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Juramentos de la Marca de los Jinetes - Sangre en la nieve

Capítulo 1: ¡A Edoras!

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06/12/2017, 18:01
Director

Tu suerte no ha cambiado demasiado desde que dejaste atrás Stanshelf y tras varios trabajos por toda la Marca, decidiste pasar el invierno con las patrullas que vigilan los Codos del Anduin, no será el lugar más cómodo pero por lo menos así pudiste descargar tu frustración contra los orcos o los bandidos que intentaban colarse en Rohan.
Aunque al principió los miembros de la patrulla desconfiaban de ti debido a tu aspecto, finalmente te ganaste su confianza haciendo lo que se te da mejor: asestarle hachazos a tus enemigos. Además, no eras el único nuevo ya que junto a ti se encontraban un hombre de Gondor (Galadan) que buscaba perfeccionar sus habilidades como jinete y un rohirrim bastante joven (Eothred) que a pesar de estar algo verde, mostraba cierto potencial.

Con el pasar de los días no solo fue llegando la primavera sino también las noticias de Edoras, de las cuales dos llamaron tu atención. La primera era que el Rey Thengel estaba convocando a sus hombres aunque hasta el momento se desconocía cual era el motivo, y la segunda era que durante todo el invierno hubo ataques a las granjas del Folde Oeste, en las cuales no solo se asesinó a los granjeros sino también a sus caballos, los cuales eran encontrados despedazados…

Viendo esta como tu oportunidad de ganar renombre, te despediste de tus compañeros y pusiste rumbo al sur aunque no viajaste solo ya que Galadan y Eothred te acompañaban.

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06/12/2017, 18:02
Director

A pesar de tu carácter algo difícil, te hiciste amigo de los miembros de una patrulla rohirrim cuando visitaste Alburg, el principal asentamiento del Folde Este, y desde entonces no te separaste de ellos ya que te parecieron guerreros capaces y leales de los cuales podías aprender mucho. Por eso, cuando Cenric, el Segundo Mariscal de la Marca, les dio la orden de custodiar los Codos del Anduin, te marchaste con ellos sin dudarlo. Sin embargo, no eras el único nuevo ya que junto a ti estaba un rohirrim bastante joven e imprudente (Eothred) que parecía querer demostrar su valía, y también un hombre de Rohan de pocas palabras (Aldor).

Poniendo a prueba lo aprendido contra los pocos orcos o bandidos que se atrevieron a cruzar el río, pasaste todo el invierno con la patrulla hasta que con el pasar de los días no solo fue llegando la primavera sino también las noticias de Edoras, de las cuales dos llamaron tu atención. La primera era que el Rey Thengel estaba convocando a sus hombres aunque hasta el momento se desconocía cual era el motivo, y la segunda era que durante todo el invierno hubo ataques a las granjas del Folde Oeste, en las cuales no solo se asesinó a los granjeros sino también a sus caballos, los cuales eran encontrados despedazados…

Viendo esta como tu oportunidad no solo de ganar renombre sino también de ayudar a tus aliados rohirrim, te despediste de tus compañeros y pusiste rumbo al sur aunque no viajaste solo ya que Aldor y Eothred te acompañaban.

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06/12/2017, 18:03
Director

Sabiendo que poco podías hacer para destacar en el Valle Sagrado y que los dunlendinos no atacarían el Folde Oeste hasta la primavera, decidiste marcharte de tu hogar y poner rumbo al Folde Este. Aunque al llegar a Alburg no encontraste nada que llamara tu atención, el destino quiso que los hombres con los que compartiste jarras durante la noche resultaran ser miembros de una patrulla y tras enterarte que estos se marchaban hacia el norte para custodiar los Codos del Anduin, de inmediato te ofreciste a acompañarlos, lo que causó bastantes risas pero que al final resultó ser una buena idea ya que estos te aceptaron en su grupo. Sin embargo, cuando partisteis hacia el norte te diste cuenta de que no eras el único nuevo ya que junto a ti se encontraba un hombre de Gondor algo seco (Galadan) que no hacía mucho más tiempo que tu se había unido a la patrulla, y también otro hombre de Rohan que demostraba una gran pericia con el hacha (Aldor).

Poniendo a prueba tu talento marcial contra los pocos orcos o bandidos que se atrevieron a cruzar el río, pasaste todo el invierno con la patrulla hasta que con el pasar de los días no solo fue llegando la primavera sino también las noticias de Edoras, de las cuales dos llamaron tu atención. La primera era que el Rey Thengel estaba convocando a sus hombres aunque hasta el momento se desconocía cual era el motivo, y la segunda era que durante todo el invierno hubo ataques a las granjas del Folde Oeste, en las cuales no solo se asesinó a los granjeros sino también a sus caballos, los cuales eran encontrados despedazados…

Viendo esta como tu oportunidad de demostrar tu valía, te despediste de tus compañeros y pusiste rumbo al sur aunque no viajaste solo ya que Aldor y Galadan te acompañaban.

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06/12/2017, 18:03
Director

Habiendo aprendido bastante de la crianza de caballos en las planicies de Rohan, el invierno te alcanzó en Oestemnet y por eso te viste obligado a pasar la estación con la familia que te estaba enseñando.
La mayor parte del invierno transcurrió tranquilamente ya que aprovechaste el tiempo para continuar tu instrucción, la cual solo interrumpías para ayudar con las tareas de la casa, que en su mayoría era cortar leña, o para salir al exterior a cazar alguna liebre o venado y así no tener que consumir las provisiones para el invierno de la familia. Sin embargo, en las últimas semanas del invierno se comenzaron a oír aullidos de lobos cada vez más cercanos y temiendo que no solo atacaran a los caballos sino también a la familia que te hospedaba, decidiste salir y darles caza aunque no estuviste solo ya que siguiendo los rastros te topaste con un rohirrim de cabellos rojizos (Harot) que también los cazaba. Uniendo fuerzas, finalmente disteis con los lobos y tras abatir al líder de la manada y a algunos más, los animales terminaron huyeron. Habiendo acabado con la amenaza, os despedisteis y os marchasteis cada uno en una dirección diferente.

Con el pasar de los días no solo fue llegando la primavera sino también las noticias de Edoras traídas por los jinetes errantes, de las cuales dos llamaron tu atención. La primera era que el Rey Thengel estaba convocando a sus hombres aunque hasta el momento se desconocía cual era el motivo, y la segunda era que durante todo el invierno hubo ataques a las granjas del Folde Oeste, en las cuales no solo se asesinó a los granjeros sino también a sus caballos, los cuales eran encontrados despedazados…

Sin intención de permitir que los ataques continúen y sabiendo que esta era tu oportunidad de ver por primera vez a los mearas, los caballos de la casa real de Rohan, te despediste de la familia y pusiste rumbo al sur aunque a poca distancia te diste cuenta que no viajarías solo ya que Harot se dirigía en la misma dirección.

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06/12/2017, 18:04
Director

Habiendo pasado todo el otoño cazando en las planicies de Rohan, el invierno te alcanzó en Oestemnet y por eso te viste obligado a pasar la estación en la granja de unos conocidos tuyos.
La mayor parte del invierno transcurrió tranquilamente ya que aprovechaste el tiempo para descansar y curtir las pieles que habías conseguido, tarea que solo interrumpías para salir al exterior a cazar alguna liebre o venado y así no tener que consumir las provisiones para el invierno de la familia. Sin embargo, en las últimas semanas del invierno se comenzaron a oír aullidos de lobos cada vez más cercanos y temiendo que estuvieran tan hambrientos como para atacar a la familia que te hospedaba, decidiste salir y darles caza aunque no estuviste solo ya que siguiendo los rastros te topaste con un extranjero igual de corpulento que tu (Barald) que también los cazaba. Uniendo fuerzas, finalmente disteis con los lobos y tras abatir al líder de la manada y a algunos más, los animales terminaron huyeron. Habiendo acabado con la amenaza, os despedisteis y os marchasteis cada uno en una dirección diferente.

Con el pasar de los días no solo fue llegando la primavera sino también las noticias de Edoras traídas por los jinetes errantes, de las cuales dos llamaron tu atención. La primera era que el Rey Thengel estaba convocando a sus hombres aunque hasta el momento se desconocía cual era el motivo, y la segunda era que durante todo el invierno hubo ataques a las granjas del Folde Oeste, en las cuales no solo se asesinó a los granjeros sino también a sus caballos, los cuales eran encontrados despedazados…

Sin intención de permitir que los ataques continúen y sabiendo que la caza de los asesinos no solo sería un desafío sino que también te aportaría cierto renombre, te despediste de la familia y pusiste rumbo al sur aunque a poca distancia te diste cuenta que no viajarías solo ya que Barald se dirigía en la misma dirección.

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06/12/2017, 18:05
Director

Tus viajes te han llevado por todo lo largo y ancho de la Marca pero quiso el destino que en una de tus andanzas te toparas con un jinete errante, el cual entre todo el intercambio de noticias te informara a pasada que se habían oído rumores de que Léothere Cinco-Dedos, un famoso bardo en los tiempos del Rey Fengel, se encontraba en la Meseta del Páramo, la región más norteña de la Marca. A causa de sus canciones y las verdades que decía en ellas, Léothere fue declarado forajido por el Rey Fengel y aunque su condena todavía sigue vigente, aprender de él seguramente servirá para mejorar tu habilidad como trovador y es por eso que sin dudarlo pusiste rumbo al norte. Sin embargo, esta vez la suerte no estuvo de tu lado ya que no solo no tardaste en enterarte que Léothere se había marchado hacía unas semanas sino que el invierno te alcanzó y te obligó a pasar la estación en el Paramo en la última granja que pudiste visitar.
El invierno transcurrió tranquilamente y a cambio de comida, un lugar donde dormir y un techo que te protegiera contra la nieve, tuviste que entretener a la familia con tus canciones y cuentos, los cuales eran más que bienvenidos por los niños, y ocasionalmente ayudar a alimentar a los animales de la granja y realizar otras tareas mundanas que te no representaron ninguna dificultad ya que estabas acostumbrado a ese trabajo. Sin lugar a dudas, fue un trato más que justo que has conseguido en tu vida.

Con el pasar de los días no solo fue llegando la primavera sino también las noticias de Edoras traídas por los jinetes errantes, de las cuales dos llamaron tu atención. La primera era que el Rey Thengel estaba convocando a sus hombres aunque hasta el momento se desconocía cual era el motivo, y la segunda era que durante todo el invierno hubo ataques a las granjas del Folde Oeste, en las cuales no solo se asesinó a los granjeros sino también a sus caballos, los cuales eran encontrados despedazados…

Sabiendo que las mejores canciones son las que tratan de gestas heroicas y estando seguro de que en Edoras sucederán hechos importantes, te despediste de la familia y pusiste rumbo al sur.

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06/12/2017, 18:05
Director

Habiendo decidido mostrar tu valía no solo como guerrera sino también como líder, pasaste el invierno en uno de los fuertes que custodian los Vados del Isen. A pesar de que en esa estación hay poca actividad de los dunlendinos y los orcos, en los escasos combates que hubo no solo demostraste tu valor y tu pericia con las armas sino que también te ganaste el respeto de tus compañeros, algunos de los cuales nunca hubieran pensado ser liderados por una mujer. Sin embargo, todo eso no tardó en esfumarse tras una fuerte discusión con el capitán del fuerte, quien no aceptaba tus estrategias las cuales a veces entraban en conflicto con sus propias órdenes. Sabiendo que era lo mejor y que la primavera ya estaba llegando, te marchaste del fuerte y pusiste rumbo a los Codos del Anduin donde seguramente las patrullas que vigilan esa región te darían la bienvenida.

Tras atravesar casi al galope Oestemnte y cruzar los Vados del Entaguas, el destino quiso que te toparas con un jinete errante y que este te comentara dos noticias que llamaron tu atención. La primera era que el Rey Thengel estaba convocando a sus hombres aunque hasta el momento se desconocía cual era el motivo, y la segunda era que durante todo el invierno hubo ataques a las granjas del Folde Oeste, en las cuales no solo se asesinó a los granjeros sino también a sus caballos, los cuales eran encontrados despedazados…

Viendo esta como tu oportunidad no solo de ganar renombre sino también de servir a tu Rey, diste media vuelta y pusiste rumbo al sur.

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06/12/2017, 18:06
Director

Aldor, Galadan y Eothred, quienes partieron desde los Codos del Anduin, atravesaron las llanuras de Estemnet y cruzaron los Vados del Entaguas; Barald y Harot abandonaron el norte de Oestemnet y se dirigieron al sur a través de las planicies; Dengal dejó atrás la Meseta del Páramo y cruzó tanto Estemnet como los Vados del Entaguas; y Heruwyn cambió repentinamente de rumbo y tras dar media vuelta volvió a cruzar los Vados del Entaguas. En diferentes momentos y en diferentes lugares, vuestros caminos comenzaron a unirse hasta que formar un improvisado grupo que se dirigía en una misma dirección: hacia Edoras.

Sabiendo que todavía os faltan algunas horas de viaje antes de llegar a Edoras y que no tardará en oscurecer, decidís acampar a la vera del camino, más precisamente en una pequeña arboleda cercana al Río Nevado que no solo os proporcionará leña para una fogata y un lugar donde abrevar a vuestras monturas sino también cierta cobertura contra el frío viento de la noche. Sin embargo, al acercaros a la arboleda descubrís que no os encontráis solos ya que el lugar ya cuenta con dos grupos que también se han instalado para pasar la noche, cada uno en su propia fogata y a cierta distancia del otro: el primero es un trio de hombres que parecen ser mercaderes debido a que junto a ellos hay cinco caballos, dos de ellos con las alforjas llenas; el segundo se compone por un granjero y un niño de no más de doce años y por un comerciante también junto a su hijo aunque este ya debe de tener catorce o quince años, cada uno de ellos con su propio caballo atado al tronco del árbol que tienen más cercano.

Al principio os disponéis a sumaros a algunas de las fogatas pero al ver que el comerciante y el granjero os miran con desconfianza (más a algunos de vosotros que a otros) y que el trío de los mercaderes os lanza miradas gélidas cuando os acercáis, seguramente porque están no quieren que los molesten mientras planean el resto del viaje, no os queda otra alternativa que armar vuestro propio fuego.

Tras colaborar para levantar el campamento, os instaláis junto a la nueva fogata y a medida que va avanzando la noche, comenzáis de a poco a hablar entre vosotros. Sin embargo, vuestra charla se ve interrumpida ya que mientras cenáis junto al fuego, no podéis evitar escuchar la conversación de las personas que hay en la fogata más cercana ya que uno de ellos levanta abruptamente la voz.

-Ni siquiera se ha derretido la nieve y los dunlendinos han vuelto a atacar las granjas del Folde Oeste -dice indignado el granjero- ¡Hace menos de una semana mataron a una familia entera en sus propias camas! El Rey debería hacerle caso a Éogar y arrasar todas las Tierras Brunas junto con esa escoria dunlendina.

-¿Y eso en que nos diferenciaría de ellos? -interviene el hijo del mercader- Además, aunque no niego que haya hombres malvados entre ellos, algunos son personas decentes que solo intentan vivir en paz ¿Por qué deberían sufrir por culpa de otros?

-¡Bah! Esas son tonterías, chaval. Los dunlendinos no son más que bestias que caminan sobre dos patas -responde con mayor indignación el granjero- Nuestros ancestros cometieron un error al no cazarlos a todos ellos.

-Eso, además los dunlendinos usan la hechicería para controlar animales -dice el hijo del granjero- Y también comen carne de caballo, si, de los caballos que nos roban. El Rey no puede permitir eso, los rohirrim deberían acabar con esas incursiones.

-Bien dicho, hijo -dice el granjero- Nosotros cuidamos a nuestros caballos y esas malditas ratas nos los roban y se los comen, ningún hombre de Rohan debería permitir eso. Y no me sorprendería que los ataques a las granjas que hay al pie de las Montañas Blancas sean obra de los dunlendinos.

-Lo dudo mucho, creo que es obra de los orcos -interviene seriamente el comerciante- En los últimos meses se han visto pequeñas bandas merodeando por las Montañas Blancas aunque hasta el momento nadie sabe de donde provienen…

-¡Sandeces! De seguro son dunlendinos, algunos están tan sucios que cualquiera podría confundirlos con un grupo de orcos -interrumpe el granjero.

Viendo que el granjero parece estar empecinado con lo mismo, el comerciante comienza a cambiar sutilmente de tema, preguntándole primero como cree que será el clima en esta estación y luego pasando a otros temas más mundanos que no os interesan, los cuales hacen que volváis a centraros en la cena y en la charla entre vosotros.

Notas de juego

Este turno es principalmente para que interactuéis un poco entre vosotros (o para que os carguéis al palurdo del granjero xDD). Una vez que todos os vayáis a dormir, pasaré al siguiente turno que es la llegada a Edoras.

Además, si no os molesta preferiría que todos los turnos sean en primera persona y en presente.

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06/12/2017, 20:34
Aldor

El invierno ha sido tan frio y triste como para ser olvidado con los primeros brotes de la primavera y no mirar nunca atras. Al menos lo he pasado por los codos del Anduin, patrullando las fronteras y matando miserables orcos. Aparte de matar orcos, grata distraccion, lo mejor ha sido coincidir con Galadan, un tipo con el que me siento cómodo, sencillo y duro como el acero, al que solo hay que decirle quien y donde, porque ya se encarga el del cómo y cuándo. Cuando llega la hora de la sangre es bueno estar a su lado, sabes que puede proteger tu espalda. Allí también he conocido a Eothred un valiente y arrojado soldado, un poco inmaduro, pero sabe echarle cojones y no se caga en los pantalones como la mayoría de los de su edad cuando una horda de orcos aparece de la bruma, aullando y gritando endemoniadamente.

Así que cuando decidí acudir al llamado del Rey y estos dos decidieron secundarme me alegre. Es bueno contar con caras conocidas, pero aún mejor saber que estos dos aguerridos valientes no saldrán corriendo cuando pinten bastos. Por el camino nos hemos idos encontrando algunos otros que también van a Edoras al llamado del Rey.

No les conozco mucho, no soy una persona de grandes discursos y vetustas palabras, filigranas dialécticas que regalar a ostentosos oídos. Yo juzgo a las personas sencillamente por su capacidad de supervivencia, mi elemental lenguaje se puede condensar en ese instante en que solo queda morir o matar. Yo aprecio a aquellos que saben matar, los que saben morir… bueno a esos no suelo tener el gusto de conocerlos mucho.

No conseguimos llegar a Edoras con las últimas horas de luz, así que decidimos acampar en una arboleda cercana del rio Nevado. El lugar parece una maldita posada de carretera ya que dos grupos ya se encuentran acampados, nos uniríamos a ellos pero unas miradas mezquinas y llenas de desconfianza hacen que rápidamente les mande mentalmente a tomar por culo. Como si necesitase a cualquiera de estos comerciantes, ladrones y mentirosos todos!

Montamos el campamento con disciplina y velocidad militar, así da gusto. Charlamos de poco un todo, viejas glorias, batallas memorables, etc… Cuando uno de los imbéciles de una fogata cercana eleva su voz para proferir un montón de sandeces y estupideces, que además de racistas, no tienen ni pie ni cabeza, puro discurso xenófobo. La ignorancia es muy atrevida, y de atrevidos está lleno el cementerio. No vale la pena, el mundo está lleno de palurdos granjeros clamando a voces que los maten. No obstante me giro hacia allá y digo con voz potente.: - He visto morir a muchos hombres por decir mucho menos que eso, acaso estas insinuando, que nuestro Rey no sabe lo que hace y que tú sabes más que él?

Confío en que mis palabras sean suficientes para que se calle y nos deje en paz.

Dirigiéndome ya a mis compañeros digo –Mañana llegaremos a Edoras a cumplir con la llamada Real, de que creéis que se trata? Tiene que ser algo serio cuando el Rey convoca a sus jinetes… por lo que he oído este invierno hubo ataques a las granjas del Folde Oeste, en los cuales masacraron a todos los granjeros y descuartizaron los caballos… No sé quién puede estar detrás de todo esto, pero no deja de ser raro que fueran hombres, ya sea vulgares ladrones o incluso los dunlendinos, ellos saben cuál es el precio de los caballos… matarlos así, no se… parece algo más oscuro y vil.

Nosotros-digo señalando a Galadan y a Eothred- Nos hemos pasado un invierno entretenido por los codos de Anduin, combatiendo ladrones y fundamentalmente orcos, estos parecen estar activos, más fieros que de costumbre, puede que sean ellos los responsables de estas matanzas. 

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07/12/2017, 14:25
Galadan

Roo un hueso de conejo, sacando los últimos restos de carne. El viaje ha sido largo, no puedo esperar a descansar. Aunque lleve ya cierto tiempo en Rohan, no me he hecho del todo a los viajes en caballo. Ahora estoy más cómodo que antes, cierto, pero cuando veo a los jinetes de la Marca, me siento un niño jugando a la guerra. En eso pensaba cuando los comerciantes y los granjeros empezaron a discutir. No quise intervenir, por no conocer del todo las implicaciones de lo que dicen: desconozco la larga historia de guerra entre los rohirrim y los dunledinos, pero por lo poco que sé, adivino que será un asunto peliagudo y complicado. Aldor, sin embargo, responde con mordacidad. Amenazarlos, en mi opinión, está fuera de lugar, pero quién soy yo para inmiscuirme en las costumbres de los hombres de Rohan. Cuando habla hacia nosotros, refiriendo lo sucedido durante la estación anterior, asiento.

- Escaramuzas.- Digo.- Más despiertos que antes, pero los orcos son igual de peligrosos. Debemos mantener los ojos abiertos, aún estando tan próximos al palacio de Meduseld. 

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08/12/2017, 00:30
Harot "Cabellos de fuego"

Tras un invierno duro alejado del hogar ha llegado el momento de regresar, volver a contemplar Edoras y la herrería de mi padre

El camino hacia casa comenzó junto a Barald, el cual se había ganado mi respeto durante la caceria de los lobos, antes casi de darme cuenta se nos unieron más hombres, hasta ser un total de siete

Acampamos al anochecer cerca de un par de grupos de personas, parecía mercaderes y gente sin demasiada importancia, al menos yo no sé la di, hablaban sobre los ataques en el folde oeste, los dunledinos y orcos...la verdad que no soporto ni a unos ni a otros

En un momento de la conversación Aldor se dirigió a ellos en un tono bastante amenazante, la verdad que la conversación no me estaba molestando, solo eran divagaciones de un pobre comerciante, está claro que el rey sabe cómo gobernar sus propias tierras

Hubo un momento de silencio y Aldor se dirigió a nosotros

-No se de que se tratara pero si mi rey me reclama yo acudo a la llamada

Dije mientras me inclinaba un poco hacia adelante

-Parece que vuestro invierno ha sido mas entretenido que el de Barald y el mío,
cambiaría 10 lobos por matar un solo orco...no hay criatura a la que más odie

Mis ojos se clavan en las llamas de la hoguera mientras mi mente vuela al pasado recordando encuentros con aquellas criaturas

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08/12/2017, 16:52
Dengal

El ambiente se estaba caldeando un poco con el comentario del granjero y la respuesta de Aldor, si bien era con la mejor de las intenciones y demostraba su lealtad al rey, había parecido demasiado violento y en vez de traer calma a un encuentro ya de por sí crispado, trajo miedo y desconfianza. Sin dudas, no era demasiado hábil con las palabras.

-Creo que estamos todos un poco alterados, amigos, jeje, todos estamos bajo el mismo estandarte, deberíamos tranquilizarnos y juntarnos todos bajo el mismo fuego- digo tratando de calmar un poco a ambas partes y buscando reconciliación pero sin éxito.

El silencio se mantiene unos segundos hasta que luego vuelven todos a su grupo. Lanzo una pequeña risa de nervios por el fallido intento de reconciliación, era obvio que no sucedería, si hubiese tenido unos años más tal vez me hubiesen escuchado, pero quien podría escuchar a alguien casi tan joven como el hijo del comerciante. La conversación sigue en nuestro grupo casi como si se evitase el suceso.

-Lo que si, estoy seguro que el llamado del rey tiene mucha relación con estos misteriosos ataques- digo tras las preguntas que se hacen por el llamado del rey.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Primer fracaso en la partida, ojalá no sean tantos, jaja

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08/12/2017, 19:59
Eothred

El viejo Cormac siempre decia que la musica amansa a las fieras, y que una buena historia alegra el alma más negra. 

Fiel a las enseñanzas de sus mayores, y ni corto ni perezoso, el joven Eothred saca un pequeño laüd de sus alforjas. No viaja pesado de equipaje, pero ese laud no se ha separado de él desde que abandono Prado Claro, la granja familiar. A Eothred le parece que hace una eternidad de eso. Tras afinarlo un poco, dice ¿Qué tal un poco de música? y empieza un canto que todos conocen, sobre como Eorl respondió a la llamada de Gondor y los Eorlingas bajaron a defender el sur frente a los balchoth, y como los Rohirrims, actuando juntos y a la una, y colaborando con sus amigos de Gondor, vencieron a las huestes del Este y a los orcos en los campos de Celebrant cuando todo estaba perdido. La canción tiene un estribillo que ensalza la amistad entre los pueblos y el valor de los Eorlingas. Es un canto popular entre las gentes de Rohan, y incluso otros pueblos conocen la tonada. La voz de Eothred no es la mejor del mundo, peor se nota que ha cantado esta tonada muchas veces, y se la sabe bien. Sus dedos se mueven ágiles sobre las cuerdas y acompañan a su voz juvenil. Algunos de los presentes en la hoguera se suman al canto, y poco a poco parece que se levanta algo de tensión del ambiente. 

Al acabar, Eothred sonríe a sus compañeros y a las otras hogueras con algo de verguenza, y rapidamente echa mano de una jarra que se le ofrece. 

Notas de juego

Invoco el rasgo de Storytelling para tener un exito automatico en el canto. 

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08/12/2017, 23:07
Barald viento de lanza

Parece que fue ayer cuando ví por primera vez las vastas llanuras de la Marca, al principio me impresionó estar en una planicie donde mi vista no llegaba a ver su final, era todo tan distinto de los bosques en los que me crié.

Pero desde entonces han ido pasando los meses, las estaciones y solo puedo decir que está siendo una gran oportunidad para mi. En este tiempo he aprendido a admirar al pueblo de Rohan, gente noble y valerosa que han hecho que un extranjero llegado de unas tierras lejanas se sintiera como en casa.

Mucho he aprendido de la cría y la doma de sus magnificos caballos y de la generosidad que muestran con sus amigos, en este tiempo he adquirido una deuda de gratitud.

El invierno fue particularmente duro y la granja en la que residía estaba siendo acosada por manadas de lobos, me tomé como una obligación quitar esta carga a mi familia de acogida, durante días los rastreé hasta darles caza pero esto no hubiera sido posible de no ser por un arrojado rohirrim llamado Harot al que conocí en medio de la estepa helada, nunca sabes donde puedes hacer un amigo.

Después de las nieves llegó la primavera y con ella la convocatoria por parte del rey a sus subditos.
Aunque Thengel no es mi rey, decidí partir en pos de su convocatoria por lealtad a mis nuevos amigos y con la esperanza de poder ver un meara en la capital.

Al partir coincidí con Harot, lo que me dió una gran alegria, el viaje sería más entretenido y podría seguir aprendiendo las costumbres de este pueblo.

Por el camino nos fuimos uniendo a otros hombres que tenían el mismo destino que nosotros.

Estando cerca de llegar a Medusel acampamos en las proximidades de otros viajeros, hablan tan alto que no podemos evitar escuchar la conversación. Me fijo en los rostros de mis compañeros y veo que alguno se pone tenso, incluso Aldor no puede evitar hacer un comentario en voz alta con la clara intención de que el resto de personas del claro lo escuchen.

Una vez ha pasado este momento de tensión nos dedicamos a hablar alrededor de la hoguera, escucho todas las novedades de las que se hablan, de los ataques a granjas y otras fechorias, hasta que alguien nombra a los orcos como unos de los posibles culpables de estos hechos, en ese momento rompo mi silencio y levanto mi vista de las llamas de la hoguera. -Orcos...los orcos son una plaga que hay que erradicar de la tierra, mucho ha sufrido mi pueblo por culpa de esas nauseabundas criaturas, si andan por aquí serán malos tiempos para Rohan.

En el momento que parece que estamos todos tensos por esta conversación, el bueno de Eothred, uno de mis nuevos compañeros, comienza a cantar una bonita canción, no tiene la mejor voz que he oido pero es suficiente para relajar los animos y que se vayan de nuestras mentes estos pensamientos lugubres.

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11/12/2017, 13:24
Galadan

Eothred me sorprende. No he compartido demasiadas palabras con él, y me es extraña esa canción. Mientras entona, me acerco hacia él, y me siento cerca. Cuando termina, aplaudo con una amplia sonrisa.

- ¡Hermosa canción, Eothred! Me es al tiempo familiar y desconocida, pues en Gondor la cantamos de diferente manera; pero el estribillo es el mismo. Yo creía que nuestro juglar era Dengal; parece que le ha salido competencia.- Río. Me ha puesto de buen humor escuchar el cántico. Pero pronto, una sombra de determinación oscurece mi rostro.

"Canciones bellas sobre tierras bellas. La sombra no se va a detener hasta que acabe con esto y con todo". Sin darme cuenta, ahora miro al sudeste, el ceño fruncido. "No quiero traer palabras tristes a este campamento, no ahora, en un momento de alegría". Por eso no digo nada sobre ese tema. Solo me palmeo en el muslo.

- Yo haré la primera guardia. Descansemos, porque mañana tendremos que ver a un Rey, y conviene que estemos despiertos y no somnolientos.

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11/12/2017, 20:49
Dengal

La desilusión obtenida por el fallido intento de unir las tres hogueras me dura hasta que Eothred comienza a cantar acompañado de su laúd una vieja canción sobre Eorl y sus guerreros batallando contra los orientales, las aptitudes vocales del jinete no son las mejores, pero se nota que la pasión y sentimiento que le pone son muy grandes. A veces eso es lo que realmente cuenta. Prefiero no tomar mi instrumento, sus manos son más hábiles que su voz así que dejo que él lleve la música y yo comienzo a acompañarlo con el canto, que es donde mejor me destaco. La canción la conozco bien, de las más imprescindibles que debe conocer un bardo de Rohan, así que lo sigo al unísono, arengando a los demás miembros de nuestra fogata a sumarse, incluso a Barald y Galadan, que siendo extranjeros en estas tierras tal vez no la conozcan pero con las palmas pueden integrarse. Cada tanto me dirijo a las otras fogatas por si alguno de ellas quiere sumarse a cantar.

Notas de juego

Utilizo Juglaría para acompañar a Eothred en el canto

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11/12/2017, 21:53
Heruwyn, hija de Horngrim

El rey Thengel reúne a sus jinetes. Heruwyn no pudo evitar la mueca de alegría en su rostro al cruzarse con aquel jinete errante.

La estancia en los vados del Isen había resultado estimulante para la joven escudera de Rohan. No tanto por las batallas presentadas como por la oportunidad de ejercer el mando en el fuerte. Es cierto que las hijas de estas tierras están hechas de otra pasta. Contemplar a Heruwyn, hija de Hormgrim, era exaltar esa realidad. Eso quedó patente en la fuerte discusión con el capitán del fuerte. A pesar de que varios hombres apoyaban las estrategias de la escudera, el capitán no disimulaba su desdén hacia cualquier aspecto que tuviera que ver con ella.Marcharse del fuerte había sido una decisión difícil, pero el destino se había mostrado propicio. El rey Thengel reúne a sus jinetes. Era hora de volver a casa. Era hora de volver a Édoras.

Ahora, días más tarde del encuentro con aquel jinete, come junto a otros hombres que acuden a la llamada del rey. No conoce a ninguno de los rohirrim del grupo, mucho menos a los extranjeros. Sin embargo, el camino se hace más llevadero cuando lo compartes con alguien y parecen buenas personas, o por lo menos, leales servidores del rey. Con eso le basta.

Come junto al fuego mientras acampan para retomar fuerzas y acabar el viaje. Algunos otros acampan el lugar. En un momento dado, la conversación de esos otros se eleva por encima del resto de voces: palabras no muy agradables hacia los dunlendinos. Comprensible, pero muy exageradas y faltas de toda compasión. Uno de los hombres del grupo de Heruwyn, Aldor, responde. La escudera ríe resoplando por la nariz y negando con la cabeza con expresión divertida.

Tras la breve intervención de Aldor el grupo canta. No sabe qué deparará el futuro, pero venga lo venga, el comienzo es prometedor.

 

 

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12/12/2017, 01:40
Director

Al escuchar el comentario de Aldor, el comerciante se lleva la mano al rostro en señal de frustración y el granjero se pone de pie y se dirige hacia vosotros. Sin embargo, a mitad de camino y tras ver mejor a vuestro compañero y también al hacha de gran tamaño que descansa junto a él, decide morderse la lengua y regresar rápidamente a su fogata, ignorando incluso las palabras conciliatorias de Dengal. La tensión del ambiente comienza a disiparse poco a poco hasta que desaparece completamente tras la canción de Eothred, aunque aun así eso no es suficiente para unir todas las fogatas, algo que Dengal comprueba tras intentar invitar al resto de los presentes.
Con la noche avanzando en calma y vosotros ya con el estómago lleno y algo más relajados, decidís finalmente retiraros a dormir aunque no sin antes distribuir las guardias de acuerdo con la sugerencia de Galadan.

Al día siguiente y con el sol ya asomando por el este, comenzáis a levantar el campamento al igual que los demás presentes en la arboleda aunque mientras lo hacéis, notáis que el granjero y el comerciante lo hacen con más lentitud, seguramente para no tener que compartir camino con vosotros. Una vez con todos los preparativos listos, montáis en vuestros respectivos caballos, excepto Barald que al no tener uno debe ir en la grupa del caballo de Harot, y retomáis vuestro camino. El viaje resulta ser ameno ahora que os conocéis aunque aun así la impaciencia por llegar os carcome y os hace ir a un paso ligero, lo suficiente para llegar más rápido pero sin cansar demasiado a los caballos. Tras un par de horas bordeando el Nevado, cruzáis el río por donde pasa el Gran Camino Oeste y cambiáis de dirección hacia Edoras, llegando en poco tiempo a las tierras que rodean la capital de Rohan y vislumbrando a la distancia la colina donde se asienta la ciudad y también los reflejos del techo dorado de Meduseld.

Siguiendo el camino que pasa por los túmulos de los Reyes de Rohan, nueve de ellos a la izquierda y seis a la derecha pero todos cubiertos por Simbelmynë, continuáis andando hasta que finalmente pasáis por las puertas de Edoras. Sin lugar a dudas, la ciudad se encuentra en cierto estado de agitación, hombres y mujeres armados van de un lugar a otro cumpliendo con sus obligaciones, los herreros se encuentran ocupados afilando todas las armas que les entregan o herrando a las monturas de los jinetes, los mozos de cuadra van a paso ligero llevando cubos con agua para abrevar a los caballos o con carretillas llenas de heno, incluso pequeños grupos de rohirrim salen de la ciudad y se dirigen hacia el este. Está más que claro que ocurre algo importante que vosotros desconocéis, tal vez podríais preguntarles a los lugareños o sino visitando la taberna local, aprovechando también para descansar un poco del viaje y para comer y beber algo.

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12/12/2017, 01:43
Director

Tanto por ser originarios de Edoras como por haber visitado la ciudad varias veces, sabéis que el mejor lugar para descansar es la Casa de Cépa, la principal posada del lugar que, a pesar de que ahora es propiedad de un comerciante llamado Goldred, sigue manteniendo el nombre de su dueño original.

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12/12/2017, 13:10
Galadan

Mientras llegamos, mis ojos se posan en los túmulos. "Solo quince reyes enterrados. Esta tierra es joven: debe ser protegida, para que se crezca."

Tiro de las riendas del caballo cuando estamos llegando a las puertas de Edoras.

- Aquí llegamos. Un grupo de siete jinetes llegan al palacio dorado. Y parece que en hora de necesidad. Sugiero buscar una taberna donde descansar: no dudo que cualquiera aquí podría aguantar otras tantas horas de cabalgada, pero nuestras monturas no.

Dicho lo cual, busco una posada con establo (no debe ser difícil, estando en Rohan).

Notas de juego

Mi idea es, una vez en la posada, preguntar al tabernero o a algún habitual acerca de la excitación de la gente.