Partida Rol por web

Una vez que pasó la estampida, decidísteis continuar todos avanzando sin perder más tiempo. Roy buscó su pistola, pero no la encontró por ningún lado. Tampoco podían permanecer allí demasiado tiempo. La doctora María López aseguro que en esos momentos estaban en terreno de Tyrannosaurus, y que quedarse allí sería la más loca idea que uno podría tener. Por eso, haciendo de tripas corazón, continúasteis la marcha. Por boca del guardia de seguridad Gambit sabíais que os quedaban unos treinta kilómetros aún, y ello había que recorrerlo cuanto antes. Os llevó todo el día realizar aquella expedición; eso sí, no hubo contratiempo alguno en ese viaje, por el que cruzásteis básicamente pradera baja. Ningún otro dinosaurio entró en vuestro radio de visión a kilómetros a la redonda, lo cual no era cosa de esperar pero que al menos os alegró.

Allí se ve algo -dijo Calvin señalando con el dedo en el horiztonte-. ¿Es la instalación de la que hablábais? ¿La que estaba de camino a la playa?

Ehm... sí -dijo López, algo dubitativa-.

¿Es que no está segura? -dijo el comisario alemán algo extrañado por la respuesta-. Conteste.

Sí estoy segura. Es que es una instalación aún en construcción -añadió la científica-.

¿Pero qué diantres hay allí? -dijo Wan, rascándose la barbilla-. Ahora que recuerdo, no debería haber ningún tipo de instalación entre el Puesto Avanzado y la playa sur, o eso al menos no figuraba en los informes -la doctora López no dijo nada, y entonces Rachel caminó rápidamente hacia ella, encarándose con cierta violencia en su movimiento-. Ésto ya no es por Hammond. Aunque sea el mayor escándalo de la Historia Natural, lo que nos preocupa ahora es nuestra supervivencia. De manera inmediata. ¿Tiene algo que decir, doctora? Hammond caerá ante la opinión pública y la Justicia, así como todos los integrantes de su barco...

Es... una instalación... de clonación -dijo entonces, aliviando por fín esa carga interna que ocultaba-.

¿¡De clonación!? -repitió Rachel sorprendida-. ¿Aquí se clonan animales? ¿¡Cómo es posible!? Las Naciones Unidas no tienen constancia de ello.

No la hay, en absoluto -añadió Strutz, que conocía bien el sistema de vigilancia del proyecto "Jurassic Park" en Europa-. La Comisión Jurásica no tiene constancia de este nuevo paso ni ningún otro preliminar para la creación de seres clonados.

ADN de varias especies... -decía Strutz-. Este parque es el taller del infierno. Eso es incluso una grave amenaza para el ser humano... Uhm... sigamos. Como dice Wan, la supervencia es lo primero -dijo resignado-.

Media hora después, cuando ya había anochecido, alcanzásteis la instalación de clonación. En realidad se trataba de una base científica que se alzaba en un cerro a cierta altura, rodeada por un pequeño perímetro de vallas altas y electrificadas.

Escuché en silencio la explicación que ofrecía la doctora López a los dos comisarios. Apenas podía creerlo. En aquella isla no sólo se monitorizaba el comportamiento de las especies de dinosaurios que habían sido devueltas a la vida, sino que además se les diseñaba para hacerlos genéticamente más peligrosos y mortíferos. El siguiente paso, si no lo habían hecho ya, era usar a aquellas criaturas como armas biológicas en cualquier conflicto bélico.

Recordé entonces cómo aquel pteranodón no había engullido a Casey, sino que se lo había llevado volando, agarrándolo por un brazo. Los dinosaurios de esa isla no obraban como lo harían sus respectivas especies. Todos y cada uno de ellos poseía un comportamiento prediseñado desde el laboratorio.

-Si logramos salir de esta isla, las Naciones Unidas deberán saber lo ocurrido -le dije a mis compañeros, observando con desconfianza a la doctora-. Dos de nuestros compañeros han muerto por culpa de esas... aberraciones. Ustedes han jugado a ser Dios al crear estos seres. Solo era cuestión de tiempo que sucediera algo como esto...

Miré incrédulo a la doctora María López mientras timidamente e incluso avergonzada nos contaba que tenían dinosaurios clonados, lo que les hacía aún más peligrosos, más inteligentes...

Esto es de locos...en que maldito lugar nos hemos metido. Y porque Hammond no nos ha contarnos nada de esto, a que estan jugando. Dije con gesto enfadado a la doctora. Me sentía estafado y decepcionado. ¿Hay clonaciones de todas las especies, del Trex también? pregunté por precaución y curiosidad.

Sabemos lo poco que podemos confiar en usted doctora, pero díganos, ¿en esta instalación hay algún medio de contactar con el exterior, con Isla Sorna o con Hammond? y de ser así ¿Es seguro entrar?

Ya que habíamos llegado hasta aLLí lo lógico era entrar en el Puesto como estaba previsto. Era de vital importancia poder contactar con otros trabajadores o con el mismisimo John Hammond.

La doctora miró hacia abajo ante el comentario de Helen, algo compungida. Sí, del T-Rex también, señor -le contestó a Roy-. De hecho, del Tyrannosaurios es de quien tomamos la principal cadena genética... Y añadimos a ella la de otras especies. Ehm... sí, claro. Hay una sala de comunicaciones desde la cual poder contactar con Sorna. Lo de que sea seguro entrar, lo es -aquello os sonaba dudoso, claro, pero ella seguraba que sí. Como ya dije, está en construcción todavía, pero está operativo. Además, este centro, el de clonación, posee un dispositivo avanzado de transformación de energía calorífica procedente del subsuelo de la isla en energía eléctrica. Así, esta energía se dedica al funcionamiento del mismo y también del perímetro vallado. ¿No oís las vallas? -efectivamente, el "siseo" constante del tendido eléctrico de las grandes vallas, a medida que os íbais acercando, se dejaba oir. Y parecía estar en perfecto estado de funcionamiento.

 Acto seguido llegásteis hasta la entrada, y la doctora se alejó un poco. Accionó manualmente un panel de entrada de emergencia que allí había, junto a la valla electrificada. Entonces la puerta se abrió, y anunció que tendríais unos segundos para entrar (otra medida de seguridad). Momentos después, entrásteis en el edificio del complejo.

Al igual que en el Puesto Avanzado en el norte de la isla, aquel lugar era un edificio de Ingen lleno de mapas de posición. Eso sí, éste parecía en su totalidad un laboratorio.

Una vez en el interior del edificio del complejo, observé uno de los mapas de posición, pensando en cuál era nuestra mejor opción en esos momentos.

-Creo que deberíamos dirigirnos a la sala de comunicaciones para intentar pedir ayuda -sugerí, señalando con un dedo el número cinco sobre el mapa-. Entramos desde la entrada principal, y ahí tenemos dos opciones para llegar: elegimos el taller de crianza animal -señalo al número tres- o el laboratorio de clonación -señalé entonces el número uno-. Personalmente, escogería pasar por el laboratorio de clonación para alcanzar la sala de comunicaciones. Es la sala más céntrica y nos conecta con todo, no solo con la sala de comunicaciones, también la de seguridad y la de convivencia.

Sin fiarnos demasiado entramos en el edificio de clonación. Al igual que el anterior puesto, lo primero que vimos fue un mapa detallando todas las habitaciones del edificio. Helen fue la primera en acercarse al mapa. Yo echaba de menos mi pistola, y no se porque pero en aquel lugar la extrañaba aún más. Entonces miré a Calvin y le hice un gesto con la cara para que sacará su rifle.

- Opino como Helen, no deberíamos perder mucho tiempo en ver el resto de estancias, no hemos venido de excursión. Sala de comunicaciones, tenemos que pedir ayuda. Decidimos acceder por el laboratorio de clonación, de esa forma teníamos el resto de salas a mano.

Nadie se opuso al itinerario de Helen. A decir verdad, ir por ambos lugares suponía una diferencia de segundos. Sin embargo, tomásteis el camino del laboratorio de clonación. Mientras atravesábais esa parte, vísteis que se trataba de una sala amplia y aséptica, con numeroso instrumental mecánico de última generación: brazos electrónicos, extractor automático de muestras, ordenadores para controlar el proceso clonativo y microscopios de última generación, entre otros juguetes de la compañía InGen. También había un par de refrigeradores de gran tamaño para guardar muestras de dinosaurios y otros animales, aunque estaban vacíos.

Acto seguido llegásteis todos a la sala de comunicaciones. Calvin tenía la ametralladora en alto, listo para confrontar cualquier sorpresita añadida. La sala de comunicaciónes era una pequeña habitación (demasiado estrecha como para albergar tan importante cuestión). Al igual que el puesto avanzado, contaba con una sala de control del circuito cerrado de vigilancia del centro (cuyas cámaras de seguridad no mostraban ninguna presencia animal dentro de la instalación), así como un moderno equipo de radio. Varias pantallas de control acompañaban el estudio.

Ahí está el equipo -decía la doctora López-. Entonces la mujer se sentó en el asientro frente al aparato de radio, se colocó unos auriculares e intentó descifrar el aparatoso botonaje que había bajo el monitor de frecuencia.

Código 1357A. Cuestión, superviviencia, repito, asunto: supervivencia -aquello parecía una referencia de protocolo para situaciones límite, como la vuestra-. Aquí supervivientes de Isla Muerta. ¿Nos oyen, Isla Sorna? Cambio.

¡¡KGGGG!!!...Aquí Isla Sorna. Central de comunicación de la Isla -contestó una voz que sonaba muy mecánica-. Informe de la situación. Repito: informe de la situación. Cambio....

Ehh... Hay varios superivientes, siete -precisó la científica-. La posición es el centro de clonación del sur de la Isla. Repito, el centro de clonación "cero uno".

Entonces hubo una gran pausa, donde el ruido de la radio fue el único acompañante. ¡¡KGGGG!! Habrán de... esperar... esperar allí las dos próximas horas -anunció el comunicador-. Dos helicópteros sobrevolarán esa zona para la extracción. Se espera una mala previsión meteorológica y el rescate es imposible antes de ese tiempo. No se muevan de esa posición. Cambio... y corto....