Partida Rol por web

La verdad... Interrumpía mis palabras con un silencio ya que todos los escenarios que yo imaginaba eran mas patéticos que el anterior. Al menos Zelda tenia una idea. El no tener contactos fuertes esculpidos con el tiempo en este lugar complicaba mas las cosas.

Mis Zelda, la idea de los mecenas me parece excelente. Digo con sinceridad Eso nos podría dar un motivo para visitar a los restauradores y conocerlos. Aunque eso nos expondría inconvenietemente.

Mr Francois. ¿qué tan grave es para la capilla si al tiempo que se desaparece la pintura desaparece uno de los restauradores?

Miro a Zelda a los ojos. Tal vez una aproximación mas... burda sea la solución. Digo mientras la miro con decisión.

Mis Zelda puede... convencer a uno de esos restauradores para que se reúna en privado con nosotros. Al retenerlo le implantamos ordenes claras para mover la pintura hasta un lugar determinado.
Luego miro a Francois
Luego entregamos al mortal laboratorio de la capilla y la pintura a mr Francois.
Dije con una sonrisa en los labios.

Creo que nos gustaría que además de la gárgola se sepa en el clan la participación de mis Zelda y yo en la recuperación de la pintura. un silencio sigue mi voz. Siempre estamos dispuestos a conocer un nuevo misterio. Lo último lo dije con total claridad. Escalar en la pirámide es lo que quiero yo.

Sopesa las palabras de la pareja, y estudia las propuestas mentalmente. Frunce el ceño y finalmente da su impresión.

- Lo primero que tenéis que tener en cuenta es que nadie debe de averiguar que estáis haciendo, además de que la información que llegue al clan o la capilla sobre vuestra actividad será sesgada, es decir sabrán que sois valiosos y leales pero no deberán obtener detalles del trabajo que estáis haciendo ... Por otro lado el tema del mecenazgo me parece muy brillante y puede ser una forma buena de acercarse a los restauradores, incluso de convencerlos para que realicen una copia exacta a la actual para poder reemplazarla. Así nadie notará el cambiazo. ¿Qué os parece?.

Sonreí como una niña pequeña y di un par de palmaditas con mis manos enguantadas- Me alegro de que os gustara la idea de los mecenas -dije feliz- ahora bien, esa es la parte fácil. Si tenemos que hacerlo de forma natural tenemos que acercarnos poco a poco y con paciencia.

Volví a llevarme un dedo a los labios, pensativa- ¿Cuanto tiempo tenemos para recuperarla?

Y allí está la mas cínica de las proposiciones y debía obedecerla. ¿Información sesgada? Que forma tan elegante de decir me arropare con vuestro logro y de vosotros no sabrán nada.

Miro de reojo a Zelda. Me pregunto que piensa ella de verdad. Imagino que no le haga gracia ser usada de forma tan descarada y sin ninguna recompensa. Mis opciones son limitadas por lo visto aunque reconozco que crear una replica es una idea brillante el no ser reconocido por esto es mas que insultante.

Me parece perfecto. Veo que aun me falta mucho por aprender. Digo esto mirando a Francois. Y dibujando una sonrisa en mi rostro.

Luego escucho las preguntas de Zelda. Permanezco callado en espera de la respuesta a su pregunta.

Siempre es bueno tener la mayor información posible de la gente con la que tratas, esta es una máxima en esta nueva sociedad que cambia tan deprisa, pero más cuidadoso hay que ser con quién confías. Parecía recordar y "mascar" de forma rutinaria Francois las palabras que le dedicó hace muchos años su predecesor, cada vez que tenía que encomendar una "misión" a un neonato o a un recién llegado a la ciudad estas enseñanzas volvían a su cabeza, con el tiempo llegó incluso a pensar que eran suyas las palabras.

- La premura es necesaria para esta operación, ya que seguramente después de la restauración no creo que tarden en exponerla y dotarla de más vigilancia o tenerla en mejor recaudo.  Digamos que durante los tres próximos días será más fácil, espero con esto responderte, no obstante si necesitáis más tiempo seguro que se os ocurren formas de ganarlo ... 

- A través del Sr. Honoré, ¿lo conoce usted?

.-Así es. El señor Honore, ha tenido la bondad de invitarnos a pasar un tiempo en Paris. Cosa que le agradezco profundamente-. Dice por si tuviese intención de hablar sobre algo en su contra quedase claro que no lo iba a tomar con simpatia.

-Bueno, si tanta prisa hay, ¿podríais concertarnos una cita con esos restauradores para poder empezar con nuestro trabajo?

Pregunté con una cara inocente mientras intentaba pensar de forma apresurada un plan de ataque, aunque el plan de salvamento ya estaba en mi cabeza.

No te cuesta encontrar el local de la calle Montmartre . De hecho te sorprende que en la puerta un distinguido y educado señor con sombrero de copa, que te intercepte para dialogar,  y se presenta con el nombre de Giuseppe. Al cabo de varias preguntas sobre si eres nuevo en la ciudad y cómo has dado con el local te propone ir a un reservado para charlar de otro tipo de asuntos, te ofrece información de la ciudad aparentemente por nada a cambio, la oferta te parece en un principio atractiva, y además no tienes mucho mejor que hacer. ¿Qué haces?

Me uno a lo dicho por mis Zelda. Mientras mas pronto les conozcamos mas pronto terminaremos.
Digo mientras me acomodo en la silla y trato de imaginar como sería tener una gargola de guardaespaldas.

Francois decide no involucrarse directamente, además os dice que no los conoce personalmente, sabe de su contratación porque se dijo en una reunión con ciertos socios del Louvre. El solo se aprovecha de esa información, no obstante os comenta que no debería ser muy dificil para alguién de vuestra naturaleza hacer que os hagan caso.

Al cabo de unos minutos más de conversación, Francois os dice que debe de dejaros, que confia en vuestras capacidades y que en una semana os verá de nuevo salvo que le necesitéis, en ese caso os dice que intentéís localizarle en Saint Pierre.

Basil charla abiertamente con el desconocido con toda confianza. Principalmente hablan sobre la ciudad aunque pronto la conversación deriva hacia el terreno de la música. Acaban hablando sobre la simpleza de la pentatónica menor y sin embargo su alto nivel atractivo para el oído.

El vampiro accede a charlar con él en un reservado.

- ¿Entonces lleva mucho por aquí Giuseppe? El mundo de la ópera me resulta fascinante, pero siempre supe que todo hartazgo es malo y el de perdices malísimo. En una ciudad con templos tan hermosos como esta seguro que se le despierta la inspiración para una obra litúrgica, y muchos han escrito ya sobre el amor y la vida, ya va siendo hora de que nuestra vieja amiga la muerte tenga su propio tributo. ¿Qué tal un Réquiem?

-Bueno señor Bennet, ¿nos ponemos en marcha? -dije poniéndome en pie pues no íbamos a sacar nada más en claro- quizás podríamos ir a ver a esos restauradores ahora, puede que tengan turnos para trabajar hasta tarde -dije esbozando una de mis típicas sonrisas.

Tiene razón como siempre mis Zelda Conteste y me puse en marcha junto a ella.
Cuando ya nos alejamos del lugar en que estábamos continuo.
Disculpa que te pregunte... Pero ¿no sientes que somos usados de forma poco agradable?

Me agarré del brazo de Bennet y le sonreí mientras apoyaba mi cabeza en el brazo- Cuando quieres ganar algo de las cortes necesitas que se piensen que no vas a hacer nada que vaya en contra de los beneficios de ellos. Si consigues eso, que confíen en ti y que dependan de ti para algo, te ponen ellos solos en una posición de fuerza, y desde esa posición puedes cambiar los términos del juego.

Tras decir eso le miré- pero no piense que le voy a contar todos mis secretos, señor Bennet, eso no lo hacen las damas -y volví a sonreír.

Algo extrañado por cómo desviaba la conversación el recién llegado, Giuseppe no se da por aludido, y contesta con evasivas educadas, diciendo que si que alguna vez ha a asistido a la Opera, y que le gusta y disfruta de ella, pero que ni mucho menos se ve capaz de escribir obra alguna.

No obstante consigue retomar el tema de conversación y te dice que esperes un momento en uno de los reservados del local, que enseguida vuelve.

No quedaban muchas horas para recogerse, pero quizá era una buena hora para poder contactar con los más madrugadores del museo, y así poder concertar una reunión con los restauradores y así poder supervisar directamente el trabajo que estaban haciendo. La economía era prospera en la ciudad, pero siempre que un posible inversor llama a tu puerta no debes desoír lo que tenga que decir, pues podría ser una oportunidad de hacer nuevos contactos, y los restauradores de cuadros en algún momento de sus vidas han pasado hambre, esto es algo que no se olvida, y hacen que tengan muy presente este hecho.

Es por ello por lo que la “joven” pareja decide acercar sus pasos a el palacio del Louvre y así poder interesarse por los mejores restauradores que el dinero pueda pagar, casi estás eran las palabras exactas de la joven Heiloff mientras reía y coqueteaba con el encargado de mantenimiento, sabía que esa era la mejor manera de que les llegara el mensaje a las personas correctas.

Ahora os encontráis una vez más preparándoos para un nuevo baile de mascaras, pero en este caso con el rostro descubierto, y sin saber muy bien a quienes os encontraréis en el Louvre, ¿habrá el encargado de mantenimiento hecho bien su trabajo? Estáis justo ahora debatiendo estas inquietudes en el coche que os lleva nuevamente hasta el Louvre pero esta vez para el entrevista con los restauradores, como se desempeñará el papel de nuevos “mecenas” .