Partida Rol por web

Abristeis la puerta con cuidado sin saber qué ibais a encontrar dentro, pero para vuestra sorpresa fue más el impacto de ver aquella belleza abandonada que el miedo a sufrir un ataque por cualquiera de aquellas criaturas del pasado.

La estancia era gigantesca, pero a la vez estaba sucia y desorganizada. Había carteles por el suelo, al igual que cristales rotos por doquier y un olor bastante extraño, como enrarecido.

A pesar de las condiciones del lugar todo parecía estar tranquilo, es más, hasta parecía un lugar seguro.

Si había algo que predominaba en aquellas instalaciones eran las indicaciones. A pesar de la suciedad y el desorden todavía había un gran número de señales y paneles con información que mostraban los lugares más importantes del lugar.

-Este lugar pudo ser grandioso -comenté, observando el Centro de Visitantes con cierta lástima-. Una auténtica pena que todo se descontrolara. Aunque supongo que ese es el precio que se paga por jugar a ser Dios...

A pesar de que las instalaciones se encontraban abandonadas, las indicaciones y señales continuaban resultando útiles. Dos de ellas nos indicaban la dirección en la que se hallaban las cocinas y los laboratorios. Lo más probable es que las muestras genéticas estuviesen en los laboratios, aunque tal vez hallásemos algo de utilidad en las cocinas.

-Laboratorios o cocinas -dije, señalando a una indicación y a otra-. Usted decide a dónde nos dirigimos, señor Wingett. Yo voto laboratorios.

Me detengo extasiado durante unos segundos, mirando hacia arriba con expresión de total asombro ante la belleza del edificio abandonado. Incluso en su estado... no, debido precisamente a su estado es una visión increíblemente hermosa, que transmite una sensación casi sobrenatural. Consigo cerrar la boca y recobrar un poco la compostura, aunque me doy cuenta de que mis compañeros también se han visto afectados por la melancolía que flota en el ambiente.

"Esta sala representa en cierto modo el mayor logro tecnológico de la humanidad... y ahora podemos verla empezando a ser invadida por lo salvaje", comento sin elevar mucho la voz. No temeroso de los dinosaurios, sino de romper el hechizo que nos rodea. "Es como una especie de mensaje. No importa lo que hagamos, lo importantes que nos creamos, no importa que pensemos que podemos jugar a ser Dios. Al final morimos y desaparecemos, y sólo quedará la naturaleza como testigo de nuestros éxitos vacíos."

Examino los carteles con la mirada perdida, tardando un poco en leerlos al tener la cabeza en otro lugar.

"Sí, deberíamos ir directamente a los laboratorios", digo coincidiendo con Guillermo. "Cuanto menos tiempo perdamos, mejor, ya sabéis que cada hora cuenta. Además, casi me siento mal por estar aquí. Es como si hubiera invadido un templo, o... o... como si me hubiera colado en la habitación de una princesa mientras se ducha. No sé explicarlo."

Pensar en el tiempo que nos queda también me recuerda algo importante.

"¿Qué hay de la vuelta a casa? Incluso si conseguimos lo que hemos venido a buscar, seguimos sin noticias de fuera de la isla..."

Suspiro al entrar al centro y quedo un poco confuso, la verdad también sentía algo parecido al igual que sus compañeros, sin embargo coincidía con Stan. Simplemente no podía expresarlo, aunque Joseph era una persona que no se cuestionaba mucho este tipo de cosas sabia que jugar juegos estúpidos traía consecuencias estúpidas y había que pagar por ellas.

—Ya saben lo que pienso, debemos avanzar—. Comento —Yo me también me pregunto lo mismo Wingett, pero mejor será que tomemos esas muestras y nos vayamos al carajo de una vez por si las moscas. Este lugar debe tener algún centro de comunicaciones, no creo que haya algo que buscar en la cocina más que suministros, pero por eso no debemos preocuparnos ahora.

El centro de visitantes no era para nada un lugar interesante, y más si no eras realmente un fanático de los dinosaurios, sin embargo era fácil tener todo ubicado y localizado.

Invirtiendo no más de 10 minutos de búsqueda organizada se podía encontrar la ruta que llevaría a los laboratorios. Tan solo había que ignorar un par de señales de "Acceso restringido"  "Solo para el personal" y bajar unas cuantas escaleras.

¿Estabais tan cerca de conseguir completar vuestra misión como creías?

Entrasteis dentro del laboratorio abriendo la puerta con cuidado

La primera visión era la de un lugar aséptico, impoluto y... ¡totalmente indescifrable si no es bajo la mirada analítica del científico!

Aquel lugar estaba lleno de pasillos estrechos, mesas, escritorios, instrumental de laboratorio del cual solo podríais adivinar el nombre de dos o tres... y varios ordenadores de los cuales parece que ninguno está encendido. En cambio Wingett pudo identificar claramente como cada elemento que había allí estaba destinado a la investigación genética y el análisis de sangre y manipulación del ADN.

Había una sala más alejada que bajo el punto de vista del científico debería llevaros a vuestro objetivo... pero de repente algo con lo que no contabais sucedió:

Una cabeza de un dinosaurio se alzó de entre las diferentes mesas.

Vuestro cuerpo se quedó completamente congelado. Creíais que estabais solos en los laboratorios pero parecía que había un invitado inesperado en una sección que no habíais visitado todavía.

Era probable que en aquel lugar hubiese algo más de utilidad que en la zona actual, la cual estaba abarrotada de de trastos y botecitos inservibles. En ese lugar parecía que había ordenadores y cosas más tecnológicas que igual sí podían arrojar algo más de luz a la misión pero... ¿qué hacer?

La criatura no parecía haberse percatado de vuestra presencia, o al menos eso es lo que creéis. ¿Intentaréis eliminarla? ¿Os escabulliréis hasta la sala con sigilo?

Fue fácil, eso parecía. Pero Velásquez sabía que algo no iba bien, su suerte había durado demasiado y se dio más que cuenta cuando se percato del tenebroso animal que se encontraba en la habitación, levanto su puño en seco y se llevo la mano indicando silencio a sus compañeros, los cuales también se habían percatado del animal. Observo a Martínez y a Wingett, la cosa estaba un poco jodida y por los pelos no habían sido vistos o eso parecía.

Velásquez sostuvo su rifle con una sola mano y indico con una seña la posibilidad de sigilo, sin embargo sabía que era muy arriesgado por lo que le señalo que se colocara junto a él con una seña y se preparara para disparar en cualquier caso.

Al percatarme de la presencia de aquel dinosaurio, supe que teníamos problemas realmente serios. Conocía poco sobre dinosaurios, pero lo poco que sabía de esos bichos gracias a mi hijo me había enseñado que uno de los dinosaurios más peligrosos que existían era el velocirraptor, tan veloz y mortífero que, a su lado, el güepardo parecería un gatito de peluche de lo más adorable.

Y aquel dinosaurio que teníamos enfrente era uno de aquellos malditos velocirraptores, un depredador nato.

-Yo me ocupo de este -sentencié, en tono seco-. Señor Wingett, vaya a buscar las muestras.

Dando un paso hacia adelante, apunto al velocirraptor directamente con mi M16. No parece haberse percatado de nuestra presencia, por lo que, cuando lo tengo a tiro, exclamó:

-¡Eh, tú! ¡Lagarto!

Una ráfaga de disparos alcanza de lleno al dinosaurio por todo el lomo. La bestia apenas tiene tiempo de girarse hacia nuestra posición cuando los proyectiles empiezan a agujerear su cuerpo. Segundos más tarde, se desploma inerte sobre el suelo de los laboratorios, sin un hálito de vida.

-Parece que no ha sido tan difícil... -sentencio, respirando hondo.

Luego de que Martínez agujereara a la criatura y dejara el suelo lleno de casquillos, Velásquez levanto la cabeza con una mueca en su rostro expresando lo nada mal que Guillermo lo había hecho.

—Sabes—. Tose —Lo tenía controlado, mejor olvídalo—. Comento en tono de broma, se levanto y camino junto a Wingett  a buscar las muestras.

Me estremezco al escuchar los súbitos disparos, temeroso ya de antemano ante la visión del dinosaurio y la perspectiva de tener que escabullirnos junto a él. Aunque Martínez y Velásquez bromean sobre ello, yo no puedo evitar seguir sintiendo un cierto peso sobre los hombros.

"Sí, buen trabajo", digo con un suspiro. "Supongo que empezáis a pillarle el truco a estos bichos."

Miro alrededor inspeccionando la sala. Es evidente que debemos andar muy cerca, ya que todos estos equipos parecen destinados a la investigación genética y otras tareas útiles para un proyecto como el de Hammond. Quizá en la sala del fondo encontremos lo que buscábamos.

"Vamos", continúo incorporándome y recobrando un poco el control de mis nervios. "Ha llegado la hora de recoger el premio gordo."

-El siguiente es todo tuyo, Velasquez -comenté, a modo de broma, a mi compañero, pese a que para mis adentros deseaba que no nos encontrásemos con un siguiente dinosaurio.

Introduzco en mi M16 un nuevo cargador, y asiento a las palabras de Wingett. A menos que alguien las hubiera robado, las muestras genéticas no deberían estar muy lejos.

Una vez dejada atrás la amenaza tocaba explorar más a fondo el laboratorio para encontrar aquello que se había venido a buscar.

Con las puertas aseguradas y con la tranquilidad de que allí no había nadie más ya que el dinosaurio estaba muerto, indagar por los alrededores era casi como un juego de niños... si te gustaban los artilugios científicos claro.

En la zona más recóndita del laboratorio estaba un ala mucho más amplia que el resto y era donde parecía que estaba el centro neurálgico de las investigaciones de desarrollo embrionario.

El lugar parecía dejado casi intacto tras el incidente, seguramente cuando se produjo la fuga inicial saltó la alarma y todo el personal cualificado abandonó la isla, si fueron lo suficientemente rápidos.

Ahora lo mejor es dejar al científico en acción. Él está allí precisamente para eso, para encontrar lo que tiene que encontrar. Pero por vuestra parte caéis en la cuenta que allí puede que haya un sistema de comunicaciones para contactar con el exterior de la isla.

Con un poco de exploración pudiste ver que había un equipo comunicación con la base. Por echar un vistazo no se perdía nada.

Tan solo necesitaríais unos cinco minutos en configurar aquel trasto y buscar la frecuencia de enlace que daría contacto directo con la base. Ahora tocaba rezar para que abrieran la comunicación y no pensasen que sois una amenaza.

Miro alrededor extasiado, empapándome de cada rincón del laboratorio. Cada rincón, cada metro cuadrado está ocupado por una muestra de lo más alto que puede llegar la ciencia y la tecnología, ya sea en el campo de la biología, robótica, informática o sistemas de seguridad.

"¡No me lo puedo creer!", digo en voz alta hablando conmigo mismo, mientras camino de un lado a otro. "Esto es auténtica tecnología punta. ¿Sabéis cuánto vale uno solo de estos trastos? Y esto de aquí es algo que solo había visto de forma teórica... Hammond no reparó en gastos con este sitio. Joder, es increíble..."

Detengo por un momento mis vagabundeos para inclinarme junto a uno de los ordenadores y probar a teclear un par de líneas, para a continuación conectar un pequeño dispositivo a uno de los puertos disponibles.

"Este es el ordenador principal. Desde aquí se hacía la magia." Introduzco unas pocas líneas de código más y pulso sonoramente el Enter. "Bien, ya debería ponerse en movimiento. Aunque me sorprendería que todo siga funcionando sin problemas. Al fin y al cabo, el parque se vino abajo..."

Lanzo una corta risa entre dientes, Wingett parecía un niño con muchos juguetes nuevos, mientras este hablaba decidió dar un ojo al equipo presente en la sala y se dio cuenta de que había u equipo de comunicación, se podría decir que la misión estaba casi lista, tenían las muestras y solo faltaba contactar a casa.

—Ya volvemos Stan, intentaremos contactar con la base, suerte aquí. No la cagues—.  Comento y luego toco el hombro de Guillermo y le hizo una seña con la cabeza indicandole que le siguiera. Finalmente se dio vuelta y se dirigió hacia el equipo de comunicación.

Joseph se acerco y tomo su rifle del tubo y lo coloco boca arriba apoyándolo de la mesa donde se encontraba la mesa. Se acerco al equipo y se aseguro de que sirviera, efectivamente lo hacía y por un momento sintió que un gran estrés se le fue de encima.

Procedió a mover y tocar unos cuantos botones esperando que la señal cayera, aunque le costó un poco al principio —¡Vamos maldito trasto! ¡Funciona!— Dijo luego de darle un ligero golpe encima a la antigua y finalmente captar la señal, vio a Martínez con algo de alegría en su rostro y una sonrisa cordial y procedió a enviar un mensaje: —Bravo, Bravo, Aquí Recon ¿Nos reciben? Repito, Bravo, Bravo aquí  Recon ¿Nos reciben? Solicitamos EVAC inmediato, nuestro piloto se estrello en la costa y no creamos que haya sobrevivido, todo el equipo sigue operativo por ahora y ya literalmente tenemos las muestras. Cambio.