Partida Rol por web

Gurnet dejo sus ordenas dadas sabiendo que seria obedecido hasta la ultima coma y entro en el palacio.

La reina se encontraba en sus aposentos, los mejores custodiados del castillo. Por orden del rey ningun varon deberia sobrepasar jamas el arco de su puerta para preservar la reputacion intachable que toda reina debe tener. Por este motivo una doncella tomo el encargo de pedir audiencia a la reina cuando el mayor de sus hijastros mostro su interes en hablarle.

La reina, que se encontraba hablando con Paoline, esposa de Albert recibio el encargo en pocos minutos.

Gurne esparaba en uno de los muchos salones del castillo.

Deje a la mujer de Alberto terminando el ultimo baúl que portaría en mi viaje, tras ello salí al encuentro del mayor de los príncipes, me había ahorrado el hacerlo llamar pues quería tratar co el los tem del viaje antes de partir.

Llegue aquel salón un poco nerviosa, tras mi conversación de hoy con el rey no sabia muy bien que esperaba de mi...

Abrí la puerta con una sonrisa acercándose a el Gurne... dije en tono suave con una leve reberencia.

Gurne se encontraba observando por una de las ventanas que daban al exterior, se le notaba impaciente, era un hombre activo sobretodo cuando tenia cosas que hacer. Al escuchar abrirse la puerta, se irguió y clavo la vista sobre la reina, se inclinó levemente.

-Mi reina -saludo- estoy llevando a cabo los preparativos para el viaje y me preguntaba si usted necesita algún tipo de... -dudo un momento, no sabia muy bien como expresarlo- ¿necesidad especial? es decir, algo que le facilite el viaje. El tema de la seguridad esta más que cubierto pero, al no haber tenido jamas el honor de acompañaros a ningún lugar, no se si vuestra alteza requiere algún tipo mas de atención para si misma o sus ayudantes de lo que es habitual.

Sonreí con sus palabras pues parecía que todos pensaban que tenía mas necesidades de las que en realidad tenía...

Me acerque a el y acaricie su mejilla de forma tierna No debéis preocuparos, solo portare dos baúles míos y uno de mi ayudante de cámara, y no necesitare nada ams que compañía para hacer el viaje mas ameno, los poblados donde pasemos la noche me darán el aseo y lugar donde dormir le dije clavando mis mirada en la suya, sin perder mi sonrisa en ningún momento, bajando mi mano de su rostro de forma lenta Relajaos, lo haréis bien mi lord

Inconscientemente bajo un poco la cabeza al contacto de la caricia, para facilitar la misma debido a la diferencia de altura.

-Si solo es eso, no habrá problema, y por la compañía no debéis preocuparos, recordad que viajáis conmigo, no tendréis tiempo de aburriros. -Añadió con una franca sonrisa.

Cuando la mano de la reina comenzó a descender, Gurne la tomo con su propia mano, separándola con delicadeza. El contraste entre ambas era demasiado. Las manos del heredero eran grandes, fuerte y ásperas, formadas por años y años de domar las artes del combate. Las de la reina, pequeñas, suaves, delicadas. Miro a Marian a los ojos y como si esta pudiese leer lo que se le pasaba por la cabeza, beso el dorso de la mano con suavidad.

-Se que lo haré bien mi reina, pero no me agrada dejar las cosas al azar. El rey me ha otorgado un gran honor con este encargo, y tan solo quiero demostrarle, que como tantas veces que ha confiando en mi, es lo correcto.

Gurne era el mas fuerte de los hermanos, y apesar de lo seco quepodianresultar a veces conmigo era encantador siempre, cuando beso mi mano no pude evitar sonrojarme un poco.

Se que sois una gran compañía mi señor, desde mi llegada a este palacio habéis sido de los que mejor me ha tratado confesé aun con mi mano entre las suyas el rey sabe que esta en sus últimos días, no cree que pueda ver la próxima estación... Y solo quiere saber que dejara el reino en buenas manos... Y...Nazaret la mirada ahora sonrojando me bastante Y a mi...

Gurne se sorprendió ante la declaración, a pesar de que era de esperar. Comprendió que eran palabras que hasta una reina le costaban pronunciar y no soltó su mano, si no que la envolvió con la otra para demostrarle su apoyo.

-Todos estamos conmocionados por el estado de salud de nuestro rey, pero a sido un hombre sabio y sabrá tomar la decisión adecuada. He admirado a padre desde niño y lo he visto convertirse de ser un guerrero formidable a un mejor rey. Y vos sois, si me lo permitís, una joven hermosa y virtuosa, que os habéis mantenido junto a padre en el invierno de su vida. No os merecéis menos que vivir con todos los honores que os merecéis y con este viaje demostrare al rey, de quien son las manos en las que puede dejar con confianza las cosas que mas ama.

Con cada una de sus palabras mi mirada se apagaba y entristecía, pus había cosas de las que aun tenía miedo y no sabia como podría afrontarlas Gurne... Mi querido Gurne... Vos siempre habías sido mas que un príncipe para mi... Desde mi llegada me habéis tratado como nadie lo ha echo en este palacio.... Pero tengo miedo... le confesé como solo podía hacerlo a el...Soy joven.. Y de todos es sabido que el rey no me ha tocado y aun conservo mi virtud... ¿Que pasara cuando el rey muera? Uno de vosotros reinara y yo no seré mas que una sombra del trono... Tengo miedo a terminar mis días sola.. Sin un marido... Ni hijos a mi lado...

Resoplo escuchando a la reina, no por aburrimiento, era obvio que trataba de ordenar sus ideas. A pesar de su apariencia Gurne disfrutaba de una buena conversación, la pega es que estaba acostumbrado a conversaciones de taberna con sus hombres y ahora estaba ante la reina y era obvio que tenia que cuidar sus palabras y eso lo ponía nervioso... O quizás tan solo la misma presencia de la reina tan cercana lo alterase.

Otra razón mas para no confiar en los dioses, ¿acaso es de justicia que una mujer con tales cualidades deba acabar sus días solas?

-Mi reina, son temas complicados y entiendo que os preocupen. Pero con el rey aun en vida y sin un sucesor confirmado al trono, no podemos siquiera empezar a plantearnos esas preguntas. Si yo tomase la corona... -No, decidió no seguir por ese camino.- Sea quien sea quien se decida que debe suceder a padre, yo soy un siervo de Asdrom y vos seguiréis siendo mi reina, podréis contar conmigo para cualquier cosa, lamento no poder ofreceros mas estabilidad, por ahora...

También se lamento para sus adentros por haber terminado así la frase.

Me di cuenta que le estaba incomodando mis palabras y aquello era lo ultimo que deseaba, baje la mirada y suspire un poco abatido Siento abetos molestado con mis preocupaciones... me acerque poniéndose de puntillas para acariciar de nuevo su rosto con la mano que no me tenía cogida Vuestra esposa tiene suerte de géneros a su lado... Y del magnifico hijo que le habéis dado.. susurre con un poco de envidia en mis palabras... Parecía que dentro de poco seria la única esposa de palacio si hijos...

Aparte de nuevo mi mano de forma suave y baje la mirada Yo... Supongo que tenéis cosas que hacer... Y no me gustaría entreteneros...

-No, no -Negó agitando una mano.- Vuestras preocupaciones no me molestan, de hecho, agradezco enormemente que me las confíes, lo que realmente me molesta es el hecho de no poderos ser de mas ayuda con esas molestas preocupaciones...

...Por ahora. Esta vez si, para el solo. Miro por la ventana con cierto aire de tristeza.

-Si, Antoniette... Fue un matrimonio concertado, por desgracia no es mas que eso, sin embargo Lucc... Esta destinado a la grandeza, algún día no superara a todos.

Al hablar de su hijo, volvió a sonreír y mostró un nuevo atractivo en su rostro, el rostro de orgullo y felicidad que solo puede mostrar un padre hablando de su hijo. Pero decidió dejar el tema por si incomodaba a la reina y también bajo la mirada.

-Si.. Supongo que aun.. tengo que revisar los caballos para mañana -Dijo sin demasiado convencimiento.- Debo preparar a Niebla, le encantan los viajes largos...

Espero a que la reina abandonara la estancia, pues era lo educado pero antes volvió a hablar.

-Mi reina... El tiempo no nos acompañara, advertir a vuestros ayudantes preparen varias capas de repuesto, por la lluvia.

Hacéis mucho mas de lo que imagináis mi Lord le dije de forma cómplice cogiendo sus grandes y varoniles manos con las mías que a su lado eran diminutas. Cuando hablo de su matrimonio y su hijo sonreí feliz por el pues al menos tendría algo que disfrutar el resto de su vida, una familia ¿No amáis a vuestra esposa Gurne? pregunte con curiosidad pues a mi siempre me había parecido que la trata con mucho aprecio...

La esposa de Albert ya recomendó ropa de abrigo, no tenéis que preocuparos por eso le deje claro sin dejar de sonreír.

-Es complicado, ¿la quiero? por supuesto, ¿la aprecio? sin dudarlo, pero... ¿amarla? es complicado, -repitió- es una compañera excelente y una madre ejemplar y hoy por hoy, no sabría como vivir sin una mujer a mi lado, jeje, ya me entendéis...

Para rápidamente pensar, "No imbécil, no te entiende". Gurne estaba descuidando su lenguaje, lo cual en parte era buena señal, significaba que estaba agusto.

Carraspeo para tapar un poco la ultima frase, y continuar.

-A mi hijo Lucc, lo amo sin duda, a este reino también. A mi esposa... Los dioses saben que lo he intentado pero no tengo ese mismo sentimiento. Ella tampoco lo hace, puedo verlo en sus ojos, pero no la culpo. Y cumple con sus obligaciones como madre y como esposa.

Pocos son los afortunados que se casan por amor, y es uno de los pocos placeres que los plebeyos si suelen disfrutar y nosotros no.... dije de forma algo triste no culpo aquellos que cometen locuras por amor, pues yo misma los envidio por poder llevarlas acabo, por tener alguien por quien enloquecer... suspire pesadamente notando el corset mas apretado de lo que debería Quiero a vuestro padre muchísimo y el lo sabe, pero... Nunca me ha tratado como una esposa, quizás como una hija, hasta ha guardado mi virtud como lo haría si fuera su princesa...

Me quede unos segundos pensativa, mordiendome el labio algo nerviosa, un gesto bastante común en mi Grifith tampoco lo tendrá... También será un matrimonio obligado... Solo espero que Rowan si pueda encontrar a quien amar y desposar dije soñadora soltando mis manos de el poco a poco algo avergonzada, pues por la comodidad con el había olvidado como estábamos.

Gurne sonrió.

-Tener alguien por quien enloquecer no es tan maravilloso según que casos os lo aseguro y las locuras por amor, también puede ser peligrosas, algunas mas que otras. Rowan es un espíritu libre y encontrara el amor, sin duda, aunque si finalmente sale elegido como rey lo tendrá mas complicado...

Quedo por un momento pensativo, su vista observo a Marian de abajo a arriba mientras pensaba, observando como se mordía el labio y volviéndose a encontrar finalmente con sus ojos.

-...claro que un rey tiene derecho a cambiar ciertas leyes. Yo seria capaz de enloquecer por amor, pues mi sangre es caliente hasta en el invierno mas helado. Y vos reina... Ahora que estamos en confianza... ¿Cometeríais locuras por amor?

Cada una de sus palabras entraba por mis oídos haciéndome conservar aquella sonrisa soñadora, pero estaba muy atenta a todo lo que decía...

¿No es tan maravillosos según que casos? ¿Me lo aseguráis? ¿Acaso habéis estado ya enamorado de esa manera mi Lord? pregunte ahora con muchísima curiosidad acercándome como una niña, como la joven curiosa que era. ¿Si cometería locuras por amor? repetí su pregunta riendo Cometería todas la locuras que pudiera y en cada una de ellas seria feliz por sentir ese sentimiento único, ese hormigueo del primer beso, esa primera vez entregandote a esa persona... Daría mi corona por poder cometer esas locuras y tener una pizca de esa felicidad

¿Y vos? ¿Las cometeríais? O quizás... comente recordando mis anteriores preguntas Quizás ya las habéis cometido! exclame ávida de respuestas, como quien espera que le relaten una historia increíble ¿Ya tenéis una enamorada por la que cometéis locuras mi Lord? contadme por favor, prometo no juzgaros, pero si alegrarme por vuestro corazón

Las palabras curiosas de la reina le hicieron sonreír, cada gesto era una alegría y sus respuestas le llenaban de gozo. Ante la presencia de Mariam el tiempo parecía haberse detenido. Su corazón le apremiaba a no temer nada, era el guerrero mas fiero del reino ¿a que iba a temer? Pero su mente le obligaba a recordar donde se encontraban y a quien pertenecía la mujer que tenia frente a el. Y sabia que cuanto mas tiempo estuviese allí mas terreno iría perdiendo el cerebro respecto a los sentimientos.

-No os voy a mentir, he tenido sentimientos pero son por una mujer desposada y poco tengo que hacer. No he hecho esas locuras de amor, y no por falta de ganas, ni por temor. Si no por respeto al marido de esta buena dama, y para ello he tenido que hacer caso a mi mente por encima de mis sentimientos, lo cual para un guerrero como yo, es una tarea hercúlea...

La niña curiosa me había tomado con sus palabras, no podía dejar de sonreír y cuando termino de hablar tire de el hacia uno de los sofás de la sala, aquellos cómodos sofás forrados en un suave terciopelo...

Pero... ¿Esta casada por obligación o por amor ella? ¿Sabe lo que senttiis? ¿Y ella siente algo? le pregunte con un interés impresionante pues aquello no era como los libros que leía, era real... Y me daba esperanza de que quizás algún día yo también viviera esas historias Un amor secreto es el mas apasionado, y si ambos estáis casados esa seria la primera locura que harías, seria tan bonito... Prometo ayudarnos en los encuentros si algún día os decidiis en dejar a su marido a un lado mis manos jugaban con una suya emocionada, con rubor en mis mejillas de la excitación de imaginar tales encuentros y la felicidad que sentirían en cada uno de ellos.

Gurne no pudo evitar una carcajada al ser arrastrado al sofá, era una situación cuanto menos curiosa. La sonrisa quedo grabada en su rostro por el resto de la conversación.

-Cuidado con lo que prometéis, u os tomare la palabra y la palabra de una reina tiene gran valor -le guiño el ojo con complicidad.- No mi reina, ella también fue casada por obligación y por lo que he podido deducir esta en una situación similar a la mía, siente un gran aprecio y cariño por su marido, pero no lo ama. Y no, no le he dicho directamente lo que siento y por supuesto no se lo que opinaría si se enterase.

Suspiro por un instante pero sin perder la sonrisa, no entendía muy bien por que le contaba esto, pero era algo que llevaba dentro hace mucho tiempo y no tenia ninguna otra persona con la que poder compartirla.

-A pesar de que la veo a menudo, hay muy pocas ocasiones en las que podamos estar a solas, y en fin... El viaje me dará tiempo para pensar, eso seguro.

Lo miraba como una adolescente ilusionada con todo aquello, aquellas cosas que siempre había querido vivir y el me contaba. Por no decir que era de lo mas entrañable y dulce ver a un hombre tan grande y duro mostrando así sus sentimientos.

Deberías decirse lo y luchar por lo que amas, pocos en este mundo pueden disfrutar de amar a alguien, los que lo hacen deberían dar todo por ello le dije con sinceridad mientras seguía jugando con mis manos en la suya.

Se que esta mal que yo diga eso, que tendría que decir que respetarssa a tu mujer y el matrimonio de tu amada, pero... Hay cosas que están por encima de eso, y si ella te corresponde... No debes dudar, no pienses mucho durante el viaje... Cuando se piensa demasiado en temas de amor dejas que te guíe la mente no el corazón... Y eso es lo peor... le dije con sinceridad.