Partida Rol por web

Los ashigaru que embisten contra Daidoji y Yasuki estan demasiado embebidos en su furia de combate para notar que son casi los últimos de los suyos en pie.

Pero ni eso les ayuda a lograr hacer mas daño a los samurái, quienes aguantan la embestida con estoicismo.

Kuni flanquea al ashigaru que enfrenta, y arriesgándolo todo alza sobre su cabeza el arma mágica, exponiéndose. ¿Qué es la vida sin riesgo?

Baja el tetsubo de roca en diagonal contra la espalda del soldado y esta vez si le impacta de lleno, rompiendo sus costillas y enviándolo a la oscuridad…

Por su parte, los rufianes que quedan se organizan como mejor saben, abrumando a sus oponentes para sobrevivir, o retrocediendo si están heridos.

Hiroto logra esquivar el golpe dirigido a él. Pero Daidoji, sorprendido a traición mientras intentaba lancear a uno de sus rivales, recibe un tremendo impacto por detrás… El Grulla cae inconsciente al suelo, todavía sosteniendo su yari…

Valiente ha de ser el hombre que hiera a la generala Suzume. Encaja el golpe con aplomo. Era obvio tras su accionar protegiendo a la escorpiona. Pero insuficiente para detenerla.

Con gesto adusto, aprovecha y abre un claro tajo en el vientre del León, debajo de su mon, regando de sangre el suelo. El líder de los rufianes se tambalea. La sangre mana violentamente…

- Un bravo intento. Pero te falto fuerza, samurái… solo eso. +dice con claridad, sujetando la espada firmemente. La batalla esta todavia sin terminar.

El campeón guiña el ojo a Kuni tras su victoria y persigue al otro hombre que los enfrentara. Lo derriba con un golpe por la espalda, azotándole la cabeza contra las maderas del pasillo.

-Ea, puedo tomarle el gusto a esto… +sonríe, todavía inconsciente de lo que sucede en gran parte del patio.

El cuerpo de Daidoji cayo inconsciente al piso, su atacante aún se encontraba allí.  Hiroto por un instante no supo que hacer hasta que diviso el yari. Se apresuró para tomarlo con ambas manos mientras apretaba la mandíbula con fuerza por la herida del hombro.

Aferrado a la lanza se dispuso a asestarle un golpe que esperaba fuera mortal al atacante quien le mataría si no hacía algo pronto.

El hombre retiene sus entrañas, sujetándolas con fuerza mientras se apoya en la espada para no caer al suelo. Incluso un León sabe cuándo lo han vencido.

Pero no por eso se rinde. Su mirada va al bushi de rojo. Es una mirada llena de frustracion, pero tambien de significado y esperanza. Los ojos de un hombre decidido a todo para cumplir su mision en la vida.

-Ma…Matsu-san. Termina… termínala por mí. 

Los escasos guardias restantes continúan despejando el patio de rivales. La pelea es pareja, a pesar que todavía tienen la desventaja… en parte.

El más notable de ellos, ayuda a Hiroto. Este habia herido al ashigaru que lanceara a Daidoji, con el yari de este. Pero aunque seria, la herida no era fatal. El espadazo, que llega por el otro flanco, acaba con el hombre, dejando solo un par de rufianes frente a ambos… 

Avanza raudamente. Sus movimientos son pasos largos y fuertes, como una embestida dirigida hacia Nana. 

-Hai… Muere, Suzume!+grita, y en la voz ahora puede oírse que es una mujer…

Pero su ímpetu es demasiado. La generala desvía la estocada poderosa pero imprecisa con el anverso de su katana, incluso herida como se encuentra. La leona, pues eso es... se ha confiado de la sangre en la gorrion.

Muy pocos de los rufianes siguen en pie, y todavía dan batalla. Pero la caída de uno de sus líderes, más bien dos considerando al Akodo, los ha desmoralizado…

Sus golpes son sin tino. No obstante Kuni se apresura a unirse a Yasuki, para indicarle a dos que están rodeando a otro guardia. Pueden ayudar todavía un poco más quizás…

Invierte la defensa en un tajo, girando la muñeca y el brazo a medida que traza el semicírculo de acero. Su filo encuentra el cuerpo de la Matsu fácilmente, su guardia muy floja tras la embestida anterior…

Pero el tajo es débil. Realmente la herida ha mermado sus fuerzas. Puede que solo provocara a la Leona.

Nana completa el paso con que ataca y termina en guardia nuevamente, sin despegarse de Setsuko, aguardando la contra que no tardará en llegar. 

Asiente a Kuni y va ganando terreno, para apoyar al hombre. Quedan muy pocos ya… la victoria parece cercana.

-¿No sería mejor rendirse? Digo, pronto estarán muertos de todas formas… solo que la ejecución será menos dolorosa. +comenta a los rufianes, para distraerles. 

Hiroto seguía aferrado al Yari como si este fuera una gema preciosa o la única que podía salvarle en esa situación de mierda, su mirada estaba recorriendo el lugar, su respiración era entrecortada tratando de mantener el dolor fuera de su mente. Su mano estaba tensa al igual que el brazo como un resorte a punto de estallar con violencia.

 El escorpión junto fuerzas de alguna manera, la yari fue su arma como la del mismo animal que representaba al Clan, lanzo un ataque nuevamente contra el enemigo mas cercano ( Maton 11)

Los guardias atacan fieramente. Donde se encuentran Hiroto y Daidoji, mientras el Escorpion logra lastimar seriamente a su rival, el hombre hace un tremendo barrido, incapacitando al otro de igual forma. Los dos heimin sueltan las armas, rindiendose, demasiado lastimados para escapar...

Los últimos matones son despejados. Kuni acaba con el que intenta tomar por el flanco a un samurái, aplastándole la cabeza con su tetsubo al mas puro estilo Cangrejo, una acción que deja sorprendido al Yasuki. Lo ha acabado antes de actuar.

Su herido compañero no tarda en rendirse. La pelea ha terminado.

Casi.

La Matsu retrocede un paso tras el cruce con Nana. La cosa va muy en serio entre las dos. Empuja con el plano de su katana al Akodo, para liberar el espacio…. Puede sentirse la tensión palpable en el aire.

Nana comprende perfectamente. La situación ha cambiado. Toma a Setsuko por un brazo, y también la aleja un poco, regresando a su lugar enseguida. Seguramente alguno de sus hombres podrá hacerse cargo de ella.

Ambas, comienzan a medirse una a la otra… Ahora que ya no hay más batalla, es solo un duelo. Sus miradas se enfrentan, mientras buscan la oportunidad, el hueco, la debilidad. Todo se decidirá en un momento. Ambas están heridas. A ambas les pesan los brazos. Una esta sola, y la otra se halla victoriosa. Realmente, no sería necesario el riesgo. Pero es una cuestión de honor.

¿O acaso alguien se atrevería a intervenir? 

La oscuridad reina en ese pasillo que se hunde en la oscuridad de la montaña, todos asustados intentan entrar, pero ella se va quedando más atrás, ayudando a pasar a los heridos,  pero los golpes de espada y los gritos le carcomen el corazón, sus más profundos miedos la dejan casi sin aliento, aunque eso no disminuye el  deseo de ir en ayuda de su amo. La joven, ya más atrás, se arrodilla y comienza a orar por ayuda, que puedan detener a los asesinos. 

Las dos mujeres se disponen, adelantando los pies derechos, al tiempo que alinean perfectamente sus espadas. Nana suspira, dejando ir el dolor por unos instantes, relajando el cuerpo para que fluya, mientras la Leona hace lo opuesto, tensándose, reuniendo su fuerza y voluntad. Todo lo cual son apenas meras insinuaciones a los ojos de los espectadores, apenas distinguibles en la forma que sus pechos se mueven y los hombros se encorvan…

Ambas estudian a la otra. Matsu tiene bien que temer. La Suzume posee la calma de los maestros cuando la mira, dejando claro que no hay lugar a cometer errores. Su oportunidad, la única, es aprovechar el dolor que debe sentir por la herida, y golpearla cuando este acometa. Hasta entonces, se trata de resistir…

Su brazo derecho tiembla de expectación, endureciéndose. Una décima de segundo. Es todo el espacio de tiempo que necesita la rinkushogan  para adelantarse… y golpear con un preciso tajo horizontal, separando la cabeza de sus hombros. La sangre salpica la arena, llegando hasta los pies del Akodo, mientras los restos de su aliada se desploman o ruedan por el patio.

Todo ha concluido. 

Kuni se aproxima a sus aliados. Su intencion es acercarse a la Suzume, pero esta lo detiene con la mano, dando prioridad a los demas invitados... Asi que este usa su magia para sanar a Setsuko, y luego una vez mas en Daidoji. La primera sale bien, pero la segunda es debil... El tambien se ha esforzado demasiado.

-Casi no tengo magia...mis disculpas.-murmura, algo avergonzado