi pregunta ¡u os quedaréis aquí encerrada hasta que os decidáis a hablar!...

Le pegué una buena patada al bicho, casi parecía que había chutado un balón de fútbol o al menos así me había sentido. Pero cuando le pegué, noté ese pantalón amarillo ajustado que ahora llevaba, lo cual obviamente me sorprendió y me confundió -¿Cuando me he cambiado de ropa?- pensé mientras me pasaba la mano por encima de la tela amarilla, y mientras seguía teniendo en la cabeza la idea de que esto me sonaba y mucho.

Por otro lado, el bicho se incorporaba después del golpe y parecía enfadarse... y llamándome "princesa" por algún motivo. Me dijo un nombre increíblemente grandilocuente, como si fuera alguien muy importante a quien debiera conocer, y lo peor es que me seguía sonando -¿Quien?- le pregunté al escarabajo mientras me examinaba a mi misma... dudo que únicamente me hubiera cambiado de pantalones, por lo que quería comprobar que más me había cambiado, con un muy mal presentimiento -No... no se de que me hablas... ni siquiera se quien es esa Reina Brahne...- le fui diciendo al bicho mientras me seguía reconociendo y caminaba un poco por la habitación observándola, sin importarme demasiado sus amenazas... seguía siendo un insignificante bichito que no creo que me pudiera hacerme mucho -Y... ¿porque me llamas "Princesa"?- le terminé de decir, mientras buscaba un espejo por la habitación.

El bicho parlante mira a Diana con los ojos entrecerrados - Qué extraño - dice más para sí que para ella - Parece que no recordáis nada y para colmo de males habláis como una simple plebeya ¡Cuán infortunado contratiempo! - normalmente Diana se sentiría muy irritada por la pomposidad del pequeño bicho, pero parece tan desanimado que ella siente una punzada de compasión en el pecho - En fin, al mal tiempo buena cara. Princesa, no habéis de preocuparos. Princesa. Iré a buscar una poción de hierbas medicinales que os ayudará a recuperar la memoria. Por ahora permaneceréis aquí encerrada. No temáis, es por vuestra seguridad. Mientras seáis mi invitada nadie habrá de haceros daño.

Sin darle opción a réplica el bicho abandona la habitación y la cierra con llave. A solas con sus pensamientos, Diana echa un vistazo a su alrededor: la habitación está completamente hecha de madera, tiene muebles de madera de estilo rústico y una ventana por la que entra la cálida luz del sol. Afuera se ve una bonita valla de alegres colores y más allá un lujuriante verde de colores verdes, dorados y marrones. Por desgracia, la ventana no puede abrirse. Pequeños duendes con extraños tocados se dejan ver de vez en cuando realizando alguna tarea.

Al otro lado de la ventana hay una chimenea encendida que da un agradable calor. El suelo está cubierto por una mullida alfombra peluda color marrón. Junto a la ventana hay un sencillo tocador con un brillante espejo redondo...

Había dos opciones de lo mas geniales, podíamos viajar en chocobo lo cual haría el viaje mas rápido o poder jugar un minijuego de búsqueda, mire tanto a Yitán como a Steiner con mis  dos grandes ojos amarillos, me quite el sombrero  e imitando al gato con botas de la película Shreck 2 los mire fijamente.

-¿Podemos jugar con los chocobos? ¿ Podemos ir a la búsqueda del tesoro?¿ Podemos? ¿Podemos? ¿Podemos?¿Podemos llevarnos uno?- use el mismo timbre de voz que usaba para decirle a mi madre que me comprará un nuevo juego.

Al desplegarse el menú lo miró extrañado y de repente Vivi empezó a comportarse como si de un crío se tratase, se había olvidado de quien era en realidad, se comenzaba a enfadar y lo miró fijamente para decirle una bordería pero respiró profundamente. 

Tras unos segundos miró al chico. - Explícame que es eso de los tesoros, ¿nos servirá de algo?

-Pues eso el chocobo te ayuda a encontrar tesoros, es un ave muy útil, podemos encontrar pociones, elixires, antidotos, ether entro otros items que sirven de curación, incluso armas- trate de recobrar la compostura pero es imposible después de todo aquellos que jugamos Final Fantasy siempre hemos querido tener un chocobo.

Obviamente me enfadé cuando me dijo que hablaba como una plebeya y sin duda me hizo fruncir el ceño, aunque no se lo dije directamente ya que parecía que se había relajado un poco al ver que "tenía amnesia". En fin, mientras no me haga nada realmente malo no tengo motivos para aplastarlo bajo mi pie.

Me dijo que no me preocupara ni que temiera por dejarme encerrada en esta habitación, antes de irse. Yo bufe un poco hastiada -No... si ahora mismo esto no me preocupa ni me hace temer...- me dije a mi misma, procesando toda esta situación aún -Solo que ahora mismo no entiendo que pasa... y sobretodo eso de "Princesa"- terminé diciéndome mientras terminaba de chequearme el vestuario. Ni me preocupaba tener amnesia, básicamente porque no tengo; ni me preocupaba que me dejara encerrada en este cuarto... básicamente porque tampoco sabría a donde ir, ni donde estaba en verdad. Dijo Lindblum... pero aparte de sonarme sigo sin saber que es. Solo se que estoy en un videojuego con un bicho como conde, poco más.

Bueno, ya que estaba sola, aprovecharía para examinar el lugar. Sin duda la habitación parecía sacada de un libro de fantasía, de las típicas que un chino-farmer empieza a observar por todos lados para buscar pociones, monedas o equipo. Pude ver el exterior del lugar gracias a la ventana que había. Era un paisaje muy bonito si, pero ahora mismo en esta situación como que no me puedo concentrar en disfrutar de las vistas... y la presencia de criaturas que parecían elfos confirmaba algo que llevaba pensando desde que desperté: estoy en un RPG -Pffff... ¿porque no podía caer en un juego de peleas?- pensé suspirando. No le hago ascos a los videojuegos de ese estilo, y alguno que otro me he pasado... ¿pero porque iba a jugar a más juegos que estos cuando en otros puedo disparar zombies o humillar a gente en una pelea a patadas?.

En fin, al lado de la ventana, miré de reojo el tocador que había al lado. Lo había visto antes, pero no quise verlo hasta ahora... básicamente porque me daba cierto temor confirmar la teoría que tenía en la cabeza al ver mi cambio de ropa -En fin... vamos a verlo ya. A ver si el verme me da pistas de estar en que juego estoy- pensé mientras me acercaba al tocador y al espejo -Por favor... que no sea fea.

Asintió al mago. -Pues podemos probar si queréis, pero espero que no sea algo que dure mucho, se que para vosotros es divertido esto pero yo prefiero vivir el juego desde mi casa sentado en el sofá sabiendo que estoy a salvo y no jugandome la vida. 

Observaba al chocobo que se había acercado a el. -Podemos probar una y si es rápida y salimos beneficiados intentar un par más, que os parece? con suerte podemos sacar algo interesante.

Sabía que Vivi diría que sí pero también quería saber la opinión de Yitan.

La imagen que el espejo le devuelve a Diana es la de una joven de cabello negro y liso y ojos llenos de calidez que viste un ajustado pantalón de peto amarillo. Desde su pulsera de LEDs se despliega un menú holográfico con una imagen del personaje y una breve descripción:

Garnet Til Alexandros XVII (A.K.A. Dagger. Nombre real Sarah)

Habilidades:

Magia blanca

Invocación.

Debilidades:

Frágil

Cándida

En el apartado "Inventario" aparece el objeto "Cetro", cuyas habilidades son "Curar, Panacea y Protección".

Bien, como queráis - dice Yitan - Aunque creo que hay un límite de tiempo para estas cosas pasado el cual empiezan a pasar cosas desagradables...

Me sorprendí bastante al verme en aquel espejo, mientras examinaba mi reflejo a la vez que yo me movía y me giraba para poder verme mejor. Pues la verdad es que... no me parecía nada mal este nuevo aspecto que tenía -Joe... pues estoy bastante buena...- pensé mientras me continuaba examinando. Tenía bonitas facciones, ese pantalón-peto me hacía buena figura, y me veía linda... ¿que? Hasta a una chica dura y marimacha como yo le gusta verse guapa de cuando en cuando, y esté aspecto lo cumplía. Si me viera en la barra de un bar quizás me acercaría a ligar con ella. Pero a la vez seguía sonándome mucho -Estoy segura que me reconozco... agh, lo tengo en la punta de la lengua, ¿quien soy?- me preguntaba, hasta que al final, la pulsera me respondió por mi.

Al principio me asustó un poco por la sorpresa... pero lo continué leyendo; y por fin ya lo recordé -¡Estoy en Final Fantasy IX! ¡Por eso me sonaba tanto todo!- me dije a mi misma. La verdad es que bastante contenta de por fin saber donde estaba, además de que por fin sabía cosas como donde estaba o quien era la reina esa y sus planes... además soy una jodida princesa invocadora, eso siempre mola. Pero por otro lado... empecé a preocuparme -Mierda... ¿con cuantos años jugué a este juego? ¿Siete?- pensaba en voz alta, mientras meditaba en otras cosas -Ni siquiera recuerdo que me lo terminase... Y encima me toca ser una healer...- pensaba.

Recordaba cosas, partes de la historia y algun detalle que otro... pero por ejemplo, no tendría ni idea de que decirle al escarabajo cuando volviese. No me gustaba como sonaba eso de "Frágil"; suena a que de un soplido me pueden hacer mucho daño... y lo de "Cándida" más que molestar notaba que no me pegaba conmigo, y me daba miedo como me afectaría. Y la verdad es que la idea de curar y no ser quien meta golpes a todo el mundo... tampoco me hacía mucha ilusión. Recordaba que había una chica brumeciana muy chula que tenía unas habilidades geniales; o una mala que luego era buena que petaba a todo el mundo...¿porque no me tocó ninguno de esas personajes?

En fin, dejando el tema del juego, también ojeé ese menú tan raro que había salido de la pulsera. ¿Que más utilidades tendría? King Dice dijo que sería importante y ahora entendía porqué. Tenía un menú, habilidades, inventario, y pequeños datos del personaje... algo habrá que me ayude con la información que no recuerdo, o quizás encuentro algo útil.

En el apartado de habilidades aparecen los tres hechizos proporcionados por el cetro de Garnet. Por el momento la habilidad de Invocación permanece en blanco. Algo que llama la atención de Garnet es un último apartado que no recuerda del juego original. Pone simplemente "especial" y parece destinado a guardar un único objeto de forma cuadrada.

La puerta de la habitación se abre y el duque Faboule entra en la habitación llevando una bandeja con un plato de sopa y un bollo de pan de aspecto delicioso. El cuadro holográfico de Garnet se cierra y no parece haber forma de reabrirlo - Lamento si he sido un poco brusco antes, princesa - pone la bandeja sobre el tocador - En fin, debí suponer que un aterrizaje forzoso es una forma terriblemente inadecuada de llegar a cualquier parte, incluso al Bosque Maldito. No debía ser así, así que os ruego humildemente que me perdonéis.

Mientras el duque habla Garnet se fija en que no ha cerrado la puerta al entrar...

-ARigatouuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu- respondí con alegría al poder subirme al chocobo y buscar -chocobo bobobo chococobobobo- la búsqueda empezó y dedicamos a movernos por el mapa para encontrar los tesoros que había escondido, pero lo mas emocionante era estar montado sobre un chocobo, era algo indescriptible se sentía como un colchón de plumas andantes y eran tan monos, me preguntaba si me dejarían llevarme uno a casa, de seguro llegar montado en uno a la escuela molaría demasiado, Steiner por su lado no parecía disfrutar mucho pero al final todo salió bien.

-Gracias ahora puedo decir que logré una de mis fantasía, ahora solo debo casarme con Lara Croft y todos seremos felices- conteste a mis compañeros mientras mostrábamos lo conseguido en la búsqueda.

Me mosqueó un poco el ver que tenía la lista de invocaciones vacías -Mgrgr... joe, sin ellas solo soy una triste curandera. Yo recordaba que por lo menos empezabas con una- gruñí y me dije mosqueada. Por algo chulo que tenía, y al parecer no tengo ninguna... menudo chasco. También me extrañó ese hueco tan "Especial" que había en el menú. Estoy segura de que eso no lo tenía el videojuego... ¿para que serviría? Como sea una tontería en plan Logros me cabrearé bastante.

Entonces la puerta de la habitación se abrió, haciendo que el menú se cerrase de golpe... ¿habría sido porque había un NPC delante? Tal vez sea eso. Ver al escarabajo aquel llevando esa bandeja llena de comida que seguro que le pesaba me hizo algo de gracia la verdad... además que me daba un poco de hambre. El bicho se disculpó conmigo por lo brusco que estuvo antes -No se preocupe, no me ha molestado- le dije... total, no puedes ofenderte ni molestarte demasiado si no entiendes la situación. Además me había traído comida; eso siempre ayuda a no estar de enfado. Y aunque ya sabía un poco y estaba más o menos orientada... creo que seguiría "fingiendo" estar amnésica. Todavía no recordaba muchas cosas del argumento y los detalles del videojuego, así que técnicamente no estaría fingiendo del todo. Vi que no cerró la puerta... si quisiera podría correr por encima del bicho y huir... ¿pero para que? No sabía tampoco muy bien que haría si lo hiciera.

De verdad, no necesitas disculparte tanto... le perdono...- dije al duque al ver que seguía disculpándose. El seguía diciendo cosas que no entendía... por lo que podría ser una buena oportunidad para sacar información -Pero... todavía no entiendo muy bien como he llegado aquí, ni a que se refiere con "aterrizaje forzoso". Y me llamas "Princesa" todo el rato pero... ni siquiera se como me llamo...- le fui diciendo mientras me rascaba la nuca. Ya si sabía mi nombre, peeeero mejor que me lo diga él para no levantar sospechas y que no sospeche que más o menos se cosas -¿Me podrías explicar que ha pasado, si no te importa o molesta?- le pregunté al duque. Aunque luego miré la sopa y el bollo -Huelen muy bien... ¿podría... tomármelo?- le pregunté, por si acaso... no vaya a ser que sea su comida y la cague tomándomela sin preguntar.

Mientras Adalbert y Yitan montan sin problemas en las enormes aves Vivi va rebotando sobre el lomo de su montura y agarrándose con ambas manos para no caerse. Los primeros afortunados son Adalbert y Yitan, que encuentran unas plumas de color rojo-dorado en sendos cofres.

Vivi tarda algo más que sus compañeros en encontrar un cofre que poder abrir, pero cuando finalmente lo consigue es recompensado con un bastón de extraño diseño. Al cogerlo el menú holográfico de Vivi se despliega mostrando que ahora posee dos nuevas habilidades: Fira y Sueño.

Vaya, parece que has tenido suerte chico - comenta Yitan - ¿Alguien tiene alguna idea de para qué demonios sirven estas plumas?

Run!

La música cambia de repente a otra de ritmo frenético y apremiante - Oh oh ¿Soy el único al que no le gusta cómo suena eso?...