Partida Rol por web

Los primeros rayos del sol ya empezaron a aclarar la oscuridad que había acechado tanto vuestros ojos como vuestros corazones.

Sabíais que el tiempo estaba en vuestra contra... han sido muchos los altercados que habéis tenido que vivir con la consecuente pérdida de tiempo que podría ser la diferencia entre el fracaso y la victoria pero... a estas alturas rendirse no era una opción.

Tras continuar caminando a paso forzado para no perder un instante, un "dulce" olor a sal llegó hasta ustedes. El precioso horizonte bañado por el mar os hizo sentir con esperanzas. Vuestro objetivo estaba cerca.

Avanzasteis con más velocidad, los muelles estaban tan cerca como nunca, tan solo había que atravesar una última zona boscosa y estaríais a las puertas de vuestra última salida.

Entonces, tras atravesar la maleza, una visión reconfortante llegó hasta vuestro corazón.

Habíais llegado a los muelles y aquel lugar... un momento... ¿dónde estaba el posible equipo de rescate?

¡Allí no había rastro de nadie!

Se suponía que los muelles eran vuestro lugar alternativo de extracción pero allí no había nadie para buscaros. ¿Habíais llegado demasiado tarde? ¿Os habían abandonado? El paisaje con las vistas al mar en pleno amanecer eran preciosas pero ¡de qué servían si estabais atrapados en aquella isla!

La esperanza se llegó a transformar en una chispeante idea: igual es que habíais llegado antes de tiempo.

Todo era posible... tan solo os quedaba aferraros a la esperanza.

Entonces, tras superar los primeros minutos de pánico, comprobasteis que en la zona más alejada del muelle había un pequeño barco. No era ni por asomo los lujosos transportes estilo crucero que moverían turistas de un lado a otro... tenía pinta más bien de un... ¿barco mercantil? Parecía viejo y además estaba repleto de cajas y contenedores.

Allí no había ningún helicóptero desde luego pero... ¿y si vuestro pase de salida era aquel viejo barco? Tampoco parecía que hubiese nadie por allí esperándoos...

Tras superar la impresión inicial de ver aquel barco llegó la hora de acceder a él y echar un vistazo.

Estaba amarrado al muelle e incluso el ancla estaba echada. No parecía ser un barco moderno pero se mantenía a flote (que era más que suficiente). Eso sí, una vez dentro comprobasteis que allí habría más de una veintena de cajas, de todos los tamaños. Todos llevaban el logo de la empresa que estaba detrás de Jurassic Park, probablemente era un vehículo de transporte de suministros que vio su función totalmente obsoleta tras el desastre del parque.

Allí no había nadie y eso era tranquilizador. Quizás indagando un poco más podríais llegar hasta la zona del capitán donde los mandos del navío serían accesibles.

No podía creerlo. Habíamos logrado dejar atrás al T-Rex y no habíamos tardado mucho en llegar hasta los muelles. En aquellos instantes, ya estábamos cerca de escapar de la isla. Sin embargo, al arribar ante los muelles, pudimos comprobar que allí no había ningún equipo de rescate.

-Mierda... -mascullé, bajándome del coche. Fue entonces cuando divisé aquel barco que, por su aspecto, debía ser una vieja embarcación mercantil-. Creo que vamos a tener que usar ese barco.

Me volví entonces hacia Joseph.

-Bien hecho antes con ese mastodonte, compañero. Ya nos veía a los tres muertos -me sinceré, dejando escapar un suspiro.

Acto seguido, tomando mi M16, decidí avanzar, en guardia, en dirección al puente de mando. Si lográbamos poner aquel barco en funcionamiento, lograríamos escapar de aquella isla.

"Joder, Joseph, eso ha sido increíble. Te juro que creía que íbamos a acabar en el estómago de esa cosa. ¿Dónde has aprendido a conducir?"

Todavía sin creerme del todo que hayamos salido enteros de esa situación, camino hacia los muelles echando un rápido vistazo a mi alrededor. No parece que hayan venido a buscarnos, pero ya sospechaba que tendríamos que ser nosotros mismos los que nos sacáramos las castañas del fuego.

El barco parece nuestra mejor opción. Sigo a Martínez, subiendo a bordo de un torpe salto, y me acerco a las numerosas cajas apiladas que exhiben el logo del parque mientras él avanza en busca de los mandos.

"Mira a vez si puedes hacer que arranque... yo veré si encuentro algo interesante por aquí."

Velásquez coloco su cabeza sobre el volante aliviado, de manera casi automática se bajo del auto y pudo reconocer ese tan característico olor a sal marina acompañado del leve sonido de las olas chocando contra la playa, es como si ya estuviera en casa. Observo el pequeño puerto que había junto a un bote, la verdad no se sentía preocupado por el equipo de extracción, lo más seguro es que estábamos adelantado a ellos.  

Sonrió de manera cordial ante los comentarios de sus compañeros —Gracias, no hay de que—. respondió mientras se dirigía a la camioneta y tomaba su rifle M16 del asiento del copiloto —Bueno, Stan te soy honesto aprendí a  manejar así en Kuwait fue una puta locura ese maldito lugar.

Con el rifle boca arriba recostado sobre su hombro se dirigió al muelle junto a sus compañeros cubrió a sus compañeros aunque la verdad con la situación tan calmada no pareciera haber falta. Se dirigió a la cabina del barco y respondió a Wingett —Vale yo intentare encargarme, se algo de barcos aunque esta chatarra se ve algo vieja, bastante sin exagerar veamos que hay por aquí.

Fuisteis a echar un vistazo al panel de mandos para comprobar que hubiera realmente una alternativa real para escapar de allí. Era una excelente noticia comprobar que todo parecía estar funcionando perfectamente, no había ningún sistema bloqueado ni nada por el estilo excepto... ¿no había suficiente combustible?

Parecía que el motor necesitaba gasolina ¿dónde podríais encontrarlo ahora? Quizás en la cubierta, allí donde había tantas cajas hubiera bidones. Era muy complicado que un barco no tuviese suministros de reserva por si acaso.

Empezaste a echar un vistazo a las cajas que había por los alrededores. Prácticamente todas estaban cerradas y no parecía haber nada interesante, tampoco tenías tanto tiempo como para ponerte a comprobar esa treintena de cajas una a una...

De repente algo se escuchó. Se trataba de un ruido. Un ruido como si algo o alguien estuviese dentro de una de las cajas. Ese sonido era bastante pronunciado, lo suficiente para pensar que a raíz del movimiento que ha provocado vuestra llegada (y vuestro intercambio de palabras) algo o alguien estaba intentando llamar tu atención.

Se podía identificar el sonido dentro del montón de cajas cerca de la proa...

Pasaron los segundos y otra vez se escuchó sonido de movimiento en el interior. Lo pudiste notar con más claridad pero sin identificar la fuente, pero algo vivo estaba dentro, de eso no había duda...

Si intentabas hablar o preguntar si alguien había allí no se obtendría ninguna respuesta oral como consecuencia de la pregunta, sin embargo algo seguía moviéndose en el interior...

-Esta bestia necesita gasolina si queremos hacer que arranque -comenté, al percatarme de que el motor del barco necesitaba combustible para arrancar.

Me fijo entonces en que Wingett se ha quedado fuera, examinando unas cajas que se encontraban en los muelles.

-No pierdas de vista a Wingett -le dije a mi compañero, palmeándolo fraternalmente en el hombro-. Hemos sobrevivido a mucho como para que ahora al genetista se lo cargue un dinosaurio por rebuscar entre las cajas. Yo me ocupo de buscar si hay bidones de gasolina.

—Sí, definitivamente le falta combustible—. Comentó Velásquez luego de darle un golpe al medidor con delicadeza.

—No te preocupes por Wingett yo le echo un ojo, y te cubro de paso. Te espero aquí—. Respondió al momento que Guillermo salió del puente de mando y se dedico a vigilarlos desde ahí con su rifle en mano.

Te pusiste a buscar entre los bidones alguno que pareciese tener fuel y lo más importante... ¡Que estuviese lleno!

Tras un par de minutos de rastreo y levantar un par de cajas que estorbaban más de la cuenta, encontraste un bidón que parecía tener el suficiente combustible como para haceros salir del apuro, no sin antes haber descartado entre 3-4 bidones que estaban vacíos o con un olor realmente extraño.

Ahora tan solo quedaba que uno de ustedes no temiese mancharse las manos y fuese directamente al conducto para repostar.

Mis instintos gritan en sentidos opuestos: por un lado la curiosidad me incita a acercarme a la caja, mientras que por otro el sentido común hace que quiera correr despavorido. Pero es la razón la que finalmente se impone y me ayuda a mantener la calma. Está claro que en esa caja hay algo, si no peligroso, por lo menos vivo... y no me extrañaría que fuera algo que debiera estar extinto.

Lo que sospecho es que podría serme útil.

Lentamente retrocedo hasta encontrarme a una distancia prudencial de la caja. He logrado esconder una pistola de pequeño calibre hasta ahora, pero creo que es mejor mantenerla oculta un poco más. Si puedo evitarlo, no quiero disparar y perder el elemento de la sorpresa.

Cuando creo estar lo bastante lejos como para que nada me salte encima, pruebo a llamar a mis compañeros, aunque la idea de elevar tanto la voz no termina de gustarme. "¿Chicos? Creo que no estamos solos aquí..."

Resultaba un auténtico alivio haber encontrado un bidón al que aún le quedaba suficiente combustible, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría de los otros bidones estaban vacíos o emitían un olor de lo más peculiar.

Dado que mi juventud como mecánico me había enseñado a no temer mancharme las manos y estaba más que acostumbrado a labores de este tipo, decidí dirigirme al conducto para repostar y procedí a ir dejar cayendo la gasolina a través del conducto para ir rellenándolo poco a poco.

-¡Compañeros, esto ya casi está! -grité a Velasquez y a Wingett-. ¡Un poco más y saldremos de aquí!

Escucháis a Stan que os llama.

"¿Chicos? Creo que no estamos solos aquí..."

Al igual que se escuchó la voz de Stan, casi se solapó la voz de Guillermo.

-¡Compañeros, esto ya casi está!  ¡Un poco más y saldremos de aquí! -

Comenzaste a rellenar el combustible en el depósito situado cerca del puente de mandos. Te manchaste las manos más de lo que hubiese gustado pero... ¿qué importaba? Estabais a un paso más de salir de allí. Ahora ya podríais poner en marcha el barco y navegar hasta la ciudad ¡sería ponerle el final a esta pesadilla!

Con las manos manchadas tras haber echado combustible en el depósito del barco, tomé mi fusil entre las manos y decidí dirigirme a la posición de la que provenía la voz de Stan. El genetista había declarado que no nos encontrábamos solos, lo cual no sonaba nada bien. ¿Habría subido al barco otro de aquellos dinosaurios de tamaño medio? ¿Quizá uno de esos velocirraptores?

Velasquez miro por la vitrina del puente de mando alertado luego de escuchar a Wingett entre las cajas, sin embargo no logra verlo por lo que decide correr con su rifle en mano hacia donde este.