¿O no te acuerdas cuando quiso cortejar a aquella muchacha de Ver'Hona? Julia o algo así se llamaba...

 Eso ocurrio antes de conocer a Diegen, cuando aun erais los Leopardos. Me acuerdo de la hostia que le calzo la moza. Tapate la calva, que te empieza a afectar el sol, enano.

Los Leopardos seremos siempre, follaviales. - respondió el enano, moviendo el brazo para apartar el chaleco y dejar a la vista el enorme tatuaje de un leopardo que cubrirle media espalda, alcanzando el hombro y el costado. - Además, acabábamos de bebernos la mitad de la bodega de los Kaph Ulets, así que suficiente con acordarme de cómo se regresaba a la mansión, como para saber quién más estaba...

Dorwas se rie, recordando viejos tiempo, y tiende la mano para subir al muchacho al borde del acantilado.

Si Jaali y Dorwas están a buenas es que mis planes han salido bien. Las heridas y magulladuras del bardo forjarán su carácter. Piensa Jonova satisfecha cuando ve a Diegen subir el último repecho.

- Por cierto Dorwas, ya te lo dije, pero esa leoparda tiene la espalda torcida y está muy gorda... - dice viendo justo delante el tatuaje... - O fuiste tú que creciste a lo ancho...

El grupo se reúne en la cima del cañón y tras un pequeño descanso continua el viaje.

Al amanecer del día siguiente pueden ver por primera vez la Montaña Palida en el horizonte. Un pico que llama la atención tanto por las rocas blancas que aparecen en grandes trozos de su suelo como por su tamaño, más alta que sus vecinos.

Al llegar el mediodía, en las faldas de la montaña llega a su destino. Como el castillo de arena(*) de un niño el templo olvidado reposa contra las grietas de la montaña. Sus torres y minaretes medio derruidos brillan en el mediodía alienígena de las montañas. El tamaño de semejante creación parece extraño es un lugar tan remoto, pero por otro lado parece poco probable que exista otro lugar más cercano a los dioses.

Entre las piedras y las fuentes rotas, unos salientes espinosos y áridos salen entre el suelo del color de los huesos. El templo casi parecería desierto si no fuera por el siniestro sentimiento de terror y la docena de avisos colgados de la pared exterior: cuerpos sin cabeza cubiertos por una espesa capa de moscas.

Habéis llegado, vosotros diréis.

No parece que haya otras entradas - dice el mago echando un vistazo al templo - Habra que arriesgarse y correr hasta la puerta. O quizas Itzala podria crear una diversion, para que el resto nos colemos?

- Tal vez deberíamos esperar hasta mañana y ver si hay gente entrando y saliendo a lo largo del día? ---comenta Diegen, mientras observa con atención los alrededores con sus ojos élficos.

Llegamos a un sitio tenebroso, algo asi esperaba ver, por fin un sitio que valga la pena para poner a prueba mis habilidades, escucho a Jaali mencionando mi nombre:

O quizas Itzala podria crear una diversion, para que el resto nos colemos?

- Si necesitan diversión soy la persona más indicada, ¿pero a caso crees que soy idiota? ¿Quedándome atras mientras todos ustedes avanzan como ratones mientas yo soy el plato principal?. No señor. ¡Vamos enano, sigueme... si es que no te has orinado en los pantalones aún!

Comienzo a caminar hacia la entrada y voy centrando mis ojos en el camino atento a cualquier cosa que esté fuera de lugar o sea augurio de un peligro.

Dorwas parpadea un par de veces, mirando a Itzala casi sin saber que decirle mientras el bardo echa a andar en dirección al templo.

Se gira entonces hacia el resto del grupo.

Bien, parece que ya tenemos la diversión que necesitábamos. - señala con el pulgar al bardo. -Ahora, ¿izquierda o derecha? - señala a los lados del templo, sin ser ni siquiera consciente que ha señalado en la dirección contraria a la que pronunciaba.

¿pero a caso crees que soy idiota? 

No lo creo. - niega el mago con la cabeza - Es un hecho objetivo 

- Que alguien lo agarre. - dijo Jonova muy seria. - Si no, le van a atrapar. Los gnolls son esclavistas expertos. Y le van a hacer cantar todo lo que sabe. No se creerán que vino solo. Nadie es tan idiota. Eso sería como atacar un castillo solo por la puerta principal y nadie es tan...

La mujer se desespera.

- Vale que le matarán pronto porque para variar también es inaguantable, pero cantará todo sobre el ataque y estaremos condenados.

- Podemos rodear el edificio a buena distancia y buscar salidas o puertas secretas. Todos los castillos las tienen. Yo puedo buscar rastros que lleven a ellas. 

Concluye al final. - No podemos matar a todos los gnolls a la vez. - Las tres últimas palabras estaban recalcadas. 

Que alguien lo agarre

Dorwas miró a Jaali...

Jaali miro a Diegen...

Schhh.

Schhhh. Harve llamó al elfo intentando hacer solo el ruido indispensable

Eh. Schhhh. Ventepacá. habló bajito y para que áquel lo entendiera hizo un gesto con la mano como de arrastrar algo hacia sí. Ven. susurró otra vez

¿Donde vas? Ven aqui hombre.

Doy un par de pasos hacia adelante observando el entorno cuando escucho a Harve chistando desde atrás, giro hacia mis compañeros y veo que nadie me está siguiendo.

- ¿Pero que les pasa, ya se acobardaron? - digo hablando en voz alta - está bien... está bien, si quieren ir por la ruta de los cobardes, iré con ustedes. Solo porque no soy tan idiota como para caminar solo hasta ese casitllo - regreso hasta donde están todos - tengo una idea, podemos rodear el camino y llegar hasta el castillo por uno de sus flancos - digo sin prestarle ni la más minima atención a las palabras de Jonova - pero tendremos que utilizar una buena formación, alguien prescindible y duro como una roca, al frente - miro a Dorwas - el viejo podría cuidarnos la retaguardia y cuando escuchemos sus gritos sabremos que nos atacan por detrás - miro a Harve - la muchacha puede volver a convertirse en ave y controlar el entonrno desde arriba y chillar si ve peligro acercándose, Jaali y yo y el este otro tipo, iremos al centro, yo iré con los ojos bien abiertos atento a cualquier movimiento alarmante. ¡Pero guarden silencio mientras avanzamos! - digo como si no importara guardar silencio ahora mismo.

Hubo unos segundos de silencio tras las palabras de Itzala, hasta que:

PLACA^*

El sonido de la colleja resonó por todo el barranco.

Ni siquiera los dioses de Golarion se molestaron en preguntarse cómo era posible que el enano hubiese saltado hasta esa altura para entregar semejante castigo divino, mucho menos sus compañeros de expedición.

Dorwas, sonriente como si solamente él supiera un chiste privado, habló entonces.

La siguiente vez que te pases de tonto listo, no harán falta los gnolls para acabar contigo. Y dejemoslo claro de una vez, Almah os ha mandado con nosotros como apoyo, no para guiarnos y mucho menos en dirección a la tumba, que cuando tú aún estabas aprendiendo a colocar las cuerdas a tu juguete, nosotros ya estabamos matando demonios ancestrales en prisiones subterraneas...