Partida Rol por web

Alejarse de los recuerdos puede servir para sanar. Mas o menos esa fue la razon por la que enviaron a alguien como tu a Kyuden Suzume. Desde Shiro Usagi, son mas de 500 millas de distancia, y entre medio quedan todas las tierras del Escorpion, la Grulla y el Zorro... Tal vez sea suficiente.

Por otro lado, las tierras del Gorrion son muy distintas a las de casa, asi que no dan lugar a añoranzas. Aunque abundan las colinas, aqui no son verdes. No hay campos de arroz ni largas planicies... Solo barro, lodazales, y pedregales. Apenas aqui y alla, trozos de tierra fertil donde los Suzume cultivan su magro sustento, sin desaprovechar ninguno. Bushi y Heimin trabajan a la par, otra extraña circunstancia. Aunque tu clan es famoso por ser heroes del pueblo, es extraño ver a estos guerreros entrenados, con el wakizashi en el obi, caminando en el barro y plantando los brotes de arroz, junto a las mismas semipersonas que deben proteger. 

El marron impregna el ambiente, en las piedras, en la tierra, en las ropas y armaduras de los gorrion, y ahora tambien en tus sandalias y el borde del kimono, manchado. Las pocas notas de color son el verde de los campitos, y el gris interminable del cielo. No hay un solo dia que no llueva o este nublado. Amaterasu apenas regala de vez en cuando sus rayos en estas tierras. Puede ser otra razon por la que te enviaron aqui. Puedes aprender que no eres el unico que sufre, y como sobrellevarlo, viendo a esta gente. Quien sabe.

Kyuden Suzume aparece finalmente ante tu vista. Al igual que todo hasta ahora, es una vision extraña. Un edificio de una sola planta, en la cima de una colina pedregosa, rodeado por una firme muralla. Parece un almacen militar o una atalaya, no una casa noble. A sus pies, una aldea pequeña y sin vida se extiende. Eso es todo lo que el palacio de los Suzume puede ofrecer?

El viaje había sido largo e Ikku comprendió la necesidad de llevar aquellas molestas protecciones contra la lluvia, que le habían estorbado durante un  largo trecho del trayecto.

Observó con atención sus alrededores, como buscando algún otro edificio, al no encontrarlo, se encaminó hacia él, con paso pesado, bajando un poco el sombrero para protegerse de la lluvia y mascullando algunas insensateces propias de su juventud.

La lluvia dismimuye hasta cesar, mientras rodeas el valle de la aldea para llegar al castillo Suzume. La subida es dura, por el único camino trabajado, el cual conduce directamente a los portones principales de la residencia. A ambos lados puedes apreciar que la colina del castillo es tanto o mas pedregosa que las demas de esta tierra. Es imposible caminar en muchas partes, habria que trepar. Es logico pensar que cualquier ejercito asaltante no tendria oportunidad de cargar contra los gorrion. El sendero es la unica via  relativamente facil.

En la puerta del castillo, dos bushi fornidos, de tez algo oscura, y el mon del Gorrion en sus armaduras ligeras, te dan el alto. Ambos esgrimen yaris, ademas del daisho, y sus expresiones serias recuerdan a las de las estatuas de los templos.

-Saludos, viajero. +dice uno de ellos con extraña cortesia y una cadencia algo musical en la voz.+ Cual es tu nombre y que trae tus pasos al castillo de los Suzume?

Ikku observa a los bushis, que lo superan en tamaño, con curiosidad, todo le resulta bastante novedoso.

Con voz suave y tranquila, se explica.

-Mi nombre es Usagi Ikku, vengo como representante del clan la Liebre para el torneo que tendrá lugar

El guardia que hablara mira al otro, que consulta un pergamino y asiente. Los dos hacen una suave reverencia. 

-Muy bien, Usagi-san, le estabamos aguardando. Adelante por favor. Kashira-sama le recibirá. 

Los guardias se apartan, abriendo las puertas de madera. Tras estas, aparece un gran jardin de fina arena rastrillada, similar al que se encuentra en muchos templos. Un sendero de gravilla lo atraviesa, conduciendo a la entrada principal del caseron. Junto a esta, un hombre maduro y dos mujeres con ropas elegantes aguardan...

Al cruzar las puertas de madera, Ikku, nota que la lluvia ha cesado, eleva su mirada y desliza su sombrero de paja hacia atrás, colgando sobre su espalda. Sigue a los guardias con serenidad, prestando atención a su entorno, no porque sospeche peligro, si no por simple curiosidad por las diferencias.

Al llegar frente al trío frente a las puertas, se detiene y realiza una suave reverencia

-Saludos, Kashira-sama,un honor conocerlo.

Mi nombre es Usagi Ikku, del clan de la liebre, vengo como representante para el torneo

Manteniendo la cabeza gacha, Ikku permanece aguardando respuesta.

El hombre frente a ti es un veterano de aspecto curtido y fornido, tanto o mas que los guardias, pero de mas edad. Las dos mujeres detras, evidentemente cortesanas, con kimonos mas delicados, e instrumentos de escritura en los cuales registran algo. La figura que dirige, sorbe una taza de te despacio, la deja a un lado y sonrrie ligeramente.

-Bienvenido, Usagi-kun... Soy Suzume Kashira, daimyo de los Gorrion. Te damos la bienvenida, ya que sin duda, haz transitado un largo camino para honrrarnos con tu presencia, desde las tierras de nuestros hermanos Conejos.  Puedes dejar tu equipo aqui, que mis sirvientes se encargaran de disponerlo en la habitacion que te sera asignada. Y mientras tanto, pasar al salon, donde el resto de mis invitados descansan de sus respectivos viajes...

Al decir esto, una de las mujeres corre el panel detras, suavemente, abriendo la entrada.

-Así lo haré, el descanso sentará bien después del viaje.

Ikku se quita de encima la capa, el sombrero y el equipaje, colocándolos de forma ordenada y sencilla para que sean llevados a la habitación y se dispone a seguir a su guía al salón.

Pasando junto al daimyo, que mantiene su tranquila postura, la mujer te conduce por un pasillo de unos dos metros de ancho. Aqui esta la primera sorpresa, ya que, contrastando con el austero exterior, el interior del pasillo esta decorado con extraordinarias pinturas en pergamino y papel. Los asombrosos colores, representan toda clase de escenas. Paisajes (no muchos del austero exterior real, sino de verdes praderas soleadas), samurais en diversas actividades, hazañas de los kami, pasajes del tao... De todo esta representado con gran habilidad.

Al cabo de unos 10 metros, una segunda puerta es abierta por la mujer. Esta si, da a un gran salon.

El salon no es menos que el pasillo, todo lo contrario. Es un cuadrado perfecto, de 15 x 15 metros aproximadamente, con otras dos entradas en los costados, ademas de aquella por la que entraste. Sus muros estan cubiertos de pinturas hermosas, y a estas se le suman anaqueles con pequeñas obras de arte en metal, piedra y otros materiales, demasiadas para abarcarlas de un vistazo. En el extremo mas distante, un sencillo trono de madera, custodiado por dos bushi y un hombre de ropas elegantes, señala el lugar de honor del daimyo. 

Ademas de los guardias Suzume, poco mas de una docena de personas de muy distintos atavios se mezclan, charlando sentadas en pequeños grupos en torno a mesitas dispuestas con te y bollos de pan. Media docena de sirvientes de ambos sexos, asi como un par de mujeres vestidas de forma similar a la que te guio, se encargan de mantener las mesas bien servidas... Reconoces el verde y amarillo del Dragon, el rojo y negro del Escorpion, el Celeste de la grulla, el Purpura del Unicornio, y varios mas...

Todos dirigen una ligera mirada a la puerta, para ver quien ha llegado. La mayoria la mantiene apenas un par de instantes para reconocer el color de tus ropas, y volver a su charla....

Ikku camina por el pasillo contemplando lo que puede abarcar, se siente bastante diferente de cuando estaba en el exterior, el lugar parece más hospitalario de lo que se podría sacar de una primera impresión, una peculiar lección que aún le cuesta aprender.

Al entrar en el salón mira en derredor con tranquilidad, sabe que probablemente sea el más joven en la sala, asi que no espera ser reconocido.

Busca un lugar disponible y se aproxima.

Hay 7 mesas en total, dos bastante desocupadas. Una esta frente al trono, asi que es de suponer que sera la del daimyo, y en ella se sientan un anciano con las ropas del Gorrion, junto a un hombre de atavios Escorpion.

La segunda, que esta completamente vacia, esta a la derecha de esta, en la primer posicion del lado derecho

Siguiendo por ese lado, hay dos mesas mas. En una conversan suavemente un hombre de ropas Fenix, con una mujer de aspecto delicado y kimono celeste. La otra la ocupan completamente una Dragon, junto a un Unicornio, un Gorrion y una hermosa joven con un revelador kimono purpura, sin mon o identificativo visible.

Por el lado izquierdo, en la primer mesa esta sentado un hombre maduro de atavios monacales, solo. En la segunda, un hombre con el kimono irisado de la Libelula , junto a una mujer de rasgos duros y ropas que la identifican como perceneciente al cercano clan del Zorro. Y en la mas cercana a la puerta, dos jovenes conversan entre si, ignorando a un tercero que se concentra en comer. De los que conversan, uno tiene el negro de los Cangrejo, pero los otros dos no llevan mon alguno, al menos a la vista. 

Con cuidado, Ikku se aproxima a la segunda mesa a la izquierda, ocupada por los que asume son los representantes del Zorro y la Libélula. El viaje ha sido largo, sentarse le hará bien, o al menos eso cree.

La mesa tiene te y bollitos con los que apaciguar la sed y el hambre. Apenas han sido tocados por los comensales. Es el hombre quien primero te mira, estudiandote asi como tu kimono. Sus rasgos son suaves, casi delicados. Su kimono es, asi mismo, de gran calidad. 

-Konnichiwa, Usagi-san... +te saluda con suavidad+... Soy Tonbo Baku, emisario de la Libelula. Bienvenido a nuestra mesa... 

Acompaña su saludo con una ligerisima reverencia, sin molestarse en levantarse. Solo se inclina con gracia desde donde esta sentado. 

-Hai, bienvenido...+asiente su compañera, en un tono mucho mas recio y directo. Es una mujer de rasgos duros, ligeramente parecidos a los de los bronceados Gorrion+ Soy Kitsune Mayu, participante del clan del Zorro.. 

Su reverencia es apenas un seco cabeceo de reconocimiento. Toma la taza de te frente a ella y la bebe sin ceremonia.

Ikku asiente y se acomoda a la mesa despacio

-Konnichiwa, Tonbo-san, Kitsune-san, yo soy Usagi Ikku, representando al clan de la Liebre

Se presenta mientras observa con atención los modales y comportamientos de sus compañeros de mesa

Sonrrie ligeramente.

-Comparte el te con nosotros, Usagi-san. +indica con afabilidad el Tonbo, indicando los alimentos con un gesto languido+ Nuestros anfitriones puede que no sean muy ostentosos, pero al menos se preocupan de que no nos falte lo indispensable, y un poco más si es posible... Ademas, no olvidemos que estan condimentados con el cansancio del viaje, lo que hace que estos bocados sean una delicia y podamos pasar por alto su calidad...

El hombre se expresa en un tono desenvuelto y amistoso, relajado. Casi afeminado.

En un veloz movimiento se sirve algunos bollitos y una taza de té, mientras comenta:

-Será un placer, el viaje ha sido largo, ojalá hubiese llovido algo de té.

 Mientras come, se dedica a recuperar energías.

-Para nosotros si que ha sido largo, aunque como dialogaba recien con Kitsune-san, tambien es cuestion de donde pasamos el invierno... +responde con soltura. El tambien mira tu cinto y el daisho en el, ademas de como comes. Con gesto curioso, interroga.

-Veo que llevas... los distintivos de un bushi... Haz venido a la competencia?

Ikku hace una pausa en su alimentación, bebe un sorbo de té para ayudar a tragar y comenta:

-Así es, vengo a la competencia, aunque el propósito de mi visita, está más orientado haci mi crecimiento personal. Ustedes dos, por otra parte parecen shugenjas, ¿también vienen al torneo?

Pregunta con curiosidad

-Efectivamente... +asiente, aunque su explicación es interrumpida por la Kitsune.