Partida Rol por web

...¡Aquí esta la sabiduría!. Que el inteligen­te calcule la cifra de la Bestia: pues es la cifra de un hombre.

Su cifra es 666...

Apocalipsis 13:18

Un resplandor dorado... Una fugaz sensación de dolor, de frío y después de calor tan intensa como clímax de un orgasmo... y atravesáis la Puerta, llegando al LUGAR.

El Lugar... es paraje desolador; entrevisto a veces en pesadillas por genios y visionarios, esa frontera entre la Fantasía y la Locura. Los Caprichos de Goya, el Retablo de las Maravillas del Bosco, el Infierno de Dante, los poemas de Poe, la música enloquecedora de los flautistas de Azathoth no son más que fragmentos confusos de un Horror mucho más grande.

El Lugar existió mucho antes que el hombre, y continuará existiendo mucho después que él.

Os encontráis sobre una pequeña loma, bajo un arco de piedra tallada. Ante vosotros se encuentra una llanura, extensa hasta perderse la vista, completamente cubierta de esqueletos, tantos que no dejan ver ni un solo palmo de tierra.

En kilómetros a la redonda no hay otros desniveles en el terreno más allá de la pequeña elevación del terreno en la que os encontráis, ni crece ningún tipo de planta.

El cielo sobre vuestras cabezas es del color de la sangre coagulada, y el aire tiene una pestilencia fétida, como el olor de un cadáver que se quema.

Sentada, donde comienza la extensa llanura y termina la pequeña loma véis lo que parece ser una figura humana cubierta de harapos.

Esperáis y esperáis a Daphne, que aún no ha llegado atravesando el arco.

Con la boca abierta de par en par Sonny observaba el firmamento teñido de rojo sangre. Apenas podía explicar dónde estaba, ni cómo habían llegado allí. Entrecerró los ojos al ver la desierta y extensa llanura y tardó un poco en identificar el material que lo llenaba todo.

- Qué demonios...- Aunque identificó los esqueletos no le parecía real, así que preguntó lo obvio.- ¿Son...son huesos?- El fétido olor del ambiente le revolvió el estómago. En cuanto vio la figura del hombre sentado a los pies de la colina donde estaban ellos señaló con el dedo.- ¡Allí! Mirad. Hay alguien.

Matt miraba a su alrededor, pero no parecía ver los esqueletos, ni al hombre que se acercaba, ni tan siquiera, en un principio a sus compañeros. Ni el olor a podredumbre ni el cielo sanguinoliento parecían atraer su atención más que aquella ausencia.

—¿Dónde esta Daphne? ¡¿DÓNDE ESTA?! Venía conmigo. La estaba agarrando...

Desesperado, Matt comenzó a dar patadas a los huesos y a rebuscar entre ellos, por si su mujer se hubiese desmayado entre ellos al verlos.

Matt busca y rebusca, pero Daphne no está entre los restos ni tampoco en ningún lugar del montículo.

Ab también buscó a Daphne pero no aparecía por ningún lado, no había ninguna pista de que hubiera estado allí. Entonces el cabo recordó las palabras del viejo: "Sólo aquellos que hayan sido marcados por el Sagrado Signo pueden atravesar la Puerta, para enfrentarse a su Destino".

- No ha podido atravesar el portal por el que nos hemos metido -comentó a sus compañeros-. No te preocupes, se ha quedado en el otro lado, esperándonos a que regresemos -dijo dándo un soplo de esperanza a Matt.

No llegaba. Daphne no había pasado el portal pro alguna razón.

- Ella no tenía el tatuaje. Pro eso no habrá podido pasar. El tatuaje es la "llave".- Por una parte sería una ventaja. A Sonny le tranquilizaba que, si algo le pasaba a él, al menos su mujer estuviera a salvo. Así Matt podría centrarse en lo que habían venido a hacer.

Nuevamente Craven se maldijo a sí mismo por haber accedido a entrar en aquella maldita boca del lobo... O quizás era más bien otro tipo de entrada... Ni siquiera quería repetír el nombre mentalmente, pero indicaba a que lo era, ¿Había condenado a su alma con ello? Nervioso y sudoroso miro a todos lados...

- Los... Los niños no están y esto parece ser el mismo infierno... Daphne no va a entrar, no tiene el tatuaje y el anciano no le dirigió la palabra... Quizás deberíamos dar la vuelta... Nos estaban esperando... Esto es una trampa- dijo señalando al hombre de los harapos

—¿Y si no volvemos al mismo lado del que salimos? —Matt se mostró inquieto— Se quedará sola en el desierto...

Ante las palabras de Crave, Matt frunció el ceño. Parte de él deseaba volver, pues no era seguro que ellos fuesen a hacerlo, y dejar a una mujer sola en el desierto (¡su mujer!), en medio de la nada y con sectarios merodeando era cruel y una traición. Pero por otra aquella parecía la única forma de salvar a su hijo. Su mujer o su hijo... Matt gruñó e hizo lo más lógico. Buscó su arma para acercarse al hombre del montículo. 

—Vamos a sacarle la información y como hay Dios que si no nos dice algo claro le desollaré vivo. No pienso perderla. Ni a ella ni a mi hijo.

Ab asintió a las palabras de sus compañeros. Estaba nervioso por el lugar en el que se encontraba y por la posibilidad de ver a su hijo en algún lugar. Como Matt, él también pensaba que el tipo que estaba a lo lejos tendría las respuestas a sus preguntas, así que convencido y decidido se dirigió hacia él, pero con el fusil listo para disparar.

-Sí, vayamos a ver que nos dice.

Mientras se acercaba no dejaba de mirar a uno y otro lado por si veía algo u oía algo, algo que le diera una pista de donde estaban los niños, o si esto era una emboscada o una trampa.

Durante el trayecto de pocos metros que os separa del hombre no hay indicios de trampa alguna, al menos de momento.

Conforme os acercáis a la figura cubierta de harapos marrones os dais cuenta que parece tener un bulto entre sus brazos al que no deja de mecer.

El hombre está completamente demacrado, ahora que estáis más cerca veis que color de lo poco que queda de sus ropas es debido al color que ha dejado su propia sangre reseca y coagulada y que en los trozos de piel que quedan a la vista hay claras muestras de quemaduras y otras heridas claramente infectadas que no dejan de supurar pus. Parece haber recibido una brutal paliza, si sigue vivo es un completo milagro y es tremendamente probable que no vuelva a ver salir el sol otro día.

En ese momento os dais cuenta horrorizados aquello que parecía ser un bulto es en realidad el cuerpo momificado de un niño de unos dos años completamente desnudo. Mientras mece el cuerpo del niño muerto escucháis su voz.- El amor es el arma más poderosa. El amor es el arma más poderosa. El amor es el arma más poderosa. El amor es el arma más poderosa. - Canturrea sin descanso.

El hombre parece escuchar vuestros pasos e instintivamente levanta la vista un segundo y la cara que veis os deja sin palabras.

Ha perdido un ojo y el otro está blanco, lechoso, afectado sin duda por algún tipo de cataratas que le impiden la visión pero el hombre que tenéis ante vosotros es el sargento Joe King, antiguo compañero de armas en la gran guerra y el único de los elegidos que desapareció el mismo día que vuestros hijos.

Tras unos segundos de mirar sin veros vuelve a agachar la cabeza y continua.- El amor es el arma más poderosa. El amor es el arma más poderosa. El amor es el arma más poderosa. El amor es el arma más poderosa.

Ab se acercó al tipo que tenían delante con rabia. Quería que le dijeran dónde estaban sus hijos. Quería que todo esto terminara ya. Pero al ver quien era se detuvo y bajó el arma.

-Joe...¿Sargento Joe King? -preguntó dubitativo, ya que no apareció cuando todo paso y lo dieron por muerto-. ¿Qué hace aquí, señor?

—King...Hermano... Ese —Matt tragó saliva y vio el bebé muerto en brazos de su amigo y su desfigurado aspecto. Y recordó. Recordó que al contrario que ellos, King había visto como unos tentáculos se llevaron a su hijo. Y como se había lanzado detrás de él, igualq eu él mismo hubiese hecho...— Ese es... ¿Erik?... Ey... Joe... Di algo

Matt se acercó para tocar el hombro de su compañero. Ahora lo veía todo más claro. Recordaba las risas de Nyarlathotep. Recordaba de algún modo, pues no lo había visto, a los profundos. Y nada de eso le reconfortaba.

Vuestras voces parecen sacar al sargento de su salmodia introspectiva. -¿Chicos sois vosotros?- Pregunta levantando nuevamente la cabeza, aunque sus ojos le impiden veros.

Os están esperando.- Señala con el brazo derecho en una dirección mientras con el otro mantiene sujeto contra su pecho los restos mortales de su hijo.- Seguid el río hasta el pozo.

Pasados unos segundos baja tanto el brazo y como la cabeza.- El amor es el arma más poderosa. El amor es el arma más poderosa. El amor es el arma más poderosa. El amor es el arma más poderosa.

Roderick, cobarde como él sólo avanzó junto a sus compañeros como un cordero degollado pues en parte se sentía así, así pues en ausencia de la señora Windwood  se aproximó a su marido, poniéndose a su lado hasta cogerle de la manga como un niño asustado que necesitara protección, mirando a su alrededor con espanto y más aún cuando reconoció al sargento King y al desdichado de su hijo.

- Si lo que dice es cierto puede que tengamos salvación... Solo que no se como nos pued salvar el amor... Intuyo algún tipo de sacrificio... Para mí más hondo pesar.

- ¿Alguna precaución, o vamos a ir así, sin más, a la boca del lobo?- No es que le importara ya demasiado. Estaba dispuesto a morir, pero quería al menos intentar poner en practica algún plan, por roñoso que fuera.

El amor es el arma más poderosa. El amor es el arma más poderosa. El amor es el arma más poderosa. El amor es el arma más poderosa.- Sigue salmodiando el sargento.

Os están esperando. Seguid el río hasta el pozo.- Vuelve a señalar en la misma dirección.

Pasados unos segundos.- El amor es el arma más poderosa. El amor es el arma más poderosa. El amor es el arma más poderosa. El amor es el arma más poderosa.