Partida Rol por web

La casa de Hirohisa se encuentra a unos 20 minutos de caminata del poblado. Atraviesan un sendero de tierra bastante transitado, y flanqueado por apacibles campos, para llegar a ella.

Es una estructura de notable belleza, con paredes enyesadas, tejados amplios, y un diseño cuadrado desarrollado en torno a un patio interno, mas frecuente en las casas nobles que en las plebeyas. No es la unica diferencia con muchas casas heimin... Esta no tiene cultivos en el exterior (solo arbustos y arboles decorativos), ni vallas o muros que la limiten. Lo primero es clara señal de que su propietario no necesita tener su propio suministro de alimentos. Lo segundo que tampoco teme intrusiones y que, a no ser que todas estas tierras le "pertenezcan", tampoco a sus vecinos, si bien la casa más proxima esta a 10 minutos de alli...

Al aproximarse el anciano se adelanta, y parece decidido a ingresar a la carrera, pero se detiene al cabo de unos pasos y conserva las formas. Cuando llega a la parte frontal, abre la puerta, revelando un descansillo. Queda a un costado, invitandolos con un gesto al tiempo que baja la cabeza.

-Por favor, honorables señores, adelante. Bienvenidos a mi humilde morada. +se expresa+ Lamento que no pueda brindarles mayores atenciones, pero el tiempo apremia. Los guiare a los aposentos de mis niños para que puedan verlo todo por si mismos.

 Si los niños salieron por voluntad propia, era bastante dudoso que encontrasen alguna pista en su habitación. Junichiro estaba más interesado en las puertas y las ventanas.

- ¿Alguna idea de por donde pudieron salir, Hirohisa - sama?

-Las habitaciones de ambos tienen puertas que dan al patio posterior, Daidoji-sama...+responde presto, mientras ingresan+. Nunca he visto la necesidad de mantenerles encerrados.

Suspira

-Ambos son buenos niños... por ende saben donde ir y donde no... Por eso creo que esa cosa entro a buscarlos. Ellos no habrian ido por su cuenta al bosque... no tendrian por que.

El bushi Fénix asiente, sin dudar de la palabra del carpintero ni de la confianza depositada por éste en sus retoños.

-Llévenos, pues, a los aposentos, y ya desde ahí investigaremos el patio trasero.

La soledad de la vivienda es sin duda peculiar, pero normal en un carpintero, para el que la materia prima para su trabajo se encuentra en el bosque.

- Antes de sus hijos ha habido más desapariciones. - No era una pregunta. Las siguientes sí lo eran. -  ¿Quién ha sido la anterior y hace cuanto tiempo? ¿Recuerda el caso de alguien que haya desaparecido y reaparecido al poco tiempo recientemente? - Higetora se mostró seco al hacer sus preguntas. Mientras tanto, dejó que el resto pasasen delante a la zona de atrás. Si sus sospechas eran ciertas, no encontrarían mucho, pero aún así, había que buscar indicios.

-Mmm..+piensa el hombre mientras los conduce a traves del patio interno, un delicioso jardincillo con banquitos, setos de flores y hasta una pequeña area despejada donde se ve una pelota de kemari+... no... la verdad en el ultimo año, no ha desaparecido nadie importante, o que conozca, señor. De los demas... seria muy dificil saberlo. Jukami Mura es un pueblo de paso, tanto de comerciantes como mercenarios, entre las tierras del Cangrejo, la Avispa y la Mantis. Siempre hay gente llendo y viniendo, por tierra o por barco. Tambien estan los que se quedan una estacion o dos y luego siguen su camino... Solo puedo decirle con certeza que nadie de los que vivimos aqui siempre, o sus familiares, ha desaparecido en mucho tiempo.

Finalmente llegan al otro extremo de la casa y abre una nueva puerta.

-Este es el cuarto de mi querida Suzue... veanlo ustedes mismos.

El cuartito es una habitacion de 4x4 metros. Hay una estera en el centro de la habitacion, asi como dos muebles con ropas en el lado derecho, y en el izquierdo un pequeño altar, en el cual descansa el retrato pintado en color de una bella mujer con un bebe en brazos, rodeada de pequeñas velas. El resto del mobiliario lo componen un telar, y una estanteria donde se ven rollos de hilos diversos, asi como varios pergaminos...

La sencillez de la habitacion se ven mancillada sin embargo, ya que todos los muebles estan abiertos y en desorden, sus contenidos revueltos y desparramados alrrededor de donde deberian estar, a exepcion del altar...

En la pared opuesta a la que entran, una puerta similar a las anteriores esta abierta y da al campo detras de la casa. El bosque es visible mas alla, a unos 500 metros.

Anzai no habia abierto la boca desde que salieron de la posada, no tenia nada inteligente que añadir, y preferia examinar la escena del crimen primero antes de hacer preguntas. Aun así le gustó que sus compañeros fueran informándose por el camino para acerse una idea general de la situación, no le gustaba tampoco el trabajar a ciegas. Examinó la sala con detenimiento, olvidandose del resto de los asistentes a esa investigación, para asi, ponerse en comunión con el vacio y poder encontrar pistas.

El joven mira de manera sospechosa la escena. Que todo esté revuelto le parece extraño para una desaparición, ya que sin duda esto debe ser o un secuestro o un robo que se ha complicado. Se vuelve hacia el carpintero para indagar más en el tema.

-Hirohisa-san, ¿sus hijos tenían alguna posesión de valor que usted ahora eche en falta?

La posición adinerada de un carpintero le hace blanco preferente para ladrones o incluso para alguien que quisiera cobrar un rescate.

Mientras el hombre le contesta, empieza a examinar los bordes de los muebles abiertos, si lo fueron con violencia, tal vez quede alguna muesca que permita sacar alguna información.

 En ese momento, Junichiro se alegró de tener a un magistrado al lado, aunque fuese Mantis. Él era bueno siguiendo rastros en el entorno salvaje, pero no tenía la misma perspicacia en entornos cerrados, ya que solía distraerse demasiado y pasar detalles por alto. Mientras dejaba que el Mantis hiciese su trabajo, Junichiro salió al patio en busca de huellas o algún tipo de rastro que pudiese seguir.

- Voy a echar un vistazo en el patio

Se agachó sobre la tierra y empezó a buscar huellas; por el aspecto de la habitación, empezaba a dudar que los niños hubiesen salido por voluntad propia de la casa.

 El shugenja unicornio entra en la habitación y contempla la escena.  La pregunta del Shiba le pareció muy acertada. Su primera impresión también fue la de que, quien hubiera estado allí, buscaba algo más que a los hijos de Hirohisa-sama. Si estos se hubieran intentado resistir lo normal habria sido un desorden generalizado , muebles rotos… El escenario de una lucha en definitiva. No tiene mucho sentido que revolvieran los cajones y que sin embargo el altar quedara completamente intacto. Shiko se acerco a este para contemplarlo. Tal vez sus hijos se interpusieron en su búsqueda. Quizás sus hijos han sustituido aquello que buscaban.

El unicornio se había agachado para contemplar el pequeño altar. Sin levantarse giro la cabeza y miro al resto de la habitación. Si buscaban algo, puede que siga aquí. Se erguió y se acerco al centro de la sala. Le tomo un segundo templar su respiración y comenzó a susurrar una plegaria a los kamis.

 Cnjuro: Por la luz de la lama luna. Te pongo aqui su descripción para que no la tengas que buscar.

Por la luz de la Dama Luna: Duración: 5 asaltos. Área de efecto: radio de 3 metros. Alcance: personal. Los kamis del aire te revelan la ubicación de objetos o individuos escondidos, incluidas trampas ocultas, dobles fondos, asesinos entre arbustos. Sus susurros no revelan lo que esta escondido, solo su situación. Este conjuro no revela cosas escondidas mágicamente, debes tirar tu Aire/ rango de escuela contra una NO igual al anillo de tu adversario por rango de escuela ( utilizando el anillo apropiado del conjuro). El DJ puede hacer esta tirada en secreto para evitar levantar sospechas.

4g3  (aire+rango)    NO 15  (10+maestriax5=15)

Mientras los mas prestos revisan el patio y la habitacion, el anciano responde al fenix...

-No... pero no he tenido tiempo de revisar, Shiba-sama. Tan pronto llegue y note que faltaban ellos sali, no tuve tiempo de revisar sus cosas... Aunque ninguno de los dos era muy apegado a lo material. Desde pequeños les enseñe que lo mas importante que tenian era el uno al otro.

Mira la habitacion de Suzue con expresion desconsolada. Se fija en el altar intacto principalmente

-Mi pequeña venera mucho a su madre. Pero veo que su retrato sigue ahi... Tambien deberia haber una caja con sus adornos bajo el mueble. Le dije que podria usarlos cuando fuere su boda... Puede revisar, es un compartimiento que se abre tirando de la segunda vela de la derecha, señor... 

Junichiro sonrió, satisfecho con su hallazgo. Se levantó con cuidado de no dañar el rastro y volvió con los demás Samurai.

- He hallado un rastro, y creo que podemos descartar la hipótesis del secuestro. Los niños entraron solos en el bosque, y parece que el pequeño corrió detrás de su hermana. ¿Han encontrado algo relevante aquí?

Anzai habia descubierto el pergamino que no encajaba con el resto de la escena... Decidido a investigar sin sacar conclusiones precipitadas aprovechó que cada uno iba a sus asuntos para agacharse como el que está mirando la zona y tomar el pergamino con tranquilidad y prestancia. Luego, se movio por la sala con tranquilidad, examinando la escena hasta llegar a afuera, donde poder leer con tranquilidad las palabras del pergamino, para asi saber si era una prueba falsa o era algo que habian pasado por alto.

 -¿No le importara que inspeccione donde duerme?-

El unicornio más que una pregunta había hecho una declaración de intenciones, pues ya se dirigía a la estera. La fue retirando con cuidad para descubrir que es lo que había debajo de ella. No sabía si era algún objeto allí escondido, o unas marcas en el suelo que le descubrieran una trampilla o un compartimento secreto, por lo que fue muy cuidadoso.

No hay nada bajo la estera, solo los tatami del piso. Sin embargo, mientras lanzabas el conjuro, Yoritomo anduvo revisando la zona, recuerdas...

 Desconcertado mira a su alrededor, se pone un poco nervioso, no había nada. Sigue buscndo a su al redor, con calma, pero se empieza a hacer visible su agitación. Estaba claro que esperaba encontrar algo.

Se para, levanta la cabeza y mira a sus compañeros. Retomando totalmente la compostura se yergue. – ¿Yoritomo-sama, usted no ha encontrado nada? Le miro fijamente, no era un reproche, el unicornio en ese momento se sentía gravemente ofendido.

Yoritomo andaba algo absorbido por el momento, cuando Iuchi-San apareció cerca suya, con cara de ofendido, seguramente creería que habia algo que no encajaba en todo esto. A veces el amor era doloroso, se recordó a si mismo, tras rememorar lo que habia pasado un par de segundos antes. No podia culparla por nada, las cosas pasaban asi, y vista su experiencia, casi podia aprobar ese acto.

- Iuchi-San, perdóne mis modos, pero tenemos trabajo que hacer y lo comprenderá en unos segundos... Junchiro-San por favor, venga rápidamente, le necesito un momento. - Se giro hacia el Iuchi y le instó a ser discreto y seguirle un par de metros aparte.- No entiende lo que está pasando, pero entiendo sus sentimientos en este momento, necesito que haga algo por mí... No quiero preocupar aún a este buen hombre y su hijo puede correr un serio peligro, asi que porfavor, en nombre del honor y el corazón, confie en mi y en cuanto esto se solucione le daré la explicación. - No podia ser más sincero y directo que en ese momento. Al fin y al cabo lo que habia pasado no era algo fruto del azar, habia una pequeña vida en juego.