Partida Rol por web

En los días de viaje veis que ambos sois muy afines en cuanto a tareas, Senca resulta ser un chico que sorprende en cuanto a la capacidad para hacer campamentos y convertir un alto en el camino en un lugar cómodo donde descansar. Mientras que Thegren es un compañero muy agradable siempre que no se le haga sentir inferior, y cuando el camino atraviesa zonas despobladas no falla en aportar una pieza de caza menor a la comida.

En el segundo día cuando por fin Senca se siente menos intimidado por la situación y ante el peligro de seguir a ciegas a quien no debe pregunta discretamente a Thegren por su situación.

Es así como Thegren revela que él tampoco tiene una gran información al respecto, de momento solo debía recogerle y llevarlo consigo, pues es un aliado que le ayudaría en su tarea. Parece que Thegren es el contacto entre quien sea que ordena los acciones de Senca y el propio Senca. Senca no puede ocultar su inquietud ante el hecho de que tenía que reunirse con el autor de la carta y Thegren no lo era, debía haber ocurrido algo que alteró los acontecimientos.

Aún así ambos llegáis a la corte estival del Loto sin saber muy bien que ocurre.

A la mañana siguiente mientras desayunáis en la posada donde os alojáis una mujer se sienta en la mesa y pone sobre la tabla un medallón del Gato y le entrega a Senca una carta.

-Buenos días, honorable -dice dirigiéndose a Thegren con una leve inclinación de cabeza -Senca -le muestra una sonrisa al  herrero. Os deja un tiempo para que asimiléis su presencia.Se trata de una mujer mayor a vosotros, pero aún joven y aunque no se trata de una belleza arrebatadora, su apariencia refinada y elegante le da un aspecto deseable. -Soy Harono, una simple flor que se siente atraída por las proezas de tan nobles señores. Un amigo común me ha pedido que os diga lo siguiente, esta tarde va a pasar algo de absoluta importancia en el gran salón de palacio, el Gato debe estar representado, y el Rey debe tener ojos que no se deban a ningún clan, ¿Qué raro verdad? no hay nadie del Gato en la ciudad y el cielo ya es la pupila del Rey, nuestro amigo debía estar borracho, o agotado tras estar conmigo -esboza una sonrisa llena de lujuria -Sea como sea fue muy claro cuando dijo que os contase eso. Y ahora me marcho antes de que el delegado baje perfumando todo con esencia de cereza.

La mujer se levanta con un gesto tan voluble que es como si siempre hubiese estado de pie, y con un gesto que os deja claro que no hay preguntas, o mejor dicho, que no hay respuestas, se marcha con un danzar en sus pasos que hipnotiza a alguno de los presentes en la sala.

El delegado baja y efectivamente lleva ropas elegantes, no las que ha usado hasta ahora para el camino, y huele a cerezas.

-Deben repararse los caminos del paso norte, con las tormentas del otoño se dañan gravemente y han perdido la grava que los protege -interviene Ketada. -Recuerdo la deuda de tres millones de ciclos que aún no se han pagado con nuestra familia.

-Como se acordó en su momento, no saques eso a relucir ahora como si fuera fruto de una incorrecta actuación, se te paga un millón cada luna y aún tenemos cinco lunas de plazo. -le reprocha Jakode sin alzar el tono -Aún así y sin que tu grosera actuación enturbie mi juicio apoyo la necesidad de reparar el paso. Adelantaré la mitad del coste sin cargos por la parte que no me corresponda. ¿A cuanto asciende?

-Me llamas grosero, pero eres tu quien actúa así, ¿acaso crees que no tenemos fondos? -la pregunta no termina de ser entonada del tono, lo que se puede interpretar como una afirmación hasta cierto punto. -Lo que ocurre es que no estamos dispuestos a seguir financiando un régimen que despilfarra en actos de demostración de fuerza mientras desatiende las necesidades del clan.

 Este comentario desata un murmullo que asciende rápidamente a un estruendo de comentarios y gritos entre los que se empiezan a oír insultos sueltos protegidos por el anonimato que provoca el caos.

Un sonoro golpe de percusión metálica se impone a todas las voces, un segundo golpe igual de fuerte se oye con claridad cuando las voces se acallan, el tercer golpe llega para llenar el relativo silencio que parasita el ambiente.

-Mantengan la calma señores o habrá que aplazar la sesión a un día en el que aquí se reúnan adultos y no niños. -la imponente dama Morome cubre el aire con su vibrante voz que se derrama imparable y fluida como las olas contra los salientes. Todos entendéis la razón de que sea una mujer tan cotizada, emana un poder y fuerza indescriptibles. -Por favor Ketada responde a la pregunta que se te ha hecho.

-Doscientos treinta mil ciclos.

Un nuevo murmullo se origina, pero este se extingue mucho antes de alcanzar una sonoridad molesta.

-Las arcas de la ciudad pueden aportar cincuenta mil ciclos, aunque seguramente prefiramos hacer la mitad de la inversión en trabajo. -comenta Dorolba, la voz del pueblo.

-Estoy de acuerdo en financiar con una parte de treinta del tesoro del clan, esa es mi votación de momento. -la voz de Asome deja claro que hay otras cosas en las que invertir el tesoro. -Ha habido un incremento del crimen en la región oeste, considero que antes de gastar los recursos en caminos deberíamos asegurarnos de reclutar y pagar la seguridad, propongo la alta de novecientos protectores en lugar de los trescientos previstos para el otoño. Sé que no tenemos tantos en formación, por eso propongo la apertura de una nueva escuela.

-¿Y esa escuela estará ubicada en las honorables tierras de tu familia no? - Dolnea muestra una actitud de rivalidad.

-Al menos en mis tierras hay ciudades grandes de las que nutrirse, en las tuyas habría que aceptar a ovejas.

-Basta. -Morome levanta la mano. -Esa propuesta debe ser elevada en ultima instancia a la corte real, no podemos instruir protectores del reino sin la aprobación del Rey. Pero se discutirá la necesidad y asignación de la propuesta. Voy a pedirle a la familia Asome que amoneste a su portavoz, si vuelve a atentar así contra la dignidad de uno de mis invitados yo misma me batiré en duelo contra él.

-Lamento haberla ofendido dama Morome, si me lo permite me retiraré hasta que se me llame.

-No, si te avergüenzas de tu conducta es castigo suficiente y justo, no voy a permitir que te libres de él. Ahora alguna otra propuesta a debatir...

-Con su permiso dama, creo que la petición de seguridad de Asome debe ser atendida, aunque considero que la situación es más urgente, propongo enviar a dos batallones del ejercito. -comenta Ketada.

-No puede enviarse al ejercito a una región sin más. ¿Qué van a combatir? ¿Cómo se van a abastecer? todos conocemos el peligro de desplazar contingentes a zonas no habilitadas para ello. -Kelda habla por fin. -Si voy a pedir que se desplacen allí unos cuantos protectores, pido aquí y ahora que al menos un miembro al servicio del Rey de cada clan se adjunte a un encargo. Necesito que vayáis a esas tierras del oeste. Que os presentéis al excelente Tudea Lalse y os pongáis a su disposición para devolver la seguridad del Rey, al volver acompañaréis a mi sobrino y a mi sobrina, que ahora gozan de la hospitalidad del excelentísimo de vuelta a aquí.  

A Senca.

 

 

 

 

 

 

Pon esta carta sobre la otra, luego sin separarlas vierte con cuidado vino tinto sobre esta cara.

Cuando retiras la carta del sobre observas que hay cuatro bonos de 120 ciclos. Al hacer lo que te indica todo el papel se tiñe de rojo menos una líneas que conservan el color pálido. Las líneas no tardan en formar palabras.

A Senca.

Lamento no haber podido reunirme contigo, espero que este documento llegue a ti.

Tu objetivo es formar parte de la comitiva que se dirige al oeste, debes impedir, o intentar que ocurra por cualquier medio una guerra civil en el Loto. Podrás dejar los bienes que no necesites en la tercera sala de la casa de descanso Trino lindo. Los fondos son escasos, pero deberán bastar para cumplir la misión, en caso de que creas necesitar más solicita un préstamo en la casa de la moneda de la ciudad a nombre de Tulma.

Suerte.

Se precavido, el Gato es un clan muy leal al Rey, pero no dejan de tener intereses propios, y a veces van en contra para alcanzar objetivos que ellos creen beneficiosos para la Corona.

Pon esta carta sobre la otra, luego sin separarlas vierte con cuidado vino tinto sobre esta cara.

La reunión transcurría como se podía anticipar, de momento los asuntos de los caminos no eran demasiado interesante y la pelea por quien ostentara aquella escuela era algo que a Ammatam le parecía irrelevante, pero si con ello conseguían algo de paz y seguridad para el pueblo llano bien valía aguantar aquella pesada reunión

Ammatam miró a sus compañeros de la misión comercial intrigada. Claro que podía solicitar aquello ¿Pero hasta que punto era vinculante? ¿Sería sabio?

- ¿Cuantos de nuestro clan hay aquí susurró? - Kasagore y Kolma Temiendo que ella fuera la única de su clan que cumpliera aquella condición y que pudiera ausentarse de aquella corte en aquel preciso momento. Quizá por eso había despertado el interés de la dama Morone, aunque fuera Kelda quien lo propusiera.

Bueno, Senca. Tengo cosas que hacer, nos vemos luego. No me avergüences en la corte estival, procura moderar tu comportamiento. Que te vaya bien.

Me levanto de la mesa y me retiro. Durante mi camino hacia la salida me despido del delegado con un gesto y prosigo. 

Al salir de la posta, veo a la flor que previamente había hablado con nosotros y decido seguirla hasta la Casa de las flores donde trabaja con la intención de tomar un baño y, de paso, recabar algo de información acerca de lo que está aconteciendo en la ciudad. Una vez dentro , pregunto por Harono, ya que es ella con quien pretendo hablar, , especialmente sobre la carta que le entregó hace apenas unos minutos a Senca. Una vez encuentro a Harono y le manifiesto mis pretensiones de tomar un baño, me dice que la siga y me lleva a una especie de sauna donde empezamos a hablar mientras me relajo. -Buenos días bella dama. Es un placer para mi poder compartir un poco de mi tiempo con una compañera de mi clan en una ciudad que me susurra allá por donde voy que no encajo. Intuyo, por la descripción tan detallada que dio antes de cómo bajaría el delegado que me encuentro no solo ante una simple flor sino también ante una espía. ¿Verdad? Siendo espía entiendo que conocerá la situación de la ciudad y de la corte estival como la palma de su mano, necesitaría que me comentase, si así lo quisiese, si debiera preocuparme sobre algo en mi estancia aquí. Sus palabras en la posta no hicieron más que infundirme cierta inquietud y me gustaría resolver los temas pendientes que nos conciernen a ambos como gatos que somos.

-Me temo que tú -te dice el comerciante siguiendo la ironía -Pero se refieren a protectores, la Nutria no ha traído protectores, y el Gato ni siquiera está, no debes preocuparte.

Se les ve tranquilos, quizás por que se han autoconvencido de que no te vas a ir.

- Que los gatos fallen no significa que nosotros podamos permitirnos lo también, además, los gatos siempre están... - Murmuró incomoda volviendo a apoyarse sobre el respaldo mientras esperaba los ofrecimientos de los diferentes clanes. Quería hacerse a la idea de que no tenía alternativa a ir. ¿Que podía decir al ofrecerse?- 

El viaje había continúado bien, mejor incluso de lo que había previsto, poco a poco iba creyendo cuanto me decía, sin olvidar que le había conocido hacía nada. No me apuñaló por la espalda, como cabría esperar de alguien que en nuestro primer encuentro, solo se preparó para protegerse.

Además, yo tampoco tenía información, y la lógica dictaba que él pensaría lo mismo que yo, la única diferencia es que él podía haber sabido de mi existencia antes que yo de la suya.

Aún así, al menos tendría una cara conocida. Alguien con planes más o menos parecidos a los míos, seguir órdenes y sobrevivir, yo tenía alguno más relacionado con la verdad de todo, pero no creía que este fuera el lugar donde lo iba a descubrir por lo que ahora mismo, Thegren era lo más parecido a alguien en quien confiar que tenía.

Al llegar a la posada, La mujer ofrece un presente a cada uno, aunque Thegren era un compañero de viaje digno de elogio, la falta de información me daba que pensar, era dificil saber que sabía y que ocultaba.

Miré el medallón sin mayor preocupación, iba a ser imposible descubrir que significaba, seguramente no tuviera nada que ver conmigo, y lo más importante, ahora tenía algo en lo que pensar. Mi compañero se despidió raudo, quedaba poco para el inicio, y tan serio como le había conocido y había visto que era, me invitó a parecer una persona de bien y se fue.

Esa fue la mayor de las sorpresas, y un cambio drástico de actitud hacia él, incluso se me escapó una sonrisa. No era un enemigo, no me conocía, si no, sabría mi pasado en la escuela de magistrados. Nadie se acordaba de mí, pero existía una reputación a la que cualquiera que hubiera investigado no demasiado habría llegado.

Así lo haré.

Miré donde se había ido la mujer, nunca me había parado a pensar esas cosas, ni siquiera había estado con ninguna, el trabajo y el odio se habían encargado de eso.

Me levanté y me fui a la habitación, despidiendome de nuestro acompañante de forma educada aunque en silencio.

Camino a la habitación, pedí una jarra de vino, no bebía alcohol salvo para guardar las apariencias, nublaba mi mente y debía estar siempre alerta.

Al llegar a la habitación, me aseguré de cerrar con el pestillo y cerrar la cortina, podría haber mirones, e incluso prostitutas intentando entrar para ganar algo de dinero de un viajero nuevo. Me situé sobre la mesa, y busqué una bandeja para que el vino no acabara vertido por todos lados. Después, coloqué tal como decía la nota ambas cartas y vertí el vino sobre ellas pensando Es un sistema sorprendente, que posibilidades hay de que alguien intercepte ambas cartas. En este caso, una tenía información muy comprometida, pero suponía que tal artilugio podría hacerse con dos cartas aparentemente en blanco. Podría utilizar eso para comunicarme con mi maestro algún día si fuera necesario.

Leí con calma, y releí, Gato era el clan de Thegren, Leales al rey, y a sus intereses, No me preocupaba, Thegren parecía un soldado, y los soldados no tienen poder para corromperse, solo pueden hacer uso de su fuerza. Por eso había sido elegido yo para ese cometido suponía, por que era un soldado que no lo parecía, haciendo uso de mi fuerza para el bien de unos, que querían acabar con la corrupción, aunque pensandolo fríamente, no era más que alguien corrupto por la verdad que otros me ofrecían, pues ni siquiera sabía si de verdad la iba a obtener.

Separé ambas cartas, y dejé aquella con el sello secando, no pensaba que fuera a poder ser utilizada, pero era una oportunidad de sobrevivir. Destruí la cara que me acababan de dar, no sin antes coger los bonos, cogí todas mis pertenencias y me fui al lugar que decía la carta.

Tercera sala de la casa de descanso Trino lindo. [si esta es la habitación que he podido conseguir me quedo]. Doy por hecho que estoy en Trino lindo. si no, voy para allá.

Llegué y dispuse la carta, aún mojada bajo algún mueble grande que tuviera alguna madera en la parte inferior, o bajo alguna baldosa que pudiera desencajarse y volverse a poner. Tras asegurarme, pensé que podía llevar.

[*]

Dejé las cosas restantes colocadas, no lo parecía, pero era una persona sumamente ordenada, y me dirigí a la recepción.

Buenos días, querría alquilar algo de ropa, digna de un banquete, y quizá un baño si tuvieran, ha sido un largo viaje. Por experiencia, a las mujeres de recepción les gustaba la gente amable, por la noche había borrachos y maleantes, y por la mañana dependía del lugar, nos acercábamos a la hora de los borrachos y siempre ayudaba una cara amable para sobrellevar el día. Igual que al vender, la apariencia hace estragos en la personalidad de la gente.

Me gustaría también canjear el precio con estos bonos, Soy herrero y algunos clientes pagan así, mis disculpas no me ha dado tiempo a ir al banco a por su precio. Esa era la segunda lanza, las personas de las posadas son tremendamente observadoras, algunas, incluso dejaban la mía, casi paranoíca, en la mirada de un niño que está aprendiendo a ver el mundo. Me había visto llegar hacía tiempo, sabía que llevaba al menos tres armas guardadas en paquetes, no sabía mucho de ese lugar, pero fácilmente podía ser intuído como un mercader ilegal, los bonos cambiarían eso, y herrero es una buena manera de justificarlo, más viendo la calidad del caballo para alguien que se gana la vida vendiendo artilugios de guerra en tiempos de paz.

Tras ello, esperé una respuesta.

Al final acepté la ayuda del hombre grande y yo mismo tomé la improvisada camilla de los pies para tratar de llevar al magistrado Dagio cuanto antes al palacio. Fue un camino arduo no exento de tropiezos y por momentos pensaba que el hombre me iba a dejar en la estacada pero le reconocí, agradecido el que me acompañase hasta el final. Le prometí una buena mesa con mejor vino en caso de que volviésemos a encontrarnos y le di mi nombre por si en algún momento necesitaba la ayuda de un magistrado de confianza.

Al llegar al palacio informé a los guardianes y responsables de la entrada de a quién portábamos y la necesidad urgente de una camilla y médicos más que capaces, comentando cómo habíamos sido atacados anónimamente en mitad de la calle cuando nos disponíamos a venir para aclarar algunas cosas sobre un caso que nos ocupaba.

A pesar de lo intrincado de las negociaciones esta claro donde el delegado Kedal necesita apoyo.

Si sus excelencias tienen a bien exijo el honor de participar, en nombre de mi clan y al servicio del Rey

Me aseguro de que mi tono de voz sea firme y sin rastro ninguno de duda o vacilación.

Una mujer de tez ligeramente más oscura de lo habitual y con el pelo de un negro azabache se adelanta.

-Exijo el honor de formar parte de la compañía, en nombre del Oso yo Alius Daske me comprometo a hacer cumplir la voluntad del Rey, expresada en las leyes.

La mujer de rostro altivo habla con voz atronadora y desafiante, como retando a que alguien se oponga. Recorre al resto con la mirada y asiente levemente.

Deno flanquea el acceso, los niños que te acompañan se despiden de ti y permanecen junto al magistrado.

-Guarda el secreto de momento, creo que saldré de esta, esta muchacha ha hecho un excelente trabajo, seguro que tendrá una promet... un ataque de tos interrumpe a Dagio, momento en que es reprimido por la alumna de medicina. -Vuelve a tus quehaceres, pero no olvides que ahora enseñas el torso intenta reír pero en su lugar la mueca de dolor invade su rostro, luego con la mano te hace un gesto de hablamos luego.

Mientras trato de decidir cómo proceder trato de localizar a alguien del servicio de palacio para ver si pueden cederme alguna pieza de ropa, aún del servicio, para cubrir mi torso desnudo, mientras me aseguro de que la copia de la lista que me había dado Dagio seguía en su sitio.

Deno entra en el gran salón interrumpiendo la tensión, desaliñado la ropa que porta no forma parte del mismo juego, su rostro y manos ensangrentados y su arma sin vaina le dan el aspecto de un demonio que clama venganza. Por suerte para todos, su rostro es conocido y nadie se abalanza para detenerlo.

-Honorable Deno Saru, seguro que tiene a bien explicarnos su situación -dice una calmada Morome indicando con un gesto de la mano a sus sirvientes. -Estoy convencida de que aquello que debes de decir es al menos tan urgente como lo que aquí se trata. -antes de que acabe la frase un hombre le acerca a Deno un fieltro para que envuelva la hoja y una mujer se acerca y limpia con una toalla perfumada los resto de sangre de la piel del protector. -¿No hay problema en esto, verdad, Kelda?

-No, no hay ningún problema, que el honorable hable.

- Con permiso, excelentes.- Digo saludando a conocidos y desconocidos con un amplio ademán, una vez que estoy algo más limpio y tranquilo.- Había quedado con el magistrado Dagio para ponernos al día sobre una investigación en que ambos estamos involucrados, la muerte de un mensajero hace un par de días en una casa de las flores, cuando, al dar por finalizada nuestra reunión, fuimos asaltados al salir al exterior. No pude ver al atacante y este solo se centro en el ilustre Dagio, él solicitó ser traído a palacio, en vez de a una casa de reposo.- Resumí a grandes rasgos mi situación y el por qué de mi excitación y desigual atuendo.

-Hay una casa de baños a tres puertas calle arriba, en cuanto a la ropa, me temo que no vas a encontrar nada así en estas fechas. Si bajas hasta la plaza del sol y tomas la avenida de las flores azules encontraras a la derecha una calle de sastres, quizás encuentres algo barato allí. Y en caso de que te interese, si subes la calle hasta el final, podrás darte el baño en una casa de flores, no es muy prestigiosa, pero si económica.

Te cambia dos bonos por doscientos cuarenta ciclos en papel de sesenta.