Partida Rol por web

Abre el abanico a medias, aireándose levemente con el mismo.

-Caminos bien dispares… No creo que tengas problemas para conseguir los papeles de viaje si hablas con Chomei-san, Hiroto-kun, y le acompañas cuando regrese.  Pero de otra forma puede ser, cuando menos, incómodo. Muchos otros de los estimados Grullas no son tan abiertos en sus formas de ser y pensar. Aunque… deberás soportarlo a él. Eso puede ser suficiente experiencia aleccionadora.

Luego mira a la Shosuro, entrecerrando levemente los ojos bajo la máscara.

-Tus motivos no podrían ser más… convenientes, Setsuko-chan. No hay duda que si es la compañía de Mukashino-sama lo que deseas, el anciano siempre está dispuesto a atender a jóvenes bonitas con todo su esmero… +comenta sin sonreír+ Pero otras cuestiones… bien, creo que basta con decir que el Musha Shugyo implica viajar. Mucho y al raso. No es un peregrinaje que cualquiera pueda emprender a la ligera. ¿Me doy a entender?...

Junichiro suspiró; parecía animada y contenta, así que darle el mensaje que le iba a dar le resultaba aún más penoso. Agachó la mirada apesadumbrado; pero como ya había dicho, no iba a andarse con rodeos y habló con honestidad.

- Si, Tomoe-san... Chomei-sensei me ha pedido que le comunique que vuestros resultados en el torneo no le han parecido lo suficientemente positivos y que su... propuesta queda anulada.

Tomó aire para continuar

- Intenté que reconsiderara su decisión pero... no ha querido atender a razones. Lamento muchísimo tener que daros estas noticias... Si me permitís la opinión, no me parece justo.

La joven se enseria, apretando los puños contra el kimono, mientras su palidez natural se acentúa profundamente. Baja la vista, mirando con profunda intensidad el suave piso de madera del pasillo. Asimilando esas palabras y manteniendo la compostura. O más bien tratando de hacerlo.

-Entiendo… +murmura en tono quedo, con un acento roto.+ Si me disculpas…

¡Se gira antes de terminar la frase, huyendo a la carrera hacia el patio posterior!

Las pisadas resuenan fuertes, mientras alza los brazos para cubrirse el rostro, escapando así de las miradas de aquellos que pudieran encontrarse a su paso… pero no resulta nada difícil comprender lo que debe estar sintiendo ahora que su oportunidad se ha desmoronado.

- ¡E...esperad! -dijo Junichiro en cuanto Tomoe salió corriendo. Dudó unos instantes, pero decidió seguirla lo más deprisa que pudo.

Era de esperarse que la joven no se tomara de buena manera la resolución del odioso de Chomei-sensei, pero no esperó que saliera corriendo, en vez de asumir lo que sucedió con la mayor entereza, con esa actitud, sólo daba razón a lo que Chomei-sensei  estimó, y claro,  eso no le gustaba a ninguno de los dos, porque aquel hombre era desagradable.

La joven intentó correr, pero sus pasos eran más torpes por el molesto kimono y las getas de dama, aún así, la chica apuró el paso detrás de la joven, intentando evitar que hiciera un escándalo que pusiera su vida en peligro, y de paso, la vida de Daidoji también. 

Tomoe gira en la esquina y corre hacia los baños. Daidoji es más rápido no obstante, y pronto tiene chance de atraparla. Pero se enfrenta al pequeño dilema de ponerle las manos encima si intenta detenerla, porque la joven no parece interesada en escuchar, solo en refugiarse en la privacidad…

Suzue va detrás, más lenta por su ropa y condición, por lo que no podrá ayudarle de mucho en este momento delicado…

Junichiro fue a detenerla, pero supuso que todo aquel asunto terminaba ahí. Suspirando, dejó a Tomoe sola con sus pensamientos; ya había conseguido hacer enfadar a Chomei, y no convenía empeorar aún más la situación con un comportamiento indecoroso.

Suzue finalmente alcanza a Daidoji, quien se detiene en medio del patio. Los dos están parcialmente solos, (puesto que algunos sirvientes entran y salen algo más allá de la zona de almacenes y la cocina) pero nadie más presta atención al incidente realmente. Asi son los únicos testigos mientras Tomoe se introduce a la carrera en los baños para mujeres, a desahogar su frustración.

Unos instantes después se escuchan algunos gritos y chillidos de protesta, emitidos por más de una voz.

- ¿Y ahora que ocurre? -comentó el grulla, dirigiéndose a donde venían los gritos

Había sido un desborde terrible, Suzue se acerca a su amo, y se queda mirando a al mujer alejarse. Los sirvientes siguen saliendo y entrando,  y si no fuera por eso, de seguro hubiera tocado a su mano.

- ella deberá... determinar como realmente debe comportarse, aunque.. luego de esto, mi señor. quizás aquel hombre tenía razón, y en ese caso, le ha hecho un favor - emite su juicio cuando escuchan los chillidos, la chica va detrás de su amo, hacia la fuente de aquellas protestas, que aun no pueden entenderse.

Obviamente no podía entrar en el baño de mujeres; se imaginaba que Tomoe estaría pagando su frustración con algún sirviente. Pero quería asegurarse de que no iba a hacer ninguna tontería

- ¿Podrías pasar y ver que ocurre? No te impliques; solo... echa un vistazo -le dijo a Suzue
 

La joven infla apenas sus mofletes, pero luego asiente, lo hará por él, no por ella. la joven  inclina su cabeza y entrar en el baño, para buscar a la mujer y saber que sucede, intentando no involucrarse. 

-Lo se- Respondió Hiroto – Pero deseo aprender que hay más allá y quizás el comportamiento más errático es el de los grulla, su emblema puede ser la grulla un ave tranquila pero a la hora de cazar.. es veloz y mortal para el pequeño pez – agrego.

- Si poseo su visto bueno Togo- Sensei, procurare hablar con Chomei-sama, y esperar que sea invitado a las tierras de la Grulla-

Tras unos segundos hizo una pregunta – Algún consejo o encargo?-

Dejando a Daidoji-sama afuera te adentras al baño de mujeres. Es un lugar tranquilo, y honra principalmente la función de bañarse. La mitad izquierda es una gran alberca de agua caliente, con capacidad para más de una docena de personas. Enfrente se encuentran los lavatorios. Las letrinas en si se hallan al fondo, como así también la sala desde donde se calienta el agua.

Puedes ver que además de Kakita-san, hay otras dos mujeres. Seguramente sean otras invitadas, pero como carecen de ropas y no has tenido chance de verlas bien, es difícil reconocer cuales.

Las dos jóvenes desnudas son una pequeña y otra más alta, ambas bonitas. La menor se esconde tras la mayor, quien bastante despreocupada de su desnudez se halla erguida con el agua hasta las rodillas, y mira furiosamente a Tomoe. La misma tiene el rostro cubierto de lágrimas, como así también los dientes apretados en una mueca rabiosa… Guardan silencio, como si se evaluaran, y tienen los puños cerrados. No estarán pensando…...

Solo te resta esperar. Los gritos cesan rápido, justo cuando Suzue entra a reconocer el sitio. Quizás por verla.

¿Quién más estará dentro? Más importante aún, ¿Cómo puedes ayudar sin comprometerte?

No es una situación envidiable depender solo de la pequeña sirvienta…

-Solo que recuerdes tu lugar… La grulla no solo es peligrosa para el pez, Hiroto-kun. Seria cuanto menos desagradable que fueras parte del menú.

Deja las palabras caer por su peso. El Escorpión y la Grulla son rivales eternos en el juego de las corte. Perder allí sería una mancha muy difícil de borrar. En especial si vas por tu cuenta. Tuya seria toda la responsabilidad, tanto de la gloria como del fracaso. Así de simple.

Pero una cosa es de resaltarse… y es que no intenta disuadirte ni detenerte. Solo es una advertencia.

El grulla no podía hacer otra cosa que esperar a que Suzue volviera; quería ayudar, pero en aquella situación, dar un paso en falso solo empeoraría las cosas.

Asintio con una sonrisa, esto no era una prueba entre clanes si no mas bien una que se habia auto impuesto tras lo ocurrido en esta casa; tras una reverencia se retiro en busca de Chomei-Sama, era tiempo de pedir su autorizacion para acompañarle en la vuelta a tierras grullas. Hiroto pensaba que podria decir o responder el Sensei, pero se veia confiado y con ganas de progresar.

Dar con Chomei-sama no es muy difícil. El Grulla se encuentra en el patio frontal, dando instrucciones a un criado Suzume con acritud.

-… en orden. Lo mismo para los otros dos. No tolerare demoras.

Ni te nota, atendiendo algún asunto como esta. El pobre sirviente mantiene la cabeza baja, asintiendo una y otra vez, sin duda deseando acabar pronto aquella conversación. 

Hiroto se retira con un saludo en busca de Chomei, dejándote a solas con tu sensei.

El aguarda sin apresurarse estudiando tu rostro tras las palabras que pronunciara. Sin duda esperando algo. ¿Pero qué exactamente? 

A vuestro alrededor el salón está casi abandonado por todos los samurai, y solo los sirvientes rondan, preparándolo para la cena despedida de la noche. Ordenándose con mejor precisión que tus sentimientos.