Partida Rol por web

 -Me gustaría revisar antes la otra habitación. El viento es muy sabio, pero es difícil encontrar la información que buscamos entre tanto conocimiento a menos que sepas donde buscar.- Le dijo al escorpión mientras entraba en la habitación del niño. -Tal vez aqui encontremos algo que nos guíe.-

La habitacion adjunta del niño es similar en general a la de su hermana, salvo que donde en la otra se encuentra el altar a la madre, aqui se halla una representacion de un gran bushi Cangrejo, con armadura completa. Asi mismo, en los anaqueles hay menos pergaminos y figuras de origami, asi como pequeños muñecos...

El desorden reina por doquier, incluso más que en la primer pieza, ya que incluso hay un par de tatamis levantados del suelo y arrojados a los lados...

 Entra en la habitación escudriñando cada uno de los rincones, revuelve un poco todo, buscando si con el alboroto algo quedo escondido debajo de tanto desorden. Mira también el futon, aunque esta vez no esperaba encontrar nada. Si de verdad aquí hay otra carta no se como espera que la encuentre. 

- En mi opinión, considero que Iuchi-sama debería acompañarnos, y Bayushi-sama debería quedarse aquí para tranquilizar al padre e informar en el caso de que ocurriese algo cuando entremos dentro del bosque. Confío en el criterio de Kuni-sama.

Junichiro dirige su mirada hacia el bosque y escruta el suelo en busca de más pistas.

- Pero bueno, será mejor que nos pongamos en marcha cuanto antes. Tanto si hay una arpía como si solo hay lobos, estoy seguro de que no van a esperar mucho antes de tratar de hacerse con una presa fácil.

Anzai asintió:

- Si os sentís más agusto con que Iuchi-San nos acompañe que así sea... Pero denomos prisa. Que alguno vaya a avisar a Iuchi si es tan amable... - Dijo mientras miraba al Grulla.- ¿Qué fauna podremos esperar allí? Me refiero a fauna hostil.

No le gustaba ir a ciegas a ningun sitio... Y menos si habia cosas para las que no habia sido adiestrado.

 - No no, no perdamos más tiempo. El rastro está fresco. Además, ya hemos pedido a Iuchi-sama que se quede con Bayushi-sama y el carpintero, y ha costado convencerlo. Si volvemos para decirle lo contrario, tal vez se ofenda o piense que le estamos tomando el pelo. 

Higetora se pellizcó de el puente de la nariz.- De acuerdo, Daidoji. Guíanos. Y tengan cuidado con lo que ven.

El joven smaurai ha estado atento a todo lo que se ha comentado y aunque su piel parece palidecerse un poco en su mirada parece leerse una determinación que antes no se encontraba en ella. Instintivamente ha pasado de una postura relajada a llevar la mano apoyada en cerca del daisho.

- Kuni-sama, yo seré su armadura. En mi escuela nos enseñan a trabajar conjuntamente con los shugenja de la familia Isawa, y estoy acostumbrado a ello. Es mi especialidad.

Mira de nuevo a la casa, como si algo se le quedase en ella, la explicación del candidato a magistrado de la Mantis no le acaba de convencer y sigue pensando que es muy sospechoso todo el asunto de la huida revolviendo la habitación.

Espoleado para abandonar cualquier pensamiento que le pueda desconcertar de lo que está pasando, deja las elucubraciones para limpiar su mente y dejar que fluya la claridad. Se vuelve al rastreador Grulla que les comentó su urgencia.

-Será mejor que nos apresuremos, entonces, Daidoji-sama.

El cuarteto comienza a seguir al Daidoji, alejandose de la casa sin dar explicacion a la par que dejando atras tanto a Iuchi como al Bayushi...

No tardan demasiado en llegar al bosque. Es en un principio mas parecido a una arboleda salvaje que otra cosa, pero poco a poco se torna mas espesa y el camino, irregular. Hay una densa hojarasca sobre el suelo, (nada de extrañarse habiendo terminado hace tan poco el invierno) que esconde ramas y piedras. Con la oscuridad cayendo, son muchos inconvenientes todos juntos... Al poco rato, ya parece de noche entre los arboles, y apenas son capaces de ver unos metros mas alla. Los tropezones empiezan a hacerse frecuentes, y lo peor, se hace dificil seguir el rastro...

 Junichiro se da con la palma de la mano en la frente y maldice su despiste

- Maldita sea, me olvidé de traer una lámpara de aceite o algo con lo que iluminar esto. Samas, ¿alguno ha traído luz?

-Lámpara desde luego no, voy a ver si llevo encima el pedernal y podemos improvisar algo.

El joven registra brevemente entre sus pertenencias para ver si llevaba el pedernal que solía llevar de viaje.

Te das cuenta que bajo los tatami levantados hay una muesca en la madera que es muy parecida a un hueco donde esconder cosas. Habia algo ahi, algo que falta ahora.

Bayushi entro junto a Iuchi en aquella habitacion, la observo con detalle mientras recorria cada centimetro tanto con pasos como can la vista.... - Dices que hay algo que nos pueda llevar a quien hizo esto ? - Pregunto... intentare ayudarte, intento esquivar sin mover mucho lo que habia en el piso....

-Anzai-sama tiene la teoría de que la hija se interno en el bosque por su propia voluntad y que el hijo pequeño la siguió mas tarde. Ademas Hiroto-sama encontró solo dos rastros que se dirigían al bosque. Lo que apoya la primera hipótesis.- El unicornio Termino de dar una vuelta a la habitación antes de continuar hablando. 

-Si te fijas. aquí puedes ver un espacio donde seguramente había algo escondido.- Dijo el unicornio mientras se agachaba junto a los tatamis levantados y señalando a una pequeña oquedad. -Quien levanto los tatami sabia lo que buscaba.- Shiko se situó al lado de Hiroto contemplando la habitación. -Aunque no soy un investigador yo diría que fue alguien de la familia quien revolvió todo esto, seguramente el niño. Tenia que conocer la casa ademas de tener bastante respeto pues no toco el altar y eso que el padre nos ha revelado que era allí donde se ocultaban las joyas. Pero.. ¿Cual es su opinión Hiroto-sama?

Fuera de lo que señala Iuchi, no hay nada demasiado inusual, el desorden es como en la otra habitacion. La oquedad tiene aproximadamente el tamaño de un ladrillo (20x10x5, aprox)... o una caja pequeña.

-Échenme una mano con esto. Cojan las ramas caidas y métanlas en mi pequeña perola.

Bankunaruchi coge el obi de su kimono de repuesto y lo enrolla alrededor de una rama suficientemente larga para servir de antorcha.

-Lástima de seda. Reikimi-chan me mataría si me viese hacer esto.

Anuda firmemente el obi a la rama y lo empapa de sake de la calabaza que lleva en el saco. Una vez tienen la cacerola llena de ramas y hojas secas le prende fuego con la yesca y el pedernal y con el fuego de ésta enciende también la antorcha improvisada, pasándosela al bushi Grulla.

-Ilumináos con esto.

Sin apagar la cacerola la medio tapa para que no ilumine tanto hacia arriba pero sin que se apague sin oxígeno el fuego de dentro y con palo, pues debe estar comenzando a quemar el metal como el humor de un oni, busca una rama con horquilla para llevarla por el asa sin tocar el metal.

 Junichiro coge la antorcha improvisada del Fénix y hace unos cuantos movimientos para iluminar la zona

- Buen trabajo; creo que tendríais futuro como explorador Daidoji, Bankunaruchi-sama -añade en un tono afable- Bien; ahora que tenemos luz, deberíamos proseguir

Higetora observó el intercambio entre ambos Bushi con una ceja enarcada en incredulidad. Apenas habían tardado un par de minutos en llegar al bosque, no habría diferencia material en desandar el camino y coger un farol en casa del carpintero. Se encogió de hombros y dejó que se regocijasen en su astucia mientras seguía al Daidoji, bastón en mano.

Ahora si, con la improvisada iluminacion, tienen al menos para un rato en el bosque, y pueden retomar el rumbo... Este se interna en lo mas hondo, en lugar de ir hacia el camino...

De pronto, Daidoji nota algo. Piedra.... Y no mucho mas alla, encuentran rocas y un pequeño riacho discurriendo entre las mismas, cortando su hasta ahora claro rastro. El terreno es màs que irregular, y bajo la luz de las antorchas improvisadas se proyectan aqui y alla sombras extrañas.. Pero lo mas dificil, es discernir por donde fueron los niños.