Partida Rol por web

Esa noche fue una noche placentera para ambos, dormís como críos, entonces una persona, Rebecca os levanta de la cama. Luce un verdadero vestido de chica "mala" y va armada con dos pistolas algo visibles.

Os levanta de la cama bruscamente y os da una ropa, tenéis que parecer mafiosos, pero ir arreglados, por lo que os ha lanzado una chaqueta a cada uno de color azul con una corbata negra. También tenéis una camisa blanca y unos pantalones color pastel. Una vez que os vestís encontráis una pistola en vuestro bolsillo interior de la chaqueta, junto a algunos cargadores. También hay una nota. Al abrirla veis que son los antecedentes que tenéis, pero que ya descubristeis y modificasteis de forma secreta la noche anterior.

Salís a la calle bajando las escaleras del piso y veis de nuevo a Rebecca, con esa pose impresionante, esos perfectos glúteos, esas apetecibles T***... en fin, un encanto de mujer.

-¡Vamos chicos! ¡No tenemos tiempo!- Digo de forma decidida mientras camino rápidamente hacia un coche.

Landiss se despereza con grandes aspavientos y se pasea sin camisa hasta el baño, allí se mira en el espejo y decide que ha llegado el momento de irse dejando un bigotillo italiano. No solo quedaría a juego sino que peinándose a navaja y haciendo un par de ajustes más estaría irreconocible.

- Todavía me hace gracia que haya días en que acabemos durmiendo en la oficina en lugar de en nuestras casas. Es para pegarse un tiro, como tu conjunto de camuflaje. Muy lindo.

Se con su propio traje, comprueba la pistola y espera a su compañero antes de llamar al ascensor una vez Rebeca se ha ido.

- ¿Se puede saber quién elige la ropa para ese bollicao? Eso sí, la ropa que nos ha cogido es exactamente la que cogería un niño de cinco años para disfrazarse de gangster.

Ya estando al lado de Robbert, Charles le dice:

-Vamos de una vez adonde Rebecca esta esperándonos, vamos al auto que se dirige- Y comienza a continuar el camino tratando de andar al mismo paso que Rebecca. Charles no le gustaba demasiado su nombre mafioso "Armando Bulla" a quien rayos se le ocurriria aquel ridiculo nombrecito. Pero en fin el estaba esperando mas que nada comenzar de una vez con la mision. Camina decididamente hacia Rebecca, siguiendola/

Escuché con agrado el comentario de Robert, pero aún así me dirigí a el con malas pulgas.- ¡Calla y entra al coche de una vez! ¡Os acercaré hasta la estación de metro!- Dije mientras entraba al coche

Rebecca os fue informado de los detalles de la misión a medida que iba conduciendo hacia el metro. La información era la siguiente: Ronny Bercelli era el cabecilla de la banda allí, así que a parte de recuperar el disco podríais encargaros de él. Esto no era obligatorio, era una sugerencia, ya que así dejarían a la banda casi destruída. O bien, también podrían intentar destruir la banda como un potente virus cuando infecta a una persona, desde dentro. Pero la misión principal era que no tomaran el control absoluto de las calles y el disco era primordial. Así que por ahora tenían que conseguirlo al precio que fuera.

Os disteis cuenta de que la chica era un poco temeraria al volante, hacía extrañas piruetas cuando daba una curva e iba a una velocidad increíble, se os ponían los huevos de corbata. Finalmente frenó en seco al lado de un gran edificio que decía: Estación de metro.

Le doy dos tiquets para el metro y digo.- ¡Tomad chicos! Esto es para el viaje. Debéis parar en la parada llamada "Londsale Masion". No está demasiado lejos pero mejor que vayáis en metro para evitar sospechas y que no inculpen matrículas de los coches oficiales de la policía ni que los incauten.- Dije sin a penas mirarlos.- Buena suerte, el contacto al que debéis buscar se llama "Pájaro Z" y la palabra clave es "Dame la pasta capullo"

Rebeca arranca sin que podáis decir nada y os deja a los dos allí, enchaquetados y con una pistola cada uno, dos tiquets de metro y el nombre y clave para contactar con alguien. Suponéis que será ese alguien quién os introduzca en la mafia, pero no sabéis nada más. Entráis en la estación de metro y buscáis el vuestro, está en la parte más subsidiaria de aquel lugar, lleno de arañazos y de pintadas, y la gente que entra no es demasiado reconfortante, aunque también hay muchos que van muy bien vestidos. Es una extraña mezcla entre lo más bajo de la ciudad y lo más alto de ella en cuanto a "Caché". Vosotros parecéis de éstos últimos. Hay un guardia que se para a cachear a cada uno de los presentes. Vosotros estáis fuera de la fila mirando la situación.

- Bueno, parece que seguimos jugando al Juego de la Oca ¿Eh? Pues a ponerse en marcha.

Con parsimonia Nicco Farelli sacó un cigarrillo de su pitillera y aprovechó para mirar la entrada del metro tomando nota de:
- Los guardias que hay.
- Los tornos que hay.
- La razón por la cual estén cacheando a la gente en el metro cuando es algo que parece ser exclusivo de los aeropuertos y estaciones de trenes.

- ¿Cómo lo ves? ¿Empujamos a un gentil caballero por accidente para que le ayude el guardia, le sacamos la pistola para ir metiéndonos en el papel o nos escabullimos dentro? Es eso o buscar otra boca de metro con menos medidas de seguridad.

-Realmente interesante esta situacion, pero evitemos problemas y tratemos de escabullirnos hacia el tren- Dice Armando Bulla sin levantar la voz, a su companero, mirando alrededor y fijandose especialmente en los guardias, tratando de seguir sus movimientos por si alguno sale de su puesto por alguna razon.

-Bastante buena tu idea, pero mejor tratemos de no "empujar", es bastante facil saber quien lo hizo. Mejor le hacemos tropezar, con alguna cosa en el suelo sin tocarle.- Le digo a Nicco.

Nico Farelli observa que hay 2 guardias al final de la fila cacheando a casi todo el mundo, excepto a algunos que los dejan pasar sin más. Hay un montón de gente esperando entrar, y algunos se desesperan e incluso insultan en voz baja a los guardias. Vosotros estáis al final de la fila, hay unas 20 personas delante, que luego pasan a ser 10. No existe ningún torno de seguridad, para eso están los guardias. Se escuchan comentarios sobre el por qué se hace uso de este método de seguridad, pero no alcanzais a escucharlo bien. Son frases difusas que suelta la gente de puro cabreo mientras esperan.

- ¿Sabes lo que te digo? Que no vale la pena quemarse por una tontería como esta, si nos registran me sentiré molesto y hoy me he levantado con una sonrisa pero sin ganas de broncas -dice Nicco.

El gangster abandona la cola y sale hacia la calle, metiéndose por un callejón y buscando una trampilla de mantenimiento. Por allí entrarán y se moverán por los raíles, escondiéndose en los michinales cuando pasen los trenes y subiéndose al andén en cuanto tengan vía libre.

- Por aquí no hay guardias ni historias. Te lo digo en serio ¿desde cuándo se bloquea la circulación del metro con guardias? Y sobre todo ¿si alguien lo sabía por qué nos hacen ir por el metro con un arma? Puede que Rebeca haya conseguido la primera pieza de información pero vamos, alguien tiene que enseñarle a esa chica que ya no estamos en el periodo de pruebas y no tenemos ninguna necesidad de enseñarle a nadie cómo se introduce un arma en el transporte público.

-Sin problemas... nos evitamos la seguridad- dice Armando mientras sigue a Nicco- Pero mantengamos la guardia, por que con que alguien podriamos levantar sospecha- y cuando se meten al callejon, se asegura que nadie los vea entrando en la escotilla de mantenimiento, como tambien hace lo mismo al subir al anden.

En el callejón encontráis una escalerilla mugrienta y sucia, pero que solo puede ser alcanzada por uno de los dos en el caso de que uno ayude al otro a subir. La parte a la que lleva la escalerilla no la podéis ver todavía. De repente da el aviso de que pronto saldrá hacia vuestro destino, ¡Tenéis que pensar algo rápido!

-Tu ve, no alcanzamos a los dos, si es que quieres arriesgarte- dice Armando, saca su pistola y se la pasa a Nicco- tomala para evitar problemas, yo me metere sin atraer la atencion, como cualquier otra persona- rapidamente se dispone a ayudarle a llegar a la escalerilla.

Armando tenia que el entrar normalmente, imitando a un ciudadano. Era la forma mas rapida de entrar y asi evitar problemas.

Nicco assiente, coge ambas pistolas y pone el pie sobre ambas manos de su compañero, luego se impulsa a alcanzar la escalerilla y luego dirigirse hacia el andén.

- Nos vemos ahora.

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