Partida Rol por web

Dejando atrás Durand y a los otros los infantes sobrevivientes del escuadrón Heat avanzaron por los oscuros túneles sin un rumbo fijo y confiando ciegamente en las capacidades su zapador. Hikawa por su parte no estaba tan seguro de estar haciendo lo correcto, aunque tenía confianza en que pronto lograría sacarlos a todos de allí.

O´Connor llevado en una de las camillas parecía tener un buen aspecto y quizá solo necesitase reposar durante un par de días para reponerse de todo el daño sufrido; Becerra por su parte tenia mal estado, la mano perdida y su ojo cegado le daban un mal aspecto, por el momento respiraba con dificultad mientras entre delirios despertaba y volvía caer dormido casi al instante.

El grupo había llegado ahora a un largo túnel que giraba de forma caótica en cualquier dirección. El camino, según creía Hikawa, los llevaría a la salida. Recién tras cruzar un puente de piedra que se encontraba sobre un amplio precipicio, el zapador logró percibir una tenue corriente de aire que venia de su izquierda; por ello pensaba que si lograban encontrar un camino a través de los túneles que los llevara en esa dirección, encontrarían la salida.

Cuando se escuchó al fondo de los túneles el sonido de la explosión de una granada, supo que era el momento hasta el cual Durand había podido mantenerse firme, haciendo retroceder a esos bichos inmundos. Así es como lo quería recordar, a todos los que habían dejado allí, como héroes de la federación, pero ahora tenían una meta tenían que seguir avanzando entre la oscuridad de los túneles y salir de ese agujero de una vez por todas.

Desde la retaguardia todo estaba despejado por el momento, la calma antes de la tempestad, pensó en alto sin saber si lo habían escuchado sus compañeros. Fuera como fuese, tenían que aprovechar la ventaja que les había proporcionado Durand para conseguir llegar a una salida.

Miró un instante, el puente por el que habían cruzado parecía suficientemente fragil como para ceder pero la cuestión era si los bichos se detendrían ante el precipicio. Tenemos que avanzar, no podemos perder la ventaja que nos ha dado Durand. dijo sobre todo refiriéndose a las camillas, y mientras les daba unos cuantos metros para avanzar aprovechó para intentar evaluar la situación antes de continuar.

Rafaga tras ráfaga, los disparos de Durand nos advirtieron de que los bichos ya habían alcanzado su posición, y luego, tras unos instantes una explosión, el estallido de una granada. Luego se hizo el silencio. Durand nos había comprado todo el tiempo que pudo con su vida, y se llevó a cuantos bichos pudo con él... pero ya debían haberlo superado, y nosotros éramos los siguientes.

Espero que fuese rápido- pensé, deseando que Durand hubiese sufrido lo menos posible, puesto que por desgracia, era lo único que podía hacer por él. Si queríamos escapar, debíamos avanzar lo más rápido que pudiésemos, y eso hice, cargando junto con Miller la camilla en la que iba Becerra mientras seguíamos el camino que marcaba Hikawa.

Ya habéis oído al Cab... al Sargento, en marcha- dije unos segundos después de escuchar al Sargento -Hikawa, adelántate, encuéntranos la salida- añadí, intentando sonar seguro... a pesar que aun no me hacía a la idea de mi nueva posición.

Si hay una emboscada, mejor tener tiempo para reaccionar- me dije.

El eco de los disparos de Durand nos alcanza a través del túnel y solo sirve para espleoarnos aun más.

-Corre Jake! Corre, joder!

Los sonidos de los disparos le recordaban al zapador que no habían conseguido demasiada distancia, aumentando la tensión de su forzada marcha por aquellos túneles, culminando con la explosión que vaticinaba un enfrentamiento pronto. Sólo esa corriente de aire les ofrecía un ápice de esperanza si eran lo suficientemente rápidos, cosa que las camillas no facilitaban. Esperó algo preocupado a que todos cruzaran aquel puente para analizar sus próximos pasos, cosa que el sargento dejó bien claro. Me adelanto señor. Confirmó cuando retiró el seguro de su rifle dispuesto a realizar un reconocimiento de lo que les esperaba. Una primera carrera le situó avistando más allá del recodo apoyando su espalda en la pared como improvisada cobertura. Sólo deseaba que su marcha no fuera detenida por encontrar arácnidos en la zona.Los sonidos de los disparos le recordaban al zapador que no habían conseguido demasiada distancia, aumentando la tensión de su forzada marcha por aquellos túneles, culminando con la explosión que vaticinaba un enfrentamiento pronto. Sólo esa corriente de aire les ofrecía un ápice de esperanza si eran lo suficientemente rápidos, cosa que las camillas no facilitaban. Esperó algo preocupado a que todos cruzaran aquel puente para analizar sus próximos pasos, cosa que el sargento dejó bien claro. Me adelanto señor. Confirmó cuando retiró el seguro de su rifle dispuesto a realizar un reconocimiento de lo que les esperaba. Una primera carrera le situó avistando más allá del recodo apoyando su espalda en la pared como improvisada cobertura. Sólo deseaba que su marcha no fuera detenida por encontrar arácnidos en la zona. Vamos Kats, sácalos de aquí. Suspiró mientras la tensión aumentaba y se acumulaba en su cabeza.

Con un Hikawa avanzando solo para asegurarse ir por el camino correcto, el resto de infantes del ahora mermado escuadrón Heat corrían tras el con las camillas en manos. El avance gracias a aquellas caminas estaba siendo constante y ya se imaginaban todos lo difícil o imposible que habría sido todo si no contaran con dos de ellas.

En la oscuridad era difícil divisar a Hikawa quien a cada momento se separaba mas del resto, a pesar de ello nadie se atrevería a decirle que se detuviera, contaban con la radio para comunicarse y era necesario dejar al zapador hacerse su trabajo sin interrumpirlo.

El enemigo por su parte, no daba señales de presencia por ningún lado, lo cual era de agradecerse en gran medida aun cuando fuera algo temporal. Sin duda alguna, en algún punto tendrían que combatir de nuevo, lo que todos esperaban era no tener que enfrentar algo como lo que habían enfrentado antes, y por ello lo mejor que podrían hacer ahora era correr.

Seguid avanzando y no perdais de vista a Hikawa, él encontrará la salida. dijo por el comunicador, intentando hacer que el tono de su voz fuera convincente. Aquello no era una simple prueba de orientación por unos túneles, era una carrera por la supervivencia, y lo que venía detrás eran una gran cantidad de cucarachas que intentaban hacer que no lo consiguieran. 

Miró un momento a los heridos, parecían estables, antes de volver la vista atrás de nuevo, al fondo del túnel todo era oscuridad de la que esperaba que surgieran en cualquier momento los monstruos que les perseguían.

Marchaba en silencio y con absoluta concentración en lo que estaba haciendo. Los insectos caerían en cualquier momento sobre nosotros y tal vez uno mas, o incluso todos, moriremos en este juego de gato y el ratón. -Capitán puede sentir a los bichos antes de que nos ataquen?- le pregunto, buscando una mínima ventaja para intentar equilibrar un poco las cosas.

Alice corria y corria. Habia perdido de vista a Hikawa hacia tiempo. Si fuera otro pensaria que se habia largado corriendo y los habia dejado alli pero no, conocia a Hikawa. Seguro que sabia lo que se hacia.

-VAMOS,VAMOS!

El camino se era largo, y aunque habíamos recorrido ya un buen trecho, no había señales de que la salida se encontrase cerca... pero Hikawa seguía abriendo camino, y tarde o temprano nos conduciría a la salida. El problema era si los bichos nos alcanzarían antes o no. Y lo peor de todo es que nada podía hacer yo por cambiarlo. Lo único que podía hacer era seguir corriendo, y rezar por que los bichos no nos dieran alcance. Y eso hice.

Seguí corriendo al ritmo de los demás, concentrado en no dar un traspiés, lo que podría ser capaz. No quería ser una carga para mis compañeros, y entendería que llegados a este punto no se detuviesen por uno. La supervivencia de la mayoría debía de ser la prioridad. O quizá eso fuese sólo una excusa que me planteaba a mí mismo, intentando justificar la decisión en caso de que otro fuese el que cayera. No tenía claro que fuese capaz de pararme para rescatarle...

Los infantes del escuadrón Heat continuaban con su escape a través de los oscuros túneles en las profundidades de Galdonia VI. Aquel maldito lugar no parecía tener fin y el esfuerzo extenuante de cargar con dos heridos mientras corrían, poco a poco iba mermando las fuerzas de los sobrevivientes de la misión. Curva tras curva era imposible maldecir y pensar en cuando habría terminar todo aquello.

Hikawa quien estaba mas al frente se había detenido momentáneamente para no adelantarse demasiado a sus compañeros, aunque lo cierto era que se habían encontrado con algo inesperado que le había hecho detenerse a meditar; aunque cierto era que no tenían tiempo para pensar, los bichos estaban a poca distancia y no tenían buenas intenciones.

Atrás, el sargento Stone y Dragostone ya podían escuchar el tenue resonar del suelo ante el andar de un grupo de bichos que avanzaban a toda carrera. Ello solo podía implicar que los bichos ya les pisaban los talones, si querían sobrevivir, tenían que darse prisa.

Llegado al primer enclave de mayor magnitud, el soldado debía leer bien las señales para no errar en su decisión. La profundidad, la luz, la humedad, incluso la distribución y la estructura del suelo, arenosa o no, podían dar muchas pistas del camino que llevaría a una helada salida en la superficie del planeta. Por desgracia no tenía demasiado tiempo, ya había malgastado suficiente para nada.

Con la poca información que pudo recoger, se afianzó en el recuerdo de aquella corriente de aire y en su orientación para mantener la dirección deseada en las galerías, para arrancar el que fuera quizás el sprint más decisivo de los que estaban por llegar. Chicos, en la cámara seguidme,  a la derecha* Rumbo noroeste. Comunicó rápido al escuadrón a medida que avanzaba por los solitarios túneles, siguiendo sus frías paredes como guías, como chivatos de un camino creado por una raza que odiaba profundamente.

Recibido Hikawa, seguimos Hikawa, no lo perdáis - decía mientras, seguía en la retaguardia de la formación, por el túnel empezaba a escucharse los sonidos característicos de los bichos, todavía eran ténues pero aún sabiendo a la distancia que estaban no podía evitar sentir un escalofrío, lo único bueno de eso era que le recordaba que aún estaban vivos y debían seguir corriendo hacia la salida si querían seguir estándolo. 

No os paréis, Miller, ¿algún cambio en O'Connor y Becerra? - se les escuchaba balbucear, eso era señal que aún les quedaba aliento pero no sabía si podrían aguantar hasta el final del túnel. Dragonstone, abre bien los ojos en cualquier momento pueden aparecer las cucarachas. 

Recibido- dije en respuesta a las indicaciones de Hikawa, mientras seguía corriendo sin parar. Sabía que por mucho que corriésemos, tarde o temprano los bichos terminarían por alcanzarnos, ya que los muy bastardos eran demasiado rápidos como para que pudiésemos dejarlos atrás... pero no por ello iba a dejar de intentarlo.

Asentí a las palabras del sargento sin decir nada más. Aunque no hacía falta que me lo dijese. Lanzaba la vista atrás de vez en cuando aunque sólo fuese por puro instinto de supervivencia. No me gustaba correr delante del enemigo. Aquello era una persecución que no íbamos a poder ganar. Al final, nos alcanzarían. Pero cuanto más arriba fuese, más posibilidades de escapar tendrían... al menos los que abrían la marcha.

Luces, sombras, ruido de respiraciones apresuradas y finalmente silencio ... las palabras de sus compañeros esforzándose por salvar su vida no dejaban de ser un mal sueño que no parecía terminar.

Becerra finalmente pudo despertar un instante, y comprobaba que no podía sentir los dedos de una mano y el dolor aunque amortiguado lo hacía sentir lo peor.

Noo ... m.. debemos ... enc.. salida. Mi arm.. donde esta m... man..ooo

Balbuceaba entre cortadamente el soldado mientras sus compañeros lo intentaban sacar con vida. 

Sinceramente, señor, ir dando tumbos en una camilla no creo que les este sentando muy bien pero no pienso ponerme a comprobarlo ahora mismo!-dijo en un tono cercano al panico.

Decididos a salir vivos de allí, los infantes  no se detuvieron ante nada, y por ello aun al haberse adentrado en una oscura bóveda, el zapador Hikawa continuo adelante cumpliendo su cometido sin titubear.

Para Hikawa, la situación actual empezaba a mostrarle las dificultades que les esperaban en el camino al tener que abrir el paso a sus compañeros. Había logrado adentrarse profundamente en aquel lugar y ahora podía tener un mapa mental completo del mismo con todas sus características; todo ello al coste de quedarse muy cerca de dos bichos que no dudarían en despedazarlo a la primera oportunidad que tuvieran. Para el zapador no había mas opción que lanzarse adelante y combatir, pues de lo contrario, al mínimo titubeo, el imperio arácnido se encargaría se cobrarles venganza.