Partida Rol por web

El joven Jo'kar quitó importancia a las palabras del elfo con un movimiento de la mano. Daba la impresión de que la reunión estaba acabada por el momento aunque ahora quedaban las reuniones personales con el consejo. Hasta que tuviese una cita con él tendría que pensar que iba a pedir. Y no tenía ni idea de que pedir...

Mientras estaba recostado un felino, que parecía el jefe de un grupo de comerciantes, le propuso hablar en privado. Parecía que tenía algún tipo de propuesta que hacerle aunque no sabía que podía querer de él un grupo de mercaderes. Por otra parte tampoco le habían causado una gran impresión durante la reunión pero no estaba bien declinar una invitación de otro felino. 

Jo'kar miró al Syrolutha y asintió con la cabeza dando a entender que aceptaba la invitación. 

Mientras todos se levantaban y algunos se iban, otros se quedaban, me fui a un lugar apartado del castillo donde me acomodé junto a al otro syrolutha que me acompañaba esperando a que el elfo trajese a Jo'Kar junto a mi.

El elfo se acercó a Jo'Kar y le pidió que si podía acompañarlo hasta donde había ido Kha'Shi para hablar con él antes de las reuniones privadas.

Un elfo, el que estaba junto al syrolutha con el que iba a reunirse, se acercó a él y le dijo que si podía acompañarlo. Aquello le pareció extraño pero asintió y siguió al elfo tras apurar su copa. Caminaba en silencio, disfrutando del tacto del frío suelo en las almohadillas de sus pies y con las orejas atentas a cualquier sonido. 

Cuando llegó hasta donde estaban los otros felinos, Jo'kar inclinó un poco la cabeza a modo de saludo y se acomodó frente a ellos.

Sirvus habla a los otros Consejeros antes de atenderte, luego de unos minutos conversando entre ellos, se levantan y dan órdenes a unos sirvientes que ahí estaban cerca, estos llevan los sillones cerca de una de las paredes de la sala, lo suficientemente lejos como para realizar reuniones sin peligro a ser oídos, Akenathor se había mantenido en la mesa, analizando a los presentes con sus notorios ojos de búho.

Los tres señores contaban con sillones pegados los unos a los otros, de tal manera que el citado se encuentre frente a los consejeros de pie.

El primero en hablar con ellos sería Drakken, quien es invitado por uno de los sirvientes, quien lo encamina hasta los señores y le sirve una copa de la más fina sangre.

- Disculpe por no servirle antes señor Drakken, pero entenderá que no todos observan como algo correcto el beber sangre, esta ha sido extraída de una joven virgen quien voluntariamente se sometió al desangre, no se preocupe, solo le quitamos un poco, recibió tratamiento inmediato…aunque bueno, esto tal vez poco le interese - sonríe levemente Sirvus - muy bien señor de La Legión, ¿Qué puede hacer el consejo para contar con usted como aliado? -

Cuando llega mi turno acompaño al señor Sirvus a una habitacion privada para poder exponerle mis peticiones. - Señor Sirvus, gracias por aceptar hablar en privado. Mis peticiones son bastante simples y espero ayuden tanto a mi Legion como al Consejo. Quisiera que se establecieran tratados comerciales entre la Legion y el Conclave asi como acceso a las rutas maritimas de este. El hecho de que sea un vampiro puede suponer un problema en muchas ocasiones frente a la mayoria de comerciantes, ya sean del consejo o no, me gustaria que el consejo me avalara ante las compañias mercantes. - Dare una pequeña vuelta por la habitacion antes de continuar. - Como bien sabra por sus informes, no es mi deseo matar o destruir sinsentido, mi guerra es con la Inquisicion y con nadie mas. Cumplo mis pactos y los tratados que firmo, el Dajir puede responder por mi en caso de ser necesario.

Mis pasos vuelven a acercarme al consejero. - Mi Legion suele proporcionar en ocasiones guardaespaldas a algunos dignatarios, agradeceria que algunos de esos contratos recayesen sobre mis hombres asi como abrir una pequeña embajada en Worth, asi seria mas facil relacionarme con ustedes y poder acceder a cualquier cambio de parecer con respecto a contratos futuros. Y como ultimas peticiones, un periodo de quince dias de reclutamiento en territorio del Conclave y el inventario de la biblioteca* para realizar las peticiones que considere oportunas.

Bien parece que no me sigue nadie, aún así... Aunque observo que el sitio es bueno para descansar, la proximidad con el castillo me resulta excesiva.

Sigo rápidamente al caballo, para darle alcance, parece que sin mi peso está más descansado, me vuelvo a montar y continúo, algo más rápido.

Cojo mi arma y le quito la mirilla, de vez en cuando me vuelvo sobre la grupa del caballo, activo el visor nocturo por un par de minutos y observo como si de un catalejo se tratase.

Observo como los dos se acercan y le devuelvo el saludo de igual manera con la cabeza para después alzar mi brazo señalando un asiento para que se acomodase.

-Agradezco que hayas accedido a celebrar junto a mi esta pequeña reunión. Bueno, ya puedes hacerte una idea al igual que yo de como están las cosas. Pero antes que nada me presentaré, soy Kha'Shi, y estos son Jeh'Suu-señalo al syrolutha-mi mano derecha y Akiia Erish-señalo al elfo-uno de mis...mmm comandantes. Dos de mis mejores hombres. Pero realmente por lo que estamos aquí es para hablar de ti, cuéntame, ¿quién eres y cómo es que el consejo ha solicitado tu ayuda?

Jo'kar miró con ojos curiosos al felino que tenía delante. La punta de su cola comenzó a agitarse mientras escuchaba las palabras de Kha'shi. - Queda poco por decir de mí que no se haya dicho durante la reunión. - dijo el joven syrolutha mientras sus ojos se iluminaban un poco. - Sin embargo me parece que vosotros no sois comerciantes. ¿Me equivoco? - dijo Jo'kar mientras se preguntaba si había dicho comandante a propósito o se le había escapado. 

Me eché a reír.
-Bueno, bueno, todo el mundo tiene secreto o algo que ocultar. Está bien, te equivocas en que no somos comerciantes, pero tampoco dejas de tener razón... ¿Has oído hablar de algo llamado La Hermandad Sangre Púrpura?
Luego saqué de uno de mis bolsillos una especie de rama verde de unos 10 centímetros la cual empecé a mordisquear y lamer lentamente sin ningún disimulo.
-¿Quieres?-dije mientras le alargaba una similar con mi zarpa.
 

Yo no soy un gran misterio, vivía junto con mi manada hasta que hace unas semanas esos cazadores los mataron a todos. - dijo Jo'kar mostrando sus colmillos para luego tender la mano y coger la rama que le ofrecía Kha'Shi. - Por esa misma razón se poco acerca de las hermandades y los grupos que se han reunido hoy. Tan solo conocía los nombres de los miembros del consejo. - dijo el joven medio disculpándose por no saber de que le hablaba. 

Sirvus lleva el puño sobre el mentón, analizando cada palabra dicha por ti, los humanos como siempre estaban ahí, pero parecían prestar atención a otras cosas o no prestar atención a nada.

- Sabemos que la reputación de los vampiros es…interesantemente mala, por decirlo de una manera educada, desearía usted entonces un tratado firmado por nosotros otorgándole derecho y libertad de comercio con el Cónclave y sus protegidos…no sería la primera vez que hacemos algo así, pero si la primera vez que se la entregamos a un vampiro… - ambos humanos hablan en voz baja a Sirvus y este tras unos segundos asiente - …delo por hecho señor Drakken, es bueno establecer relaciones comerciales con ustedes* - calla unos minutos, nuevamente los humanos hablan por lo bajo y vuelve a hablar - ofrecemos una sede en el noveno anillo del Cónclave, ahí podrá usted acceder a un terreno donde podrá construir su embajada ya que al ser socios comerciantes, lo veo correcto…el reclutamiento lo veo valido, al igual que las contrataciones...sobre el inventario, veo que no hay problema en acceder a el, solo que como usted habrá escuchado, el vohnia también solicitó dicho inventario, por lo que si él nos pide algún libro antes que usted, deberemos entregárselo primero, regla que también se aplica para usted...espero que comprenda - se acomoda en el asiento, recostando su cuerpo en el costado derecho del sillón, con la mano aun encima de la reposadera - ¿alguna otra cosa señor Drakken? -

Lo miré sorprendido.

-Hermano, cada vez me gustas más. Y parece que tenemos más en común del o que parece. Mis padres también fueron asesinados, en Akerohype, solo que yo solo era un niño aun. Y eso hizo que hoy esté donde estoy y siendo llamado, bajo mi asombro, por el consejo. Bien, es la primera vez en mucho tiempo que me dirijo en persona para decirle esto a alguien, siéntete orgulloso. Soy el líder y uno de ls fundadores de la Hermandad Sangre Púrpura, actualmente una de las mejores hermandades de asesinos y ladrones de todo Karjian y tras el atrevimiento del consejo a contactarme, me atrevería a decir que la mejor. Seríamos capaces de arrasar una ciudad en minutos con la cantidad de hombres de los que disponemos y sus cualidades. Contamos con influencias de todos los rincones, cualquiera que esté cualificado podrá ingresar en esta sin tener en cuenta su raza o religión. Sin exigencias, pues somos hermanos, los rangos son una mera forma de organizarse, aunque claro está como líder debo mantener una cierta discreción. Y esto solo es solo por encima y solo es el principio de la hermandad, nuestros objetivos aun están en curso. No nos veas de mala forma, puede que nuestros métodos no sean los más aceptados por esta sociedad, pero buscamos un bien común que nazca de nosotros y todos aquellos que nos apoyen, solo que está es la única forma en la que nos han enseñado a hacer las cosas-hice una pausa-Ah, por cierto, no te emociones mordiendo eso si no estás acostumbrado, je je je ¿Y bien? ¿Qué te parece?

Cuando el consejero se sienta y pregunta, levanto mi copa y degusto la sangre con cuidado... saber de donde proviene imbuye a la sensacion un placer aun mayor. - Gracias y entiendo que no la sirvieran antes. Digale a la dama que tiene un gusto realmente esplendido. - Asi mismo hago un gesto de cortesia tanto al elfo como a los humanos, aun siendo un vampiro entiendo la necesidad de llevarme bien con las demas razas aunque en ocasiones pueda verlos como alimento. Es mas exceptuando en el furor de la batalla es raro que desangre a mi presa por el solo placer de verla morir... mis enemigos son otros y mucho mas peligrosos.

Asiento ante cada una de las palabras del consejero, dando a entender que estoy mas que complacido con lo que me dice. - No mucho mas puesto que lo realmente importante para mi era el tratado comercial y su aval... pero se que tienen mano con los ingenieros de Bant´omun´quenat y la verdad, algo de ayuda en la mejora de mi ciudadela me vendria muy bien. - Me siento para estar a la misma altura que el consejero y no parecer maleducado, degusto de nuevo la sangre pero sin muchos miramientos. - Mi flota ahora mismo no es gran cosa, asi que si pudieran otorgarme varios navios mercantes para asi poner nuestro tratado comercial en marcha cuanto antes, se lo agradeceria.

Y si me permite... una pregunta sobre el tema que nos incumbe. - Ha dicho que un mecha experimental consiguio abatir a los dos dragones. Fue asi... ¿en un enfrentamiento uno contra dos y salio victorioso?¿Que tipo de armamento poseia ese mecha o cabe la posibilidad de conseguir algo parecido para nuestra cruzada?

- Señor Drakken, debe de saber que ante esta situación, todos nuestros ingenieros están trabajando en maximizar la tecnología bélica para luchar contra los dragones, lastimosamente no nos podemos pegar el lujo de quitar a uno o a más de uno de su estación de trabajo, ya que sería contraproducente para la causa mayor a la que estamos siguiendo…me temo que tendremos que negar esa petición, al menos por ahora, una vez conseguido nuestros objetivos, podemos otorgarle una buena cantidad de ingenieros enanos e inclusive goblins, si es que no serán tan requeridos para las posibles reparaciones que queden en la ciudadela…por otra parte, caemos en lo mismo con los navíos mercantes, los cuales están siendo equipados para la lucha, así que brindarle dichos navíos seria casi un suicidio…pero podemos brindarle dos Navíos de Línea, los mejores de su clase para no quedar mal con usted y con nuestro reciente tratado, le brindaremos cañones, hombres y raciones de comida para 30 días, pero el mantenimiento y reabastecimiento dependerá de usted, compréndanos por favor que ahora mismo tenemos mucha gente a quienes otorgar bienes y el oro no cae del cielo…- oye tus comentarios sobre los mecas - …se nos entregaron los esquemas y el armamento en un informe que le puedo facilitar si lo desea, como oyó anteriormente, sabrá que solo hay uno actualmente, pero cuando tengamos la posibilidad de multiplicarlos, le entregaremos una cantidad relativa a los que dispongamos, digamos que un 5% de la producción de Sangres de Dragón -

Jo'kar escuchaba lo que el felino le iba diciendo y miraba a Kha'shi con una mirada de comprensión. Entendía por lo que había pasado tras la muerte de sus padres y se sentía parecido. Pero su cara cambió cuando le reveló lo que era la hermandad púrpura. Su cara reflejó una incomprensión total y una desaprobación cuando el felino le dijo con orgullo que su hermandad sería capaz de arrasar una ciudad. El felino continuó hablando pero Jo'kar no pudo quitarse de la cabeza aquello que había oído. 

No, lo siento pero no. - dijo el syrolutha tajante. - No soy un asesino. No mataré por dinero, no... No está bien. - terminó diciendo un poco nervioso tras un momento de duda. Estaba ante el lider de un gremio de asesinos diciendo que hacer lo que hacía no esta bien. -  Lo siento. Vuestro secreto está a salvo conmigo pero no soy el hombre que buscáis. - terminó de decir el joven a la espera de ver que pasaba a continuación.

Miro al elfo y asiento levemente. - Tiene razon, mis mas sinceras disculpas en cuanto a la peticion del ingeniero, ahora mismo los dragones son lo primero, pero como bien dice, cuando resolvamos esto agradeceria la ayuda. Agradezco los dos navios de linea y no se preocupe les sacare todo el partido para que nuestro reciente tratado prospere. Se que mi raza no es de las mas queridas y entiendo que en el pasado hemos sido de todo menos inofensivos pero aun con mis necesidades. - Hago un leve gesto en direccion a la copa. - No soy un carnicero... a menos que mi enemigo me obligue a ello. Aquellos que trabajan para mi o conmigo alli donde resido lo saben bien. - Sus ultimas palabras consiguen incluso sorprenderme ante su magnanimidad. - Su ofrecimiento es mas que bien recibido y la verdad agradeceria ver los esquemas... pero lo que realmente me gustaria saber es el arma en si con la que mato a las bestias. ¿Una espada, un rifle? Si es un rifle, el tipo de municion que se uso... - Levanto una mano para despejar cualquier duda. - No quiero saberlo para beneficiarme o vender la informacion a nadie señor consejero, quiero saber a que me enfrento y como matarlo.

Le doy otro suave trago a la copa. - Asi mismo, nos ha reunido aqui para pedirnos ayuda y que unamos filas, ademas de darnos un objetivo... pero señor Sirvus no nos ha dado ni una sola pista de por donde comenzar. Rastrear a esas bestias por todo el mundo es una tarea mas bien imposible. Aunque sus ataques se centren en el Consejo, estoy seguro de que al menos tienen alguna teoria.
 

Observé su reacción tranquilamente, observando, observé como sus nervios aumentaban, pero mientras, seguía masticando mi ramita de Roots. Cuando calló, quedó un momento de silencio donde solo se oía el masticar.
Tras un par de minutos mirando fijamente a Jo'Kar a los ojos, como si en mi mente se estuvieran maquinando todo tipo e ideas finalmente hablé.

-Akiia, Vanish.

Estos se pusieron en pie mirando fijamente al felino frente a ellos.

-¿Quién ha dicho que seas un asesino? Quién ha dicho que debas matar a nadie, por favor, no me malinterpretes, te estoy ofreciendo la posibilidad de ser amigos, me has caído bien, y no quiero que manches tus garritas peluditas. Discúlpame si es eso lo que parecía, y respecto a lo de la ciudad, oh, por dios... era un mero ejemplo, siento que ahora te llevarás una mala imagen de mi. No le hacemos daño a nadie que no lo merece. Piensa en esos cabrones que mataron a tu familia, a tu manada, ¿tienen ellos derecho a vivir y tu manada no?-mi voz empezó a subir un poco el tono-¿Crees que somos iguales a ellos?-Y volvió a tranquilizarse-Nooo, que dios se apiade de nosotros si eso fuese así. Sin embargo, Si pudieses impedir que hubiesen hecho dicha masacre gracias a nosotros..¿Nos hubieses pedido ayuda? ¿Matar a esos hijos de perra o dejar que maten a unos inocentes? Entiéndeme... y si te digo esto es porque espero confiar en tu palabra, si algo de lo que te he dicho sale de aquí, me veré obligado a reaccionar y no quiero, somos iguales, te estoy tratando de tu a tu. Esta es mi propuesta, una alianza, se nuestro amigo, ayúdanos y nosotros te ayudaremos en lo que necesites. Se como parte de nuestra palabra de confianza ante otras gentes. Quiero que junto a nosotros consigamos unir este mundo y de paso, acabar con la amenaza que los dragones suponen y ser recompensados como toca, imagina todas las ventajas que todo eso supone para ti, y solo por ser mi amigo, NUESTRO amigo...

-Venga...
Sonreí acogedoramente mostrando sinceridad.

Jo'kar mantuvo la mirada del felino que tenía delante. No iba a acobardarse, el era un alpha. Como lo había sido su padre. Los dos hombres que había con el felino se pusieron en pie con una orden de Kha'shi y le miraron de una forma poco acogedora pero Jo'kar no se inmutó y mantuvo su postura.

Los cabrones que mataron a mi familia están muertos. - dijo con frialdad el gato. - Puedes ahorrarte tus amenazas, yo siempre respeto mi palabra. No comparto tus métodos ni tus objetivos pero no tengo nada en contra tuyo. Eso significa que podrás pedirme ayuda cuando sea necesario, aunque me reservo el derecho de aceptar o no. - añadió mientras devolvía una sonrisa calmada a Kha'shi.