Partida Rol por web

Estaba comenzando enero, y el invierno no se dejaba esperar, pero había empezado más ligero que otros años, con apenas algunas lluvias, sin embargo, los rosales de la escuela seguían en flor, el jardinero dijo que a medida  de que las lluvias continuaran y siguiera lloviendo, perdería sus pétalos. Era el día lunes, recién empezaban las clases, pero era el receso del almuerzo y tenían una hora y media para descansar.

-  nunca deja de llover - exclamó  molesto, con sus manos en los bolsillos, en  en el pasillo que daba a los rosales que habían sido planteados por la mismísima Eloisa Clow, fundadora de todo Kaynilatuy. Resopló un poco el muchacho, y alargó su mano para ver la hora, ya habían almorzado, y miró a su compañero, Knives, el que quizás era su único amigo, pero para Andou, esas denominaciones no eran más que simples consensos sociales, que no siempre se aplicaban para todos.

- sabes.. me encargué del problema que tú y yo sabemos, como no quisiste hace lo que te pedí - rodó los ojos y apoyó su espalda en la pared, ambos sabían que se estaba refiriendo a Shichiro Shecharinawa, ese molesto familia que se quiso pasar de listo con él, y le había pedido a Knives que le diera una gran lección, pero no había accedido. ¿que estará tramando?, esa era la gran duda.

Por el pasillo venia Miyu, y al verla, Andou sólo movió su cabeza, erguiéndose para acercase a ella,  y poner su mano en su hombro.

- estas algo pálida, - dijo, mostraba siempre un especial afecto por ella, y hasta donde todos sabían, una preocupación genuina  - Yakamato.san, lleva a Miyu-chan a tomar un café a la cafetería, yo no puedo ir - sonrió de medio lado, y le dio dinero a su amigo - al que siempre trataba de san, a pesar de los años de cercanía y amistad. Se alejó por el pasillo, de seguro rumbo a la oficina de su madre.

Ignoré el comentario de Andou sobre mi negativa a ese encargo. Yo era un guardaespaldas, no un matón... A pesar de que había accedido unas pocas veces a esa orden. Al ver que Miyu venía, no pude evitar ponerme tenso tanto por la emoción al verla como la preocupación de que hubiera escuchado algo.

Andou me dio dinero y acepté con un simple movimiento de cabeza. Cuando se alejó un poco, estuve más tranquilo.

-¿Qué te ocurre, Nishimura? ¿Estás enferma? Son días de frío los que azotan nuestra ciudad últimamente. Pregunté preocupado. Me daba vergüenza llamarla por su nombre de pila, no merecía aun nombrarlo. El sentido del deber y de la posición social era algo que me habían marcado a fuego los Fuchirinawa

El invierno lo había cogido con ganas. La primera semana había caído enferma con una simple gripe la cual superé sin problemas, pero poco después de esa nuevamente enfermé. Tanto que me obligó a faltar a clase durante más de 4 días. Ahora que podía volver, no me sentía con fuerzas, pero tenía que hacer lo posible por no perder más clases pues eso después se notarían en las notas. Notas que para mi eran perfectas y no podía "manchar". 

Empecé a caminar tranquilamente por el pasillo después de la última clase, me dolía la cabeza y me notaba destemplada, pero suponía que sería por mi gripe. Me llevé la mano a los labios tosiendo, pero al sentir las voces familiares de Andou y Knives levanté la mirada para forzar una de mis más dulces sonrisas.- ¡Chicooooooos! -Alcé apenas un poco mi mano para saludarles, pero no mucho más. Cuando Andou se acercó, no le di un beso, ni tampoco un abrazo. Con mi suerte si lo hacía seguro lo enfermaría también.- No te preocupes, Andou-Kun, estoy bien.-Tan solo cansada... Esta gripe quiere acabar conmigo ¡Pero no lo conseguirá! pensé mientras sonreía con dulzura. Lo abracé un poco antes de dejar que se fuera, lo seguí con la mirada preocupada, pero poco aguantó ese seguimiento.

-¿Hm? Creí que lo sabrías... Llevo varios días enferma, supongo que el invierno viene más fuerte de lo esperado, pero solo es una gripe. Unos cuantos días más y estaré nuevamente perfecta.-Retiré la mirada hacia otro lado para toser con suavidad, pero luego lo miré sonriendo, con ese brillo de felicidad en los ojos, aunque se notaba que estaba enferma, pues un sudor frío recorría mi frente y el color era bastante preocupante.- Llevo días sin venir al colegio, pero tampoco puedo permitirme faltar... ¡Mis notas!-Mis pequeñas manos tomaron las de él, para apretarlas con algo de fuerza, pero no mucha, tras eso le miré sonriendo.- ¡Oh vamos! No te preocupes e invítame a algo en la cafetería... No hay nada mejor que algo calentito para estos días tan tan fríos ¿No crees?.-Intentaba estar animada para que él no se preocupara demasiado. 

Cuando Miyu cogió mis manos, mi corazón latió más rápido durante unos instantes. Aun que en mi rostro permanecía ese semblante frío y distante, por dentro estaba tan feliz de estar sólo con ella... Quería mucho a Andou, era mi hermano y mi protegido; pero mi amor hacia Miyu crecía por momentos.

-He estado en otro sitio estos últimos días... Había notado tu ausencia pero desconocía el motivo y ya sabes como es Andou-sama conmigo. Me da la información que más preciso.-Miyu sabía, más o menos, cual era mi papel en la familia Fuchirinawa.-Las notas son importantes pero, ¿de qué sirve un sobresaliente si estás en cama luchando contra la fiebre? Así que, ya que has aceptado venir conmigo, vamos a la cafetería y nos relajamos un rato.-

Sin darme cuenta, una sonrisa cariñosa había aparecido en mi rostro. Y la dejé estar.

- Creí que Aoi te lo diría... Es más, se lo pedí para que no os preocuparais. Pero supongo que solo habló con Andou-kun.-Acaricié sus manos unos instantes, para después soltarle intentando no agobiarle con la cercanía.- Sé que debería cuidarme más, Knives-Kun... Pero necesito estar en clase sea como sea. Los exámenes están próximos y si padre ve que bajé el rendimiento se preocupará bastante.-Sonreí nuevamente con ternura para después enganchar mi brazo al de él, haciendo una "anilla" tras eso tiré para ir hacia la cafetería.- ¿Y tú cómo estás? Hace días que no se nada de vosotros, tenía tantas ganas de veros... Aunque Andou-Kun pareció huir ¿Está enfadado conmigo?-Lo miré con preocupación, pero no perdí la sonrisa en ningún momento.

-Pues Andou-sama no me ha dicho nada, entonces.- Últimamente, sólo me hablaba de cosas triviales o encargos que me hacía...-Eres una chica de sobresaliente, dudo mucho que tu padre te regañe por unos días que estés en cama... Es más, pensaba llevarte la tarea si tardabas un día más en volver. Me alegra que no sea el caso... Es decir... Que me alegro de q-que estés bien y vengas por que eso es d-de que estás bien... ¡Pero también me encantaría ir a tu casa aunque eso signifique que estás mala! P-pero... Errr... ¡Qué me alegro de que vengas!-

¿Qué narices te pasa? Sueles ser seguro y te trabas en esas últimas palabras... ¡Idiota! Ciertamente, no se que me pasó para ponerme tan nervioso. Bueno, si lo sabía... Acarició mis manos con cariño... ¿Cómo interpretar eso? ¿Es simplemente por que ella es así? Si, seguramente... No te hagas ilusiones...

-¿Y-yo? Estoy bien-Contesté trabado por el tirón de brazo.- Yo tamb... Nosotros también teníamos ganas de verte. No se que le ocurre a Andou-sama, últimamente está en otro mundo... No está enfadado contigo, ¿quién podría estarlo?-

Noté que se ponía nervioso, pero no entendía por qué. Nos conocíamos desde hacía bastante tiempo en realidad y habíamos pasado muchos ratos. Me llevé un dedo hacia los labios pensativa, pero después volví a sonreír a la par que giraba un poco la cabeza.- ¡Yo también me alegro de estar otra vez aquí! Los días son muy aburridos cuando no os veo ¿Sabes? -Mi dedo se posó en su mejilla, picándole. Intentaba que reaccionase, verle así de nervioso era extraño incluso para mi que le conocía. Y.. ¿A mi casa? ¡Pero será tonto! Si puede venir cuando quiera.- Knives-Kun, sabes que puedes venir cuando quieras... ¡Incluso si necesitas ayuda para tus tareas! Podríais venir una tarde Andou-Kun y tú para merendar ¿No? -La verdad que me hacía ilusión.

Cuando empezamos a caminar lo miré unos segundos, sonriendo después a la par que negaba con la cabeza.- Estar enfadado no es divertido. Pero es cierto que Andou-kun estos días está extraño... Y por eso me preocupé, quizás solo está cansado o tiene mil cosas en la cabeza  ¡Hablaré con él! Tantas veces sean necesarias para que vuelva a sonreír ¡Y lo mismo contigo, gruñón!.-Exclamé mientras reía de forma suave, aún agarrada a su brazo con ternura.

-No soy ningún gruñon, debilucha.- Le dije de broma. Ya estaba más tranquilo y relajado, volviéndome incluso simpático y divertido. Sólo me pasaba con ella. Y con Andou si estaba de buen humor.- ¿Qué te apetece tomar? Yo estoy deseando una buena taza de té caliente.-

Me encantaba llevarla del brazo. Tanto por el sentimiento que me hacía verme como un caballero medieval acompañando a una damisela, como por el hecho de que podía estar así con la persona que quería tanto. Sin que esta vez mi corazón saltara, puse mi otra mano encima de su brazo por el que me tenía cogido. Lo vi algo más normal, no tan íntimo. Un gesto, como he dicho, caballeroso.

¿Me acaba de decir debilucha? ¡Cómo se atreve! Él es un gruñón Sonreí por mis pensamientos mientras lo miraba. Seguía siendo el mismo de siempre, el niño que conocí cuando Andou pasó a ser mi mejor amigo y por muchas cosas que hubieran pasado entre nosotros, nuestra amistad no había hecho más que crecer. Mi mano se aferró con algo de fuerza al brazo de él, mientras mi cabeza se apoyaba contra el mismo brazo a la par que caminaba Prometo estar ahí siempre que me necesitéis, da igual el motivo o la razón, estaré con vosotros. Levanté un poco la mirada para mirarle mientras sonreía, había sentido como él ponía su mano sobre mi propio brazo, cosa que me gustó. Se veía que estaba mala, pero igualmente ese brillo en los ojos de felicidad no desaparecía.- Creo que tomaré... Un cacaolat caliente. Hace tanto frío que tomar otra cosa sería un grave error.

Caminamos hasta la cafetería, pero hasta que no llegamos no me separé. Suavemente ese agarre se rompió, mientras mis manos se deslizaban, para ahora sí, separarme un poco. Le indiqué una de las mesas con la cabeza, encaminándome hacia allí. Mientras me acercaba me quité el abrigo, dejando ver el uniforme del lugar. Con sumo cuidado colgué el abrigo en el respaldo de la silla y después me senté, mis brazos acabaron sobre la mesa y mi cabeza entre mis manos mientras le miraba sonriendo.

Me encantaba su sonrisa, daba vida incluso allí donde sólo había muerte. Ese es uno de los motivos por el que decidí convertirme también en su custodio. Una chica como Miyu no se merecía sufrir por nada del mundo y yo evitaría en la medida de lo posible que ella recibiera algún tipo de daño. 

Cuando llegamos a la cafetería y se separó de mi brazo, sentí el frío en él dado que había dejado su calor en mi. Por costumbre, antes de sentarme, miré a todo aquel que estuviera en la cafetería, examinando a cada individuo en busca de algo que me pusiera en alerta. Era ya una manía, casi un ritual incluso. Y más aun cuando voy con Andou o Miyu. 

Me senté suspirando por el calor que hacía dentro de la cafetería. Bajé la cremallera de la chaqueta y la colgué del revés en el respaldo de la silla. Así sólo tendría que meter las manos en las mangas y listo. Abrí un poco los ojos, con una media sonrisa, al ver como Miyu me miraba.

-¿Por qué estás tan feliz? Cualquiera diría que nos vimos hace sólo unos pocos días.- Pregunté divertido. ¿Como se podía ser una criatura que amara todo cuanto viera? Le solté una broma -A ver si la fiebre te está haciendo delirar y me ves más guapo de lo que soy-

- ¡Knives-Kun! -Me puse completamente recta, llevándome una de las manos hacia la cara, desviando un poco la mirada, pero después la volví hacia él riéndome.- Pues claro que estoy feliz por verte... Por veros. Y, la verdad que sé que si soy feliz.. A-andou-Kun, lo será... Y t-tú...-Abrí los ojos por completo, sintiendo mis mejillas arder ¿Fiebre? No, claro que no. Sacudí la cabeza.- ¡Y debes saber! Que eres un chico muy guapo... Seguro que tienes más de una admiradora ¡Y no es necesario delirar para saberlo!-Reí de nuevo, mis mejillas se habían "calmado" y ese rubor había desaparecido por completo.

Por dentro reí pero no de ella, si no de la situación. Me hizo feliz verla sonrojada y avergonzada, como yo mismo me sentí hace unos segundos. No entiendo como no tiene novio...

-Tranquila Nishimura, sólo bromeaba.-Dije con una amplia sonrisa.- Sabes perfectamente que no tengo admiradoras, apenas tengo trato con el resto de la gente... Pero gracias por el piropo, y más aun cuando viene de alguien que es tan hermosa como una rosa del desierto.-

Al verla también tan nerviosa como yo, hizo que me tranquilizara, que me sintiera a su altura. Cosa que agradecí por que desde que la conozco, siempre quise decirle lo bella que me parecía.

-Bueno, voy a por ese té y tu cacaolat. ¿Quieres algo más para acompañar?- Pregunté levantándome de la silla antes de ir a que nos tomaran el pedido.

-Knives-Kun... Dime Miyu ¡Te lo ordeno! -Mis palabras pese a parecer "tajantes" en mi rostro no se vio rastro de enfado o molestia, al contrario. Solo apareció otra dulce sonrisa. Junté las manos por delante del pecho, entrelazando después los dedos, tomando una pose más relajada. Aunque en mi estómago aún sentía ese nerviosismo... Nerviosismo que pareció volverse más notable cuando él habló, aunque no me sonrojé si no que reí de forma suave, como restando importancia.- Vamos vamos... No digas esas cosas, estás equivocado.-Ahora sí, mis mejillas se volvieron a ruborizar por lo que intenté llevar el tema hacia otro lado y agradecí que él me preguntase.

- No, gracias Knives-kun... Tan solo el cacaolat.-Asentí con la cabeza, haciendo que algunos mechones de pelo se metiesen en mi rostro, pero los aparté con suavidad.

- Muchas gracias, Knives-Kun.-Musité cuando él dejó frente a mi el cacaolat. Esperé a que se sentase en frente una vez más, para después mirarle unos segundos, escuchando su pregunta. No pude evitar sonreír con dulzura mientras llevaba mi mirada hacia las cristaleras, la lluvia era  triste, no me gustaba... Pero me recordaba a ese día.- 7 de Mayo, ese día fue cuando falleció mi madre... Recuerdo que Aoi tomaba con fuerza mi mano, yo era la fuerte de las dos.-Posé mi cabeza sobre la mano, sin perder la mirada de la cristalera observando las gotas caer.- La primera semana padre no quiso que fuésemos a clase, él conocía nuestro dolor... Y lo respetó.-Cerré los ojos con cansancio, pero los abrí de nuevo.- Llovía como este mismo día... Estaba sentada en uno de los columpios de la escuela... El agua me mojaba, pero no me importaba, como tampoco me importaba las risas y bulas de esos dos niños.-Apreté con fuerza mi falda bajo la mesa con la mano libre. Mi voz pareció temblar, pero de mis labios no desapareció la sonrisa.- Entonces apareció Andou-kun... Golpeó con fuerza a uno de ellos, haciendo que saliesen corriendo ¿Por qué? No lo entendía... Por qué alguien de curso superior se paraba a defenderme.-Recordé el momento con una sonrisa. Podía notar nuestro primer abrazo, había sido extraño, pero bonito.- Corrí hacia él, abrazándole con fuerza... Para que no siguiera con esa pelea. Y entonces, le dije Siempre Juntos..

Aparté la mirada del cristal, para poder mirarle a él.- Y poco después... Apareciste tú.-Llevé la taza hacia mis labios, para tomar un pequeño sorbo, tras eso volví a posar la misma sobre la mesa.- Creo que lo que más me sorprendió... Fue tu cara al verme cruzar el patio corriendo en busca de Andou-Kun para abrazarle...-Reí divertida mientras negaba- Salía de una de mis clases... Cuando lo vi y te vi. Corrí tan rápido pude, estampándome contra él, al separarme te vi, allí, estático.-Alcé un poco la mirada, para hacer recuerdo de aquella situación.- "¡Miyu a su servicio! PuU~" te grité poco antes de ponerme frente a ti, pero no fuiste ni siquiera capaz de mantenerme la mirada, soltaste un Tch...-Hice un puchero, pero no dejé de sonreír.- Me sentía tan ofuscada, que te perseguí toda la mañana para que me dijeses tu nombre o me hablaste... Creo que al final comprendiste que era tan cabezota que... No te quedaba más que hablarme.-Lo miré de nuevo sonriendo.- Y si no hubieras cedido... ¡Hubiera insistido aún más!-Volví apoyar mi cara en las manos, mirándole directamente con una sonrisa.- Andou-kun y tú sois todo cuanto necesito... Mis mejores amigos -Bajé la mirada para observar mi cacaolat.- Son buenos recuerdos ¿No crees? Da igual cuan triste sea el pasado, siempre hay buenos recuerdos que lo hacen brillar...

Escuché toda la historia sin apartar la mirada de ella y cuando finalizó, sólo pude mirar a mi té con una sonrisa que hacía mucho no era tan sincera. Era cierto y lo recordaba enteramente pero jamás escuché su versión. Por aquel entonces, ya estaba a servicio de los Fuchiriniwa y, realmente, cuando vi a Miyu correr hacia Andou, estaba preparado para intervenir pero Andou me detuvo rápidamente con un simple gesto, por si mi total sorpresa. Y una parte de mi sintió un cierto celo de Miyu cuando Andou la dejó abrazarla tan abiertamente y conmigo ya no tenía ese trato. Pero al final, Miyu me enamoró.

-Sabes... Para mi, la lluvia, significa la llegada de vida. A pesar de que mi madre también murió en un día como éste.-Jamás le había contado lo sucedido a nadie, salvo a Andou y su familia que se enteraron directamente por la policía.-Llevo viviendo con la familia de Andou-Sama desde antes de secundaria. Y tu nunca supiste el por que: Era una noche como esta y yo volvía a casa pero sin demasiada prisa por que odiaba mi hogar. Lo llamaba hogar por que era el único sitio donde podía pasar la noche. Mi madre siempre me odió por parecerme tanto a mi padre, el cual nos abandonó. Y esa noche, nada más abrir la puerta de casa, la encontré muerta, asesinada. Un ladrón había entrado y habían tenido un forcejeo, llevándola a su muerte. Y el padre de Andou-Sama me acogió en su hogar como si fuera un hijo más. Todo gracias a Andou-Sama-

Mientras le relataba la historia, no dejé de mirarla a los ojos. Mi voz no tembló, no transfirió ningún sentimiento de tristeza o de angustia. Era, simplemente, una historia que me importaba más bien poco. Y preferí no contarle a Miyu los detalles más sangrientos de la historia o que realmente soy el guardaespaldas de Andou y su hermana.

-Sinceramente, Miyu-Chan, eres una de las chicas más fuertes que he conocido y perseverantes. Eres la única que ha llamado mi atención, aun que fuera por la fuerza y la tozudez.- Bromeé tomando un trago de té. Y entonces me decidí a proponerle algo- Oye, esta tarde tengo un campeonato en la escuela de kendo, nada formal la verdad. Es simplemente para comprobar el nivel de cada uno y ver como se las apaña contra uno o dos oponentes. ¿Te gustaría venir y animarme? Así puedo presumir de tener una amiga tan guapa, o al menos alguien que viene a verme.-

Eso último lo dije con una suave risa, me hacía muchísima ilusión que viniera. Andou siempre me animó en karate pero a él no le gustaba el kendo. Decía que "las armas son para los débiles, el cuerpo es la auténtica arma". 

- Lo siento... Y-yo... No sabía nada, Knives-kun.-Y era cierto, la verdad era que jamás habíamos hablado sobre esto. Para mi la historia de mi madre era un tema que evitaba casi siempre y meterme en la de otros, me lo tenía casi prohibido. Miré mi taza mientras jugaba con la cuchara dentro del cacaolat.- Todo ser vivo debe morir, pero jamás desaparece mientras nosotros los llevemos aquí..-Posé la mano diestra sobre el pecho, sonriendo con tranquilidad. Volví a mirarle.- Y todo pasa por algo. La familia Fuchirinawa es buena... Sé que esto era lo que el destino tenía deparado para ti. Todo lo que pudiste sufrir siendo un niño, ahora se verá compensado con ellos ¡Claro que sí! -Ladeé un poco mi cabeza sonriendo con tranquilidad. Quizás estaba triste por dentro, pero era algo que jamás dejaba notar a nadie, no era mi forma.- Me alegro tanto que Andou-kun te acogiese... El es buen chico pese a que digan lo contrario. Yo le conozco, yo sé que no es malo...

Cuando me describió no pude más que reír haciendo un suave gesto con la cabeza, quitándole importancia al asunto. Nuevamente tomé un poco de mi cacaolat, sujetando la taza con ambas manos.- Hiciste bien en ceder rápido... De no ser así, hubiera sido tu peor pesadilla, no te hubiera dejado hasta que me hicieras caso. Ya sabes.. En este terreno nadie puede ganarme.-Reí levemente, posando la taza. Llevé mi mano hacia los labios mientras tosía, tras eso abrí mucho mucho los ojos a la par que daba una palmada en el aire frente a mi cara.- ¿De verdad? ¿Podré ir? ¡Estaré encantada de ir a animarte! Seré tu fan número uno .-Mis dedos se entrelazaron e incluso mis ojos brillaron de ilusión.- No, no, seré no... ¡Soy tu fan número uno! Animaré a Knives-kun y le transmitiré mi energía ¡Claro que sí! 

-Cuanto me alegra el que asistas- Dije emocionado. En verdad hace tiempo que quise decírselo a ella. 

Al principio, la Señora Fuchirinawa venía a animarme y con mucho fervor. Pero con el tiempo, ha estado más atareada y ahora me había quedado sólo. Al Señor Fuchirinawa estaba siempre muy ocupado en sus asuntos, Andou despreciaba la espada y su hermana... Bueno, ella a veces le intentaba provocar de forma que sólo una mujer sabría y, para mi, era tanto cargante como agobiante. 

-Oye, Miyu... ¿Ahí algo que quieras saber de mi? Quiero decir... Yo se cosas de ti dado que eres la más parlachina de los tres pero... Yo siempre he estado más callado y escuchando, además de que Andou siempre ha tenido más protagonismo que yo por su gran carisma. Si quieres preguntar algo, adelante. Es tu oportunidad.- Le dije apoyando los brazos y cruzandolos en la mesa. Mi expresión era atenta y ansiosa, tenía ganas de que ella supiera cosas de mi. Nada demasiado revelador, por supuesto, pero estaría muy bien que, por una vez en mi vida, dejara pasar a alguien dentro de mi coraza.

- ¡Vaya! Me das permiso para preguntarte.-Reí divertida mientras me acomodaba bien. Bajé la mirada hacia mi taza mientras daba vueltas con la pequeña cucharilla.- La verdad es que sé poco de vosotros... Sois mis mejores amigos pero os cuesta demasiado abriros, no entiendo por qué.-Alcé un poco los hombros, mostrando mi pequeña sonrisa todo el tiempo. Aunque había bajado el tono no estaba triste, ni tampoco molesta.- Siempre tuve intriga... Todos estos años solo te vi con Andou-Kun ¿Qué haces cuando... Salimos de aquí? Quiero decir ¿Alguna chica kawai? O quizás... ¿Algún hobbie aparte del Kendo? Me gustaría conocerte mucho mucho más... Creo que detrás de esa máscara de misterio, hay un gran chico.-Lo miré sonriendo, mientras apuraba un poco mi taza de cacaolat.