Partida Rol por web

Krypteia

Prólogo de Eira

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23/03/2020, 20:42

Estabas a medio desayuno cuando, Wilson, tu asistente personal, se vio obligado a interrumpirte.

-Perdóneme que le interrumpa, Lady Eira, pero el mensajero de la orden acaba de llegar con una misiva urgente para usted-

Acto seguido, deposito sobre una bandeja de plata la carta, correctamente cerrada y acuñada con el sello oficial del Gran Maestre de la orden de paladines de Zenymar. 

Al abrirla, pudiste leer que se te convocaba de inmediato a una reunión de extrema emergencia de asunto clasificado. Por tu experiencia, sabías que debía de tratarse de un tema extremadamente serio. Bien podría ser un peligro inminente para el reino. 

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23/03/2020, 20:51
Eira

Como era habitual, Eira bajó a desayunar temprano, con una ligera y elegante bata de seda de color lavanda. Le gustaba que lo primero del día fuera comer. No sabía lo que la jornada podría acontecer y prefería tener energía en el cuerpo para afrontarlo.

Acostumbraba a desayunar sola, por lo que la única compañía que tenía era la de su asistente y el resto de criados que revoloteaban por allí.

Tras prepararse la tostada, la dejó a un lado mientras hacía lo propio con los pequeños huevos de codorniz. Mientras los aderezaba, Wilson le indicó que tenía una carta urgente. Le dio un bocado al pan mientras abría la misiva con curiosidad. -Del Gran Maestre- mencionó visiblemente sorprendida. No dijo nada más, simplemente asintió con la cabeza, pensativa, guardó la carta en el sobre y terminó de desayunar con ligereza.

-Gracias, Wilson. Puedes tomarte el día libre si así deseas- le informó con una agradable sonrisa que ocultaba la incertidumbre y ansias que había despertado en ella las palabras escritas sobre el papel.

Marchó a su habitación con pasos ligeros y rápidos, pero no demasiado para no despertar la curiosidad de quien pudiese verla. Debía prepararse y marchar a aquella reunión tan urgente.

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23/03/2020, 21:22

Recorriste los largos y blancos pasillos de la mansión hasta tu cuarto. Allí, acabaste de acicalarte y no tardaste en vestirte la armadura, dedicando unos minutos para asegurarte de que el servicio no se había dejado ningún recoveco sin limpiar y abrillantar. Después, te abrochaste el cinto con la espada y te colgaste el escudo en el amarre de la espalda. 

El sol apenas había acabado de salir. Las calles todavía estaban desiertas, a excepción de algunos artesanos, panaderos y agotados guardias que regresaban al cuartel después de hacer el turno de noche. 

Sin muchedumbres que ralentizaran la marcha, no tardaste en llegar a la plaza del rey; una gran plaza en pleno centro de Zenymar donde se encontraban las mejores tiendas, tabernas y posadas del reino. Además del Castillo de Plata, cuartel general de los paladines. 

Los novicios* de la entrada saludaron como correspondía y te dejaron pasar.

Dentro, estaba todo muy tranquilo. Raro, pues con una reunión de emergencia, lo normal sería que estuviera atestado y todos corriendo de un lado a otro. 

Subiste las escaleras de la gran torre. En lo alto, desde dónde se podía ver toda la ciudad, estaba el despacho del Gran Maestre. 

La guardia personal, esos que solo te dejan pasar si has sido convocado, apartaron las lanzas que mantenían cruzadas, permitiéndote el paso. 

Dentro, viste a Sigmund sentado a su mesa escudriñando un mapa, acompañado únicamente por un caballero de melena blanca bien peinada hacia el lado, con una cuidada barba del mismo color. Ataviado con ropas militares negras. El Gran Maestre de indica que te acerques.

Notas de juego

*Paladines recién ordenados. El rango más bajo de la orden

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24/03/2020, 14:22
Eira

¿Armadura?: perfecta y brillante.

¿Arma?: perfecta y brillante.

¿Escudo?: más de lo mismo.

Tras peinarse el cabello en una coleta alta estaba lista para partir, por lo que no se demoró más. Salió de la mansión con decisión, sin precisar de guardaespaldas como insistía su madre, ni mayor rimbombancia.

Devolvió el saludo con amabilidad a quienes le daban los buenos días, pero no se detuvo a intercambiar diálogos insustanciales.

En pocos minutos llegó a su destino. Cuando atravesó las puertas notó que algo no marchaba como debía. ¿Dónde estaba el movimiento? Si era una reunión tan urgente, precisaría de varios de sus hombres. Y sin embargo allí estaba Eira, sola. No descartaba que pudiera tratarse de algún tipo de novatada de mal gusto hacia algunos veteranos por algún motivo que escapaba a su comprensión.

Apretó los dientes y mantuvo la compostura. Si era una broma la aguantaría hasta el final.

Sin embargo, al llegar a las puertas del Gran Maestre, las dudas volvieron súbitamente y con mayor intensidad. Los guardias le abrían el paso, esto iba en serio.

Entró en la estancia, manteniendo los nervios a ralla.

-Gran Maestre- saludó, poniendo el puño cerrado sobre el pecho e inclinándose hacia su superior. -Se presenta la paladín Eira-. Era consciente de que no era el único en la sala, pero tampoco veía procedente el preguntar por su acompañante. Lo que sí llamaba su atención era el hecho de ser la única paladín en el lugar.

Esperó en pie pacientemente, erguida y con las manos cruzadas por delante de su cuerpo. Sigmud le indicaría qué hacer: tomar asiento o simplemente escuchar de qué trataba aquella reunión tan importante.

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24/03/2020, 15:10
Gran Maestre Sigmund

Con un gesto con la mano, el Gran Maestre te invitó a sentarte en una de la sillas.

-Bienvenida Eira. Siento haberte tenido que avisar tan repentinamente, pero... Bueno, ya sabes lo que es una emergencia. Iré al grano. Él es el señor Nathaniel Wordsworth. Nos ha traído información más que fiable sobre un peligro que acecha demasiado cerca de la ciudad- Sigmund hablaba rápido, apurado. Algo raro en el, pues era conocido por ser una persona calmada y sensata.

-Por favor- Le indica al caballero que os acompaña. -Es su información al fin y al cabo-

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24/03/2020, 15:16
El Rector

-Permítame saludarla en primer lugar- No complementó sus palabras con ningún gesto. -Tal y cómo ha dicho el Gran Maestre, traigo información de vital importancia- Su voz sonaba grave y profunda, muy limpia.

Señaló el bosque al norte de la ciudad apoyando el dedo en el mapa. 

-Justo aquí, un poderoso nigromante ha establecido su aquelarre. Se por buenas fuentes que está creando un numeroso ejercito de cadáveres. No hay pruebas de que vaya a atacar la capital, y en caso de hacerlo no causaría muchos estragos a corto plazo. Sin embargo, cabría la posibilidad de que los acuíferos se contaminases y de que los cuerpos, acabasen extendiendo una epidemia. Este es el auténtico problema. Muchos de esos cadáveres los han buscado expresamente en lugares asolados por pestes. Será tu cometido acabar con ese aquelarre- Sentencia, firme.

¿Sola? ¿Contra un aquelarre de nigromantes con un ejército de muertos? El hombre debía de estar majara. Para eso haría falta un grupo bien armado.

-Por supuesto, no espero que vayas sola. Él te acompañará-

Miró una ventana. Allí, en la repisa, había un joven poco mayor que tú sentado que había pasado desapercibido. Por su aspecto, debía de ser uno de esos bárbaros del norte. 

-Es con diferencia mi mejor estudiante. Ubbe- Se dirigió al muchacho. -Esfuérzate en tratarla correctamente- 

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24/03/2020, 17:56
Eira

Tomó asiento, tal y como le indicó con su gesto Sigmund, sin demorarse. Siguió con templanza su discurso, el cual continuó el otro individuo, un hombre de avanzada edad llamado Nathaniel. Le escuchó de igual modo. Su superior parecía tenerle respeto, por lo que Eira debía mostrarse de igual modo.

El tema a tratar no era cosa de broma, aunque le sorprendía que hubiesen contado únicamente con su persona. Había abierto la boca para preguntar acerca de algún tipo de apoyo cuando Nathaniel presentó a su alumno. Eira le miró con cierta suspicacia. Un tic en su labio daba que pensar que contenía con mucho esfuerzo una mueca de desagrado cuando comprendió que trabajarían juntos.

-Un bárbaro- constató con calma. -¿Por qué no alguien más de la orden de los paladines, si se me permite la pregunta?

Con todo, se puso en pie, consciente de la urgencia de la misión. Incluso el Gran Maestre era incapaz de ocultar sus nervios ante la situación. Lo correcto era mostrarse lo más dispuesta posible y demostrar que estaría a la altura de la situación. -Puede contar conmigo, Gran Maestre- volvió a llevarse el puño derecho al pecho mientras se inclinaba hacia su superior.

-Partiremos en la mayor brevedad posible- suponía que ante lo alarmante de la situación, ya tendrían los caballos preparados para partir. -¿Acudimos al establo o nos esperan fuera?

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24/03/2020, 21:13
Gran Maestre Sigmund

-Veras Eira... Esta no va a ser sólo una misión. El señor Wordsworth dirige una academia de élite y actualmente está buscando alumnos. Al saberlo pensé inmediatamente en ti; en todo lo que aprenderías allí y lo que acabarías aportando aquí. Además, va a ser la prueba de acceso. Si consigues superar la misión y demostrar ser digna, irás a la Krypteia-

Conocías esa academia. Muchos nobles de la ciudad donaban ingentes cantidades de dinero a ese lugar, intentando enchufar a sus hijos. Sabías también que Himmund, el pequeño de los Ferensby había entrado hace unos años y había sido un honor celebrado por todas las familias allegadas, la tuya incluída.

Y te estaban dando la oportunidad de entrar...

-Se muy bien que puedo- Contestó. -Partiréis de inmediato. Ya he ordenado preparar dos caballos en los establos de la puerta norte-

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24/03/2020, 21:22
El Rector

-No has dejado ninguna sorpresa para final- Bromeó con el Gran Maestre. -Es tal y cómo ha dicho. Pero no te extralimites. Lo importante es que vuelvas con vida. Se nota que eres una joven con mucho potencial. Sería una lástima que se perdiera por una decisión temeraria- 

Se volvió al bárbaro. -Ve con calma. Sabes de sobra que pocos pueden seguirte el ritmo. Ten paciencia y manteneos juntos en todo momento- 

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24/03/2020, 21:26
Ubbe

Había permanecido en silencio todo el raro. Al principio mirando por la ventana la enorme ciudad que se extendía a sus pies. Después, cuando entró la joven de cabellos dorados, su cuerpo y sus curvas. 

Se levantó de un salto en cuanto el Rector mencionó su nombre. -Como diga, Rector- Dijo mientras se acercaba a la chica. Su voz era grave, enérgica y algo rasgada. Con un toque de picardía. -Despacharemos a los nigromantes y volveremos sanos y salvos para cenar- Miro a Eira. -¿Verdad que si?- Fue a darte una palmada amistosa en la espalda... Que casi te tira hacia delante. Casi. 

Una mueca de sorpresa se dibujó en su cara. Miro al rector, después a la joven de nuevo. -Puede que lo consigaSe mantuvo unos segundos inmóvil y en silencio, pensativo. Después se giró en un arranque de energía. -En marcha-

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24/03/2020, 21:44
Eira

Ante la mención de la academia Krypteia, Eira se quedó petrificada. No sabía si decir algo, si agradecer la oportunidad, si gritar de alegría, si celebrar esa oportunidad como una bendición de los dioses. Pero todo lo que hizo fue eso, quedarse petrificada mientras Sigmund y Nathaniel continuaban con las explicaciones.

No fue hasta que Ubbe le dio la palmada en la espalda que volvió a centrarse. Por fortuna, Eira consiguió mantener la posición, aunque él se llevó una mirada incendiaria de su parte.

Volvió a inclinarse ante sus superiores antes de darse la vuelta y seguir los pasos de aquel bárbaro. Como dudaba que supiese hacia dónde dirigirse, apretó el paso sin apenas esfuerzo y se puso en cabeza para guiarlo hacia la puerta norte, donde les esperaban los caballos.

Subió sobre su montura con soltura y la espoleó para poner rumbo hacia el bosque.

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24/03/2020, 22:12
Ubbe

Silbó bastante fuerte mientras ambos bajaban las escaleras, cuando Eira le adelantó. 

-Menudo genio... Aunque casi mejor así. Me acabas de alegrar la vista- 

Se tomó un par de segundos para contemplarla. después, dio un par de zancadas hasta ponerse a su lado. 

Recorrieron los pasillos en silencio. Hasta salir del castillo de plata. 

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24/03/2020, 22:22

El bárbaro no volvió a abrir la boca en todo el trayecto hasta los establos. Se limitaba a mirar de un lado a otro, tratando de ocultar su sorpresa por todo lo que veía. También se le iba la mirada con ciertas mozas. Por suerte, no hizo nada inapropiado.

En el establo, el mozo estaba cepillando un par de buenos caballos ya ensillados y preparados para partir. En cuanto os vio, saludo a la paladín con el debido procedimiento. Con Ubbe no sabía muy bien que hacer, por lo que se limitó a hacer un gesto nervioso con la cabeza.

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24/03/2020, 22:30
Ubbe

La ciudad estaba llena de curiosidades. Miraba de un lado a otro como un niño, tratando de mantenerse frío y sereno como el adulto que era, pero le costaba conseguirlo. 

También miraba a las mozas pasar. Tan arregladas y modositas... Seguro que en la cama debían de ser como fieras salvajes. 

Llegaron a las caballerizas. Respondió al saludo del mozo con un gruñido bastante hostil, que le hizo dar un bote y alejarse asustado. A continuación miro al caballo. 

Una mueca de disgusto se dibujo en su cara, acompañada de otro gruñido. Tomó las riendas, puso el pie en el estribo... Y cayó de culo al suelo. 

-Maldita mula... Seguro que lo ha hecho a propósito. Te la cambio- Aunque en realidad, lo que había pasado era que no tenía ni idea de montar. 

- Tiradas (1)
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24/03/2020, 22:53
Eira

El comportamiento de Ubbe le parecía ordinario y muy poco correcto. Sin embargo, se guardó sus opiniones para sí misma. Tenían una misión en la que centrarse.

Ya estaba sobre su montura cuando vio al bárbaro caer de culo antes incluso de haber montado, según él porque su montura estaba defectuosa. -Claro- dijo, conteniendo la risa pero sin poder disimular una sonrisa divertida. Bajó de su caballo y le invitó con un gesto de la mano a volverlo a intentar. Visto lo visto, seguramente volvería a caerse al suelo. No podía esperar para ver semejante espectáculo de nuevo.

Finalmente, en vistas de la poca (o nula) capacidad del bárbaro con la montura, Eira volvió a cabalgar y alargó una mano para tomar la de Ubbe. -Sube y sujétate a la parte trasera del asiento- especificó. No podía impedir la cercanía de sus cuerpos, pero se cuidaría mucho de esas toscas manos. 

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25/03/2020, 12:28
Ubbe

Frunció el ceño al ver a la sonrisa de la pija remilgada sólo por haberse caído de un burro pomposo. Se puso en pie de un salto, y con un gesto con la mano y la cabeza declinó la ayuda de Eira.

-Puedo solo- Pero no era cierto. Lo intentó varias veces más, volviendo a caerse en todas. En una estuvo a pocos centimetros de aterrizar con la cara sobre una enorme y fresca boñiga. -¡Uf! Por los pelos...-

Finalmente, no tuvo más opción que resignarse.

Con la cabeza gacha, cogió la mano de la paladín y subió a su montura con cierta torpeza, llegando a estar a punto de caerse. Ya estaba rodeando su cintura con ambos brazos cuando esta le indicó que se sujetara a la silla. 

-Aguafiestas...- Musitó

 

Notas de juego

Contestas y avanzamos

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25/03/2020, 14:13
Eira

Después de demostrar que la cabezonería parecía algo intrínseco en él, Ubbe accedió a subir tras ella en el caballo. Siguiendo, claro está, sus instrucciones.

-Bien, ¡arre!- azuzó las riendas y espoleó con los talones para iniciar la marcha. Ya habían perdido demasiado tiempo.

Cabalgó a buen ritmo, tratando de evitar el galope en la medida de lo posible, tanto para no agotar a su montura como para que Ubbe no volviera a besar el suelo.

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25/03/2020, 14:21

Abandonasteis la ciudad por la puerta norte, poniendo rumbo al bosque indicado.

Al pasar por los dos afluentes del río, pudisteis ver varios soldados, templario y paladines montando un perímetro defensivo, colocando una larga barricada entre el bosque y el río.

Al llegar a la linde del bosque, bajasteis del caballo y Eira ató las riendas a un árbol para evitar que escapara. 

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25/03/2020, 14:24
Ubbe

El viaje había sido horrible. Ese caballo desbocado no paraba de dar tumbos, lo que casi le hace caer más de una vez. Por suerte el bosque no estaba lejos. A poco más de media hora a ese ritmo.

Lo primero que Ubbe hizo al dejarse caer del caballo fue besar el suelo. 

-No sabes cómo te he echado de menos- Tras un par de besos más, escupió algo de tierra.

Luego se puso en pie. Y algo en su actitud cambió de repente.

-Bien. Este es el plan. El culto está en unas antiguas ruinas en el centro del bosque. Sabemos que hay un total de seis magos. Cinco de ellos son unos peleles, aun así no debemos descuidarnos. El problema es su líder. Si las sospechas del Rector son ciertas, se trata de un poderoso hechicero ex-miembro del Circulo-

Eira conoce ese nombre. Es una de las más importantes sociedades de magos del continente. 

-Iremos campo a través, evitando los caminos. Así deberíamos esquivar a la mayoría de los muertos. Sólo tendremos que preocuparnos de algunos errantes y animales salvajes. ¿Alguna pregunta?

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25/03/2020, 14:34
Eira

Descabalgó y dejó al caballo bien atado, con la suficiente holgura como para que pudiese pacer cómodamente.

Vio cómo el bárbaro besaba el suelo con pasión. Casi le daba lástima no haber pedido un carro en su momento. Casi. Con todo, no había pensado en informarle acerca de que, probablemente, en la jornada siguiente presentaría unas intensas agujetas en sus ingles. Que fuera una sorpresa.

Escuchó sus explicaciones. Frunció ligeramente el ceño cuando mencionó al mago del Círculo. Eso podría ser un inconveniente.

-Ninguna- admitió cuando el bárbaro abrió la tanda de preguntas. En realidad le sorprendía que tuviese todo tan estudiado y la información tan clara. -Partamos- si tenían que ir campo a través tardarían algo más en llegar al centro del bosque. Lo mejor sería iniciar la marcha lo antes posible.

Eira tenía la espada desenvainada y el escudo en su brazo. Suerte que había decidido desayunar antes incluso de iniciar la jornada.

- Tiradas (1)