Partida Rol por web

"Un carromato yace de lado en el medio del camino. Hay barriles aplastados que debían contener vino amontonados en torno al carromato, cuya parte trasera está parcialmente quemada y que aún tiene algunas brasas encendidas.

Frente al carro están los cuerpos de un hombre y un caballo, con la piel terriblemente enrojecida y charcos de sangre a su alrededor. Los cuerpos están horriblemente abotargados y parecen humear de algunas perforaciones en el cuello y el pecho. Las piernas del hombre están enterradas bajo un cofre volcado que se ha abierto derramando cientos de piezas de plata por el suelo.

Podéis ver dos figuras de tamaño mediano que están, distraídos brincando y riendo mientras saquean el carromato."

Erdan coloca dos flechas en su arco, dispuesto a terminar aquello por la vía rápida. Las dos saetas vuelan con precisión hacia sus objetivos, pero parece que la prisa del elfo por atacar a aquellas criaturas ha hecho que sus proyectiles se desviaran ligeramente, sin llegar a impactar en ningún órgano vital.

¡Maldición! ¡Yo apuntaba a la cabeza!

Al recibir ambos flechazos, las figuras se giran de inmediato. La primera, una que parece algo mas fornida desenvaina una katana y sisea con disgusto mirándose la herida.

La otra figura algo mas enclenque trastabilla al recibir el impacto y os podéis fijar como una especie de careta cae al suelo mostrando el rostro de un kóbold. Este último alzará ambas manos al aire en señal de paz:
- Por favor! Guardad las armas y escuchadnos, no queremos luchar - extrañamente el kóbold se expresa con total claridad y en un perfecto común, aún con un acento muy marcado. Al oír esto, el otro que parecía que iba a abalanzarse sobre vosotros se detiene aunque no envaina su arma.

¿...me habré precipitado?

El elfo, desconfiado por naturaleza y más aún respecto a aquellos seres semihumanos, no acaba de fiarse... pero que un kobold decida parlamentar es como mínimo sorprendente, y algo a lo que quizás vale la pena prestar cierta atención.

Ya habéis visto lo que os podemos hacer; no intentéis nada o la próxima flecha irá a vuestros corazones, dice el elfo mientras baja su arma.

Me acerco si ningún tipo de miedo hasta el carromato,y mostrando las palmas de mis manos menciono:tranquilos,no queremos haceros daño,tan solo decidnos una cosa.Intento tranquilizar a las criaturas.

¿Quien ha sido el causante de esta masacre?

Salgo de detras de Erdan dispuesto a atacar cuando veo como se desenvuelven los echos:Escucho con atencion y digo:

Mas vale no intentar nada raro,soltar las armas y explicadnos pr que llace muerto este mercader o de lo contrario os ataremos y enterraremos vivos...

Le susurro a mi amigo el elfo:no son muy peligrosos,veamos si les podemos sacar un par de monedas y desnvaino mi balllesta, la cargo y apunto a nuestros nuevos huepedes.

Os interesa saber que somos mas y que vosotros solo sois dos, no teneis posibilidades.

Miro al lugar donde deberian estar mis compañeros y luego a los dos bandidos.Una amarga sonrisa se me dibuja en la cara

Pobres mascullo para mi mismo.

Peroquécoñohaceestecomehojas...

La tranquilidad, afabilidad y confianza que demuestra el Eladrin hacia unos monstruos devoraniños y sedientos de sangre como suelen ser los kobolds deja a Erdan patidifuso.

Si pretende hacer lo mismo cuando nos topemos con una banda de ogros, nos vamos a reir.

Llego a la altura de mis compañeros y me encuentro al Eladrín en una posición extraña en un combate.

Eladrins, peor que los Elfos. ¿Se puede saber que pasa aquí?.

Miro atónito a mis compañeros esperando una explicación. No bajo la guardia y sigo en una posición de combate con la lanza bien firme, apuntando a los kobolds.

El kóbold que había hablado al principio, se acerca lentamente unos pasos hacia el grupo con las manos levantadas, dejando atrás la extraña mascara que llevaba encima hacia unos momentos.
- Nosotros no hemos causado esto - dice señalando el carromato - sin duda es obra de algunos bárbaros o asaltantes. - el kóbold se expresa en perfectos términos y sin dudar en su hablar, sin duda nunca habíais visto a una criatura de esta "calaña" hablar tan correctamente.
- Estamos aquí para una misión y buscamos un grupo como vosotros para ayudarnos - veis como lentamente lleva una de sus manos/garras hacia dentro de su capa como buscando algo.

El otro kóbold que estaba mas adelantado, se quita también la mascara que llevaba y gruñe un par de improperios en su extraña lengua, sin duda no le gusta la situación. Este kóbold es mas fornido que su compañero y parece manejar la katana con cierta sutileza. Viendo que sigue habiendo armas desenvainadas el kóbold se niega a bajar la guardia, aunque parece algo mas tranquilo que en primera instancia.

Ahora os podéis fijar, que las mascaras que llevaban puestas son intento de parecer "medianos", como si estuvieran disfrazados, también sus atuendos con capuchas y sendas capas parecen haber sido diseñadas para la empresa.

¿ Y para que se supone que nos necesitais? lLes comento en unb tono mas o menos apacible ¿cuanto ofreceis por la ayuda? Les digo ya visiblemente mas tranquilo...pienso en que podriamos sacar,tal vez unas monedas con las que divertirnos mañana..

AL ver que una de las criaturas no baja las armas,digo a mis compañeros,que todavía están armados:

Dejad las armas,para los enemigos,¿qué nos pueden hacer dos criaturas?.No todas las criaturas con colmillos y de color verde han de ser malvadas.Y no todas las criaturas de color blanco y con pelo en la cara han de ser benévolas.¡Acercaros!.Estas palabras van dirigidas tanto al explorador como al enano.Acto seguido me acerco un paso más hacia los pequeños kobolds y me arrodillo para estar a su altura.Les digo:

Seguid hablando,¿de qué misión se trata ?y lo que es más importante,¿para quién trabajais?.Me gustaría,nos gustaría,digo señalando al resto de mis compañeros,conocer a vuestro superior.

Paso olimpicamente de Quarion y sigo apuntando a los kobold No,unos kobolds tan civilizados no son normales, algo ocultan.

¿Y lo proximo que,nos ponemos vestiditos y tomamos el te todos juntitos? Digo claramente molesto.

En en fondo se que no deberia ser tan cruel, pero mis años en las calles y mi parte maligna ganan por una vez... lo siento kobolds,piensa mi parte benigna.

Erdan obedece a Quarion; destensa su arco y se acerca hacia el eladrín.

De acuerdo, piensa. Después de todo, si deciden golpear a alguien, tú eres el que está más cerca de ellos

El kóbold, con un ademán, enfunda su katana siguiendo las ordenes de su compañero, aunque a desgana. Sin duda las burlas y los comentarios hirientes no lo ayudan para nada a tranquilizarse.

Al cabo de unos instantes su compañero kóbold se dispone a seguir hablando así que él se aparta a un lado.

- Como venia diciendo... - sigue diciendo el kóbold para interrumpir un poco la tensión que había en el ambiente. - él es ...

Shupo se pone firme y saca musculo - Soy Su Más Alta Malignidad, el duque Shupo, exterminador de Rosie la costurera - dice rápidamente, como si fuera un discurso que se aprendío hace tiempo y lo recita de vez en cuando.

Luego da un paso atrás y deja seguir a su compañero.

- Exacto - dice el kóbold como imaginándose que sería interrumpido. - Y yo soy Raspit, hijo del jefe del clan Gnurka.
Mientras habla el kóbold saca un rollo de pergamino de sus pertrechos.
- Por favor, leed esta carta de nuestro líder, para que entendáis la importancia de nuestra empresa - dice alargando su brazo hacía vosotros con el pergamino en la mano.

Bajo el arma y miro sorprendido a los kobold,creia que esto era una treta...

Bueno Quarion adelantate y lee el pergamino, tu eras el que queria ayudar... Le hago una señal con la mano indicandole que cogiera el pergamino.Mas vale que nos den recompensa o yo no pienso ayudar...

Asiento,alargo el brazo y agarro la carta,acto seguido comienzo a leerla...