Partida Rol por web

Es una tarde de invierno, y vosotros estáis sentados en vuestro despacho de investigación, preguntando por qué requiere vuestro jefe vuestra presencia. Habíais escuchado algo sobre una banda organizada que quería llegar a destruir el actual sistema demócrata de toda América, pero estabais convencidos de que eso eran solo paparrachadas de gente demente que no entendía ni lo que era un concejal. Eran terroristas armados para la ocasión. Las bandas criminales eran eso. La habitación está hecha un desastre, papeles por todos lados en la mesa, en el sillón, incluso en el suelo... ese era el producto de la anterior investigación, pero sabíais que la que venía a continuación determinaría vuestra fama como investigadores e infiltrados. No era tan pan comido como la anterior, ésta se salía un poco de las "normas" de lo que solíais hacer. Mientras esperáis sentados una chica que ya conocéis desde hace tiempo entra a la habitación donde os encontráis. Es muy guapa y viste hoy especialmente sexy... pero los dos sabéis que para vosotros es una chica inaccesible, ya lo intentasteis una vez.

-¡Hey chicos! ¡Más vale que recojáis todo este papeleo! ¡Os recuerdo que son documentos clasificados y el jefe viene ahora mismo a daros las instrucciones de vuestra misión!- Dije mientras me sentaba en uno de los sillones y quitaba cuidadosamente el papel que había encima de él. Con un gesto de asco lo depositaba en el escritorio con una ligera inclinación y me cruzaba de piernas para esperar.

- Hola Becks, ¿Cómo lo llevas? -se adelanta Bob con una sonrisa- ¿y de qué desastre hablas? Los informes están al lado de la caja de pizza, los testimonios sirven de salvamanteles para la cafetera y casi te sientas sobre el resumen gráfico del caso Westen.

Con cierto grado de irritabilidad Landiss se da cuenta que Rebeca tiene razón, que el sitio está hecho un desastre, pero si aparte de investigar querían que la oficina estuviese en orden que la CIA les ofreciese una limpiadora que firmase una declaración de confidencialidad.

- ¿Te puedo ofrecer café? Puedo hacer para todos, mientras aguardamos la llegada del jefe... reclasificando los papeles.

Con cara de circunstancia el agente mira a su compañero, parece que tocaba hacer un poco de limpieza antes de salvar el mundo otra vez.

-Empezemos de una vez a ordenar, esta pieza debe estar decente-

Dexter empieza a ordenar los papeles rapidamente, el sabia que Rebecca tenia razon, el cuarto realmente estaba hecho un desastre.

-Yo no tengo ganas para un café, tal vez después me beba una cerveza, pero ahora prefiero estar trabajando-

Dentro de si Dexter estaba esperando de hace tiempo que se presentara un caso de este tipo, tenia las esperanzas de poder ir acercandose a la grandeza de su tutor.

Pese a que habían trabajado juntos en el caso anterior, lo cierto es que Bob apenas conocía a su compañero de trabajo. Era bueno en lo que hacía pero un poco más serio que a él. Después de lo que ocurrió en su anterior trabajo había aprendido a tomarse las cosas con más filosofía, puede que Dexter se hubiese endurecido.

- Como quieras, yo tomaré una taza ¿y tú, Becks?

Mientras aguardaba la respuesta de la morena, el joven abrió una bolsa negra de basura y comenzó a tirar todos los "daños colaterales" de su investigación anterior: cartones, platos de plástico, envoltorios de sándwiches y un par de periódicos y revistas deportivas.

- Si es que sí, hazme el favor y enciende la cafetera, por favor. Normalmente suelo dejarlo todo preparado nada más llegar para solo tener que hacer "clic" y darle gracias a Juan Valdés por su mercancía. Por cierto, tú que has tenido algo más de vida que nosotros ¿sabes como quedaron ayer los Red Socks?

Sonreí mientras escuchaba la respuesta del individuo.-¡No te voy a preparar el café! ¡No soy tu secretaria!- Dije soltando una pequeña carcajada. Después paré de reír para escuchar lo que me preguntó a continuación.- ¡Sabes que no me gustan los deportes!

Me dirigí hacia Dexter y comencé a ordenar un poco la habitación, aunque no me perteneciera a mi ese trabajo.- ¡Trae que te ayude Dexter!- Dije al mismo tiempo que recogía los cartones de pizza y me los llevaba a la basura.

Entonces la puerta de la habitación se vuelve a abrir y aparece alguien que ya conocéis. Un hombre pelirrojo, con rostro serio a quien no habíais logrado ver una sonrisa en vuestra vida. Era Horatio, el jefe de operaciones, y quien estaba al mando. Se quedó en el umbral observando inexpresivo toda la basura y a los tres individuos que recogían la basura, mientras él permanecía de pie sin hacer nada.

- ¡Menudo festín!- Dijo todo serio.- ¡No os echo del trabajo porque no tengo más remedio, que si no...!- Dije al mismo tiempo que pasaba Rebecca a mi lado. tomé un poco de pizza que quedaba de hace unos días y observé a los individuos sin pestañear mientras masticaba.- ¡Encima con salsa barbacoa! ¡No se puede tener peor gusto!

Me acerqué a los investigadores y esperé a que recogieran toda esa basura antes de comenzar a dar las órdenes.- ¡Daos prisa en recoger, esto es importante!

- La salsa barbacoa es lo que hace a este país grande, Horatio. Es como el rock, el dollar o el Estadio de los Robustia Defenders.

Dice Bob mientras mete teatralmente canasta con una lata de Coca-Cola. Entre todos esto ya iba pareciendo un lugar decente, bueno, al menos él había llegado a dormir en lugares peores que ese, de manera que decente sí que parecía. No era el Ritz pero tampoco estaba mal. El agente coge una taza de café y le da al botón de encendido de la cafetera, al parecer darle a un botón es mucho esfuerzo para algunas señoritas pero ponerse de rodillas a recoger papeles... bueno, con la vista que tenía tampoco le importaba mucho.

- Por cierto ¿café o vamos apurados? -le pregunta a Horatio

- ¡Claro! ¡Rebecca! ¿Podrías traernos unos cafés?- Dije mientras me dirigía al joven investigador.- Vais a tener que estar despiertos para esta misión...

Me senté en el sillón más cómodo y esperé a que Rebecca trajese los cafés.

Puse cara de pocos amigos cuando me mandó a por el café el jefe, pero era el jefe así que no tuve más remedio que obedecer- ¿Dos cafés?- Dije de malas pulgas...

Al pasar al lado de Robert este le da a Rebeca su taza para que le sirva allí su café y le dedica un guiño como el de quien marca un punto en un juego de ping pong.

- Ya está encendida la máquina Becks, no hay de qué. Por cierto, el mío solo y con azúcar.

Siendo un adulto el agente le dice esto a Rebeca sin vociferarlo, sabe que la joven tiene mal perder y no quiere ponerla en evidencia frente a Horatio. Se encamina entonces para situarse frente a su jefe, apoyando su espalda contra la pared y mirándole con curiosidad.

- Vaya, parece importante, Horatio ¿nos puedes adelantar algo?

Dexter se sienta en un sillon desocupado, para poder escuchar lo que tiene que decir Horatio

-Que pasa ahora,¿Alguna nueva amenaza terrorista?, ¿Una nueva dictadura que podría amenazar al mundo? o ¿Acaso algún grupo terrorista esta amenazando con material nuclear?-

Dexter siempre se mantenía atento a cualquier detalle que podría ver en la cara de su jefe, desde que venia algo molesto hasta que se note que ha descansado. Siempre se mantenía callado y atento, poniendo especial atención a la expresión facial y tono de voz.

- Vuestros cafés, señoritos- Dije entrando en tono irónico y dejándolos en la mesa

- Muchas gracias, Beckie.

El agente coge su taza y le pasa a Horatio la suya antes de probarlo. Lo cierto es que el café de oficina tiene una justificada mala reputación, pero ellos tenían el privilegio de trabajar para la CIA, de manera que cuando hubo aquel caso hará unos meses con narcotraficantes de Colombia, aparte de requisar los cargamentos de droga, él aprovechó para también hacerse con aquel grano oscuro que hacía tan buen café.

- ¡Gracias Rebecca!- Dije con amabilidad tendiendo lentamente la mano para alcanzar el café. Después de escuchar a Dexter di un pequeño sorbo al pequeño tentempié. Después me aclaré la voz y me senté en la mesa para estar más cerca de ellos.

- Todos los aquí presentes sabemos que desde hace mucho tiempo bandas organizadas y terroristas "dominan el país", pues bien, la señorita Rebecca descubrió lo que podría ser un intento de tomar primero la ciudad de Al-calar y segundo el resto del país. ¿Cómo creéis que podríais dominar a la población y haceros con el poder? ¡Pues haciéndote con el suministro eléctrico! ¡Sembrando el terror por las calles! ¡Sin suministro eléctrico quedamos incomunicados!

[B]Pues bien, toda la información necesaria para el plan está en un disquette, según pudo averiguar la señorita Rebecca. Por lo tanto necesitamos primero que conozcáis el paradero de ese disquette y después que lo traigan aquí. Una vez que hagáis eso "anularemos" el plan de forma permanente hasta que sean capaces de fabricar otro disquette.

- Y ahora preguntaréis ¿Por qué en Al-Calar, que es una pequeña ciudad? ¡Porque aunque no lo sepáis la mafia Italiana tiene aquí su sede, de tal forma que fue muy dificil identificarla debido a su forma de encubrirse... pero finalmente los hemos descubierto. Digamos que aquí está el cerebro de la operación... pero hay otros cerebros más listos.- Dije con sarcasmo.

- Estos son los detalles generales ¿Alguna pregunta antes de que me vaya?
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Bobby miró con detenimiento su café y luego a Horatio. Su mente inquisitiva ya tenía un millar de preguntas antes de que terminase su última frase, de manera que lo dejó caer con la mayor delicadeza que le permitía la falta total de respaldo con evidencias que tenía aquella misión.

- Solo una por ahora, Horatio ¿es esta toda la sesión informativa o Rebeca nos dará los detalles de su investigación?

Sin cambiar la expresion facial, que era bastante seria, Charles mantiene en su memoria todos los datos. Girando para ver lo que dice Bob, mira como deja la taza, despues de que este termine de hablar en concordancia con aquella pregunta:

-Misma pregunta, ¿Son todo los detalles entregados o Rebecca nos explicara?

- No tenemos más detalles al respecto. Para eso estáis vosotros, para mantenernos informados desde dentro de cada movimiento y de sus líderes más representativos, si no ya habríamos acabado nosotros solitos con esa mafia.

Hice una pausa y bebí de mi café, que ya estaba medio frio.- ¡Qué bueno está el café!

- En fin, me retiro señores. Mañana por la mañana la agente Rebecca os llevará al punto de encuentro donde os recogerán los de la mafia creyendo que sois reclutas de esta ciudad.- Dije al mismo tiempo que dejaba dos carnets falsos sobre la mesa.- Esta será vuestra nueva identidad en la mafia...

Me voy sin esperar ninguna queja para que puedan observar sus carnés.

En el carné pone dos nombres:

- Nicco Farelli, con la foto de Robbert.

- Armando Bulla, con la foto de Dexter.

Entonces entendieron que los investigadores tenían que inventarse una pequeña historia que contarles a los mafioso que justificara el apellido italiano de Robbert y el origen español de Armando. Rebecca los miró divertida