Partida Rol por web

El Mayor se despide y me cuadro ante él para despedirle junto a la tropa. Una vez que se retira, sonrío y comienzo a hablarles a los escuadrones:

 - "Este es un día de entrenamiento, soldados. Hoy demostrarán que sirven para algo más que disparar y morir. Pondremos a prueba las capacidades físicas y mentales de todos en una serie de circuitos. Vamos a disfrutar con esto pues todos estamos un poco oxidados. Sargento Mayor, subiremos esa colina y entrenaremos allá. Prepare a los escuadrones y todos a trotar."

Comienzo a trotar en dirección a la colina mientras entono un canto militar.

Escucho a los Sargentos mover a los escuadrones para así avanzar hacia la colina nevada. Siento un poco de agitación al principio pues la borrachera de anoche me está pasando factura pero no deseo bajar mi velocidad ni mi ritmo, por lo que continúo trotando a pesar de tender a perder el aliento a ratos.

Finalmente llegamos a la colina, donde veo que hay buen espacio para poder hacer rutinas de entrenamiento, combates cuerpo a cuerpo y esas cosas, que siempre son buenas para la formación militar. Me detengo y hablo a Frost:

 - "Sargento Mayor, disponga a las tropas en parejas y que comiencen a ejercitarse. Tendremos un largo día y no quiero que nadie vuelva sin haber sudado un río por lo menos. Primero acondicionamiento físico y luego entrenamiento de combate."

Me junto con el recién llegado Teniente Cayce y comienzo a entrenarme con él. Así tendremos tiempo de hablar acerca de su papel en el pelotón. Intento mantener mi ritmo junto con el resto para entrenarme y no perder mi estado físico.

"Bien." Pensó el Cabo White cuando Frost les asignó al Fusilero. Ellos necesitaban potencia de fuego, exploradores ya tenían de sobra.

Saludó marcialmente a sus superiores y esperó a que el nuevo recluta ocupara su puesto. "Sargento, pelotón en posición." le dijo a Miller con toda la tranquilidad del mundo, para que diera las órdenes oportunas, que su Cabo cumplió diligentemente y se encargó de que se cumplieran. Las instrucciones y "reglas no oficiales" se las darían el resto del pelotón al nuevo, de eso estaba seguro. 

Una vez hecho, el Teniente de 3era Focker nos pidió comenzar el entrenamiento. ¡Y menudo entrenamiento era!

La primera parte del entrenamiento consistió en una carrera hacia la cima de una montaña rocosa. Lo llevaba bien, pero queriendo hacer de "perro-pastor" de la tropa para que nadie se quedara atrás, no hacía más que reducir la marcha y volverla a aumentar para recuperar posiciones y llamar la atención a unos y a otros. No le fue mal y consiguió subir y bajar con facilidad, pero no se dio cuenta de que le empezaba a faltar el resuello, llegando a la cima de la colina a duras penas y resoplando como un fuelle roto y sintiéndose como un idiota por querer controlarlo todo. Si estuvieran bajo un ataque, ahora mismo él sería un estorbo, por querer estar encima de todos.

Una vez allí, y tras descansar cuanto apenas, comenzaron ejercicios de nuevo, ésta vez practicando coberturas y líneas de fuego, además de idas y venidas sin parar, todo perfecto, consiguió seguir las instrucciones admirablemente bien...hasta que llegaron a los ejercicios mentales.....justo ahí demostró White que el cansancio había hecho grave mella en él, perdiendo la concentración cada dos por tres.

"Mierda...mierda....y mierda..." pensaba el explorador mientras veía que fallaba en la parte final del entrenamiento.

Durante uno de los entrenamientos, había estado especialmente acertado en la ronda de disparos, metiendo 9/10 en el círculo interior de la diana. Se levantó especialmente satisfecho, pues por la mañana había practicado ejercicios de sigilo, tanto movimiento silencioso como acercarse a una presa sin que le vieran, además de buscar los mejores sitios desde los que vigilar y sorprender a un enemigo y también le había ido bien.

Con la satisfacción que da el trabajo bien hecho, se decidió a ir a ver a su superior, en éste caso, el Sargento Mayor Frost, para solicitárle permiso.*

"¡A sus órdenes Sargento Mayor!" se presentó el Cabo. "¡Cabo Explorador White, solicitándo permiso para hablar!".

En cuanto su superior le dio permiso, le explicó los motivos por los que estaba ahí  "Sargento Mayor, me gustaría tener permiso para entrar a formar parte del cuerpo de élite de los Francotiradores. Mis puntuaciones son lo bastante buenas como para creer que merezco una recomendación, Señor."

No era una exageración, Ethan sabía que era bueno, y se esforzaría por ser mejor. Esperó expectante la respuesta de su superior.

Mientras el Teniente hace abdominales y yo le sujeto las rodillas, le hablo de forma que nadie más pueda escuchar:

 - "Bien, Teniente. ¿Dígame cuales son sus capacidades y con qué puede aportar al pelotón?"

Sujeto con fuerza sus piernas para que pueda ejercitarse sin dificultad mientras espero su respuesta. Sé que los psíquicos tienen diferentes capacidades y especialidades. Recuerdo que el fallecido Teniente Speedy era bueno tomando decisiones al azar y por ello, guiando a otros en momentos críticos. No sé cual será la capacidad de este hombre.

El ahora teniente Focker había hablado, y Burnette no tardó en recordar las palabras que les dedicó en las entrañas de Galdonia, rodeados de bestias que buscaban acuchillarles y derramar su sangre. Y seguían vivos. Pasara lo que pasara a lo largo del año siguiente, Thomas Burnette, hijo de un humilde oficinista, podía decir sin temor a equivocarse que había disfrutado de ese tiempo junto a sus compañeros.

Cargado con el equipo corrió de forma constante, sonriendo al recordar lo que fueron los últimos compases de su misión. Seguía sin ver por el ojo que había resultado herido, pero ahora no tenía quemaduras ni laceraciones, ni sangre y barro cubriendo su cuerpo. Empezó con fuerza y luego redujo el ritmo para mantenerse junto al compañero que le asignaran. Sin embargo, cuando llegó el momento de los ejercicios de entrenamiento, dejó claro que su lesión era un impedimento grave para su puntería. Afortunadamente no eran sus granadas de fragmentación, porque alguien podría haber salido gravemente herido. Que un Artillero no sea capaz de ubicar su armamento a la perfección... era el fin.

El nuevo Sargento Mayor Frost no tardó mucho en distribuir a los nuevos hombres entre los escuadrones, asignando uno a la Fox, la soldado Jäeger. Una exploradora más... Bueno, les podría venir muy bien. Total, si volvían a tener que pasearse por territorio enemigo como hicieron hace unos días, cuantos más fueran capaces de moverse silenciosamente mejor.

- Bienvenida a la Fox, soldado - la dijo con firmeza, saludándola -. Forma con los demás y más tarde te daremos la bienvenida apropiada.

Una vez se hubo reunido con el resto del escuadrón, ya iban a dar paso al entrenamiento de combate. Un día duro e intenso les aguardaba a todos, pero ese era su trabajo. El Teniente Focker les dirigiría, así que eso aseguraba lo que acababa de pensar.

- Muy bien, gente, ya lo habéis oído - dijo a sus hombres, mirándoles de uno en uno -. Quiero que os dejéis la piel igual que si estuvierais en el campo de batalla, ¿entendido? No podemos permitirnos quedarnos dormidos en los laureles. ¡En marcha, en formación!

La subida a la colina no fue sencilla. Al fin y al cabo, eso seguía siendo Galdonia, y era un planeta de mierda. Sonia no fue quizás la más rápida en la subida pero, desde luego, se notaba que no había estado parada todos estos días, pues estaba soportando la marcha mucho mejor que muchos. Diablos, casi parecía un paseo por el campo para ella. Sin embargo, el entrenamiento de combate sí fue algo más duro: si bien supo moverse perfectamente durante las pruebas más físicas, la de resistencia y control se le atragantó un poco, notándose en que a veces parecía faltarla el aire. Aún así, el resultado se podía considerar como más que satisfactorio, al menos a nivel personal. Ya a nivel del escuadrón, habría que verlo...

Teníamos una nueva incorporación y le dieron la nota de que "las Cervezas son Sagradas", casi era una moneda de cambio, por cerveza se hacia casi todo, convertíamos la puta guerra en un juego durante un momento para poder soportarla un poco mas. Sonreí a Brocheta por su comentario y decidí que debía esperar a ver que pasaba con el de inteligencia, quizás podría aprender algo de el, o quizás no. Uno cuando entra en una unidad se debe adaptar a ella, no ella a la nueva ficha.

Me cuadre como se debía hacer y seguí con la mirada al Mayor mientras se alejaba y daba el mando al teniente que ordenaba ponerse en movimiento.
Me puse con mi binomio Sam y sonriendo la digo:- Vamos, me concedes este paseo de entrenamiento?
Y nos pusimos a subir aquella maldita colina, empece bien pero en el ultimo trozo afloje, ya cuando nos faltaba un pequeño tramo. Pero puse todo mi empeño en subir y al final llegue con el resto de compañeros.
descansamos 5 minutos y volvimos al entrenamiento físico, movimientos de combate, y un montón de ejercicios varios y repetitivos que casi sabíamos de memoria y que devolvieron por unos segundos a mis primeros días de entrenamiento en la academia cuando era un pringado con ilusiones y ganas de gloria, ahora tenia gloria, pero las ilusiones habían desaparecido, salvo la esperanza de seguir con vida y levantar la moral a mis compañeros para pasar los 5 putos años que me quedaban para ser un Ciudadano.

Pero no había tiendo para recuerdos así que me puse a ello para intentar hacerlo lo mejor posible y destaque en algún ejercicio y en otros no, como siempre, nadie puede ser bueno en todo ni malo también, lo mejor es la compenetración de todos. Pero por lo que parecia no me concentrada, la vision permanente del teniente Aaron me ponía nervioso. Que seria de mi manera de subir la moral a este puñado de amigos y compañeros que era la ECO?

El soldado Buster era un recien llegado, tras ser el primero de su clase en la academia en disparos a distancia , se le encomendaron algunas misiones de reconcimiento y avanzadilla en algunos planetas de mediana actividad, y escaramuzas en los planetas coloniales. Si bien es cierto que habia matado a algunos bichos , y entrado en algun que otro tunel guarida de bichos , su experiencia no era ni de muy lejos tanta como la de los soldados que habia en la unidad a la que le destinaron. Los de la Fox habian estado practicamente todos toda su vida en aquella unidad , y los de los demas escuadrones algunos le duplicaban la edad y la experiencia . El habia tenido experiencia en cuarteles y algun planeta, pero aquellos eran heroes que habian salvado Galedonia. Sinembargo algun mandamas amigo de alguno de sus familiares habia pensado que era buena idea mandar a Buster al mismo peloton donde sirvio su cuñado y donde murio, puede que un amigo nostalgico del fallecido antiguo Sargento de la Heat el Sargento Corbec. Quien le dijeron murio en la ulima etapa de su anterior mision y de cuyo escuadron se habia disuelto entre muertos valientemente,  heridos y desaparecidos a misiones a otros planetas entre otros su amigo el cabo Stone

Agarro su billetera donde guardaba una foto de su novia la beso y dijo "deseame suerte, amor" para si mismo antes de acercarse a la carrera a presentarse a aquellos desconocidos para el que era ese grupo de soldados tan valientes y que, pronto esperaba ganarse su respeto y porque no decirlo tambien , amistad con aquellos con los que va a luchar y defender la vida de la Federacion y la humanidad

Se presenta el soldado Buster Winchester como refuerzo del escuadron Eco, señor Dijo mirando al frente y saludando a los jefes del escuadron . Entrego los papeles y se dispuso a seguir las ordenes que le dijeran a continuacion con la maxima diligencia posible como le enseñaron pero poniendo mas ahinco si cabe al ser el principio de su mision. Pero no iba a ser tan facil enseguida le pusieron a correr y esa energia la y disposicion para presentarse tuvo que modificarla en esfuerzo y ganas para superar el primer periodo de entrenamiento al que le sometian para el visto bueno del escuadron al completo

En un descanso entre los entrenamientos de la colina, Bockman se acercó a la vera del Teniente de 3ª Gary Focker. - Teniente - Saludó con propiedad aunque con la tranquilidad de conocer a aquel hombre tras muchas batallas. - Quería hacerle una solicitud, hace poco me dejaron probar una de las armaduras marauder que tenemos en las bases de entrenamiento en la nave. La idea me ha fascinado y querría iniciar mi entrenamiento para batallar con ellas. Va a ser difícil pero creo que podría ser muy productivo para la unidad tener un apoyo de una potencia de fuego como esa que permita establecer posiciones seguras. Querría su aprovación y si pudiera dar una recomendación a los oficiales que tengan que aprobarlo.

No pude evitar un gesto de decepción al escuchar las asignaciones de los nuevos miembros de la compañía, pues ninguno de ellos fue asignado a la Heat a pesar de las bajas que habíamos tenido... aunque bien era cierto de que en realidad todas las escuadras habían tenido sus bajas y con solo tres incorporaciones no se podía hacer mucho más.

Espero que estos no sean los únicos refuerzos que nos manden- pensé mientras saludaba marcialmente al Mayor Tsumina cuando este se despidió, tras lo cual centré mi atención en el Teniente Focker a la espera de que diese la orden para comenzar el entrenamiento, algo que no tardó en hacer -Parece que hoy nos van a hacer sudar lo nuestro- me dije tras escuchar las instrucciones.

Aquella maldita nieve que cubría todo el maldito planeta no nos lo puso fácil desde el inicio, pues ya en la subida a la cima, parecía querer robarme las fuerzas en cada zancada, haciéndome desgastarme con cada paso que daba en ella… a pesar de lo cual no permití que eso me impidiese correr con todas mis fuerzas, agradeciendo el esfuerzo que suponía pues me hacía sentirme vivo de nuevo mientras impedí que pensara en otras cosas.

Cuando por fin llegamos a la cima, sin apenas tiempo para recobrarnos de la carrera empezó el entrenamiento de combate, movimientos coordinados, búsqueda de coberturas, reacciones rápidas en terreno inestable, movimientos y acciones precisas ante múltiples distracciones…

Los ejercicios se sucedían sin descanso uno tras otro, y aunque mi desempeño no hubiese sido el mejor en aquellos en los que la concentración era clave en general estaba satisfecho con lo que había hecho. Física y mentalmente agotado, eso pero descontado, pero satisfecho, pues la vuelta a la rutina de entrenamientos me había servido para despejar mi mente, al menos en parte, de los recuerdos de la última misión.

Bienvenida a la FOX Falken, recibió a la recién llegada poco antes de que el entrenamiento comenzara en serio.

La subida a la colina comenzó mal para James. Echó el bofe. A media pendiente había vomitado un par de veces. Sin embargo, una vez estuvo caliente, sacó fuerzas de flaqueza y mostró que, al menos, tenía capacidad de sufrimiento, así que esprintó para llegar hecho cisco pero haciendo una marca que al menos no era ridícula.

Durante los movimientos de combate se siguió mostrando débil en el aspecto físico, más bien tirando a torpe, aunque mantenía el tipo lo mínimo como para no dejar a todos como el culo, sobre todo porque hizo gala de saber perfectamente dónde estaba cada quién, qué hacían y cómo lo hacían, dónde estaba el enemigo y qué había que hacer en cada momento. Un diez en sangre fría, una cagada en todo lo demás.

Llevandome la mano derecha a la frente como dicta el saludo oficial, saludo al novato. - Larrak. - Le saludo en cuento Llorens le presenta. Esperó a que formara junto al resto del escuadrón y llevó las manos a la espalda esperando la orden del Teniente.

Será un bonito día de paseo por la montaña... No, lo cierto es que no. Después de varios días cumpliendo la ley del mínimo esfuerzo y rellenando papeles, el comenzar a correr colina arriba no se le antojaba como lo más apetecible. A pesar de todo, en cuanto el sargento dio la orden de que preparara a los chicos se giró hacia la Gatling. No.... Stukov no había asumido aun su nuevo cargo, y se había planteado un par de veces pintarse la palabra "Cabo" en el casco para recordarse a sí mismo que lo era.

Pero por suerte, ahí estaba en su cabeza las marchas que aun recordaba de la instrucción militar por parte del Sargento instructor Guerra. - Marcharemos en fila de dos. - Levantó dos dedos por si no quedaba suficientemente claro solo con la verbalización del número. - Ya habeis escuchado al Teniente. Daremos un bonito paseo por el campo hasta aquella colina. -  Señaló la colina en cuestión. - ¡Marchando! - Acabó por decir, levantando la voz y dándose la vuelta para comenzar a correr.

¡YO NO TENGO NINGÚN AMOR!

¡MI MORITA ES LO MEJOR!

¡SI ME MATA LA GARRA DE ALGÚN CABRÓN!

¡DEVOLVEDME A CASA EN UN CAJÓN!

¡LAS MEDALLAS ME COLGAREIS!

¡Y A MI MADRE DE LO CONTAREIS!

Comenzar a correr no fue el verdadero problema, el problema fue correr siendo fumador (más bien, muy fumador) y cantando a pleno pulmon. Por eso, al principio, el ritmo fue bueno pero comenzaba a ahogarse... después comenzó a controlar la respiración mientras iba cantando marchas militares para amenizar la subida a la colina. Una vez controlado, era dificil pillar al cabrón del zapador a pesar de ser fumador, bebedor y estar cantando a pleno pulmón para la Gatling y para todos los demás. Y lo peor es que tampoco desentonaba demasiado.

Al llegar a la colina y escuchar las ordenes del Teniente, Stukov se giró hacia la Gatling. - Por parejas y a entrenar como si no hubiera un mañana. Al que más flexiones haga se gana un paquete de cigarrillos. Raúl, tu conmigo. - Le dijo, señalandolo y llamandolo para que se acercara y comenzar con los entrenamientos.

Frost despidió al Mayor Tsumina es una posición firme como una torre, respiró profundamente y asintió con seriedad al comentario del teniente Cayce. La primera impresión del oficial de inteligencia era buena, lo cual le hizo sonreir por dentro, aunque su rostro estuviese ahora impasivo. No había intentado usar su rango para alterar el orden allí establecido, era respetuoso, a diferencia de otros agentes de inteligencia o de la flota que había conocido. Encajaría muy allí si se mantenía así.

Respondió a las órdenes dadas por el Teniente de Tercera inmediatamente y comenzó a entrar en calor, poniéndose al frente de los tres escuadrones y guiándolos como había sido señalado. Al apartarse ambos tenientes del grueso del pelotón, Jhonny tuvo la sensación extraña de todo aquello nuevo que sucedía. Era la primera vez que hacía uno de los entrenamientos masivos sin tener alguien al frente que llevase el ritmo, pues el ritmo era el suyo.

Aspiró profundamente y comenzó a acelerar el paso, se sentía vital, sus heridas, viejas y nuevas parecían no existir, el aire frío hinchó sus pulmones varias veces. Estaba allí, Galdonia era casi un hogar y el futuro era brillante, comenzó a cantar a viva voz lo que estonaba el cabo Stukov, resonando junto a la tropa.

Tanto la larga corrida por la colina como los movientos de combate se le hicieron más complicados de lo habitual, en estos últimos días se había oxidado, necesitaba volver a su rutina habitual y sería el de siempre.

Miller miró al soldado Winchester de arriba abajo cuando el infante se presentó y le dedicó una sonrrisa socarrona.

Bienvenido a la Eco, soldado. Nos haces más falta que el papel higiénico, así que ocupa tu sitio y empieza a trabajar duro.

¡Y haz el favor de no morir, joder!- pensó el sargento haciendo memoria de cuantos habían caido.

La elección de Frost había sido la acertada para Miller, dentro de las posibilidades que había a la Eco le venía muy bien un fusilero, pues habían perdido tres en aquella colina. Aún así eran pocos reemplazos y a esas alturas todos eran conscientes. El Cabo White le sacó de su estupor:

"Sargento, pelotón en posición."

Gracias White, vamos a sudar todo ese alcohol que nos hemos metido estos días. ¡ECO, A LA PUTA CARRERA!

Odenó mientras comenzaba a correr. Los días que habían pasado holgazaneando y mermando las existencias de la Cantina le pesaban como yunques atados a las piernas pero poco a poco fue mejorando el rendimiento hasta llegar a la cima con cierta dignidad, tal vez animado por la canción de Stukov. Al llegar se paró para tomar aire, justo al lado del teniente de inteligencia Cayce que había aguantado bastante bien la carrera para ser un cerebrito.

No se preocupe, señor, si no está acostumbrado. En cuanto le ponen a uno una docena de bichos corriendo detrás se mejoran las marcas una barbaridad.

Dijo a modo de broma mientras recuperaba el haliento. Fuera raro o no había que integrar a todo soldado en la tropa y cualquiera que pudiera cubrir su culo en los próximos combates, era por derecho un nuevo compañero.

Es todo motivación, jajaja.

En los ejercicos que vinieron a continuación, Miller dió la talla, aunque tampoco destacó especialmente. Sin su armadura servo asistida y sus jump jets, se sentía a medio vestir en el campo de batalla. Durante los ejercicos estuvo atento a su nuevo fusilero, quería ver que tal respondía Winchester, esperaba de él lo miso que de los otros veteranos.

Cuando su nuevo sargento lo saludo no pudo reaccionar de otra forma.

Encantado señor. Lo saludo adecuadamente y procedio a mirar al cabo, y realizar el saludo correspondiente.

Seguidamente se fue hacia el resto de escuadron, pero cuando tenia intencion de presentarse, se encontro que las ordenes empezaban a tramitarse por la linea de mando, tenia pocos segundo antes de empezar a correr, asi que apenas pudo hacer un saludo general. Señores un placer, nos vemos arriba. Asi que cuando fue el momento empezaron a correr y ejercitar los musculos entomecidos por el frio.

El estado fisico no era el problema, pero el frio le entraba en la mollera y en los odios y su gran equilibrio que destacaba siempre quedo mermado junto a su resistencia contra el tiempo.

Seguíamos en formación cuando nos asignaron al nuevo, un fusilero en este caso. Habíamos perdido a muchos en la colina y estaba claro que otro no nos vendría nada mal. Tras saludar en posición de firmes al Mayor Tsumina, nos tocaba ponernos en marcha con las ordenes otorgadas. Y eso significaba correr, bajo el mando del Sargento Miller y sus palabras.

¡ECO, A LA PUTA CARRERA!

- ¡Señor si señor!.

La carrera colina arriba no me pareció tan terrible en un principio como yo habría creído, estaba claro que no había perdido nada de masa muscular el tiempo de recuperación en los tanques de reparación. Es más incluso pude tener unos segundos de respiro, cosa que el cabo White no pudo tener corriendo arriba y abajo arengandonos. Tras llegar a la cima teníamos por delante otra serie de ejercicios, supongo que para que nos apañáramos otra vez sin trajes de combate y para meternos en vereda antes de ir al campo de batalla.

- Sargento esto es demasiado fácil. Incluso el nuevo fusilero esta manteniendo el tipo.

No debía haber hablado cuando lo hice, los ejercicios físicos no estaban siendo nada complicados mi cuerpo respondía perfectamente y nada podía pararme. Fue un fogonazo de imágenes que me asaltaron sobre la colina, me volví a ver en el interior del gecko con Baron y Hutchinson rodeados de fuego y perdí totalmente la concentración en los ejercicios que estábamos haciendo. Conseguí reponerme pero con las mandíbulas apretadas durante unos segundos para pasar el mal trago, no se si alguien se habría fijado en el cambio de expresión de mi cara.  

Durante la sesión de abdominales, el teniente se situó conmigo, sujetándome las piernas

Uno, dos, tres, cuatro....cuando me pregunto por mis capacidades..cinco, seis ¿Ca-pacidades señor? Siete, ocho..he sido entrenado en el uso de las armas, digo perdiendo la cuenta de la serie aunque no me podría...no querría compararme con los hombres y mujeres que están aqui,...uff, pero al menos ...no hay que preocuparse de que me pegue un tiro.

Además, ...tengo alguna capacidades que quizás, en pleno ....combate no sean muy útiles, pero en otras ocasiones quizás si.

elegir el camino adecuado, ufff....poder percibir el entorno .....de una manera más amplia..... que el resto, y algunas cosas mas ....que voy aprendiendo y desarrollando poco a poco. Me quedo arriba en una de las subidas, agarrandome las rodillas

Estudio a los bichos para conocer bien a nuestro enemigo. También se algo de química digo encogiéndome de hombros y comenzando nuevamente la serie.

Al pasar junto al Sargento Miller, me giro sonriendo prefiero intentar estar en forma antes de ir a por la plusmarca Jajjajaja aunque espero no tener que llegar a eso sargento....¿Miller?

Aarón Cayce, un placer conocerle señor digo estrechándole la mano. Justo en ese momento, oigo al Teniente Focker que me llama para formar parejas bueno, parece que se acabo el descanso. Ya seguiremos hablando en otra ocasión digo con un leve encogimiento de hombros junto a un breve saludo militar, muchos menos formal y que es mas un "hasta la vista", antes de buscar con la mirada al teniente. 

Aquí, mi teniente digo poniéndome junto a el me parece que me ha tocado la china. Madre mía pienso mientras miro de arriba a abajo al teniente, alzando levemente las cejas.

Ahora es momento de brilla y Frost nos marca hacia donde vamos a correr y el paso a seguir, pensar que hasta hace poco íbamos todos juntos en el pelotón y Gallagher nos marcaba el paso, Frost viene de antes siendo más veterano que casi todos pero igual iba en el grupo y ahora está al frente de todo. - Gatling, ya escucharon al Cabo pero ahora me escucharán a mi, el peor de la unidad limpiará los baños por una semana y si quedamos últimos todos limpiarán Galdonia hasta que no le quede nieve encima. - Entro a correr viendo que no me cuesta seguir el ritmo, esa parte física no me es problema por ser un fanático del entrenamiento corporal pero la cima es otra cosa. No soy tan ágil como algunos muchacho y rápidamente me voy quedando entre el montón.

Pero mi nivel no es ni cercano a lo mal que le va a Larrak, este estuvo quieto una eternidad. - Larrak, veo que quieres limpiar letrinas. Mueve ese culo o te lo patearé hasta que me tengan que implantar una pierna nueva. - Y aprovecho que está tan atrás para seguir a su paso motivándolo pero también disimulando mi poca agilidad.

Ya vestida, Mia se relajó algo. Ha estado cerca... espero que Jhonny no se canse de esperarme hasta que regresemos y pueda operarme... Descartó arreglarse por volver con él lo antes posible, para ver qué había preparado.

- Hola de nuevo guapo, ¿cuál es esa sorpresa? - Mia lucía radiante aunque llevaba puesto el traje de descanso reglamentario. Quizás sería por la sonrisa que se le prendía cada vez que estaba con él. O por el brillo de sus ojos. - ¡Estoy curiosa! - añadió antes de seguir a Jhonny de vuelta a los dormitorios. ¿Allí? No me ha parecido ver nada especial...