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La Compañía Negra: El Dios del Dolor.

Tierras de Cho n Delor: Fuerte Chuda.

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17/05/2013, 21:25
Cho'n Delor: Territorio de Cho'n Delor.

- Durante toda la noche, Exploradores, Hostigadores y Campamenteros avanzan hacia el Sur, hacia el Fuerte Chuda.

Notas de juego

CAMBIO DE ESCENA: VIENE DE "TIERRAS DE CHO'N DELOR GRUPO I".

// Entran en escena: Pelotones de Exploradores, Hostigadores, y Campamenteros.

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17/05/2013, 21:28
EL TIEMPO SE AGOTA.

AÑO: 201.

Estación: Primavera.

Mes: Sexto (Tercero de la Primavera). Mes del Castor.

Día: 15.

UNA HORA ANTES DEL ALBA.

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17/05/2013, 23:32
Niña de Oro.
Sólo para el director
- Tiradas (2)

Notas de juego

Oh, mierda, me he equivocado de escena. Borra el post, Dark... T^T 

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18/05/2013, 02:51
El Cráneo de Plata.

- Los tres Pelotones dejan atrás dos de los tres carros al cuidado de Herrero, y también las mulas del tercer carro, el que servirá como ariete, una vez que las tropas se acercan al Fuerte Chuda tanto como es posible antes de que comience la batalla y ya no sea posible controlar a los animales no entrenados para la batalla.

- Las flechas incendiarias están listas. Ojopocho recibe veinte, León Anciano otras veinte, y Ballestero diez virotes incendiarios. Herrero entrega un brasero con aceite para quemar y un yesquero a Ojopocho, y otro para León Anciano. Una vez los enciendan se moverán mucho más lentos trasladándolos por el campo de batalla (la mitad del movimiento normal).

- El ariete está listo también.

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18/05/2013, 12:52
Khadesa.

La noche había sido muy dura. Durante el avance, aunque ella iba conduciendo el carro y por tanto estaba cómoda y sentada, había estado sufriendo una retahíla de pensamientos de sangre y de muerte.

Antes había estado pintando los símbolos a quienes lo habían solicitado. El de Campaña había salido muy bien, un elefante de aspecto fiero, lanzado hacia el combate, como lo imaginaba a él mismo. Y el de Attar le había salido impresionante, una pantera aterradora en su mirada y sus colmillos afilados, las zarpas en posición de ataque, pero sinuosa y felina a la vez.

Había hablado con unos y otros, agradeciendo a Ojopocho y a Dedos su protección, y había abrazado a Caracabra. Sabía que eso podía azorarle, pero era algo que le debía. El guerrero siempre había sido su guardián, su escolta silencioso y discreto, pero dispuesto, atento a cada momento. Por eso le miró a los ojos, sonriendo, y sin darle tiempo a reaccionar le abrazó con firmeza.

Por la Madre, iban a la batalla, quizá a la última. Debía quedar en paz con sus deudas, y lo hizo.

Se comprometió con Ponzoña. Con su hombre, su amor, el primero y el único. Sí, sería su mujer, su esposa, si salían de ésta. Y si no lo hacían, lo sería en las estepas del otro mundo. Y si ella le sobrevivía... no habría otro. No se lo dijo, pero no era necesario. Lo dijeron sus ojos. Le dibujó en la piel su protección, sin más tinta que su propio rastro. Y no, no fue necesario más.

Se despidió de su hermano. Sí, se despidió. Era lo que Matagatos deseaba, y ella sabía, sentía, que iba a la guerra con la decisión tomada. Iba a su destino, y se entregaría a él. Y si el destino era la gloria, la victoria, saldría de allí transfigurado. Pero si era la muerte, el luchador que era su hermano no titubearía. La enfrentaría con una sonrisa aterradora, y moriría con más gloria aún, con la victoria aún más asumida.

Deseó suerte a cada uno de los hombres y mujeres, Hostigadores, Campamenteros, Exploradores o de Caballería. Con palabras o en silencio, con gesto o con mirada. A sus primos, a sus amigos, uno a uno. En su pensamiento desfilaron cada uno de los Hermanos, de los Seguidores, de los Reclutas... Desde Yamila y Portaestandarte hasta Lengua Negra. Todos.

Pero quedaba algo más que hacer.

Antes de partir se encerró en su tienda, y se entregó a su arte. La visión. Ahondó en su magia, en su habilidad agotadora y lacerante, pero fructífera. Lo que vio la dejó exhausta, sus visiones eran reales como filos de espada. Se acercó a los Mandos para avisarles, para que supieran. También se lo contó a Matagatos y a Lengua Negra, así como a Falce. Todos debían saber, sirviera o no sirviera de nada.

- He de hablaros de mis visiones. No sé si todas son ciertas, pero igualmente debo transmitirlas, por si lo son. He visto a un hombre colosal, tan grande como Campaña y tal vez igual de fuerte. Maneja un alfanjón a dos manos y es la muerte para cualquiera que se enfrente a él. Para cualquiera.

Hizo una pausa, con los ojos entrecerrados, recordando los detalles.

- He visto también a la letal bruja, a Chuda, corriendo y gritando como una loca hacia la espalda desprotegida del Capitán, con dos dagas goteando un odioso líquido verdoso... veneno quizá... la muerte quizá...

Se estremeció. La muerte del Capitán podía ser definitivamente una premonición temible.

- También he visto al glorioso Lancero, el guerrero invencible del Triplete, el amor prohibibido, atravesando con su lanza de astil negro, tan parecida al Estandarte de la Compañía, el corazón de Cresta. Eso he visto. Cresta...

La mujer había sido compañera de Khadesa durante un largo trayecto, al principio de su periplo. La conocía bien, habían hablado durante largas horas en el pescante del carro. La Quinta apretó los labios con rabia, con dolor.

- He visto el caos, la confusión por doquier, por todas partes la matanza, la sangre y las entrañas esparcidas. La muerte de docenas y docenas. Aunque, sí, sobretodo enemigos.

Se detuvo, la pavorosa descripción no llegaba a dibujar la imagen que llenaba su mente, su memoria, o su intuición. Tras unos segundos asintió, cansada, vencida. Y añadió, casi temblando, recordando de nuevo:

- Oh, sí... hay algo más. He visto a un hombre de porte noble y sonrisa cruel. Lleva una maravillosa espada curvada en sus manos, la espada de Peregrino. Le conozco. Le he visto antes, en otra terrible visión: Es el hombre que mató a Jabalí.

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18/05/2013, 19:55
Teniente.

- "Terribles presagios, Khadesa. Me temo que no tenemos forma de avisar al Capitán ni a Cresta. Pero debemos ganar esta batalla, atravesar el Fuerte enemigo y evitar esos funestos destinos.

El hombre terrible del alfanjón debe ser Chugrat, el guardaespaldas de Chuda. Que nadie se enfrente a él en solitario.

El hombre de la espada... Peregrino, recuperaremos tu espada, pero debes de tener autocontrol y no lanzarte locamente a recuperarla en cuanto la veas.

Todos en posición.

Vamos, chicos. Empujad el ariete hacia esas puertas.

Ojopocho, León Anciano, Ballestero. Preparad esos braseros, alejados entre sí, y haced llover fuego sobre el enemigo.

Equipos de cuerdas, al asalto en cuanto el enemigo despeje la empalizada. El objetivo es despejarla y abrir las puertas si es posible.

Caballería, cargaremos en cuanto se abran las puertas.

El resto nos seguiréis." -

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19/05/2013, 14:32
Matagatos.

Descansó un poco antes de la batalla tras haber estado parte de la noche aproximándose a su objetivo. Cuando faltaba poco para la hora fijada del comienzo del ataque se apartó un poco del grupo, necesitaba concentrarse durante unos momentos a solas, en silencio, antes que los gritos de la batalla lo rodearan por todas partes.

Se ajustó fuertemente su armadura tras meter algo dentro de ella, no sabía si le daría buena suerte, o si la necesitaría siquiera, pero quería llevarlo cerca de él en todo momento. También sacó su espada corta y el machete y pasó uno de sus dedos por su filo, no eran las mejores armas del mundo, pero estaba seguro que se llevarían muchas vidas por delante en aquel día. Meditó un momento con los ojos cerrados y le pidió a los dioses, a los espíritus o a quienes le quisieran escuchar que le dieran fuerzas para cumplir con su cometido, no podía flaquear ni fallar en esta misión, el combate más importante hasta ahora en lo que llevaba en la Compañía Negra.
Volvió hasta donde se reunía el grueso de su grupo con la mirada fija en el campamento que debían asaltar y decidido a hacer lo necesario para que sus enemigos calleran hoy en el campo de batalla. Montó a Hechizado y se dirigió a su pelotón.

-Attar, Campaña, Guepardo, Uro, Pelagatos, Ponzoña. Ocupad vuestras posiciones en el ariete. Destrozar esa puerta lo antes posible y despejad la entrada a continuación, la caballería os despejará el camino hacia el interior del fuerte. Ojopocho, acércate al fuerte con el brasero e intenta sembrar el mayor caos posible allí dentro, si se queman no podrán defenderse de nuestro ataque, cuando termines vuelve con Serpiente y Khadesa. Serpiente, tu dirigirás a los que se quedan contigo, intenta no exponeros mucho.

Miró a su primo serio, a partir de ese momento la persona en la que menos confíaba de toda la Compañía Negra sería la responsable de mantener a salvo a las dos mujeres que más quería, Khadesa y Dedos. No confiaba que lo hiciera por hacerle un favor o por simpatía, ni siquiera por altruismo, confiaba en un sentimiento más fuerte en Serpiente, el egoísmo. No amaba a nadie más que a él mismo y haría todo lo posible por mantenerse a salvo.
Se dirigió al resto de sus hombres.

-El resto coged un arpeo y prepararos para el asalto. Si tenéis algún dios, espero que os proteja hoy a todos.

Chocarían contra un muro de madera, fosos y estacas puntiagudas bajo una lluvia de flechas y lanzas enemigas. Estaba seguro que la mayoría no lo conseguiría, pero esas eran las órdenes.
Escuchó la premonición de su hermana y sonrió al oir los nombres de Chuda y Chugrat en labios del Teniente. Miró a Peregrino cuando confirmaron que su espada se encontraba dentro del campamento.

-Hoy recuperarás tu espada Peregrino, pero el Teniente tiene razón, no te lances a una ofensiva precipitada, si todo sale bien les reduciremos entre todos e intentaremos tener el menor número de bajas posible.

Esperaba que el guerrero le obedeciera, aunque una vez en medio de la batalla era difícil controlar los movimientos de los soldados.
Dedicó una última mirada hacia Dedos y Khadesa antes de espolear a Hechizado y avanzar en dirección al Teniente. Al llegar junto a Lengua Negra no pudo evitar hablarle, no habían intercambiado muchas palabras desde que dejaran el campamento.

-Primo, te deseo lo mejor durante la batalla, a ti y a tus hombres. Hoy combatiremos juntos y venceremos juntos de nuevo. Ocupemos nuestro lugar junto al Teniente.

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19/05/2013, 14:50
Lengua Negra.

-Lo mismo te deseo, primo y que tu previsión se cumpla. De hecho, he conseguido algo que quizás pueda ayudarnos en ese sentido -dijo palmeando un barrilete que colgaba a un costado del caballo-. Aceite inflamable. Casi cinco litros comprados a Comerciante. He pensado en cabalgar hasta la puerta, arrojarlo en el lateral de la puerta, en los goznes, justo bajo la torre de vigilancia para que empape esa madera. Tras eso, algún arquero podrá prenderle fuego. Debilitará la estructura y quizás incluso, si la suerte nos es propicia, las llamas devoren esa torre.

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19/05/2013, 15:14
Matagatos.

Como siempre su primo iba un paso por delante de los demás, pensando en cada posibilidad y en cada detalle. Eso era lo que lo hacía especial e insustituible. En la Compañía Negra se podían encontrar decenas de Matagatos, pero solamente un Lengua Negra y él no iba a permitir que se lanzara en esa misión tan peligrosa poniendo en peligro su vida.

-Es una gran idea primo, creo que podría funcionar y quizá haríamos estallar la puerta, o al menos debilitarla para que el ariete haga el resto. Miró a su primo fijamente, las posibilidades de ganarlo en una argumentación era escasas, así que tendría que darle buenos motivos para no ir. Pero... Olvidas que ahora no montas en Dante y ese caballo de guerra es mucho más lento, tardarías mucho en llegar y regresar, serías un blanco perfecto para todos esos arqueros que están esperando cualquier movimiento para poner a prueba su puntería. Además un barril de casi cinco kilos es bastante pesado para arrojarlo alegremente. Su primo había mejorado mucho en diferentes aspectos durante las últimas semanas, pero la fuerza no era algo por lo que todavía se caracterizara, pero no quería ni mucho menos herir los sentimientos de Lengua Negra, tan solo remarcarle un hecho evidente, cuanto más rápido fuera el caballo y más fuerte fuera quien arrojara el barril las posibilidades de éxito aumentarían. La aguda mente de su primo valoraría todo eso analíticamente como solía hacerlo. No quiero desilusionarte pero dudo que pudieras llegar a hacerlo en estas condiciones, sin embargo Hechizado es mucho más rápido, lo has visto con tus propios ojos, yo podría lanzar el barril antes que ninguno y volver igual de rápido. Cuando llegara el ariete la puerta debería estar totalmente en llamas. Pero es tu decisión, solo quiero que sepas que estaría encantado de hacerlo y destruir ese fuerte lo antes posible, cuando vean que tenemos la entrada franca al interior sus ánimos se debilitarán.

Se quedó a expectante ante la respuesta de su primo esperando que al menos valorase aquella posibilidad que le ofrecía.

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19/05/2013, 15:20
Lengua Negra.

Lengua Negra entrecerró los párpados, su rostro totalmente serio tras las palabras de Matagatos.

-Primo, ¿hace cuánto que nos conocemos? ¿Crees acaso que he olvidado lo que dijiste...? -calló. Su mirada centelleaba con algo parecido a la furia, una rabia ardiente extraña en él y cuya razón muy pocos llegarían a saber nunca-. Te necesitan. Te necesito. Tus argumentos son reales y buenos y no los rechazaría en circunstancias normales. Y tampoco lo haré ahora, porque tienes razón. Pero te advierto de algo. Si caes, si no haces lo que corresponde, yo mismo a lomos de mi montura iré a recogerte. De todos modos, algo así no puede hacerse de cualquier forma. Hay que medir las distancias, calcularlas, intentar que tengas cierta protección. Los arqueros deberían aproximarse como para ofrecerte cierta cobertura frente al enemigo y tener a su lado el brasero lo más pronto posible para prender el aceite. Incluso podríamos cabalgar todos los jinetes para ofrecer varios blancos y que no se centren en ti. Habrá un momento en que debas detener a Hechizado y serás un blanco fácil. Debes regresar vivo. Por ellas, por tus guerreros y por mí. Júralo.

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19/05/2013, 16:21
Matagatos.

Como se imaginaba su primo siempre sabía estar un paso por delante, pero esta vez no tenía porqué preocuparse. Matagatos estaba preparado para morir en la batalla si hacía falta, pero hacerlo quemando una puerta no era su idea de acabar ese día. Si querían acabar con él tendrían que esperar. Estaba claro que a Lengua Negra no le había gustado que se despidiera de él por lo que pudiera pasar, pero debía decirle muchas cosas a él y a las personas que quería antes de que fuera demasiado tarde y una vez lanzados a la lucha no había vuelta atrás, eso no significaba que moriría aquel día.

-Lo juro. Pero sabes que no puedo elegir donde caen las flechas o donde golpean las espadas, pero si te quedas más tranquilo te diré que no pienso quedarme quieto y que intentaré esquivarlas. En cuanto a la protección, quizá podéis acercaros un poco si queréis, pero sería peligroso que os acerquéis demasiado, Hechizado es muy rápido y volveremos antes de que se den cuenta, pero si ven moverse varios jinetes quizá les despiste lo suficiente. En cuanto a los arqueros... Ojopocho tendrá que estar preparado con la flecha para incendiar la puerta, no podrá cubrirme, es mejor que sigan con la misión actual, con la cobertura de fuego incendiario creo que me proporcionarán suficiente distracción, no vamos a engañarnos, es una misión con unos riesgos que no podemos evitar. Sonrió a su primo. Pero ya te he dicho que volveré. ¿Es suficiente? Y no me lanzaré al galope hasta no estar seguro que Hechizado llegará a la puerta a la máxima velocidad.

Sería algo peligroso, pero tampoco lo tendrían fácil para alcanzar a un jinete en un caballo tan rápido como Hechizado, además llevaría el escudo en la grupa y se protegería con el en cuanto se deshiciera del barri

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19/05/2013, 16:32
Lengua Negra.

Asintió y le tendió el barrilete de aceite.

-Somos cinco jinetes contando con el Teniente. Podemos situarnos en línea recta frente a la puerta principal y a una orden cabalgar en línea recta y abrirnos en abanico al llegar cerca del foso para así despistar a los vigías acerca de nuestra intenciones y no centrar su atención en ti. Estaría hasta dispuesto a cabalgar con bandera blanca incluso por conseguir nuestro propósito, mintiendo sobre nuestro propósito real. Pero no sería muy honorable y la Compañía se rige por ciertos principios. Aunque reconozco que las vidas me interesan más que los principios. Y aunque por razones distintas, estoy seguro que a Serpiente no le disgustaría este plan -dijo permitiéndose una sonrisa.

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19/05/2013, 16:52
Matagatos.

Aseguró su lanza larga en el lateral de Hechizado y su escudo en el otro, asegurándose de que el caballo quedaría lo mejor protegido posible. Después tomó el barril en sus manos y lo apoyó sobre la silla mientras seguía hablando.

-Es un buen plan, eso debería bastar para distraerlos de nuestro verdadero objetivo, cuando se quieran dar cuenta será demasiado tarde. Pero olvídate lo de la bandera blanca, no somos así, aunque se de sobra que nuestros enemigos no son tampoco nada honorables, pero no quiero que sigamos su juego. Voy a hablar con el Teniente. ¿Quieres venir?

Esperó hasta asegurarse si su primo le acompañaba o seguía impartiendo órdenes entre los Campamenteros. Después se acercó hasta el Teniente y le comentó todos los pormenores del plan de Lengua Negra con todas las posibilidades que habían barajado para llevar a cabo la misión.

-¿Que opina Teniente?

Para Matagatos solo existía una respuesta posible, al fin y al cabo ese plan podía salvar la vída de muchos guerreros ese día si conseguían llevarlo a cabo y tan solo arriesgaba la de uno.

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19/05/2013, 18:18
Peregrino.

Me preparo para la batalla afilando mi lanza y mi machete. No puedo concebir que los guerreros de estas tierras vayan a la batalla con armas tan burdamente afiladas. Estoy en mi dedicada labor de preparar mis elementos de batalla cuando escucho las palabras de Khadesa. Me quedo paralizado al oír acerca del noble que porta mi arma y saber que está dentro del fuerte junto con el resto de los enemigos.

Rápidamente Teniente y luego Matagatos me dan esperanzas de recuperar mi arma pero me instan a no hacerlo de manera precipitada. Pienso en los posibles escenarios de la batalla y en el glorioso momento de atravesarlo con esta simple lanza para verlo morir y recuperar mi alma. Pero lo cierto es que las cosas nunca ocurren como uno lo planea ni lo visualiza en sus sueños esperanzados. La vida siempre se encarga de recordarte que no eres lo suficientemente bueno ni afortunado para disfrutar de ella sin tropiezos.

Respondo a las indicaciones de mis superiores con un asentimiento de cabeza, para dejarles en claro que no sacrificaré nada más que mi propia vida para recuperarla y que seguiré las órdenes al pie de la letra. Estoy seguro de que en algún momento sentiré el impulso irrefrenable de atacarle y batirme en contra de él en un duelo, pero primaré el bien de La Compañía, por lo que mis emociones pasarán a segundo plano mientras no pueda hacerlo con seguridad.

Continúo afilando mis armas, con mucha más emoción que hace unos instantes.

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19/05/2013, 22:14
Pipo.

Pipo llegó a la vista del fuerte. Olfateó el aire. No escuchaba lo que se hablaba detrás de él... tenía controlados a sus compañeros exploradores (más bien que mal) Avanzaba agachado y en un ámplio zig zag, sin dejar de moverse... Todo ello hasta que dejó de haber reparos en el terreno: cuando llegaron a la explanada.

Llevaba su equipo encima, una jabalina preparada y la cuerda con el arpeo cruzada al pecho. Vió claramente el signo que hizo Falce con la mano, y avanzó en línea junto a sus camaradas.

Hablaba para si, cada vez más ido. Una espumilla salía de las comisuras de sus labios, y tenía los ojos muy abiertos.

Ptiii, ptiii. El sonido que significaba, "entendido y a la orden".

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20/05/2013, 08:45
Teniente.

- "Dame ese barrilete, Matagatos. Yo lo haré.

No estoy haciendo nada útil y estos tres Pelotones tienen a los mejores líderes que se puedan desear.

Tu cometido es liderar a los Hostigadores hacia la victoria, Matagatos." -

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20/05/2013, 10:55
Matagatos.

Matagatos miró al Teniente con sorpresa ante su petición. Cogió el barrilete y se lo acercó al Teniente dubitativo, pero antes de que su superior lo cogiera se vio en la obligación de advertirle al igual que había hecho con Lengua Negra.

-Teniente, al igual que le dije a Lengua Negra, los caballos de guerra no son tan rápidos como Hechizado, yo podría ir y venir más rápido y me ofrezco voluntariamente para hacerlo. Sí, se que debo liderar a los Hostigadores, pero usted debe liderar todo este frente de ataque y eso es mucho más importante, si le pasara algo todo este frente caería en la desesperanza y no podemos permitirlo, pero acataré su decisión.

Aún tenía el barrilete en la mano con la esperanza de que el Teniente, al igual que Lengua Negra, recapacitara. No solo debía coordinar los movimientos de los tres pelotones para que el ataque fuera sincronizado sino que era uno de los mejores guerreros de toda la Compañía, la pérdida sería mucho mayor si se arriesgaba a ir.
Miró el ariete y su lento avance, así tardarían una eternidad y la mayoría de los hombres que empujaban lo estaban haciendo al límite, se necesitaba más gente para poder llevarlo con garantías sin reventar a los hombres. Se volvió hacia su primo ya que todos los hombres fuertes de su grupo estaban tirando ya de ariete.

-Primo, necesitamos que dos más de tus hombres se unan a empujar el ariete, así no conseguirán llegar.

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20/05/2013, 11:01
Lengua Negra.

Lengua Negra cabalgó alrededor de su pelotón, al paso, impartiendo órdenes.

-Avanzad con precaución hacia el este. Cuando alcancemos la vertical con la puerta, iniciaremos el avance en su dirección. No quiero que nadie se adelante. Niña de Oro, en tu avance, cambia tu posición con Avestruz. Avestruz, a primera fila. León Anciano, conserva el brasero sin encenderlo. Hacerlo ahora implicaría un riesgo innecesario. Mejor esperar a que estemos en mejor posición -dijo con rapidez antes de cabalgar hacia su primo-. ¿Dos campamenteros? Ya hay dos empujando de él y veo que tan solo falta un hombre. Y si hablamos de fuerza, Guepardo lo es más que esos dos hombres que me pides. Pero si no se suma al grupo, te enviaré a uno de los míos. Teniente, ¿está seguro de su decisión? Si lo va a hacer, contará con nuestro apoyo y cobertura. En el momento en que se ponga en marcha, los jinetes nos sumaremos a su carrera para ofrecer distintos blancos a los vigías. Debemos minimizar las pérdidas. Todas. Y el impacto deberá ser certero. En la zona de los goznes de la puerta. De ese modo, de haber éxito, debilitaremos la estructura y con suerte, podríamos prender fuego a un tiempo a esa torre de vigilancia.