Partida Rol por web

La Casa de las Rarezas

Capítulo 1 - Un nuevo comienzo

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29/07/2019, 19:20
Director

Salís de la mansión, hacia las calles. Cael es quien más conoce la ciudad, y os sorprende ver que Edirian se acopla a vuestro paseo con una sonrisa distraída en su rostro juvenil. Pese a que el joven Venture conoce la ciudad, tampoco acostumbra a acudir a cerrajeros, pero no es difícil suponer que en el mercado al otro lado del río pueda haber un cerrajero dispuesto a atenderos.

No es un paseo muy largo, aunque algunos cocheros pasan ofreciendo transporte, podríais llegar al lugar en veinte minutos o media hora  andando. Una vez que llegáis al paseo del preservador, saliendo del callejón de los dichosos entuertos, veis varios cocheros detenidos junto al palacio de la casa Dravad.

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29/07/2019, 19:20
Edirian

Con una cierta picardía en la mirada, y las manos cruzadas sobre la nuca, Edirian os sigue silbando una alegre canción. Amaga un bostezo, y cuando salís a la calle decide intervenir para cortar vuestro silencio o vuestra conversación, lo que haya acontecido en el paseo.

- ¿Está muy lejos? – pregunta hacia Cael-. El mercado. Hace mucho que no vengo por Duriel, y estoy perdido por completo, su excelencia.

En ese momento se fija en uno de los muchos puestos de comida y bebidas ambulantes que se sitúan en los márgenes del paseo. El mismo donde Cael encargó los granizados.

- ¡Ja! – se ríe, con curiosidad-. Granizados. En Criel están pasados de moda, ahora se llevan los helados. Y he oído que en Redia están creando algo… Algo increíble. Una mezcla de helado, granizado, y yogur. Lo llaman yogurlado. Tengo franca curiosidad por probar algo así…

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29/07/2019, 19:21
Director

Tu misión no es sencilla.

Incluso recorriendo a tu red de contactos, aspiras a conseguir mucha información en una tarde. Al final la información suele ser como migas de pan, trocitos pequeños sueltos aquí y allá.

Te das una vuelta con discreción hacia el barrio portuario. Es donde suele moverse la fauna que puede darte tu información… Y allí mismo se asienta la Casa de los Sonrientes de la Luna Dorada. Un nombre rimbombante para una casa de la guerra que se dedica únicamente al tráfico de información. Algunos de tus contactos son, o bien parte de la casa, o bien agentes de estos. No lo sabes con certeza.

En una de esas calles llegas a un café oscuro y tranquilo, un lugar donde muchos de los mal llamados intelectuales se reúnen para debatir sobre asuntos de todo calado. Te sientas en una de las mesas y al poco aparece un viejo contacto, el bueno de Palod di Duriel, un filósofo itinerante. La charla con él es bastante productiva, en tanto en cuanto consigues sacar más de lo que sabías antes de venir.

El rumor sobre la desaparición de las Rarezas recorre la ciudad desde hace días, pero nadie lo ha confirmado oficialmente. Lo que si sabes es que nadie sabe nada, lo cuál es, como poco, llamativo. Normalmente siempre circulan teorías, y hay unas cuantas, pero Palod te dice que las olvides: nadie vio nada, nadie sabe nada. Parece tan extraño que todo el mundo sospecha que algo muy extraño ha ocurrido en la mansión.

Sobre tus compañeros… Palod conoce bastante la ciudad, así que de algunos sacas algo, de otros, nada por ahora. Eikon, Viero, Gavilano, y Peara, a la que conoces, todos salen de tu esfera de influencias.

Cael es el más fácil de señalar. Tercer hijo del duque Venture, es un joven bastante frívolo, con fama de ser algo distante y completamente ajeno a la política de la casa. Parece haber renegado de sus opciones a heredar la casa, lo cual le ha alejado de las conspiraciones de sus dos hermanos, Vaela e Inael, que viven en una guerra perpetua por convertirse en los futuros duques di Venture.  Irónicamente, ambos hermanos están tremendamente unidos. Parece una relación bastante… Complicada.

De las gemelas Iridar en concreto no sabes más que lo que todo el mundo sabe: huyeron a Plateaux, donde fueron criadas por el antiguo maestro de esgrima de la casa d’Iridar. Su familia fue exterminada durante la Tercera Guerra Irediana, pero… No como parte del conflicto. Hace veinte años, la casa Iridar fue atacada y su puesto en la Asamblea fue ocupado por la casa Giarda. Palod te cuenta lo que muchos sospechan: que los Giarda fueron responsables, pero que el resto de grandes casas colaboraron o al menos, permitieron ese ataque, porque no hubo consecuencias ante un acto que debería haber supuesto la condena de toda la casa Giarda.

De Adalo, te comentan que es el nombre de un capitán turiano. Un noble de una casa menor. Es conocida su enemistad con el general de Turia, Nel di Dorvian. Por lo que comentan, se rumorea que antes de la reciente entrega de Lior a Galdia (un asunto que está en todos los periódicos locales), Adalo desertó del ejército y abandonó Turia.

A Vairan parece que el bueno de Palod lo conoce en persona. Vairan podría encajar perfectamente como uno de tus contactos: un joven inteligente, que conoce a mucha gente y que se sabe como la palma de su mano el funcionamiento de la ciudad. Que sepas, vive cerca de la Casa de las Rarezas, en un pisito de mala muerte.

El último nombre que despierta curiosidad en Palod es el de Inara. Al principio duda, pero entonces te dice que quizás Inara sea la que llaman “La Reina del Sur”: una afamada pirata de las Asfigies. Pirata o corsaria. Palod no lo tiene claro.

Cuando el viejo contacto decide abandonar el café, piensas que igual es buen momento para retirarte cuando alguien se sienta a tu lado.

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29/07/2019, 19:21
La Sonriente

Al principio crees que es una simple vagabunda, por los harapos que cubren su cabello y su cuerpo, pero entonces levanta el rostro y la ves. Una máscara sonriente y dorada que te mira, tras la cual no puede percibirse nada más.

Has oído hablar de esa persona. Si es que es una persona concreta. Quizás sean muchas. No lo sabes.

- Muy buenos días, mi señora – saluda la Sonriente. Su voz es sencilla, suave y poco memorable-. Un pajarito me ha comentado que estabais aquí, dama Hiparchia, y he decidido pasarme a saludar. Hay que ser amable con los colegas de trabajo, ¿no cree? – hace un gesto al camarero de que le sirva un café, y te ponga otro-. Encantada de conocerla, ya que estamos. Como ya sabe quién soy, podemos saltarnos ese paso.

Espera un instante a que repliques, y entonces pregunta, directamente.

- Dígame… ¿Es cierto? ¿Se acaba de unir a las Rarezas, Hiparchia de Menas?

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29/07/2019, 19:22
Director

Mientras el resto salen de la habitación, todavía dudando que hacer, permaneces allí disfrutando de un buen tinto. Mucho mejor que el que tomaste la noche anterior. El único que no se mueve es el gigante pelirrojo que está sentado en una silla al fondo.

Notas de juego

No te he metido en ninguna de las historias porque no sabía que querías hacer. Pero tienes cancha libre para hacer lo que quieras o veas oportuno :).

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29/07/2019, 19:23
Corlas far Fusseim

El hombre no parece tener intención de comunicarse. Pero se pone a rebuscar en su enorme mochila, y saca…

Un cuarderno y un lápiz. Y así, sin más, para tu sorpresa, se pone a dibujar.

Parece sonreír con tranquilidad, ajeno a todo lo que ocurre, mientras traza unos sencillos bosquejos de algo. Hay una calma extraña en su expresión: el rostro de alguien que vive en paz consigo mismo, quizás. O algo distinto.

Sea como sea, transmite pura relajación.

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29/07/2019, 19:24
Director

Subís a la segunda planta, junto al resto de compañeros. No os resulta difícil encontrar la enfermería, una sala llena de medicamentos y material médico de todo tipo. Hay una camilla donde poder atender a los heridos, y un grifo de agua para lavar las heridas, vendas… El lugar está completamente equipado.

A diferencia de la planta inferior, allí no notáis caos alguno. Parece impoluto, como si no hubiese pasado nada extraño en la enfermería.

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29/07/2019, 19:24
Fantina

Fantina, tratando de ser útil, se acerca a un armario y saca unas vendas y un trapo, que humedece en un poco de agua. Luego, con cuidado, limpia la herida de Peara y le venda la herida.

- No te preocupes –le dice a la estudiosa, con una sonrisa tímida-. Es un golpe pequeño, no te quedará cicatriz.

Luego se vuelve hacia Gavilano, sin saber si ocuparse ella o dejar al joven rubio, le ofrece las vendas para que este termine su trabajo.

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29/07/2019, 19:28
Director

La atención en los detalles del salón, antes de subir a explorar el resto de la casa, deja entrever que las conclusiones de Finnaes sonaban acertadas: no parece un ataque.

Mirando en derredor, no se observan signos reales de batalla. No veis sangre por ningún lado, y las pocas cosas que se ven rotas es algunos cristales en el suelo. Pero el desorden es más que eso. Las sillas están caídas, hay algunas botellas tiradas, y hay... Suciedad, si, zonas del suelo manchadas de polvo, tierra, barro. 

Lo que parece también claro es que no han ido a robar. En el salón mismo no se han llevado nada: hay botellas de añejos galdianos que valdrían su peso en oro, y allí siguen. Hay cuadros de un alto valor, os da la sensación que alguno tiene la firma de un pintor famoso. Por haber hay estatuas de oro, trofeos y medallas. Hay de todo. 

Pero hay algo más. Tus ojos están mas atento que los del resto, y captas un par de detalles que resultan aún más extraños. Primero, una mancha en la pared... Al principio creíste que era algo de suciedad, pero no... Eso es una quemadura. Pequeña, pero tuvo que ser muy fuerte para dejar esa negrura. Y en otro lado, notas unas baldosas que parecen haberse podrido por agua o humedad. Y luego hay un detalle extraño por completo. Los restos de una copa en un rincón del salón, parecen incrustados en el suelo. Falta la mitad del cristal, y el resto es como si estuviese clavado en el suelo.

Una vez dejas el salón, te queda más y más claro que sea lo que sea que pasase allí, no hubo ningún combate.

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29/07/2019, 19:29
Director

La búsqueda por la mansión comienza. El grupo que formáis, dispuesto a encontrar algo que explique lo ocurrido comienza a recorrer la casa de arriba abajo en buscas de pistas, siguiendo la estela de Eikon, o por su cuenta.

Al poco de dar una vuelta por la mansión, os es bastante sencillo haceros un esquema de la mansión. Todas las salas comunes están o en la planta baja (salón, recibidor y caballerizas) o en la primera planta (enfermería, almacén, comunicaciones y armería). Son salas considerablemente grandes, y… En general impolutas.

Muchas de las salas están en perfecto estado, a diferencia de lo que ocurría en el recibidor o en el salón. Las caballerizas permanecen vacías, con restos de heno y un par de carromatos sin caballos. La armería parece que no ha sufrido ninguno de los efectos de desorden, lo mismo que la enfermería, una sala llena de medicamentos, con camillas y grifos de agua.

Las pocas habitaciones que están abiertas... Están igual. Todas tienen el contenido de una habitación ocupada: ropa en los armarios, algunas con las camas sin hacer y otras hechas. Algunas tienen un cuadro, o detalles en las mesitas. Es curioso… No parece que nadie recogiese nada antes de salir. No podéis acceder a las habitaciones de los capitanes, ni las del comandante, cerradas de momento, pero una habitación de un teniente está abierta y no es distinta en nada a las del resto de reclutas.

La mayoría, parecen habitaciones en las que no hubiese ocurrido nada. Pero otras no son así.

El almacén, aparte de alimentos en lata, cajas de contenidos que no conocéis, y muchas otras cosas, desde ropas a enseres, tiene al fondo una enorme sala de seguridad, tras una puerta de acero gruesa y gigantesca. Una sala que es casi una caja fuerte. No podéis entrar dentro, está cerrada a cal y canto, pero podéis ver que su puerta está cubierta de lo que parece… Ceniza. Y hay en el suelo un par de hojas resecas de algún árbol.

Y luego está la sala de espejos.

Allí podéis ver que sí ha ocurrido algo. A diferencia del resto de la casa, donde no es fácil discernir lo ocurrido, en la sala de comunicaciones alguien se ha dedicado a romper todos los espejos con saña y esmero. La sala cuenta con un espejo central para comunicarse y pequeños espejos de enlace con los distintos miembros de la casa… Pero no hay ni uno solo que esté en menos que pequeños añicos. Y todos los cristales están tirados y mezclados por el suelo de la habitación.

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29/07/2019, 19:29
Director

Un detalle que te llama la atención, mucho. Demasiado, porque dudas por un momento si eso tiene sentido o no.

Hay un árbol muy típico en las tierras ignotas. Sabes que a los de este continente les resulta llamativo porque en primavera, sus hojas son casi azules. Lo llaman el cian perenne. Alguna vez les oíste decir que aunque algún noble ha conseguido plantarlo en sus jardines, es un árbol que no sobrevive muy bien al clima del viejo continente…

Y lo más curioso es que aunque ya reseca y algo marrón, las hojas que están junto a la puerta de la sala de seguridad… Estás seguro que son de un cian perenne.

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29/07/2019, 19:29
Yria

La mujer pelirroja, algo malencarada, permanece callada toda la búsqueda hasta llegar a la sala de comunicaciones.

- El preservador nos lleve a la puta, esta mierda e’mu rara – comenta Yria, viendo los espejos rotos. Se agacha y recoge uno de los trozos, mirándolo, tocándolo-. Tos diminutos. Querían que tuviesen mezclaos pa no podé arreglalos. Toy segura.

Notas de juego

Si queréis investigar alguna sala concreta, decidmelo en notas o aquí. Podéis separaros o ir juntos. También están las salas de capitanes y comandante, pero esas están cerradas.

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29/07/2019, 19:39
Gavilano

Sonriendo, el chico se acercó a Fantina para tomar las vendas que ella le estaba ofreciendo de sus manos, pero en el momento en el que sus dedos tocaron los suyos el joven pareció cambiar de idea y se retiró sin llegar a cogerlas.

-Lo estás haciendo bien, sigue tú, yo te ayudaré si lo necesitas. –Dijo con confianza a la muchacha. –Además, no podemos vivir sólo con uno que sepa hacer curas. Tarde o temprano yo también necesitaré ayuda y viviré más tranquilo sabiendo que alguien podrá ocuparse de mí.

-Ya ves, Peara, estás en buenas manos, creo que se ha reunido un buen grupo. Bueno, al menos casi todos. Supongo que también se nos colarán algunos no tan agradables… -Siguió hablando mientras Fantina se ocupaba de la herida de la Lectora. –Por cierto, ¿cómo te hiciste esa herida? ¿Habéis tenido problemas en la ciudad?

Luego el joven de cabellos dorados quedó un momento en silencio, y una sombra cruzó por su rostro unos instantes para desvanecerse al segundo siguiente. Sin embargo su voz aún no sonaba completamente natural cuando hizo su última pregunta.

-¿Y tienes mucha relación con el resto de Lectores, Peara? ¿Conoces… conoces a un hombre llamado Hodan van Wold?

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29/07/2019, 20:17
Hiparchia de Menas

Recurrir al bueno de Palod había sido una buena idea. El viejo conocido no era quizá su contacto más jugoso, pero si una persona fiable y accesible. El tipo ideal para un primer acercamiento. Tal y como temía, el suceso de la Casa de las Rarezas estaba sumido en el más absoluto de los secretismos, habiendo aplacado hasta los chismes que muchos disfrutaban inventado y propagando. Nadie, y todo el mundo, al mismo tiempo, hablaba de lo sucedido con las Rarezas. De lo que se hablaba muy poco se podía tomar como un hecho. Y de los "hechos" solo una mínima porción sería verdad. 

Hiparchia se despidió cortesmente de Palod, prometiendo hacerle una visita de cortesía en un futuro. Se dispuso ella misma a salir del diminuto café, dado que el sol comenzaba a acostarse por Poniente cuando la vio entrar. La Sonriente, la dama de los susurros, princesa de los rumores. Ignoraba si detrás de aquella máscara se escondería más de un rostro o si se trataba de la misma carne y los mismos huesos. Lo cierto es que su presencia casi omnipresente desafiaba a la lógica más audaz. 

Aceptó con un gesto de cabeza el saludo, sonriendo fríamente. No era la primera vez que tenía contacto con la Casa de los Sonrientes de la Luna Dorada. Conocía suficiente aquella institución como para saber que había que tratarla con cuidado, pues al igual que una hoja de doble filo, uno podía salir esquilmado si no tomaba las debidas precauciones. 

- Conozco a la figura. -respondió, cuando su interlocutora afirmó que ella misma, Hiparchia, conocía a la dama. -Aunque ignoro a la persona que se esconde debajo de ella. De todas formas supongo que es inútil preguntarle a una persona enmascarada quién es. 

- Dígame… ¿Es cierto? ¿Se acaba de unir a las Rarezas, Hiparchia de Menas?

 Enarcó una ceja. En efecto, las noticias corrían como la pólvora. A estas alturas la identidad de cada uno de los recientes miembros de la Casa ya sería conocida en los círculos más inquisitivos. Después de un instante de tensión, soltó una carcajada que en su garganta sonó clara y ligera. 

- Lamento decepcionarla pero así es. - Antaño la misma Casa de los Sonrientes había intentado, sin éxito, reclutarla. El motivo de su fracaso era simple: Hiparchia utilizaba la información que la Casa le proporcionaba como medio para llegar a la verdad, y no como un fin en si mismo. Lo que ella buscaba realmente no podía ser aprendido, entre susurros, a la oscuridad de una taberna de puerto. Sin embargo, tenía que reconocer que su relación con los Sonrientes había sido fructífera en un pasado, y que nada parecía indicar que lo fuese a dejar de ser en un futuro. - Pongo mis servicios, desde este mismo día, a la causa de las Rarezas. Aunque no temáis, mi señora, pues mi libertad no ha sido comprometida y en calidad de miembro nominal de la Casa, me veo con el poder de forjar tratos y sellar alianzas. 

No pudo observar si su abierta respuesta había provocado efecto alguno en el carácter de la enmascarada, pero imaginó que una oferta, aunque velada como aquella, habría sido del agrado de la Sonriente. Aprovechó para lanzar su pregunta. 

- La Casa de las Rarezas, al igual que la Casa de los Sonrientes de la Luna Dorada, no es una casa como las otras. Sus funciones y servicios van más allá del manido y poco sorprendente arte de la guerra. Los servicios de las Rarezas pueden ser diversos y la Casa no guarda enemistades con ningún particular, según tengo entendido. ¿Quién anda detrás, entonces, del intento de embargo? ¿Qué intereses ocultos subyacen bajo la improbable desaparición de la Casa? 

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30/07/2019, 03:53
Viero

Observaba a Yria analizar los espejos rotos.

- No creo que pudiesemos arreglar esos espejos incluso juntando todas las piezas... agreste compañera - dijo Viero con incredulidad.

Se sentó junto a ella y comenzó a observar su alrededor.

- Pero te puedo asegurar algo, todo este caos tiene un motivo - dijo Viero a todos - Y si lo que querían era descomunicar a la mansión de cualquier Rareza lo han logrado.

Al sentir que no se había explicado bien, se levantó con dos trozos de espejo que había tomado del suelo.

- Lo que quiero decir es que si descomunicar es el propósito de quien hizo esto, nuestro problema ya no es saber si los integrantes de la casa están vivos o no, sino saber donde están.

Viero juntó las dos piezas del espejo y las dos calzaron perfectamente.

- Creo que podría juntar las piezas de uno que otro espejo, pero no tengo la capacidad de arreglarlos. - dicho esto dejó caer las piezas con el resto de las que estaban junto a Yria - además me tomaría tiempo, pero si alguno de ustedes pudiese arreglar alguno de los espejos, sobre todo ese - dijo señalando al soporte del espejo central - cualquier cosa que hallemos sería un gran paso para encontrar a nuestra presa.

Entonces comenzó a examinar la habitación, esperando también algún hallazgo de sus compañeros.

- El que hizo este estrago no nos va a llevar al paradero de los otros agentes de la casa, pienso que fué enviado a esto exclusivamente, quizás averiguar el último sitio en el que estuvieron las Rarezas que estaban aquí en Duriel antes de que esto sucediera nos ahorre más tiempo - observó a Eikon porque si - vamos a tener que entrar en las habitaciones de los altos rangos, sobre todo a la del comandante y las de los capitanes.

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30/07/2019, 06:46
Gavilano
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Tirada para acompañar a Fantina en la cura y eso.

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30/07/2019, 21:35
Peara de Valdebrian

 Peara se sienta en alguna de las camillas mientras Fantina se encarga de la herida. No era nada demasiado grave, pero algo que tenía que ser atendido. Le sonríe a la chica cuando esta le asegura que no habrá cicatriz. Era un alivio: si algo le iba a dejar cicatriz, más vale que fuera una cosa que ella misma ocasionó y que no le cayó del cielo. Ante el cuestionamiento de Gavilano, Peara encontró una oportunidad para explicar la procedencia de la herida.

- Cuando tuve el accidente estaba sola... luego me encontré a las hermanas d'Iridar; que me trajeron aquí tan amablemente. El accidente... no sé muy bien que fue, pero... estaba viniendo hacía la Casa de las Rarezas y caí en el suelo... desmayada. Ni siquiera creo haber estado demasiado cerca del callejón en el que me encontraron.

 La confusión en la expresión de Peara era palpable. Como si lo que le había sucedido todavía no le pareciera lógico bajo ninguna explicación.

- Y mientras estaba desmayada... tuve un sueño extraño. Un sueño en el cual flotaba; y veía mi cuerpo tirado en la calle. Como si fuera una clase de espíritu. Y me encontré con un ser extraño. Un hombre encapuchado. Me dijo cosas raras... me llamaba "Pee" por alguna razón, me habló de la maldición del Preservador. Y me advirtió... me advirtió sobre...

 Una vez vendada, Peara se acarició la sien intentando recordar bien lo que le había dicho aquella figura misteriosa. Se había enfocado tanto en aquel sueño (si se le podía decir sueño), que su mente se enfoco en eso. Preguntas sobre los lectores o Hodan vam Wold quedaron opacadas por la necesidad de la chica por contar lo que contaba.

- Sobre la convergencia... "la convergencia ha llegado". Eso fue lo que me dijo... y esto no es bueno... Tengo la sensación de que no fue un simple sueño.

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31/07/2019, 08:52
Gavilano

El joven guardó silencio mientras su compañera hablaba, escuchándola atentamente mientras la escrutaba con sus brillantes ojos azules. Sintiendo instintivamente el orden de prioridades, no insistió en su pregunta sobre el Lector y la reservó para otro momento más adecuado. Y sólo cuando ella hubo acabado tomó la palabra mientras caminaba por la enfermería.

-¿Sabes, Peara? Si estuviéramos en cualquier otro sitio… o en cualquier otra situación… podría llegar a pensar que ese sueño fue simplemente un sueño, y que lo que te ocurrió fue algún tipo de desmayo por el calor.

Deteniéndose, hizo una pausa y se giró hacia ella para asegurar en un tono más serio de lo que había acostumbrado a usar.

-Pero estamos en la Casa de las Rarezas. Y por si fuera poco, todos los miembros de la Casa han desaparecido de forma misteriosa y sin dejar rastro. Si algo imposible tiene que suceder, no hay mejor lugar o momento que éste. Así que sí, te creo… aunque no se me ocurre qué puede ser exactamente lo que te ha pasado, o qué tipo de fenómeno es esa Convergencia o la maldición del Preservador... Pero te prometo que lo averiguaremos.

-No obstante… -Añadió, torciendo ligeramente el gesto y se apoyó en una de las mesas de la enfermería. -No sé si todos nuestros nuevos compañeros te creerán, algunos parecen más preocupados por sus privilegios terrenales que por asuntos sobrenaturales como éste. Ten algo de cuidado con a quién se lo cuentas. Creo que hay a quienes no les costaría demasiado tacharte de loca.

Levantándose, comenzó a limpiar y ordenar el material que Fantina había cogido para curar la herida de la Lectora mientras seguía hablando.

-De todos modos, de nada nos sirve debatir sobre ello en exceso sin más información. Estaremos atentos a lo que pueda suceder… pero si vuelves a tener una visión como esa, cuéntanoslo rápidamente para estar preparados.

Tras terminar de recoger las vendas que habían utilizado, miró alternativamente a Fantina y a Peara, y recuperó su sonrisa habitual.

-Ahora… ¿nos unimos al resto explorando esta mansión? Si nuestros veteranos se han esfumado, han tenido que dejar alguna pista en alguna parte. Y seis ojos más pueden ser de ayuda. -Un chillido del halcón, que casi parecía genuinamente ofendido, hizo que su sonrisa se ensanchara aún más. -Perdón, ocho ojos.

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31/07/2019, 10:17
Adalo di Taran

Adalo observo a todos los presentes y a la sala de espejos destrozada, la tecnología del eter y sus aplicaciones no eran el fuerte de este salvando sus aplicaciones en el campo de batalla no eran de su interés por lo que la situación se le escapaba de las manos... Pero su intuición le decía que muchas veces se dejaban trampas o "trabas" que podían atacar a los investigadores, por lo que decidió acompañar al grupo en caso de que este necesitara protección.

Su mirada se perdió por un instante en aquel espejo central destrozado, o mejor dicho en el hueco que había dejado en su marco... Os echo de menos... Noto como la expresión de su rostro se suavizada con ese pensamiento durante una fracción de segundo y volvió a fruncir el ceño y observar al resto del grupo con estoicismo y seriedad.

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31/07/2019, 21:41
Inara

Los habían roto todos, esa era la conclusión, pero desconocíamos el motivo, así como el quién. - ¿Cómo podéis estar tan seguros de que fue "el enemigo" quién hizo añicos todos los espejos? - podía haber sido un miembro de la casa, que quisiera eliminar los rastros o simplemente confundir a otros, no necesariamente a nosotros. - No conozco la respuesta, podrías tener razón, pero también equivocaros, no sabemos lo que ocurrió, así que, convendría no eliminar posibilidades. 

Donde no hay nada, es difícil encontrar algo, salvo que se nos escape algo - pero el qué, en una habitación donde parece que estaba llena de espejos y ahora están todos rotos. ¿Qué se nos estaría pasando? miro al techo, al suelo, a las paredes, las ventanas si las hubiera (compruebo que estén cerradas), miro a ver si las bases de los espejos (donde se apoyaban) están movidas, si hay marcas en el suelo o si aparece alguna herramienta pequeña o grande con la que fueron golpeados y lo comunico al resto para que me ayuden también - dejemos de mirar lo obvio, los espejos, y fijémonos bien en el resto 

En el caso de no encontrar nada - ¿Por qué no vamos precisamente a las habitaciones que no han sufrido daño alguno? Quizás allí podamos encontrar algo que nos sirva de pista para comenzar a investigar - decían que estaban cerradas y que no teníamos la llave, desde cuándo no tener la llave impedía abrir algo, con fuerza o con maña, así se abren las puertas.

 

Notas de juego

¿Habría que tirar algo para investigar si hay rastros, puertas ocultas, marcas...? pistas