Partida Rol por web

Alas Rojas

El Equipo sigue menguando. No habéis podido dedicarle los honores necesarios a Benito, vuestro rojizo compañero, pues las jokrinetas acechan y os tratan de perseguir. Tras una larga carrera a través del llano desértico, habéis llegado a los pies de la colina en la que se encuentra una de las instalaciones más limpias, enteras y mejor mantenidas que habéis visto en este lugar. Aquí puede que encontréis un pasaje para la libertad.

Al adentraros en el cañón, por el que discurre un riachuelo de aguas apestosas, las jokrinetas parecen no querer seguiros, como si prefiriesen la libertad del desierto. Quizás la humedad no les guste. Llegáis sin dificultad a una entrada, situada en la base de las instalaciones. Una nave pasa sobre vuestras cabezas, ignorándoos, y se dirige a un muelle de atraque en la parte alta. La puerta tiene un sensor óptico a un lado, con el que puede abrirse dejando que escanee una retina.

¡No! ¡Envoltura Testicular...! ToT

Aquel bicho horrendamente feo que había provocado la destrucción masiva del holo-show, así como de mi cuerpo y de la mente/alma (?)  de Hub había acabado pereciendo también... ¡Sentí algo de lástimica por él! Y le hubiera dedicado algunas palabritas, de no ser porque las albóndigas rodantes nos perseguían...

Al menos hasta que llegamos a las aguas apestosas, y dieron marcha atrás... En ese momento me envalentoné y... tras coger aire, que estaba que me moría asfixiada... les hice una maravillosa peineta.

—¡Ja! ¡Qué os habéis creído que podíais conmigo! ¡Volved a vuestra cueva con el rabito entre las piernas, cobardes!

Bueno, tal vez no tenían rabitos... no tampoco piernas... ehm... y tal vez los que habíamos estado huyendo hasta ahora éramos nosotros y aquellos bichos nos estaban perdonando la vida... ¡peeeero...!

Fuera como fuese, estaba molida a palos, así que me acerqué a le médico, a ver si me podía curar un poco...

—Ya es mi turno, ¿no? ¡Échame un ojo, anda...!

Que como no lo hiciera, me veía corriendo el mismo destino que el viejo y el Escroto...

En fin, al menos habíamos llegado a un lugar que parecía algo seguro. ¡O más nos valía! Era hora de salir de este asqueroso asteroide...

—¿Alguna de vosotras tiene contactos en este sitio? —pregunté, mirando a la musculitos y a la pijita—. Si sí, pues... ya podéis estar avisándoles para que nos eche una mano... y si no, pues a la siguiente nave que pase, nos colamos para dentro y ya nos buscamos las papas allí...

No pensaba esperar demasiado, que viendo lo que duraban los días... la noche llegaría pronto y más nos valía meter el culo allí dentro para entonces...

Pobre Benito. Al menos yo estoy superentera... o sea, ni tan mal. ¡ Hey! soy una chica dura...

Llegamos a un cañón donde los Rolling Stones dejan de seguirnos. Y no me extraña, o sea, yo tampoco me metería por este superapestoso riachuelo si no andara huyendo de algo que quisiera aplastarme. 

Veo al fondo del cañón unas instalaciones con bastante buena pinta para lo que nos hemos encontrado hasta ahora en este supermegacutre asteroide. Empiezo a supersoñar despierta con una enfermería limpita... y esterilizadita...

Escucho las palabras de Knox que reclama su tirita de purpurina. Ya estoy harta de que me intente mangonear. He sobrevivido a una superexplosión, o sea,  y al ataque de los Rolling Stones y he terminado en muchas mejores condiciones que ella, o sea, te lo juro ¡ Soy una chica dura! ¡ Soy más dura que ella, oh yeah!

Empiezo a caminar rítmicamente ( o eso intento), moviendo el pompis y chasqueando los dedos (sin conseguir sincronizar los movimientos ) y paso de largo por delante de ella en dirección a las instalaciones y le digo:

- Claro que sí, guapi. Cuando me lo pidas "por favor", o sea...

Creo que la chulería no me ha salido así como superbien esta vez, o sea, tengo que seguir practicando.

Mi amigo, mi compañero había caído en la batalla y lo que peor llevaba, era que no le había podido despedir con los honores que merecía, los de un soldado que murió en plena batalla. En la huida de las bolas aquellas, no podía ponerme más en riesgo y recoger lo que quedaba de su cuerpo, tendrás la despedida que mereces, te lo prometo

Por fin llegamos a unas instalaciones en condiciones, aparentemente todo parecía normal. Debíamos cruzar una puerta que sólo se abriría escaneando la retina, miro a mis compañeras - Probaré yo, una vez estuve ya fichada cuando trabajaba en el ejército, lo mismo aún me tienen registrada-dije mientras abría de par en par mi ojo.

El escáner de retina ilumina el ojo de Mita, haciendo un barrido completo. Luego una voz mecánica automática pronuncia:

«Kara Treis, alias Dinamita. Ex-Capitana del vigésimo Cuerpo de Dinamiteros del ejército de Karpik-A.»

«Código de Seguridad Dos-Punto-Uno-Cero-Dos-Punto-Uno-Uno.»

«Su acceso a estas instalaciones ha sido autorizada según el Protocolo Apolo de la Flota Estelar.»

Acto seguido la puerta se abre, dejando ver una pequeña esclusa que da a una sala con equipo básico de combate. Está pensada para que los de dentro se equipen antes de salir al exterior, pero podéis serviros. Hay trajes de seguridad, armas, munición, botiquines...

«Su acceso a estas instalaciones ha sido autorizada según el Protocolo Apolo de la Flota Estelar.»

Te explico esto, que eres la única capaz de entenderlo: el Protocolo Apolo significa que la estación ha sido tomada, atacada, invadida... o algo similar, dejándola totalmente fuera de control, sin autoridad, sin seguridad, sin mando. Esto puede ser bueno o malo, depende. A los militares o ex-militares se os concede acceso a instalaciones o naves a la deriva bajo este protocolo para que intentéis recuperarlas, así que en caso de que hubiese trampas o armas automáticas, éstas no os atacarán ni se activarán contra vosotros. Eso es bueno. Lo malo es si no está abandonada, si todavía está ocupada por aquellos que la atacaron.

Vamos a entrar a las instalaciones gracias a Mita. Tendré que estar medio presentable... Tengo algunos golpes, y además aún tengo las puntitas de los tentáculos craneales chamuscaditas, así que me doy con cremita para las quemaduras. 

En vista de que 

O sea, ya sólo necesito un poco de acondicionador para tentáculos y me quedo supermegaguay. ¿ Tendrán aquí acondicionador de tentáculos?

¡Pero...! ¡¿Qué la pijita había pasado de mí?! Y encima se pone a cuidarse ella misma, que estaba la mar de bien, cuando yo estaba que me caía a pedazos... ¡Será cretina!

—Te recuerdo que puse acoiris en tu metralleta de la Nekosonte —me crucé de brazos—. Y te recuerdo que reparé la Nekosonte y la Sharksabi para que ninguno de nosotros muriera aplastado por las naves del Equipo Alfa. Y no pedí un por favor ni nada similar... lo hice porque es mi deber como mecánica...

Le miré mal... ¿qué se había creído la mocosa ésta?

—Tu deber como médico es curar a las personas. Pero vale... ¡deja que me muera! Menuda médico... ¡Pesará en tu conciencia! ¡Y te prometo que, como fantasma, apareceré en tus sueños destrozando gatitos y unicornios sin que puedas hacer nada por ellos! ¬¬

Ella sabría lo que hacía... Yo pasaba ya de pedirle nada. Por el contrario cogí un botiquín de los que había por las instalaciones y... me puse a limpiarme las heridas a mí misma... Quizás no sirviera para nada, pero bueno...

Empiezo a hacer pucheros...

- Pero... sniff... porqué... hip... tienes que ser siempre... sniff hip... tan...sniff... desagradABLE CONMIGOOOOOOOAAAAAAAHHHH- estallo en llanto. Mis lágrimas azules recorren mi rostro dejando rastro a su paso. 

Con mi rostro surcado de caminos azules que empiezan a cristalizarse ( composición de las lágrimas ashianas, no preguntéis) y el blanco de los ojos aún más blanco miro implorante a Knox.

- No haces más que... sniff... decirme pijita...hip... y cosas así...hip... hip. Jopetas, o sea... ¿ sabes siquiera comO ME LLAMOOOOOOAAAAHHHH?- vuelvo a estallar en llanto. - Yo quería...hip...sniff... que fueramos... o sea...sniff...superAMIGUISSSAAAAAAHHHH...

Miro la cura que se está intentando hacer mientras yo me estoy curando también:

- Así no es, o sea- digo en tono más calmado. Creo que ya he soltado todo lo que tenía que decirle y estoy más tranquila- Deja, en cuanto termine de curarme te ayudo con eso, ¿ vale?.

Tahïr se autocura perfectamente, esa crema de Ashe, hecha por ashianos para ashianos, debe ser un revitalizante increíble. Con la doctora aplicando sus conocimientos sobre sí misma, el viejo malhumorado trata de curarse a sí mismo también, con menos éxito, claro, aunque algo hace. Parece que la componente de cascarrabias estaba ligada a ese cuerpo escombro, y no tanto a la mente de su piloto.

Mita no parece interesarse por lo que ocurre entre ambos, está más concentrada mirando al interior de la estación, algo inquieta su mente.

Me hice la dura por unos segundos, pero en realidad me dio algo de penica que se pusiera a llorar... así que dejé de lado el enfurruño que llevaba, y me acerqué a ella para darle un abracito reconfortante de más mejores amiguis de toda la galaxia, o sea.

—Ya está, ya está... ya pasó —le susurré mientras le daba algunas palmaditas en la espalda—. Tú me caes bien, de verdad. Además, ¿qué te crees?, ¡pues claro que sé como te llamas! Ehm, sí... jeje... es... ehm... ¿Tapïr? ¿Mathïr...? ¡Ah! ¡no, no! ¡espera! Era Tumïr, ¿verdad? ¡Sí! ¡Eso es!

Ejem... no tenía ni idea en realidad... jeje...je...

—Ejem... bueno... algo así es —me encogí de hombros dándome por vencida—. Pero no te lo tomes como algo personal. Yo es que soy muy mala para recordar nombres —sonreí y le señalé a la musculitos—. ¿Crees que recuerdo como se llama ésa? ¡Qué va! E incluso con el vejestorio me equivoqué en una entrevista un tanto rara que me hicieron una vez... y mira que a él lo quiero como si fuera mi abuelo.

No me sentía especialmente orgullosa por ello, pero debían aceptarme como era: con mis virtudes y limitaciones, ejem... que no eran pocas...

—Por eso os llamo de otra forma, ¡pero no es por humillaros! Es para recordaros mejor. Además, ¿no es más guay? ¡Es un nombre que sólo tú y yo podemos saber! Y... tampoco hay nada de que acomplejarse por ser una pijita, ¿eh? Pero si no te gusta... no te lo diré más. Prometido.

Ay... que de verdad que yo quería mucho a la pijita. Asunto diferente era con la musculitos, que me parecía una borde de cuidado... ¡Mira, mira...! Ahí estaba ella, como si nada... pasando de la conversación ultra emocional que estábamos teniendo la médico y yo. ¡Menuda insensible! ¬¬

Sigo haciendo pucheritos mientras intento curar a Knox y ella intenta disculparse...a su manera.

- Tahïr...sniff... Me llamo Tahïr.

Echo mano a mis tiritas de purpurina y ¡ no me quedan! Jopetas... 

- Esto... o sea, no me quedan tiritas de purpurina, ¿ vale?- digo un poco avergonzada a Knox. - ¿Te da lo mismo que sean de unicornios? O sea... Aunque con estas no me manejo tan bien.

Miro a Mita también:

- ¿ Y tú necesitas que te cure? o sea...

Me pongo a trastear entre las cosas que hay en la sala, esperando encontrar cositas para reponer lo que he gastado. 

Estaba observando todo a mi alrededor, tratando de adivinar si aún estaban allí. Pero era imposible concentrarse con aquellas dos hablando y llorando. 

- No gracias, estoy bien- respondí a Tahïr 

-¡Pero qué empalagosas que sois!, olvidaros de purpurinas y unicornios muerto. Escuchadme con atención- dije en un tono bastante autoritario -Esta estación ha sido tomada y no sabemos si aún lo sigue. Debemos pensar cada paso que demos, vosotras no estáis preparadas para ello, pero no importa, yo si- expliqué con cierto tono de superioridad.

-Intentad ser silenciosas y equiparos con aquello que sea estrictamente necesario para proteger vuestra vida y acabar con el enemigo-

Está claro que hoy no es el día de Knox, y Tahïr, aunque lo intenta, no consigue curarla... ese cuerpo se le resiste, o quizás es que no tenga solución. En fin, quizás después, o quizás con uno de estos botiquines... aunque para qué perder más tiempo con esto si es para nada, ¿no?

Bueno, Mita os cuenta algo importante, algo a lo que deberíais prestar mucha atención, algo grave. La habéis oído ¿no? Pues eso, que os preparéis, porque vuestra salida está aquí, dentro, allá arriba, pero por el camino os podéis vais a encontrar a los malos. ¿Quiénes son? Id a ver.

Dentro de las taquillas pues os encontráis lo anunciado: trajes de esquiva, armas láser, bazookas, botiquines, ¡hasta lumins! Y para los peques tenemos ¡trajes de espuma de colores y palos reflectantes! Knox vas a estar monísimo con eso puesto.

Mirando las taquillas estáis cuando un droide aparece, un dron de Femto Corps., y deja caer un paquete, esta vez no son cosas útiles de este patrocinador, es publicidad, merchandising:

En una pequeña pantalla que lleva el dron podéis ver un extraño concurso en el que suena una canción (no es vuestro programa). Todo el público lleva puesta una camiseta como las que acabáis de recibir en el paquete, cortesía del patrocinador, y canta lo que parece ser el hit del momento:

Algún extraño programa de la holovisión...

Dum, dum, dum

Te creías un unitato especial

y ahora eres un jokrineta más

eres una albondiguilla sideral

que choca y salta en baja gravedad

uuuuaaaaaa

ruedo, ruedo, choco, choco, salto, salto, aplasto aplasto

soy un jokrineta más, una albondiguilla sideral

oooohhh, ese solo de batería wwwuuulaaaaa

Abro las taquillas para ver qué encontraba y sorpresa -¡Oh, qué maravilla!- exclamo al ver todo el arsenal ahí esperando a que lo use - Venid conmigo preciosas- digo al ver ese par de Bazookas.

Concentrada en la importancia de mi papel para acabar con la invasión enemiga, comienzo mi ritual para prepararme para la batalla que se avecina. Tomo uno de los trajescout, a continuación, cruzo por mi espalda la correa del Bazooka y me lo acomodo. Finalmente desmonto y vuelvo a montar una de las pistoláser y compruebo la munición.

-Solda...eh...Estoy preparada, y ¿vosotras?- pregunto desde mis recuerdos del escuadrón, hasta que me doy cuenta de quiénes son mis compañeras.

Por fin... unas palabras agradables... de las dos. Me siento superfeliz, o sea, me sentiría superfeliz y eso si no estuviéramos en superpeligro  y esas cosas ¿ sabes?.

Me superencantan las camisetas supermegachaciguachis que nos trae el dron de Femto Corps., o sea, te lo juro. No sé cómo recórcholis nos estarán viendo los patrocinadores, pero, o sea, me da superigual. Pienso estrenarla en cuanto tenga ocasión.

Mita va al armario y parece que lo que encuentra es superinteresante.

-O sea, tú sí que eres preciosa- respondo agradecida a Mita con una gran sonrisa.

En vista de que se nos avecina una superchunga, me hago con un trajescout  y una pistoláser con la esperanza de que sea de arcoiris.

—Pues eso... Taphïr. Lo que yo decía.

En fin, que dejaría de llamarle pijita y trataría de llamarle siempre por su nombre... porque había sentido algo de lastimica y realmente pensaba que podíamos ser buenas amigas.

—No te preocupes, la de unicornio está bien.

Eso sí, las de unicorno no parecían ser tan efectivas como las de purpurina. Pero bueno, los dolores se me pasaron en cuanto vi las súper camisetas que nos traían de Femto Corps. ¡Qué pasada!

—¡Me pido una! —y más que rápida que me la puse—. Oye, ¿no os parece que las croquetas éstas tienen la misma cara que el viejo cuando se enfada? Mirad, mirad...

Y fruncí el ceño... arrugando mis arrugas y poniendo cara de enfadado para mostrarlo. Ellas nunca le habían visto con su verdadero cuerpo haciéndose el enfadado, así que trataría de imitarle (con su cuerpo) lo mejor que podía.

¡Ay! Hub... seguro que ahora estaría diciendo:

 Bah, bah, ¿qué diablos dices, mocosa? Estas delirando. Hummfff... no me parezco a esas cosas. Pfff, bah... paso.

...

Jops...

Meterme con él cuando ya no estaba no era lo mismo. Le echaba de menos...