Partida Rol por web

Hace un leve movimiento con la cabeza aceptando el comentario del cabo Stone.

Observa a cada uno de sus compañeros del Heat, les mira sin discriminar, sin interés, simplemente los mira, no quiere pensar en que tendrá que asistir a alguno en el campo, o aun peor que tenga que informar su deceso.

- Regresaremos todos, todos y cada uno - se esmera por pensar mientras revisa su traje y equipo.

Se adelantó para responder irónicamente a las palabras de su cabo, pero recordando las palabras anteriores su boca se quedó abierta unos segundos mientras su mano descendía de a posición de permiso. Disimulando la volvió a elevar con rabia hasta alcanzar su oreja contraria mientras su temblorosa voz citaba con euforia. Cuenta con ello. Vamos a darle duro a esos bichos. Recogió el rifle que el sonido del cargador encajándose en el mismo enfatizara su intervención.

Lo siento cabo pero yo estoy vivo y me gustaría que pasado mañana a estas horas también lo estuviese, y tan bien como estoy ahora.

 Creo que eso no es ni traición a la federación ni al milicia el querer seguir vivo, mi cabo señor.

no encuentro a las pilotos así que vuelvo con mis compañeros cuando escucho las sirenas para la preparación final del embarque, y como siempre veo ajetreo, esta vez mas intenso al comprender tantas divisiones y tan diferentes en la misma operación.
Al llegar donde la ECO escucho decir a Ethan "Bugkiller" decir algo sobre Sam y Brocheta a lo que contesto:- Ethan, no te preocupes, Sam esta con migo y brocheta tendrá que esperar a que acabemos la misión para estar a su lado... A no ser que tenga que usar la camilla. digo con una carcajada.
Y después del chiste fácil, el intento de subida de moral
luego poniéndome junto al resto del grupo, dejando la mochila y las armas a mis pies, extiendo los brazos tocando los hombros de dos de mis compañeros y les digo mientras miro a todo el grupo:-ECO, somos la ECO, los primeros en llegar y los últimos en salir, los mas grandes en compromiso y los mas pequeños en cobardía, somos humanos y acabaremos con los bichos!!!!, somos la ECO, somos la ECO, que SOMOS??. ECOOOOO. Bueno chicos, ahora la Sargento y el cabo dirán unas palabras, pero da igual lo que nos digan, digo mirando a Alex y a Miller con una sonrisa, pues acabaremos pisando a esa chusma que se arrastra por el planeta por que somos LA ECOOOO!!!!

Con la ametralladora en las manos, al morita y el triple GL en la espalda, el artillero preparado hasta los dientes de armas se mantenía en silencio concentrado. Había visto mucho ahí abajo y ahora no tenía muchas ganas de bajar al infierno de nuevo. Por desgracia su unidad iría y encima alos túneles por lo que no podía negarse ni lo haría. Iban a morir o a regresar como héroes y eso era lo único que le inspiraba algo de fuerzas para luchar.

El problema de tomarselo todo con la clasica paciencia rusa era que uno solia llegar tarde a algunos sitios. Sobretodo si eso, en su justa medida, incluia pasar por el lavabo, lavarse las manos antes y despues de mear, perderse un par de veces por la nave -menudo zapador- hacer cola con todo el gentio para coger su asignacion de arma, armadura, equipo y municion, intentar ligar con la chica de intendencia, que le da calabazas, por supuesto, y acaba por bajar hasta el hangar, no sin antes ponerle la armadura en algun pasillo poco concurrido.

No repara en insultos en su idioma materno, mientras se abrocha las correas y se acostumbra a la armadura, colocando cargadores y equipamiento en sus distintos bolsillos y cabidades y como no, un paquete de cigarros en el bolsillo del brazo, donde deberia ir un cargador. Y un cigarro en sus labios, sin encender, ya que guardo la caja de cerillas y no tiene tiempo para ponerse a rebuscar.

Baja corriendo, como cerebro que lleva bicho-cerebro, y se cruza con Stone. Le estrecha la mano, con una media sonrisa  Lo mismo le digo, Cabo. Si volvemos, le prometo devolverle los cigarros que le ganamos anoche. Bromea, dandole una palmada en el brazo mientras mantiene su carrera en direccion a donde esta su escuadron, rezando no ser el ultimo en llegar.

¡Zapador Stukov presente, Señor! Levanta la mano, nada mas llegar, cogiendo aire despues de la carrera que se pega. Mira a su alrededor y lanza un largo suspiro, en agradecimiento de no ser el ultimo. Se gira sobre si mismo, mirando el lugar. Impresionante, nunca habia visto tales piezas de artilleria  La madre de Dios... ¿Que hay que poner en la solicitud para que te asignen uno de esos?  Bromea, buscando en el humor el refugio al acojone que le entra. Lamento el retraso, pero la rubia de intendencia es una estrecha.  Señala tras el, en la direccion en la que vino.

Compruebo que no tiene cargador el arma, ni bala en la recamara y entonces apoyo la culata en el suelo, posando la mano sobre el cañon, apoyandome en ella. Mira a un lado y al otro, viendo la camara ¿Desde cuando estaba alli? Sonrie, acercandose a ella  ¡Vamos a enviar a unos cuantos putos bichos con el gran dios bicho del infierno! Tras eso, y saludar con la mano, posiblemente a la familia, me vuelvo con los mios reunidos alli.

No hay de qué preocuparse, sólo ahora trata de usar tú bien ese Jump Pack.

Así lo haré, mi cabo, así lo haré.

Por segunda vez tiene que repasar todo el equipo: conexiones, alimentación, correajes, dispositivos, cargadores... el barullo en la sala es fenomenal. Cualquiera diría que es un lugar donde resulta imposible encontrar la calma o la paz, pero James está ahí más tranquilo que en muchas iglesias. Le reconforta.

La Sargento finalmente cuando la mayoria de su escuadron estaba en el hangar aparecio pertrechada con una cantidad importante de equipo, un vistazo rapido en su armadura podia distingirse los galones y medallas de la campaña local, junto con toda la bandolera y compartimientos varios llenos de cargadores de morita, un recuento rapido se contaban mas de la decena de cargadores, una morita con escopeta, una emancipator que daba terror mas a los humanos que a los bichos y en la espalda un lanzador javelin cargado con un par de misiles medio oculto por parte del estandarte de la federacion.

Era de esos soldados que se hacian notar, no por sus palabras sino mas bien por elefecto visual que mostraba.

Infantes, si podeis acercaros. Dijo con voz firme pero sin alzar la voz. Cuando el escuadron se reunio alrededor empezo a hablar con el mismo tono de voz hasta el momento.

Sabeis que no soy de decir muchas palabras ni dar discursos para levantar el animo, supongo que en la misma proporcion que los gritos hacia vosotros. Confio plenamente en vuestras capacidades tanto individuales como colectivas, tanto como equipo como en binomios. Solo pido rapidez en cumplir las ordenes y seriedad en los momentos de combate. Recordar que miller estara al mando siempre que yo muera o quede atras, la mision siempre sera lo primero. Solo os deseo que tengamos una buena caza. Deja unos segundos para coger aire y respirar un par de veces.

Rodriguez dentro de la lanzadera justo despues de que os informe del despliegue nos comunicara los premios por caza mayor y variantes.

Justo al terminar Alex se cuadra ligeramente y hace el saludo marcial.

Un placer combatir con vosotros.

Me acerco para escuchar el discurso motivacional de la Sargento Odonell, sus palabras cargadas de fuerza y espíritu dejan ver que detrás de ellas se oculta un poco de temor, no es para mas, todos estamos aterrados en el fondo de nuestro ser, la diferencia es que nosotros podemos mearnos en los pantalones pero ella tiene que demostrar fuerza y autoridad; lleva una carga muy pesada por el grupo, algo verdaderamente admirable.
-Se hará tal y como ordenes Sargento, igualmente, me siento halagado de aplastar bichos al lado de todos y lo único que espero es poder regresar para contar las anécdotas de esta misión, pero si mi destino es morir créame que lo haré protegiendo la espalda de mis compañeros.- Digo cuando la Sargento termina de hablar.

Finalmente llego al Hangar, seguido por Sonny y otros que siguieron la imagen del soldado pesado llevando a la espalda el Estandarte de la Compañía. Entro en él y veo como se ha dispuesto un banquete, pero he comido hace poco y no tengo hambre, además de que no me atrevería a comer con el estandarte a la espalda. Por suerte, rápidamente retiran la comida y comenzamos a esperar mientras ponen las pantallas para transmitir imágenes en vídeo de lo que serán los primeros encuentros.

Cuando llego, escucho a Gawain comprobar las comunicaciones, por lo que le contesto con voz firme:

- "Alto y claro, Gawain. Cambio."

Luego me paro frente a los hombres del Escuadrón Fox y les hablo en voz alta:

- "¡Escuadrón Fox, formar! ¡AR!"

Una vez que han tomado sus posiciones, comienzo a caminar delante de ellos a medida que hablo:

- "Como bien saben, no seremos los primeros en entrar en acción. Otros escuadrones harán su parte mientras nosotros esperamos para ser desplegados. Estaremos aquí sin hacer mucho, probablemente un par de horas, por lo que quiero que estén calmados y ordenados. Tienen permiso para moverse por el Hangar y preparar todo para el descenso inminente. Nadie tiene permiso para abandonar este lugar y cuando nos den la señal, partiremos de inmediato, sin esperar a nadie. ¿Ha quedado claro?"

Espero sus respuestas y espero que estén listos para la espera y la misión que viene después. La verdad es que no me gusta mucho esperar, pero es cierto que en el momento en que tengamos los datos necesarios, nuestra partida tiene que ser veloz como el rayo y no habrá tiempo de que se preparen en ese momento. Lo mejor es hacer las maletas y esperar a que llegue el tren.

Thomas respondió al unísono con sus compañeros tras la arenga de Focker.

- ¡Sí, señor!

Sam inclinó la cabeza atenta durante las palabras de su sargento y, cuando ésta terminó la devolvió el saludo marcial con media sonrisa llena de orgullo. Orgullo por estar a las órdenes de una mujer tan extraordinaria, orgullo por compartir descenso entre soldados en los que confiaba ciegamente, orgullo por haber salido viva y por qué no, orgullo por mantener la esperanza aun cuando se sabe que las cosas estarán difíciles.

-El placer es todo nuestro por combatir al suyo, señora.-respondió sin alzar la voz. Al bajar el brazo se estiró y tomó sus pertenencias, cargándoselas como si fuera una especie de caracol espacial.

A la orden, mi sargento.

Me coloco en posición.

- "¡Señor, sí, Señor!" -

Mkoll se situó rápidamente en posición, para escuchar la arenga de aquel hombre que había conseguido ganarse su respeto, a pesar del poco tiempo que había servido junto a él. El sargento mayor Focker era alguien en quien confiar, de lo cual se alegraba, pues cuando se diera la salida, iban a seguirle al mismísimo infierno. Lo que dijo, a pesar de no ser un discurso motivador, era lógico y claro. No podían perder tiempo inútilmente, así que todos deberían esperar allí.

-¡Sí, señor!

Miller no sintió necesidad de añadir nada, tan solo las palabras en de su Sargento quedaron rebotando en el interior de su casco contra su maltratado cerebro.

Recordar que miller estara al mando siempre que yo muera o quede atras, la mision siempre sera lo primero.

El peso de la responsabilidad le golpeó como un mazazo y de pronto se le secó la garganta.

Necesitaría un trago...

Miró alrededor y supo que el manto del destino ya estaba tejido, de cada infante pendía un hilo, muchos cortados a la mitad y la mayoría liados dentro de un ovillo de caos y destrucción. Allí estaba la Eco, blindada y pertrechada hasta los ojos, erizada de las armas más destructivas que podía crear el ser humano. Hablaban de honor y muerte con la resignación que da el oficio al soldado veterano, con la convicción que no hay gente más dura y preparada en miles de años luz. Y sin embargo la incertidumbre revoloteaba entre los soldados como una sombra difusa, haciendo dudar a cada uno de ellos sobre sus propias posibilidades. Al fin y al cabo eran humanos, eso les hacía mejores que los bichos.

El Cabo fijó la mirada en el estandarte y respiró hondo, luego le dijo a Alex.

Si se te ocurre morirte hago que Sam te resucite y te pego dos hostias. Nada de morirse, ¿entendido Sargento?

-Vaya, jefa, parece que ha dejado seca la armería -fue lo único que pude decir en lo que me acercaba y antes de que nos hablara. En realidad Brocheta tampoco iba mal cargado. Llevaba tres granadas, nueve cargadores en la bandolera y bolsillos del pantalón y el muerto de telecomunicaciones a la espalda.

Cuando hablaban empezó a darse cuenta de una cosa- Si con una batalla eres veterano, joder, con tres serás un puto héroe -pensaba mientras asimilaba lo que les decía la jefa- Yo me encargaré de que no se muera, Miller -dijo mientras hacía el saludo marcial junto con sus compañeros.

Pasara lo que pasara los recordaría así. Bromeando antes de lanzarse de cabeza a la boca de la chinche.

-Qué bonito, qué bonito... ya está el señor cabo pensando en darme trabajo, ¡como si atender a las chinches fuera insuficiente!-dijo Sam apoyándose en Rodriguez- dile algo que yo he de contenerme o se me saltarán las lágrimas con tanta confianza depositada en el nuevo juguete....

Veo con cierta envidia a los otros escuadrones, todos hablando tan felices y el nuestro mudo. Incluso nuestro Sargento parece muerto antes de descender, que poca fe me despierta saber que ni moverse puede. Frost nos alienta y da coraje para lo que vendrá, pero casi todo el escuadrón está mudo, disperso, quizás estoy confundido y están pensando muchas cosas, tratando de ordenar sus pensamientos antes de bajar y no como yo que estoy más atento a lo que me rodea y con la mente llena de ideas.

Hasta que aterrizáramos poco había que hacer salvo lo pertinente: Dereck comprobó el estado de sus armas y su munición. Justo acabó con aquel trabajo cuando oyó la orden del sargento. Se colocó en su posición como el resto de su escuadra y tras oir sus palabras dijo como el reto:

¡Si, señor!