Partida Rol por web

Todo tiene un comienzo

Amanece en la Ciudad de las Cadenas. Dentro de las murallas, en el siempre bullicioso barrio del mercado, dicho amanecer va acompañado por el sonido de las tiendas al abrirse y el griterío de los distintos mercaderes al preparar sus tiendas y negocios.

El barrio del mercado es el lugar al que todos los nigerthianos acuden para realizar cualquiera de sus compras. Aunque es cierto que también se producen transacciones comerciales en el barrio del puerto cualquier nativo de Nigerthia sabe que los objetos en esa zona se rompen con evidente facilidad. Sin embargo a esta hora tan temprana el número de clientes en las tiendas es escaso.

Tu pequeña casa es tan solo una más de las muchas que hay en la ciudad. La Ciudad de las Cadenas es una ciudad, al fin y al cabo, enorme. Estás en tu habitación. Recuerdas que la semana pasada quedaste con un grupo de antiguos compañeros del ejército para hablar, comer y beber en la posada de los cinco fuegos, dentro del barrio de la milicia. Aunque quedateis para mitad de mañana, y si lo deseas, hay tiempo mas que suficiente para hacer cualquier otra cosa

En la actualidad tienes ganas de recibir algún encargo especial, y lo cierto es que no tienes un trabajo fijo, por así decirlo. Además se respira un aire extraño en la ciudad, como si algo se estuviera conteniendo

El barrio del templo amanece con el tañer de las campanas. Son muchos los templos que hay en este barrio, y el sonido suele provocar que despertar sea inevitable.

Hoy habíais quedado a comer, beber y hablar con varios compañeros de vuestro paso por la milicia, en la posada de los Cinco Fuegos, dentro del Barrio de la Milicia. Aunque quedateis para mitad de mañana, y si lo deseas, hay tiempo mas que suficiente para hacer cualquier otra cosa

Llamo a Sintara y le ordeno que me traiga el desayuno a la cama.

-Sintara! El desayuno!

Estiro las piernas bajo las sábanas, estirando bien los músculos. Me levanto y procedo a realizar mis ejercicios de estiramientos.

El mes del fuego. Día nueve. No deja de ser curioso sentir tanto frío, aunque es verdad que este es soportable dentro de la casa. Amaneció hace algo de tiempo, no podrías decir cuanto. Anoche te acostaste tarde, para el mal de uno de los esclavos que compraste: un pobre diablo con el que experimentaste nuevas formas de tortura hasta que su cuerpo simplemente no pudo soportarlo más.

Hoy has quedado para comer con varios de tus compañeros del periodo en la milicia. En una taberna no muy lejos de tu casa: la Posada de los Cinco Fuegos. Es una taberna de muy buena reputación, regentada por Tausel el Avaro, que a pesar de su apodo es querido y respetado por la mayoría de los combatientes de la ciudad, que se tomarían muy mal cualquier insulto o problema para su amigo.

Hace semanas que no tienes "trabajo". Y la verdad es que hay algo en la ciudad distinto. Aunque no sabrías precisar exactamente qué es.

Al poco tiempo la puerta de tu habitación se abre para dejar aparecer a tu esclava. Sintara lleva una pequeña bandeja con algo de leche caliente y rodajas de pan con aceite.

- ¿Donde quereis que lo ponga mi señor? - te pregunta bajando la cabeza

Me quedo mirandola un rat, orgulloso de mi propiedad.

-Déjalo en la cama. Lo tomaremos allí.

Me estiro en la cama y dejo que Sintara me lo de en la boca.

-¿Sabes si Briareos se ha levantado ya?

Sintara espera a que te tiendas en la cama y, obediente, te da de beber y te corta con cuidado los pedazos de pan con aceite dándotelos de comer, sentada en la cama a tu lado. Como de costumbre no puedes dejar de percibir la belleza de su piel y sus facciones.

- No le he oido todavía, mi señor

Me levanto con calma aún algo dormido, seguro que Rinoa me tiene preparado el desayuno y que Zeylo espera en su percha tras la puerta el suyo. Me estiro sin ningún pudor, al fin y al cabo aquí no hay nadie que me juzgue por ello, después me visto y recojo el cinto con las espadas y el látigo. Abro la puerta y confirmo mis suposiciones.

Zeylo no tarda en volar hacia mi hombro lo que me desestabiliza algo y me termina por despertar. Me apoyo en la pared para bajar el pequeño tramo de escaleras mientras mi mirada gira hacia la mesa, queso y pan esperan en el plato.

Me detengo junto a un armario y saco una bolsa con algo de carne seca para Zeylo y mientras le doy algo me siento. Rinoa no tarda en llegar con una petaca con vino.

- Gracias

Mi respuesta es seca, al igual que mi garganta, y demasiado amable dirían algunos idiotas. Aparto esos pensamientos con un trago mientras la esclava desaparece en su diminuta habitación, aunque se que anda tras la puerta por si necesito algo.

Acabo mi desayuno y dejo la casa con Zeylo en mi hombro. Tengo la intención de dar una vuelta por el mercado antes de ir a la taberna.

- Quizás encontremos algo interesante.

Le comento al búho mientras camino.

Cuando se empieza a escuchar el tañer de las diversas campanas de los templos del barrio ya hace tiempo que estás despierta, realizando tus ejercicios matutinos. Tu celda es austera y, aunque sabes que con tus ingresos hubieras podido comprar una casa y podrías permitirte una vida más lujosa, estás satisfecha de tu permanencia aquí. De alguna manera el monasterio es casi una ciudad en sí misma. Es el más importante de la ciudad, gobernado por Tiasel Al-Undrali, y sabes que el vuestro es también el más implicado en las labores de vigilancia y control. Sois casi cuarenta hermanos. Teneis incluso dos parejas de esclavos que se ocupan de la limpieza y de satisfacer las apetencias sexuales de aquellos que han decidido no hacer voto de abstinencia. Muchos se ocupan de controlar las calles, e informan al maestro de todo lo que ven.

Por tu parte tras algunas misiones para el templo estás bastante liberada de obligaciones ahora mismo. Tal vez por eso decidiste quedar con un grupo de compañeros de tus tiempos en la milicia, con los que guardas aceptables relaciones. Habeis quedado para comer en la taberna de los Cinco Fuegos, aunque para eso aun queda algo de tiempo.

El barrio del mercado está atestado de productos y posibilidades... pero desgraciadamente ninguno es de los que esperas encontrar. No hay demasiados animales exóticos que te puedan interesar, y lo cierto es, que ahora que lo piensas, llevas tiempo sin encontrar ninguno. Tampoco en las dos grandes tiendas de compra y venta de esclavos hay material especialmente sobresaliente hoy, apenas un par de chicas bastante hermosas, y un par de indignos que parecen sanos y buenos para trabajar, pero nada que te llame demasiado la atención.

En la puerta de "Bestias de la Tierra Bendita" (término que algunos nigerthianos emplean para referirse a todo lo existente al otro lado del portal) hay un hombre de unos cuarenta y muchos que parece estar mirándote con cierta curiosidad. Conoces el lugar porque se trata de la tienda especializada en lograr animales exóticos. Y domarlos.

Morzog se levanta lentamente, cansado y taciturno ... la inactividad, aun y teniendo en cuenta sus leves caprichos con los esclavos, lo está hundiendo poco a poco.

Esperaba encontrar mas oportunidades en la ciudad, mas posibilidades comerciales.

Almenos encontrarse con sus antiguos camaradas le daba algo de ilusión para levantarse ese día, con lo que después de darse un baño con la ayuda de su sirviente mágico y asearse un poco, se dedica a repasar unos cuantos libros mientras espera que termine de acercarse la hora de comer, no quiere llegar temprano y que se note su impaciencia.

Finalmente se vestirá con la armadura, se ceñirá su espada ornamental ... así como su fiel látigo, y cubriéndose con una pesada capa parte hacia la taberna mientras canturrea la entrada de una canción fúnebre que sale ligeramente deformada detrás de su mascara.

Me acerco a el mientras dejo que Zeylo vuelo un poco, aunque el animal se posa junto a una ventana cercana.

- ¿Acaso no ha visto nunca un búho?¿O gusta de criatura más inusuales?

El tono de la pregunta deja claro que si me va a hacer perder el tiempo será mejor que ni habrá la boca, pero si dispone de algo más interesante, está listo para escuchar.

Me levanto con el tañido de las campanas... Las he oido muchos años, y sin embargo aun siguen provocandome un cosquilleo en los dedos... un cosquilleo de golpear al idiota campanero que no deja dormir a la gente.

Salgo de la cama, flexionando mi cuerpo desnudo y haciendole crujir... Zorrita duerme hoy conmigo, despues de haber jugado anoche... Por supuesto, a los pies de la cama, no arriba. La pateo con suavidad, apartandola y comienzo a ponerme la ropa... hoy es dia de negocios.

La tunica roja de clerigo sienta bien sobre mi cuerpo, y en el cuello, en su cadena de plata el simbolo de Hextor...

-Otro dia que existo para tu gloria, mi señor... y la mia.+murmuro, acariciandolo+

Pongo en mi cinturon una bolsita con 20 po, que tomo del baul donde guardo mi dinero y el equipo de combate. Tomo ademas una daga y la pongo tambien en el cinto... Hay que ir formales por la ciudad, mis puños seran suficiente para el resto. Hoy no vestire la cota ni el escudo, estamos con compañeros. Me dejo el anillo que nunca sale de mi mano y los brazaletes de armadura con los que duermo. Paranoia? No. Precaucion? Si.

Salgo de la habitacion para buscar yo mismo el desayuno y prepararmelo, algo simple y nutritivo. Unas frutas y un vaso de vino sirven. Escucho levemente murmullos de la pieza de Zandar, seguro anda jugando con su "noviecita"... Espero que se levante, bebiendo en silencio en la cocina.

Me levanto y acabo de vestirme. Me coloco mi camisote de mithril, mi estoque y una túnica negra por encima. Le ordeno a Sintara que se vista con el vestido de seda negra y bordes dorados y salgo de la habitación.

Era hora...+comento serenamente, cuando Zandar aparece, bebiendo despacio de mi vaso. Seguidamente, hablo sin esperar que el lo haga+... Pasare por el templo antes de ir a reunirme con los demas... tenemos tiempo.

Le miro fijamente, irguiendome e imponiendo presencia en silencio con mi estatura, mientras sostengo la bebida en la diestra..

-Ve y da una vuelta por el mercado por mi. Fijate como estan los precios de esclavos para compra y venta, asi como que disponibilidades hay.... Luego haz lo que quieras, pero recuerda estar en la posada 5 fuegos a media mañana...

Termino mi vaso, dejandolo en la mesa

-Alguna duda?

El hombre te dirige una mirada ligeramente sardónica y se acaricia el cuidado bigote (dejándote ver un par de anillos de aparentemente gran valor) antes de responderte con deliberada lentitud

- Que Hextor guíe tus pasos. Y sí, en efecto: he visto búhos. Este parece bien amaestrado - reconoce con una medio sonrisa- aunque claro, cualquiera con un mínimo de capacidad puede adistrarun buho. Los animales que a mi me interesan son mas dificiles de adiestrar, bien es cierto

Pesadillas. A veces aun te afectan esas malditas pesadillas, y ves a tus padres gritando. Y su sangre en tus manos. Pesadillas de fuego, de depravación, que vienen a interrumpir tus maravillosos sueños con los que te congratulas pensando en el luminoso futuro de poder y reconocimiento que te espera.

Despiertas empapado de sudor. Afuera se escucha bastante barullo y algo de luminosidad entra por los cerrados postigos de tu ventana.

Recuerdas que habías quedado con varios compañeros de tu paso por la milicia esta mañana, para la comida del medio día, en una posada llamada Los Cinco Fuegos. Tal vez eso te distraiga porque has estado un poco apático últimamente. No tienes ningún tipo de trabajo en la actualidad, y estás seguro que deberías lograr acumular algo de poder antes de poder acceder a la "segunda llave" a la que hace ya demasiado tiempo se refirió tu demoniaco patrón.

Desde la cama miro por las hendijas de mi cuarto y descubro como las nubes oscuras amenazan con regar las calles de Nigerthia. Es eso, o mis sueños han nublando mi vista o mi percepción de la realidad. Miro mis manos y me percato de lo que en mis sueños era sangre, ahora es transpiración en abundancia. Algún día podré detener estos sueños, o por lo menos controlarlos y manipularlos a mi antojo. Podré discernir los mensajes y las torturas de mi amo como ordenes, directivas y hasta consejos... sé que podré superar todo lo que se presente ante mí... incluso el paso del tiempo.

Me levanto de la cama dejando por enésima vez las sábanas empapadas. Recuerdo haber leído sobre rituales y pactos que conllevaban sacrificios mayores al que estoy viviendo para obtener grandes poderes... se que no estoy lejos de eso... pero aún miro las sábanas y mi cerebro evalua como resolver tal insignificante cosa. Tendré que lograr encontrar focalizarme en alguna cosa que lo valga.

Debajo de mi cama hay unas tablas, las cuales levanto y saco de allí dentro algo cubierto celosamente con seda. Le quito la protección y descubro entre la seda a mi libro de conjuros. Acaricio su lomo cual mi más grande tesoro. Cada milímetro de su textura me brinda el deseo de poder y fuerza... mi foco.

Sin abrir los postigos, enciendo un par de velas sobre mi escritorio, paso el trapo que guardo en el primer cajon del mismo sobre la mesa, coloco la seda que cobria al libro sobre el escritorio, apoyo el libro sobre la misma y comienzo mis estudios.

Leyendo la primer hoya de mi libro, cual si fueran acotaciones breves, se encuentran los conjuros más simples, aquellos que hasta un simple aprendiz pudiera lanzar.

Siempre dispuesto a estar atento ante las presencias arcanas, decidí estudiar el conjuro Detectar Magia para poder utilizarlo en dos ocaciones. Luz es un conjuro por demás práctico en todo lugar donde no puede utilizarse o falta una antorcha, y Tantear siempre fue divertido...

Kelgor fue un mago interesante... aunque su devoción por eliminar o evadir protecciones lo alejó de la escencia del arte... Sin embargo su proyectil igneo puede serme útil de encontrarme con alguien que posea ciertas protecciones.... El siempre práctico proyectil mágico, un conjuro que no puede faltar en mis estudios... Luz oscura, para escapar o evitar problemas en lugares sin luz y Grasa... me ha salvado el pellejo varias veces.

En el siguiente orden, la esfera flamígera es una de mis principales armas de daño. Uno nunca sabe con que va a encontrarse. Detectar pensamientos me dará ventajas sobre alguien que me interese, al igual que belleza de pavo real.

Por último, legión de centinelas y volar serán mis protecciones y vía de escape en caso de necesitarlos.

Abro mi arcón, me coloco una túnica negra y digo - Narmalë. La túnica inmediatamente se ajustó a mi forma. Tomo el resto de mis pertenencias que están en el arcón, guardo la mitad de mis monedas en un bolsillo interno cuasi oculto de la túnica y la otra mitad debajo de la madera donde estaba mi libro. Dejo 10po en el arcón encima de ropa vieja, lo cierro con llave y salgo de mi vivienda rumbo a Los Cinco Fuegos.