Partida Rol por web

La mañana de aquel día era particularmente movida en la entrada principal para vehículos de transporte del sector 2DY-401C de Coronet, varios jóvenes se apresuran a tomar el único deslizador de transporte terrestre disponible sin pronunciar una sola palabra, el viaje resulta relativamente rápido y tranquilo, hasta que el vehículo toma una desviación  subterránea, en medio de unas débiles luces y el sonido ahogado del deslizador algunos de los ocupantes dormitan sujetando grandes mochilas de viaje.

Cuando el vehículo se detiene las puertas automáticas se abren de un sólo golpe y la mayoría de los jóvenes se dispone a bajar, un droide de protocolo se acerca y les da indicaciones a una docena de jóvenes -curiosamente los únicos que abordaron el transporte.-

-Por aquí favor...- se adelanta el droide hasta una nave de transporte NT-I con emblemas de la Alianza Galáctica. 

Uno a uno los jóvenes abordan la nave, en el pasillo que divide el carguero los recibe un hombre con uniforme de piloto.

 -Mi nombre es Ryan, Ryan Dhust...- el piloto se rasca la barbilla. -Varios me conocen como "Scoope", no me pregunten porque... pueden dejar sus cosas personales en ese compartimento y en este otro ya tienen asignados sus uniformes, desde este momento le pertenecen a la Alianza Galáctica, ya que si han llegado hasta aquí es porque eligieron luchar por restablecer la paz y regresar la tranquilidad a sus planetas de origen...- Scoope termina su discurso señalando con el dedo un pequeño compartimento para cambiarse de ropa. -No tarden.. en cuanto se cambien de ropa tomen sus lugares y abróchense los cinturones de seguridad...-

El piloto desaparece junto con los droides mientras la luces de seguridad iluminan tímidamente el compartimento antes de que el sonido de los hiperpropulsores  encendiendo anuncien la partida de la nave.

Ackdor mira al resto de compañeros con orgullo: estar en este grupo le hace sonreír sobremanera. Dice hola con la cabeza a todo aquel que sus ojos se cruzan con él.

No ha pasado demasiado tiempo desde que le apareció la oportunidad. Antes se dedicaba a arreglar y customizar vehículos para la rebelión y siempre miraba con envidia a los chicos que tenían la suerte de pilotar esas naves. Ahora él tendría su oportunidad, siempre  y cuando demuestre su valía, eso lo tiene claro.

Deja las cosas en la taquilla y mirando sin parar a los bordados del uniforme se lo pone de manera pausada. Se abrocha la cremallera hasta arriba y de su bolsa saca su inseparable cinturón de accesorios, que se lo abrocha por encima. Le da igual que no forme parte de la indumentaria oficial, él no viaja nunca sin su juego de herramientas.

Se queda mirando hacia la sala, cuando se dirige al compañero que tiene más cercano que parece estar terminando de guardar las cosas en la taquilla. Parece una chica con la piel azulada, parece una Chiis muy joven.

- Me llamo Ackdor, y tu? Emocionante, verdad? - mientras se sienta y se abrocha el cinturón de seguridad.

Karn no puede evitar mostrar una sonrisa mientras observa todo. Las naves, las personas, las instalaciones... no puede acabar de creerse que esté en la Alianza. Se abalanza sobre la taquilla asignada, admira el uniforme como si fuese un traje de gala y empieza a quitarse su chaqueta raída. Sus efectos personales caben en sus bolsillos, así que los vacía rápidamente en la taquilla y comienza a cambiarse.

La profunda voz del calamari le saca de su ensimismamiento, para echar un vistazo a sus compañeros.

- ¿Emocionante? Esto es lo mejor que me ha pasado en la vida... - interviene, sin ser consciente de que no se dirigían a él, mientras se abrocha la chaqueta - Soy Feer, Karn Feer. - Inspira profundo, intentando contener las emociones que le asaltan - Podremos hacer algo bueno... por una vez.

Devh se apresura a uniformarse mientras de entre sus pertenencias saca una candy lollipop de muja. En cuanto termina se abre paso entre los demás jóvenes hasta sentarse a unos cuantos espacios de Karn y Ackdor. Sube los pies cruzando las piernas mientras se pone cómoda. Sin quitarse el dulce de la boca interviene en la conversación.

-¿Emocionante?... ¡Claro!... si lo que buscan es una muerte rápida, ¿Saben cuántos pilotos he vuelto a ver en Reytha de todos aquellos que se enlistaron?... ¡Cero!... Y todos ellos estaban igual de emocionados que ustedes por portar las alas de la Alianza, hipnotizados por esas "fantásticas" historias de pilotos increíbles...- La chica cruza los brazos detrás de su cabeza entrelazando las manos en la nuca. -Les sugiero descansar ahora que pueden y ahorren sus "emociones" ya que necesitarán valor para jalar el gatillo llegado el momento...- Devh se acurruca y cierra los ojos sin dejar de disfrutar su caramelo.

Laidax no puede evitar sorprenderse ante las enormes proporciones que tiene todo lo que ha visto desde que partió del último lugar con aire respirable. La Alianza Rebelde parece hacerlo todo a lo grande, y eso que el Imperio es aún más vasto en su poderío militar. ¿Qué será estar a bordo de esas gigantescas astronaves de las que ha oído hablar? No puede compararse nada de lo que está viendo con sus humildes comienzos como granjera… algo que confía en que nadie descubra, ya que parece que todos se están tomando todo de una manera tan natural.

Saluda con la cabeza a Ackdor y mira con cierta envidia a Feer por su capacidad de asombro y facilidad para expresar lo que se le pasa por la cabeza. El «optimismo» de la joven que se ha sentado cerca de Ackdor le resulta mucho más comprensible y natural. Es lo que va a suceder.

—Vamos a morir todos, chico —comenta Laidax a Feer sin mirarle, como si la respuesta no fuera con él—. El entusiasmo que parece dominar a algunos no va conmigo. Haremos algo bueno una o dos veces y después nos destrozarán dentro de un cubículo volador enano.

-Encantado - le dice a Feer.

Después, levanta la mirada para examinar la chica que hace un molesto sonido con el lollipop. Hay algo en ella que le hace pensar que debajo de esa fachada pesimista hay una gran luchadora.

-Lo importante es haber hecho algo bueno una o dos veces, entonces! - dice sonriendo a Laidax y Devh - Luchar contra el imperio, por el simple hecho de hacerlo, ya es emocionante. 

Consciente que el optimismo que le corre por las venas puede poner nervioso a más de uno, decide callarse y se dedica a examinar la estancia con más detenimiento. 

Kir Sobilles iba escuchando a todos los presentes, atendía, pero ni los miraba ni hablaba. Fué guardando todas sus cosas y equipandose con el traje que había para el. Necesitaba algunos ajustes, pero claro... no iban a tenerlos a medida. Por suerte su apaño para añadir un bolsillo de seguridad podría ponerlo. Alli es donde llevaría su analizador de estructuras, esa herramienta que nunca olvidaba... miles de datos de cientos de miles de piezas para tantos y tantos modelos de naves...

Bueno, me llamo Kir, hace un tiempo que trabajo para la Alianza o la República mas bien. Ciertamente, reparando cazas y modificandolos según las ordenes... Un trabajo rutinario y tedioso, pero necesario. Lo único bueno era cuando salia a probar si todo funcionaba correctamente.

Cuando me enteré que se reclutaban nuevos pilotos, decidí alistarme... Esto no va a ser fácil ni mucho menos divertido. Lo pasaremos mal, como tantos otros cientos de miles de seres de toda la galaxia... solo que nosotros tendremos una oportunidad de menoscabar en algo el poder del maldito Imperio.

Devh Kabir, como lider de escuadrón serías genial!!! levantas la moral a la velocidad del  hiperimpulsor de Incom. Ya me siento mas tranquilo... Ten cuidado no te atragantes con esa "chuche".

Muchachos, lo emocionante no es ir, es "VOLVER".

Despues de su discurso, decidió sentarse en una esquina. y empezó a analizar la estructura del cacharro que les iba a llevar donde fuera que se dirigian...

No dudo de la valentía de mis compañeros, pero nos falta lo más importante... experiencia en combate real... 

No podía evitar mostrarse nervioso. Aquello era de verdad. Lo que le habían contado era de verdad. Tras tanto tiempo peleando en la clandestinidad iba a formar parte de algo más grande. No le importaba no regresar. El simple hecho de ser un grano en el culo del Imperio era ya suficiente paga. Se cuadró ante su oficial cuando este les dio la bienvenida. Un simple gesto de saludo era suficiente para sus compañeros. Todos venidos de distintos puntos de la galaxia. Todos habrían perdido algo por culpa del maldito Imperio. 

Kir le llamó la atención. Parecía un buen tipo.

- He oído que los ingenieros y los artificieros Duros son capaces de hacer volar cualquier cosa y en cualquier sentido. Es una mierda lo que el Imperio le hizo a vuestro planeta. Imagino que le tienes muchas ganas a esos desgraciados. 

Si aquellos iban a ser sus compañeros de academia tenía que llevarse bien con ellos. Si todo iba como debía, pronto debería estar cubriendo el culo de alguno de ellos montado en un ataúd flotante. Los pilotos de la Alianza podían ser buenos, pero los del Imperio eran muchos. La proporción era tan intimidante que la mayoría se negaba a creerla.

Se acomodó en el asiento cuando se ya se hubo colocado todos sus aperos. El traje, los guantes, las botas, el casco. Se sentía muy extraño yendo uniformado. No era algo que le gustase pero formar parte de algo le reconfortaba en cierta manera.

- Va a ser un viaje ajetreado. Tenía que haber desayunado mejor - rió para sí mismo.

Las presentaciones no eran mi fuerte, así que, cuando habló aquel hombre decidí cerrar la boca, al fin y al cabo estaba dando las instrucciones previas. Acto seguido me dirigí a las taquillas para dejar todas mis pertenencias - Juas - había vaciado los bolsillos y no tenía nada, bueno un par de créditos - éstos me los llevo - Agarré el uniforme nuevo, el tercero que me ponía - a ver si tú me das más suerte - curiosa la nueva afiliación, quién me iba a decir que acabaría aquí.

Vi a mis compañeros de aventura, algo había leído hace años sobre cada una de esas razas, empecé a rescatar del olvido información sensible - Soy Hanna Onürnüorohüolho, pero me podéis llamar simplemente "Hanna" - llevaba a orgullo mi apellido, tan difícil de pronunciar para cualquiera que no fuera de mi planeta Csilla, salvaban que mi nombre o como me apodaban era mucho más sencillo de reproducir - vengo a divertirme, ganar unos cuantos créditos y conseguir un caza - opté por expresar unas motivaciones sencillas, tampoco era plan de explicarles mis sueños más profundos; podría resultar peligroso.

Bah, bah, bah... - La humana me quería cortar la fiesta con un mensaje que inspiraba a soltar el uniforme y volverme por donde había venido - ¿Sabes? El miedo es como el fuego. Si lo controlas, te calentará y te mantendrá viva; pero si te controla a ti, te quemará y te destruirá - Y dado que ésto era un ejército, tener a alguien así, podría contagiar a los demás. No, no me gustaba nada tener alguien así en el equipo, pero igual con el tiempo y las herramientas necesarias se podría invertir la situación, ya había visto a gente muy capaz que había empezado de manera muy controvertida.

Así que el duro es mecánico, el calamari por el cinturón de herramientas que porta también, y los humanos parecían simplemente pilotos - simplemente, ja! - suficiente, me pareció un buen grupo, asequible y capaz de hacer grandes cosas juntos. 

Todos hablaban de lo malo que era el Imperio, no sé, durante años había formado parte de aquel ejército y no le había parecido tan tan malvado, de todas maneras me reservé cualquier confidencia que pudiera hacerles, notaba por sus palabras que estaban afectados por un gran resentimiento, quizás odio, y esos sentimientos perjudicaban mucho a la hora de emprender acciones - la guerra es como un juego de cartas... - hay que prestar todos los sentidos en cada acto, y mantener odio u otros sentimientos no hace más que perjudicar el trabajo - requiere concentración, si vais a estar pensando en lo que habéis perdido o con miedo a lo que podéis perder, mejor dejad las cosas ahí y volveros a casa. No es para vosotros - No me pude contener, no quería ser cómplice de aquel pesimismo. Igual fui demasiado dura, pero creo que cogieron la idea.

- Y como en todo juego de cartas... - alzó su brazo y levantando sutilmente la manga izquierda de su mono de piloto dejó entrever una carta de sabacc - hay que guardarse un as en la manga. - le ofreció una sonrisa a Hanna. - Yo soy Orson, he arreglado naves, las he pilotado y he traficado con todo lo que se pueda traficar con tal de joder al Imperio. Y cuando ya me aburrí de todo, me enrolé en esto. Si me van a coger, por lo menos quiero vender caro el pellejo. Y sí, esta es una de mis cartas de la suerte. 

La carta tenía uno de los bordes chamuscado.

Tanta lógica aplicada es un arma de doble filo, Hanna. El odio, asi como cualquier otro sentimiento, si es controlado, te sirve para mantenerte vivo. Si te controla el a ti, estás igual que con el fuego...

Tener miedo es importante, el que no teme, se relaja y perece. Pero tener miedo no quiere decir perder la templanza. La perdida de la templanza si te convierte en un lastre para ti y para tu equipo.

No desdeño el uso de la estrategia y las tácticas que la lógica imponga, pero un buen estratega siempre sabrá tu siguiente paso porque seguirá tus mismos razonamientos. El uso instintivo, las resoluciones inesperadas, son totalmente imprevistas.

Me juego la mitad de tu dinero a que tengo mas razón que tu... El tiempo nos lo dirá.

Me especialicé mas en Cazas, pero eso no quitaba que algo con hiperimpulsores fuera interesante para mi. Dentro del limitado espacio que teniamos, empecé a fijarme en la estructura naval de la nave que nos transportaba... y mire mi datapad al respecto del modelo de nave. Me gustaba saber de que dependía mi supervivencia...

Orson, el Imperio se ha hecho daño incluso a si mismo. En su grandeza recae su inoperancia, en su burocracía su lentitud, en su prepotencia sus mayores errores. Pagaran por lo que le hicieron a cada uno de los planetas, Yavin, Naboo, el mio o el de los wokiees.

El sonido sordo de la propulsión disminuyendo indica a los tripulantes que la NT-I está por aterrizar, las luces ámbar de precaución se encienden mientras la puerta automática del pasillo se vuelve a abrir interrumpiendo la conversación.

-¡Vámos gente!... ¡Arriba!, no se pongan cómodos que todavía me faltan algunos viajes por hacer, hemos llegado a la base de entrenamiento, la mayoría de ustedes se queda aquí, los que no pasen las pruebas regresarán por donde vinieron...- Scoope ayuda a levantar a los más rezagados mientras los droides bajan las mochilas de viaje de varios aspirantes.

-Espero volver a verlos, cuiden la espalda de sus compañeros...- El veterano les hace medio saludo militar apresurando a bajar a los jóvenes aspirantes a pilotos de la Alianza.

Un mar de personas uniformadas recibe a los estupefactos aspirantes mientras que pilotos, mecánicos, militares de la Alianza y personal administrativo se sumergen en el bullicio de los preparativos rutinarios de la Academia Corelliana.

Varios novatos aún con la boca abierta son empujados ó movidos de lugar por personal técnico, mientras el estruendo de los propulsores de la nave de Scoope alejándose hace que se cubran los oídos algunos de los recién llegados.

-¡HEY! ¡NOVATOS!... ¡POR ACÁ!...- Grita una chica con pinta de personal de astromecánica colocando sus manos alrededor de su boca para tratar de enfocar el sonido de su voz a tráves de aquel barullo.

-SOY LA CABO TREWS... SCOOPE LO VOLVIÓ A HACER...- La chica mueve la cabeza en tono de desaprobación mientras cruza los brazos. -¡SÍGANME, LOS LLEVARÉ CON EL CAPITÁN LANCER!...- La cabo Trews se mueve ágilmente entre la multitud esquivando vehículos ligeros de transporte, pilotos y militares concentrados en sus pláticas y tareas asignadas.

Karn no borra la sonrisa de su boca ni la expresión de asombro de sus ojos, a pesar de las disertaciones filosóficas de sus nuevos compañeros ni sus agoreros augurios. Mientras avanza por las instalaciones de la academia, gira la cabeza intentando retener todos los detalles y disfrutar del momento.

- La academia Corelliana... algunos de los mejores contrab... pilotos del borde exterior salieron de aquí. - comenta ensoñador - _{De los mejores pilotos, y de los peores bastardos} - termina en voz baja. - Ey! mirad esos cazas! En una ocasión tuvimos que montar el motor de un Z95 en el chasis de un ala-X, que tenía las alas destrozadas y las remendamos con restos de los paneles de un TIE... la energía solo alcanzaba para uno de los cuatro cañones láser, el servomotor de apertura de las alas no funcionaba, y le montamos un cañón pesado en el hueco del droide astromecánico, que solo disparaba hacia delante y sin control de puntería... una autentica chatarra. Que ganas de conducir una nave de verdad.

El joven sigue entusiasmado observando todo, girando sobre si mismo mientras habla y comentando y maravillandose de los equipos e instalaciones de los que dispone la alianza. En el fondo, sabe que no dejan de ser restos reutilizados y adaptados a marchas forzadas, pero comparado con los antros donde ha trabajado... para él, todo es una maravilla.

Ackdor coge sus cosas de la taquilla y baja de la astronave asombrado por todo lo que ve. El hangar parece plagado de chatarra, pequeñas cafeteras que en cualquier momento pueden estallar del mal estado en que estan. Sabe que la Alianza se mantiene gracias al coraje de muchos jovenes y el dinero de algunos poderosos en la sombra. Se pregunta dónde va a parar ese dinero con el mal estado que está todo. En la universidad de Courusant tenían mejor material con el que trabajar.

Baja la rampa escuchando Feer hablar sobre un modelo customizado de ala X. En cuanto ve el primero se acerca y araña el morro de donde salta un poco de pintura. Aún con su aspecto deteriorado la nave le deja impresionado.

- Sí que parece una nave de verdad, Feer.. -dice mirando cómo un par de mecánicos revisan la unidad R2 que actúa de copiloto. -. No me esperaba este nivel de deterioro en el material, pero un ala-X es un ala-X.

Le saca de su concentración el grito de la Cabo Trews. Y junto con el resto del grupo, avanza mientras mira contempla cómo un mecánico muy inexperto destroza unos cables que parecía que tenia que arreglar.

-Tenias razón, quizás no tengamos ni una oportunidad -dice dirigiendose a Laydax.

Laydax asiste a la maravilla que supone la Academia Corelliana. La cabo Trews no parece muy feliz de tener un nuevo grupo de novatos, al menos oficialmente novatos que tener que entrenar. Por desgracia esto es una guerra, y en una guerra hay que hacer sacrificios. Si se tiene en cuenta la falta de medios que tiene la Alianza Rebelde comparada con el todopoderoso Imperio Galáctico, es un milagro que existan sitios así. Los recursos y las naves son escasos, cada apuesta por un piloto es un riesgo.

Feer no para de hablar con el mismo optimismo del principio. Parece un tipo positivo, una persona sociable, el clásico sinvergüenza agradable que hay en todas partes… al menos hasta que su pellejo está en peligro y su simpatía puede convertirse en otra cosa. Curiosamente el primero en hablarla es Ackdor, que ha contemplado (igual que ella misma) el destrozo causado por un mecánico. En realidad, mirado desde una óptica más objetiva, el hangar podría parecer un cementerio de naves.

—Esto es todo lo que tenemos, Ackdor —comenta con aire conciliador, aunque sin mirarle a los ojos—. Tenemos que confiar en que esta gente sabe lo que se hace… por mucho que piense que no es el caso, la verdad. ¿Has pilotado alguno de estos?

-No he pilotado ningúna, no. Sólo en simulador. ¿Alguien ha conducido uno de estos en el pasado?

Se gira hacia el variopinto grupo escrutando en la mirada la experiencia de cada miembro del equipo. Aunque su voz y su físico no lo parezca él es joven y espera que alguien tenga el liderazgo y experiencia necesaria cómo para tener un referente. Se pregunta cual de ellos y ellas será un verdadero héroe. 

Se acerca a Kir mientras andan por el hangar.

- Kir, tu ya has trabajado para la Alianza antes, verdad? Has tenido ocasión de montarte en uno? O hacerle modificaciones?

- Yo he pilotado naves más grandes, de carga, sobre todo. Y algún transporte modificado, pero nunca un caza como este. El pobre engendro que montamos no creo que cuente, pero volar volaba. -Añade con una sonrisa. - Imagino que la formación será con los Z95 o algo más pequeño... ¿Crees que nos dejarán tunear nuestra propia nave? Los ingenieros no saben muy bien por qué, pero hay naves que crean un vinculo especial con el droide astromecánico que los usa, hasta el punto de que si no tienen cuidado de ir borrando la memoria y reseteando circuitos, no funciona bien con otros droides... y yo creo que lo mismo pasa con los pilotos y sus naves.

Karn está entusiasmado, y sigue hablando sobre pilotos, naves y demás, sin importarle si alguien le sigue el hilo de la conversación, mientras se acerca a admirar los motores de un caza cercano.

-Mi hermano murió en una de estas...- Devh desliza los dedos como apenas queriendo rozar el casco de una de las X Wing que está en reparación.

-Juro que vengaré su muerte...- apenas suelta unas palabras mientras que el rostro de la chica se torna sombrío cómo queriendo convertir su pena en coraje.

No quería chafarle la valoración al humano, pero la carta que me enseñó se correspondía con la figura del "idiota" y su valor era "0", aunque lo que valía lo determinaba la partida y no la carta en sí, me resultó simpático, si bien guardaría en mi memoria que Orson Finis hacía trampas jugando al sabacc - Encantada Orson, yo soy Hanna y soy... piloto - por el tono en que hizo alusión al Imperio no me pareció oportuno señalar mi pasado imperial. - La suerte no existe, es todo estrategia. 

¿Un Duro apostando? Ésto es nuevo, de acuerdo acepto tu reto - Era mi primera apuesta, no podía decir que no - soy Chiis, mi raza no tiene sentimientos de ningún tipo, somos disciplinados y fríos. No sentimos odio por nadie. - Nunca había sido tan fácil ganar una apuesta - Me debes 1 crédito jjj, cuando quieras otra apuesta, me lo dices. - Aún me acordaba de la formación en mi mundo, no paraban de repetirnos instrucciones del tipo: "los sentimientos son debilidades que no nos podemos permitir", ains qué tiempos, a veces los echaba de menos, otras no.

Uhmm - paseando por el hangar observo una cantidad de naves bastante desvencijadas, la verdad es que esperaba un arsenal mayor y en mejor estado - bueno, vais a tener mucho trabajo por aquí - no sé si les gustó el comentario a los mecánicos, pero a ver, si tanto les gustaba mancharse las manos colocando piezas, aquí y allá, seguro que aceptarían encantados pasarse un tiempo en esos cacharros - ¡¡Ehh, sin empujar!! - demonios, qué gente.

¿La Academia Corelliana? Oh, vaya si supieran mis antiguos compañeros dónde estoy... - me matarían, está claro - ¡Qué sacrilegio, Karn, no me digas eso! - destruir un caza TIE para montar un ala- X, dónde se habrá visto - estos cazas de aquí tienen un aire a... victoria!! - ya, podría pensarse que estaba borracha o algo peor, pero había estudiado bastante los cazas del enemigo, di-go de los insurgentes, vamos éstos de aquí y eran espectaculares, tenían una autonomía capaz de hacer viajes por toda la galaxia sin necesitar enlace alguno, no como los TIE que eran para ataques fugaces y servían para poco más, aún así la estética y el armamento de los cazas del Imperio eran sublimes - Me muero de ganas por subirme a uno de esos y pilotarlo ahí fuera.

Noto un aire de pesadumbre, no lo entiendo tan cerca de tantas aventuras y emoción, con los cazas ahí al lado, con ese olor a combustible inundándolo todo - uhmmmm, qué rico huele - y estos compañeros que me han tocado están tan tan ¿defraudados? No hay quien los entienda, está claro que tienen un problema de motivación - jum-jum-jum.

Akdor, el calamari acaba de preguntar sobre la experiencia con esos cazas, no sé si debo de contestar, no sé, no sé, venga - esos en concreto aún no, pero sí otros cazas. ¿Te sirven TIE y Wron`hum´rolos? Ya sé que son distintos, pero... son cazas - Ya está, nervios 0, al fin y al cabo aquellos tiempos habían quedado atrás, no tenía nada que perder.

Tengo cierta afinidad con los cazas, las naves de combate siempre han tenido para mi un atractivo, es como ¿un sentimiento? puede - estiro los dedos de las manos a la vez que crujo los huesitos que los componen, sólo de imaginar unos mandos con su gatillo me entra un cosquilleo super excitante.

Dejad ya de hablar del Imperio, por favor, ¡¡ya está bien!! - Me tensaba escucharlo en cada conversación, que si el planeta fue destruído por... el Imperio, que vaya malos que son... los del Imperio - Está bien conocer a vuestro rival, pero que no se vuelva enfermizo. 

A parte sólo habláis de oídas, nunca habéis estado... dentro, ni conocéis a su gente, ni siquiera sabéis cómo piensan, ni sus rutinas, ni si quiera habéis tenido que seguir sus directrices cada mañana, al mediodía, a la tarde, a la noche, y vuelta a la mañana siguiente y otra vez, y otra, otra, otra... - No, no los echo de menos, para nada. 

Vaya, lo siento Devh - la verdad es que no lo sentía, tampoco me alegraba, pero estaba claro que aquello la mantenía con una energía que sin ella se habría derrumbado - No te preocupes, honrarás a tu hermano, ya lo verás y nosotros estaremos allí para homenajearlo - o moriremos en el intento ja!