Partida Rol por web

Una vez afuera y con sus armas y caballos acercados, el inquisidor Darolhan te mira con desprecio y te abofetea con dureza.

- Ya decía yo que un tipo como tú no serviría como escolta…no se en que estaba pensando nuestro santo padre al traerte aquí y lograr que me humillen de esta manera…eres libre de tomar el camino que quieras, la Santa Inquisición te ha molestado por última vez - te entrega un caballo, mientras que ambos se alejan a la máxima velocidad que sus corceles podían correr -

La nieve caía sobre ti, al igual que la pena y rabia que sentías en ese preciso momento, humillado por un elfo mientras un chupa sangre estaba observando todo el espectáculo, riéndose tal vez de ti.

-Tsk...ggr-Acompañado de una mueca de desprecio miro a mi acompañante elfo tras las palabras de Sirvus,"¿Para que cojones nos ha hecho venir?" Soy paciente pero esto empieza a parecerme un tanto insultante.

Me quedé en silencio escuchando de nuevo hasta que el elfo levantó con magia a un inquisidor, acusandolo de llevar balas de plata, "un arma" y en ese momento no pude reprimir mi felina risa.

Luego echaron a la Inquisición del salón.

-Bien, parece que van desapareciendo molestias...-dije en voz algo baja.

Todo ha sido tan rápido, que para cuando me doy cuenta, estoy en la calle, con un caballo en la mano y mis cosas en la otra.

Me monto en el caballo y me pierdo en la oscuridad. Cuando estoy lejos empiezo a observar el camino. Cuando veo las condiciones que me gusta, desmonto y hago que mi caballo continúe andando por el camino, solo, mientras yo me interno un poco en el bosque.

Cargo mi fusil y enciendo el visor nocturno, voy vigilando mi caballo, y si le siguen, porque algo me dice que la noche va a ser muy larga.

Protege a tu siervo, Señor, en esta noche tan oscura.

Los consejeros son politicos y como todo politico tiene la necesidad de hablar mas de la cuenta e intentar que la gente haga el trabajo sucio que el no quiere molestar en hacer, bien por peligroso o bien por no ensuciarse sus bonitas telas. Todo suena realmente muy bonito en el mundo que crea el consejero pero... conseguir que la Legion y la Inquisicion peleen juntas, eso me gustaria verlo... aun estoy riendome en mi fuero interno por la soberana estupidez que acaba de decir el humano cuando es el mago elfo el que reacciona. Usando magia coge al mismo individuo que hablo antes y lo levanta por los aires, insinuando que ha metido un arma en el interior de la reunion... para acto seguido sacar una bala de plata de su bolsillo. Una de mis manos aprieta con fuerza el reposabrazos para no levantarme y arrancarle la cabeza a ese insecto, mas de nuevo me sorprenden cuando el elfo echa de la camara a la Inquisicion... y no puedo reprimir una sonrisa. Pues una vez mas la Inquisicion es tratada como un perro, en este caso un pulgoso.

Cuando la situacion se tranquiliza de nuevo y tras ver como los inquisidores abandonana la sala, miro de nuevo al humano. - Ese es el problema consejero... nos reunis aqui y esperais que peleemos por el Consejo, cuando nadie de los presentes tiene influencia en el mismo. Pedis que Hermandades y Ordenes que se odian a muerte trabajen juntos en el marco de un Consejo al que ninguno pertenecemos... eso consejero se llama hacer politica, porque al final sera el Consejo quien habra unido a la Inquisicion con la Legion para hacerles pelear y por tanto todo el merito sera para vosotros. Si quereis que esto llegue a buen puerto, sea ese cual sea, el Consejo no puede ser superior a los demas, pues estais tan necesitados como todos nosotros.

- Entonces usted cae en el mismo principio que ha sentenciado aquí señor Drakken…es decir, no quiere unirse y luchar con la inquisición porque sería una mala imagen para su hermandad, eso también es política…pero créame, nosotros vamos un poco más lejos…somos conscientes de lo que pedimos y no esperamos ayuda gratis, como Consejo estamos dispuestos a negociar sus respectivas alianzas, no con la Inquisición, ni con los Hijos de Namad…sino con el consejo…trabajaran CON el consejo, no PARA el consejo…estamos dispuestos a brindarles tierras, oro, soldados o rutas mercantiles para su gente, si, así de desesperados estamos señor Drakken y no pienso negarlo…necesitamos de su ayuda, del Dajir, inclusive de los piratas…a quienes por cierto - Sirvus llama a uno de los soldados, le susurra y este hace un ademan, para desaparecer tras una puerta que daba acceso a otros lugares dentro del castillo -

Tras algunos minutos, el soldado vuelve con un hombre de mal aspecto, quien confundido observa a los presentes.

- Bienvenido sea capitán Noah - dijo un Sirvus, el concejero elfo - por favor señores, es un invitado, quítenle esos grilletes absurdos y tráiganle un abrigo a este pobre hombre…por favor capitán, sírvase lo que quiera, sin temor alguno - todos callan analizándote y Sirvus vuelve a hablar - como iba diciendo caballeros…el Consejo realmente necesita de la ayuda de cada uno de ustedes y de sus seguidores, los dragones son nuestro objetivo y estamos dispuestos a pagar por los servicios que brinden a nuestra causa, no importa el precio, si está dentro de nuestras posibilidades, pagaremos lo que sea -

La reunión comenzaba a tomar un cariz político, el consejo seguía intentando que todos pasasen por su aro sin ceder ni un ápice ni dar pistas de porque estaban los presentes en ese punto. Tal era ese empecinamiento en ocultar su plan que Jo'kar comenzó a pensar que no tenían ni idea de que hacer. 

Comenzó a intentar manipular los sentimientos de los presentes pero, por la expresión de los rostros de los invitados, Jo'kar sospechaba que la muerte de hombres y mujeres inocentes les importaba poco o nada. Eso le indignó un poco pero no dijo nada. 

De repente, uno de los elfos comenzó a conjurar en voz alta y lanzó una especie de hechizo contra uno de los inquisidores que había colado a la estancia una bala de plata. Comenzó a insultar a los inquisidores y a amenazarles con cortarles el cuello y juzgarlos por un montón de cosas. Y en ese momento Jo'kar no pudo aguantar más. Iba a hablar pero uno de los presentes le quitó la palabra de la boca.

El que parecía ser el representante de la Legión, expuso unos argumentos parecidos a los que pensaba él pero aún así, cuando este terminó de hablar, Jo'kar levantó la mano y pidió la palabra. - Buenas noches señores, - dijo mirando a los invitados y a los miembros del consejo. - en primer lugar quiero expresar que coincido con las palabras que acaba de decir ese hombre. Lo lamento pero no se como se llama. - se disculpó mirándole directamente a él. - Y lo segundo quiero destacar algo más. El consejo nos ha reunido aquí y nos a pedido que, en una señal de confianza, entrásemos a una sala completamente desarmados y desprovistos de magia. Una sala llena de hermandades con rencillas entre ellas. Sin embargo, esa confianza que se nos ha pedido a nosotros no la veo reflejada en el consejo. - el felino hizo una pausa y llevó la mano a uno de sus bigotes como meditando por donde seguir. -  Ustedes están ahí, sentados con sus guardias armados a la espalda y por lo que ha quedado demostrado no han dudado en atacar a uno de los presentes. - expuso el joven felino mirando directamente a los miembros del consejo. 

En mi opinión está muy bien que nos ofrezcan tierras, dinero y todo tipo de cosas. Están desesperados y nos han reunido para pedirnos ayuda. Pero les falla lo más básico. Cualquiera diría, que reunir bajo su techo a los jefes de las grandes hermandades desarmados mientras que ustedes están con sus hombres armados y sus magos a la espalda podría interpretarse como una amenaza velada. - dijo mirando alrededor con ojos casi brillantes. 

Les hago una petición señores del consejo, muestren tanta confianza como la que piden y saquen a sus guardias de esta habitación. - dijo el gato. - ¿Quieren que la gente apoye la causa de los dragones? Deje de decir que es su causa. Deje de insinuar que el consejo está por encima de los demás. Sometanse al cónclave de los 12 vientos como están pidiendo que hagan los demás. Ustedes representarán al consejo pero será el cónclave quien decida que y como se hace. Sus hombres y los hombres de las demás organizaciones que lo acepten estarán al servicio del Cónclave, al servicio de todos los que aquí estamos presentes. - dijo para terminar antes de recostarse en su butaca a ver que decían los demás.

Escuchar como el gato se dirige a mi como hombre casi me hace reir a carcajadas, si los inquisidores aune stuvieran aqui hubiera sido divertido. Al mencionar que no sabe mi nombre, desde un punto de vista ciertamente educado, sencilamente me presento. - Puedes llamarme Drakken. - El consejero interrumpe entonces.

Las palabras del consejero me resbalan, claro que estoy haciendo politica... al fin y al cabo por muy desesperados que esten es de lo que va todo esto, sino habrian traido a reos o esclavos, si llamas a mimebros de hermandades importantes lo unico que puedes esperar es politica... sino este lugar seria de lo mas aburrido. Asiento cuando expresa exactamente lo que necesitaba oir, todo esto es unica y exclusivamente con el Consejo y podemos pedir practicamente lo que queramos, espero que realmente esten dispuestos a cumplir su palabra porque mis necesidades no son pocas. - Entiendo su postura y ciertamente es bueno oir que estan dispuestos a negociar. En cuanto al Dajir, no puedo hablar por el pero estoy seguro de que puedo hacer que recapacite si vuestra oferta es lo bastante tentadora. - Y de paso mejorar la mia propia, pero al menos sabia que teclas tocar para que el Dajir fuera menos terco en cuanto a su posicion.

Tras mis palabras la puerta se abre y traen a un reo, rapidamente uno de los consejeros pide que le quiten los grilletes y le acomoden en la sala. Lo llaman Capitan Noah, estoy seguro de haber oido ese nombre en boca de Ylsis, un pirata y no uno cualquiera. La reunion sin duda mejora en cuanto a la calidad de los presentes, con la Inquisicion fuera y los piratas dentro.

El felino negro decide dar su opinion y sin duda... es divertida, se nota que no sabe como funciona la politica... aun asi no puedo mas que esperar a ver como le contestan. Al fin y al cabo por la apariencia de la criatura no responde mas que de si mismo y eso cambia un tanto las tornas.

Era mucho mas seguro tratar de escapar desde la prisión, pero ahora... no se si mi suerte estaba ayudándome o simplemente las cosas estaban empeorando cada vez mas. Estaba un poco indignado, ya lo tenia todo planeado y pensaba sacar a esa gente del calabozo, pero maldita sea no tuve tiempo de actuar.
Sonreí y me pare lo mejor que pude mientras me quitaban los grilletes. A pesar de que me comería todo lo que había en el banquete preferí mostrarme digno o lo mejor que podía. Me acerque a la mesa y agarre una uva mientras escuchaba lo que el consejero decía y por poco me atraganto. ¿Dragones? dije mientras volvía a recuperar la compostura.
Escuche lo que el felino estuvo diciendo, pero había demasiada política en sus palabras mientras que yo veia las posibilidades de salir con vida de esta situación. Levante la mano, la única manera de que los piratas podamos luchar contra dragones es que se forme una alianza entre los seis grandes capitanes y sus barcos. Uno de esos capitanes era Zalazar, lo cual logro que me diera un escalofrió por la espalda. Por suerte es algo que yo puedo conseguir para ustedes, solo necesito uno de sus mejores navíos y una tripulación que elija yo de sus mazmorras. obviamente este era el precio mas barato que iba a pagar el consejo, el precio de los otros capitanes quizas iba a ser mas violenta. Oh y claro, mi libertad...
Existan dragones o no, mi misión estaba en el mar y con los seis grandes capitanes, asi que esta situacion me venia genial.

El syrolutha habla, a lo que el elfo responde.

- Sé que puede estar un poco perdido señor Jo´kar…pero el Cónclave de los 12 Vientos es nuestra nación, nosotros la gobernamos y tratamos de protegerla, justamente por ello nos hemos encontrado aquí para evitar cualquier tipo de daño a la ciudad y sus habitantes…además señor syrolutha, ese inquisidor estaba amenazando el pacto que hicimos nosotros como Consejo hacia ustedes como Lideres y miembros de hermandades, si nosotros quisiéramos dañarlos, ya hubiéramos dado la orden…pero no, vean que ustedes son nuestra única esperanza de hacerle frente a este mal, sería ilógico de nuestra parte eliminar nuestro único halo de luz en medio de esta maraña de oscuridad…no sabemos más que hacer, hemos perdidos hombres, mujeres y niños ante estas criaturas, por ello los hemos reunido aquí, implorando ayuda y tratando de hacerles ver el panorama de la situación, por que como lo había dicho no hace mucho…hoy somos el Consejo el principal enemigo, ¿mañana quien será? -

- Total libertad de reclutamiento en el Cónclave - dijo con una voz distorsionada Rrakatosh Gromkula - déjenos unir a los que veamos dignos en nuestra hermandad y los ayudaremos, además, quiero acceso a la biblioteca del Cónclave -

- Tendrá una semana para reclutar y quince días para leer lo que desee en la biblioteca, no somos responsables de lo que le pase ahí dentro, por que como sabrá un mago de su nivel, hay libros que están prohibidos y si desea leerlos, es bajo su responsabilidad -

- Denos quince días de reclutamiento y solo el inventario de la biblioteca, con acceso a los libros que ahí vea interesantes, ir allá es una forma valida de ser acorralado y culpar a algunos de sus libros por mi muerte -

- Hecho señor Rrakatosh -

El vohnia se voltea y dice por ultimo.

- Los magos de la Luz están a su disposición, somos casi una centena, enviare a mis hombres a las afueras del muro del Cónclave…espero que seamos recibidos por lo menos en el Primer Anillo* como los protectores que seremos para su pueblo -

- Así será - el vohnia sale de la sala para desaparecer entre la niebla y tras el sonido de la puerta -

El capitán Noah se adecua rápidamente a la situación, no era menos de esperarse de un pirata, siempre activo, siempre listo para cualquier oportunidad.

- Sabemos que usted contaba con un barco señor Noah, el cual fue hundido por nuestras fuerzas, y desea una tripulación…estamos dispuestos a brindarle esos derechos a cambio de sus servicios así que delo por hecho señor - 

Me parece que me ha malinterpretado señor elfo. Yo no considero al consejo un enemigo. He vivido toda mi vida en Wroth, bajo su gobierno. - dijo el felino cogiendo su copa de leche. - Aunque hay una cosa que no entiendo. ¿Que pasará con todas las aldeas que hay en Worth si centramos la defensa en esta ciudad? ¿Se les ofrecerá refugio aquí o se les va a dejar a su suerte? - preguntó el felino tras pedir su turno levantando la mano de nuevo.

Sonreí y vi mi suerte cambiar. Volver a alta mar y lograr lo que nunca se logro en la historia, la reunión de los seis grandes capitanes. Estaba entusiasmado por la idea de salir ya, así que me aproveche de que entre tarde a la reunión y ahora deseaba irme temprano también. Si me disculpan debo ir a reclutar a mi gente, se que quizás tengan mucho de política que discutir, pero lograr que el consejo deje de perseguirme a cambio de ayudarlos para mi es suficiente. Vienen dándome de a cañones desde que me hice pirata y manche la reputación de su navío mas prestigioso.
Una pequeña petición mas, me gustaría que me den permiso para partirles la nariz a los carcelero de las mazmorras que violaron a una prisionera. Espere a que el consejo me de el permiso para retirarme y empezar de inmediato con mi mision en el mar.

Todo este asunto estaba avanzando rápidamente, algunas cosas se estaban proponiendo, tratos y demás, hasta tras expulsar a la Inquisición, trajeron a un pirata, "Pero bueno, ¿Qué es esto? Menuda revolución, solo de presenciarlo me estoy emocionando..." Pero al ver como rápidamente el pirata acepta, me deja que desear por su parte.

-Por el momento, estoy pendiente de hasta cuanto están dispuestos a ofrecer y a mi parecer,-observo con una mirada un tanto inquietante, pues no es que mi mirada felina fuese de lo más tranquilizadora-pero no pienso discutir dichos asuntos en público, y como bien dice, no hay tiempo que perder. Si no hay más asuntos que tratar a voces y aclarar, me gustaría hablar con usted señor Sirvus.

- No señor Jo´kar…todo aldeano que desee puede llegar y solicitar refugio en el Cónclave, es ese nuestro compromiso como Consejeros que somos -

Sirvus lanza una mirada furtiva hacia el capitán Noah quien solicito golpear a unos guardias por realizar un crimen contra una prisionera.

- Indique al capitán aquí presente quienes fueron capitán Noah, nos encargaremos de darle un juicio y el posible castigo de la castración de hallarlos culpables, tiene usted mi palabra que se hará justicia -

Uno de los soldados con mayor rango se acerca a Noah y lo escolta hasta el calabozo.

Kha´shi solicita audiencia privada a Sirvus, este le observa y con voz amable le dice:

- ¿Como no señor Kha´shi? Pero por respeto a los presentes, haré la reunión con usted una vez que demos por finalizado todo esto -

Podéis contar con mi apoyo entonces, no tengo una gran organización a mis espaldas, no tengo hombres a mi cargo y no se muy bien como podré ser útil pero haré lo que esté en mi mano. - dijo el felino para luego volver a reclinarse en la silla.

Escucho lo que cada uno de los diferentes participantes tienen a bien admitir o pedir hasta que le llega el turno al gato asesino. Sonrio ante su manera de pensar, admitiendo que probablemente es el mas asstuto de la mesa. - Estoy de acuerdo con el, preferiria comentar mis peticiones en privado. Puedo esperar no es un problema. - Quedo a la espera mientras mi mente no para de meditar y pensar las mejores opciones en cuanto a peticiones.

Hago un gesto de gratitud con mi mano ante las palabras del vampiro.

-Interesante hermano Jo'Kar, te observé cuando entregaste las armas, me causaste buena impresión.-Empecé a afilarme unas uñas con otras mientras hablaba-Me gustaría tratar unos asuntos contigo tras esta ya alargada reunión...sin compromiso alguno...y con todas sus armas, no tengo nada que temer, ni tu tampoco.

Miré a mis acompañantes buscando su aprobación. 

- Usted ha venido aquí por orden de un inquisidor señor Jo´kar, uno más centrado que nuestro compañero Darolhan, créame…usted tiene más contactos de los que cree, además, he aquí una especie de convención de hermandades que estarían dispuestos a aceptarlo entre sus filas, he oído que usted solo elimino a todo un campamento de cazadores de syroluthas, un hecho muy admirable para un joven como usted… - el vampiro Drakken habla de nuevo y Sirvus le responde - ningún problema señor Drakken -

- Considero que esta reunión puede darse por terminada, la mayoría de los presentes harán sus peticiones en privado, personalmente hare las mías por correo, ya que no tengo el tiempo ni la paciencia para esperar a que todos se vayan para comenzar a hablar…si me disculpan - bufo Derek Strumpfk -

- Creo que estoy de acuerdo con el humano, me encargare de enviarle un mensajero con nuestras condiciones señor Sirvus - Estella Vientoluminoso daba por finalizada su presencia de igual manera -

- Gracias a todos por venir…señor Amúr tengo asuntos que tratar con usted, por favor, espere a que termine mi reunión con estos caballeros - el orco asintió y tomo asiento, mientras probaba alguno de los banquetes, invitando a sus guardias a que lo acompañen -

Te has alejado lo suficiente como para perderte en un bosque que rodeaba Vanha´atha, el caballo estaba lejos de ti, lo suficiente como para que solo pueda ser visible con la mirilla.

Pero al parecer todo estaba tranquilo en aquel lugar, uno bueno para acampar, que a pesar del frío polar y de la nieve que caía incesantemente, los árboles que te rodeaban otorgaban un refugio natural contra el viento que soplaba del este.