Partida Rol por web

Junichiro siguió al Mantis y escuchó con atención; parece ser que había encontrado algo importante.

- Os escucho, Anzai-sama

Anzai miró a sus compañeros:

- Daidoji-San, ese niño ha ido al bosque tras su hermana, y quizás ande solo y en peligro... Debeis rastrearlo, este asunto no es algo que debamos airar mucho. La hermana... No la vamos a encontrar, ha tomado una decisión que no tiene marcha atrás. Pero ese niño aun está solo y en el bosque... Y debo encontrarlo. Iuchi-San, usted es hombre de honor, si lee esto, se verá forzado a no ser sincero, y no quiero mancharle con esto, de modo que perdoneme y mantenga a Hirohisa-Sama calmado, hasta que volvamos, eso será tan honorable como seguirnos al bosque. Ahora diga al resto que necesito a los guerreros conmigo, y usted y Bayushi-San registren el cuarto del chico, creo que debe de haber una carta allí.

- Entiendo vuestra urgencia, pero antes quiero haceros una pregunta ¿Nos enfrentamos a algo mundano, o necesitaremos los talentos del Kuni? No es lo mismo enfrentarse a lobos o bandidos, que enfrentarse a brujas, y quiero estar preparado.

Mientras ustedes estan en sus cosas, Yoritomo esta hablando con Iuchi y el Daidoji en privado afuera. La parte cantante parece llevarla el mantis... pero lo hacen en un tono bajo, asi que es imposible oir de que estan hablando sin intentarlo expresamente..

 -Gracias por hacer un análisis tan detallado sobre mi honor, pero no es necesario.  Aunque ha acertado cuando ha dicho que no lo manchare mintiendo. No sé como espera que mantenga a Hirohisa-Sama calmado sin hacerlo. Mi deber no es esconderme en palabras. Yo no soy un cortesano.- Las palabras del mantis no habían hecho más que excitar al unicornio. ¿Cómo se atreve a darme órdenes después de haberle descubriendo ocultándonos información? Pero ese niño…

Shiko se controlaba lo justo para mantener el reducido volumen de voz con el que a el le habían hablado. De todas formas sabia que si tenia razón, ese niño corria pelibro por lo que no era momento para alterarse. –Si no necesitan mi asistencia me retirare, pero no me mande a hacer su trabajo.- A pesar de la prisa estaba convencido que la actuación del mantis no había sido correcta dada la situación. Guardarse las pistas y racionar la información, era algo que perjudicaba cualquier investigación. 

Anzai mira a ambos:

- No sé si los talentos del Kuni serán siquiera necesarios... Vereis, lo que está pasando al parecer es que la chica se ha fugado con un Ronin, y ha dejado una carta para su padre, la cual tengo aqui en mi kimono. Ha pedido a su padre que para evitarle deshonra, no lo cuente, sino que diga que ha sido cualquier suceso... Pero su hermano ha ido en pos de ella sin pensarlo. Su padre aun no ha leido la carta, y si lo exponemos ahi, se acabara enterando todo el pueblo, y quiero, debemos, ahorrarle esa vergüenza... Todos hemos amado una vez, me alegro de que al menos su amor haya sido para bien. - Dijo con tristeza, no podia dejar de recordar a su amada muerta... El amor en estos tiempos era algo doloroso y desesperado, pensó con tristeza.- Ahora, no le digo su deber, Iuchi-San, los kami me guarden de ello, le aconsejo solamente que si quiere ayudar, consuele a ese hombre y busque pistas en el cuarto del chico, quizás la hermana le dejó una carta diciendole un sitio para reunirse o lo que fuera. Sé que no es un cortesano, siento los kami cerca suya, pero no es momento de dudar o ponernos a discutir... Sino de salvar una vida y proteger el honor de un hombre que ha estado al servicio de los samurais de este pueblo por decadas... Es cuestión de honor.

 -Siento haberme comportado así, hare lo que me ha pedido.- Sonrojado pero a regañadientes. -Les pediré a todos, a excepción de Hiroto-Sama que se reúnan con vosotros.-

El unicornio volvió renqueando hasta la habitación.

El unicornio vuelve a entrar en la habitación desde la parte posterior.

Anzai-sama y Junichiro-sama están fuera dispuestos a comenzar la incursión en el bosque. Están esperando a que os reunáis con ellos para seguirles el rastro.-  Acercándose un poco más al escorpión.  También me han pedido que compruebe la habitación de Kotae. Si su intención es la de volver a la posada Hiroto-sama, me preguntaba si querría acompañarme a ver si encontramos algo más de información.

Honorable anciano- dirigiéndose ahora a Hirohisa con un tono de voz más suave. – Seguramente volvamos a la posada a esperar noticias. Pero antes me gustaría echar un ojo a la habitación de su hijo, si quiere puede esperar fuera para no tener que contemplar mas esta escena. Ahora puede estar tranquilo, está en buenas manos.

- Asumo que el Mantis y el Daidoji nos pondrán al día de lo que han encontrado por el camino, Iuchi-san. ¿Deduzco que no viene con nosotros? - dijo Higetora, esta última pregunta con un deje de condescendencia. Sin esperar respuesta, salió de la estancia en dirección hacia los hombres que había fuera.- Hay algunas cosas que les vendrá bien saber.

 Sacudió la cabeza mientras esbozaba una sonrisa

- Ah, el amor. Me temo que es un lujo que muchas veces nosotros, los samurai, no nos podemos permitir... Con tantos matrimonios de conveniencia, es difícil estar con quien amas, y si eres de los pocos afortunados que lo consiguen, al final los rigores de la vida del samurai son los que siegan la unión...

Se acordó de la historia de sus padres en ese momento... Realmente nunca llegó a saber si se amaban, o era otro matrimonio por conveniencia más. Pero no era el momento de ponerse melancólico; se volvió a poner serio de repente

- Ya estoy hablando como un poeta Kakita de nuevo. Bien, Anzai-sama, estoy con vos en que la hija la muchacha ha tomado su decisión y nada se puede hacer por ella, pero el niño no tiene la culpa de los devaneos amorosos de su hermana. Vayamos a buscarlo.

Junichiro se adelanta y se dirige al patio, donde encontró las huellas.

Anzai estaba con la idea de su amada muerta aun rondandole, con la tristeza anidando de nuevo en su corazón... Algo que no se iria fácilmente. Pero asintió a las palabras de sus compañeros:

- Iuchi San, digale a Bayushi san que permanezca con usted, ya que él no es un combatiente ni un shugenja. - Miró al Daidoji.- No se preocupe, Daidoji-San, a veces yo me pongo muy... Melancólico. Es bien cierto que a veces el mal se une para separarte de la mujer que amas... Pero siempre podemos devolver al mal el daño hecho con creces. - "Y un dia los cerdos que te hicieron eso pagaran cariño... Te lo juro" Pensó mientras se secaba una nitida lagrima que amenazaba con sacar algunas más.- Vamos a ver ese rastro...

Pronto Hiroto volvio en si mirando el lugar no buscando nada especial si no mas bien intentando recordar, donde estaba el viejo Masai aquel que le enseñaba nuevas cosas tras volver de sus viajes, seguramente el sabria que hacer en este momento y encontraria una pista firma la cual seguir y podes dar con la resolucion de todo este problema que parecia tener en vilo a lso presentes.

Su mano derecho fue a dar a su barbilla mientras pensaba unos segundos, pero esto lo detuvo la pregunta de Higetora.... esperaria la respuesta para poder decir algo.

Valorando que registrar las pertenencias de dos pequeños no les daría ninguna pista, decide salir fuera con el Grulla y el Mantis. Toda la situación le parece un tanto peculiar y por encima de todo hay algo que no le encaja. Deja la habitación y sale al patio expresando su opinión en voz alta como advertencia.

-Hay algo que no cuadra en este asunto y es el hecho de que la habitación este tan revuelta si sólo salieron los niños. La habitación parece haber sido revuelta a posta a excepción de lo que más les importaba a los muchachos.

 -Anzai-sama os explicara todo. Pero si tanto le interesa Hiigetora-sama, parece que no va a hacer falta la ayuda de los kamis en esta ocasión. Por lo que mi presencia junto a la suya seria una inútil redundancia.- Ahora ya mas convencido sobre su respuesta, el unicornio contesto al cangrajo. Entendía la actitud del cangrejo, mejor de lo que este pensaba.

-Hiroto-sama, entonces… ¿Me acompañara? Emprendiendo la marcha hacia el patio interior de la vivienda, que a pesar de no conocer la situación de los aposentos del niño, suponía el camino correcto.

- Lo siento - Se disculpo por no responder a al pregunta de Shiko - Le acompañare Iuchi-San - Asintio mientras se colocaba aa su lado esperando moverse - Pero si me disculpan antes que nada, deberian preguntar a los vientos... ellos lo ven todo, aunque son rebeldes - Sonrio.

El anciano en la puerta les indica con la mano hacia la derecha, viendo lo que se proponen

-Alli es donde descansa mi hijo, honrables señores... En el cuarto adjunto.

Los 3 estan afuera, en el patio, donde el Daidoji les muestra las claras huellas que van hacia el bosque. Por el campo sera facil seguirlas, pero ya entre los arboles... otro sera el cantar.

Higetora se pellizcó el puente de la nariz.- ¿Quién se ha muerto y ha nombrado a ese ji-samurai Emperador? Si ni siquiera viene de un clan de verdad. No tiene idea de a qué nos enfrentamos y no debería descartar ventajas tan alegremente. - Higetora se encaminó al exterior de la estancia, donde estaban el Mantis y el Daidoji.

Higetora salió con nubes de tormenta formándose en su rostro. A pesar de ello, mantuvo un tono lo bastante bajo como para que no le oyese el carpintero dentro. Blandió un dedo bajo la nariz de Anzai - Mantis, ¿sabes lo que es una arpía de pantano? - No esperó la respuesta del Mantis.- Permíteme que te lo explique: se trata de una criatura apestosa y horrible que habita en ciénagas, lagos, ríos y otros cuerpos de agua, cercanos a asentamientos humanos pequeños. Son criaturas ladinas e insidiosas, además de vanidosas, y suelen vestirse con las pieles de sus víctimas femeninas y jóvenes, adaptandos sus manerismos y aprovechándose de su atractivo robado para encontrar nuevas víctimas. Y necesitan renovar su disfraz a menudo. Sus garras son un pozo de inmundicia y enfermedad, capaces de contagiar infecciones horribles con un roce. Ah, y su piel real es lo bastante correosa como para amortiguar el impacto de una katana. ¿Y tú le acabas de decir a un sacerdote de los Kami que su colaboración es innecesaria? ¿En qué diablos estás pensando?

Anzai estaba pensando en lo ocurrido cuando llegó el Cangrejo, le soltó la explicación que estaba buscando y luego le dejó contestar. Relajado miró al Kuni a los ojos:

- Veamos, vayamos por partes... Primero, Shiba-San, no creo que la revolviera otro que el joven al salir a buscar a su hermana. Segundo, Kuni-San, gracias por informarme de lo que era esa cosa, ha tardado en contarlo... Pero mejor tarde que nunca. Ahora, les explicaré que esta pasando... La chica se ha fugado con un Ronin, el crio ha corrido a por su hermana, debemos ser rápidos, no extender esta verdad para no dañar el honor de Hirohisa-Sama y ser muy cuidadosos. Yo no entiendo de seres sobrenaturales Kuni-San, por eso cuento con usted, Daidoji-San es nuestro rastreador, el resto son guerreros o útiles en todo caso. Bayushi-San puede ser de más utilidad cuidando de Hirohisa-Sama, y finalmente Iuchi-San pese a ser un shugenja, y poder ser de ayuda, debería quedarse con ellos para cuidarles si algun mal ocurriera... Aun asi lo dejo en sus manos.