Partida Rol por web

La aldea de castronegro es un lugar tranquilo y apacible. O mejor dicho, antaño lo era. La amenaza de los cuentos que os contaban vuestras abuelas parecen cobrar cada vez más fuerza. ¿Hombres lobo conviviendo entre vosotros? Hace unas semanas sencillamente te habrías reído y seguirías con tus asuntos pero últimamente desaparecen animales misteriosamente de las granjas, hace mucho tiempo que no viene al pueblo ningún extranjero, ni si quiera al cartero se le ha vuelto a ver por aquí. Es como si el pueblo estuviera maldito y nadie viniera hasta aquí, pero tampoco nadie que salga vuelve de nuevo.

Atemorizados miráis al cielo pues esta misma noche habrá luna llena. Si esa amenaza de los hombres lobo es realmente cierta más os vale atrancar la puerta de vuestra casa esta noche y rezar a los dioses viejos y nuevos.

Dios mi negocio va de mal en peor, ya no vienen forasteros a visitar mis encantos.

Que voy a hacer?

Salió la Madam de su casa como una loca, con los guates de fregar los platos puestos, húmedos y con espuma.

Tumbado en un banco, miro hacia el cielo con un gesto perdido.

Y ahora, todo vuelve a comenzar...

Murmuro apenas audible. No obstante, acaba de amanecer y son muchos los que pronto se reunirán en la plaza para hablar de los rumores. De reojo observo a La Madam, pero no añado nada.

Derek había llegado no hacía mucho al pueblo. Estaba intentando ganarse la vida, buscar un lugar mejor para vivir, y sin embargo, parecía que una mala sombra le acompañaba, porque aquel pueblo parecía maldito.

No tenía mucho que hacer, y siempre intentaba ganarse algo que comer, así que empezó a partir leña, la de la posada, para que el tabernero no tuviera que hacerlo, y así quizás, conseguir un mendrugo de pan.

El día amanecía fresco, y solo el trabajo duro lo mantenía alejado de las garras del frio.

Spike estaba sentado con la espalda en una de las casas leyendo un libro con una portada verde.En sus gafas se reflejaba el sol de la mañana que poco a poco,perezoso,salia del horizonte alumbrando Castronegro.
Las historias están haciéndose realidad

La Madam corrió como alma que lleva el demonio hasta Skipe y lo agarró del hombro

Que quieres decir con eso? de que historias hablas? cuentalo ya niño!!!!!....ay perdone....Señor Alcalde!!!! no le habia reconocido

Boris no soportaba la luz del Sol y tenía la costumbre de irse a dormir cuando los demás habitantes de Castronegro se despertaban. A veces, de madrugada, se encontraba con la peor calaña del pueblo: travestis, salvajes, mendigos e intelectules. En la plaza mayor del pueblo se habían juntado algunos de ellos. Boris soltó un "buenos días" de compromiso y se marchó a dormir, pues la desconfianza entre los vecinos había ido en aumento en los últimos días.

Sentado en el suelo a la salida de un bar de borrachos se encontraba la joven Jennifer observando a todos los que pasaban extendiendo sus manos por una moneda. Por favor...Por favor . Por favor, gracias, muchísimas gracias , dios lo bendiga!
Sonreía alegre cuando alguien le arrojaba alguna moneda y los bendecía. Al terminar las noches se dirigía con lo recaudado y compraba algo para poder comer, sin importar que pudiera comprar, mucho poco , apetecible o no , en buen estado o no, ella iba contenta con lo que podía juntar durante los días.

Con un bostezo perezoso, Kalin Kalhound salió de la granja de sus abuelos maternos que había heredado.

¿Así que hoy habrá luna llena? - decía para si mismo en voz alta - Será hora de descubrir hasta que punto las supersticiones de la yaya serán ciertas...

Tras ello se sentó en el porche de su vivienda a ver como pasaban los distintos pueblerinos de Castronegro.

Miro a Jenifer con curiosidad y de un ágil movimiento me levanto y me coloco a su lado.

¿Cómo va la recaudación?

Pregunto con curiosidad a mi compañera de las calles.

La hermosa doncella camina al rededor de todos con un tinte muy nervioso, le aterran las muertes, y le aterra el terror que ellos le despiertan. No sabe que pensar... solo sabe que no quiere morir.

Odio eso de la luna... lo odio. Dice la mujer un poco perdida.

La chica realmente tiene miedo, y no sabe en quien confiar

Macial llevaba todo el dia en el banco de la plaza, normalmente a estas horas ya se hubiera tomado algun que otro chato en la taberna con sus amigos de toda la vida, pero no estaban, se habian ido hace unos dias a la ciudad , a unos asuntos que no les llevarian mas que unas horas, pero aun no habian vuelto. Marcial  preocupado no podia quitarse de la cabeza las viejas historias y leyendas de toda la vida. Segun las ancianas Castronegro no habia sido siempre un sitio tranquilo donde vivir, no se podia decir que ahora fuera el mejor lugar para vivir, el paro estaba por las nubes (jjajaj casi la mitad en un pueblo de 15 casas somos vagabundos :D), pero al menos hasta este mes la gente y el ganado no desaparecian. Ademas hoy habria luna llena, y eso no le gustaba nada.

Era bastante tarde hoy pero la idea de irse a aquel granero solitario que le hacia las veces de casa no le apetecia demasiado, el alcalde le prestaba en nombre de todo el pueblo un pequeño granero en desuso para que pudiera dormir a cubierto, lo que ganaba como jornalero ya no le llegaba mas que para sus chatos y la comida, no se podia permitir un hogar.En la plaza hoy habia mas gente de lo normal y eso le tranquilizaba, preferia quedarse por aqui un rato mas con los vecinos.

Saludo a todos los que pasaban por delante de su banco. Y pasado un rato se dirigio a los 2 mendigos que parecian estar hablando.

Hola zagalees!!! Si quereis dormir mas calenticos hoy, donde yo duermo tengo sitio de sobra. Que os veo aqui pidiendo, y dinero no tengo pa daros, pero sus puedo ofrecer un buen techo.

La puerta del bar salió despedida desde el bar y tras esta se vió la pierna de William y luego a éste saliendo victorioso en todo su esplendor y con la mas alta borrachera de su vida. La puerta quedó destrozada cerca del lugar.
BUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEENOS DIAS GENTEEE HERMOSA! Con una botella en su mano izquierda bajó unos escalones fuera del bar balanceándose de un lado a otro viendo a todos lados sonriente.
Fijó la vista en todos las personas ya levantadas. Un niño...Un hombre...Otro hombre...Una mujer...Un hombre...jeje...

Como todos los días Candelaria ya llevaba un buen rato levantada cuando los primeros rayos de sol iluminaron el cielo. Desde pequeña le habían enseñado que a quien madruga dios le ayuda y ella se lo tomaba al pie de la letra. Cuando las gentes del pueblo se empezaron a reunir, Candelaria ya había dado de comer a las gallinas, regado su huerto y aseado su casa.

Sacó del corral a su vaca Matilda, cogió un cubo, metió en un saco de esparto un par de grandes hogazas de pan y se encamino a la plaza de la aldea. Últimamente llegaban muchos necesitados sin techo ni nada que llevarse a la boca, y Candelaria sabía lo malo que era pasar hambre, así que decidió ayudarles buenamente como pudiera.

Buen día tengan todos, jóvenes. - saludó al llegar a la plaza. Se detuvo y acomodó a la vaca, poniendo el cubo debajo de las ubres. Empezó a ordenarla y pronto el cubo se lleno de blanca y espumosa leche.

Quien quiera jamar un cacho pan y un poco de leche de la buena de Matilda, que se arrime. El hambre hace ladrón. Dios nos guarde. - dijo sonriendo con su boca vacía de dientes.

Otro dia mas en este asqueroso pueblo- Pensaba Dallas mientras se desperezaba y veia el ir y venir de la gente. Hoy se habia levantado un poco mas tarde de la cuenta y dos individuos le habia quitado la zona donde suele pedir, Vio a la vieja calendaria que ofrecia un mendrugo de pan y leche a los alli presentes, como no tenia otra mejor cosa se acerco a ella- Buenos dias Calendaria, podría darme un mendrugo de pan?

Claro, buen zagal, claro. - Asintió con la cabeza mientras cogía una hogaza de pan y partía un ancho trozo con la manos para ofrecérselo a Dallas.

Pega un largo trago de leche, no la hay más fresca que la de Matilda. - dijo señalando el cubo lleno de leche.

Desde la ventana de la casa de la abuela se la podía ver perfectamente bailando en ropa interior y cantando una canción mientras saltaba en uno de sus sillones. Apagó la radio, se puso una bata y unas zapatillas y salió a la calle arrastrando los pies. Era obvio que esta mujer no estaba nada bien, pero al menos era feliz. Se sentó en el banco que hay fuera de su casa a observar a la gente pasar, creyendo que está viendo un desfile militar.

-Que poca coordinación tienen estos japoneses...-

Alice salía ya vestida de su casa con un atuendo bastante básico: Un jersey de lana y unos vaqueros ceñidos. Se estiraba en la puerta de su casa y salía al pueblo con energía. Estaba, como siempre, impecable, Alice no aguantaba las manchas en su ropa. Se dirigía a los mendigos, les dio algo de dinero y con una radiante sonrisa saludó a sus vecinos.

¡Buenos días!

Olía algo en el aire. Y no me gustaba, algunos hablaban de viejas historias infantiles, yo no sabía qué pensar, solo que parecía que algo se avecinara.

-Buenos días a todos. Aunque me temo que siguen desapareciendo animales, y si no descubrimos pronto el por qué, podría suceder, Dios no lo quiera, algo más grave.

"¿como habré acabado yo así?" esta era la pregunta que ocupaba mi cabeza mientras deambulaba sin rumbo por el pueblo. Yo había sido un hombre rico, pero eso acabo de repente, ex-mujeres, denuncias, varias ruinosas películas, la fuga de mi contable con todo el dinero que me quedaba....

-pero saldré de esta, solo necesito una película, una buena película, aun tengo amigos en hollywood. Solo necesito una buena idea-

Lo de hablar para mi mismo era una molesta costumbre cada vez mas habitual, cosas de la indigencia. El caso es que fui a donde la candelaria repartia algo de comida

-gracias señora, su personaje va a ser protagonista en mi película, vaya que si-

"¿una anciana que descubre misterios? no, no, ¿un robot del futuro con forma de anciana? mmm"